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El principio de la sabiduría

 Publicado: Lunes, 17 Julio 2017 19:09

La primera mitad de Proverbios 1:7 dice que “el principio de la


sabiduría es el temor de Dios”. ¿Qué significa esto? ¿Que debemos
tenerle miedo a Dios para empezar a ser sabios? ¿Y si el temor de
Dios es el principio de la sabiduría qué antecede ese principio? ¿Qué
le sucede?
En primer orden, entiendo que la palabra temor en el contexto que nos
provee Salomón en el libro de Proverbios no quiere decir miedo como
el que uno siente al entrar en un lugar oscuro y desconocido. Temor
en esta instancia quiere decir, más bien, respeto, reverencia,
admiración sumisión y obediencia. Temor como el que uno siente al
saber lo que desconoce; al entender la insignificancia de lo que somos
en relación a la infinita grandeza del que nos creó y aliento de vida nos
dio.
Al escudriñar este versículo me vienen rápidamente a la mente dos
célebres máximas socráticas: “conócete a ti mismo” y “solo sé que
nada sé”. Tener temor de Dios es, en cierto grado, precisamente eso.
Entender que somos polvo y al polvo retornaremos. Comprender la
finitud de nuestro entendimiento y buscar entender lo que trasciende
nuestra capacidad a través de una relación personal con el Padre
celestial. Una relación de amor y fe. Amor por su presencia,
aprobación y benevolencia. Fe y dependencia en su palabra, sus
promesas y su divina providencia.
Ese es el punto de partida de la sabiduría. Lo que antecede ese
comienzo es ignorancia, orgullo, temeridad e insensatez. En ese
estado, desconociendo lo que desconocemos, nos atrevemos a hacer
lo que no debemos. No conociendo y reconociendo nuestras faltas y
limitaciones nos creemos dueños y señores cuando en realidad somos
torpes y pecadores.
El despertar a la realidad de la verdad suele tomar lugar a medida que
el ser humano sufre las consecuencias del pecado. Bajo esas
circunstancias el corazón tiende a estar más blando y receptivo a la
palabra que llama al arrepentimiento y al reconocimiento del mal que
habita en nuestros miembros.
En otras ocasiones, el despertar ocurre como resultado de una
búsqueda intencional y sincera de la verdad. Búsqueda que culmina y
se reanuda de una manera más profunda cuando reconocemos que
no hay nada que podamos hacer para la gracia y el amor de Dios
merecer; búsqueda que nos reviste de humildad y agradecimiento
cuando entendemos que Él nos llamó a ser sabios y esa es la única
razón por la cual podemos llegar a temerle y, consecuentemente, vivir
sabiamente. Todo porque Él, en su soberanía, nos eligió, no por
mérito, sino por amor.
Después de parcialmente describir el abismo infinito que antecede el
principio de la sabiduría y cómo Dios le pone fin a esa triste realidad
en nuestras vidas, lo que se materializa a partir de ese principio es un
crecimiento sin límites. Sin límites por la sencilla razón de que se
construye en función de nuestra relación con el Creador omnipotente,
omnisciente y omnipresente; Dios cuya misericordia es desde la
eternidad y hasta la eternidad para los que le temen.
Entonces cultivemos dicha relación con constancia y empeño.
Teniéndola como la más sagrada prioridad de nuestros días. Solo así
podremos emprender la vida con significado y sabiduría. Con Él y en
Él. El antes y el después. El que puso al derecho lo que en nuestra
vida estaba al revés. 

¿Qué significa tener temor de Dios?

Pregunta: "¿Qué significa tener temor de Dios?"

Respuesta: Para un no creyente, el temor de Dios es temer el


juicio de Dios y la muerte eterna, la cual es la separación eterna
de Dios (Lucas 12:5; hebreos 10:31). Para un creyente, el temor de
Dios es algo muy diferente. El temor del creyente es el
reverenciar a Dios. Hebreos 12:28-29 es una buena descripción de
esto, “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible,
tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole
con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego
consumidor”. Esta reverencia y admiración es exactamente lo que
significa el temor de Dios para los cristianos. Este es el factor que
nos motiva a rendirnos al Creador del Universo.

Proverbios 1:7 declara, “El principio de la sabiduría es el temor de


Jehová...”. Hasta que comprendamos quien es Dios, y
desarrollemos un temor reverencial hacia Él, no podremos
adquirir la verdadera sabiduría. La verdadera sabiduría sólo viene
de entender quién es Dios y que Él es santo, justo y soberano.
Deuteronomio 10:12, 20-21 dice, “Ahora, pues, Israel, ¿qué pide
Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes
en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios
con todo tu corazón y con toda tu alma”. “A Jehová tu Dios
temerás, a Él solo servirás, a Él seguirás, y por su nombre
jurarás. Él es el objeto de tu alabanza, y Él es tu Dios, que ha
hecho contigo estas cosas grandes y terribles que tus ojos han
visto”. El temor de Dios es la base para nuestro andar en Sus
caminos; servirle y sí, amarlo.

Muchos tienen la tendencia de minimizar el temor de Dios de los


creyentes, interpretándolo como “respetarlo”. Mientras que el
respeto indiscutiblemente está incluido en el concepto del temor
de Dios, es mucho más que eso. El temor bíblico de Dios para un
creyente, incluye el entender lo mucho que Dios aborrece el
pecado y temer Su juicio sobre éste – aún en la vida de un
creyente. Hebreos 12:5-11 describe la disciplina de Dios hacia el
creyente. Aunque es hecha en amor (hebreos 12:6), aun así, es
algo que hay que temer. Como hijos, el temor a la disciplina de
nuestros padres, sin lugar a duda, nos previno de algunas malas
acciones. Lo mismo debe ser verdad en nuestra relación con
Dios. Debemos temer Su disciplina y, por lo tanto, buscar el vivir
nuestras vidas de tal manera que lo agrademos.

Los creyentes no deben “tener miedo” de Dios. No tenemos razón


para tenerle miedo. Tenemos Su promesa de que nada podrá
separarnos de Su amor (Romanos 8:38-39). Tenemos Su promesa
de que nunca nos dejará o desamparará (hebreos 13:5). El temer a
Dios significa tener tal reverencia por Él, que éste tenga un gran
impacto en la manera en que vivimos nuestras vidas. El temor de
Dios es respetarlo, obedecerle, someternos a Su disciplina, y
adorarlo con admiración.

SÁBADO, 19 DE FEBRERO DE 2011


El Temor a Dios.
     Hoy, estaba reflexionando sobre este tema, y me parece muy
bueno y muy sustancioso, para hacer un post sobre ello.
  He leído en partes de la Biblia, en muchas ocasiones, como personas
que no eran hijos de Dios, Le temían, temían a Dios. Es maravilloso
observarlo, porque se ganaban Su bendición, por el simple "temor a
Él".
    
En nuestro tiempo, dentro de los mismos cristianos, se ha olvidado el
Temor a Dios.  Algunos cristianos han olvidado el maravilloso y
excelente don del Temor a Dios. Don que se nos he dado, para
sabiduría, para bendición, para crecimiento, fortalecimiento, y además,
nos libra de más de un "contra tiempo".
  Hoy en día, se ve entre los cristianos esa falta de Temor a Dios, y
esto, además de dañino es peligroso.  Y peor aún, cuándo se ve entre
líderes, ancianos y pastores de las iglesias.  Esa falta de Temor a
Dios, repercute en la santidad, repercute en la manifestación del Poder
de Dios, repercute en la descendencia del ES sobre la congregación, y
los resultados pueden llegar a ser nefastos.
Yo le temo a Dios, en cada cosa que pienso, en cada cosa que hago,
en cada palabra que sale por mi boca, y este maravillosos Temor, me
hace andar siempre lo más derechita posible. Porque sé la grandeza
de Su poder; porque sé, que Él tiene todo bajo Su control; porque sé
que me puede dar un latigazo de aviso; porque sé, que Él me lo dio,
pero también me lo puede quitar. Porque reconozco su infinita Gloria.
El temor a Dios, me hace sentir y recordar que Él, sólo Él, está primero
y por encima de cualquier otra cosa. Me hace mostrarme reverente
ante Él, en total entrega y sumisión. El temor a Dios me da seguridad
y confianza sobre esta vida, porque sé, que, por ser temerosa con Él,
Él me protege y me cuida.  Porque sé, que ese Temor, es igual al
amor que le tengo, sé que ese temor, le demuestra mi infinito amor;
temerle, amarle, servirle, tres palabras que deberíamos de tener
totalmente presentes y de "la mano". En nuestro Temor a Dios, le
mostramos todo, todo, nuestro reconocimiento a Su gloria, a Su poder,
a su Justicia Implacable.

     Ahora, vamos a ver que dice la Santa Palabra sobre el don de "El
Temor a Dios":
- (Éxodo 1:15-22) “Había dos parteras hebreas, llamadas Sifrá y Fuvá,
a las que el rey de Egipto ordenó:
Cuando ayuden a las hebreas en sus partos, fíjense en el sexo: si es
niño, mátenlo; pero si es niña, déjenla con vida.  Sin embargo, las
parteras temían a Dios, así que no siguieron las órdenes del rey de
Egipto, sino que dejaron con vida a los varones. Entonces el rey de
Egipto mandó llamar a las parteras, y les preguntó:
 —¿Por qué han hecho esto? ¿Por qué han dejado con vida a los
varones? 
 Las parteras respondieron: —Resulta que las hebreas no son como
las egipcias, sino que están llenas de vida y dan a luz antes de que
lleguemos.  
De este modo los israelitas se hicieron más fuertes y más numerosos.
Además, Dios trató muy bien a las parteras y, por haberse mostrado
temerosas de Dios, les concedió tener muchos hijos.” 
- Salmos 19:9 "El temor de Jehová, es limpio, que permanece para
siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos. "
- Proverbios 14: 26y27 "En el temor de Jehová está la fuerte
confianza; y sus hijos tendrán lugar de refugio. El temor de
Jehová es manantial de vida, para apartarse de los lazos de la
muerte."
- Proverbios 8:13 "El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia
y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa aborrezco."
- Proverbios 1:7 "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová.
Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. "
- Proverbios 9:10 "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; y
el conocimiento del Santo es la inteligencia."
- Job 28:28 "Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la
sabiduría, y el apartarse del mal la inteligencia."
- Deuteronomio 10:12 "Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios
de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus
caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón,
y con toda tu alma(...) "
Vale, hasta ahora todo en el AT, pero, también apunta el NT al temor a
Dios, mirad...
-  Filipenses 2, 12-13 "Esforzaos con santo temor en vuestra salvación.
Que es Dios quien, más allá de vuestra buena disposición, realiza en
vosotros el querer y el actuar." 
- Lucas 12:5 "Mas os enseñaré a quién debéis temer: Temed a Aquél
que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el
infierno: Sí, os digo: A Éste temed".
-2Corintios 7:1 "Así que, amados, teniendo tales promesas,
limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu,
perfeccionando la santidad en el temor de Dios."
- Efesios 5:21 "Sujetaos los unos a los otros en el temor de Dios."

CUANDO SE PIERDE EL TEMOR DE DIOS…


Mensaje y palabra rectora ministrada por nuestro Pr Jorge Himitian el
pasado domingo 24/4 en CCBA
BASADO EN EL LIBRO DEL PROFETA MALAQUÍAS
¿QUÉ ES EL TEMOR DE DIOS?
Es el respeto y la reverencia suprema que todos le debemos a Dios,
conscientes de que él está sentado en el trono del universo y reina
sobre todo cuanto existe; conscientes de que es la autoridad suprema
del universo y sobre cada una de nuestras vidas.
¿POR QUÉ DEBEMOS TEMER A DIOS?
1. Porque él reina, es la autoridad suprema sobre el universo y sobre
cada una de nuestras vidas.
2. Porque él es Omnisciente. Todo lo ve, todo lo sabe. No hay nada
escondido ante sus ojos.
3. Porque él es Omnipresente.
4. Porque él es Santo y Justo.
5. Porque está establecido a los hombres que mueran una vez y
después el juicio.
6. Porque después de la muerte hay un cielo eterno y un infierno
eterno.
7. Porque es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de
Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras
estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo (2 Corintios 5.10).
EL TEMOR DE DIOS ES EL TEMA CENTRAL DEL LIBRO DE
MALAQUÍAS
¿QUÉ COSAS NOS SUCEDEN CUANDO PERDEMOS EL TEMOR
DE DIOS?
1. COMENZAMOS A DUDAR DE LA PALABRA DE DIOS. Leer 1.1-5
2. NOS VOLVEMOS LIVIANOS, PROFANOS, HACEMOS TRAMPAS,
ENGAÑAMOS,
Leer 1.6-9 y 14:
3. NO TENEMOS LA FIRME DETERMINACIÓN EN NUESTRO
CORAZÓN DE OBEDECER A DIOS Y ASÍ DAR GLORIA A SU
NOMBRE. Leer 2.1-3, 4.6-7
4. NOS APARTAMOS DEL CAMINO Leer 2.8
5. HACEMOS ACEPCIÓN DE PERSONAS. Leer 2.9-10, Santiago 2.1:
8. CUESTIONAMOS A DIOS Y LO CANSAMOS CON NUESTRAS
PALABRAS NECIAS
9. SOMOS INFIELES EN NUESTROS DIEZMOS. Leer 3.6-12:
10. DUDAMOS DEL VALOR DE SERVIR A DIOS Y DE GUARDAR
SU PALABRA. Leer 3.13-15:

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