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¿Fe vs. temor — ¿Qué dice la biblia?

1. La fe y el temor no pueden coexistir.


2. Hebreos 11:1 como estar "seguros de lo que no vemos" Es, pues, la fe la
certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
3. Es una absoluta convicción de que Dios está siempre trabajando tras
bambalinas.
4. Por otra parte, el temor, en pocas palabras, es incredulidad o una
convicción débil.
5. Cuando la incredulidad empieza a dominar nuestros pensamientos, el
temor se apodera de nuestras emociones.
6. Nuestra liberación del temor y la preocupación se basa en la fe, que es
todo lo contrario de la incredulidad.
7. La fe cristiana es una garantía segura en un Dios que nos ama.
8. Esa fe sigue creciendo a medida que estudiamos la biblia.

Pero, ¿cómo en la vida diaria, podemos desarrollar una fe que vence


nuestros temores?

a. "la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios" (Romanos 10:17).


El estudio cuidadoso de la palabra de Dios. Es a través de escuchar,
leer y meditar en las escrituras, que comenzamos a experimentar una
fe fuerte y segura
b. Tiempo de quietud en oración y adoración. David desde pequeño
aprendió a orar y adorar y le fortaleció en su relación con Dios y
vencer el temor.

CONCLUCION

"Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones


delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la
paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros
corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús" (Filipenses 4:7)
Un grupo de niños quedó atrapado en una escuela que se había prendido en llamas. Pocos
lograron salir antes que el fuego cubriera por completo el edificio. Los niños, que estaban
en el tercer piso del edificio, se encontraban asustados y atemorizados por la situación,
decidieron buscar las ventanas como auxilio ante las llamas y el humo, a espera que los
bomberos llegaran a tiempo.

El fuego avanzaba demasiado rápido y los bomberos no aparecían. Entonces un hombre


alto y fuerte, al saber que uno de sus hijos estaba entre los atrapados decidió hacer algo. Se
acercó lo más que pudo al edificio y pidió a los niños que saltaran uno a uno, que él los
atraparía en sus brazos, pues no había otra forma de llegar hasta ellos. Los niños, con
mucho valor comenzaron a saltar. El plan estaba funcionando muy bien, pero el último de
los niños, atemorizado por la altura, se negó a saltar. Se trataba precisamente del hijo de
aquel hombre. El padre, desesperado le gritaba que saltara, que nada le iba a pasar. El niño
tenía dudas y no se decidía a saltar, pronto el fuego avanzó más, pero el pequeño no logró
vencer el miedo y tristemente falleció entre las llamas. El temor que inundó su corazón le
costó la vida. El dolor que sintió aquel padre es indescriptible.

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