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Verbos

Es la parte de la oración (concretamente una categoría léxica) que expresa una acción,
movimiento, existencia, consecución, condición o estado del sujeto. Sintácticamente representa
una predicación. En la oración, el verbo conjugado funciona como el núcleo sintáctico del
predicado (si el verbo está en una forma conjugada ocupará en general la posición del núcleo del
sintagma de tiempo, y si no de un sintagma verbal simple).

Los verbos, según su valencia o gramática, pueden ser clasificados en intransitivos, transitivos,
ditransitivos, etc. Son transitivos cuando el verbo requiere más de un argumento obligatorio. Los
intransitivos tienen un solo argumento obligatorio

La parte variable de la oración que indican acción, proceso o estado. En Juan sube las escaleras,
sube supone una acción que está realizando, en Ramón ha crecido un montón, ha crecido supone
un proceso que ha experimentado, y en Ramón está cansado, está supone un estado

La inmensa mayoría de lenguas del mundo el verbo es la clase de palabra más compleja en el
sentido de que puede reflejar muchas más categorías gramaticales que otras palabras. Es
frecuente que exprese una o varias personas gramaticales (en lenguas como el español solo marca
la persona gramatical asociada al sujeto; en otras lenguas también puede marcar el objeto),
número gramatical, tiempo-modo-aspecto y más raramente en algunas lenguas pueden llevar
género gramatical, evidénciales, direccionales, clasificadores de forma, intencionales, etc. En
gramática tradicional las categorías expresadas en el verbo se denominan «accidentes
gramaticales».
En la mayoría de lenguas flexivas existen tres categorías gramaticales típicas del verbo.

La categoría verbal de tiempo gramatical asume diferentes formas en diferentes lenguas. En


muchas lenguas europeas existen tres posibles valores del tiempo: presente, pasado y futuro; en
otras lenguas la diferencia es entre pasado y no-pasado (presente o futuro). Incluso existen
lenguas como el chino que no tienen tiempo gramatical, y la noción semántica de tiempo se
realiza mediante adverbios explícitos (hoy, ayer…) o bien contextualmente.

La categoría de modo puede incluir diversas variantes, tales como condicional, imperativo,
indicativo, negativo, optativo, potencial, subjuntivo, etc.

El aspecto gramatical se refiere a la noción semántica de acción acabada (perfecto), acción


inacabada (imperfecto), acción continuada, etc.

En muchas lenguas indoeuropeas el tiempo, el aspecto y el modo gramatical frecuentemente se


expresan fusionada menté mediante un único morfema que expresa simultáneamente los diversos
valores de esas categorías. Por ejemplo en español, en la forma amaste el morfema -ste expresa
simultáneamente el modo indicativo, el tiempo pasado y el aspecto perfecto (además de expresar
segunda persona y singular).
Los verbos constituyen una clase de palabras con gran variación formal entre las lenguas del
mundo; transmiten acción, proceso, estado, número, persona, tiempo, etc. Se pueden distinguir
los siguientes constituyentes morfológicos de las formas verbales:

Raíz: La raíz aporta la información léxica. Un verbo puede estar compuesto por varias raíces, por
ejemplo malcriar tiene dos, está formado por mal-cri-ar.

Morfemas derivativos: Los morfemas derivativos se concatenan a la raíz; pueden ser tanto prefijos
como sufijos; por ejemplo reconstruir tiene el prefijo derivativo re

La forma de clasificar los verbos del español atiende a diferentes criterios, que veremos por
separado:

Verbos regulares e irregulares. Esta diferenciación se basa en la forma de conjugar cada verbo.

Verbos regulares: Siguen la regla o la tendencia general del idioma, la que explicamos en la
primera parte de este artículo. Por ejemplo, «comer».

Verbos irregulares: Requieren de una conjugación aparte, ligeramente distinta, en la que se altera
incluso la raíz del verbo. Por ejemplo, “tener”: yo tengo, tú tienes, él tiene, etc.

Esta distinción se lleva a cabo fijándose en el tipo de oraciones que cada verbo permite, y
específicamente en el hecho de si pueden o no tener un sujeto lógico oracional.

Verbos personales: Se conjuga conforme a la persona. Por ejemplo, «amar».

Verbos impersonales: Se utilizan en tercera persona singular. Por ejemplo, «llover” no puede
realmente conjugarse (“yo lluevo” o “tú llueves” solamente tienen sentido en el lenguaje poético)
y generalmente se usa en oraciones impersonales como “aquí llueve mucho”.
Por su parte, esta distinción atiende a las condiciones sintácticas en que el verbo aparece y el tipo
de complementos que requiere.

Verbos transitivos: Forman parte de una oración transitiva, en la cual la acción del verbo es
desempeñada por un sujeto-agente sobre un objeto-paciente. Esto significa que estos verbos
requieren un objeto directo o complemento directo sobre el cual recae la acción, y sin ellos,
pierden el sentido. Por ejemplo, “conseguir” requiere de algo que se consigue, porque decir
simplemente “yo consigo” es como no decir nada. “Yo consigo el dinero” en cambio, tiene sentido,
porque hay un complemento directo que es “el dinero”.

Verbos intransitivos: No admiten ese complemento, y pueden expresarse por sí solos


perfectamente. Por ejemplo, el verbo “dormir” es intransitivo, pues se duerme o se duerme de
algún modo (complemento circunstancial: “yo duermo bien”), pero no se duerme una cosa:
“Yo duermo” es una oración totalmente comprensible.

Verbos copulativos. Se llaman así a los verbos que no expresan acciones, sino que sirven para
denotar condiciones o estados, y por esa razón suelen ir acompañados de un adjetivo, en lugar
de un complemento directo. Por ejemplo, el verbo ser en “Yo soy latinoamericano” o “Ella es
abogada”

Modos verbales
Junto con las personas y los tiempos verbales, los modos verbales forman parte de los accidentes
del verbo, o sea, de sus formas de aparición. En este caso, el modo del verbo indica la forma en
que la acción del verbo se realiza, o también la actitud del hablante o emisor respecto a lo que se
dice. Dependiendo del modo, variará la conjugación del verbo.

En español existen tres modos verbales, que son:

Indicativo. Empleado para la comunicación ordinaria, cuando se quiere describir acciones reales o
posibles de realizar. La conjugación que vimos en los apartados anteriores era siempre en el modo
indicativo, aunque pueda variar en su tiempo y persona verbal: “yo como”, “ella ha comido”,
“nosotros comeremos”, “ustedes comieron”, son todos ejemplos de modo indicativo.

Imperativo. Este modo se utiliza exclusivamente para ordenarle al receptor del mensaje algo, o
con la esperanza de influir en su conducta de alguna manera. Por ende, no puede conjugarse sino
en segunda persona del singular o del plural. Ejemplo: “¡Come!”, “Ustedes coman tranquilos” o
“Coma, maestro”.

Subjuntivo. El subjuntivo es un modo que sirve para expresar deseos, probabilidades o situaciones
hipotéticas. En ello se distingue del indicativo, y posee una conjugación aparte. Por ejemplo:
“Quizá comas más tarde”, “Hubiéramos comido mejor en la cocina”, “Quiero que mi perro coma
lo mejor”.
Tiempos verbales
El último de los accidentes verbales, el tiempo verbal indica cuándo se cometió la acción, y
modifica significativamente la conjugación para reflejarlo. Esto se lleva a cabo dentro de un
paradigma de tres ejes principales: presente (ocurre ahora mismo), pasado (ya ocurrió) y futuro
(aún no ocurre).

Sin embargo, los verbos se adaptan a estos ejes de manera gradual, o sea, procurando ser lo más
exactos posibles en las distinciones en cuanto a tiempo. Para ello, a menudo deben servirse del
auxiliar haber, tal y como lo explicamos previamente.

Así, a grandes rasgos, tenemos en español los siguientes tiempos:

Presente:

Presente simple: yo canto

Condicional simple: yo cantaría

Futuro:

Futuro simple: yo cantaré

Antefuturo (futuro compuesto): yo habré cantado

Pasado:

Antepresente (pretérito perfecto compuesto): yo he cantado

Pretérito imperfecto: yo cantaba

Condicional compuesto: yo habría cantado

Pretérito perfecto simple: yo canté

Pretérito pluscuamperfecto: yo había cantado

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