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El Ecuador y el Perú durante más un siglo mantuvieron vivo uno de los más antiguos

conflictos en América del Sur, ocasionado por la ausencia de límites claros y


definitivos. Sus fuerzas armadas desarrollaron las capacidades requeridas para la
defensa de sus tesis territoriales, por lo que se enfrentaron en repetidas ocasiones, pero
en los últimos meses de 1994, el mando peruano amenazó con expulsar a los soldados
ecuatorianos de sus bases en las cabeceras del Cenepa, pero el Ecuador estaba dispuesto
a no dar «ni un paso atrás» en la defensa de su territorio, por el contrario, estaba
decidido a exigir sus legítimos derechos amazónicos y rescribir su historia

La guerra fue inevitable. El general en servicio pasivo Wagner Bravo era el segundo


comandante del grupo de Fuerzas Especiales 26. Él y su grupo ingresaron al área de
combate el 16 de diciembre de 1994 y salieron el 15 de julio de 1995. Él recordó que el
26 enero de 1995 a las 17:55 "Ecuador se vistió de gloria en razón que los hijos y
descendientes de los Shyris y de los Caras enfrentaron en las nacientes del río Cenepa,
en el Alto Cenepa, al invasor peruano que por más de 180 años había querido usurpar
territorio ecuatoriano". Explicó que la denominada patrulla Zafiro del grupo de Fuerzas
Especiales 26 Cenepa, al mando del capitán de Infantería Isaac Ochoa, con 54 hombres
desaloja un helipuerto peruano posicionado en las cabeceras del Alto Cenepa con lo
cual se da inicio al conflicto.

En esa ocasión la iniciativa y decisión de expulsar a quienes ingresaran a territorio


patrio, precipitaron los acontecimientos. El conflicto se focalizó en la zona de la
cordillera del Cóndor, particularmente en el Valle del Alto Cenepa,es un área selvática
con características especiales de relieve, vegetación y clima, que exigió una
planificación detallada y el empleo de fuerzas con entrenamiento especial.

Los soldados que combatieron en el Cenepa se entrenaron en la ESCIFT, permitiendo


que la ejecución de las operaciones sea exitosa. También se destacaron los IWIAS
(demonios de la selva), unidades formadas por soldados nativos de varias comunidades
Shuar y Ashuar, quienes poseen características especiales que les permiten adaptarse
rápidamente a las operaciones militares. Durante el conflicto del Cenepa se movilizó
una unidad de reservistas nativos, la Compañía ARUTAM, quienes respondieron con
gran entusiasmo al llamado de la defensa de la patria.
Es así como surgió en el Ecuador la «Generación de la Victoria», una generación que
con valentía y dignidad en el campo de batalla rescribió la historia de su país. El general
en servicio pasivo Wagner Bravo menciono que todos los ecuatorianos, la parte
política, económica, empresarial, pública, privada, ciudadanos, estudiantes y sus
Fuerzas Armadas, "con orgullo y con honor combatieron al enemigo para no permitir
que otra vez sea allanado el territorio nacional". Dijo que a partir de esa fecha el
Ejército y las Fuerzas Armadas, con el apoyo del ciudadano y con el lema del
expresidente Sixto Durán Ballén de «ni un paso atrás», son parte integrante de la
generación de La Victoria.

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