Está en la página 1de 4

El SECRETO MÁS RÁPIDO para tocar canciones en PIANO

Hoy vamos a hablar de aquella elemental y muy preciada, pero hasta cierto punto, no muy
difundida forma de sacar canciones instrumentalmente en un piano. Para todos aquellos
amantes de los covers en piano solo; para quienes puede resultar sumamente compleja la idea
de que alguien toque a dos manos la totalidad de una canción: acompañamiento y melodía.
¿Cómo hacen eso? ¿Cómo parten el cerebro en dos partes para que cada mano haga algo
distinto y cómo memorizan todo? Tocar una canción de esa manera es algo que en pocos
instrumentos se puede hacer, y nunca tan completo como en el piano. No hay instrumento más
polirítmico y polifónico que él.

Yo siempre fui fan de escuchar las canciones que me gustaban covereadas en piano solo por lo
interesante que resultaba redescubrir una armonía en el puro timbre del piano, por los ligeros
cambios en la disposición de los acordes que le daban una perspectiva distinta, por lo afinadito
que sonaba y por lo completo que es el instrumento. Un cover de esos a simple vista parece algo
muy difícil, pues son dos manos, generalmente haciendo cosas distintas. Y parece que todo ha
sido milimétricamente planeado, porque claro que hay casos en los que es así. Que si quieres
sonar exactamente como la canción original tendrás que buscar una partitura, ver un tutorial o
un midi, o de plano, sacarla tal cual de oído debido a la específica sonoridad de cada voz
simultánea. Pero en la música popular, en la mayoría de los casos, puede bastar con un simple
truco que todo músico tarde o temprano termina comprendiendo.

“Los acordes”

Yo nunca en mi vida toqué tanto el piano como cuando descubrí como construir los acordes en
él. Es más, nunca supe qué era un acorde, sino hasta que tuve un método de guitarra, porque en
clase de piano no lo enseñan luego, luego. En piano siempre se suele empezar por melodías
llanas sin acompañamientos. Pero el simple hecho de conocer los acordes es capaz de motivar a
un montón de aprendices que piensan declinar.

Yo lo descubrí un día de ocio, a los dieciséis años, que se me ocurrió averiguar cómo crear
acordes en el piano basándome en las notas que llevaban en la guitarra.

Por ejemplo, sabía que el llamado acorde de do mayor en guitarra llevaba un do, un mi y un sol,
y no más. Y que él de do menor tenía un do, un mi bemol y un sol. Sin saber realmente el
nombre exacto de las notas. Porque lo que descubrí, más bien, fue una cuestión interválica.
Pude ver que todo acorde mayor, sea de la nota que sea, poseía una nota generadora, que daba
nombre al acorde, luego una segunda nota que estaba a distancia de cuatro semitonos de la
anterior. O sea, cuatro teclas, sin importar si son blancas o negras. Y, una tercera nota, a
distancia de tres semitonos de la anterior. Con esa simple fórmula podemos crear el acorde
mayor de, absolutamente, cualquier nota del piano.

De las 12 que hay.

La primera se llama 1. Do, 2. do sostenido o re bemol, 3. re, 4. re sostenido o mi bemol, 5. mi, 6.


mi sostenido o fa, 7. fa sostenido o sol bemol, 8. sol, 9. sol sostenido o la bemol, 10. la, 11. la
sostenido o si bemol, y 12. si. Después de esto se vuelve a repetir el do y así sucesivamente.
Creemos, por ejemplo, el acorde mayor de fa. Tocamos fa, añadimos la segunda nota a distancia
de cuatro semitonos, y la tercera nota a distancia de tres semitonos de la anterior.

Ahora con un do sostenido. Do sostenido, la nota de en medio a cuatro semitonos y la otra a tres
semitonos de la anterior. Puedes intentar esto con todas las teclas.

La otra cosa de la que me di cuenta esa vez fue que los acordes menores sólo tenían una
variante de esto. Igualmente tenían una nota generadora, pero la segunda nota estaba, no a
cuatro sino a tres semitonos de la anterior y consecuentemente la última quedaba a cuatro de la
anterior. Sólo se movía la nota de en medio.

Por ejemplo, re menor sería re, segunda nota a tres semitonos y tercera nota a cuatro. Para re
mayor sólo cambiaría la de en medio así.

Tan solo con esto ya tenemos la mitad de la información necesaria para lograr hacer sonar una
canción. Por ejemplo, supongamos que queremos tocar Hey Jude de los Beatles.

En internet podemos buscar el nombre de la canción y luego la palabra “acordes” o en este caso,
como está en inglés: “chords”. Y nos encontraremos con la letra y un cifrado sobre ella,
generalmente anglosajón.

La C significa do, la D re, la E mi, la F fa, la G sol, la A la y la B si.

Si están en mayúscula significa que son acordes mayores. Si están en minúscula o bien, van
acompañados de una /m/ minúscula significa que son acordes menores. Por otro lado, si están
acompañados de un signo de gato son sostenidos.

C#, F#, G#.

Y si están acompañados de una b, son bemoles.

Db, Eb, Ab, Bb.

Este cifrado se vuelve bastante claro cuando tenemos la letra de la canción. Aquí
indudablemente vemos que cuando dice “Jude” entra el acorde de fa mayor. Cuando dice “bad”
entra un do mayor y cuando dice “better” otra vez entra fa mayor. Cuando dice “remember”
entra un si bemol mayor, en “heart” de nuevo un fa mayor, en “start” un do mayor y en “better”
otra vez fa.

Con lo ya dicho podríamos tomar esos acordes y construirlos en el piano.

El primero es fa mayor. Fa, cuatro semitonos y tres semitonos. El segundo es do mayor. Do,
cuatro semitonos, tres semitonos. Otra vez Fa. Luego si bemol mayor. Otra vez fa. Do y fa.

Si construimos en el piano todos los acordes de la canción, que en realidad no faltan muchos. Ya
tenemos casi todo para interpretarla.

Acordes

Ahora viene lo bueno. La melodía para que suene. ¿Cómo vamos a sacar eso?
Se puede hacer de muchas formas. Simplemente de oído, o ver algún midi en youtube, e ignorar
todo menos la melodía, o si hay una partitura a la mano y sabemos descifrarla, igual sólo
hacemos caso a la melodía de la mano derecha. También podemos oír mucho la canción y tratar
de sacar la melodía en tiempo real. Pero bien puede ser sólo por oído y memoria, lo cual resulta
un gran ejercicio. Si ya tenemos los acordes es mucho más fácil pues nos da una idea. Cada
quien tendrá su manera de hacerlo. Puedes tararearla lentamente tocando los acordes y luego
buscar esas notas. O buscarlas directamente. En principio prueba con notas que ya están en el
acorde de la mano izquierda. En la mayoría de los casos la melodía toma las notas de ahí,
aunque existe la posibilidad de que no, pero normalmente así es.

Deja a tu oído llevarse por el recuerdo de la canción y también por la lógica del acorde que estás
tocando. Y busca las notas hasta que lo sientas legítimo.

Hey Jude

Si llegas a este punto ya estás del otro lado.

Porque en algún momento sentirás la necesidad de ir más allá de tocar sólo un acorde tras otro
en una mano y la melodía en la otra.

Y entonces podrás dejar fluir todo mejor. No siempre hay que tocar todos los acordes de golpe.
Puedes hacer lo que se llama “arpegios” que viene arpa. Fragmentarlos en sus notas y tocarlas
una tras otra si la canción lo permite.

Arpegios

O también puedes hacer el famoso “bajo Alberti”.

Bajo Alberti

También dependerá del ritmo de la canción. Deja que tu intuición te diga qué le queda.

Usar pedal es otra forma en la que tu interpretación puede tener más fluidez pues lo que él
hace es dejar sonar juntas todas las notas, aunque las sueltes. Sólo hay que cuidar de no
ensuciar demasiado haciendo un cambio de pedal en cada cambio de acorde.

Pedal

Por último, vale la pena mencionar que, una vez bien interiorizado cuáles son las notas que
forman cada acorde, no es necesario tocarlos todos siempre en la misma posición. Es decir, esa
posición de: nota generadora, segunda nota a distancia de cuatro semitonos y tercera nota a
tres semitonos de la anterior. Pues si ya reconoces los nombres de las notas que forman
determinado acorde, te conviene más pensar en esos nombres que en los intervalos. Por
ejemplo, el acorde de do mayor se forma con las notas sol, si y re. Sabiendo eso no es necesario
siempre tocarlas en ese orden, puede ser si, re, sol, o re, sol, si y el resultado seguirá siendo el
acorde de sol mayor. Esto que se llama “inversiones” te ayuda a no tener que estar saltando de
un acorde a otro y que todo quede más cerca y cómodo. Desde luego también hará que suene
mucho mejor. Hay incluso canciones que te piden específicamente alguna inversión de acorde.
Como justamente Hey Jude, que algunas veces pide que el fa mayor tenga la nota la como nota
más grave. Y lo escribe así “F/A” con la F de re mayor, diagonal, bajo en la.
Y teniendo bien presente qué notas forman cada acorde todo es más fácil y cómodo. Puedes
jugar con ello. Hacer arpegios muy grandes. Tocar la nota fundamental muy grave y luego saltar
al acorde, etc., etc…

Esta puede ser una excelente manera de empezar a crear tus propios arreglos de canciones
populares e incluso te puede inspirar a componer. Esta fue la forma en que yo, de 16 años, pude
entender mejor el piano autodidactamente. Una sencilla manera de tocar tus canciones
favoritas e incluso de rearmonizarlas. Porque sí, habrá casos en los que te sepas una melodía
aislada o que el acompañamiento que te sabes no sea muy rico y con base en las notas que ya
tienes puedes intuir qué acordes le quedan.

Conocer esto desde el principio es una muy motivadora introducción a la música, y te funcionará
de maravilla, al menos hasta antes de meterse en asuntos polifónicos donde cada voz tiene su
propia identidad. Pero la mayoría de la música popular son sólo melodías acompañadas, así que
estos consejitos jalan. Bueno, ahora con su permiso me voy a hacer un video diciendo que te
enseño a leer partitura, aunque no seas músico. Ah no, eso ya lo hice.

También podría gustarte