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El espacio geográfico es un concepto utilizado por la ciencia geográfica para definir el espacio
organizado por la sociedad. Es el espacio en el que se desenvuelven los grupos humanos en su
interrelación con el medio ambiente, por consiguiente es una construcción social, que se
estudia como concepto geográfico de paisaje en sus distintas manifestaciones (paisaje natural,
paisaje humanizado, paisaje agrario, paisaje industrial, paisaje urbano, etc.). También se
emplea el término territorio.
Según Jean Tricart, “En su sentido más amplio, el espacio geográfico es la epidermis del
planeta Tierra”. El espacio geográfico posee dos dimensiones fundamentales, la locacional y la
ecológica. De allí se definen dos grandes sistemas que interactúan entre sí y que conforman el
espacio geográfico. Se trata del sistema espacial por un lado y del sistema ecológico-ambiental
por el otro.
Desde un punto de vista histórico, el espacio geográfico es acumulativo, en tanto posee las
huellas de las diferentes sociedades que lo organizaron en el proceso histórico. En muchas
regiones y en antiguas ciudades se superponen los espacios organizados por las sociedades
que se sucedieron en los sucesivos periodos históricos (prehistóricas, antiguas, medievales,
modernas o contemporáneas, del Antiguo Régimen o de la era industrial); a todo ello hay que
agregar que en la actualidad está tomando forma una nueva organización del espacio producto
de la sociedad de la información o del conocimiento.
El espacio geográfico posee diferentes escalas para su análisis, desde lo global, el espacio
mundo, hasta lo local, el espacio de las identidades.
Tres visiones del espacio geográfico son necesarias para interpretarlo; la biótica, la abiótica y la
antrópica.
Cada momento, cargado de historia, produce sus formas de organización, es decir su propia
“lógica espacial”, racional para cada época.
Aquellas porciones del espacio geográfico que se encuentran bajo un orden administrativo
llevan el nombre de territorio, conformado por municipios, y distintas unidades superiores,
que pueden tener validez naturales, históricas o administrativas, como las comarcas, las
provincias y las regiones (cuya difícil definición no impide que la geografía regional sea la base
tradicional del trabajo geográfico); las entidades superiores (naciones o estados) suelen ser
demasiado grandes para poseer uniformidad desde un punto de vista geográfico de la
geografía física, pero aun así son la principal escala de la organización los estudios académicos
y de divulgación. Las entidades supranacionales (continentes), y el conjunto de las tierras
emergidas y los océanos, serían la escala anterior a la consideración de una geografía
planetaria. La posibilidad que ofrecen las recientes ciencias planetarias (exobiología y
astrogeología) permitirán en algún momento los estudios geográficos interplanetarios.
El análisis geográfico del espacio geográfico puede desarrollarse desde distintas perspectivas;
desde la teoría de la localización; desde la temporal (geografía histórica); desde las
tecnologías; desde los conjuntos espaciales; desde la configuración de las redes y los
movimientos, o a partir de la dualidad entre espacios urbanos y espacios rurales.
Uno de los varios problemas que podemos encontrar en esta definición, es su aceptación por
parte de los geógrafos tradicionalistas, que ven en el término una sustitución del objeto de
estudio de la geografía, que es el espacio. Pero a pesar de todo, la propuesta se muestra como
una alternativa para aquellos que hacen geografía social en el uso de una teoría y una
metodología que puede brindar nuevas formas de conceptualizar al espacio.
Diferentes autores han estudiado a lo largo de la historia este concepto. Antes de enumerar
sus teorías se podría intentar una primera aproximación. Si el espacio (físico) hace referencia a
un lugar que ocupa alguna cosa y la geografía es la ciencia que estudia el medio ecológico y las
sociedades que lo habitan, podríamos afirmar que el término denota el lugar que ocupan las
sociedades.
Los griegos, ya hablaban de la ecúmene. Para ellos ésta se refiere al conjunto del mundo
conocido por una cultura, a aquella porción de la Tierra permanentemente habitada. Se
relaciona estrechamente con la geografía humana. Se toma la Tierra como morada de la
especie humana y se pregunta la relación de interdependencia entre la humanidad y su
hábitat. El punto de vista geográfico se confunde con el etnográfico para pasar a delimitar sus
zonas habitadas, dando lugar a otras ecúmenes, aparte de la griega.
El conocimiento de la Tierra les lleva a conocer otros espacios, desiertos y habitados, y otras
formas de habitar. La cartografía contribuye a precisar las localizaciones y las distribuciones;
las escuelas geográficas nacionales desarrollan sus intereses y sus métodos. La teoría de una
sola ecúmene en la Tierra desaparece aunque se preserve con algunas teorías filosóficas, como
en el caso de Kant que al exponer el deber del ciudadano encuentra que habitar la Tierra es
comportarse como un ciudadano del mundo.
Max Sorre desarrolla este concepto de la “ecúmene unida” de Vidal de la Blache y llega a decir
que la Tierra es ante todo un hábitat en el sentido biológico, donde el género humano vive y se
reproduce, dividiéndose en sí mismo en razas adaptadas a los diferentes medios
(determinismo geográfico, opuesto al posibilismo). Empieza a vislumbrar que es un espacio
que atañe a la sociedad. Max Sorre hace de la ecúmene una noción clave de la geografía
humana.
Años más tarde, aunque ya parecía que había llegado el final de la geografía clásica, O. Dollfus,
se la vuelve a encontrar y pretende reducir a aquellos que intentan reformular el proyecto
geográfico: “El dominio del espacio geográfico en su sentido más amplio es "la epidermis de la
Tierra”, es decir la superficie terrestre y la biosfera. En una acepción que no es más que en
apariencia más restrictiva, es el espacio habitable, la ecúmene de los antiguos, allí donde las
condiciones naturales permiten la organización de la vida en sociedad. Hasta una fecha
reciente la ecúmene coincidía más o menos con las tierras cultivables y utilizables para la
agricultura y el pastoreo. Los desiertos donde la irrigación es imposible, el dominio glacial de
las altas latitudes y de la alta montaña estaban excluidos de ésta. Esta noción de la ecúmene
debe ser revisada. El geógrafo Max Sorre, que la ha desarrollado y empleado extensamente lo
constataba él mismo”.
A. Berque propone extender la relación ecológica entre hombre y Tierra habitable hacia una
reflexión ontológica que tiene en cuenta el carácter humano de la Tierra y el fundamento
terrestre de la humanidad. Esta interrelación que Berque encuentra se acerca a la definición
de espacio geográfico. Todos los puntos del espacio geográfico se localizan en la superficie de
la Tierra, definiéndose por sus coordenadas y por su altitud, pero también por su
emplazamiento. Como espacio localizable, el espacio geográfico es cartografiable. Más
adelante, Jameson (1986) reivindicará una “cartografía social”, mapas que “permitan la
representación situacional”, relacionar los imaginarios de los seres sociales con las condiciones
reales de su existencia.
En el análisis del espacio geográfico, se parte de lo que está presente, de lo visible, para
entender la importancia de las herencias y la velocidad de las evoluciones, para descifrar los
sistemas que son las estructuras que actúan sobre el espacio. El análisis de un paisaje urbano
es revelador de su historia y de sus condiciones de desarrollo, y muestra el peso del pasado en
la organización del espacio urbano en la época contemporánea. Se han llevado a cabo distintos
intentos de clasificación de los espacios geográficos y el criterio fundamental que se ha
seguido es el de orden espacial aunque otras clasificaciones podrían basarse en clima o incluso
en los niveles de desarrollo (países desarrollados o subdesarrollados). El análisis y comprensión
de los fenómenos localizados en un espacio geográfico pasan por el uso de documentos
cartográficos donde son seleccionados elementos distintos según las escalas utilizadas. La
acción humana tiende a transformar el medio natural en medio geográfico, y aunque la
historia humana sea mínima para la historia de la Tierra, ostenta a una posición principal para
la explicación y comprensión del espacio geográfico.
Espacio urbano
«Zona urbana» redirige aquí. Para el programa televisivo, véase Zona Urbana.
difícil como la de espacio rural (o la del espacio periurbano, que comprende el espacio entre los dos
Para la geografía urbana, el paisaje urbano es el paisaje propio de los núcleos urbanos o ciudades,
definidos previamente por criterios numéricos (10.000 habitantes en España, cantidades mayores o
las denominadas agrociudades).
Rasgos característicos del espacio urbano son su mayor población, su alta densidad de población, su
extensión y su mayor dotación de todo tipo de infraestructuras; pero sobre todo la particularidad de las
influencia, es emisor de servicios de todo tipo (burocráticos, educativos, sanitarios, financieros, culturales,
de ocio) y productos de alto valor añadido; mientras que es atractor de población y recursos de otro tipo
pueden producir). El alto precio del suelo, resultado de la alta demanda de viviendas, locales comerciales
y todo tipo de actividades económicas, genera en las grandes ciudades una tendencia a
El espacio rural, con el paso del tiempo, ha adquirido comportamientos urbanos en su población,
actividades y dotación de infraestructuras, diluyéndose en cierta medida las diferencias con el urbano en
Contenido
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1 Megalópolis y regiones
urbanas
2 Factores cualitativos
3 Factores cuantitativos
4 Véase también
su tamaño, en el caso de los mayores este espacio urbano suele sobrepasar los propios límites de
agrupados en torno al central. En algunos casos, estas áreas urbanas llegan a comunicar distintas área
[editar]Factores cualitativos
El requisito indispensable para otorgar la condición de ciudad a un núcleo habitado es a partir del
[editar]Factores cuantitativos
Densidad de población
Ciudad
Para otros usos de este término, véase Ciudad (desambiguación).
Centro de la ciudad Obregón.
la industria y los servicios. Se diferencia de otras entidades urbanas por diversos criterios, entre los que
población de una ciudad puede variar entre unas pocas centenas de habitantes hasta una decena de
millones de habitantes. Las ciudades son las áreas más densamente pobladas del mundo, por
aproximadamente 7.160 habitantes por kilómetro cuadrado, mientras que todo Brasil posee poco más de
22 hab/km².
urbanizada. En muchos casos, sin embargo, la palabra también se usa para describir un área
de urbanización contigua (que puede abarcar diversas entidades administrativas). Por ejemplo, la ciudad
de Londres propiamente dicha tiene apenas unos 860 mil habitantes. No obstante, cuando alguien se
refiere a la ciudad de Londres, suele referirse a su área metropolitana, es decir, al conjunto de su área
urbanizada, la cual tiene aproximadamente 7,5 millones de habitantes, otro claro ejemplo es la ciudad
mexicana de Monterrey, Nuevo León, que tiene un área metropolitana formada por 11 municipios, y cuyos
puntos importantes están distribuidos por toda el área metropolitana, a la cual popularmente se le conoce
como Monterrey. La ciudad de México y su zona metropolitana con cerca de 19 millones de habitantes es
otro ejemplo.2 También podría usarse como ejemplo la confusión que se crea cuando se habla del Área
Metropolitana de Buenos Aires, ya que elGran Buenos Aires junto con la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires son confundidos como una sola ciudad, “Buenos Aires”, pero el Gran Buenos Aires es parte de la
provincia de Buenos Aires, y la ciudad de Buenos Aires es la capital de la República Argentina y son
gobernadas por distintas instituciones, además la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene capacidades
diferentes.
Contenido
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1 Concepto de ciudad
1.1.1 Nomenclátores de
España
2 Historia
3 Ciudades en la actualidad
o 3.1 Geografía
o 3.2 Administración
o 3.3 Economía
o 3.4 Metrópolis
o 3.5 Crecimiento urbano
o 3.6 Ciudades globales
4 Parques urbanos
5 Véase también
6 Referencias
7 Bibliografía
8 Enlaces externos
[editar]Concepto de ciudad
de Trancoso (izquierda), desde 2004 supera los 10.000 habitantes (10.889), con lo que cumple el criterio numérico
habitualmente empleado. Por otra parte, Madrid(derecha), con 3.213.271 habitantes, es muy habitualmente designada
No todas las ciudades se caracterizan por los grandes rascacielos. En Europa, ciudades clásicas
aglomeraciones de más de 10.000 habitantes y las de entre 2.000 y 10.000 habitantes siempre que la
población dedicada a la agricultura no excediera del 25% sobre el total.3 A partir de 10.000 habitantes,
todas las aglomeraciones se consideran ciudades, siempre que éstos se encuentren concentrados,
El concepto político de ciudad se aplica a conglomerados urbanos con entidad de capitalidady mayor
importancia en la región y que asume los poderes del Estado o nación. Será laciudad capitalina, pero por
extensión se aplica la denominación a cualquiera entidad administrativa con alguna autonomía a nivel
En el concepto religioso, tanto en la Alta Edad Media como en otros periodos como elRenacimiento y
anteriormente al siglo XII, sólo era ciudad la que dentro de sus murallas tuviera una catedral donde
dentro del concepto político sólo fue considerada ciudad como tal la que tuviese su propia catedral o que
fuese sede de unaarquidiócesis (o archidiócesis), llegándose a dar el caso de que en una misma ciudad
con más de una archidiócesis se construyese más de una catedral, en dedicación a cada patrón.
Es pues una definición administrativa del estado político, región geográfica o comunidad autónoma, que
tienen una ciudad central y pueblos o ciudades menores. La geografía urbanay la sociología
la ecología humana. Asimismo, la ecología urbana estudia la ciudad como un ecosistema y analiza los
hasta la de 1835, definió a la ciudad como “la reunión de muchas casas dispuestas en calles y encerradas
dentro de un recinto común que suele ser de muros y fosos”. El Diccionario de la Lengua Española (de
la RAE) define a la ciudad como un "conjunto de edificios y calles, regidos por un ayuntamiento, cuya
privilegios, el título de ciudad se le daba a algunos de ellos y les otorgaba mayores preferencias que a
las villas.
En el mismo sentido que las villas, que solían obedecer al fuero común otorgado por el rey (usualmente
Señor), el estatus de ciudad era el reconocimiento de algún hecho singular en el que la población había
participado activamente.
[editar]Nomenclátores de España
entidades.
Junto con la categoría de ciudad, las entidades mayores (en población), corresponden también a la
entre ambas categorías se corresponde a criterios históricos. Así, según el DRAE, una de las acepciones
de ciudad es:
4. Título de algunas poblaciones que gozaban de mayores preeminencias que las villas.
Actualmente, la diferenciación entre ciudad y villa no guarda ninguna relación con el tamaño o importancia
de la entidad, ni existe una jerarquía entre ambas categorías. Por ejemplo, la villa de Madrid es la capital
[editar]Historia
Génova en 1493.
La historia de las ciudades del mundo es en general larga, dado que las primeras ciudades habrían
surgido entre quince a cinco mil años atrás, como asentamientos permanente poco complejos. Las
la historia urbana. Las primeras ciudades verdaderas son a veces consideradas aquellos grandes
asentamientos permanentes donde sus habitantes ya no eran los simples dueños de las área cercanas al
asentamiento, sino que pasaron a trabajar en ocupaciones más especializadas en la ciudad, donde el
a lo largo del río Nilo, en el valle del Indo y en China, entre aproximadamente siete a cinco mil años atrás,
Antes de esta época, los asentamientos raramente alcanzaron algún tamaño significativo, aunque hay
valle del Indo, eran las más populosas de estas antiguas ciudades, con una población conjunta estimada
Roma contaba con más de un millón de habitantes en el siglo I a. C., siendo considerada por muchos
como la única ciudad a superar esta marca hasta el inicio de la Revolución industrial. En la antigua
Roma se denominaba ciudad (cívitas) a la zona habitada por ciudadanos (cívis), los cuales eran aquellos
los servicios). Otros grandes centros administrativos, comerciales, industriales y ceremoniales emergieron
en otras áreas, siendo considerada Bagdad como la primera ciudad en batir la marca del millón de
Durante la Edad Media en Europa, una ciudad era tanto una entidad político-administrativa como una
agrupación de casas. En la España medieval y del Renacimiento, una ciudad era la población que no
tenía señor y era regida directamente por el rey. Tenía el privilegio de enviarprocuradores a
calificación de ciudad era independiente del tamaño, así, Madrid, capital de España desde 1561, no era
ciudad sino villa, estatus que aún conserva. Algunas ciudades, excepcionalmente, tales
el control de las tierras próximas o estableciendo extensos imperios marítimos. Tal fenómeno no se limitó
solamente a Europa, sino que se dieron casos como el de Sakai, que poseía un considerable grado de
autonomía en el Japón medieval. En Europa se consideraban las ciudades más importantes de esta
Báltico comenzaban a desaparecer a partir del siglo XVI, las grandes capitales europeas se beneficiaron
del incremento del comercio que surgió fruto del descubrimiento del Nuevo Mundo y el establecimiento de
una economía transatlántica. Hacia finales del siglo XVIII, Londres se había convertido en la mayor ciudad
del mundo, con una población que se aproximaba al millón de habitantes, con París, Bagdad, Pekín,
Estambul y Kioto como otras grandes ciudades. Pero fue el inicio de la Revolución Industrial y el
crecimiento de la industria moderna, a fines del siglo XVIII, lo que permitió la urbanización masiva y el
surgimiento de nuevas grandes ciudades, primeramente en Europa, y luego en otras regiones, a medida
que las nuevas oportunidades generadas en las ciudades hicieran que un gran número de emigrantes
Véanse también: Población estimada de ciudades históricas, Ciudad griega y Ciudad romana
[editar]Ciudades en la actualidad
[editar]Geografía
Actualmente, las grandes ciudades son mucho mayores y más populosas que en tiempos pasados. Un
ejemplo es París, que en 1400, tenía 225 mil habitantes en 8 km² de área. Hoy en día, la ciudad cuenta
con 2,2 millones de habitantes y 105 km², y su región metropolitana posee más de 11,2 millones de
En Estados Unidos y en Canadá, el padrón más común de las vías públicas es elplan hipodámico o
de damero, esto es, arterias viales corriendo paralelas entre sí, con otras calles paralelas cortándolas
perpendicularmente. Este sistema fue también usado por millares de años en China, y por los españoles
al fundar ciudades en América. En Europa, dado que la mayoría de las ciudades no se planificaron de
antemano, su sistema de vías públicas, calle y avenidas se extienden desorganizadamente por la ciudad.
Muchas de lasmurallas que cercaban las antiguas ciudades europeas dieron lugar a modernas vías
(así como de ciudades vecinas) acuden a este centro financiero a trabajar diariamente. Éste
generalmente es pequeño en área, pero puede albergar hasta decenas de miles de puestos de trabajo,
ejemplo, centro financiero de la región metropolitana de Londres, posee 2.900 km² y 8,6 millones de
habitantes permanentes, y más de 300 mil personas de otros lugares de la región metropolitana van a
Las zonas edificadas (en gris) se extienden más allá de las fronteras de Londres y sus distritos.
La administración de las ciudades corresponde a distintas instituciones, dependiendo de cada país. Entre
las denominaciones más corrientes que se emplean para designar al órgano administrativo de una ciudad
planificación de la ciudad, y de acuerdo a las competencias dadas por las respectivas legislaciones
encabezada generalmente por un alcalde o presidente municipal y/o un concejo, todos elegidos
por votación popular (en regímenes democráticos). Habitualmente está a cargo de velar por los intereses
de sus conciudadanos, representándolos ante la autoridad jerárquica mayor, además de impulsar políticas
locales para mejorar su calidad de vida, como programas de salud o deporte, y combatir contra la
delincuencia, entre otras diversas tareas. Su presupuesto proviene por lo general de fondos nacionales y
en comunas, barrios, distritos, delegaciones o pedanías.
[editar]Economía
ciudades, sin embargo, aún dependen mucho de laagricultura y la ganadería, tales como Saskatoon. La
economía de las grandes ciudades tiende a ser más diversificada, mas esto no siempre sucede. En las
ciudades de mayor tamaño, la industria manufacturera es casi siempre una de las principales fuentes de
económica de las ciudades, traspasando esta posición al sector servicios. En varias grandes ciudades,
miles de personas trabajan diariamente en oficinas e instituciones financieras. Urbes como Nueva York,
Tokio, Londres, París y Hong Kong son grandes polos financieros, donde esta actividad es la principal
enormemente del turismo. Diversas ciudades poseen una economía altamente diversificada, es decir,
donde todos los sectores tienen aproximadamente la misma importancia, por lo que están menos
económico en particular.
[editar]Metrópolis
Una metrópolis es un gran centro poblacional, que consiste en una gran ciudad central (a veces, dos o
más) y su zona adyacente de influencia, constituida por otras ciudades y/o localidades menores y
relativamente próximas. Generalmente, las metrópolis formanconurbaciones, formando una única área
Morelos, Tultitlán y otras localidades adyacentes juntas forman una conurbación, conocida como "Zona
Sin embargo, una metrópolis no necesita estar obligatoriamente formada por una única área urbanizada
con áreas rurales. Las ciudades que forman una metrópolis tienen un alto grado de integración entre sí.
Una región formada por diversas metrópolis localizadas próximas entre sí son conocidas
comomegalópolis. Actualmente, las metrópolis más populosas del mundo, que poseen hasta 30 millones
[editar]Crecimiento urbano
Según cálculos fidedignos, el crecimiento de la población urbana es asombroso, pues supera el millón
el millón de habitantes, y hay unas veinte metrópolis con más de diez millones de residentes. Además, no
se prevé que aminore el aumento. De acuerdo con un informe del Instituto Worldwatch, la ciudad
nigeriana de Lagos, “tendrá 25.000.000 de habitantes en el año 2015, con lo que la decimotercera ciudad
[editar]Ciudades globales
Artículo principal: Ciudad global
Una ciudad global es un gran centro bancario, comercial, financiero, político e industrial. El término ciudad
mientras que una ciudad global se distingue por su gran influencia a nivel regional, nacional e
internacional. Las ciudades globales, según Sassen, tienen más características semejantes entre sí que
La noción de ciudad global visualiza a la ciudad como un contenedor donde habilidades y recursos están
concentrados. Cuanto más una ciudad es capaz de concentrar habilidades y recursos, más próspera y
poderosa es, volviéndose suficientemente poderosa para influenciar lo que ocurre alrededor del mundo.
Críticos de esta noción alegan la ambigüedad de la expresión "poder". En una ciudad global, poder se
refiere primariamente poder económico y/o político y, por lo tanto, puede no incluir ciudades que son
históricos y religiosos.
[editar]Parques urbanos
En el año 2000 los líderes municipales firmaron la carta de Aalborg, una iniciativa comunitaria conocida
como la agenda 21 que promovía el desarrollo sostenible de las ciudades bajo principios
medioambientales. Las principales directrices orientadoras de las actuaciones que debían emprenderse
estaban centradas en los ciclos de los recursos naturales en las ciudades, la calidad del medio ambiente
urbano y la planificación territorial y urbanística. Sobre la calidad del medio ambiente urbano en concreto,
las actuaciones debían encaminarse a mejorar y proteger el entorno natural urbano con una planificación
de los usos del suelo adecuada, la creación de parques, zonas verdes y de uso social y la recuperación
de espacios de interés. Esta Agenda 21 surge ante la preocupación por la masiva urbanización mundial.
Se espera que dentro de 35 años el número de población que vive en las ciudades se multiplique por tres,
lo cual hace necesario un cambio que garantice la calidad de vida de las ciudades futuras.
Tradicionalmente los parques han cumplido tres funciones, satisfacer las demandas recreativas y de ocio
de los ciudadanos, mejorar la calidad de vida y ayudar a estructurar el entramado urbano. Estas funciones
son de vital importancia para la vida de la población dentro de las ciudades, sin embargo aunque la
consideración social de estas zonas verdes es muy positiva, es necesaria una mayor implicación por parte
conseguir que los parques contribuyan de forma eficaz a la sostenibilidad de las ciudades.
Historia
Urbanismo
El urbanismo es la disciplina que tiene como objetivo de estudio a las ciudades, desde una
la forma en que los edificios y otras estructuras de las poblaciones se organizan o la agregación y forma
El término actual concretizado -Urbanismo- procede del ingeniero español Ildefonso Cerdá. Es una
disciplina muy antigua, que incorpora conceptos de múltiples disciplinas y un área de práctica y estudio
muy amplia y compleja. Según algunos, sería una ciencia que se encuadraría dentro de las ciencias
laarquitectura, es decir, un conjunto de saberes prácticos que proporcionan las bases fundamentales para
resolver los problemas de lasciudades; en esta dualidad se vislumbra el carácter descriptivo y explicativo
del urbanismo como ciencia frente al carácter prescriptivo del urbanismo como arte, aunque ambos
sociales y ambientales que se desarrollan en ella. El urbanismo actúa a diversas escalas, desde el diseño
urbano, encargado de diseñar el espacio público y los elementos que lo configuran (desde la escenografía
edilicia al mobiliario urbano), hasta la Planificación urbana, que define el modelo de desarrollo de la
ciudad, pasando por la Gestión urbana, que define cómo se ejecuta lo planificado. La dimensión jurídica
ámbito de actuación incluye objetos con diferente estatus jurídico, como bienes comunales y propiedades
públicas y privadas. De esta forma, los planes urbanísticos quedan normalmente supeditados a un marco
legislativo específico sobre la propiedad del suelo y los derechos de uso asociados a los distintos
regímenes de propiedad. En cualquier caso, el plan urbanístico siempre tiene un contenido que va más
allá de lo jurídico, pues incorpora los elementos técnicos, políticos, económicos, sociales y ambientales
Contenido
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1 Historia
Urbanismo
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
[editar]Historia
El urbanismo empezó siendo una teoría compleja que interesó desde el primer momento a los
estudiosos de la ciudad, y acabó siendo una disciplina que reúne una suma de conocimientos
las relaciones socio-económico-ambientales que tiene lugar dentro del fenómeno urbano, de la que
los urbanistas.
urbanístico de El Pireo, el puerto de Atenas, sobre una cuadrícula que ahora se conoce
urbanista cuando, tras el incendio de Roma, hizo reconstruir la ciudad sobre un plan distinto del
trazado original.
Felipe II recoge varias ideas urbanísticas en las leyes de Indias, cuando trata de la construcción de
nuevas ciudades en el Nuevo Mundo (proceso en el que España llevó a cabo una de las mayores
se fundan ciudades, aunque probablemente, en la mayoría, la idea directriz era más demostrar el
poder del monarca que hacer ciudades útiles, lo que no quita para que haya unas cuantas de gran
belleza.
Urbanismo como fecha para recordar acciones necesarias para el bien común como el aumento de
la contaminación del aire y del agua. Esta fecha es el inicio de diversas iniciativas para el desarrollo
ciudad-, hoy es una disciplina de objetivo mucho más amplio y se utiliza para la ordenación integral
del territorio. El urbanismo, sinónimo de planificación y ordenación, se ocupa de proporcionar
modelos territoriales sectorializados, donde cada uno de esos ámbitos tiene asignado un desarrollo
acorde con sus aptitudes. Así, habrá unos suelos netamente urbanos, otros urbanizables, esto es,
determinen, y, por fin, suelos no urbanizables sin ninguna expectativa de evolución hacia espacios
cívicos.
Fráncfort, destruida durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad reconstruyó algunos edificios centenarios que
laantigüedad se refería por antonomasia a la capital del mundo romano, Roma. Aparece por vez
poblados en orden a las necesidades de la vida urbana”. Es claro que la idea de poblado no se
ajusta a la dimensión actual del urbanismo, siendo la idea de ciudad, en el sentido moderno del
Aunque el término urbanismo se utilizó inicialmente para designar todos los fenómenos de
territorial cuando se quiere hacer referencia a intervenciones en suelos extra urbanos, donde entran
emplea también para la planificación en ámbitos supramunicipales, en los que generalmente existen
relaciones funcionales importantes entre los municipios y se aprecia la necesidad de coordinar los
“urbanización”, el cual está, hoy en día, directamente relacionado con los procesos constructivos,
pero no con la ordenación urbana. El término ordenación del territorio se utiliza, en cambio, para
designar la actividad urbanística orientada a la planificación del suelo interlocal, desde una óptica
En el mundo desde hace varias décadas, el urbanismo se imparte en las universidades como
Introducción al tema
El urbanismo es, al mismo tiempo, una manera de pensar y de actuar. Teóricamente, ambas
debieran estar relacionadas, pero no es una tarea fácil, nunca lo ha sido.
“Actuar es fácil. Pensar es difícil. Actuar de acuerdo a lo que se piensa es lo más difícil del
mundo” / Goethe
Urbanismo…
Se trata, entonces, de dos vertientes de un mismo proceso cuyo lugar es… la historia.
“La forma es una parte del mundo que hemos controlado, y al cual deseamos modelar
aunque dejemos el resto del mundo tal cual está. El contexto es aquella parte del mundo
que genera o imprime demandas en la forma; cualquier cosa en el mundo que demandas en
la forma es contexto. El ajuste es una relación de mutua aceptación entre estos dos. Es un
problema de diseño, queremos satisfacer las mutuas demandas que ambos se hacen.
Queremos poner el contexto y la forma en un contacto no forzado, o en coexistencia sin
fricciones…”
Este proceso de ajuste al que se hace referencia ha sido pensado, modelado y soñado por los
urbanistas de todas las épocas.
Contexto
Claves
El entorno, la circunstancia.
Deformación
Tendencia al estructuralismo
Proceso
Claves
Modelos de la realidad.
Deformación
Tendencia al tecnicismo.
Forma
Claves
Deformación
Tendencia al formalismo
“El urbanismo no se deriva del hecho de hacer ciudad, del mismo modo que la física no se
deriva de la existencia de los minerales; el urbanismo surge como tal de la reflexión crítica
sobre la forma de hacer ciudad, del mismo modo que la física deriva de la reflexión del
hombre sobre su naturaleza circundante” / Artemio Baigorri
Confesiones de taxi
Como toda gran pregunta, carece de una gran respuesta, aunque resulta casi irresistible de
abordar... en particular porque podemos responderla de ambas formas y salir bien parados.
De alguna forma, la manera en que respondamos hablará más de nosotros mismos que de la
respuesta en sí.
Que una entidad física nos vaya moldeando suena a determinismo ambiental... ingenuo. Y
pensar que somos nosotros los que estamos en control de la situación y manejamos a
nuestro antojo este mastodonte urbano que tiembla bajo nuestros pies suena aún más
ingenuo.
De acuerdo a cómo opinemos, veremos la historia de distinta forma. Antes que documentos
estáticos, la historia urbana es viva y necesita cambiar a cada momento, asi como la ciudad
que relata.
HISTORIOGRAFIA URBANA EN LATINOAMERICA:
DEL POSITIVISMO AL POSTMODERNISMO
INTRODUCCIÓN
2. Adoptando una concepción que puede parecer algo simplista, pero que resulta
operativa a efectos de iniciar un registro de tendencias y fuentes, creo que por historia
urbana generalmente se entiende aquella que se centra en la ciudad y el proceso de
urbanización; por extensión, también se suele designar así a la historia de las disciplinas
que se han ocupado del diseño y administración de la ciudad, especialmente del
urbanismo técnico que surgió a raíz de los problemas de la ciudad industrial. La distinción
entre historia urbana y urbanística resulta útil de mantener al aproximarse, como pretende
este texto hacerlo, a aspectos historiográficos y metodológicos de este campo en las
últimas décadas, en medio de una creciente literatura internacional de obras generales y
estudios de casos. [3] En este sentido, valga hacer notar que la conformación de revistas y
asociaciones especializadas internacionales confirman tal distinción entre las dos sub-
áreas, distinción que sostengo a efectos de estructurar este texto. [4]
Comenzando con las obras centradas en la ciudad y la urbanización, pueden
encuadrarse como antecedentes de historia urbana algunos estudios clásicos resultantes de
la historia económica y social, así como de la aplicación de las nacientes ciencias sociales
del siglo XIX al ámbito de la ciudad en diferentes períodos históricos. Así por ejemplo,
dentro de la tradición positivista de la historiografía francesa, la interpretación que Fustel
de Coulanges ofreció en La cité antique (1864) de los grupos familiares y sociales que
originaron las instituciones urbanas griegas y romanas, la cual fue ampliada y actualizada
para la polis en La cité grecque (1928) de Gustave Glotz. [5] Después que Max Weber
tipificara las ciudades históricas en tanto formas de dominación socio-política
en Economía y sociedad (1922), [6] Henri Pirenne estudió las instituciones burguesas enLes
villes du moyen age (1925), así como Léon Homo detalló Les institutions politiques
romaines (1927). [7] Dentro de la denominada "sociología histórica" que venía de
Coulanges y Weber, acaso uno de los productos más conocidos del siglo XX haya
sido The Preindustrial City (1960) de Gideon Sjoberg. [8] Proveniente de la estadística
social, no se puede olvidar la precursora obra de Adna F. Weber sobre The Growth of the
Cities in the Nineteenth Century (1899).
Además de esa camada de obras resultantes de las ciencias sociales en general, y
de la historia económica y social en especial, creo que el carácter más específico
vinculado al espacio y la forma urbana se acentuó en trabajos de inspiracion bergsoniana,
tales como Cities in Evolution (1915) de Patrick Geddes, o Paris. Son évolution
créatrice(1938) de Marcel Poëte. [9] Tal como lo ha hecho notar Michel Ragon, en esas
obras el recorrido histórico es en el fondo un método de interpretación y revisión
organicista de la forma urbana, que se contrapuso al funcionalismo del urbanismo
moderno emergente. [10] Influida por Geddes y Poëte, una obra capital de la historia urbana
del siglo XX es The City in History (1961) de Lewis Mumford, en la que se torna difícil la
distinción entre historia urbana y urbanística, ya que recorre la historia de la ciudad como
producto del urbanismo en tanto forma de civilización. [11] Aunque construidos sobre
diferentes premisas teóricas y escalas territoriales, creo que algo de esta asociación con la
praxis urbanística ocurre también en los recorridos elaborados por E.A. Gutkind y Giulio
Carlo Argan. [12]
3. A pesar de esta genealogía que la entronca con el siglo XIX, puede decirse que
la historia urbana en tanto campo epistemológico es de constitución relativamente
reciente, lo cual puede ser visto en parte como consecuencia del lento y tardío desarrollo
que la historia social tuvo, a mediados del siglo XX, bajo el influjo de la escuela de
los Annales y otras vertientes de inspiración weberiana o marxista. [13] En 1961 el MIT y la
Universidad de Harvard convocaron a un congreso, en vista de las dificultades y
deficiencias de este campo en medio de un mundo de creciente urbanización. De ese
evento resultó el clásico libro editado por Oscar Handlin y John Burchard, The Historian
and the City (1963), donde el primero reconoció a la ciudad histórica en tanto “entidad
auto-contenida” susceptible de una revisión histórica propia, epistemológicamente distinta
de la del tejido social y económico en la que había estado inserta; la consolidación de esa
distinción necesitaba de un mayor número de estudios sobre ciudades, más que de
ciudades en la historia, lo cual resultó ser una de las recomendaciones finales del profesor
de Harvard. [14] Esta profundización pareció ser idea principal compartida por otros
invitados al evento, como Christopher Tunnard, quien también enfatizó la importancia
epistémica de los casos de estudio, sin dejar de reconocer el valor precursor de obras de
más alcance, aunque no centradas en lo urbano, tales como las de Burckhardt, Childe,
Spengler y Toynbee, entre otros. [15]
En Inglaterra, que quizá sea el caso más evidente de derivación a partir de la
historia económica y social, la historia de pueblos y ciudades vino a consolidarse a
comienzos de los años 1960, con ejemplos tan notables como Victorian Cities (1963) de
Asa Briggs, [16] así como a través de la labor de H.J. Dyos, y su “Urban History Group”
(UHG). Si bien este desarrollo epistemológico británico apareció como derivación de la
historia económica y social, fue la sociología la que pasaría a tener predominancia en el
nuevo campo disciplinar hasta los años 1980; fue por ello que, a juicio de Anthony
Sutcliffe, la incipiente historia urbana tuvo que sufrir los cuestionamientos
epistemológicos que la sociología misma atravesaba. [17] Algo de este cuestionamiento
vinculado al discurso de la sociología urbana a través de algunas de sus obras capitales se
siente en la cautelosa y hasta crítica posición de Philip Abrams en la compilación Towns
in Societies (1978), donde el profesor de sociología manifestara sus dudas sobre la
mistificación de la ciudad en tanto “objeto social unitario” y autónomo, abogando más
bien por su reunificación teórica con el “ambiente social” y el “complejo de dominación”
política de más alcance, inspirado este último en el análisis de Weber. [18] A pesar de esos
resabios, puede decirse que aquel enfoque económico y social, con énfasis sobre el
período pre-industrial, ha mantenido su predominio en la institución heredera del UHG de
Dyos, el Centre for Urban History (CUH), así como en las publicaciones que actualmente
le sirven de divulgadores. [19]
Desde la perspectiva norteamericana, puede decirse que, a partir de los años 1980,
se produjo una consolidación del campo disciplinario de la historia urbana, la cual fue
redefinida en algunos estudios por Kostof, Celik y Favro, y Gillette. Ayudaron a esa
consolidación el “re-encantamiento” del “postmodernismo” con “los espacios urbanos
tradicionales y vernáculos”, así como con “lo positivo y colorido de la vida en la ciudad”.
Esta revalorización de las “situaciones urbanas precedentes” fue estimulada por los
planteamientos teóricos e historiográficos de tempranas obras posmodernas, tales como
las de Aldo Rossi, Colin Rowe y Robert Venturi. Desde la práctica profesional, la revisión
y contextualización histórica de la ciudad o de algunos de sus sectores fue alimentada por
una disciplina urbanística que, después de varias décadas de modernismo demoledor,
comenzaba a aproximarse al estratificado tejido urbano con más respeto; ello se
evidenciaba en un creciente interés por la conservación patrimonial, no sólo del
monumento aislado, sino de los sectores de ciudad en los que se insertan, lo cual
generalizó “la necesidad de documentación histórica a nivel urbanístico”. [20]
4. El debate sobre el progreso y la civilización en la Latinoamérica del siglo XIX
ha dado lugar a revisiones críticas, y en cierta forma, historiográficas, que arrojan
elementos útiles para entender cómo el tema urbano apareció en el discurso humanístico
de ese siglo. La vieja antinomia entre “barbarie” y “civilización”, introducida en la
Argentina por la así llamada generación de 1837, cuya obra emblemática fuera
el Facundo (1845) de Domingo Faustino Sarmiento, sirvió de motivo a E. Bradford Burns
para estructurar un sólido capítulo de su libro, The Poverty of Progress. Latin America in
the Nineteenth Century (1990), en el que algunas obras de pensamiento y ficción que
recrearon esa antinomia decimonónica, son comentadas desde su significación para las
élites criollas. Partiendo de las tres “principales filosofías europeas” – Ilustración,
positivismo y evolucionismo natural y social – el autor revisa no sólo el conflicto entre
barbarie y civilización, sino también el progresismo y el liberalismo, desde tempranas
obras comoDogma socialista (1838) de Esteban Echeverría, pasando por el Facundo,
hasta El porvenir de las naciones hispanoamericanas (1899) de Francisco Bulnes y Os
sertôes (1902) de Euclides da Cunha. Ese análisis ensayístico se enriquece con la
problemática social que, a partir de las mismas contradicciones, fue recreado en novelas
como Amalia (1835) de José Mármol, Martín Rivas (1862) de Blest Gana, y Aves sin
nido (1889), de Clorinda Matto de Turner. Bradford configura así un tejido crítico que, si
bien centrado en el proceso de modernización latinoamericano, lleva implícito las
variables urbanas sobre las que aspiraba fundamentarse. [21]
Concentrándose sobre algunas obras de corte más monográfico y científico,
Richard Morse trató de ejemplificar cómo las tendencias decimonónicas de la historia y de
las ciencias sociales europeas, también encontraron resonancia en otro grupo de
pensadores latinoamericanos que, sin estar centrados propiamente en la ciudad, se
ocuparon de ella en tanto principal heredera de las estructuras sociales y territoriales de la
Colonia. Aunque advirtiendo que, a excepción de Sarmiento, en general hubo poca
atención en nuestro continente hacia el tema de ciudad antes de los años 1840 – lo cual
resulta discutible, en vista de las referencias antes señaladas - en un panorámico y
penetrante texto, Morse articuló las preocupaciones evolucionista y positivista a la vez,
por indagar cómo aquellas estructuras coloniales podrían asimilar la modernización del
nuevo orden industrial; el profesor americano ilustró con maestría esa inquietud a través
de obras diversas como La miseria en Bogotá (1867) y Retrospecto (1896) de José
Samper; la Sociología de Lima (1895-1902) de Joaquín Capelo, inspirada en los principios
de Herbert Spencer; y La ciudad indiana (1900) de José Agustín García, influida por
fuentes intelectuales tan diversas como Comte, Tarde, Le Bon y Simmel, entre otros. A
ese “organicismo positivista” adicionó Morse la “imaginación estética” que se cuela en
los análisis de obras representativas de las ciencias sociales emergentes; así por ejemplo
en La multitud, la ciudad y el campo en la historia del Perú (1929) de Jorge Basadre;
enSobrados e mucambos (1936) de Gilberto Freyre; y la Radiografía de la pampa (1933)
y La cabeza de Goliat (1940), de Ezequiel Martínez Estrada. [22]
Aunque quizás no propiamente históricas ni urbanas, estas obras representaban
recorridos por procesos territoriales y sociales con un nuevo vocabulario, especialmente
tomado de la sociología. Por otro lado, algunas de ellas pueden ser vistas como ejemplos
de una incipiente historia social que, al igual que en Europa, tuvo un lento desarrollo en
tanto nueva disciplina, [23] especialmente antes de desembocar en las variables propiamente
urbanas.
5. Las obras de referencia publicadas en campos afines, tales como la historia del
arte y de la arquitectura, parecen haber sido temprano y estimulante insumo para
vislumbrar el campo de la historiografía urbana en América Latina. Aunque el análisis
morfológico no es el camino principal de nuestra investigación, de corte más discursivo,
hay que tener presente, tal como nos lo ha hecho notar Roberto Segre, que los futuros
historiadores urbanos se alimentaron del análisis de las formas urbanas en tratados
artísticos que circularon en la región en la primera mitad del siglo XX. [24] Así por
ejemplo, la colección de planos coloniales del Archivo de Indias publicada por el español
Diego Angulo Iñiguez entre 1933 y 1939, seguida por la monumental Historia del arte
hispanoamericano (1954-56), publicada por Angulo Iñiguez en conjunto con Enrique
Marco Dorta y Mario Buschiazzo, en cuyos volúmenes se hacía referencia a los trazados
coloniales de las capitales latinoamericanas. [25] También está el tratamiento dado a la
ciudad en obras enciclopédicas, como la Histoire générale des civilizations (1953-1961),
dirigida por Maurice Crouzet, traducida al español y al portugués casi que
inmediatamente, señalada también por Segre como referencia. [26]
Dentro de las obras enciclopédicas producidas fuera de la región, y aunque desde
una perspectiva proveniente de la historia económica y social, debe mencionarse también
el tratamiento del tema urbano en obras de referencia como The Cambridge History of
Latin America. En el ámbito urbano, uno de sus capítulos más conocidos sea quizás el de
James R. Scobie sobre las ciudades de finales del siglo XIX y comienzos del XX. [27] Como
editor de una serie de historias de países latinoamericanos, el profesor de Berkeley había
publicado Argentina. A City and a Nation (1964), en el que la historia nacional, con
significativos componentes geográficos, se torna con frecuencia historia urbana, gracias a
la tesis central del autor: los cambios políticos de la Argentina republicana fueron
resultado del “sostenido desplazamiento de prosperidad, población y recursos hacia la
costa. Complementando el ascenso de la economía pastoral de Buenos Aires estuvieron la
concentración de capital, inmigrantes y embarcaciones en el punto de contacto de
Argentina con el mundo del siglo XIX, así como el aislamiento y el declive paralelos del
interior”. [28]
La progresiva especialización en los planes de estudio provee otra aproximación a
la historiografía urbana que promete gran riqueza para los diferentes contextos nacionales,
ya que apenas ha sido iniciada desde el campo de la arquitectura. [29] Como dos de los
casos pioneros de estudios urbanos en instituciones académicas, valga señalar que la
cátedra de urbanismo en la Universidad del Litoral, Rosario, fue propulsada desde 1929
por Carlos della Paolera, quien pasaría a ocupar desde 1933 la misma cátedra en la
Universidad de Buenos Aires; [30] así mismo, a comienzos de los años 1930, la reforma de
Lúcio Costa en la Escola Nacional de Belas Artes, que también buscaba la
institucionalización de la enseñanza del urbanismo en Brasil. En este sentido, las visitas
de famosos urbanistas foráneos ayudaron a consolidar esta especialización curricular de
los estudios urbanos en las universidades latinoamericanas, tal como había ocurrido con el
austríaco Karl Brunner en Chile y Colombia. [31] También Bardet, autor que forma parte
del núcleo de la historiografía urbana francesa del siglo XX, tuvo temprana influencia en
Brasil, donde el urbanista dictara un curso en Belo Horizonte a finales de los años 1940.
Siguió la visita del padre Joseph Lebret, que ayudó a la difusión del Movimiento
Economía y Humanismo, dirigido a la formación de oficinas profesionales de enfoque
interdisciplinario. [32]
6. Proveniente de la arquitectura y con alguna influencia de la arqueología, el
argentino Jorge Enrique Hardoy se erigió desde comienzos de los años 1960 en figura
pionera de la nueva historia urbana en Latinoamérica, especialmente a partir de su
obra Las ciudades precolombinas (1964). [33] Junto a Richard P. Schaedel y Richard Morse,
entre otros, desde mediados de los años 1960 Hardoy organizó simposios sobre la
urbanización latinoamericana, especialmente en el marco de los Congresos de
Americanistas: Mar del Plata (1966), Stuttgart (1968), Lima (1970), Roma (1972), Ciudad
de México (1974), y París (1976). Si bien los dos primeros fueron sobre el proceso de
urbanización de América Latina en general, buscando, al decir de Schaedel y Hardoy,
“facilitar un amplio intercambio de ideas entre arqueólogos, arquitectos, antropólogos,
historiadores del arte, historiadores sociales y planificadores urbanos”, a partir del
simposio de Lima se buscó establecer un tema central, pero siempre conservando su
cobertura desde el período precolombino hasta el contemporáneo. [34] Además de la
inclusión de las versiones resumidas de las ponencias en las actas generales, las ponencias
completas de los simposios dieron lugar a varias publicaciones especializadas, [35] las
cuales se convertirían en “consulta obligada” para una emergente generación de
investigadores en el nuevo campo a lo largo del continente. Tal como lo resume Ramón
Gutiérrez, actual director del Centro de Documentación de América Latina (CEDODAL) y
cercano colaborador de Hardoy, en esas publicaciones “la temática elegida era analizada
desde la perspectiva de los tiempos prehispánicos hasta el presente en aportes que tendían
a anudar una visión integrada de la historia urbana americana”. [36]
También en términos de eventos, valga hacer notar que en Caracas había tenido
lugar, en octubre de 1967, el Seminario Internacional “Situación de la Historiografía de la
Arquitectura Latinoamericana”, organizado por el Centro de Investigaciones Históricas y
Estéticas (CIHE) de la Universidad Central de Venezuela. [37] Dirigido desde su fundación
en 1963 por Graziano Gasparini, otra figura de importancia continental en la
historiografía arquitectónica y urbanística latinoamericana, el CIHE desempeño, sobre
todo a través de su Boletín, una labor de difusión del campo comparable a la del Instituto
Torcuato Di Tella en Buenos Aires, bajo la dirección de Hardoy. [38]
Además de las revistas de arquitectura que permitieron creciente espacio a los
temas de historia urbana, generalmente para casos de estudio o períodos específicos, la
visión cruzada e integradora de los períodos colonial y republicano se logró, por aquellos
años 1960 y 1970, en revisiones históricas del proceso de urbanización continental,
editadas en español por Hardoy y por Francisco de Solano, o en inglés por el propio
Hardoy, Morse o Bryan Roberts, por citar autores cuyos análisis conjugan diferentes
dimensiones del proceso. [39]
Por otro lado, la influencia de historiadores y urbanistas franceses como Lavedan,
Poëte y Bardet, así como del organicismo de Geddes y Mumford, puede verse en la
interesante interpretación historiográfica que Patricio Randle les daría en su
obra Evolución urbanística (1972). Desmarcada por el profesor argentino del
evolucionismo darwiniano, esa categoría historiográfica es también más específica que la
geografía histórica urbana o que la historia de las ciudades o del urbanismo, ya que
“impide de por sí la desespacialización que lleva tan fácilmente a entrar en conflicto con
otros enfoques de la historia”, además de que hace “una elaboración o procesamiento de
datos históricos con método y objetivo propios”. [40] Esos métodos incluían para Randle
desde la morfología histórica y cultural de Spengler, hasta la elaboración de secuencias de
cortes temporales a partir de los surveys propuestos por Geddes. Todos esos autores,
conceptos y métodos, de gran influencia en el urbanismo, fueron reunidos por Randle en
esa intuitiva y organicista “evolución urbanística”, cuya diferenciación con respecto a
otras orientaciones teóricas, fue resumida en los siguientes términos.
“Evolución, élan vital, azar, he aquí tres palabras claves enlazadas
semánticamente de una manera compleja. Es la respuesta al positivismo, al materialismo
decimonónico, al mecanicismo darwinista. Y es la época en que se gesta esta disciplina
que sin el nombre de evolución urbanística, o sin nombre alguno, va a ser propuesta y
desarrollada por un puñado de estudiosos de la más variada procedencia. Para estos
estudiosos, la preocupación por encontrar pistas, vestigios de regularidad, normas básicas
en la vida de las ciudades no los lleva a caer en un pragmatismo simplista y anticultural,
sino que, por el contrario, les hace escoger el término evolución que emplean una y otra
vez implicando esos contenidos vitales tan bien expuestos en toda la filosofía
bergsoniana”. [41]
7. A partir de la visión marxista, desde finales de los años 1960 hasta comienzos
de los 1980, la así llamada Escuela de la Dependencia proveyó a las ciencias sociales de
una matriz histórica para entender el atraso de América Latina durante las eras colonial y
republicana, incluyendo las dimensiones económica, política y social del subdesarrollo.
[42]
En relación con los cambios urbanos propiamente dichos, la "urbanización
dependiente" de América Latina fue periodizada de acuerdo a los bloques de poder que
sucesivamente condicionaron los estadios de dominación capitalista; los resultados
urbanos de tal sucesión fueron explorados por científicos sociales en términos de los
sistemas de ciudades nacionales y de los problemas estructurales de la urbanización. Así
por ejemplo, un análisis histórico de la constitución de las redes urbanas nacionales fue
hecho por Alejandro Rofman en Dependencia, estructura de poder y formación regional
en América Latina (1974); los problemas estructurales de la "urbanización dependiente" a
lo largo del siglo XX fueron descritos y analizados por Manuel Castells en Imperialismo y
urbanización en América Latina (1973), y por Marta Schteingart enUrbanización y
dependencia en América Latina (1973); aspectos sociales y políticos de las ciudades
latinoamericanas en tanto escenarios dramáticos de esa urbanización fueron tipificados
por Marcos Kaplan y Aníbal Quijano, entre otros. [43]
Tal como lo ha hecho notar François-Xavier Guerra desde una evaluación
propiamente histórica, los autores de la Escuela de la Dependencia ofrecieron en muchos
casos “interpretaciones” más que “estudios fundados en una exploración cuidadosa de las
fuentes”. [44] Siguiendo una reacción “contra los análisis demasiado ‘dependentistas’” que
también se dio en otros campos de la historia económica, [45] buena parte de esa lógica
marxista sería desechada en tanto explicación histórica a partir de los años 1980, aunque
algunos de los postulados urbanos de la escuela mantuvieron sentido en aproximaciones
ulteriores, pero reinterpretados desde perspectivas diversas. Así se evidencia para
diferentes períodos en Historia y futuro de la ciudad iberoamericana (1986), compilada
por Francisco de Solano; en De Teotihuacán a Brasilia (1987), coordinada por Gabriel
Alomar; en Repensando la ciudad de América Latina (1988), compilada por Hardoy y
Morse; en Construcción y administración de la ciudad latinoamericana(1990) de Nora
Clichevsky; o en Historia urbana de Iberoamérica (1990), también compilada por Solano.
[46]
8. Si bien España ha desempeñado un importante papel en tanto núcleo
patrocinante de eventos de historia urbana latinoamericana, [47] el desarrollo del campo,
desde los años 1990, ha estado alimentado por las redes académicas nacionales.
Auspiciado por la Asociación Nacional de Postgrado e Investigación en Urbanismo
(ANPUR), en Brasil, el primer Seminario de Historia de la Ciudad y del Urbanismo fue
en Bahía (1990), el cual se instituyó como seminario y ha tenido lugar desde entonces,
cada dos años, en Salvador (1992), Sao Carlos (1994), Rio de Janeiro (1996), Campinas
(1998), Natal (2000) y Salvador de Bahía (2002). También el tema de historia urbana ha
sido incluido en los encuentros de la Red Nacional de Investigación Urbana (RNIU) de
México, que se han venido celebrando desde comienzos de los años 1980.
A pesar de ese relativo desarrollo de la historia urbana en Latinoamérica desde los
años 1960 – casi coetáneo con sus contrapartes europea y norteamericana – se ha repetido
la percepción sobre la supuesta debilidad de este campo en el mundo académico de la
región. Así por ejemplo, en 1975 Morse hacía notar que los estudios de urbanización en
América Latina eran “rara vez conducidos con referencias claras o consistentes con el
marco histórico”; [48] más de diez años después, Guerra señaló que los trabajos de historia
urbana estaban “empezando solamente a desarrollarse”, citando como excepciones los de
Susan Socolow, James Scobie y José Luis Romero sobre Buenos Aires. [49] Además del
hecho de que la frecuente carencia de perspectiva histórica en la aproximación de las
ciencias sociales al estudio de la urbanización no se da sólo en Latinoamérica sino
también de otras regiones del Tercer Mundo, [50] valga advertir – como conclusión parcial
de este trabajo - que ese tipo de apreciaciones sobre la debilidad del campo parecieron no
tomar en cuenta los aportes que a la “historia urbana” había realizado ya la historia del
urbanismo, buena parte de la cual ha sido llevada adelante por profesionales de la
arquitectura y del diseño urbano, vertiente de la que me ocupo a continuación.
14. En cuanto a las historias generales del urbanismo en América Latina, además
de los capítulos de Hardoy en algunos de las obras colectivas por él editadas, creo que los
libros de Ramón Gutiérrez y Roberto Segre, en los que se alterna la incipiente
historiografía urbanística con la más consolidada periodización establecida a propósito de
la arquitectura, permanecen como los grandes tratados producidos desde la región. [90] Ello
no desmerece la importancia de monumentales compilaciones editadas en la península,
tales como las de Gabriel Alomar y Antonio Bonet Correa. [91] Aunque dar referencia sobre
los innumerables estudios urbanísticos centrados en los siglos anteriores al XIX, y mucho
menos sobre casos de estudio particulares, excede los límites e intención de esta ponencia,
valga mencionar como ejemplos de aproximaciones basadas en el ordenamiento
urbanístico: las recientes de Eugenio García Zarza, Francisco de Solano y Allan Brewer-
Carías sobre las Leyes de Indias y sus tipologías derivadas; [92] la de Rodríguez Alpuche
sobre urbanismo indígena y colonial en México; la de Margolies y Gasparini sobre el
urbanismo incaico; la compilación de Gutiérrez sobre los pueblos de indios en la región
andina; la de Rojas-Mix sobre la Plaza Mayor, y los artículos de Solano o Zawisza sobre
las tipologías del urbanismo colonial en el ámbito continental. [93]
Con respecto al período republicano, después del abordaje historiográfico que traté
de hacer a propósito del reciente libro que he editado sobre las capitales durante la
centuria de lo que podemos llamar el urbanismo academicista de proveniencia europea,
[94]
creo que puede verse como un período de gran riqueza, pero que ha sido explorado de
manera fragmentaria y casuística. Además de los capítulos respectivos dedicados en las ya
referidas obras panorámicas de Gutiérrez y Segre, las bases territoriales y económicas del
urbanismo decimonónico fueron identificadas por Morse; en otro breve pero panorámico
texto, Hardoy combinó el análisis del crecimiento urbano con las influencias urbanísticas
foráneas durante el siglo XX. [95] Este último aspecto sería desarrollado por el historiador
argentino en otro artículo sobre la transferencia de ideas urbanísticas desde Europa en el
período entre 1850 y 1930, y la manera peculiar como fueron aplicadas en las grandes
capitales latinoamericanas; posteriormente traducido al inglés, ese texto puede decirse
seminal, no sólo porque introdujera uno de los grandes temas que, como ya vimos,
caracterizan a la historiografía anglosajona, sino también porque prefiguró una camada de
estudios que parecieron desarrollar sus directrices a propósito de diferentes figuras y
casos de estudio. [96] Así por ejemplo, en esta misma dirección, las propuestas urbanísticas,
arquitectónicas y paisajísticas para diferentes ciudades latinoamericanas por parte de
figuras como Jean-Claude Nicholas Forestier, Le Corbusier, Karl Brunner y otros
pioneros, han sido revisadas en estudios comparativos compilados en libros y revistas
durante los años 1990. [97] También están los estudios sobre la emergencia, en los
contextos nacionales, del urbanismo profesional a partir de los cambios de finales del
siglo XIX, de los cuales tengo referencia para Argentina, Brasil y Venezuela. [98]
Mención especial merece la cuestión de la transferencia de cultura urbana y
urbanística, que ha venido siendo estudiada con detalle para ciudades como Buenos Aires;
[99]
Río, São Paulo y Salvador de Bahía en Brasil; [100] La Habana, Caracas, Lima y San
José de Costa Rica, entre otras. [101] Sin embargo, desde una perspectiva continental y
comparativa, creo que sólo se han desarrollado los capítulos de Geisse y el ya mencionado
texto de Hardoy, seguidos de un texto muy breve por Gutiérrez, y otro que he intentado
establecer para el período de emergencia del urbanismo técnico, en el contexto de un
clima intelectual predominantemente europeo. [102] En este último trabajo está presente el
tema de la modernidad, a través de sus paradigmas academicista y modernista, europeo y
norteamericano. Esta cuestión de la modernidad urbana ha sido también rastreada por
estudios comparativos que han trabajado diferentes discursos artísticos y de
representación para el período entre los siglos XIX y XX, así como los procesos de
cambio social y reformas administrativas urbanas. [103] Sin embargo, valga advertir que el
tema de la transferencia y difusión de modelos urbanísticos desde contextos
metropolitanos a colonias o países culturalmente dependientes, tal como ha sido
desarrollado en la historiografía anglosajona por Peter Hall, Stephen Ward o Anthony D.
King, no ha estado presente en los estudios sobre importación urbanística en casos de
estudio latinoamericanos. [104]
Estructura urbana
La estructura urbana es la relación urbanística (tanto desde el punto de vista espacial como económico y
social) existente en el interior delespacio urbano entre las distintas partes que componen la ciudad,
terciarias o en fase de terciarización; cuyas viviendas y calles pueden estar degradadas (ghetto
espacio periurbano
En el caso de grandes ciudades, bien en una parte remodelada del centro o bien en alguna zona bien
negocios).
El vez de este modelo concéntrico, que puede aplicarse también a ciudades más nuevas, como Chicago,
circulares, propuesto en 1939 por el economista Homer Hoyt, y aplicable según él al mismo caso de
Los geógrafos Harris y Ulman propusieron en 1945 un modelo de múltiples núcleos, en las que cada uno
de los centros (por ejemplo, la universidad y el aeropuerto) atrería distintos tipos de actividades.3
viario (trazado urbano), lo abierto o cerrado de su trama urbana y la forma de su plano urbano se conoce
urbana (puesto que son la forma y la función de la ciudad), de modo que es habitual hablar conjuntamente
La relación existente hacia el exterior, es decir, entre una ciudad y su área de influencia o entre varias
ciudades, tanto si son lejanas como si forman parte de un aglomerado urbano constituye otro concepto:
la jerarquía urbana, estudiado a partir de modelos como la teoría de los lugares centrales. También