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Carta abierta al señor vicepresidente de la República,

Don Félix Ulloa ( Vicepresidente Félix Ulloa ) Excelencia:

Sirvan estas líneas para dirigirme a usted, deseando bienestar y éxitos en sus funciones, salvo en
algunas de las cuales me referiré por este medio.

Señor vicepresidente, usted ha brindado ciertas declaraciones esta semana, las cuales, por mucho,
rayan en lo absurdo, y con el respeto que usted me merece, por el cargo que ostenta, me permito
hacerle ciertos señalamientos.

Quisiera comenzar, excelencia, por recordarle, en el ejercicio de mis deberes como ciudadano
salvadoreño, cuáles son sus funciones, que probablemente por la multiplicidad de sus
ocupaciones, haya olvidado.

Nuestra Constitución de la República, es muy clara en el artículo 155, que establece: «En defecto
del Presidente de la República, por muerte, renuncia, remoción u otra causa, lo sustituirá el
Vicepresidente; [...]»

Es decir, que la misión de su cargo, es estrictamente supletoria, al menos constitucionalmente


hablando. ¿Y por qué menciono esto? Volviendo a la razón de mi misiva, usted, vicepresidente ha
hecho ciertas declaraciones, que incluso podrían llegar a ser consideradas como amenazas directas
hacia la población salvadoreña.

Y cito textualmente: "En una ciudad sitiada, cualquier disidencia es traición"

Señor vicepresidente, ¿A qué tipo de "traición" se refiere usted en cuanto a la disidencia? Aclaro
que en este sentido, la respuesta que usted diera a un periodista, carece incluso de cualquier
sentido lógico, racional y de sentido común, ya que la pregunta que le hicieron fue: "¿Cómo ve
usted que este gobierno esté poniendo tanta reserva de información?" Y sigue: "hemos llegado al
absurdo que ahora hasta los homicidios es información reservada".

Le daré el beneficio de la duda, aduciendo que usted malinterpretó la pregunta del periodista, o
que probablemente, no la escuchó adecuadamente, ya que una cosa nada tiene que ver con la
otra, a menos claro, que su intención fuera, amedrentar al periodista por su pregunta, y a
cualquier ciudadano que se atreva a cuestionar el hecho que se nos está violentando un derecho
humano, denominado ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA.

En segundo lugar, quiero cuestionar el hecho de seguir mencionando la palabra "guerra" como
justificante de las graves violaciones de Derechos Humanos, los cuales incluyen, pero no se limitan
a torturas, tratos crueles y degradantes y finalmente, la muerte de ciudadanos salvadoreños que
se encuentran bajo la tutela del Estado, y del cual, tristemente, usted y el presidente de la
República dirigen.

Y es que yo puedo entender que alguien como el presidente menosprecie la vida de los
salvadoreños, a los cuales, incluso un funcionario cercano al mismo ha tenido la osadía de llamar
"muebles", pero no puedo entenderlo de usted, y se lo digo muy honestamente, por su lazo
sanguíneo del ex rector de mi Alma Mater, quien fue víctima no solo de persecución política, sino
también víctima por ser "traidor" (según sus palabras citadas supra) y ser disidente, hasta
finalmente, ser asesinado por los Escuadrones de la Muerte.

Finalmente, quiero hacerle un llamado a la conciencia (que quiero creer aún tiene), para
recordarle que cualquier gesto de complicidad ante crímenes de lesa humanidad en el país, serán
un día (ojalá) juzgados ante tribunales internacionales, además de hacerle un atento recordatorio
que la promoción de la reelección presidencial consecutiva, está prohibida en nuestra Constitución
vigente, no solo una, sino TRES veces.

Me despido, señor vicepresidente, no sin antes citar al ex rector de la Universidad de El Salvador,


que lleva su mismo nombre, con la siguiente frase: “Dichosos los pueblos que recuerdan a sus
muertos, pues ellos vivirán para siempre”.

Haciendo extensivas mis muestras de consideración,

Un joven ciudadano preocupado por el futuro de su país.

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