Cinética química.

Es la rama de la química que estudia la rapidez o velocidad con la que ocurren las reacciones químicas;
es decir la desaparición de los reactivos para convertirse en productos mediante la disminución de su
concentración y el constante incremento de la concentración de los productos en un determinado
tiempo.

Algunas reacciones ocurren muy lentas, por ejemplo, la oxidación de un material de hierro a
temperatura ambiente ocurre lentamente; otras como la explosión de la dinamita son muy rápidas.

La causa por la cual las sustancias son capaces de reaccionar, se explica en la llamada Teoría de las
colisiones la cual se enuncia de la siguiente manera: “para que ocurra una reacción química, las
sustancias (átomos, moléculas o iones), deben chocar entre sí. Estas Colisiones deben romper los
enlaces ya existentes y producir otros nuevos, ambos procesos son simultáneos”, ver figura.

En la figura anterior, al chocar una molécula de yodo (I2) con una molécula de hidrógeno (H2), se rompe
el enlace entre los átomos de yodo y los de hidrógeno y se forma un nuevo enlace entre un átomo de
yodo y uno de hidrógeno, y así formar una molécula de yoduro de hidrógeno (IH).

Para formar esta nueva molécula, el choque debe ser muy fuerte, es decir, con suficiente energía para
poder romper la energía de enlace entre los átomos de yodo y los de hidrógeno.

La determinación de la velocidad de una reacción se puede hacer por medición de la aparición o

desaparición de un color (Fig. A), cambios de concentración entre reactivos o productos (Fig. B),
medición de presión de gases o por cambios de temperatura, entre otros.
Existen varios factores que afectan la velocidad en la que se lleva a cabo una reacción, por ejemplo:
 Temperatura.
 Presión.
 Concentración.

En algunas literaturas mencionan también la presencia de catalizadores, o la naturaleza y grado de

subdivisión de los reactivos.

Temperatura de la reacción.
¿Podrías predecir qué pasará con la velocidad de una reacción si se aumenta la temperatura?

Recordarás que la temperatura es una medida de la energía cinética (movimiento) que poseen las
partículas de una sustancia.

Al aumentar la temperatura, se aumenta la energía de activación y por lo tanto se incrementa el

desorden de las partículas de las sustancias reaccionantes, esto hace que aumente el número de
colisiones efectivas entre partículas, permitiéndoles reaccionar y aumentando así la rapidez de
reacción.
Entonces, la rapidez de la mayoría de las reacciones químicas aumenta al ocurrir un incremento de la
temperatura, es por ello que los alimentos se descomponen más rápido a temperatura ambiente que en
el refrigerador, al refrigerar alimentos como la carne o la leche, logramos disminuir la velocidad de las
reacciones de descomposición que realizan las bacterias.

Presión en una reacción química.

En una reacción química, si existe una mayor presión en el sistema, ésta va a variar la energía cinética
de las moléculas. Entonces, si existe una mayor presión, la energía cinética de las partículas va a
aumentar y la reacción se va a volver más rápida;

Esto es válido solamente en aquellas reacciones químicas cuyos reactantes sean afectados de manera
importante por la presión, como los gases, que al aumentar la presión disminuye el volumen del gas y
por tanto la concentración del gas es mayor (ver figura). Para reacciones cuyos reactantes sean sólidos
o líquidos, el efecto de la presión es débil, y solo se hace importante cuando la presión es muy alta.

Efecto de la concentración (de los reactivos).

Si los reactivos están en disolución o son gases encerrados en un recipiente, cuanto mayor sea
su concentración, más alta será la velocidad de la reacción en la que participen, ya que, al haber más
partículas en el mismo espacio, aumentará el número de colisiones. ejemplo: El ataque que los ácidos
realizan sobre algunos metales con desprendimiento de hidrógeno este ataque es mucho más violento
cuanto mayor es la concentración del ácido.
La concentración determina la cantidad de una sustancia contenida en una unidad de volumen. Al
aumentar la concentración de los reactivos, estamos incrementando la cantidad de partículas por
unidad de volumen y, por consiguiente, aumenta la frecuencia de los choques entre sus partículas, los
cuales son necesarios para la formación de los productos.