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La supresión del arraigo en el Código Civil y Comercial de la Nación

Guillermo Argerich*

"La práctica sin teoría es ciega


y la teoría sin práctica es estéril"
(Immanuel Kant, 1793)

I.1. Introducción. I.2. El arraigo: finalidad y efectos. II. El arraigo en el derecho argentino
anterior al Código Civil y Comercial. - II.1. El artículo 348 del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación. II.2. Supresión del arraigo por los tratados internacionales. II.3
Improcedencia del arraigo aún en casos de inexistencia de tratados internacionales. III. El
arraigo en el Código Civil y Comercial (Teoría). III.1. Finalidad de la supresión del arraigo.
III.2. El artículo 2610. IV. Jurisprudencia (Práctica). IV.1. Jurisprudencia que reafirma la
improcedencia del arraigo. IV.2. Jurisprudencia que dispone la procedencia del arraigo. V.
Conclusión

I.1. Introducción.

Nos motiva escribir estas líneas la dicotomía que presenta la jurisprudencia ante el
cambio normativo producido a partir de la sanción del Código Civil y Comercial (CCyC) en
el ámbito de la cooperación jurídica internacional, específicamente en el tema del arraigo en
juicio. Somos conscientes que no es el único caso en el que se presenta una disociación entre
lo indicado por una norma y la dimensión sociológica de la situación que regula. Por eso
recordamos a Kant, tan preocupado por el problema del enlace entre la filosofía teórica y la
filosofía práctica. La necesidad de construir un puente firme entre la teoría y la práctica se
manifiesta patente en el ámbito en estudio.

*
Profesor de Derecho Internacional Privado, Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires.
I. El arraigo: finalidad y efectos

El arraigo es una limitación práctica al ejercicio por parte de las personas domiciliadas
en el extranjero, en su calidad de actores en un proceso, del acceso a la jurisdicción ante los
tribunales nacionales. Consiste en prestar caución en garantía de los gastos del juicio para el
caso de que resultaren vencidos.

La "cautio judicatum solvi" se funda en razones de seguridad procesal: cubrir las


eventuales responsabilidades del juicio; tiende entonces, a afianzar el pedido del actor
extranjero, en beneficio del demandado. El arraigo, que se presenta como una excepción,
tiene las características de una verdadera caución, encierra en sí mismo una pretensión
cautelar.

Cuando se declara la procedencia de que el actor arraigue el juicio, el tribunal puede


exigirle la prestación de una caución real, que podrá consistir en depósitos de dinero o de
valores públicos, etcétera. En realidad, puede revestir cualquiera de las formas de garantía
conocidas por el derecho.

II. El arraigo en el derecho argentino anterior al Código Civil y Comercial.

II.1. El artículo 348 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.

Nuestro Código Procesal Civil y Comercial de la Nación (CPCCN), en su art. 348


establece que "Si el demandado no tuviere domicilio ni bienes inmuebles en la República,
será también excepción previa la del arraigo por las responsabilidades inherentes a la
demanda".

No todas las personas domiciliadas en el extranjero debían cumplimentar la caución


mencionada, sino sólo aquellos que no poseían bienes inmuebles en la Argentina. La
jurisprudencia ha entendido que domiciliado se refiere a todo sujeto de derecho, es decir
tanto a las personas físicas como a las jurídicas.1

1 CNCom., sala B, “Bambozzi Carrocerías, S.A., s/ped. de quiebra por Atlas de Ballerup Dinamarca”, LL, 1988-
C, p. 339 ss.
La admisibilidad del arraigo se hallaba supeditada, a su vez, a la circunstancia de que
el actor tuviera su domicilio actual y efectivo fuera de la República, no bastando la ausencia
accidental, temporaria o periódica.2

Se ha sostenido que había que considerar un requisito más, la verosimilitud del


derecho reclamado en juicio, es decir admitir la excepción solamente cuando la acción no
presentara alta probabilidad de prosperar.3

II.2. Supresión del arraigo por los tratados internacionales

Existen tratados internacionales que nos vinculan con diferentes países, a través de
los cuales, se elimina el arraigo. Todos ellos, dentro del marco del auxilio judicial
internacional, adquirieron una extraordinaria relevancia jurídica en aquella época. La
aplicación de alguno de estos tratados excluía -y sigue excluyendo- cualquier solución de
derecho interno que discriminara respecto de la aptitud del litigante domiciliado o nacional
del otro Estado contratante.4

En aquellos casos en los que estamos vinculados por un tratado, existe una obligación
internacional del estado, que deriva del hecho de que los súbditos del otro estado contratante
gozarán en las relaciones judiciales de los mismos derechos y privilegios que se conceden a
los nacionales, por lo tanto se debe dejar de lado la "hostilidad hacia el foráneo".

La supremacía de los tratados internacionales respecto de la ley interna está


consagrada por la Convención sobre el Derecho de los Tratados, Viena, 1969, en sus arts.
27 y 46, disponiendo que ninguna parte contratante podrá invocar una norma de origen
interno para violar lo reglado en un tratado. En el mismo sentido, la Convención
Interamericana sobre Normas Generales de derecho internacional privado, Montevideo,
1979, CIDIP II, que en su art. 1° establece la prelación jerárquica con relación al derecho
interno.

2 CNCiv, sala A, “Lewi, Diana y otros c. Pan Trip y otros s/daños y perjuicios”; LL, 1986-B, p. 598 ss.

3 GOLDSCHMIDT, Werner, Derecho Internacional Privado, 4ta. ed., Depalma, Buenos Aires, 1982, p. 346.
4 ver nuestro artículo ARGERICH, “Guillermo, “El arraigo y su supresión por los tratados internacionales”,
DJ – LL, Buenos Aires, 1996-II, pp. 631-634.
La jurisprudencia5 y la doctrina argentina6 ya, antes de la reforma del año 1994 a la
Constitución Nacional, habían sostenido en relación a la jerarquía normativa que las
convenciones internacionales prevalecen sobre la norma interna. La recepción
constitucional, de la superioridad del tratado en relación a la ley interna, se produjo
definitivamente en la citada reforma de la Constitución de la Nación Argentina a través del
art. 75 incs. 22 y 24.

En relación a la institución de la "cautio judicatum solvi", con anterioridad a la fecha de


esta última jurisprudencia, nuestros tribunales habían resuelto que no procedía la aplicación
de la disposición que autoriza la excepción de arraigo (art. 348, del CPCCN), en virtud de la
supremacía de los tratados contemplada por el art. 31 de la Constitución Argentina,7
sosteniendo además que una interpretación contraria estaría en pugna con la Convención de
Viena sobre el Derecho de los Tratados (arts. 26 y 27).8

Es de destacar que según la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia los tratados


aprobados y ratificados, se incorporan al derecho argentino y son aplicables en el Estado
cuando revisten carácter autoejecutorio o autosuficiente. Incluso, se llegó a disponer que
sostener una interpretación contraria a la primacía de la Convención de La Haya -que regula
el procedimiento civil- sobre la norma procesal interna sería inconstitucional, de acuerdo a
la prelación que imponía el art. 31 de la Constitución Nacional.9

5 CSJN, "Cafés La Virginia S.A. s/apelación (por denegación de repetición)" C-572 XXIII, LL, 1995-B, p. 243
ss.; DJ, 1995-2-958; CSJN, "Fibraca Constructora S.C.A. c. Comisión Mixta de Salto Grande", ED, pp. 154 -
161-87; CSJN, "Ekmekdjian, Miguel Angel c/ Sofovich, Gerardo y otros", LL, 1992-C, 5 pp. 40-63; DJ, 1992,
p. 2296 ss.
6 GOLDSCHMIDT, Werner, "Los Tratados como fuente del derecho internacional público y del derecho
interno argentino" en ED, 110-955/962; PEÑA, FÉLIX, "La seguridad jurídica en el Mercosur: notas en torno
al caso Cafés La Virginia" en Revista de Derecho Privado y comunitario n° 7, pp. 451-464, Ed. Rubinzal-
Culzoni, Santa Fe, 1994.
7 CNCiv. de Buenos Aires, Sala F, 6 de setiembre de 1993. "Popa, Pedro c/ Ferace, Rosario s/reivindicación".
Inédita.

8 CNCiv., sala F, 27 de febrero de 1992. "Kohnke, Otto c. Knapp, Eugenio s/ sucesión s/cobro de sumas de
dinero". Inédita.

9 C2aCC La Plata, sala I, 23 de septiembre de 1993, "Sadowski, Francisco c. Butka, Jorge y otros s/
reivindicación". Inédita
En la esfera de los tratados multilaterales nuestro país se encuentra vinculado con
cuarenta y nueve países10 a través de la Convención de La Haya sobre Procedimiento Civil,
del 1 de marzo de 1954, aprobada por Ley 23.502, con vigencia, para nuestro país desde el 9
de julio de 1988. La citada convención regula el arraigo en los arts 17 a 19, eliminándolo.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación sostuvo, el 7 de marzo de 1989, que el art.


17 de la Convención de La Haya de 1954 sobre procedimiento civil era de aplicación
inmediata a los juicios pendientes. Tal resolución recayó en un caso en el que la actora
habiendo consentido, con anterioridad, la procedencia del arraigo, invocó los beneficios de
la Convención que había entrado en vigencia, para la República Argentina el día 9 de junio
de 1988, con posterioridad a la fecha de iniciación de la demanda.11

Sin embargo, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, el día 2 de agosto


de 1989, confirmó la caución dispuesta, meses antes, por el juez de primera instancia, sin
hacer aplicación de la convención mencionada, que ya se encontraba vigente y vinculaba a
Argentina con algunos de los países donde tenían domicilio las compañías demandantes
(Italia, Reino Unido, Países Bajos, Portugal, Israel y Malasia).12

La Convención de La Haya, fue aplicada por la jurisprudencia argentina en casos de


actores domiciliados en España,13 Rumania,14 Alemania,15 etcétera. En cambio se consideró
procedente la caución, en casos en los cuales se invocó la Convención de La Haya, con
respecto a actores domiciliados, por ejemplo, en Gran Bretaña país no ratificante de tal
convención.16 Como en nuestro derecho de fuente interna, tampoco corresponde hacer
ninguna diferenciación entre personas físicas o jurídicas domiciliadas en el extranjero, para

10 Al 1ro de marzo de 2021.

11 CSJN, 7/3/89, "Ruiz de Frías de Mozarouski, María Rosario y otros c. Asociación Civil Mater Dei y otros".
Fallos de la CSJ, 312: 283-284.
12 CNCom, sala D, 2/8/89, "Liguria Societa di Assicurazioni SPA y otros c. Galicia y Río de la Plata Cía. de
Seguros s/cobro de pesos". BJCCOM, 1989, sum. 538 -LL, 1989-E, p. 494.
13 C1aBCC La Plata, sala I, 11/3/93. "Monteagudo Fontán, E. c. Monteagudo Fontán, M. s/reconocimiento
judicial de instrumento privado y reducción a escritura pública". Inédita; C2aCC La Plata, sala II, 11/3/93,
causa B-75.049, Inédita.
14 CNCiv, sala F, 6/9/93, "Popa, Pedro c. Ferace, Rosario s/reivindicación". Inédita.
15 CNCiv, sala F, 27/2/92. "Kohnke, Otto c. Knapp, Eugenio s/sucesión s/cobro de sumas de dinero". Inédita.
16 CNCiv, sala F, 4/11/93. "Vogelius, Federico Roberto y otro c. Grecian Investment SA y otros s/simulación".
Inédita; CNCom, sala D, 2/8/89.
proceder a la supresión del arraigo. En tal sentido se ha expedido nuestra jurisprudencia en
varias decisiones, respecto de sociedades italianas,17 españolas,18 francesas,19 etcétera.

Se garantiza al demandado, en el art. 19 de la Convención de la Haya de


Procedimiento Civil,20 que en caso de no prosperar la pretensión del actor porrá recurrir a

17 CNFed. Civil y Com., sala II, 30/4/91, "Giorgio Armani SPA c. Armanjeans S.R.L. s/cese de uso de marca".
Inédita.
18 CNFed. Civil y Com., sala I, 23/3/90, "General Europea S.A. c. General Assistance s/oposición registro de
marca". Inédita.

19 CNCiv, sala I, 29/9/91, "Société des Auteurs des Arts Visuels c. La Nación SA s/propiedad intelectual".
Inédita. CNCom., sala A, 12/10/06, Armor S.A. c. Armor Latina S.A.
http://fallos.diprargentina.com/2007/03/armor-sa-v-armor-latina-sa.html

20 "Artículo 19. Las decisiones sobre costas y gastos serán declaradas ejecutorias sin que sean oídas las partes,
quedando a salvo el ulterior recurso de la parte condenada, de conformidad con la legislación del país donde se
pretende la ejecución.

Para resolver sobre la solicitud de "exequatur", la autoridad competente deberá limitarse a examinar:

1. si, de acuerdo con la legislación del país en el que ha sido pronunciada la condena, la documentación cumple
con las condiciones necesarias de autenticidad;

2. si, según esta misma legislación, la decisión tiene fuerza de cosa juzgada;

3. si la parte dispositiva de la sentencia está redactada en el idioma de la autoridad requerida o en el idioma


convenido entre los dos Estados interesados, o si se acompaña una traducción a uno se esos idiomas y, salvo
acuerdo en contrario, ha sido certificada por un funcionario diplomático o consular del Estado requirente, o
por un traductor jurado del Estado requerido.

Para cumplir las condiciones establecidas en el párr. 2, números 1 y 2, bastará una declaración de la autoridad
competente del Estado requirente en la que se deje constancia de que la decisión tiene fuerza de cosa juzgada,
o la presentación de documentos debidamente legalizados capaces de demostrar que la decisión tiene fuerza de
cosa juzgada. La competencia de la autoridad precitada deberá, salvo acuerdo en contrario, ser certificada por
el funcionario de más alto rango de la Administración de Justicia del Estado requirente. La declaración y el
certificado deberán ser redactados o traducidos de acuerdo a la norma contenida en el párrafo 2, número 3.
los tribunales extranjeros a solicitar la ejecución de los honorarios y demás costas, a través
de un procedimiento simplificado.

En el ámbito del Mercosur contamos con el Protocolo de Las Leñas de cooperación


y asistencia jurisdiccional en materia civil, comercial, laboral y administrativa, aprobado por
Ley 24.578, el cual establece en sus arts. 3 y 4 el libre acceso a la justicia de las personas físicas
y jurídicas residentes en otro estado parte, no permitiendo la exigencia de ninguna caución o
depósito. En un fallo de julio de 1995 se tomó en cuenta el domicilio en Uruguay de una
sociedad, habiéndose utilizado como fuente normativa el Protocolo de Las Leñas, para
determinar que ninguna caución o depósito debía ser impuesta.21

También se ha eliminado el arraigo a través de tratados bilaterales celebrados con


Brasil: "Acuerdo sobre Cooperación en materia civil, comercial, laboral y Administrativa",
Brasilia, 20 de agosto de 1991 (Ley 24.108); con China: “Tratado sobre asistencia Judicial en
Materia Civil y Comercial”, Buenos Aires, 9 de abril de 2001 (Ley 26.672); con Italia:
"Convención de Asistencia judicial y de reconocimiento y ejecución de sentencias en materia
civil", Roma, 9 de diciembre de 1987 (Ley 23.720); con la Federación de Rusia: “Tratado de
cooperación y asistencia jurisdiccional en materia civil, comercial, laboral y administrativa”,
Moscú, 20 de noviembre de 2000 (Ley 25.595); con Túnez: “Tratado de Asistencia Judicial
Recíproca en Materia Civil y Comercial”, Buenos Aires, 16 de marzo de 2006 (Ley 26.667);
y el "Convenio sobre igualdad de trato procesal y exhortos con la República Oriental del
Uruguay", Buenos Aires, 20 de noviembre de 1980 (Ley 22.410) que nos vincula con el país
vecino.

Otra fuente internacional, que no está vigente en la República Argentina, es el Código


Panamericano de Derecho Internacional Privado de 1928, ratificado por quince países

La autoridad competente para resolver sobre la petición de "exequatur", y siempre que así lo solicite la parte,
fijará en ese momento el importe de los gastos de la certificación, la traducción y la legalización contemplados
en el párrafo 2, número 3. Estos gastos serán considerados como costas y gastos del proceso."

21 Juz. Nac. de Primera Instancia en lo Comercial N° 9, julio de 1995, "Petropol S.A. s/conc. preventivo
s/incidente de revisión promovido por Olfsan Trading corporation SA". Inédita.
americanos, también llamado Código Bustamante,22 que en su art. 383 rechaza la fianza que
es objeto del presente trabajo.

Hay que resaltar que la entrada en vigor de la Convención de La Haya en la Argentina,


no había significado la derogación del art. 348 del CPCCN, sino que el mismo resultaba
inaplicable en casos en que Argentina está vinculada por un tratado internacional.23

Este acápite nos permite concluir que el ámbito de aplicación del art. 348 del CPCCN
se veía cada día más reducido, ya que el arraigo se encuentra suprimido respecto de los
demandantes domiciliados en los países con los cuales existe tratado sobre la materia.

II.3. Improcedencia del arraigo aún en casos de inexistencia de tratados


internacionales.

Aún cuando no resultara aplicable un tratado internacional que eliminara la "cautio


judicatum solvi", la jurisprudencia ha rechazado la excepción en numerosos casos.

En primer lugar, la procedencia de la excepción de arraigo debía apreciarse con


criterio restrictivo puesto que, como hemos explicado, representa una limitación al acceso a
la justicia.

La admisibilidad dependía del tipo de proceso: estaba excluida de los procesos


penales, incidentes, juicios sumarísimos, juicios ejecutivos.24

En los casos de reconvención del demandado, que estuviera domiciliado en el


extranjero o no tuvuera bienes en el país, tampoco se podía exigir, ya que éste ha sido
obligado por el actor a estar en juicio y la reconvención es consecuencia de la demanda.25

22 https://www.oas.org/juridico/spanish/mesicic3_ven_anexo3.pdf
23 CNCiv., sala I, 29 de septiembre de 1991, "Société des Auteurs des Arts visuels c. La Nación S.A. s/
propiedad intelectual". Inédita.
24 CNCom, Sala C, 25/2/77, "Machinenfabrik c. Hermasa" (La Ley 1978-B, 665); conf. Colombo, Carlos,
"Código Procesal Civil y Comercial", t. III, p. 268. Juz. Nac. Com. N° 18, Secretaría Nº 35, 15/07/19, Posco
Daewoo Corporation c. Ambassador Fueguina SA s. ejecutivo.
http://fallos.diprargentina.com/2021/04/posco-daewoo-corporation-c-ambassador.html
25 CNFed, sala civil y com., 19/7/67, JA 967-VI-110.
Tampoco se admitía en los procesos alimentarios, para no ver frustrada -justamente-
la naturaleza asistencial del juicio basado en un crédito por alimentos.

Cuando mediaba beneficio de litigar sin gastos, tampoco podía prosperar la


excepción.

No correspondía acoger la excepción de arraigo cuando el actor era llevado a accionar


en extraña jurisdicción. Ello ocurre en el supuesto de concurso preventivo, cuya presentación
por la deudora obliga a todos los acreedores a formular al síndico el pedido de verificación
de sus créditos, esa acción necesariamente debe deducirse en la jurisdicción donde tramita el
concurso.26 También ante un proceso en el que se pretendía dar eficacia a una sentencia
extranjera.27

En relación al pedido de quiebra, estamos otra vez frente a un caso de improcedencia


de la caución, siempre que por el domicilio del sujeto pasivo, la quiebra deba radicarse ante
los tribunales argentinos.28 Esto por imperio de lo estatuido en la ley 24.522, art. 3, que
establece una jurisdicción exclusiva a favor de los jueces nacionales cuando el deudor está
domiciliado en la Argentina.

A veces sucede que el actor se ve compelido a concurrir ante un determinado tribunal


en la esfera internacional por existir un acuerdo o pacto de jurisdicción a favor de tribunales
de la República, con exclusión de otros. En esos casos no es dado a la actora litigar en una
jurisdicción distinta a la pactada, la salida del lugar de su domicilio no proviene de un acto
de su voluntad unilateral, sino que ha sido acordada en el contrato que vincula a las partes,
razón por la cual no la puede obligar a arraigar.29

26 CNCom., sala A, 2914/83, "Pamet S.A. s/concurso preventivo s/incidente de impugnación por Triumph
Europe Holding Rotterdam D.V. y otro", citado en CNCom., sala B, 8/2/88, "Bambozzi Carrocerías S.A.
s/pedido de quiebra por Atlas de Ballerup Dinamarca", LL, 1988-C, p. 339.

27 CNCiv. y Com. Fed., sala I, 24/04/97, “Mission Insurance Company Trust c. Caja Nacional de Ahorro y
Seguro -en liquidación-”. http://fallos.diprargentina.com/2006/12/mission-insurance-company-trust.html

28 CNCom., sala B, 8/2/88, "Bambozzi Carrocerías S.A. s/pedido de quiebra por Atlas de Ballerup Dinamarca,"
LL, 1988-C, p. 339.
29 CNFed., sala II, civil y comercial, 11/8/78, "Assucom, N. V. y otra c. Capitán o prop. y/o Armadores del
Buque F. N. VII,” LL, 1978-D, p. 128.
Tampoco procedía en tercerías en que la actora domiciliada en el extranjero se ha
visto forzada a iniciar, para defender sus intereses en una jurisdicción extraña a su domicilio.30

III. El arraigo en el Código Civil y Comercial (Teoría).

III.1. Finalidad de la supresión del arraigo.

Una de las objeciones que se ha postulado a esta institución es que se opone a


principios generales relativos a la igualdad de las personas ante la ley y de rechazo a cualquier
discriminación ya consagrados en textos de máxima jerarquía internacional (Declaración
Universal de los derechos del hombre, Naciones Unidas, 1948, art. 7; Declaración de los
derechos y deberes del hombre, Bogotá, 1948, y Carta de la Organización de los Estados
Americanos, arts. 5j y 29a).

El arraigo conculca las garantías constitucionales de defensa en juicio y de igualdad


de las partes,31 establecidas en el art. 20 de nuestra Carta Magna.32 Implica, asimismo, una
restricción al derecho constitucional a la jurisdicción.

El acceso a la justicia como derecho humano, como valor fundamental ha


impregnado las soluciones jurisprudenciales que fueron restringiendo la aplicación del
instituto, en diversas situaciones que fueron ampliándose sucesivamente. Ya en el 2011 un
fallo declaró improcedente el arraigo en un caso conectado con Grecia, que no era parte en
la Convención de La Haya de 1954, con fundamento en los derechos humanos.33

La necesidad de reconocer la capacidad de ser parte debe privilegiarse y se


consideraba seriamente afectada en la práctica por la facultad que nuestro ordenamiento

30 CNCom., sala A, 28/12/66, LL, 125, p. 801.


31 CSJN, 7 de marzo de 1989 "Ruiz de Frías de Mozarouski, María Rosario y otros c. Asociación Civil Mater
Dei y otros". Fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación t. 312, pp. 283-284; CNCiv., sala I, 29 de
septiembre de 1991, "Société des Auteurs des Arts visuels c. La Nación S.A. s/ propiedad intelectual". Inédita.
32 en contra CSJN, abril 28-965, Fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, 261/313.

33 Juzgado Nacional en lo Civil n° 22, 29 de noviembre de 2011 Portoulis Nikolaos y otro c/ Paciaroni Roberto
Luis y otros s/Daños y Perjuicios, citado por María B. Noodt Taquela en “Argentina: réquiem para el arraigo
en el Código Civil y Comercial” https://cartasblogatorias.com/2016/02/01/argentina-requiem-para-el-
arraigo-en-el-codigo-civil-y-comercial/#more-1066
otorgaba al demandado por un no domiciliado en el país, de excepcionarse exigiendo fianza
de arraigo.

III.2. El artículo 2610.

El CCyC establece una reforma del sistema de derecho privado argentino, recogiendo
criterios judiciales y doctrinarios, dando acogida, sistematizando, al Derecho internacional
privado. Esto ha permitido, aunque no en forma completa ni exclusiva, tener dentro de un
cuerpo normativo el DIPr argentino de fuente interna, aportando seguridad y certeza jurídica
en la mayoría de sus soluciones. Es de suma importancia resaltar la incorporación que se ha
efectuado de normas relativas a la cooperación jurídica internacional. Es entre estas reglas
donde aparece la igualdad de trato procesal entre nacionales y extranjeros y donde se reafirma
la noción de acceso a la justicia que se encuentra no sólo asociada al acceso a un tribunal
competente para decidir la cuestión sino también, todas las instancias anteriores, intermedias
y posteriores que hacen a su efectividad en las que la cooperación jurídica internacional juega
un rol primordial. Particularmente importante es el tratamiento que se le ha dado a la
excepción de arraigo en el art. 2610. Esta inclusión nos lleva a realizar un análisis de su
implementación a través de las decisiones posteriores a la entrada en vigor del Código.34

Acompañamos su texto literal, “Artículo 2610.- Igualdad de trato. Los ciudadanos y


los residentes permanentes en el extranjero gozan del libre acceso a la jurisdicción para la
defensa de sus derechos e intereses, en las mismas condiciones que los ciudadanos y
residentes permanentes en la Argentina.

Ninguna caución o depósito, cualquiera sea su denominación, puede ser impuesto en


razón de la calidad de ciudadano o residente permanente en otro Estado.”

Esta norma, que regula una cuestión de Cooperación Jurídica Internacional y por
consiguiente de Derecho Internacional Privado, no puede considerarse como una cuestión

34 WEGHER OSCI, Florencia S. “Acceso a la justicia: la igualdad de trato procesal en el Derecho Internacional
Privado Argentino consagrada en la reforma del Código Civil y Comercial”
https://www.pensamientocivil.com.ar/doctrina/3961-acceso-justicia-igualdad-trato-procesal-derecho-
internacional-privado
meramente procesal, ya que ella recoge la noción de acceso a la justicia y la eliminación de
discriminaciones contra las personas de nacionalidad extranjera o con domicilio en el
extranjero. La distinción entre cuestiones procesales y cuestiones de cooperación judicial
internacional tiene importancia en nuestro país, porque de acuerdo con los artículos 5 y 75
inc. 12 de la Constitución Nacional, la administración de justicia y la aplicación de las normas
nacionales son facultades reservadas por las provincias. Por este motivo, existen veinticuatro
Códigos Procesal Civil y Comercial, correspondientes a cada una de las veintitrés provincias
argentinas y el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, que se aplica en los tribunales
nacionales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en los tribunales federales de todo el
país.35

IV. Jurisprudencia (Práctica).

Ahora veamos que sucedió a posteriori del dictado de tan clara normativa. Y acá es
donde aparece la dicotomía que mencionabamos al comienzo del trabajo. Vemos con gran
asombro que no todos los tribunales aplican la nueva norma. Ello produce un grave perjuicio
a aquellos demandantes que se les exige, aún hoy, arraigar. Analizaremos las dos tendencias
jurisprudenciales que hacen a la práctica diaria de los tribunales argentinos post sanción del
CCyC.

IV.1. Jurisprudencia que reafirma la improcedencia del arraigo

Parte de la jurisprudencia, con la finalidad de superar las exigencias condicionantes


del acceso a la justicia y procurando no afectar el ejercicio de la defensa en juicio, en armonía
con la Constitución Nacional Argentina –arts. 16, 18 y 20-, así como también con los
instrumentos internacionales que nuestro país ha ratificado -analizados con anterioridad- y
siguiendo modernas tendencias en el derecho comparado, hace aplicación lisa y llana del art.
2610.

Se considera, sin lugar a duda alguna, que la reforma introducida en nuestro


ordenamiento jurídico a través de la sanción del nuevo CCyC ha suprimido en el Derecho
Internacional Privado de fuente interna la necesidad del arraigo y cualquier tipo de caución

35 NOODT TAQUELA, María Blanca, “Argentina: réquiem para el arraigo en el Código Civil y Comercial”
https://cartasblogatorias.com/2016/02/01/argentina-requiem-para-el-arraigo-en-el-codigo-civil-y-
comercial/#more-1066
o depósito con el fin de asegurar el acceso a la justicia en los procedimientos referidos a casos
con elementos extranjeros.36 Ejemplifican esta sana posición gran número de sentencias.37
En el mismo sentido que esta jurisprudencia, la doctrina especializada en la materia coincide
en considerar eliminada la “cautio iudicatim solvi” por efecto de las disposiciones contenidas en
la referida norma.38

IV.2. Jurisprudencia que dispone la procedencia del arraigo.

En la otra vereda, en una posición que no logra expresar fundamentos claros en su


apoyo, ciertos tribunales consideran la procedencia del arraigo para preservar la garantía que
reclaman los demandados en virtud de las eventuales responsabilidades emanadas del juicio.
Se ha considerado que la excepción de arraigo del art. 348 del CPCCN no discrimina por la
calidad de extranjero, sino por no tener bienes en el país, por lo que la indemnidad de
igualdad de trato que otorga el código de fondo no modifica las reglas que impone el
ordenamiento adjetivo. En definitiva, según esta postura, la norma no ha perdido vigencia

36 NAJURIETA, María Susana, “Una mirada sobre el acceso a la justicia en el nuevo Código Civil y Comercial de
la Nación Argentina” en El acceso a la justicia en el Derecho Internacional Privado, Jornadas de ASADIP 2015, p. 194.

37 “Ekos Corporation c. Ekosur.” 1° instancia, JCiv. y Com. Fed. 8, secretaría 16, 18/10/19; “Posco Daewoo
Corporation c. Ambassador Fueguina SA s. ejecutivo”, CNCom., sala A, 12/09/19; “Eguiguren Laborde,
Valeria c. Chiramberro Larrategui, Daniel Carlos s. exequátur”, CNCiv., 18/9/15, “Ubiquiti Networks Inc. c.
Nemirovsky”, CNCiv. y Com. Fed., , sala I, 30/12/15 (reducción); “Enerflex Ltd. c. Enerflex SRL.” 1º
instancia, JNCiv. y Com. Fed., 7, 13/11/15; “Marvel Characters Inc. c. Gandara Celestino”, CNCiv. y Com.
Fed., sala I, 12/07/16; “General Motors LLC c. Red Link”. 2º instancia, CNCiv. y Com. Fed., sala I, 02/05/17;
“Chemton s. concurso preventivo s. inc. de verificación por Sojitz Plastics America” Inc. 2° instancia, CNCom.,
sala D, 17/10/17; “Romano Mirta Lidia c. Ideas y Concepto S.A. (Amoblamientos Reno)”, CNCom., sala D,
01/11/18; “Aragón Manjarres, Margarita María c. Esposito, Juan Manuel s. daños y perjuicios”, CNCiv., sala
H, 28/06/16; “Petroliam Nasional Berhad c. Papel Prensa,” CNCiv. y Com. Fed., sala I, 13/06/19. Todos los
fallos reseñados por Julio C. Córdoba en http://fallos.diprargentina.com/

38 BOGGIANO, Antonio Tratado de Derecho Internacional Privado Tomo I, Sexta Edición actualizada, Ed. La Ley
Thomson Reuters, p. 494; UZAL, María Elsa, Derecho Internacional Privado, Ed. La Ley 2016, p. 266; FERNÁNDEZ
ARROYO, Diego P. “Jurisdicción Internacional” en Rivera, Julio – Medina, Graciela (Directores), Código Civil y
Comercial de la Nación Comentado, Ed. La Ley Thomson Reuters, Buenos Aires, 2014, pp. 825-826; MASUD, Pablo
en “La excepción de arraigo luego del Código Civil y Comercial”, LL 2017-E, p. 54.
en tanto la condición allí impuesta para acceder a la justicia lo es en razón de la carencia de
bienes inmuebles en el país, y no por el hecho de la ciudadanía extranjera de quien demanda.

El art. 2610 del CCyC no tiene incidencia sobre lo dispuesto en el art. 348 del
CPCCN, reiteran, desde que la nacionalidad del actor no es un elemento determinante para
la viabilidad del arraigo, como sí lo es la ausencia de domicilio y bienes inmuebles en el país,
sea el demandante extranjero o no. Se sostiene que esta interpretación es la que mejor
compatibilizaría los intereses en juego: el acceso a la jurisdicción, por un lado, y el derecho
de defensa en juicio, por el otro.39

V. Conclusión

Luego de haber realizado este recorrido concluimos que la institución del arraigo
debe desterrarse totalmente de nuestro derecho. La normativa es clara. Esa supresión que
venía produciéndose paulatinamente a través de la ratificación de tratados internacionales,
apoyada por la doctrina y gran parte de la jurisprudencia, debe ser total. No hemos
encontrado fundamentos claros ni convincentes que le permita subsistir a esta excepción
"odiosa", que viola el principio de igualdad y el derecho de acceso a la jurisdicción.

El art. 2610 del CCyC debe ser interpretado en el sentido de que ha derogado el art.
348 del CPCCN y todas las normas contenidas en los códigos procesales provinciales que
permitían la oposición de la excepción de arraigo.

39 “Enerflex Ltd. c. Enerflex SRL.” 2º instancia, CNCiv. y Com. Fed., sala II, 20/04/16; “American Sporting
Goods Corporation c. Rica Lewis Sudamericana”, CNCiv. y Com. Fed., sala II, 16/08/16; “General Motors
LLC c. Red Link.” 1º instancia, JCiv. y Com. Fed. 7, secretaría 16, 23/12/16; “Ekos Corporation c. Ekosur”.
2° instancia, CNCiv. y Com. Fed., sala III, 05/02/20; “Apple Inc. c. Unitech SA s. cese de oposición al registro
de marca”, CNCiv. y Com. Fed., sala II, 04/07/19; “Crocs Inc. c. Cromic SRL s. cese de oposición al registro
de marca”, CNCiv. y Com. Fed., sala II, 30/12/20; “Crocs Inc. c. Eva Inject SA s. cese de oposición al registro
de marca”, CNCiv. y Com. Fed., sala II, 30/12/20. . Todos los fallos reseñados por Julio C. Córdoba en
http://fallos.diprargentina.com/
Debemos poder establecer un hilo conductor lógico entre la teoría y la práctica, entre
la normativa y su aplicación por los jueces. Esa teoría como conjunto de reglas pensadas con
cierta universalidad y práctica como el cumplimiento de los principios dispuestos por la
teoría. Ese enlace y pasaje de una a la otra debe hacerse en una forma tal que se respete la
teleología de la primera. Aquí es evidente, debemos visualizar adecuadamente esta institución
como perteneciente a la cooperación jurídica internacional y como un obstáculo para el
acceso a la justicia.

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