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MANUAL

INSTITUCIONES DEL
DERECHO CIVIL

MATERIALES DE ESTUDIO

DOCENTE: DARÍO MENESES CARO

LIMA - PERÚ
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DERECHO CIVIL

El derecho está inspirado en principios de justicia y permite

desarrollar las leyes que regulan el funcionamiento de una sociedad.

El Derecho Civil se nos presenta como la rama principal del Derecho

Privado y que actúa como regulador de los derechos del concebido, de la

persona natural y jurídica, de los actos jurídicos en general, de la familia, de

las herencias, de los bienes, de las obligaciones en general y de sus fuentes.

En otras palabras el Derecho Civil es un derecho general que observa

al ser humano como tal, considerado ya individualmente o colectivamente

organizado, que forma luego una familia, que necesita de un patrimonio para

poder subsistir, el mismo que a su fallecimiento es transferido a sus

herederos. Está contenido en los Códigos Civiles, leyes modificatorias y

complementarias.

Con la denominación de Derecho Civil configura la rama más antigua,

más frondosa y más importante en la vida de relación de toda la civilización

humana. Por su contenido puede decirse, que es “el conjunto de normas ju que

tienen por objeto la regulación de la conducta de la persona dentro de la

sociedad”

Se conoce como derecho civil a aquél que se encarga de regir

los vínculos privados que las personas establecen entre ellas. Está formado

por las reglas jurídicas que articulan las relaciones patrimoniales o

personales entre individuos (personas físicas o personas jurídicas). La

finalidad del derecho civil es preservar los intereses del sujeto a nivel

patrimonial y moral.

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El Derecho Civil es una rama del Derecho en general, como conjunto de

normas jurídicas, que trata de las relaciones entre civiles o particulares, sin

intervención del Estado como persona de Derecho Público, ya que el Derecho

Civil integra el llamado Derecho Privado. Las personas jurídicas privadas

están también comprendidas en su ámbito, mientras que las públicas, sólo si

actúan en un plano de igualdad con los particulares.

La finalidad del Derecho Civil es resarcitoria, tiende a colocar

la situación en el estado anterior al hecho que motivó el perjuicio, y en ningún

caso a castigar penalmente a quien lo provocó ya que de esto se encarga el

Derecho Penal.

Los contratos civiles, los temas relativos a los derechos de propiedad,

las cuestiones de familia, a la capacidad personal y sus atributos, y las

sucesiones, integran entre otros el contenido del Derecho Civil, cuyas normas

son sistemáticas ordenadas en el Código Civil.

Cuando se promueve una demanda civil puede ser voluntaria, sin

confrontación o litigio entre partes, como sería el caso de promover una

demanda sucesoria donde todos los herederos estén de acuerdo, o un divorcio

con consentimiento mutuo; o puede ser contradictoria, como un divorcio

unilateral, o por inejecución de un contrato. La demanda tiende a declarar un

derecho, como sería por ejemplo que el Juez dicte una declaratoria de

herederos o una sentencia de divorcio; o la reparación del daño, que es

siempre en dinero, y comprende el daño efectivamente sufrido; y si

correspondiere, los intereses moratorios, o los daños y perjuicios.

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CONTENIDO DEL DERECHO CIVIL

La doctrina civilista es unánime en señalar como contenido propio del

Derecho Civil lo relativo a la persona, a la familia y al patrimonio. La persona

es el eje y el centro del Derecho Civil, pues se trata del ser humano al que el

ordenamiento jurídico debe darle la máxima tutela y, por extensión a ese

ente abstracto que viene a ser la persona jurídica.

El ser humano es un ser social, que no vive aislado sino que, por el

contrario, desarrolla una rica vida de relación y, para ello, el Derecho Civil

Objetivo le delega un poder normativo para regular sus propios intereses y

entablar sus relaciones jurídicas con los demás, al amparo del orden

establecido por el propio Derecho y en ejercicio de lo que se ha venido a

llamar la autonomía de la voluntad privada.

EL DERECHO CIVIL OBJETIVO

El Derecho Civil Objetivo está conformado por el conglomerado de

normas que dan contenido al Código Civil y demás normas legales y

reglamentarias que lo complementan.

El Código Civil, que tiene la jerarquía de ley, por tradición sigue en

importancia a la Constitución Política y, por eso, su Título Preliminar tiene un

conjunto de normas que, al mismo tiempo que complementan la Carta Política,

constituyen normas generales que trascienden el Derecho Civil.

El Código Civil da contenido a cada una de las instituciones básicas del

Derecho Civil, las cuales a su vez, han dado lugar a sendas disciplinas. Así,

coexisten el Derecho de las Personas, el Derecho de Familia, el Derecho de

Sucesiones, los Derechos Reales, el Derecho de las Obligaciones, el Derecho

Contractual, el Derecho Registral y el Derecho Internacional Privado, para

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hacer referencia a aquellas disciplinas cuya normativa está contenida en el

Código Civil y a las que hay que agregar la Teoría del Acto Jurídico y la de la

Prescripción y Caducidad en su plasmación legislativa.

LOS DERECHOS CIVILES SUBJETIVOS

Son las facultades que el Derecho Civil Objetivo confiere y reconoce

al sujeto de derecho, sea persona natural o jurídica. Tomando como punto de

partida el contenido del Código Civil clasificaremos los derechos civiles

subjetivos en derechos personales, derechos familiares, derechos

hereditarios, derechos reales, derechos crediticios o de obligación y

derechos registrales.

 Derechos Personales: Son derechos concebidos para la tutela de la

persona y de sus derechos fundamentales, como el derecho a la vida, al

nombre, a la integridad física, a la igualdad ante la ley, a la libertad de

conciencia y de religión, a la información y a la opinión, al honor, a la

intimidad, al domicilio, a la propiedad y en general a todos aquellos que

consagra la Constitución Política del Perú y el libro primero del Código

Civil; estos derechos son de carácter absoluto, pues pueden hacerse valer

erga omnes.

 Derechos Familiares: Son los derechos que corresponden a las personas


naturales que integran, por razones de parentesco, el núcleo social que el

Derecho Civil reconoce como familia.

Tradicionalmente se han considerado estos derechos como una categoría

comprendida dentro de los derechos extramatrimoniales, pero es

incuestionable que existen derechos familiares con contenido pecuniario

o patrimonial como los que derivan de la sociedad de gananciales o en

relación a los alimentos.

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 Derechos Hereditarios: Son los derechos vinculados a la sucesión mortis
causa en razón de la vocación hereditaria respecto de una persona

determinada. Se sustentan en una relación de parentesco que determina

la vocación sucesoria.

 Derechos Reales: Son los derechos relacionados a los bienes susceptibles


de apropiación privada y de tráfico jurídico, teniendo por tanto un

evidente contenido patrimonial. Constituyen un derecho absoluto que se

puede hacer valer erga omnes.

 Derechos Crediticios o de Obligación: Son los derechos que confieren a


su titular el poder jurídico de exigir a una o varias personas el

cumplimiento de una obligación, cuya prestación puede consistir en un dar,

en un hacer o en un no hacer. Son típicos derechos patrimoniales nacidos

de una relación jurídico-obligacional, que puede tener un origen

contractual o extracontractual. Se trata de derechos de carácter

relativo porque sólo son exigibles por el acreedor a quien se ha constituido

en su deudor.

 Derechos Registrales: Son los derechos que se generan como

consecuencia de una inscripción o de una anotación en los Registros

Públicos. Pueden ser de caracteres patrimoniales o extrapatrimoniales y

también absolutos o relativos según el caso.

EL CÓDIGO CIVIL PERUANO DE 1852

El primer Código civil Peruano se promulgó por Ley del 29 de diciembre de

1851 para que iniciara su vigencia del 29 de julio de 1852, esto es, 31 años después

de la independencia y de empezada, con sus avatares, la vida republicana.

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Este Código tuvo una marcada influencia napoleónica pero no siguió la

sistemática del Code Francés. Para Basadre la sistemática que el código siguió

fue la de las Institutas de Justiniano, aunque refundiendo los Libros Tercero

y Cuarto de éstas en el Libro Tercero. Los investigadores están de acuerdo

en que hubo originalidad y que ese es un mérito que hay que reconocerle al

codificador nacional del siglo XIX.

El Código tuvo 2,301 artículos más un Título Preliminar –de las Leyes

en General- de 12 artículos. Estuvo dividido en tres Libros: El Primero de las

Personas y sus Derechos, el Segundo de las Cosas, del modo de adquirirlas y

de los Derechos que las Personas tienen sobre ellas; y el Tercero de las

Obligaciones y Contratos. Cada uno de los Libros se subdividía en Secciones

y éstas en Títulos.

Establecer las fuentes que influyeron en la formulación del Código es

una tarea especulativa, pues sus autores no dejaron una Exposición de

Motivos y hasta donde se sabe, ninguno de ellos se convirtió en exegeta ni

comentarista del mismo. Pero resulta fácil y acertado considerar que tuvieron

en consideración el modelo napoleónico, máxime si el Código de 1852, es el

tercero en ser promulgado en América Latina, luego de los Códigos de Haití y

Bolivia de 1831, pertenece al período denominado de la codificación temprana

y, por ello, no pudo sustraerse a ese modelo y a la influencia que ejercía la

doctrina francesa. Además, la medición de la influencia en la obra se hace por

la formación de sus autores, que, en aquellos tiempos, era esencialmente

romanista y francesa, aunque, desde luego, con los rezagos del Derecho

Hispano e Indiano.

El código de 1852, en buena cuenta, fue el primer Código de América

Latina se considera que el de Haití fue una copia fiel del Francés, al igual que

el de Bolivia, que fue una adaptación del mismo. Por eso es que se considera
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que nuestro Código del siglo XIX tuvo el mérito de la originalidad y no sólo

en la sistemática, sino también en el tratamiento de las instituciones. Se le

reconoce, además, sobriedad y elegancia en la forma, así como claridad en la

exposición y en la expresión con gran sentido didáctico, al extremo que como

menciona Basadre fue el libro más leído en la Sierra. Para su época, fue un

exponente de progreso jurídico y de madurez legislativa encaminada hacia lo

que había sido el sentido de la codificación, esto es, dar unidad y coherencia

al Derecho Objetivo y facilitar de este modo la tarea de los magistrados y

de los abogados.

El Código de 1852 tuvo una vigencia de 84 años, hasta su derogación

por el artículo 1823° del Código Civil de 1936

EL CÓDIGO CIVIL PERUANO DE 1936

Por Decreto Supremo del 26 de agosto de 1922, cuando el Código Civil

había cumplido 70 años de vigencia, el gobierno del Presidente Leguía,

considerando que era necesario dotar al país de un nuevo Código, dispuso el

nombramiento de una Comisión que llevaría el Título de Comisión Reformadora

del Código Civil Peruano y que se encargaría de formular un proyecto de reforma

“de las instituciones civiles del Código promulgado el 28 de julio de 1852”.

En los 70 años que habían transcurrido desde que comenzó a regir el

Código de 1852, muchos cambios se habían producido no sólo por fenómenos

políticos y económicos, sino también porque había ya iniciado su vigencia el

Código Alemán de 1900 y en nuestra América tenía ya más de 50 años en vigor

el Código Argentino, la obra de Vélez Sarsfield, y seis el Código Brasileño de

1916, que tenía notoria influencia del BGB. Además, el propio Código de 1852

había sufrido importantes modificaciones dentro del proceso evolutivo de

nuestro Derecho Civil.

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En esos 70 años por ejemplo, a tan sólo dos años de vigencia del Código,

en 1854, se abolió la esclavitud en el Perú con lo que quedaron derogados los

Títulos 5° y 6° de la Sección Segunda del Libro Primero y todas las demás

disposiciones relacionadas con la esclavitud; a partir de 1861 se comenzaron

a dictar disposiciones en torno a los nacionales y los extranjeros, variándose

el régimen establecido por el Código; una Ley de 1890 reconoció validez a las

obligaciones contraídas por la mujer casada; leyes dictadas en 1897 y 1903

permitieron el matrimonio de los no católicos; la promulgación del Código de

Comercio de 1902 y la del Código de Procedimientos Civiles de 1912

introdujeron cambios. Por último, la Constitución Política de 1839, con la que

conjugó postulados, fue derogada por la de 1856 y ésta por la de 1860, la que

derogada por la de 1867 recupero poco tiempo después su vigencia, hasta su

abrogación por la de 1920.

El Código de 1936 que entró en vigencia el 14 de noviembre, tuvo 1,835

artículos, precedidos de un Título Preliminar de XXV numerales. Su

Sistemática fue la del Código Suizo, quedando dividido en cinco Libros que

comprendieron, respectivamente, el Derecho de las Personas, el Derecho de

Familia, el Derecho de Sucesión, los Derechos Reales y el Derecho de

Obligaciones. Al igual que el Código de 1852, dividió los Libros en Secciones

y éstas en Títulos.

El Código de 1936 pretendió ser un Código moderno y orientar la vida

social peruana dentro de un desarrollo cultural concebido por quienes más que

políticos, como los codificadores de 1852, eran todos vinculados a la vida

universitaria del país. Como apunta Basadre fue “obra de Limeños” pero debe

recordarse que recurrieron a las Cortes Superiores, Colegios de Abogados,

así como a los catedráticos de las universidades de Arequipa, Cusco y Trujillo

las únicas existentes, entonces, en el interior del País.

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EL CÓDIGO CIVIL PERUANO DE 1984

Antes de que el Código de 1936 cumpliera 30 años de vigencia, en 1965, se

planteó su revisión y se dio inicio al proceso de su reforma. Así se llegó a la

formulación de un nuevo Código Civil, promulgado el 24 de julio de 1984 para

iniciar su vigencia el 14 de noviembre del mismo año, al cumplir el Código que

quedaba derogado 48 años desde que iniciara la suya. Siendo el Código Civil que

actualmente rige en el Perú.

El proceso de la reforma del Código Civil de 1936 o, más propiamente, el

de la elaboración del Código Vigente, tuvo una duración de 19 años, pues se inició

con la promulgación del Decreto Supremo N° 95 del 1° de marzo de 1965 y

concluyó con el acto de su promulgación el 24 de julio de 1984. En el ínterin se

promulgó la Constitución Política de 1979, que vino a derogar a la de 1933 y que

sería derogada por la de 1993.

El Código Civil vigente, no ha pretendido ser un Código técnico, como fue

la obra de los codificadores de 1936. Sin caer en el exceso didáctico del Código

del siglo XIX, el de 1984 incorporó la noción de las instituciones a su articulado

y buscó darle la máxima claridad a sus normas.

El Código actual tiene un articulado mayor que el del Código civil de 1936,

pues mientras éste tuvo 1,835 artículos el actual tiene 2,122. El Código de 1984,

como el de 1936, está precedido de un Título Preliminar, pero con una diferente

sistemática, pues al contrario del Código derogado el vigente organiza las

materias en diez Libros, que pasaremos a considerar.

El Título Preliminar:

Dio contenido a menos numerales que los contenidos en el anterior, que

tuvo XXV, ya que sólo tiene X, por haber eliminado las normas de Derecho

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Internacional Privado que han pasado a integrar el Libro X, aunque con

importantes innovaciones respecto del derogado en correspondencia a la

importancia del Código Civil como cuerpo normativo.

El Derecho de las Personas:

En el tratamiento legislativo del derecho de las Personas el Código de 1984

hace énfasis en su orientación humanista, recogiendo preceptos de la

Constitución Política de 1979 y de los Tratados sobre Derechos Humanos,

particularmente de la Convención Americana, el denominado Pacto de San José.

El Acto Jurídico:

Al igual que el Código de 1936 -que fue el que receptó la Teoría del Acto

Jurídico- el Código de 1984 la mantiene pero ubicándola en Libro II dedicado

exclusivamente a su tratamiento legislativo. De este modo, no sólo subsanó el

defecto de sistemática del Código anterior, que la ubicó en la Sección Primera

del Libro Quinto dedicado a las Obligaciones, sino que le dio el realce que su

tratamiento legislativo requería al independizarla del Derecho de las

Obligaciones y legislarla como contenido de un Libro especial.

El Derecho de Familia:

El Libro del Derecho de Familia ha introducido también importantes

innovaciones, y con un plan más ordenado, ha suprimido al mismo tiempo

instituciones que ya habían declinado, como la institución de la dote, así como la

de la legitimación de los hijos nacidos fuera del matrimonio, etc.

El Derecho de Sucesiones:

El Código de 1984 mantuvo el principio de que el heredero responde por

las deudas y cargas de la herencia hasta donde alcancen los bienes de ésta, pero

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precisa que es al heredero a quien incumbe probar el exceso, salvo que exista

inventario judicial. Entre otras diferencias con el Código de 1936.

Los Derechos Reales:

El orden en el tratamiento de las materias superó al del Código anterior y

además, integró lagunas, lo que constituyó un logro destacable, como en el caso

de la negación de la calidad de poseedor a quien está en relación de dependencia,

de la coposesión, de la posesión precaria, y el desvanecimiento de la presunción

de buena fe cuando se trata de bien inscrito, entre otras.

Las Obligaciones:

El Código vigente ha depurado el tratamiento de las Obligaciones buscando

la mayor claridad en atención a lo abstracto de la materia.

El tratamiento de las modalidades de las obligaciones es el mismo que en

el Código de 1936, aunque mejorado en orden a la introducción de normas con las

cuales el Código de 1984 ha buscado mayor claridad y la integración de vacíos.

Hay un cambio en la sistemática en cuanto las obligaciones con cláusula penal han

pasado a ser tratadas dentro del régimen de la inejecución de las obligaciones,

que es, en verdad, el lugar que les corresponde, y una innovación, en cuanto se

legisla sobre la cesión de derechos sobre la base de lo que en el Código de 1936

fue la cesión de créditos tratada como contrato.

Las Fuentes de las Obligaciones:

En el Código de 1936, en el Libro V de las Obligaciones, se trató tanto de

las Obligaciones como de las Fuentes de las Obligaciones. El Código vigente ha

preferido tratarlas por separado y bajo el rubro de Fuentes de las Obligaciones,

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comprender no sólo los contratos sino además todos aquellos hechos o actos

jurídicos que generan obligaciones.

La Prescripción Extintiva y la Caducidad:

La Prescripción extintiva y la Caducidad han sido reguladas en un Libro

especial, lo que constituye una innovación, pues el Código de 1936 legisló sobre la

Prescripción en la Sección correspondiente al Acto Jurídico, con un defecto

sistemático puesto de manifiesto por la doctrina nacional. Las normas de

Caducidad no tuvieron un tratamiento orgánico sino disperso, lo que el Código

vigente ha tratado de enmendar.

Los Registros Públicos:

El Código destina un Libro especial a los Registros Públicos, lo que

constituye una novedad, pues el Código anterior legisló sobre ellos en una Sección

del Libro de los Derechos Reales. Ha sido acertada la ubicación que se les ha dado

en el nuevo ordenamiento.

El Derecho Internacional Privado:

La ubicación de las normas de Derecho Internacional Privado constituyó

también una importante innovación, máxime si el Código derogado las consideró

en el Título Preliminar.

El Código, al dedicarles un Libro especial les ha dado un realce que se

justifica plenamente y que permite que esta materia, que sirve para conectar el

ordenamiento jurídico nacional con los ordenamientos extranjeros, tenga el

desarrollo que su importancia requería.

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El Título Final:

Da contenido a las disposiciones finales y a las transitorias, que revisten

singular importancia, pues son las que sirvieron para engarzar la legislación

derogada con la que entró en vigencia.

Por las disposiciones finales se derogó el Código Civil de 1936 y las demás

leyes que se opusieran al nuevo Código, derogándose también el articulado del

Código de Comercio relativo a los contratos de compraventa, permuta, mutuo,

depósito y fianza de naturaleza mercantil.

Todas las normas de Derecho Transitorio, en la actualidad han cumplido

ya su cometido.

PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO CIVIL

ABUSO DEL DERECHO

Se denomina abuso del derecho a la situación que se produce cuando el titular

de un derecho subjetivo actúa de modo tal que su conducta concuerda con

la norma legal que concede la facultad, pero su ejercicio resulta contrario a

la buena fe, la moral, las buenas costumbres o los fines sociales y económicos

del Derecho. Igualmente, es el accionar de quien en ejercicio de un derecho

actúa con culpa o dolo, sin utilidad para sí y causando daños a terceros.

No admitir el abuso de derecho significaría impedir que ni los poderes

del Estado ni los particulares puedan, al amparo del ejercicio de un derecho

fundamental, limitar o atacar a otro derecho fundamental o bien para

desviarse de los límites intrínsecos en el ejercicio del derecho de que se

trate.

La teoría del abuso del derecho tuvo sus primeras apariciones en

la jurisprudencia Francesa.

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PRINCIPIO DE ENRIQUECIMIENTO SIN CAUSA

El concepto de causa se utiliza también en el negocio jurídico, en las

atribuciones patrimoniales. Por ello todo desplazamiento patrimonial, todo

enriquecimiento y en general toda atribución, para ser lícita debe fundarse

en una causa o en una razón de ser que el ordenamiento jurídico considera

justa. Cuando una atribución no está fundada es una causa justa, el que ha

recibido debe restituir, correlativamente el que se ha empobrecido tiene

acción para reclamar lo pagado.

La doctrina ha declarado reiteradamente que toda pretensión de

enriquecimiento exige como requisitos esenciales:

 La adquisición de una ventaja patrimonial con ventaja para el

demandado y correlativo empobrecimiento del actor.

 Conexión entre enriquecimiento y empobrecimiento.

También son fuente de ingreso los servicios prestados por terceros, ejemplo

de la Jurisprudencia francesa:

Empleada trabaja en casa por promesa de matrimonio del dueño.

Es necesario que el enriquecimiento antes mencionado se dé a costa de otro.

El empobrecimiento es una pérdida pecuniariamente apreciable, y puede ser

valor salido del patrimonio, una prestación de servicios, la pérdida de un lucro

cierto y positivo.

Este principio busca evitar que una persona se enriquezca a causa del

empobrecimiento de otro sin tener una causa justa.

Eje: las demandas de alimentos no pueden prestarse para enriquecer con el

detrimento del patrimonio de otra persona.

Se obliga a quien se enriquece sin causa a retribuir o pagar lo equivalente

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PRINCIPIO DE LA IMPREVISIÓN

Se llama imprevisión contractual o teoría de la imprevisión a la relacionada

con la extinción o modificación judicial de las obligaciones de un contrato

conmutativo de ejecución sucesiva o diferida, basada en el hecho de haberse

modificado sustancialmente las condiciones bajo las cuales se contrajeron.

La institución tiene su fundamento en la buena fe contractual, pues no se

puede forzar al deudor a cumplir su obligación cuando han cambiado

sustancialmente las condiciones en que el contrato se originó (por aplicación

del principio "Rebus sic stantibus es una expresión latina, que puede traducirse
como "estando así las cosas", que hace referencia a un principio de Derecho, en

virtud del cual, se entiende que las estipulaciones establecidas en

los contratos teniendo en cuenta de las circunstancias concurrentes en el momento

de su celebración, esto es, que cualquier alteración sustancial de las mismas puede

dar lugar a la modificación de aquellas estipulaciones. Esta frase suele utilizarse

como complementaria del dicho latino pacta sunt servanda (los pactos deben

cumplirse) en la forma pacta sunt servanda rebus sic stantibus que significa los

pactos deben cumplirse, mientras las cosas sigan así lo que habla de la obligatoriedad

de cumplir los pactos (contratos) mientras las circunstancias existentes al momento

de la celebración no varíen un ejemplo de la posguerra en el que tras la Guerra Civil

Española, algunas personas que tenían pactado un contrato de suministro con los

aceituneros de Jaén, pretendieron que éstos les siguieran entregando tan magnífico

producto en las condiciones, cantidad y precios pactados con anterioridad. "),

condiciones que de existir al tiempo de celebración, no hubieran permitido el

contrato o, en caso contrario, en condiciones radicalmente diferentes.

Dejando a una de las partes en una grave desventaja frente a la otra. Su

prestación se ha hecho de tal modo gravosa frente a la prestación de la otra

parte que, con fundamento en la equidad, el juez puede determinar la

extinción o modificación de su prestación.

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PRINCIPIO DE BUENA FE

La buena fe (del latín, bona fides) es un principio general del Derecho,

consistente en el estado mental de honradez, de convicción en cuanto a la

verdad o exactitud de un asunto, hecho u opinión, título de propiedad, o la

rectitud de una conducta. Ella exige una conducta recta u honesta en relación

con las partes interesadas en un acto, contrato o proceso. En ocasiones se le

denomina principio de probidad.

En este sentido, este principio busca impedir las actuaciones abusivas de las

partes, que tengan por finalidad dilatar un juicio.

La buena fe es aplicada en diversas ramas del Derecho. En el Derecho civil,

por ejemplo, a efectos de la prescripción adquisitiva de un bien, en virtud del

cual a quien lo ha poseído de "buena fe" se le exige un menor tiempo que a

aquel que lo ha hecho de "mala fe". En general, en las diversas ramas del

Derecho reciben un tratamiento diferenciado las personas que actuaron de

buena o de mala fe.

PRINCIPIO DE NADIE PUEDE ALEGAR SU PROPIA CULPA

Se da cuando una persona quiere sacar provecho y perjudica a otros.

Determina que una persona que actué bajo una intención dolosa no puede

sacar provecho de su situación perjudicando a otras personas.

No puede utilizar el hecho que oculte para luego sacarlo a favor.

Cuando en una actuación en materia civil tengo la intención de causar daño o

perjuicio, se puede constituir en el incumplimiento de una obligación, porque

se tiene el propósito de no cumplirla y se verá expuesto a la sanción jurídica

correspondiente.

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PRINCIPALES INSTITUCIONES DEL DERECHO CIVIL.

Según el Diccionario jurídico, institución proviene del vocablo

latino institutionis; deriva de instituo, que significa "poner, establecer,

regular, organizar o bien instituir, enseñar o educar". En Roma, se entiende

por instituciones los principios o fundamentos de la disciplina jurídica; los

romanos llamaban instituciones a los libros que señalaban los fundamentos del

derecho.

Posteriormente, tenemos que se ha utilizado el término de instituciones en la

teoría del derecho y de la sociología jurídica como el conjunto de reglas,

normas, valores y costumbres que rigen un determinado comportamiento

social. Y que las normas jurídicas reúnen.

En el derecho civil encontramos que las instituciones fundamentales son las

personas, matrimonio, adopción, parentesco, bienes, sucesiones, obligaciones

y contratos, las cuales están sufriendo cambios importantes ante el

advenimiento de la tecnología, ya que la revolución tecnológica es liberadora

del intelecto, pues hoy el manejo de la información por medios automatizados

marca a las sociedades como "sociedades de la información", mismas que

"implican el uso masivo de tecnologías de la información y comunicación para

difundir el conocimiento e intercambio en una sociedad".

Dichas instituciones se encuentran bajo el marco jurídico del derecho civil,

que regula las relaciones entre los particulares, y, no obstante de ser un

derecho privatista, se encuentra bajo el orden público, considerado éste

como el:

Estado o situación social derivada del respeto a la legalidad establecida por

el legislador. Se debe considerar que todas las leyes son de orden público, ya

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que todas ellas tienen como fin principal el mantenimiento de la paz con

justicia, que persigue el derecho. El orden público se perturba cuando el

derecho no es respetado.

En este sentir, el Derecho Civil establece que la voluntad de los particulares

no puede eximir de la observancia de la ley, ni alterarla o modificarla. Sólo

pueden renunciarse los derechos privados que no afecten directamente al

interés público, cuando la renuncia no perjudique derechos de tercero, y por

lo tanto será ilícito el hecho que es contrario a las leyes de orden público o a

las buenas costumbres.

LAS SITUACIONES Y LAS RELACIONES JURÍDICAS.

Para entender claramente el tema de las situaciones jurídicas, se debe partir

de la comprensión de lo que es una relación jurídica, ya que una situación

jurídica determinada se presenta en virtud de la existencia de una relación

jurídica.

Ahora bien, el ordenamiento jurídico, que regula las relaciones jurídicas y

determina situaciones jurídicas dentro de esa relación, debe partir de

realidades, es decir, el objeto de la ciencia jurídica son los comportamientos

o conductas de los seres humanos, y es respecto a éstas que se establecen

ciertos parámetros o guías de acción.

Es en la realidad donde las personas realizan conductas por las cuales se

relacionan y el derecho al considerar relevantes esos comportamientos y sus

fines o consecuencias, establece un marco de acción posible para los actores

de esas conductas, de manera tal que prohíbe, permite y encausa u ordena las

actividades de las personas. Es allí, cuando el ordenamiento jurídico considera

relevante una relación, que ésta pasa a ser jurídica.

Lo anterior significa que una relación se convertirá en jurídica cuando ella sea
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relevante para el ordenamiento jurídico, y ello se traducirá en una norma

positiva. Así las cosas, el concepto de relación es un concepto extrajurídico

al cual se le une la tutela que le brinda el ordenamiento y lo convierte en

jurídico.

Por otra parte, es necesario saber cuál es la génesis de la relación jurídica,

es decir, cuáles son los posibles hechos jurídicamente relevantes que hacen

que exista una relación jurídica. En ese aspecto tenemos que una relación

jurídica puede nacer por dos vías principales, a saber, en primer lugar, cuando

existe coincidencia de voluntades entre dos o más personas que

voluntariamente se ponen de acuerdo en realizar determinado

comportamiento para alcanzar un fin, es decir, el sujeto que, dentro de su

libertad, necesita o quiere lograr un fin o ver realizado un interés

determinado se acerca a otro u otros, que igualmente quiere ver satisfecho

un fin determinado, y se comprometen a algo como medio para lograr lo que

quiere .

Es en ese momento de acuerdo de voluntades en la realización de una conducta

determinada, cuando podemos hablar de relación. Si además, los fines de esa

relación se encuentra tutelados por el ordenamiento jurídico, que mediante

normas positivas guía los comportamientos y establece cuales son las

conductas debidas y necesarias para realizar el objetivo o interés de los

sujetos, entonces nos encontramos en presencia de una relación jurídica.

Por otra parte, y como segunda vía de concreción de una relación jurídica

tenemos aquella en la que, sin existir acuerdo de voluntades- que si se da en

la primera vía especificada -, se establece, en virtud de un imperativo jurídico

previo, un ligamen entre dos o más sujetos a partir de la conducta unilateral

de uno de ellos. Lo que existe es una conducta unilateral que afecta la esfera

jurídica de otro u otros sin el consentimiento de éstos, y a partir de esa

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afectación se crea un vínculo jurídico que determinará, por mandato de un

precepto legal, la conducta debida por las partes. Dentro de ésta forma de

establecimiento de relaciones jurídicas encontramos todos los casos de

responsabilidad civil por daño en la que, dada la causación de un daño ilegítimo

de un sujeto a otro u otros, se crea un ligamen por el cual la víctima tiene la

posibilidad de exigir reparación y el dañador el deber de indemnizar.

Conociendo los principales hechos generadores de una relación jurídica,

podemos ahora analizar su estructura. Como adelantamos, la estructura de la

relación jurídica está básicamente compuesta de situaciones jurídicas. Ahora

bien, ¿que entendemos por situación jurídica?. La situación jurídica es la

posición particular que cada uno de los sujetos, relacionados jurídicamente,

ocupa.

El ordenamiento jurídico al determinar pautas de conducta para cada uno de

los sujetos, dentro de una relación jurídica, los coloca en un estado o posición

en la que pueden realizar ciertas conductas, pueden exigir de otros un

determinado comportamiento o bien, deberán ejercitar determinadas

acciones. Así, de acuerdo a lo anterior, la posición del sujeto dentro de la

relación podrá ser una situación activa, cuasi activa, pasiva, o bien, de

sujeción.

Situaciones Jurídicas Activas Patrimoniales y No Patrimoniales:

Derecho Subjetivo Patrimonial: es aquella situación jurídica activa, en la que

se encuentra un sujeto, dentro de una relación jurídica cuyo objeto consiste

en bienes o servicios susceptibles de valoración económica. Tradicionalmente

las situaciones jurídicas activas patrimoniales se han dividido en:

21
 Derechos Reales: Son una categoría de derecho patrimonial que se

caracteriza por consistir en un poder inmediato del sujeto titular

sobre un cosa.

 Derechos Personales o de Crédito: Son una categoría de derecho

patrimonial que se caracteriza por la atribución, al sujeto titular, de

una facultad o posibilidad que le permite exigir de otro sujeto una

acción u omisión, es decir, una conducta de dar, hacer o no hacer.

Derecho Subjetivo No Patrimonial: Es aquella situación jurídica activa, en la

que se encuentra un sujeto, dentro de una relación jurídica cuyo objeto no es

susceptible de ser valorado económicamente.

Situaciones Jurídicas Activas Disponible e Indisponibles:

 Derecho Subjetivo Disponible: Es aquella situación jurídica en la que

el sujeto tiene la posibilidad de decidir si mantiene, modifica o

extingue su posición dentro de la relación jurídica. La mayoría de los

derechos subjetivos los podemos ubicar dentro de esta categoría y un

buen ejemplo de éstos sería los derechos subjetivos patrimoniales.

 Derecho Subjetivo Indisponible: Es aquella situación en la que, por

imperativo normativo, el sujeto no tiene la posibilidad de disponer o

decidir si varía su posición jurídica respecto al contenido de ese

derecho en particular. Es decir, de ninguna manera puede modificar o

variar su situación dentro de la relación jurídica. El mejor ejemplo de

esta categoría de derechos subjetivos lo encontramos en los valores

de la personalidad.

22
LA PERSONA.- El término persona proviene del término griego

prosopon que hace referencia a la máscara o careta que se colocaban los

actores en escena. La transposición al término latino personare (per, a través

y sonare, sonar) también se refería a la careta que se utilizaba para

incrementar el volumen de la voz, con la cual se asignaba el papel que

desempeñaba el actor, “La máscara no puede ser usada sino por seres

humanos”

Así, el primer uso del término persona fue en el mundo del teatro; después

se extenderá al mundo de la filosofía, luego del derecho, etc.

Es un concepto y dimensión que caracteriza genéricamente a lo

específicamente humano, distinguiéndole con ello, entre otras formas de vida.

Su origen nos remite a un concepto que deviene de la filosofía diferenciando

a su ser. Con capacidad de trascender. En otras palabras, “estar o poder estar

excéntrico respecto de uno mismo”, o poder mirar desde afuera. Ser a la

vez, sujeto, objeto de su propia consideración. En ella se destaca que el sujeto

en su diversidad e historicidad se mantenga uno a lo largo de su vida y

actuaciones.

LA PERSONALIDAD.- Es un concepto de orden psicológico, cada

persona tiene su propia personalidad, va construyéndola día a día. Es la

fisonomía total, actual y cambiante de una persona concreta; es un conjunto

dinámico que integra pluralidad de aspectos como los temperamentales, los

de carácter y otros.

Concepto derivado de persona, no ya filosófica sino psicológica y cercano a

las ciencias que resulta en la cualidad que hace a cada individuo diferente a

los demás a nivel psicológico (proceso de diferenciación) e igual a sí mismo,

23
a través del tiempo o historia personal. Es también otro sentido de

manifestación del sujeto.

EL SUJETO O INDIVIDUO.- Es un concepto que se distingue

complementariamente al concepto de personalidad por cuanto este

comprende además la dimensión física psicológica y moral de un sujeto, de

esa forma de vida que en lo humano destaca: autonomía, sujeto y persona

como constitutivos, forma de vida a la vez único respecto de sus semejantes.

 Noción Jurídica de Sujeto de Derecho

Tradicionalmente se han equiparado los conceptos de sujeto de derecho y

de persona.

Al respecto se afirma que la posibilidad de ser titular de derechos (y

correlativamente la de tener obligaciones) constituye la categoría jurídica de

los sujetos de derecho. Todo aquel individuo o entidad capaz de tener

derechos es un sujeto de derechos y por tanto una persona jurídica.

En efecto no se debería imputar la categoría jurídica de sujeto de derecho a

realidades que no corresponden a la naturaleza humana (sea considerada

individual o colectivamente). No debemos olvidar que la categoría de sujeto

de derecho recae siempre y en última instancia en el ser humano.

El sujeto de derecho siempre será un ser humano o un grupo de ellos, y la

estructura axiológica estará siempre presente en ellos. El sujeto individual

es un valor en sí mismo. El sujeto colectivo es una unidad de fines.

La sistematización de la categoría jurídica del sujeto de derecho es sin lugar

a dudas la contribución más importante que hace el codificador peruano a la

legislación contemporánea.

24
Fernández Sessarego, Carlos1, se refiere al sujeto de derecho como “El ente

al cual el ordenamiento jurídico imputa derechos y deberes”; asimismo indica

que se atribuye a la persona la calidad de ser el centro de imputación

normativo y señala que el sujeto de derecho se puede clasificar en 4 (cuatro)

categorías: El concebido, La persona natural, La persona jurídica y La persona

que realiza actividad jurídica, pero que no se encuentra inscrita (personas

jurídicas irregulares).

CATEGORÍAS DEL SUJETO DE DERECHO

- concebido.- Ser humano desde que está en formación


- persona natural.- Ser humano a partir del nacimiento hasta la
muerte

- persona jurídica regular.- Ser humano que participa en la


comunidad. Interrelaciona con otros seres humanos. Inscrita.

- persona jurídica irregular.- Ser humano que participa en la


comunidad. No Inscrita.

El Sujeto ha de ser necesariamente el “hombre” y no otro ser. El hombre es

la persona. Jurídicamente persona es todo ser susceptible de ejercer

derechos y estar sujeto a obligaciones; todo “ente” capaz de adquirir

derechos y de contraer obligaciones.

Hoy definimos a la persona como la entidad jurídica capaz de ser sujeto de

deberes y derechos. Es decir es un eje de imputación jurídica de deberes y

derechos. En esta definición debemos distinguir entre persona y sujeto de

derecho como lo hace el artículo 1 del código civil: el que está concebido (es

decir que no ha nacido pero ya existe en el seno de su madre), tiene derechos

1
Fernandez Sessarego, Carlos.-Derecho de las Persona, 8va. Edición. Editora Grijley, Lima 2001

25
pero no deberes. La atribución de derechos patrimoniales está condicionada

a que nazca vivo.

Entonces el ser humano tiene para el derecho dos etapas como sujeto de

derecho: una antes de nacer en la que tiene derechos pero por lo general

ningún deber; otra la de persona que ocurre a partir del nacimiento.

Hasta hace alrededor de dos siglos los términos “persona” y “ser humano”

eran prácticamente sinónimos. En realidad el Derecho Romano hablaba del

hombre pues aunque el término persona aparece en la recopilación Justinianea

(y en la Instituta de Gayo), los especialistas concuerdan en que es una palabra

introducida tardíamente en el lenguaje jurídico romano.

Entre persona y ser humano hace dos siglos se podían hacer por lo menos las

siguientes diferencias:

1. Las mujeres no gozaban de todos los derechos de los que

gozaban los hombres frente al Derecho.

2. Había esclavos a los que formalmente se trataba como cosas y

no como personas (aunque el Derecho Romano y sus escuelas

nunca dejaron de reconocer su condición humana).

3. Existía una pena criminal que se llamaba la muerte civil, según la

cual el condenado podía sobrevivir pero no tener derecho alguno.

En consecuencia era ser humano pero no persona.

Actualmente en el Perú la no discriminación por razón de sexo ante el

Derecho está consagrada en el inciso 2 del artículo 2 de la Constitución. No

hay esclavitud ni muerte civil. En consecuencia desde esta perspectiva ser

humano y persona son términos sinónimos, Naciones Unidas ha desarrollado

con gran ímpetu la concepción de los derechos humanos, es decir derechos

que corresponden a cada ser humano por pertenecer a la humanidad; derechos

26
que no pueden ser negados y algunos de ellos ni siquiera suspendidos por razón

alguna.

Reconocer que persona y ser humano son sinónimos en el sentido que hemos

venido desarrollando las cosas equivale a sostener lo esencial de la doctrina

de los derechos humanos: a que a ningún ser humano se le pueden arrebatar

sus derechos.

Es importante reiterar que la denominación “sujeto de derecho” se refiere

siempre exclusiva y excluyentemente a la vida humana, cualquiera sea su

modalidad ya sea el ser humano en formación antes de su nacimiento o una

vez nacido como ser antológicamente libre u organizado colectivamente,

cumpliendo o no con la formalidad de la inscripción en el registro conforme a

ley. Queda superada de esta manera aquella posición que consideraba como

idénticos los términos “persona” y “sujeto de derecho”, por cuanto el primero

forma parte del segundo.

CLASIFICACIÓN DE LAS PERSONAS

El derecho distingue las personas en: naturales, individuales o físicas y en

jurídicas o colectivas.

El profesor y doctor en Derecho Marcial Rubio2 afirma que desde hace algo

así como doscientos años, el concepto de persona se subdividió en dos:

 Persona natural: expresión con la que se denota al ser humano, y

 Persona jurídica: expresión referida a las instituciones conformadas

por otras personas (naturales o jurídicas) y que adquieren existencia

legal propia por su inscripción en un registro público, o porque se les da

2
Rubio Correa, Marcial.- El Sistema Jurídico, Lima, Fondo Editoria PUC. 2003

27
una ley especial de creación (casos de las empresas públicas o de las

universidades, entre otros).

La categoría jurídica admite dos categorías específicas a saber, la del sujeto

de derecho individual, en la cual están comprendidos el concebido y las

llamadas personas naturales y, por otro lado, están los sujetos de derecho

colectivos, tal es el caso de la denominada persona jurídica y de las

organizaciones de personas no inscritas. Entonces podemos afirmar que toda

persona natural es un sujeto de derecho; pero no necesariamente que todo

sujeto de derecho es persona.

LA FAMILIA

Etimología de la palabra familia:- Es una palabra de origen dudoso.

Para algunos autores, la palabra familia se deriva de la raíz latina fames

que significa hambre, para otros, tiene su origen en la raíz griega

famulus, que significa siervo, esclavo, dependiente, sirviente,

sometido servilmente a la autoridad del pater (padre).

Concepto genérico de familia.- Es innegable que la familia es un hecho

natural, biológico y de trascendencia social, no hay duda que se origina

a raíz de los impulsos genésicos del hombre y se constituye a fin de

satisfacer las necesidades materiales, espirituales y morales de éste.

La familia como fenómeno natural tiene su base en la unión de los sexos

y como institución jurídica encuentra su origen en el matrimonio, que

viene a ser la unión de un hombre y una mujer, reconocida y sancionada

por el ordenamiento jurídico de cada país o nación, de acuerdo con los

usos y costumbres de la colectividad.

La familia de modo general viene a ser la reunión o asociación natural y

28
espontánea de las personas que unidas por intereses comunes, cumplen los

fines materiales y espirituales que les impone la vida.

La familia es la primera célula de la sociedad, es expresión de la sociabilidad

humana, tiene y ha tenido existencia universal y ha tenido notable

influencia sobre la vida entera de la sociedad, por lo que hoy como en todas

la épocas los cambios que experimenta trascienden en la vida de la sociedad.

Esta célula social ha sido y seguirá siendo, materia de estudio desde

ángulos y as p e c t o s d i f e r e n te s tales como: sociológico,

b i o l ó g i c o , antropológico, ético, económico, agrario, político y jurídico, en

tanto y cuanto interesa al jurista, al legislador y al Derecho en sí mismo. Si

hacemos un análisis de la forma cómo surgió la familia, podemos darnos

cuenta que ésta no es realmente un fenómeno jurídico legal, ni obra, ni

creación del Derecho, ni de la ley, sino que tanto por su origen como por

su fin, es obra de la naturaleza humana, dirigida a satisfacer las necesidades

y exigencias de la naturaleza humana, dirigida a satisfacer las necesidades y

exigencias inherentes a la persona como ser individual y social. Es decir

que la familia se ha formado desde sus orígenes en respuesta a las

necesidades genésicas del hombre, a la necesidad que tiene éste de

perpetuar su especie y el Derecho lo único que hace es regular su

organización, estructura, deberes, derechos y obligaciones que se

derivan de la actuación de sus miembros, los cuales se encuentran

integrados por factores de diferente índole: étnicos, morales,

religiosos, culturales, jurídicos, psicológicos y hasta educativos que

se transmiten de generación en generación que dan unidad, caracterizan

e identifican al grupo familiar.

Concepto jurídico de familia.- No hay institución más importante para

29
el ser humano desde que viene a este mundo que la familia, sea cual fuere

su condición, esté formada regular e irregularmente, pues son más bien

preceptos morales que jurídicos los que unen a sus miembros.

Según el Artículo 4to de nuestra actual Constitución del Estado la familia

es "una sociedad natural e institución fundamental de la nación".

En sentido amplio, la familia "es el conjunto de personas unidas por los

vínculos del matrimonio, el parentesco o la afinidad". En sentido

restringido, "es el conjunto de personas unidas por el matrimonio o la

filiación" (marido y mujer) padres e hijos, generalmente sólo los menores

e incapaces. Por extensión se puede incluir en este concepto el caso de

concubinos y sus hijos menores e incapaces.

Importancia de la familia.- Entre las instituciones del llamado

Derecho Civil, pocas o tal vez ninguna, habrán sufrido la profunda

evolución que ha conmovido y aun conmueve, jurídicamente a la familia.

Con razón pudo afirmar el ilustre profesor de la Universidad de Bolonia

Antonio Cieu, en su famosa obra "La Filiación" que "la legislación de

familia, ha emprendido en sus principales manifestaciones, el tránsito

desde la esfera peculiar y para muchos tradicional del Derecho Privado

hacia la más amplia del Derecho Público".

No son pocos los filósofos y juristas para quienes el fenómeno significa

un decidido avance y una conquista moderna, otros por el contrario opinan

que se tratan de un hecho regresivo, el cual conduce de nuevo a la

familia, al ambiente en donde nació, con el vigor de un status y el matiz

político que sin duda, revestía en el Derecho de las antiguas ciudades y

en el primitivo de Roma, donde se pudo vislumbrar la sociedad

familiar, como auténtico embrión del Estado. De un estado característico

30
de aquella época, pero cuyo ambiente político y esencia trasciende al

Derecho Público, entonces poco diferenciado del privado y que no se puede

desconocer.

Sea lo que fuere sin embargo puede afirmarse que en la esfera del

Derecho, la familia interesa por los efectos y consecuencias jurídicas

que produce y genera entre sus fundadores (padres o progenitore s) y

entre las personas que descienden o se originan de esta pareja

(descendientes y parientes).

Caracteres de la familia.- Son tres:

 Carácter natural.- La familia no ha sido creada por ninguna ley,

en ningún país, en ninguna sociedad organizada (tribu o nación),

no es patrimonio de nadie. Es anterior a la ley, la cual sólo la regula,

la organiza, la protege, la ampara, surge de las leyes de la naturaleza.

 Carácter necesario.- Instintivamente surge incluso en las

especies zoológicas inferiores, la necesidad de proteger a la

descendencia. En el hombre tal sentido de protección impone

que la unión entre los progenitores sea estable.

 Carácter económico.- La familia en la primitiva economía familiar

constituía una unidad productora, esto es que la producción

como el consumo y la propiedad tuvieron un carácter familiar;

sin embargo este carácter subsiste son familias las que trabajan,

producen la riqueza de los pueblos, son ellas las que comercian y

consumen y de una u otra manera, directa o indirectamente mueven

la economía de los países.

Funciones de la familia. - La familia como ente social, célula

fundamental de la sociedad, juega un rol muy importante dentro de

31
ella. Ejerce una influencia decisiva en la existencia humana, pudiendo

resumir sus funciones en las siguientes:

 Función reproductora.- Porque es a través de la familia que el

hombre logra perpetuar su especie, permitiendo la continuidad de

la vida humana.

 Función social.- Es la familia la base de la organización social

humana, es en base a ella, que se han formado, las tribus, las

hordas, las gens, los pueblos, las naciones y los estados. Se hace

sociedad a partir de la familia.

 Función económica.- Porque es dentro del seno de la familia que el

hombre logra mediante su esfuerzo personal y colectivo generar

patrimonio. Además son familias las que trabajan, las que producen y

labran la riqueza de los pueblos.

 Función educativa.- Es la familia la escuela más importante donde el

hombre aprende a vivir en sociedad, porque es ella la que transmite los

usos, costumbres, valores y principios que constituyen la base de la

convivencia humana.

Caracteres del derecho de familia.-

El Derecho de Familia como rama del derecho Privado y, por tanto, del

Derecho Civil, presenta características propias y definidas y que si bien no

permiten, "adscribirlo al Derecho Público, ni separarlo del Privado, hacen

que ofrezca dentro de este último una especial fisonomía, por lo menos en

contraste con el Derecho Patrimonial o Derecho de la Contratación, que a

veces falsamente se considera como paradigma". Teniendo en cuenta lo

expuesto, podemos decir, que si es verdad que las normas de Derecho

de Familia regulan las relaciones familiares entre los privados, sin

embargo, éstas son de imperioso cumplimiento, constituyendo en el fondo

32
normas de orden público que lo que hacen es proteger y tutelar a la familia

como institución base de la sociedad. De acuerdo con ello, podemos

decir que el Derecho de Familia tiene cuatro notas características:

 Carácter natural.- Las relaciones reguladas por el Derecho de

Familia no son otras que las relaciones naturales de la

procreación, comunidad de intereses materiales o morales, vida en

común bajo un mismo techo, es decir son relaciones que las impone la

misma naturaleza humana.

 Carácter local, zonal, regional o nacional.- La norma jurídica no

puede ser contraria a las peculiaridades de la familia para la cual

legisla, tiene que respetar los usos y costumbre de la sociedad.

 Carácter ético.- Contrariamente a lo que acontece con los

derechos civiles patrimoniales. El Derecho de familia está

constituido por deberes morales a los cuales el derecho les ha

dado el carácter de normas jurídicas obligatorias. Se trata

sobre todo de regular relaciones con contenido ético.

 Carácter público.- Los, deberes que impone la norma jurídica no

pueden ser materia de transacción, remisión, se trata de

derechos y obligaciones no renunciables, ni modificables

voluntariamente, lo cual quiere decir que las normas que contiene

el Derecho de familia, son de Orden público, tienen carácter

imperativo y nadie puede sustraerse a ellas.

Rasgos fundamentales del actual derech o de familia.-

En el aspecto Cristiano-Europeo solo se permite el matrimonio

monogámico: en el mundo islámico el matrimonio poligámico.

En algunos sistemas jurídicos preceden al matrimonio los esponsales.

33
Hoy en día se requiere para la, celebración del matrimonio la

cooperación de un funcionario público, la presencia de testigos,

consentimiento d e lo s co ntr aye nte s y d e lo s pad r es cuand o s e es

m e nor d e e d ad , la capacidad de los contrayentes y que no existan

impedimentos para su celebración.

La Constitución de 1993 y la familia.-La Constitución de 1993 al igual

que la de 1979 también protege a la familia, al niño, al adolescente, a la

madre y al anciano en sus artículos 4°, 5° y 6° y . 7° y lo hace de

manera genérica y declarativa. De modo general la Constitución de

1993 en los artículos antes citados reconoce a la familia los siguientes

derechos:

 La protección al niño, al adolescente, a la madre y al anciano en

situación de abandono (Artículo 4° de la Constitución)

 Que la familia y el matrimonio son institutos naturales de la

sociedad (Artículo 4° de la Constitución)

 Que la forma de matrimonio y las causales de separación y

disolución son reguladas por la ley. (Artículo 4° de la Constitución)

 Reconoce las uniones de hechos regulares o perfectas, entre

quienes se forma una sociedad de bienes, a las cuales se aplica el

régimen de sociedad de gananciales, siempre que el varón y la

mujer lo hayan hecho libres de impedimento matrimonial.( Artículo

5° de la Constitución )

 Establece una política de población destinada a difundir y

promover la paternidad y maternidad responsables (Artículo 6°

de la Constitución).

 La igualdad de deberes y derechos entre todos los hijos (Artículo 6°

34
de la Constitución)

 La prohibición de mencionar en los Registros Civiles y

cualquier documento de identidad, la clase de filiación que se

tiene con respecto a los padres (Artículo 6° de la Constitución)

 La protección de la salud, del medio familiar y de la comunidad

(Artículo 7° de la Constitución).

LAS SUCESIONES.

El deceso de las personas, es un hecho natural, frecuente, a veces inesperado

pero inevitable al fin, al cual todos estamos expuestos dada la naturaleza

finita del ser humano. La muerte al causar la desaparición física de la persona,

produce también la extinción de su personalidad jurídica que se exige como

requisito para ser sujeto de derechos y obligaciones.

Frente a ese fenómeno de la muerte de las personas, la sociedad y el

Estado no podían permanecer indiferentes, los bienes del fallecido no podían

quedar expuestos a la rebatiña de los parientes o a la apropiación de los

acreedores o de simples ocupantes, esto es tan lógico que todas las

civilizaciones conocidas desde la antigüedad han establecido reglas para que

la transmisión de los bienes de una persona fallecida a sus sucesores pueda

operar en forma ordenada

El Derecho de Sucesiones responde así a la necesidad de regular el

destino que debe darse al patrimonio de una persona a su fallecimiento, de la

suerte que debe deparar a las relaciones jurídicas de las que era titular.

Concepto de Sucesión.-

La voz sucesión indica transmisión. Es el hecho jurídico por el cual los

derechos y obligaciones pasan de una persona a otra.

35
Como señala el Dr. Lanatta, “la sucesión es la transmisión patrimonial por

causa de muerte”

La sucesión puede definirse entonces como “La transmisión de los

bienes, derechos y obligaciones que constituyen la herencia de una persona

muerta a sus sucesores, y herencia al patrimonio que esa persona deja al

morir”

Fundamento y naturaleza jurídica.-

El Derecho de sucesiones tiene como fundamento principal el derecho

a la propiedad privada, de manera que si no existiera propiedad privada no

habría bienes que transmitir por herencia. La relación es de causa a efecto,

es por ello que ambos conceptos van unidos en diversos textos legales como

ocurre al tratar los derechos de la persona en el artículo 2º Inc.16 de la

Constitución Política, por el cual toda persona tiene derecho: A la propiedad

y a la herencia.

En cuanto a su naturaleza es elemento real aquello que es objeto de la

transmisión; también es un modo de adquirir los bienes, derechos y

obligaciones así como es por causa de muerte, porque para que se produzca la

sucesión, tiene que morir la persona.

36
Elementos de la sucesión.-

El causante El heredero o legatario la herencia

Clases de sucesión.-

La sucesión puede ser:

 Testamentaria: O voluntaria, es aquella en que la transmisión patrimonial


opera por voluntad del causante expresada en un testamento. Cabe

precisar, que en nuestra legislación la voluntad del testador no es

irrestricta sino que su eficacia está condicionada al cumplimiento de

ciertas formalidades y limitaciones impuestas por la Ley.

 Intestada: O legal, por ser la Ley la que determina la forma de distribución


de la herencia y a lo beneficiarios, cuando el causante no ha dejado

expresada su voluntad mediante un testamento o este resulta incompleto

o nulo.

 Mixta: Es la sucesión que es en parte testada y en parte intestada; como


ambas sucesiones no son incompatibles, nada impide que en ciertos casos

ambas coexistan. Rigiéndose por el testamento una parte y por la sucesión

intestada la otra.

37
La Herencia.-

Está constituida por el conjunto de bienes y obligaciones de las que el

causante es titular al momento de su fallecimiento, incluyendo todo lo que el

difunto tiene, o sea, el activo, y todo lo que debe, o sea el pasivo. La herencia

así entendida NO es objeto de partición, pues ésta debe hacerse únicamente

sobre el activo remanente, cuando se haya cumplido con todas las

obligaciones; a saber éstas son:

 Deudas comunes de la sociedad conyugal: La sociedad de gananciales

responde de las obligaciones contraídas durante ella por los cónyuges (por

ejemplo un préstamo para la construcción de un segundo piso en la vivienda

familiar).

 Las gananciales del cónyuge sobreviviente: Los gananciales se dividen

entre el cónyuge viudo y los herederos del fallecido (entre los cuales se

encuentra el viudo/a).

 Las deudas propias del causante: Si el causante al morir dejo deudas

que no afectaban a la sociedad conyugal, éstas serán canceladas por el

patrimonio del fallecido.

 Cargas de la herencia: Se refieren a los gastos del funeral, así como

los provenientes de la última enfermedad del causante y los de

administración de la herencia.

Atribución patrimonial

Todo acto jurídico lícito por medio del cual una persona procura a otra una

ventaja patrimonial de cualquier tipo que sea, lo cual exige el enriquecimiento

del beneficiario pero no necesariamente el empobrecimiento del que la

38
realiza. Por ejemplo quien presta sus servicios, si bien enriquece a quien se

los presta no necesariamente se empobrece.

El Acto Jurídico:

Es todo hecho jurídico voluntario, lícito y con efectos queridos por el

autor, que va ocasionar situaciones jurídicas como son: crear, modificar,

regular o extinguir derechos y generar las correspondientes obligaciones.

Los actos jurídicos son hechos voluntarios por excelencia,

dependientes de la manifestación libre y espontánea del sujeto de derecho;

por el contrario no serán actos jurídicos los hechos de la vida subjetiva

interna, los producidos en estado de inconciencia y por situaciones de fuerza

que privan al sujeto de su libre albedrío.

Como lo manifestó el Maestro León Barandiarán “Es el hecho jurídico

voluntario, lícito, con manifestación de voluntad y efectos jurídicos que

responden a la intención del sujeto en conformidad con el Derecho positivo”

El artículo 140° del Código Civil vigente prescribe que el acto jurídico

“es la manifestación de voluntad destinada a crear, regular, modificar y

extinguir relaciones jurídicas” por ejemplo la venta de una casa, el préstamo

de una suma de dinero.

La voluntad que genera el acto jurídico –sostiene el profesor Vidal

Ramírez- es la de un sujeto que actúa como un sujeto de derecho y por eso el

acto jurídico incide sobre toda clase de relaciones jurídicas, sean

patrimoniales o extrapatrimoniales ya sea tratándose de derechos

creditorios, reales, familiares o sucesorios.

Entonces podemos afirmar que el acto jurídico es un hecho jurídico,

humano, voluntario, lícito que tiene en común la nota esencial de ser queridos

39
por sus autores para conseguir un cierto efecto, el cual si se verifica es

consecuencia inmediata de la voluntad. Es decir, existe una manifestación de

voluntad con un determinado fin. En el cuadro sinóptico señalado

anteriormente se puede apreciar con mayor claridad el camino recorrido para

llegar al acto jurídico.

De aquí podemos concluir que los actos lícitos se distinguen según que

el efecto jurídico sea consecuencia de una manifestación de voluntad

directamente encaminada a producirlo o que no lo sea. Sólo los primeros se

consideran actos jurídicos, porque tienen como nota esencial el ser queridos

por sus autores para conseguir un cierto efecto, el cual sí se verifica es

consecuencia inmediata de la voluntad por ejemplo, el arrendatario se hace

poseedor porque ha querido concluir un contrato de alquiler de un bien

inmueble. Igualmente, el comprador se hace propietario, porque ha querido

concluir la compraventa de una casa. Estos actos constituyen manifestaciones

de voluntad en sentido estricto.

En conclusión, significa que debe haber una sincronización entre lo

decidido internamente por el celebrante y la decisión exteriorizada, es decir,

la voluntad debe estar intencionalmente dirigida a producir el efecto

perseguido por el declarante.

El negocio jurídico:

La escuela francesa a comienzos del siglo XIX configuró al acto

jurídico como hechos humanos voluntarios con fines que podrían ser lícitos e

ilícitos. La escuela alemana se inclinaba solamente por la licitud en los actos,

por lo que para diferenciarse de los doctrinarios franceses optó por el

nombre de negocio jurídico el cual sólo tenía fines lícitos. Por ejemplo para

los franceses podían ser actos jurídicos tanto un contrato de compra-venta

40
como un homicidio, en cambio para los germanos solamente sería negocio

jurídico la compra-venta y no el homicidio.

En el Perú, tanto el Código Civil derogado de 1936, como el vigente de

1984 adoptan la teoría del acto jurídico con el mismo significado de la teoría

del negocio jurídico de la doctrina alemana. El “acto jurídico” y el “negocio

jurídico” son en esencia lo mismo, o sea la actuación de la voluntad privada

con el fin inmediato de producir efectos jurídicos. El legislador peruano

manifiesta que ha adoptado la expresión acto jurídico por razones de

tradición jurídica.

Además, la palabra acto comprende tanto los actos lucrativos como los

no lucrativos, en cambio, la palabra negocio no se puede extender, y

efectivamente no se extiende en la experiencia social y jurídica, a los actos

no lucrativos; resulta que antes de hablar de negocio jurídico es más

apropiado hablar de acto jurídico con su significado estricto de

“manifestación de voluntad destinada a producir un efecto inmediato de

derecho” por oposición a los actos meramente lícitos. Si la teoría de los actos

lícitos estaría referida únicamente a los actos patrimoniales la denominación

correcta sería la de “negocio jurídico”, pero como comprende además los

actos extrapatrimoniales consideramos que es correcta la denominación de

“acto jurídico”.

Los Derechos Reales

El derecho real es el poder jurídico, directo e inmediato, de un sujeto sobre

un bien que le pertenece en orden a la satisfacción de un interés económico,

poder que se adhiere y sigue al bien, por lo que puede oponerse frente a todos

(erga omnes). En otros términos, el derecho real es el que nos pertenece

41
directamente sobre un bien en orden a la satisfacción de un interés

económico y es oponible frente a todos.

El derecho real responde al instinto natural del sujeto de tener el

poder de utilizar un bien, sin intermediarios y sin ser estorbado por nadie,

con el fin de satisfacer intereses económicos. El poder del titular del derecho

real se ejerce dentro de los límites de la ley; ésta reconoce a la propiedad

como el poder más amplio, puesto que le otorga las facultades de usar,

disfrutar, disponer y reivindicar un bien (art. 923°).

El sujeto activo del derecho real es el titular (propietario, poseedor,

etc.), el objeto es un bien con valor económico y el sujeto pasivo son todos los

no titulares, la sociedad. El derecho real es un derecho absoluto, de contenido

patrimonial, cuyas normas de orden público establecen entre una persona

(sujeto activo) y una cosa determinada (objeto) una relación inmediata, que

previa publicidad obliga a la sociedad (sujeto pasivo) a abstenerse de realizar

cualquier acto contrario al mismo, naciendo para el caso de violación una

acción real y que otorga a sus titulares el derecho de persecución y el de

preferencia.

Toda relación jurídica se establece entre personas (naturales o

jurídicas), no hay relación jurídica establecida entre un sujeto y un bien, por

lo que es equivocado decir que el derecho real consiste en establecer una

relación directa entre una persona y un bien. En un extremo de la relación

jurídica se encuentra el sujeto activo o sujeto del derecho y en el otro

extremo, el sujeto pasivo o sujeto del deber. El sujeto activo de la relación

jurídica real es el titular del derecho real (propietario, poseedor, etc.) y el

sujeto pasivo es toda la comunidad que está en el deber general de no

perturbar el derecho del titular, quien puede excluir a todos los otros sujetos

del goce del bien.


42
Hay que distinguir entre Derecho real positivo, derecho real subjetivo y

objeto del derecho real:

 El Derecho real positivo: es el sector del ordenamiento jurídico

vigente que regula las relaciones jurídicas reales, atribuyendo o

asignando los bienes entre los diversos miembros de la comunidad,

estableciendo los límites de su dominación, utilización y

aprovechamiento, fijando las responsabilidades que se generen como

consecuencia de la propiedad, posesión, uso o disfrute, señalando los

medios de protección de los titulares.

 El Derecho real subjetivo: es el poder de obrar erga omnes que tiene

el sujeto titular sobre un bien que le pertenece en propiedad, uso o

posesión. Este poder le es reconocido al sujeto por el Derecho real

positivo.

 El sujeto del derecho real: es la persona natural o jurídica, excepto

los derechos de uso y habitación que no admiten como titulares a las

personas jurídicas

 El objeto del derecho real: es el bien. El derecho real, de propiedad,

posesión, etc. Se constituye y ejerce sobre un bien corporal o

incorporal. Una cosa es el bien y otra, el derecho real constituido sobre

él.

Dentro de los límites de su poder de obrar, el sujeto titular del derecho real

puede hacer del bien que le pertenece cuanto quiera, sin ser perturbado por

los otros sujetos. El mayor poder permitido es el de propietario, el poder de

los demás titulares de derechos reales (usufructuario, usuario, etc.) es

limitado.

Derechos reales principales y derechos reales accesorios: Los derechos

reales principales tienen existencia autónoma, recaigan en bien propio

43
(propiedad, copropiedad, multipropiedad) o recaigan en bien ajeno (usufructo,

servidumbre, superficie). Estos últimos restringen el derecho del propietario

al libre uso, al disfrute o la disposición o gravamen del bien. Son principales

porque su titular ejerce su derecho sobre el bien sin intermediarios.

El Código civil regula los derechos reales principales siguientes:

Posesión, propiedad, copropiedad, usufructo, uso, habitación, superficie

servidumbre. Y los derechos reales accesorios (de garantía) siguientes:

Garantía mobiliaria (prenda), anticresis, hipoteca y derecho de retención.

Los derechos reales accesorios no tienen vida autónoma sino que su

existencia depende de existencia de un derecho de crédito al cual están

unidos. Con estos derechos reales accesorios, el acreedor busca una

seguridad para el cumplimiento de la obligación; en caso de no ser pagado,

vende la cosa mueble que tiene en garantía, o el inmueble que tiene

hipotecado, o percibe los frutos que tiene en anticresis. Con los derechos

accesorios se restringe el poder del propietario de libre disposición del bien,

poder de disposición que es conferido al acreedor condicionalmente, esto es,

el acreedor, si su deudor no paga, puede proceder a la venta del bien afectado

en garantía.

Los derechos reales regulados por el Código civil vigente son: La

posesión, coposesión, propiedad, copropiedad, usufructo, uso, habitación,

servidumbre, superficie, garantía mobiliaria (Ley N° 28677 del 01/03/2006),

hipoteca, anticresis, derecho de retención. El D. Leg. 706° regula la

multipropiedad.

La propiedad (llamada también dominio) es el derecho real de mayor

jerarquía, el derecho real por excelencia, que confiere al dueño o propietario

44
el poder jurídico de usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien. Debe

ejercerse en armonía con el interés social y dentro de los límites de la ley.

La copropiedad (denominada también condominio) existe cuando un

bien pertenece a dos o más personas

La propiedad de unidades inmobiliarias de propiedad exclusiva y de

propiedad común (Ley 27157) (antes propiedad horizontal), se da cuando en

las unidades inmobiliarias coexisten bienes de propiedad exclusiva y bienes

de propiedad común, tales como departamentos en un edificio, quintas,

centros y galerías comerciales o campos feriales.

La posesión es el ejercicio de hecho de uno o más poderes inherentes

a la propiedad. Por ejemplo, es poseedor el usufructuario, comodatario,

usuario, el usurpador. La coposesión existe cuando dos o más personas poseen

un mismo bien conjuntamente.

El usufructo confiere el derecho de usar y disfrutar temporalmente

un bien ajeno. Puede recaer sobre toda clase de bienes no consumibles, salvo

el usufructo del dinero que solamente da derecho a percibir la renta

El derecho de uso consiste en la facultad de usar o servirse de un bien

no consumible.

El derecho de habitación es el uso como morada de una casa habitación

Por el derecho de superficie el superficiario goza de la facultad de

tener temporalmente una construcción en propiedad separada sobre o bajo la

superficie del suelo. No puede durar más de 99 años. A su vencimiento el

propietario del suelo adquiere la propiedad de lo construido reembolsando su

valor, salvo pacto distinto.

45
La servidumbre es un derecho a una específica utilidad sobre un

inmueble ajeno. Las servidumbres son obligaciones que la ley o el propietario

de un predio sirviente impone en beneficio de otro predio llamado dominante,

con el fin de que el propietario del predio dominante practique ciertos actos

de uso del predio sirviente.

La Ley 28677°, Ley de la Garantía Mobiliaria, ha derogado los

artículos 1055° al 1090° del Código Civil, los cuales regulaban la prenda, la que

ha sido sustituida por la garantía mobiliaria, que consiste en la afectación de

un bien mueble para asegurar el cumplimiento de una obligación.

Por la hipoteca se afecta un bien inmueble en pago de una deuda propia

o ajena. El hipotecante no se desprende de la posesión del bien. El acreedor

hipotecario tiene los derechos de persecución, preferencia y venta judicial

del bien hipotecado en caso que el deudor no pague.

Por la anticresis se entrega un inmueble en garantía del pago de una

deuda, concediendo al acreedor el derecho de explotarlo y percibir sus

frutos.

Por el derecho de retención un acreedor retiene en su poder el bien de

su deudor si su crédito no está suficientemente garantizado, cuando existe

conexión entre el crédito y el bien que se retiene.

LOS REGISTROS PÚBLICOS

La Superintendencia Nacional de los Registros Públicos más conocido

como SUNARP, es un organismo descentralizado autónomo del Sector

Justicia y ente del Sistema Nacional de los Registros Públicos, el cual tiene

entre sus principales funciones el de dictar las políticas y normas técnico -

registrales de los registros públicos que integran el Sistema Nacional,

46
además de planificar, organizar, normar, dirigir, coordinar y supervisar la

inscripción y publicidad de actos y contratos en los Registros Públicos que

integran el Sistema Nacional.

La SUNARP fue creada mediante Ley 26366 en octubre de 1994, dentro del

proceso de modernización del Estado.

Misión: Otorgar seguridad jurídica y brindar certidumbre respecto a la

titularidad de los diferentes derechos que en él se registran, teniendo como

soporte de desarrollo: la modernización, simplificación, integración y la

especialización de la función registral en todo el país, en beneficio de la

sociedad.

Visión: Ser una organización plenamente eficiente y eficaz, mediante la

prestación de un servicio moderno y democrático en su cobertura, que facilite

el desarrollo de la actividad económica del país y constituya un modelo de

organización y gestión en el sector público nacional y latinoamericano.

LA SUNARP es el ente rector del Sistema Nacional de Registros Públicos, las

Zonas Registrales son los órganos desconcentrados de la SUNARP que gozan

de autonomía registral y económica dentro de los límites del estatuto y la ley,

en ellas se encuentran las Oficinas Registrales que son las encargadas de

prestar los servicios de inscripción y publicidad registral de los diversos

actos y contratos inscribibles.

Clases de Registros que se pueden hacerse en la SUNARP:

Propiedad inmueble: Es el encargado de la inscripción y publicidad de los

actos y contratos sobre bienes inmuebles. Por ejemplo: terrenos, casas,

47
edificios, predios, etc. El Registro de Propiedad Inmueble comprende los

siguientes Registros:

 Registro de Predios: Unifica el Registro de Propiedad Inmueble,

Registro Predial Urbano y la Sección Especial de Predios Rurales. En este

Registro se inscriben las Transferencias de Propiedad, Declaratorias de

Fábrica, Urbanizaciones, Hipotecas, Primeras de Dominio, Embargos y

Demandas referidas a Predios Urbanos y Rurales.

 Registro de Derechos Mineros: Se inscriben las concesiones,

transferencias, fraccionamientos, acumulaciones, entre otros.

 Registro de Concesiones para la explotación de servicios

públicos: Se inscriben las concesiones, hipotecas, entre otros actos.

Bienes muebles: Se realiza la inscripción de los actos y contratos referidos

a ciertos bienes muebles. Unifica los siguientes Registros:

Registro de Propiedad Vehicular: Se inscribe la inmatriculacion del vehículo,

transferencias de propiedad, anotaciones o cancelaciones de embargos,

cambios de características y otros actos relativos a vehículos automotores.

 Registro de Buques: Se inscriben los buques, sus transferencias y

cargas, etc.

 Registro de Embarcaciones Pesqueras: En este Registro se inscriben

las embarcaciones de pesca, sus transferencias y cargas, entre otros.

 Registro de Naves y Aeronaves: Se inscriben las aeronaves,

transferencias de dominio, contratos de arrendamiento, hipotecas, etc.

Personas jurídicas: Es el Registro encargado de la inscripción y publicidad de

los actos y contratos referidos a Personas Jurídicas. Unifica a los siguientes

Registros:

Registro de Personas Jurídicas: En el que se inscriben las asociaciones,

48
fundaciones, cooperativas, comunidades campesinas y nativas, entre otras, y

los actos relacionados a ellos.

 Hidrocarburos: En este Registro se inscriben entre otros actos los

contratos de contratistas y subcontratistas de servicios petroleros, así como

los contratos de servicios de explotación.

 Registro de Sociedades: Se inscriben sociedades anónimas,

sociedades comerciales de responsabilidad limitada, sucursales, entre otros.

 Registro de Empresas Individuales de Responsabilidad Limitada: Se

inscriben la constitución de estas empresas y nombramiento de gerentes

entre otros.

Personas naturales: Es el Registro responsable de la inscripción y publicidad

de actos y contratos referidos a personas naturales; por lo que unifica a los

siguientes Registros:

 Registro de Mandatos y Poderes: Se inscriben los mandatos y

poderes otorgados por personas naturales, sus modificaciones, extinciones,

entre otros actos.

 Registro de Testamentos: Se inscriben los otorgamientos de

testamentos, sus modificaciones, ampliaciones, revocaciones y otros actos.

 Registro de Sucesiones Intestadas: Se inscriben las anotaciones

preventivas de las solicitudes o demandas de sucesiones intestadas, así como

las actas notariales y sentencias que declaran la sucesión intestada.

 Registro Personal: Se inscriben divorcios, separación de patrimonios

y sustitución, declaraciones de insolvencia, entre otros actos.

 Registro de Comerciantes: Se inscriben a las personas naturales que

se desempeñan como comerciantes.

49
Registro de Gestión de Intereses: Se inscribe el Gestor Profesional, la

prórroga de su inscripción, los actos de gestión, los actos de gestión del

Gestor de Interés Propio, entre otros actos. El gestor de intereses es la

persona natural o jurídica, nacional o extranjera, debidamente inscrita en el

Registro correspondiente, que desarrolla actos de gestión de sus propios

intereses o de terceros, en relación con las decisiones públicas a ser

adoptadas por los funcionarios con capacidad de decisión pública.

El gestor profesional es aquél que realiza actos de gestión de intereses de

terceros, percibiendo, directa o indirectamente, un honorario, retribución,

remuneración o compensación económica.

El Perú cuenta con una Ley de Gestión de Intereses (lobby) N° 28024 del 23

de junio del 2003, la misma que se elaboró sobre la base del modelo

estadounidense y según la cual, el funcionario público debe informar con quién

trató y en beneficio de qué interés.

Requisitos para la inscripción de un gestor profesional

- Cuando el Gestor Profesional es persona natural deberá presentar una

declaración jurada en la que consten sus datos de identidad, lugar habitual

donde el gestor realiza su actividad de gestión de intereses y una declaración

de no tener incompatibilidad para el desempeño de la función de gestor de

intereses.

- Cuando el Gestor Profesional es persona jurídica domiciliada en el país

deberá presentar una declaración jurada en la que consten los datos de la

persona jurídica, la relación de sus representantes, así como una declaración

que señale que dichos representantes no incurren en incompatibilidad alguna

para el desempeño de la función de gestor de intereses.

50
TEORÍA GENERAL DE LOS CONTRATOS

El contrato juega un rol importante en la vida de los seres humanos,

pues, desde que se llega a tener capacidad de discernimiento, durante toda

su vida y hasta antes de su muerte tienen que celebrar una serie indefinida

de contratos, por eso representa una efectiva herramienta para el

desenvolvimiento del hombre en sociedad.

Tanto así, que para mantenerse deben adquirir artículos de consumo,

bienes muebles e inmuebles. Si no dispusieran de dinero tienen que

conseguirlo de un pariente, un amigo o un banco; la mayoría de la población

vive en casas ajenas por tanto tienen que arrendarlas a no ser que la reciban

en comodato; deberán celebrar también contratos de suministro de agua

potable, energía eléctrica o servicio telefónico.

Gran parte de la población a su vez tiene que concertar contratos de

trabajo, locación de servicios, etc. En fin, todos tenemos o estamos en la

necesidad de transportarnos de un lugar a otro, de buscar hospedaje en

lugares adecuados, depositar pertenencias, así como celebrar contratos de

diversa índole.

Entonces, el contrato en el fondo constituye un instrumento eficaz

para el desenvolvimiento de la vida social y económica, gracias al cual las

personas llegan a concertar una gama infinita de relaciones jurídicas,

permitiendo a la vez la circulación de la riqueza y la seguridad jurídica que

requieren dichas transacciones.

Concepto y definición.

El vocablo latino contractus, significa lo contraído, lo concertado, lo

logrado, es decir, aquella relación jurídica bilateral y formada.

51
En sentido amplio, la idea de contrato es un supraconcepto aplicable a

todos los campos jurídicos y, por consiguiente, tanto al Derecho privado como

al Derecho público incluso al Derecho internacional. En ese sentido, son

contratos no sólo los celebrados por particulares, sino también los concluidos

por el Estado con los concesionarios de obras y servicios públicos, así como

los contratos administrativos, etc. Lo son también, las convenciones o

tratados internacionales y acuerdos entre naciones.

Luego, en sentido restringido, la idea de contrato está circunscrita a

la órbita del Derecho privado. El contrato tiene por objeto producir cualquier

efecto jurídico querido por las partes dentro del Derecho civil.

Ahora bien, el Código civil peruano derogado de 1936, no definió el

contrato; pero el artículo 1351° del Código vigente, siguiendo la doctrina

italiana, lo hace en la forma siguiente: “El contrato es el acuerdo de dos o más

partes para crear, regular, modificar y extinguir una relación jurídica

patrimonial”.

Entendido el contrato como lo presenta el Código civil, no se puede

negar su estrecha relación con el factor económico. Este factor económico

se encuentra representado por el contenido patrimonial del contrato. Empero

por tal contenido patrimonial es también importante observar cómo los

contratos se convierten en medios circulantes de la riqueza. El patrimonio se

desplaza de un contratante a otro y como correlato, recibe a cambio otro

patrimonio.

Principios fundamentales.

La doctrina ha logrado configurar, una serie de principios esenciales a

toda contratación, y son los siguientes:

52
a) Principio de la autonomía de la voluntad.- Es el poder de

autodeterminación que tienen las personas para regular sus propias

conductas, constituir sus propios actos o contratos, inclusive para

modificarlos y extinguirlos. Puede afirmarse entonces que la autonomía

de la libertad es un principio fundamental de la contratación que

consiste en la facultad que tienen las partes para determinar el

contenido, la forma, los efectos y la duración del contrato dentro del

ordenamiento jurídico de un país, con entera libertad y sin más límites

que el orden público y las buenas costumbres.

Ahora bien, los postulados clásicos de la autonomía de la voluntad son

la libertad y la igualdad jurídicas.

La libertad jurídica, es el primer postulado de la autonomía de la voluntad,

que importa dos clases:

1.- La libertad de contratar.- Es entendida como la facultad

que tiene cada una de las partes para celebrar o no un contrato, la

autodecisión que juega antes de la celebración del mismo para escoger

la persona con quien se ha de contratar y el tipo de contrato que se ha

de realizar.

2.- La libertad contractual.- Denominada también libertad de

configuración interna, se refiere a la potestad que tienen las partes

para determinar libremente el contenido y la forma del contrato que

han convenido celebrar, sin someterse a coacción alguna.

Caracteres jurídicos.

53
1) Partes contratantes. Son partes contratantes quienes se han

puesto de acuerdo sobre una declaración de voluntad común, concurriendo a

la formación del consentimiento y la conclusión del contrato.

Cada parte es un centro de intereses generalmente compuesto por una sola

persona, pero también podrían unirse varias que persigan el mismo interés. En

un contrato de compraventa, el vendedor puede estar representado por un

solo propietario, por dos o tres herederos o por una pluralidad de

copropietarios y, los compradores igualmente por uno o varios sujetos

proyectados sobre un mismo interés de compra.

2) Declaración de voluntad común. Sin la voluntad concordada y

expresada por las partes no existe contrato, por consiguiente, es el resultado

del acuerdo de la manifestación de voluntad de las partes destinado a regular

sus derechos y obligaciones, esto es, una coincidencia de las voluntades de

ambas partes con relación al objeto del contrato y que se expresa en una

declaración de voluntad común.

En suma, la voluntad común no es más que la voluntad expresada en el

contrato. Mucha razón tienen algunos autores cuando definen el contrato

como el acuerdo de dos o más partes sobre una declaración conjunta de

voluntad común destinada a regular el derecho de las partes.

3) Finalidad jurídica. Todo contrato tiene una finalidad jurídica,

cual es, regir los derechos y obligaciones de las partes. Reglar el derecho es

establecer normas que han de regir las relaciones jurídicas; en ese sentido,

el contrato como lo define nuestra legislación, es el acuerdo de dos o más

partes para crear, regular, modificar y extinguir relaciones jurídicas

patrimoniales.

54
4) Fuerza vinculatoria. Este carácter está unido a la antigua

expresión latina pacta sunt servanda, por la cual los pactos se celebran para

cumplirse, esto es, que las obligaciones que nacen del contrato deben

cumplirse de modo ineludible, salvo algunas excepciones (caso fortuito o

fuerza mayor). Entonces, la fuerza vinculatoria consiste en que una vez

celebrado el contrato las partes se hallan ligadas estrechamente como si

estuvieran encadenados y no podrán salir de esa relación jurídica por voluntad

unilateral, sino tan solo cuando hayan cumplido recíprocamente las

prestaciones que les corresponden. Si faltara esta fuerza vinculante, los

contratos serían sólo simples expresiones de buena voluntad y su

cumplimiento provocaría serios problemas entre las partes y también en la

sociedad.

Elementos del contrato.

Son los siguientes: El consentimiento, el objeto, la causa, la forma y la

capacidad.

a) Consentimiento. Este elemento es esencial para que se forme o

estructure el contrato y tenga existencia real; no es otra cosa que la

voluntad concordada o el acuerdo de partes, rasgo típico del contrato,

que solamente tiene lugar en los actos bilaterales y plurilaterales.

b) Objeto. Según el Código civil, el objeto del contrato consiste en crear,

regular, modificar y extinguir obligaciones, de manera que el objeto

del negocio no son las cosas o los bienes, sino las obligaciones.

c) Causa. Conocida como la finalidad o motivo determinante del contrato,

es el fin lícito que es un requisito de validez para el acto jurídico.

d) Forma. Es la manera como se manifiesta el consentimiento, es la

exteriorización de la voluntad.

55
Capacidad para contratar.

La capacidad es un atributo de la personalidad, que consiste en la idoneidad

para ser sujeto de derecho.

La capacidad, de modo general, se emplea en un doble sentido, por una parte,

significa idoneidad legal para ser titular de derechos, y por otra, para

ejercitar por sí mismo esos derechos, asumiendo dos modalidades la

capacidad de goce y la de ejercicio. Tanto la capacidad de goce como la de

ejercicio son cualidades jurídicas conferidas a las personas por el

ordenamiento jurídico para que sean titulares de derechos subjetivos y los

ejerciten contrayendo también obligaciones.

Un ejemplo sería el siguiente: por la capacidad de goce un niño o un enajenado

mental puede ser propietario de uno o varios inmuebles que los recibe por

donación pura o por herencia, pero como ambos carecen de capacidad de

ejercicio no podrán administrarlos ni venderlos, mientras dure tal

incapacidad; no obstante, esta incapacidad puede ser suplida por la madre u

otros representantes legales, bajo ciertas condiciones establecidas por la

ley.

Funciones económica y social de los contratos.

Función económica: es el principal vehículo de las relaciones

económicas. La circulación de la riqueza y el intercambio de bienes y servicios

se realizan primordialmente a través del contrato.

Función social: no sólo sirve para la satisfacción de necesidades

individuales, sino que es además medio de cooperación o colaboración entre

los hombres. Se relaciona con el principio de la buena fe.

Sub-funciones de los contratos.

56
a) Función de cambio: circulación de los bienes, mediante contratos

traslaticios de dominio. Para el perfeccionamiento de esta función es

menester la tradición.

b) Función de crédito: generalmente onerosa, a través de contratos de

mutuo, y en general, contratos bancarios; excepcionalmente gratuitos,

como en el comodato.

c) Función de garantía: contratos accesorios. Ej. Prenda, hipoteca y

fianza.

d) Función de custodia: contratos destinados a la guarda y conservación

de bienes ajenos. Ej. Depósito.

e) Función laboral: contrato de trabajo, arrendamiento de servicios y

mandato.

f) Función de previsión: contratos destinados a precaver riesgos. Ej.

Seguro.

g) Función de recreación: Ej. contrato de transporte con fines turísticos,

hotelería, juego, etc.

Clasificación de los contratos según los requisitos de fondo:

Se clasifican en:

Contratos de Adhesión y Contratos de Mutuo acuerdo: El tránsito del

contrato de mutuo acuerdo al contrato de adhesión es insensible y cualquier

clasificación luce delicada, ya que resulta imposible para un particular discutir

las condiciones del contrato de servicio que celebra con la compañía

telefónica o para un obrero aislado lograr que se modifiquen condiciones

de trabajo impuestas por la empresa.

Contrato Individual: es el que sólo obliga a las personas que hayan dado su

consentimiento, por si mismas o por medio de sus representantes, y

57
Contratos Colectivos: es el que, contrariamente al principio del efecto

relativo de las convenciones, obliga a un grupo de personas, sin que sea

necesario su consentimiento.

Contratos Sinalagmáticos Perfectos: el contrato es sinalagmático o

bilateral, cuando los contratantes se obligan recíprocamente los unos

respecto de los otros. y

Contratos Unilaterales: es cuando una o varias personas están obligadas

respecto de otras o de una, sin que por parte de estos últimos se contraiga

compromiso.

Contratos Sinalagmáticos Imperfectos: es un contrato, unilateral que en su

origen, puede hacer que nazca, en su curso, una obligación con cargo al

acreedor. El depositario gratuito o el prestatario que han

efectuado gastos para la conservación de la cosa, se convierten, a su vez, en

acreedores del depositante o del prestador.

Contrato a Título Gratuito: es aquel que es movido por un fin desinteresado,

no persiguen ningún provecho personal.

Contrato a Título Oneroso: es aquel que busca una ventaja,

«hacer negocios», es decir, obtener beneficios y estos a su vez se subdividen

en:

Contrato Conmutativo: es cuando la ventaja que cada uno de las partes

obtiene del contrato es susceptible de ser evaluada en el momento mismo de

la conclusión del acto: en la compraventa, el comprador y el vendedor pueden

apreciar los beneficios recíprocos que representa el contrato para ellos.

Contrato Aleatorio: es aquel en el cual la ventaja que las partes obtendrán

no es apreciable en el momento en que se perfecciona el contrato, porque

depende de un acontecimiento incierto.

58
Las Obligaciones.

Debe quedar perfectamente establecido que la obligación procede sólo

entre personas; son las personas quienes se vinculan jurídicamente, en

virtud de lo que llamamos obligación, pero ¿qué es la obligación? Es una

relación jurídica, que se da entre dos o más personas, que, permite a una o

más de ellas adquirir la facultad de exigir a otra u otras, el cumplimiento de una

prestación determinada. Todo esto, entendido como un conjunto o unidad, es

lo que debe entenderse por obligación.

Tratándose de una relación, ésta, lógicamente tiene dos extremos,

porque es relación entre dos personas, por lo menos. Entonces, los

extremos o los lados están ocupados por quienes tienen la facultad de

exigencia, que son los acreedores, por un lado; y por el otro lado, aquellos

que deben cumplir con la prestación, que son los deudores. El primero es el lado

activo mientras que el segundo es el lado pasivo, por eso, la doctrina denomina al

acreedor, sujeto activo, mientras que al deudor, lo denomina sujeto pasivo.

La concurrencia de ambos sujetos es indispensable, ya que, en virtud de esa

relación jurídica, emerge para ellos un nexo, una interdependencia, porque

siempre será necesario, para un deudor, que haya un acreedor, y de la misma

manera, para que haya acreedor, es requisito, que haya deudor.

Tenemos entonces que el obligado es el deudor, está ligado, limitado,

constreñido, sometido en suma, a cumplir una prestación. Esta prestación

tiene un valor económico. Y para cumplir con esta prestación el deudor

deberá desarrollar un determinado comportamiento, una actividad casi

siempre y a veces una abstención.

Así como el deudor resulta obligado, al acreedor le corresponde un poder, una

facultad, una pretensión a la prestación. Este poder del acreedor hace que,

59
en caso de incumplimiento por el deudor, pueda utilizar las vías coactivas

pertinentes a fin de obtener aquello a que tiene derecho en virtud del

vínculo obligacional. Puede en esta forma, forzadamente, lograr que el

deudor ejecute la prestación debida o supletoriamente, obtener el

resarcimiento por los daños y perjuicios, en el supuesto que la prestación

debida no sea ya posible.

Sostiene la doctrina que, el fundamento que legitima la potestad del

acreedor, de afectar el patrimonio del deudor, en caso de incumplimiento

o inejecución, radica en lo que se conoce como «prenda común» o

«garantía colectiva», esto es, que para hacerse pago, para cubrir su

crédito, aquel está facultado para gravar cualquier bien integrante del

patrimonio del deudor, no se trata de un bien individualizado o determinado

específicamente sino de cualquiera de los que existan al momento de la

ejecución.

Los elementos de la relación obligacional

Antes de comprender qué es la obligación civil o una relación obligacional

analizaremos cada uno de los elementos que deben constituirla e integrarla.

Los elementos de las obligaciones o de toda relación obligacional civil son

aquellos componentes constitutivos o necesarios que tienen que concurrir y

estar presentes en toda relación obligacional para que ésta pueda surgir,

existir y producir sus efectos; ya que de lo contrario, la ausencia de uno de

ellos impediría o imposibilitaría que la obligación o relación obligacional exista

como tal.

Los elementos constitutivos que deben componer toda obligación son: los

sujetos, el vínculo jurídico, el objeto y la causa.

60
LOS SUJETOS

Son las personas, naturales o jurídicas, que intervienen en una obligación o

relación obligacional.

En principio, todo sujeto que interviene en una relación obligacional u

obligación debe tener la aptitud para ser titular de derechos y obligaciones,

es decir, deber contar con capacidad de ejercicio, salvo las excepciones que el

propio ordenamiento civil establece o en cuyo caso, resulta necesario que actúe

debidamente representado, sea de manera voluntaria o legal.

Así mismo, toda obligación u relación obligacional requiere la existencia de

dos partes distintas o diferentes que se encuentren vinculadas entre sí.

Cada una de estas partes distintas se les denomina el deudor y el

acreedor, y cada una de ellas, es decir, el deudor o el acreedor pueden estar

constituidos indistintamente por una o varias personas naturales o jurídicas.

El deudor o sujeto pasivo

El deudor o sujeto pasivo de la obligación o relación obligacional es la persona

que se compromete y encuentra obligada a cumplir con una acción, prestación,

conducta, comportamiento o acto debido en beneficio o provecho de la otra parte

o sujeto denominado, acreedor o sujeto activo.

Es la persona que debe cumplir con realizar o ejecutar la prestación, el

comportamiento o conducta debida que puede consistir en dar, hacer o no

hacer algo frente al acreedor.

Es el titular de la deuda, es quien tiene un débito o deber jurídico frente

al acreedor o sujeto activo. Es quien debe satisfacer la prestación debida en

provecho y beneficio del acreedor.

Para el deudor la obligación significa o representa una carga, pues en caso

de incumplimiento puede ser pasible de una acción procesal que le obligue a

cumplir con dicha prestación más la correspondiente indemnización de daños

61
y perjuicios por el daño causado al acreedor o sujeto activo.

El acreedor o sujeto activo

El acreedor o sujeto activo de la obligación o relación obligacional es la

persona a favor de quien se contrae la obligación, es a favor o en beneficio

de quien se realiza la prestación, la conducta, el comportamiento o el acto debido

por parte o a cargo de la otra parte o sujeto denominado, deudor o sujeto pasivo.

Es la persona en cuyo favor debe satisfacerse la prestación que puede

consistir en dar, hacer o no hacer algo por parte del deudor o sujeto pasivo.

El acreedor es el titular del crédito. Es en cuyo provecho se contrae la

obligación y se realiza la prestación.

Para el acreedor o sujeto activo la prestación importa un beneficio y, en

consecuencia, adquiere el derecho o la facultad de exigir el cumplimiento de

tal prestación, pues, en caso de incumplimiento, tiene abierta la posibilidad

de exigir dicho cumplimiento, más la correspondiente indemnización de

daños y perjuicios por el daño sufrido.

Los sujetos deben estar plenamente determinados

Los sujetos de la relación obligacional, desde que nace la obliga ción,

en principio, deben estar plenamente determinados, identificados o

individualizados (como mínimo con sus nombres completos).

Los sujetos pueden estar indeterminados o ser determinables

También puede presentarse el supuesto de que una de las partes de la

relación obligacional, al momento de constituirse o nacer la obligación, no

se encuentre plenamente identificado o individualizado.

Tal indeterminación del sujeto sólo es relativa, pues al cumplirse con la

obligación ésta desaparecerá y el sujeto se convertirá en determinado o

plenamente identificado.

62
Al momento de constituirse la obligación, es el acreedor o sujeto activo

quien se encuentra indeterminado o es determinable, no se le conoce o

identifica plenamente, pues sólo será conocido o plenamente identificado

cuando la obligación se realice, ejecute o se cumpla y, en su calidad de

acreedor, podrá exigir el cumplimiento de la prestación, acción, conducta o

comportamiento por parte del deudor o sujeto pasivo.

Ejemplo:

Un profesor, se compromete a dar un teléfono celular a quien

obtenga el primer puesto en su curso. Hasta que culmine el curso se

desconoce quién obtendrá ese puesto, se desconoce quién sería el futuro

acreedor o acreedora de esta obligación de dar. Sólo cuando acabe el

dictado del curso la o el alumno que obtenga el primer puesto será

identificado o individualizado y desde ese instante, en su calidad de

acreedora o acreedor o sujeto activo, podrá exigir el cumplimiento de la

obligación, consistente en que el profesor le entregue el celular citado.

La obligación compuesta o con pluralidad de sujetos puede ser:

 Una obligación con pluralidad de sujetos pasivos o deudores

 Obligación con pluralidad de sujetos activos o acreedores

 Obligación con pluralidad de sujetos mixtos

EL VÍNCULO JURÍDICO O NEXO CAUSAL

Es el elemento no material o componente de toda relación obligacional u

obligación que hace posible y justifica la situación de sujeción o sometimiento que

existe entre los sujetos de la relación obligacional.

Es el enlace o nexo abstracto que existe entre el acreedor y el deudor, por

el cual el deudor o sujeto pasivo debe cumplir, realizar, ejecutar una

prestación, conducta, acción o comportamiento debido en favor del

63
acreedor o sujeto activo y éste adquiere el derecho o la facultad de exigir

al deudor el cumplimiento de la prestación, pues en caso de incumplimiento

tiene expedito su derecho de exigirlo por la vía correspondiente. Gracias a

este vínculo la obligación adquiere el carácter de exigibilidad, es decir, la

obligación es exigible.

Es un vínculo jurídico porque la relación entre los sujetos se encuentra

amparada en la ley. Esto otorga al acreedor la seguridad de que la prestación

a cargo del deudor le será cumplida, así como el derecho de exigir el

cumplimiento de la prestación.

EL OBJETO

Otro elemento constitutivo de la obligación o relación obligación es el

objeto de la obligación. Entendemos por objeto de la obligación al contenido

de la misma. Es decir, el objeto o contenido de la obligación se encuentra

constituido por la prestación, por la conducta, la acción o el

comportamiento debido que se encuentra comprometido a ejecutar, realizar

o cumplir el deudor o sujeto pasivo en beneficio o interés del acreedor o

sujeto activo.

Esa acción, conducta, prestación o comportamiento puede consistir en

dar, hacer o no hacer algo. Ese algo está constituido por un bien o servicio.

 El objeto de la obligación no se encuentra constituido por una cosa o un bien,

sino que consiste en realizar o ejecutar una prestación: una conducta,

comportamiento y acto debido consistente en dar, hacer o no hacer.

Esta conducta, comportamiento, acción o prestación de la obligación puede

consistir en:

Entregar -dar- un bien mueble o inmueble, determinado, indeterminado o

64
de dar una determinada suma de dinero. Realizar -hacer-, producir o ejecutar

un bien material, mueble o inmueble, o un bien inmaterial, obra intelectual,

artística o literaria así como la de cumplir con prestar un servicio, etc. En

un abstenerse -no hacer- o dejar de hacer, dejar de realizar, producir o

ejecutar algo, que puede ser tanto un bien material, mueble o inmueble, como

un bien inmaterial o un servicio.

 El objeto de la obligación, es decir, la prestación, el comportamiento,

conducta o acción debida que debe realizar el deudor en provecho del acreedor

debe cumplir con determinados requisitos o condiciones de idoneidad, tales como

que la prestación o comportamiento a realizar (dar o hacer) o de abstenerse

(no hacer), debe ser posible, lícita, determinada o determinable y de

contenido patrimonial.

EL DECURSO DEL TIEMPO COMO FENÓMENO JURÍDICO

El tiempo, o más precisamente su decurso, está indesligablemente vinculado

a la existencia humana y, por ello, constituye el hecho jurídico –o jurígeno–

de mayor importancia, pues, además, todos los hechos jurídicos tienen lugar

en el tiempo, y éste, con su decurso, influye gravemente en las relaciones

jurídicas dando lugar a la constitución de derechos subjetivos, como en el

caso de la prescripción adquisitiva, o a extinguir, ya a la acción o mejor dicho

a la pretensión, como en la prescripción extintiva, ya a aquélla y al Derecho,

como en la caducidad. De ahí, la necesidad de estudiar el tiempo y su decurso

como fenómeno jurídico, antes de acometer el de la prescripción extintiva y

el de la caducidad.

La noción del decurso del tiempo

65
Vinculado, como está, el tiempo a la existencia humana, todos tenemos la

sensación de su transcurrir. Sin embargo, determinar su noción resulta tarea

ardua y compleja, pues lo entendemos, o lo percibimos, para nosotros mismos,

y ello nos hace difícil explicarlo. El vocablo tiempo –del latín, tempus– es

uno de los más ricos en acepciones en la lengua española.

Ahora bien, indagar sobre la esencia del decurso del tiempo y trazar una

noción genérica es más una tarea de la Filosofía que del Derecho. Acierta, por

ello, García Amigo, cuando afirma que el Derecho recibe la idea del transcurso

del tiempo del mundo extrajurídico, acoplándola a sus exigencias y tomando

en consideración como notas peculiares la necesidad de su acaecer, la de ser

un hecho permanente, continuo y constante, y, la de ser un fenómeno

cuantitativamente medible y computable por unidades convencionales.

El decurso del tiempo deviene, pues, en una realidad jurídica en cuanto que el

Derecho Objetivo lo reconoce como un factor de modificación de las

relaciones jurídicas y lo aprehende mediante las normas para su cómputo.

El decurso del tiempo como hecho jurídico

Los hechos jurídicos que constituyen la causa generadora del nacimiento,

modificación o extinción de las relaciones jurídicas son fenómenos que se

localizan en el tiempo. Esta idea conduce a preguntarse si cuando el Derecho

se refiere al tiempo alude en realidad al tiempo en sí o lo hace respecto de

los acontecimientos temporales, es decir, de los sucesos que ocurren o no

ocurren en el tiempo. La respuesta sólo puede ser de qué se trata del tiempo

en su transcurso pues esta es la idea dominante del tiempo como hecho

jurídico.

66
En la disquisición doctrinaria, sin embargo, se plantea si sólo el tiempo en su

decurso puede conceptuarse como hecho jurídico o si es necesario vincularlo

a otros hechos que generen las consecuencias jurídicas para conceptuarlo

como tal. Por ello, resulta imprescindible detenerse en la noción de hecho

jurídico para luego considerar el decurso del tiempo como hecho jurídico.

El hecho jurídico

La noción doctrinaria del hecho jurídico se remonta a Savigny, para quien es

el hecho que produce una adquisición, modificación, transferencia o extinción

de derechos. De ahí, la generalizada noción de que el hecho jurídico es todo

hecho que produce consecuencias de derecho, a la que se le agrega, como lo

hace León Barandíarán, como un vocablo más propio, el de hecho jurígeno.

Hecho jurídico, o jurígeno, pues, en la conceptuación generalizada de la

doctrina, es el hecho que por sí o junto con otros produce efectos jurídicos

y se constituye, medíata o inmedíatamente, en fuente de toda relación

jurídica.

Como puede ya inferirse, no todo hecho es un hecho jurídico. Hecho, en

general, es todo suceso o acontecimiento generado con o sin la intervención

de la voluntad humana y puede o no producir consecuencias jurídicas. El hecho

es jurídico en la medida en que sea así calificado por el Derecho y produzca

consecuencias jurídicas. No existe el hecho jurídico perse sino en cuanto

merece esta calificación por influir o afectar relaciones jurídicas. Así, por

ejemplo, un deslizamiento de tierras no es un hecho jurídico sino en cuanto

afecte el derecho de propiedad de alguien o cause la muerte de una persona.

Son las consecuencias, pues, las que determinarán el carácter jurídico del

hecho y por eso puede hablarse de una causalidad jurídica, en cuanto que, para

que se produzca el efecto jurídico, es necesario que exista un nexo entre el

67
hecho jurídico y el efecto mismo. Esta relación de causalidad contribuye, por

lo demás, a que resulte más apropiado hablar de hechos jurígenos que de

hechos jurídicos.

En lo que al Derecho Objetivo se refiere debe destacarse la vigencia

temporal de las normas legales, según la cual luego de entrar en vigor desde

el día siguiente de su publicación, salvo disposición contraria de la misma ley

que postergue su vigencia en todo o en parte (art. 109 de la Constitución

Política), se hacen obligatorias hasta su derogación por otra norma legal o por

sentencia del Tribunal Constitucional (art. 103 de la Constitución Política).

Debe destacarse también que el tiempo condiciona el denominado Derecho

Transitorio, constituido por las normas que realizan la conexión entre las que

se derogan y las que entran en vigencia, como ocurrió con las Disposiciones

Transitorias del Código Civil (arts. 2114 a 2122).

En lo que a los derechos subjetivos y deberes jurídicos inherentes a las

relaciones jurídicas se refiere, el transcurso del tiempo es un factor

determinante y decisivo pues está vinculado a la existencia misma de la

persona, sea natural o jurídica. Así, conforme al Código Civil, tratándose de

las personas naturales, sus derechos se generan desde el momento de la

concepción y el de su nacimiento (art. 1); la edad corre con el transcurso del

tiempo y la ley fija el necesario para adquirir la capacidad de ejercicio (art.

42); el transcurso del tiempo por el plazo de ley puede llevar a la declaración

de ausencia del desaparecido (art. 49); y, tratándose de la persona jurídica,

su existencia es también temporal y hasta puede preverse en el acto

constitutivo.

La influencia del decurso del tiempo en las relaciones jurídicas es también

gravitante y decisiva. No sólo porque puede afectar la eficacia de un acto

68
jurídico, como cuando se le inserta como plazo, sea suspensivo o resolutorio,

sino porque su transcurso puede extinguir la relación jurídica, ya porque dé

lugar a la constitución de una nueva, como en la prescripción usucupativa, sino

también porque puede extinguir la acción, entendida como pretensión, y aun

el derecho, como veremos al ocupar- nos, respectivamente, de la prescripción

extintiva y de la caducidad.

Por lo que queda expuesto, y para dejar sentada la relevancia del transcurso

del tiempo, recurrimos a la sabiduría de los romanos que proclamaron algunas

máximas, como la relacionada a la prioridad en el tiempo –el prius– para mejor

defender los derechos: Prior tempore, potior iure (Primero en el tiempo,

mejor en el Derecho); o, para adquirirlos: Los requisitos de la usucapión son:

posesión, continuidad, publicidad y pacificidad así como la buena fe.

LEGITIMACIÓN PARA EL EJERCICIO Y LA DEFENSA DEL DERECHO

SUBJETIVO

Se puede concebir el proceso civil como aquél mecanismo que sirve para

resolver un conflicto intersubjetivo de intereses -con relevancia jurídica-,

mediante la actuación del derecho y aplicación de la norma al caso concreto.

El acto de exigir algo -que debe tener por cierto la calidad de caso justiciable,

es decir, relevancia jurídica- a otro, antes del inicio del proceso se denomina

pretensión material. La pretensión material no necesariamente es el punto de

partida de un proceso. En consecuencia, puede haber pretensión material sin

proceso y proceso sin pretensión material.

Ahora bien, si la pretensión material es satisfecha, se acabó la relación

jurídico sustantivo y, además no habrá sido necesario que haya proceso. Sin

embargo, cuando la pretensión no es satisfecha y el titular de esta carece de

69
alternativas extrajudiciales para exigir o lograr que tal hecho ocurra,

entonces sólo queda el camino de la jurisdicción.

Esto significa que el titular de una pretensión material, utilizando su derecho

de acción, puede convertirla -sin necesidad de hacerla desaparecer- en

pretensión procesal, -en tanto que va a ser discutida, probada, alegada y al

final decidida, dentro de un proceso- la que no es otra cosa que la

manifestación de voluntad por la que un sujeto de derecho exige algo a otro

a través del Estado, concretamente utilizando sus órganos especializados en

la solución de conflictos, llamados también jurisdiccionales.

Sin embargo, para recurrir al Órgano Jurisdiccional, se ha establecido

algunos requisitos que debe contener la demanda, esto es, que la persona que

se sienta afectada por la vulneración o amenaza de vulneración de un derecho,

en el caso de acudir ante el Estado para alcanzar la protección de éste a

través del Juez; deberá satisfacer los presupuestos procesales de forma y

los presupuestos procesales de fondo o materiales (mal llamada condiciones

de la acción).

Los presupuestos procesales son "las condiciones que deben existir a fin de

que pueda tenerse un pronunciamiento cualquiera, favorable o desfavorable,

sobre la demanda, esto es, a fin de que se concrete el poder-deber del Juez

de proveer sobre el mérito"

Como se indicó precedentemente, los presupuestos procesales de forma son:

la demanda en forma, juez competente y capacidad de las partes. En cambio,

los presupuestos procesales de fondo son: el interés para obrar, la legitimidad

para obrar y la posibilidad jurídica.

Estos presupuestos deben darse como requisito de la sentencia, pero no son

procesales puesto que, aun sin ellos, el proceso es completamente válido y

70
existente y también la sentencia es válida. Funcionan sí como presupuestos

(antecedentes) de la sentencia de fondo (mérito), porque

independientemente de la razón o sinrazón de la parte, puede examinarse si

es la verdadera titular de la relación debatida (legitimación), si tiene

posibilidad jurídica y si tiene interés.

La legitimidad para obrar constituye una condición fundamental en la

obtención de una sentencia de mérito y que su cumplimiento puede ser

denunciada por alguna de las partes o declarada de oficio por el Juez.

ORIGENES DEL CONCEPTO.-

Cuando se plantea lo que es la legitimidad para obrar se trata, con referencia

ya a un proceso determinado, de resolver la cuestión de quién debe interponer

la pretensión y contra quién debe interponerse para que el Juez pueda dictar

una sentencia en la que resuelva el tema de fondo, esto es, para que en esa

sentencia pueda decidirse sobre si estima o desestima la pretensión.

El fenómeno jurídico que en el derecho moderno se quiere identificar con la

palabra "legitimación" no guarda relación con los supuestos que en el derecho

antiguo se recogían bajo esa denominación. No es que en este derecho antiguo

no existiera el fenómeno, es sólo que la doctrina no se había percatado de él.

En el derecho antiguo la palabra legitimación se usaba con referencia a tres

aspectos:

1º Legitmatio personae que se refería a lo que hoy denominamos capacidad

procesal y a su prueba o, dicho en la terminología antigua, cualidades

necesarias para comparecer en juicio, con lo que lo cuestionado era la legítima

persona standi in iudicio en el sentido de reunir los requisitos de capacidad,

es decir, a lo que hoy se conoce como capacidad para ser parte y capacidad

procesal.

71
2º Legitimatio ad processum expresión con la que se hacía referencia a los

presupuestos de representación legal de las personas físicas y necesaria de

las personas jurídicas y a su prueba. En buena medida este tipo de

legitimación se basaba en una confusión, al no tenerse claro quién era la

verdadera parte en el proceso, el representante o el representado.

3º Legitimatio ad causam que atendía al supuesto de que alguien se presente

en juicio afirmando que el derecho reclamado proviene de habérselo otro

transmitido por herencia o por cualquier otro título.

Todos estos sentidos de la palabra legitimatio no se corresponden con lo que

hoy se entiende por legitimación, aunque la doctrina y la jurisprudencia hayan

pretendido equiparar la vieja legitimatio ad processum con la capacidad y

la legitimatio ad causam con la legitimación.

El tema de la legitimación, pues, nació para explicar casos que aparecían como

excepcionales (quien no es titular de la relación jurídico material ejercita la

pretensión) y acabó refiriéndose, principalmente, a los casos normales (quién

y frente a quién debe ejercitarse la pretensión).

Antes de desarrollar el tema como corresponde, se debe hacer mención al

hecho de que tanto en la doctrina así como en el derecho comparado, el tema

propuesto como estudio es considerado o denominado de forma distinta tales

como: Legitimatio ad causam, Legitimación en la causa, Legitimación material,

Legitimación para accionar, Cualidad para obrar, Legitimación para pretender

o resistir la pretensión

No obstante ello, se debe indicar que todas ellas se refieren al presupuesto

procesal materia de estudio, es decir a la legitimidad para obrar como un

requisito del presupuesto procesal de fondo; sin embargo como se puede

72
observar, su tratamiento varía según se trate de la inclusión en un sistema

procesal del despacho saneador o no y de las facultades dadas al Magistrado..

CARACTERISTICAS.-

Siguiendo el criterio expuesto por DEVIS ECHANDIA consideramos que la

legitimidad para obrar tiene las siguientes características:

a. No se identifica con la titularidad del derecho sustancial alegado en la

demanda. La legitimidad para obrar no es el derecho ni la titularidad del

derecho controvertido. El actor puede estar legitimado pero si no prueba

los hechos sustentatorios de su pretensión, la demanda se declara

infundada.

b. No es requisito para una sentencia favorable, sino simplemente para el

ejercicio válido de la acción y para una sentencia de mérito (sea ésta

favorable o desfavorable).

c. La sentencia inhibitoria que expida por haberse constatado la falta de

legitimidad (sea activa o pasiva) no constituye cosa juzgada. Esta forma

de pronunciamiento no afirma ni niega la existencia del derecho alegado

por el actor en la demanda.

d. Es personal, subjetiva y concreta. Al respecto Devis Echandía señala que

"cada parte debe tener su propia legitimación en la causa, en razón de su

personal situación respecto a las pretensiones o excepciones de mérito

que en el proceso se discutan o simplemente deban ser objeto de la

sentencia, e igualmente, cada interviniente debe aducir su propia

legitimación en la causa para que se acepte su intervención. Cuando una

persona obra en representación de otra, los actos de aquella se entiende

como de ésta, y por lo tanto, es la legitimación del representado lo que

permite la decisión de fondo en la sentencia".

e. No se cede ni se transmite;

73
f. Es presupuesto de la pretensión o de la oposición para la sentencia de

fondo.

g. La legitimidad para obrar (legitimatio ad causam) es totalmente distinta

a la capacidad procesal (legitimatio ad processum). La ausencia de la

primera en un proceso determinado significa que éste es válido, pero el

juez no puede emitir un pronunciamiento (sentencia) sobre el fondo del

litigio. La ausencia de la segunda por constituir un presupuesto procesal

determina la invalidez de la relación jurídica procesal y con mayor razón

el juez no puede resolver el fondo de la litis.

La Prescripción.

En una noción genérica de la Prescripción se puede establecer que es un medio

o modo por el cual, el transcurso del tiempo modifica sustancialmente una

relación jurídica. Ennecerus[2] entiende por prescripción en general el

nacimiento y la terminación de derechos en virtud del ejercicio continuado o

del no ejercicio continuado y, en consecuencia, distingue la prescripción

adquisitiva (usucapión) ya la prescripción extintiva.

El transcurso del tiempo es, pues, el que produce los efectos jurídicos

necesarios para que opere tanto la prescripción adquisitiva como la extintiva.

Por la segunda el titular de un derecho no podrá ejercitar útilmente la acción

que le es correlativa.

Fundamento de la Prescripción: El fundamento de la prescripción es de

orden público, pues conviene al interés social liquidar situaciones pendientes

y favorecer su solución. La prescripción se sustenta, por tanto, en la

seguridad jurídica, y, por ello, ha devenido en una de las instituciones

jurídicas más necesarias para el orden social. Como señala el Dr. León

74
Barandiarán, la necesidad de la estabilidad en las relaciones sociales impone

la conveniencia de la prescripción.

Por el fundamento de la prescripción si el titular de un derecho, durante

considerable tiempo transcurrido no hace efectiva su pretensión, ni ejercita

la acción correspondiente, la ley no debe ya franquearle la posibilidad de su

ejercicio. Y por el mismo fundamento, se permite la oposición al ejercicio de

una acción, alegándose la prescripción, consolidándose, por este medio,

situaciones que, de otro modo, estarían indefinidamente expuestas.

Atendiendo, entonces, a la idea del orden público que fundamenta el

tratamiento legislativo de la Prescripción, el concepto contenido en el Art.

1989º se sustenta en la misma consideración, así como, en general toda la

normativa de la materia y ello explica que el legislador se haya reservado la

potestad de fijar los plazos prescriptorios (Art. 2000º) y que haya dado el

carácter de irrenunciable al derecho de prescribir (Art. 1990º), que declare

nulo el pacto destinado a impedir los efectos de la prescripción (Art. 1990º)

y que sólo se permita la renuncia de la prescripción ya ganada (Art. 1991º).

Naturaleza Jurídica: Es un medio de defensa, en el Derecho Romano la

prescripción tuvo un origen procesal. No fue concebida como un modo de

extinción de los derechos, sino de las acciones, como consecuencia de su falta

de ejercicio por tiempo prolongado.

La prescripción es un medio de defensa aunque con un significado más

amplio que el de una simple excepción, puesto que igual puede servir al

demandado que al demandante, pues el actor puede también apoyarse en ella

para desvanecer la pretensión, que como propiamente excepción o como

reconvención, le formule el demandado.

75
La prescripción, aunque procesalmente sea considerada como una excepción

perentoria, pues puede ser deducida en cualquier estado de la causa, no

extingue el derecho del que deriva la acción a la que se ha opuesto. En

resumen, la prescripción, en cuanto a su naturaleza jurídica constituye un

medio de extinción de las pretensiones que se quieran hacer valer en vía de

acción o de excepción, y ella misma puede hacerse valer como acción. La

prescripción se vincula a la acción y no a la relación jurídica.

Oponibilidad de la Prescripción: Atendiendo a la naturaleza jurídica de la

prescripción en el sentido de que es una excepción o medio de defensa, que

puede hacerse valer también como acción, estudiaremos los aspectos

atinentes a la oponibilidad de la prescripción, tales como la legitimidad para

oponerla y los fundamentos para su aplicabilidad.

El Código Civil resume la temática de la oponibilidad de la prescripción

en el artículo 1992º que establece que: “el Juez no puede fundar sus fallos en

la prescripción si no ha sido invocada”

El demandado puede oponer la prescripción por ser la persona a quien la

ley favorece con ella. El instituto jurídico de la prescripción se ha concedido,

precisamente, para liberar a la persona contra la cual no se ejerce la acción

y que, por ello, se extingue en perjuicio del titular del derecho al que es

correlativa.

La doctrina es unánime en señalar que el derecho de oponer la

prescripción no es de carácter exclusivamente personal y, por ello, pueden

también invocarla los terceros que tengan un legítimo interés en que ella

produzca sus efectos, cuando la persona que se favorecía no la invoca.

Debe distinguirse entre los acreedores del demandado y las personas

que tengan interés en que la prescripción se efectúe, así como discriminarse

76
entre el caso en que el demandado no oponga la prescripción y el caso en que

renuncie a ella, expresa o tácitamente.

Las personas, que no siendo acreedoras, tienen legítimo interés en oponer

la prescripción, pueden oponerla, sea que quien se beneficiaba con ella no la

hubiere opuesto o la hubiere renunciado. Son personas que pueden tener

interés en oponer la prescripción, por ejemplo, quienes se hayan constituido

en fiadores o que siendo codeudores solidarios, se la opongan al codeudor que

renunció a ella.

Los herederos, por ser la continuidad jurídica de su causante, podrán

oponer la prescripción pero si el de cujus la renunció, no podrán invocarla ni

oponerla.

La prescripción por regla general, se hace valer en vía de excepción, sin

que nada obste para que pueda ser invocada en vía de acción. La prescripción

no tiene una función meramente defensiva y el legítimo interés que justifica

su invocación permite también que pueda ser accionada por el propio

beneficiario en una acción declarativa, o por los acreedores en una acción

subrogatoria u oblicua, o si el beneficiario la abdica, en una acción pauliana.

El maestro León Barandiarán escribió lo siguiente “nada impide que el

obligado pueda entablar acción para que se declare por sentencia que la

obligación ha prescrito” Por su parte, Jorge Eugenio Castañeda, es del

parecer “que no existe prohibición de hacer valer la prescripción liberatoria

como acción y que es lícito que quien se ha liberado del cumplimiento de una

obligación pueda pedir que en juicio se haga la declaración correspondiente,

aun cuando sus titular no le hubiese exigido el cumplimiento”.

Ejemplos de acciones personales y su prescripción:

77
· Art. 28º C.C.- “Nadie puede usar nombre que no le corresponde. El que

es perjudicado por la usurpación de su nombre tiene acción para hacerla cesar

y obtener la indemnización que corresponda”

La indemnización a que se refiere la parte final del artículo corresponde a

una acción por responsabilidad Extracontractual y prescribe en el plazo de

dos años establecido para dichas acciones en el inciso 4to. del Art. 2001º

· Art. 193º C.C.- “La acción para solicitar la nulidad del acto simulado

puede ser ejercitada por cualquiera de las partes o por el tercero

perjudicado, según el caso”

Nos hallamos aquí ante una acción de nulidad del acto jurídico simulado. Por

consiguiente es aplicable el plazo de prescripción considerado en el inciso 1

del artículo 2001, y el término inicial será el momento en el que el acto

simulado queda perfeccionado de acuerdo al Derecho.

Ejemplos de acciones reales y su prescripción:

· Art. 923º C.C.-“la propiedad es el poder jurídico que permite usar,

disfrutar, disponer y reivindicar un bien. Debe ejercerse en armonía con el

interés social y dentro de los límites de la ley”

Este Artículo está vinculado al 927º que establece: “la acción reivindicatoria

es imprescriptible. No procede contra aquel que adquirió el bien por

prescripción”.

· Art. 985º C.C.- “la acción de partición es imprescriptible y ninguno de

los copropietarios ni sus sucesores pueden adquirir por prescripción los

bienes comunes”

· Art. 1864º C.C.- “El depositario que sea desposeído del bien puede

reclamar a quien lo tenga en su poder, incluyendo cualquiera de los

78
depositantes que lo haya tomado sin consentimiento de los demás o sin

mandato del juez”

Estamos ante el caso de una acción real de protección de la posesión que tiene

el depositante. Por consiguiente, el plazo es de 10 años de prescripción

establecido en el inciso 1 del artículo 2001. El término inicial será el de la

fecha de desposesión.

LA CADUCIDAD.-

El origen de la caducidad como institución jurídica la remontan algunos

autores a las llamadas Leyes Caducarias, se les dio este nombre a dos leyes:

La Ley Julia de maritandis ordinibus y la Ley Papia Poppaea, complementaria

de la anterior, que alentaban al matrimonio y a la procreación de hijos

legítimos, imponiendo a los célibes y a los casados que no tuvieran familia, la

privación de las liberalidades que les fueran dejadas en un testamento a los

primeros (desheredándolos), y una caducidad de la mitad, a los segundos; y,

si en los cien días siguientes al fallecimiento del testador, no contraían

matrimonio o procreaban, la herencia quedaba sin efecto, es decir caducaba.

Como puede advertirse, el origen de la caducidad explica que se utilice

la expresión caducidad, como indicativa de la pérdida de un derecho y que con

esta acepción la recoja el Diccionario de la Lengua Española. El vocablo viene

del verbo latino cadere, que significa caer, y, en su significado jurídico, es

una sanción que hace perder o impide nacer un derecho, o la decadencia o

pérdida de un derecho porque no se ejercita, dentro del plazo establecido

por la Ley, la acción necesaria para su preservación.

En la doctrina alemana se le llama plazo de caducidad, que

Ennecerus advierte que no debe confundirse con el plazo de prescripción,

pues transcurrido el derecho de que se trata ha dejado de existir, mientras

79
que al cumplirse la prescripción el derecho sólo está paralizado mediante una

excepción. Esta corriente doctrinal se resume en la temporalidad de ciertos

derechos que vienen a ser caducibles, precisamente porque nacen con una

vigencia limitada.

El Maestro León Barandiarán señaló la inconfundibilidad de los plazos,

precisando que los de prescripción importan sólo una oposición a la pretensión

del actor, pero no un desconocimiento a su derecho mismo, mientras que, en

cambio los de caducidad importan que, el derecho no exista más. Como

ejemplos de caducidad tenemos la acción de anulabilidad del matrimonio (Art.

277º incs. 2, 3, 4, 5,6 y 8), con la contestatoria de la filiación (Art. 364º), la

de retracto (Art. 1596), entre otras.

Caducidad y Prescripción: diferencias.-

La caducidad y la prescripción son dos institutos jurídicos cuya afinidad

se sustenta en el transcurso del tiempo y, por eso, por largo tiempo, en la

doctrina y en la codificación se les confundía, entendiéndose a la primera

como una forma de la segunda.

Sin embargo, con la manera de considerar el decurso del tiempo se les

distingue, pues como señala el maestro León Barandiarán la caducidad implica

un tiempo continuo, en cuanto el tiempo no se detiene ante nada ya que el

plazo de caducidad es perentorio y su transcurso es fatal.

En la caducidad pues, el tiempo no admite causales de suspensión ni de

interrupción y sin tener, por tanto, las circunstancias subjetivas del titular

del derecho, lo que hace que los plazos sean preclusivos.

80
No obstante que la doctrina es unánime en la consideración anteriormente

anotad, el Art. 2005 admite la causal de suspensión prevista en el Art. 1994º,

inc. 8vo.

La doctrina señala, además, que mientras que la prescripción tiene que

ser alegada (Art. 1992º), en la caducidad el Juez puede declararla de oficio

(Art. 2006º).

La diferencia sustancial la determina el concepto de la caducidad

incorporado al Art. 2003º a saber: “La caducidad extingue el derecho y la

acción correspondiente” mientras que, conforme al Art. 1989º “la

prescripción extingue la acción pero no el derecho mismo”.

La extinción del derecho debe entenderse referido a aquellos derechos

que nacen con un plazo prefijado en relación a la vigencia de la acción que de

ellos se deriva. Es, pues, en última instancia el Derecho Objetivo el que

permite diferenciar la caducidad de la prescripción.

Fundamento de la Caducidad.-

Al estudiar la prescripción señalamos que su fundamento es el orden

público, pues conviene al interés social liquidar situaciones pendientes y

favorecer su solución, sustentándose, por tanto, en la seguridad jurídica.

Tratándose de la caducidad el orden público está más acentuado que en

la prescripción, puesto que su elemento más importante es el plazo previsto

en la ley. Por ello, refiriéndose a los plazos de caducidad, Josserand[13] dice

que funcionan como una guillotina, sin tener en cuenta ninguna consideración,

son verdaderas medidas de policía jurídica, libres de toda aleación.

El decurso de los plazos de caducidad.-

81
Los plazos de caducidad, como los de prescripción, tienen un inicio y un

vencimiento; en cuanto a sus vicisitudes, la doctrina es dominante en señalar

que su decurso no es susceptible de suspensión ni de interrupción.

La perentoriedad y fatalidad les son características muy propias. Así los

ha legislado el Art. 2005º, con la salvedad de una causal de suspensión

determinada por la imposibilidad de reclamar el derecho ante un tribunal

peruano.

Algunos ejemplos de Caducidad en nuestro Código Civil peruano:

A El derecho de solicitar la anulabilidad del matrimonio por quien lo contrajo

bajo intimidación (Art. 277º, inc.6). El plazo de caducidad –de 2 años- se

computa desde la celebración del matrimonio.

B El derecho del desheredado de contradecir la desheredación (Art. 750º). El

plazo de caducidad –de 2 años- se computa desde la muerte del testador o

desde que el desheredado toma conocimiento del contenido del testamento.

C El derecho del comodante para reclamar por el deterioro o modificación del

bien (Art. 1753º). El plazo de caducidad –de 6meses- se computa desde que

recuperó el bien.

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