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En la actualidad hay tres tipos de vacunas inactivadas contra la Gripe (figura 3). El primer tipo
contiene virus enteros inactivados que son muy inmunogénicas pero al ser enteras altamente
reactogénicas, lo que limita su aplicación y por eso ya no se comercializan en España. El segundo
tipo son las vacunas de virus inactivado fragmentado (split), que son menos rectogénicas que las
de virus enteros. El tercer tipo corresponde a las vacunas formadas por subunidades y están
compuestas por los antígenos de superficie, del virus de la Gripe, purificados H y N que varían en
función de las cepas recomendadas cada temporada por la OMS. Estas vacunas son mucho menos
rectogénicas que las anteriores, aunque también son menos inmunogénicas
Patógeno
Hay cuatro tipos de virus de la gripe estacional: A, B, C y D. Los causantes de las
epidemias estacionales son los virus gripales de tipo A y B.
La Gripe suele predisponer a Otitis media aguda (OMA) en más del 20% de los niños
menores de 6 años y estas OMA son bacterianas en 2/3 de los casos. Por esto toda OMA
asociada a Gripe, debe ser tratada con antibióticos. Otras complicaciones de la Gripe son:
exacerbación del asma, de la fibrosis quística, de las neumopatías crónicas. Asimismo
puede complicarse la gripe con una bronquiolitis, neumonía por el virus de la Gripe o por
sobreinfección bacteriana; con miositis (sobre todo por virus B); con miocarditis, mielitis
transversa, encefalitis, síndrome de Guillain-Barré, convulsiones febriles y con síndrome
de Reye en los niños que reciben Aspirina. A pesar de estas complicaciones, en muchos
países, solamente se vacunan anualmente la mitad o menos de los pacientes de alto
riesgo. Debemos sospechar una complicación en caso de persistencia del síndrome febril.
Las más habituales de todas las anteriormente referidas son las neumonías bacterianas
secundarias a la infección viral que se produce como consecuencia de la afectación de los
mecanismos de defensa del aparato mucociliar y de las lesiones necróticas de la mucosa
respiratoria que facilitan la colonización bacteriana, especialmente en las personas de
edad avanzada y en los que presentan factores de riesgo. Estas neumonías bacterianas
que complican la Gripe suelen deberse a S. aureus, H. influenzae b y S. p
La vacunación antigripal, es el medio más eficaz para prevenir la gripe. La vacuna se rediseña cada
año incluyendo los tres tipos de virus que se espera tengan mayor prevalencia ese año. Debido a
que los virus de la gripe sufren frecuentes mutaciones, la vacunación de la población debe
repetirse todos los años, utilizando una vacuna actualizada que incluya las tres cepas que aconseja
la O. M. S. ya sea para el hemisferio sur como para el hemisferio norte. Las vacunas antigripales
son vacunas inactivadas. La vacuna no puede provocar la gripe porque contiene solamente
partículas inactivadas, no contiene virus vivos. Se desarrollan a partir de virus fragmentados o
subunidades de vacunación que contienen proteínas antigénicas, hemaglutinina y neuramidasa.
Composición:
La vacuna antigripal siempre es trivalente, incluye un virus de tipo B y los dos subtipos de virus A
en circulación: A/H1N1 y A/H3N2.
Dosis:
Depende del fabricante, pero por lo general es de 0.25 ml para menores de 3 años de edad y de
0.50 ml para las personas de 3 y más años.
Vía de administración:
Vía intramuscular.
Conservación y almacenamiento:
Se aconseja a: Distintos grupos de riesgo, como por ejemplo: · Personas mayores de 65 años de
edad. · Personas que viven en asilos o residencias colectivas para adultos. · Personal de la salud y
personal que atiende adultos mayores en asilos o residenciales. · Personas con patologías de
riesgo, cualquiera sea su edad: enfermedades pulmonares, cardíacas, diabetes, pacientes con
inmunodeficiencias o inmunosupresión, etc. · Niños de 6 meses a 4 años de edad. · Embarazadas
(en cualquier etapa del embarazo) · Personal de servicios esenciales. · Puérperas (primeros 6
meses) PDF created with pdfFactory trial version www.pdffactory.com Página 4 de 4 En los
menores de 8 años, si no fue vacunado correctamente en el año anterior se deberán aplicar dos
dosis separadas un mes entre sí.
Cuando vacunar:
Como la inmunidad que provoca la vacuna, disminuye después de algunos meses, la mejor época
para vacunar es el otoño. La mayoría de los vacunados adquieren protección contra la gripe,
aproximadamente dos semanas después de su aplicación y el nivel más alto de protección se
alcanza 4-6 semanas después de la vacunación.
Eficacia:
En general tiene una eficacia del 70 -90% en personas sanas menores de 60 años de edad. En los
mayores de esa edad la eficacia es menor pero la vacuna disminuye la aparición de complicaciones
ocasionadas por la gripe.
Efectos adversos:
Contraindicaciones:
No se aplica a menores de 6 meses de edad. Los virus son propagados en embrión de pollo, por
eso se contraindica su aplicación a personas con alergia comprobada al huevo. También se
contraindica a personas que hayan tenido una reacción moderada o severa después de una dosis
anterior de vacuna antigripal. Al igual que en otras vacunas, se debe postergar la vacunación a
personas que cursan una enfermedad febril aguda
Diagnóstico
La mayoría de los casos humanos de gripe se diagnostican por la clínica. Sin
embargo, otros virus respiratorios, como los rinovirus, el virus sincitial respiratorio,
los virus parainfluenza y los adenovirus, también pueden causar síndromes
gripales que dificultan el diagnóstico diferencial durante los periodos de baja
actividad gripal y fuera de las situaciones de epidemia.
Tratamiento
Pacientes con gripe estacional no complicada:
Prevención
La forma más eficaz de prevenir la enfermedad es la vacunación. Hay vacunas
seguras y eficaces que se vienen utilizando desde hace más de 60 años. La
inmunidad de origen vacunal se atenúa con el tiempo, por lo que se recomienda la
vacunación anual. Las más utilizadas en el mundo son las vacunas inyectables
con virus inactivados.
Las vacunas antigripales son más eficaces cuando hay gran coincidencia entre los
virus circulantes y los virus vacunales. Debido a la naturaleza cambiante de los
virus gripales, el SMVRG —un sistema mundial de Centros Nacionales de Gripe y
Centros Colaboradores de la OMS— hace un seguimiento continuo de los virus
gripales circulantes en la población humana y actualiza la composición de las
vacunas dos veces al año.