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TEMA 1. CATARRO COMÚN Y OTRAS INFECCIONES RESPIRATORIAS VÍRICAS. GRIPE.

COVID-19

1. INTRODUCCIÓN
Las infecciones respiratorias agudas virales son las
patologías humanas más frecuentes, constituyendo el 50%
o más de las enfermedades agudas. Su incidencia oscila
entre 3-6 casos por persona y año; en niños es algo mayor,
de 6-8 episodios al año. La morbilidad de estas infecciones
provoca entre el 30-50% del ausentismo laboral en adultos
y el 60-80% de ausencias escolares en los niños. El
consumo de antibióticos para tratar estas infecciones
virales es el principal motivo de uso inadecuado de
antibióticos.

Se habla de “enfermedades respiratorias agudas virales”


porque la mayoría de las veces están causadas por virus.
De estas infecciones, la mayor parte son infecciones del
tracto respiratorio superior, y pueden considerarse leves,
benignas y autolimitadas; los cuadros que afectan a las
vías bajas se dan más en sujetos de menor edad o con
inmunodeficiencias, por lo que pueden evolucionar en
cuadros más graves.

Las enfermedades causadas por virus respiratorios se han dividido en síndromes clínicos (catarro, faringitis, croup,
neumonía…), teniendo cada uno un perfil clínico y epidemiológico específico, no tanto un agente causal específico, ya que
un mismo virus puede producir varios de estos síndromes. Además, estas enfermedades raramente son lo
suficientemente específicas como para permitir un diagnóstico etiológico concreto a simple vista, por lo que se
requieren de técnicas de laboratorio para determinar el agente causal.

2. RINOVIRUS
Los rinovirus son virus ARN monocatenarios sin envuelta que pertenecen a la familia Picornaviridae y representan la
causa principal del resfriado común, generalmente autolimitado. Son responsables del 33-55% de todas las infecciones
agudas del tracto respiratorio. La rinosinusitis es muy frecuente.
Hay más de 160 serotipos diferentes de rinovirus, distinguiéndose en 5 géneros que producen infección en el hombre
(Rinovirus, Enterovirus, Hepatovirus, Kobuvirus, Parechovirus); los rinovirus humanos y, en menor medida, los
enterovirus, están implicados en la producción de infecciones respiratorias. La gran cantidad de serotipos diferentes
explica las reinfecciones y la dificultad en la efectividad de la vacunación. Además de esto, los rinovirus se agrupan en
tres especies definidas antigénicamente: RVH-A, RVH-B y RVH-C.
Su vía de transmisión es a través de gotitas respiratorias o aerosoles, mediante contacto directo o con fómites y
superficies contaminadas.
Son más frecuentes en climas templados y durante los meses más fríos del año, desde inicio de otoño a primavera. Las
tasas de infección por rinovirus son mayores entre bebés y niños pequeños en edad preescolar; la tasa disminuye con
la edad. En la edad adulta, prácticamente todo el mundo tiene anticuerpos contra múltiples serotipos.

2.1. Clínica.
Los virus se replican en las células de la mucosa nasal, donde inducen daño tisular y respuesta inflamatoria. Como su
temperatura óptima ronda los 33-34ºC, no se replican en las vías bajas, donde la temperatura es de unos 37ºC.
Tienen un periodo de incubación corto (1-2 días), después del cual se presentan los síntomas del resfriado común, que
cursa con estornudos, obstrucción nasal, rinorrea (goteo nasal), dolor faríngeo y otros síntomas, como cefalea, tos y
malestar general; la fiebre y otros síntomas son infrecuentes. Es un cuadro autolimitado que dura unos 4-9 días.
En algunos casos pueden estar involucrados en otitis media aguda, sinusitis e infecciones de las vías bajas, llegando a
provocar neumonía en inmunodeprimidos; además, pueden participar en la génesis de exacerbaciones de pacientes
asmáticos y con bronquitis crónica.
2.2. Enterovirus.
Los enterovirus también pertenecen a la familia Picornaviridae, y son virus de ARN.
• Enterovirus A.
o Virus Coxsackie: Enfermedad boca-mano-pie (llagas orales y periorales, además de pápulas en manos y
pie, cursa con fiebre, y 5-6 semanas después pueden caerse las uñas del niño) y herpangina.
o Enterovirus A71: Brotes de enfermedad boca-mano-pie.
• Enterovirus B.
o Virus ECHO.
o Infecciones virus respiratorios. Partícula nº 11 → Croup.
• Enterovirus C. Polio, entre otros.
• Enterovirus D. Serogrupo D68 sibilancias. El enterovirus D87 está asociado a brotes epidémicos.

3. VIRUS RESPIRATORIO SINCITIAL


El virus respiratorio sincitial (VRS) es un virus ARN monocatenario de la familia Pneumoviridae.

El VRS es la principal causa de infección respiratoria del tracto inferior de corta edad; es el responsable del 45% de las
hospitalizaciones en menores de 2 años, del 20-25% de neumonías en niños pequeños y de hasta el 75% de bronquiolitis
en este grupo de edad. Puede producir complicaciones en ancianos e inmunodeprimidos, frecuentemente adquirido de
forma nosocomial. Su pico de incidencia se produce durante los meses de otoño-invierno y comienzos de primavera.
Se transmite mediante el contacto directo con dedos contaminados o fómites y por aerosoles.

3.1. Clínica.
El periodo de incubación es de 4-6 días. La infección se circunscribe a las vías aéreas; las enfermedades de base
(bronconeumopatías, cardiopatías congénitas, inmunodepresión) agravan la infección.
La inmunidad tras la infección es transitoria e incompleta; al cabo de varias reinfecciones el cuadro clínico se suaviza,
como sucede en niños mayores y en adultos.
➢ En los niños pequeños, las primoinfecciones suelen afectar a las vías bajas en forma de bronquiolitis o
broncoalveolitis (50% de los casos), y, con menos frecuencia, neumonía, traqueobronquitis o laringotraqueítis.
Cursa con rinitis, después de la cual aparece tos seca y disnea progresiva con fiebre, taquipnea y tiraje costal. La
sintomatología respiratoria es ausente o mínima en lactantes; si están sanos, la enfermedad es leve y autolimitada,
mientras que puede agravarse en prematuros, cardiopatías congénitas, etc.

➢ Las reinfecciones en niños mayores o adultos cursan como un catarro común o rinofaringitis, a veces con otitis
media, traqueobronquitis o bronquitis. En los ancianos es frecuente la afectación de las vías respiratorias bajas, en
particular en los que son débiles y viven en instituciones de cuidado a largo plazo. Las sibilancias son frecuentes en
casos de infección primaria de niños (bronquiolitis). Hay una fuerte asociación de la infección por RSV en los
comienzos de la vida, y el asma. En inmunodeprimidos (TPH) causa neumonía con elevada mortalidad. El
diagnóstico se realiza por antígeno de sensibilidad 90% y PCR.
Se ha visto que la ribavirina disminuye de manera temprana la mortalidad.

4. GRIPE
La gripe es una enfermedad aguda, autolimitada y febril que, todos los años, suele mantener saturados todos los
hospitales. Esto es debido a que afecta de golpe a una porción en concreto de la población, produciendo una incidencia
muy elevada. Además, tiene mucha mortalidad y morbilidad en esos grupos de edad, aumentando las neumonías, las
hospitalizaciones y las muertes asociadas. Es una patología que produce ondas epidémicas, con una tasa de ataque del
10-40% durante un periodo de 5-6 semanas.

4.1. Etiología.
La gripe está causada por los Orthomyxovirus Influenza A, B y C, siendo el A el que produce epidemias (por variedades,
variaciones menores de H y N) y pandemias (por subtipos, variaciones mayores de H y N).
Los mecanismos por los que se puede producir una pandemia de gripe son:
• Recombinación. Intercambio genético entre virus humano y aviar cuando en humanos o en cerdos se da una
infección simultánea por ambos virus.
• Mutaciones graduales del virus aviar durante la infección al hombre o al cerdo que hacen que se vayan
adaptando hasta que adquiera la capacidad de transmisión interhumana efectiva.
Se necesitan tres requisitos para que se produzca una pandemia:
• Transmisión a humanos de un nuevo virus de gripe frente al cual la población general no tenga inmunidad.
• El virus debe ser capaz de replicarse en humanos y causar enfermedad.
• El nuevo virus debe ser transmitido de un humano a otro de una manera eficiente (que se traducirá en brotes
amplios en la comunidad). Es decir, debe ser muy transmisible y, además, no ser muy letal para no acabar
rápidamente con los vectores.

4.2. Transmisión y patogenia.


La principal forma de transmisión de la gripe es el contacto persona-persona a
través de gotitas respiratorias (gotas < 10 µ) y por contacto. Es un virus que
sobrevive en ambientes fríos, por lo que su pico de incidencia se produce a
finales de otoño e inicios de invierno. Dentro del ser humano se adhiere a las
células del aparato respiratorio, donde produce el daño principal; está presente
desde 24 horas antes del inicio de los síntomas hasta 7-10 días después. De aquí
radica la importancia de la vacunación frente a la gripe, para disminuir el
número de portadores asintomáticos que transmitan el virus por ahí.
Puede producir viremia, aunque es poco frecuente, provocando una afectación
del resto de órganos.
Una cosa interesante que ha ocurrido en 2020 y 2021 es que, con el
confinamiento y las medidas de seguridad frente al COVID, apenas ha habido
casos de gripe, por no decir ninguno.

4.3. Clínica.
La sintomatología de la gripe es muy similar a la del resfriado común, con la diferencia de que la gripe suele dejarte
más para el arrastre. Sin embargo, en los estadios iniciales o en casos leves no es tan fácil diferenciar gripe de resfriado. A
día de hoy, la única forma de hacerlo es mediante una prueba microbiológica.
La gripe tiene un periodo de incubación de 1 o 2 días, con un comienzo brusco. Produce síntomas sistémicos y
respiratorios, de amplio rango. Después, hay un periodo de convalescencia, que suele durar de 1 a 3 semanas, y cursa
con tos, debilidad y mialgias. Puede haber casos en los que haya complicaciones.
• Síntomas respiratorios:
- Tos seca. Dolor/quemazón centro-torácicos. Produce roncus en el 20% de los casos.
- Dolor faríngeo, ronquera. Cursa con enantema y adenopatías cervicales sensibles.
- Obstrucción nasal y rinorrea.
- Aumentan de intensidad con los días. Dura unos 3-4 días tras la fiebre.
• Síntomas sistémicos:
- Fiebre alta de instauración brusca. Dura unos 3 días, aunque puede alargarse hasta 4-8 días; si sobrepasa los 5
días, sospechar complicaciones.
Las infecciones respiratorias de vías altas son la otitis, la
- Cefalea.
sinusitis, faringitis/amigdalitis y laringitis. Sus síntomas son
- Mialgias (miembros, MOE), artralgias. la rinorrea, dolor facial, odinofagia, otalgia y disnea.
- Quemazón ocular y lagrimeo. Las infecciones respiratorias de vías bajas son la bronquitis
- Debilidad, postración. y la neumonía, y sus síntomas son la disnea, expectoración,
- Anorexia. dolor torácico, crepitantes, roncus y sibilantes.

La clínica depende de la edad del paciente:


• La gripe es más frecuente en niños y jóvenes, en la que produce mayor expresividad sistémica y croup con mayor
frecuencia.
• En adultos sanos produce desde la “clásica” gripe a una más leve o asintomática, incluso.
• En el caso de los ancianos, no es tan frecuente, pero produce cuadros mucho más graves, con fiebre, postración y
confusión; no hay síntomas respiratorios directos, pero hay más complicaciones respiratorias.
Las complicaciones más frecuentes de la gripe son:
• Respiratorias. Tienen una frecuencia global del 9,5 %.
- Neumonía.
▪ Gripal primaria/segmentaria. Bilateral, intersticial.
▪ Bacteriana secundaria. Neumococo, H. influenzae, S. aureus, S. pyogenes.
- Sinusitis.
- Otitis media.
- Exacerbación de EPOC y asma bronquial.
• Complicaciones no pulmonares. Son infrecuentes.
- Fracaso multiorgánico, sepsis, CID.
- Complicaciones del SNC. Síndrome de Guillain-Barré, mielitis transversa, encefalitis.
- Síndrome de Reye. Más frecuente con Influenza B.
- Miositis y mioglobinuria.
- Pericarditis y miocarditis. También la descompensación de la enfermedad base.

4.4. Diagnóstico.
El diagnóstico de la gripe puede ser epidemiológico, gracias a un contexto de epidemia y a una tríada clínica (fiebre,
mialgias y tos); si se presentan ambos requisitos, el VPP de que el paciente la tenga es del 85%.
A nivel microbiológico, para confirmar, el diagnóstico se realiza mediante:
• Cultivo celular de secreciones respiratorias.
• Métodos de diagnóstico rápido: Detección de Ag en secreciones (ELISA, RIA, IF). Son rápidos, pero poco
sensibles.
• RT-PCR.
• Serología. Se hace en casos de gripe grave, embarazadas e inmunodeprimidos, sospecha de gripe nosocomial o en
un contexto epidemiológico.

4.5. Tratamiento y profilaxis.


Como el resto de las infecciones víricas, el tratamiento general para los casos leves consiste en reposo y tratamiento
sintomático. Hay que tener en cuenta que no se debe usar AAS en menores de 5 años para prevenir el Síndrome de
Reye.
Afortunadamente, existen tratamientos antivirales eficaces frente a la gripe:
• Amantadina 100 mg/12 h, 3-5 días (virus A, pero no los A circulantes).
• Inhibidores de la neuraminidasa (virus A y B).
o Zanamivir inhalado, 10 mg/12 h, 5 días.
o Oseltamivir oral, 75 mg/12 h, 5 días.
o Peramivir.
o Están indicados en pacientes de alto riesgo y siempre que haya neumonía, sin importar la evolución.
• Inhibidores de la endonucleasa. Baloxavir. Dosis única.
Cuanto más tiempo pase desde el inicio de los síntomas hasta la hospitalización, peor pronóstico habrá en la población
general (la diferencia de un día en la mediana aumenta el riesgo de muerte en un 5,5%). Los pacientes que inician el
tratamiento más tarde están más tiempo ingresados.
Si el tratamiento antiviral se inicia 48 horas tras el inicio de los síntomas asegura una eliminación viral prolongada. Este
tratamiento está indicado en:
• Neumonías.
• Mujeres embarazadas.
• Comorbilidades crónicas:
o Enfermedades cardiovasculares y respiratorias crónicas. Enfermedad hepática crónica avanzada.
o Diabetes mellitus en tratamiento.
o Obesidad mórbida (IMC>40).
o Insuficiencia renal crónica moderada-grave.
o Hemoglobinopatías y anemias moderadas-graves. Asplenia.
o Enfermedades neuromusculares graves.
o Inmunodeficiencias primarias o secundarias (VIH, trasplantes…).
• Niños/as y adolescentes, menores de 18 años, que reciben tratamiento prolongado con AAS.
La medida profiláctica más importante frente a la gripe es la vacuna, mucho más efectiva que la quimioprofilaxis. Son
vacunas de virus inactivado polivalentes (frente a virus A y B), de 1 dosis anual en campaña sanitaria. Está indicada en
menores a partir de los 6 meses y adultos con enfermedades crónicas, como:
• Diabetes mellitus.
• Obesidad mórbida (IMC > 40 en adultos, 35 en adolescentes o > 3DS en la infancia).
• Enfermedad renal crónica y síndrome nefrótico. Enfermedad hepática crónica.
• Hemoglobinopatías, anemia, hemofilia, trastornos hemorrágicos crónicos, receptores de hemoderivados y
transfusiones múltiples. Asplenia.
• Enfermedades neuromusculares graves.
• Inmunodeficiencias e inmunodepresión.
• Cáncer y hemopatías malignas.
• Implante coclear o en la espera del mismo.
• Fístula del LCR.
• Enfermedad celíaca.
• Enfermedad inflamatoria crónica (artritis reumatoide, LES, EII…).
• Trastornos y enfermedades que conllevan disfunción cognitiva, como síndrome de Down, demencias y otras.
Además de estos grupos, también es recomendable que se vacunen los mayores de 65 años, personal sanitario y
sociosanitario, embarazadas, enfermos crónicos o con otras condiciones, convivientes y cuidadores de personas con
riesgo de complicaciones, otros servicios públicos esenciales y, también, a la gente que trabaja con animales de granja,
para impedir y prevenir saltos de especies.
Aparte de la vacunación, la prevención dentro del hospital consistirá en la higiene de manos y precauciones de gotas
(mascarilla quirúrgica para estar a menos de 1 metro o separación entre pacientes a más de 1 metro). En el domicilio
consistirá en higiene de manos e higiene respiratoria.

5. CORONAVIRUS. COVID-19
El coronavirus es un patógeno humano y animal que produce hasta un tercio de las infecciones respiratorias agudas.
Ha habido dos grandes brotes epidémicos de coronavirus, siendo los dos patógenos animales que han saltado al
hombre:
• MERS-CoV, en 2014. Localizado en Oriente Medio, originado en camellos, produce neumonía grave.
• SARS-CoV, en 2002. Produjo unos 8000 casos y 770 muertes, relacionado con civetas, y una mortalidad del 9,6%
y del 43% en mayores de 60 años.
El SARS-CoV-2 es un tipo de coronavirus zoonótico que está causando una pandemia mundial desde finales de
2019/inicios de 2020 hasta el día de hoy.
Número de casos totales y
muertes totales por cada 100.000
habitantes en España, a día de
18/3/2021.
Fuente: Ministerio de Sanidad.

Las potenciales rutas de transmisión del COVID-19 son:


• Gotitas respiratorias.
o Gotas >5 µm. Llegan a menos de dos metros de distancia del “lanzador”.
o Gotas <5 µm. Se transmiten a más de dos metros.
• Aerosoles. La gripe no se contagia por aerosoles.
• Superficies contaminadas; de ahí, pueden pasar a las manos.
Puede producirse una viremia, que es frecuente, especialmente en pacientes inmunodeprimidos.

5.1. Clínica.
El virus tiene un tiempo de incubación de entre 4-5 días, hasta 14 días. Es un virus
transmisible desde antes del inicio de los primeros síntomas, siendo la transmisión
máxima en los primeros días; se reduce de forma muy importante después de 7-10 días.
Menor en variante ómicron.
El virus entra por vía respiratoria y se replica en los pulmones, principalmente, pero
también en todos los lugares donde se exprese la ECA2 (arterias, riñón, corazón e
intestino); esto explica la gran variedad de síntomas que puede provocar.
La expresión clínica varía desde asintomáticos hasta pacientes críticos que requieren
ingreso en UCI:
• 40-60% asintomáticos.
o 0-70% pueden tener alteraciones si les hiciéramos un TAC.
o Pueden contagiar la infección. La carga viral y la duración de eliminación viral en nasofaringe es similar a la
de sintomáticos.
• Leve: 30-50%.
• Grave: 14%. Disnea, hipoxemia.
• Crítico: 5%. Insuficiencia respiratoria, shock o disfunción multiorgánica.
• Mortalidad 0,2-2%.

Las manifestaciones clínicas más frecuentes son fiebre, mialgias, náuseas, rinorrea, odinofagia, tos, expectoración,
dolor torácico, disnea, diarrea, vómitos, artromialgia, debilidad, cefalea, alteración del nivel de conciencia, anosmia y
ageusia. Aunque algunos síntomas son más frecuentes, no pueden asegurar el diagnóstico. La disnea a la semana del
inicio de síntomas puede ser sugestivo de COVID-19.
Por otro lado, puede producir graves complicaciones, que pueden llevar incluso a la muerte.
- Insuficiencia respiratoria. Distrés respiratorio agudo que suele empezar a los 8 días tras el inicio de los síntomas.
- Complicaciones cardíacas y cardiovasculares, como arritmias o miocardiopatías.
- Complicaciones tromboembólicas que determinan un estado de hipercoagulabilidad.
- Complicaciones neurológicas, como encefalopatías, especialmente en pacientes críticos.
- Estado hiperinflamatorio: Fiebre, elevación de marcadores inflamatorios (ferritina, DD…).
- Infecciones secundarias.

Estas complicaciones determinan que un 17% de los contagiados terminan en UCI y que un 12,7% de estos pacientes
mueran. En España, la letalidad del COVID ronda el 2,2%.
La población de alto riesgo susceptible a las complicaciones es:
✓ Mayores de 60 años.
✓ Diabetes.
✓ Enfermedad cardiovascular; incluida HTA.
✓ EPOC.
✓ Inmunodeficiencia/Tratamiento
inmunosupresor/Quimioterapia.
✓ Neoplasias.
✓ Insuficiencia renal crónica.
✓ Enfermedad hepática crónica grave.
✓ Obesidad (IMC>40).
✓ Embarazo (?).

5.2. Diagnóstico.
El diagnóstico clínico sirve para confirmar o descartar una sospecha clínica, establecer el pronóstico y seleccionar el
tratamiento. Por otro lado, el diagnóstico epidemiológico permite el control de la transmisión, identificar brotes de
forma precoz y prevenirlos de forma estratégica, y para detectar cambios de tendencias epidemiológicas y/o
reintroducción del virus. El diagnóstico microbiológico se realiza de manera:
• Directa.
o Detección de ARN viral mediante técnicas
moleculares (RT-PCR, LAMP, microarray).
o Detección de proteínas virales (Ag viral) mediante
inmunocromatografía.
• Indirecta (serología). Detección de anticuerpos específicos que
reconocen las proteínas S o N del virus: IgG, IgM o Ig total.

5.3. Tratamiento y profilaxis.


El principal problema, y la diferencia con la gripe, es que no hay un tratamiento antivírico eficaz contra el COVID, así que
el tratamiento se basa en ser sintomático y de soporte. Las recomendaciones del SEIMC para el manejo de pacientes con
COVID-19 son:
Oxigenoterapia. Consiste en el uso de oxígeno para mantener la saturación entre 92-96%; requiere una vigilancia
estrecha.
• Si la hipoxemia persiste a pesar de la oxigenoterapia, se llevará a cabo terapia de alto flujo nasal.
• Si la hipoxemia es refractaria y está contraindicada la IOT (intubación orotraqueal), el paciente se quedará prono y
consciente. La IOT está contraindicada en casos de cirugía abdominal, inestabilidad hemodinámica o inestabilidad
de la columna.
• Ventilación mecánica invasiva si se agrava la situación.

Corticoides. Los corticoides, según se ha demostrado, reducen la mortalidad en pacientes con COVID-19, sin embargo,
producen inmunosupresión como efecto secundario, lo que los hace vulnerables a otras infecciones.
Se recomienda su uso en pacientes graves, aunque debe prevalecer el juicio clínico, con dosis bajas de dexametasona,
durante 7-14 días; hay que monitorizar los niveles de glucosa.
Como medidas profilácticas tenemos las medidas de higiene básicas como el lavado de manos, uso de mascarilla FFP2
y la vacunación (varias vacunas en circulación).

Según las guías SEIMC, IDSA, ESCMID, etc trataremos a los pacientes según su gravedad:
❖ Enfermedad leve, pacientes de alto riesgo. Anticuerpos monoclonales antis (sotrovimab) y antivirales orales
(Nirmaltrevir-ritonavir).
❖ Enfermedad grave (disnea, SatO2<94%, FR>22).
o Dexametasona 6 mg/día.
o Toxilizumab/baricitinib si marcadores de inflamación elevados, SatO2<92% o progresión.
▪ Otros inmunomoduladores: Anakinra.
▪ Antiviral: Remdesivir, nirmaltrevir-ritonavir.
o Anticoagulación. Profilaxis y terapéutica si dímero D x4.
o Antiviral. Remdesivir (no en críticos). Nirmatrelvir/Ritonavir.

6. METANEUMOVIRUS, ADENOVIRUS, PARAINFLUENZA


El metaneumovirus humano es un virus ARN monocatenario pleomórfico de la familia de los Pneumoviridae. Provoca
entre el 1-5% de las infecciones de las vías altas en la infancia y el 2-4% de enfermedades respiratorias en adultos.
Estos casos son estacionales, entre invierno y primavera. Posee 2 tipos y 4 subtipos.
Sus manifestaciones clínicas son parecidas a las causadas por VRS, aunque es menos virulento que este (afección
media, tos importante, bronquiolitis y neumonía, frecuentemente acompañadas de fiebre muy alta, mialgia y vómitos);
su diagnóstico se establece mediante IF, PCR o cultivo de aspirados nasales o secreciones respiratorias. El tratamiento
es de apoyo y sintomático. Causa exacerbaciones del asma o EPOC y ocasiona neumonía y sibilancias en ancianos
débiles que viven en instituciones de cuidado a largo plazo, y en pacientes inmunodeficientes. Muy a menudo causa tos,
coriza y sibilancias.
Los adenovirus son virus ADN de doble cadena, que producen el 10% de las infecciones respiratorias agudas en niños y
menos del 2% de las enfermedades respiratorias en adultos. La transmisión ocurre desde otoño a primavera a través
de aerosoles, inoculación del saco conjuntival, por vía fecal-oral, o por fómites, y en caso de neonatos a través de
secreciones cervicales maternas. Los grupos B y C son los que causan infecciones respiratorias. La clínica es:
• Infección respiratoria de vías altas: Faringitis aguda con tos y rinitis.
• Frecuentes manifestaciones sistémicas: Fiebre, mialgias y dolor abdominal.
• Conjuntivitis. Fiebre faringoconjuntival.
• Otitis.
• Laringotraqueobronquitis (croup).
• Neumonía atípica: En brotes (campamentos) similar a Mycoplasma pneumoniae.
El diagnóstico se hace mediante el aislamiento del virus en cultivo en tejidos (muestras de aspirados nasofaríngeos,
secreciones conjuntivales, orina, heces), mediante test de antígenos o PCR. El tratamiento es de apoyo.
Los virus parainfluenza son virus ARN monocatenarios envueltos de la familia de los Paramyxovirus. Hay 5 tipos. Son la
segunda causa, detrás del VRS, de las enfermedades de vías respiratorias bajas en niños pequeños, y la causa más
frecuente de croup. Las infecciones son más leves en niños mayores y adultos, pero pueden agravarse en pacientes con
inmunodepresión.
El PIV-3 muy a menudo ocasiona enfermedad grave y es frecuente durante toda la vida la repetición de la infección,
aunque las infecciones secundarias pueden ser benignas o asintomáticas.

• PIV-3 infecta más a niños menores de 2 años, ocasionando cuadros de las vías altas como rinitis y faringitis. La
fiebre, bronquiolitis y neumonía son más frecuentes en niños de hasta 6 meses de vida, aunque con menos
frecuencia que VRS.
• PIV-1 provoca infecciones en niños de 2-6 años, siendo lo más frecuente el croup o laringotraqueobronquitis.
• En mayores de 6 años afecta a las vías altas fundamentalmente. En ancianos es menos grave que el VRS.
El diagnóstico se realiza mediante pruebas rápidas (IF, ELISA) o PCR de secreciones de vías respiratorias, frotis
sanguíneos o lavados nasofaríngeos. El tratamiento es humidificación con nebulizador y, en casos leves, la mera
exposición al aire fresco. También corticoides inhalados orales.
El bocavirus es un virus de ADN monocatenario, que se transmite por vía aérea y por contacto directo, y presenta una
importante estabilidad. Produce bronquiolitis y GEA.

7. IDEAS PARA LLEVAR A CASA


✓ Las infecciones respiratorias son las enfermedades más frecuentes.
✓ El diagnóstico es fundamentalmente clínico.
✓ La mayoría son víricas y no requieren tratamiento antimicrobiano.
✓ La gripe suele ser comunitaria y tener una baja morbimortalidad, pero es la primera causa de neumonía en periodo
de epidemia gripal y puede tener una considerable morbimortalidad en pacientes pertenecientes a grupos de
riesgo.
✓ Iniciar antivírico si sospecha de gripe en epidemia gripal en casos graves y/o en pacientes pertenecientes a grupos
de riesgo.
✓ Los factores de riesgo de complicación de COVID-19 son similares a los de la gripe.
✓ En COVID-19 hay que identificar si hay riesgo de complicación del paciente y criterios de gravedad.
✓ No tratamiento específico si leve.
✓ Revisar guías actualizadas de tratamiento.

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