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MATERIAL INFORMARTIVO
Programa de estudios/ Programa Traducción e interpretación Sesión N° 09
Experiencia curricular Lengua española para la traducción Semestre: 2023-1
Contenido temático La conjugación verbal (tiempos verbales). La
preposición y el grupo preposicional.
Docente Wilfredo Pacherres Garcia
Tipo de material informativo Lectura

Clasificación de los verbos

Los verbos pueden clasificarse según el criterio semántico,


sintáctico, morfológico y según el modo de acción:
Criterio semántico 2

Según el criterio semántico los verbos pueden ser significantes,


por una parte, y auxiliares o copulativos, por otra.

Significantes. En los significantes está la expresión de todos los


procesos – cambios, movimientos, alteraciones – de los objetos en
relación con el mundo exterior. Estos se representan por los
verbos de percepción (ver, oír, sentir), de entendimiento, que
indican percepción intelectual (saber, pensar, creer,
comprender), de duda (dudar, ignorar), de voluntad (mandar,
ordenar, rogar, prohibir), de emoción (temer, alegrarse,
asustarse), enunciativos (decir, declarar, preguntar), de
movimiento (ir, andar, venir), etc.

Copulativos. Sirven esencialmente para unir el sujeto con el


predicado nominal. En español es, por excelencia, ser. Entre verbos
copulativos existen grados. En español otros verbos pueden ejercer
una función copulativa, sobre todo, estar. La diferencia en su
empleo consiste en que se trata de dos clases de predicación:
con ser el predicado es expresado como una cualidad del sujeto,
mientras que con estar es un estado lo expresado. Por estado se
entiende una situación en que se halla el sujeto: soy y estoy
enfermo, soy y estoy soltero.

Existen otros verbos con el valor copulativo ( hallarse, quedar,


ponerse, hacerse, sentirse, parecer, ir, venir, andar , etc.) que forman
predicado nominal (véase los capítulos correspondientes).

Es curioso que algunos verbos significantes sin abandonar su


función de predicado verbal, pueden ejercer también una función
copulativa en el predicado verbal-nominal: Estos peones trabajan
descalzados.
Auxiliares. Son aquellos que pierden su valor significativo en
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numerosas perífrasis verbales con el infinitivo, gerundio, participio,
formando predicado verbal. Entre ellos destacamos los
semiauxiliares del predicado verbal compuesto: ir, venir, andar,
seguir, continuar, llevar, poder, querer, soler, empezar, etc.
Criterio sintáctico 4

Según el criterio sintáctico en español existe una distinción


entre las siguientes clases de verbos.

Personales/unipersonales

Los personales son los verbos corrientes cuya acción está


relacionada siempre con un sujeto agente. La acción del verbo
unipersonal, en cambio, se realiza por sí misma, sin ningún agente.
Como ejemplo podemos citar el verbo haber (Hay que hacer guardia
frente a la impresa inmobiliaria) o el verbo hacer en expresiones
como hace viento, hace falta, hace mucho.

El grupo más numeroso lo constituyen los verbos que indican


fenómenos atmosféricos: llover, tronar, nevar, amanecer,
relampaguear, etc. Los verbos de la naturaleza no se emplean sino
en una sola forma de la tercera persona.

Transitivos/intransitivos

Es muy antigua la distinción entre verbos transitivos e


intransitivos. Los primeros, como es sabido, admiten un
complemento directo y expresan una acción, poniéndola en relación
con un objeto, en el cual la acción logra su cumplimiento. A
diferencia de estos los intransitivos expresan fenómenos no
relacionados con ningún objeto.

Entre los transitivos hay verbos como decir, ofrecer, hacer,


poner, llevar, que siempre necesitan de un complemento directo,
pues la expresión de llevar, decir, poner o hacer sin el objeto
correspondiente, por sí sola, nunca es completa.
Otros verbos, como comer, beber, mirar tienen posibilidades
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transitivas e intransitivas sin cambiar de su significado léxico.
Compárese: No me mires, hijo mío, no me mires con compasión;
¡Mira!

El complemento directo tampoco se nos ofrece bajo un mismo


aspecto. En unos casos el fenómeno corresponde a una
modificación, cambio en el objeto: pintar una puerta, limpiar una
casa, adornar una habitación. En otros casos el complemento es
creado o distraído por la acción verbal: construir una casa, crear
una situación, producir artículos, criar animales, romper un
plato. Puede ocurrir también que la acción del verbo transitivo no
afecte, en realidad, al objeto. Las dos primeras clases de
complementos corresponden a los verbos realmente transitivos, Y
la última a los pseudotransitivos (leer un libro; contemplar un
cuadro).

El complemento directo, además, es una especificación del


significado del verbo: pintar un cuadro – pintar una puerta, arreglar
el pelo – arreglar el mueble, echar una ojeada – echar dinero al aire,
echar una siesta, etc.

Avalentes/monovalentes/bivalentes/trivalentes

La llamada gramática de dependencias de Tesnière describe la


oración como estructura S + P (sujeto + predicado). Según esta
gramática el núcleo organizador de la oración es el verbo. Los
demás elementos de la oración son complementarios y se llaman
actantes del verbo. El verbo en este caso se entiende como un
elemento químico que recibe otros elementos según sus valencias.

Para esta corriente lingüística los verbos se clasifican según sus


actantes: avalentes, que no tienen actantes ( llover,
amanecer); monovalentes, de un actante (correr, vivir); bivalentes,
de dos actantes (comer, hacer); trivalentes, de tres actantes (dar,
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entregar).

Pronominales/no pronominales

A diferencia de otros tipos de verbo, éstos ofrecen una forma


característica: la presencia del pronombre en los pronominales. No
todos los verbos son capaces de tomar forma reflexiva. La forma
reflexiva se emplea para distintos fines, además existen los verbos
de forma reflexiva exclusivamente (reflexiva tantum): arrepentirse,
dignarse, atreverse, jactarse, etc.

Otros verbos cambian su contenido semántico según adopten o


no la forma pronominal: ocupar – ocuparse, acordar – acordarse,
volver – volverse, parecer – parecerse, etc.
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Los verbos pronominales pueden expresarse los siguientes
valores:

 propiamente reflexivo (Juan se lava);


 recíproco (Los amigos se abrazan);
 pasivo (El edificio se construye);
 intransitivo o de voz media (La muchacha se asusta);
 impersonal (Se admira a los héroes);
 unipersonal (Se ve que eres ingenuo);
 incoativo (Jorge se fue);
 sentido de interés o dativo ético (Se comió un pastel);
 reflexivo exclusivo o reflexiva tantum (Pepe siempre se jacta);
 semántico o cambio del significado (Los esposos ocuparon
sus asientos – Se ocuparon del hijo).

Criterio morfológico

Según la conjugación de los verbos se dividen en regulares, que


poseen paradigmas regulares de los verbos modekio en -ar, -er, -
ir, e irregulares. La irregularidad puede ser vocálica ( morir, murió;
volver, vuelvo; pedir, pide), consonántica (hacer, hago; nacer, nazco;
salir, salgo) y mixta (decir, digo; saber, sepa).

Ocurre con frecuencia en la conjugación irregular que los verbos


son de irregularidad individual (estar, poner, tener, ser).

Los verbos defectivos son los que presentan incompleto su


cuadro flexivo. Este hecho se produce por causas variadas. Estas
causas pueden ser semánticas ( atañer, concernir, acaecer),
gramaticales (acostumbrar, soler), fonéticas (balbucir, abolir,
agredir, aguerrir, aterirse, blandir, despavorir, empedernir).

Criterio de modo de acción


El modo de acción, que indica el modo como se desarrolla el
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proceso verbal, depende del significado léxico del verbo. Podría
decirse que es el aspecto léxico del verbo. Hay distinción entre los
siguientes grupos de verbos:
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Perfectivos/imperfectivos

Igual como ocurre con los verbos transitivos e intransitivos,


copulativos y auxiliares, no existe en español una forma externa que
nos permita distinguir los verbos imperfectivos de los perfectivos, o,
según otra denominación, los permanentes de los desinentes.

Se llama acciones perfectivas, o desinentes, aquellas que tienen


una duración limitada y necesitan alcanzar su culminación, llegar a
su término o límite, como los verbos saltar, disparar, abrir, llegar.
Son verbos imperfectivos, o permanentes, los que denotan acciones
que no necesitan llegar a un término fijo para producirse,
como querer, pensar, saber, meditar. En realidad, muchos verbos
permanentes se hacen desinentes mediante un
complemento: escribir (una carta), leer (un libro). Esto se logra
también mediante el reflexivo se: ir – irse, callar – callarse, marchar
– marcharse.

A los perfectivos se refieren los verbos de acción momentánea,


que se llaman puntuales: disparar, sacudir, golpear. Se oponen a
los verbos durativos, de carácter imperfectivo: leer, pasear. A
veces los verbos perfectivos también expresan una acción que
necesita para su perfección un proceso previo, más o menos
prolongado: llegar, terminar, entrar. Sin embargo, se consideran
perfectivos, pues necesitan alcanzar su límite para producirse, no
pueden realizarse a medias.

Los imperfectivos, a su vez, pueden designar una acción o estado


de duración larga e indefinida: amar, saber, pensar. En otros casos
la acción durativa puede ser de carácter exclusivamente
pasajero: dormir, hablar, pasear, leer.
Los verbos iterativos indican acciones compuestas de varios
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actos iguales. Como regla, poseen morfemas característicos -
se(ar), -te(ar), -que(ar): picotear, manosear, corretear, besuquear.

Los verbos frecuentativos indican acciones habituales,


acostumbradas: soler, frecuentar, tutear.

Los verbos incoativos indican el comienzo de un proceso o la


entrada en un estado. Poseen morfemas característicos -ec(er), -
e(ar): enrojecer, palidecer, florecer, alborear.

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