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La economía está formada por diferentes agentes económicos que llevan a cabo actividades
distintas, ya sea, comprar, vender, producir, contratar, etc. para entender cómo funciona
esta relación se realiza un modelo que organiza la economía y la forma en cómo interactúan.
Es importante para la carrera de Mercadeo Internacional conocer el rol de los agentes
económicos y el mercado, para tener presente cuál es la interacción y desarrollo de los
millones de personas que forman parte de una economía desde una perspectiva
microeconómica. Un modo de producción es la forma en que se organiza la actividad
económica en una sociedad, es decir, la producción de bienes, servicios y su distribución.
1.1 Familias
Las familias se presentan como uno de los dos agentes más importantes de la actividad
productiva, debido al doble papel que desempeñan en el mercado, ya que son las unidades
elementales de consumo y a su vez aportan los recursos para la producción.
Una de las características importantes de las familias es que ellas aportan o proveen los
insumos que las empresas utilizan para producir bienes y servicios. En términos prácticos
las familias compran y consumen bienes y servicios, y son las propietarias y vendedoras de
los factores de producción. (Mankiw, 2015, pág. 25)
1.2 Empresas
Las empresas se presentan como las unidades que producen bienes y servicios, las cuales
utilizan los factores productivos tierra, trabajo y capital. Quienes luego de dicha producción
las venden a las unidades familiares, quienes pagan los beneficios a aquellas familias
propietarias de los bienes de producción que fueron aportados a cambio de una
1.3 Gobierno
Los agentes económicos estudiados hasta ahora (las familias, las empresas y el gobierno)
pueden complementarse con un cuarto elemento que se denomina sector externo. Este
cuarto elemento lo constituyen las familias, las empresas y el gobierno de otros países,
donde pueden considerarse como diferencias, los patrones de consumo, legislación, estilo
de vida, costumbres, etc.
La globalización en nuestra era está desarrollada de una manera impresionante que las
economías ya no pueden operar de manera aislada de las del resto del mundo. Las
necesidades de las sociedades exigen últimamente numerosos bienes y servicios que
proceden en muchas ocasiones de otros países. (Rossetti, 2002, pág. 160)
Una vez aclarado cuál es el rol de los agentes económicos, se debe conocer el espacio donde
se lleva a cabo dicha interacción entre ellos y es ese espacio lo que se conoce como
mercado. Un mercado es un conjunto de compradores y vendedores de un bien o servicio
particular. Los compradores son el grupo que determina la demanda del producto y los
vendedores son el grupo que determina la oferta de dicho producto. (Mankiw, 2015, pág.
66)
Su naturaleza viene determinada por diversas formas entre ellas: algunas veces los
mercados están muy organizados, tal es el caso de los productos agrícolas, ya que los
compradores y vendedores convergen a una hora determinada, en un lugar específico y un
subastador ayuda a fijar los precios y organizar las ventas. Aunque por lo general es muy
frecuente que los mercados se encuentren menos organizados, debido a que los
compradores eligen entre varios tipos de vendedores para satisfacer sus necesidades, en
cambio los vendedores tratan de atraer a los compradores para así tener éxito en sus
empresas. Aún cuando no están de manera organizada tanto vendedores como
compradores forman un mercado. (Mankiw, 2015, pág. 66)
Según J. Silvestre Méndez (2005) los elementos de los mercados se tipifican de acuerdo a la
naturaleza de propia de su definición, los cuales son:
Existen diferentes criterios para clasificar a los mercados, en este apartado se describen los
más importantes:
i. Dependiendo del área geográfica que abarquen, los mercados se clasifican en:
Estos diferentes mercados son conocidos por el producto que ofrecen y son, por lo tanto,
bastante generalizados; así, por ejemplo, se habla del mercado de dinero, mercado de
capitales, mercado de trabajo, mercado del azúcar, etcétera.
iii. De acuerdo con el tiempo de formación del precio, los mercados se clasifican en:
iv. De acuerdo con la competencia que se establece en el mercado, éste puede ser de
dos tipos:
• De competencia perfecta
• De competencia imperfecta
• Mercado a futuro: relación que existe entre compradores y vendedores para realizar
transacciones que se concretarán en compra venta futura de bienes. Estas operaciones se
realizan para evitar la inestabilidad y fluctuaciones de precios. Por ejemplo, mercado del
futuro del café, del azúcar, del cacao o de divisas.
Según Méndez (2005, pág. 148) las características que debe cumplir este mercado de
competencia perfecta son:
Las características que debe cumplir este mercado de competencia imperfecta son
(Méndez, 2005, págs. 150-151):
d) No hay plena libertad para que nuevos oferentes entren al mercado, ya que puede
haber control de patentes, control tecnológico, etcétera.
e) No existe perfecto conocimiento de todos los movimientos que ocurren en el
mercado sobre todo de los demandantes. Es posible que los oferentes conozcan
mejor los movimientos del mercado, aunque no en forma perfecta.
Como fallas de mercados se entiende a las consecuencias negativas que se producen a partir
del funcionamiento del mercado; las cuales se producen cuando éste no asigna los recursos
disponibles de manera eficiente. Entre estas fallas se tiene: las externalidades, la existencia
de bienes públicos, los controles de precios e impuestos.
a) Externalidades
daños causados por la minería a cielo abierto, los vertidos peligrosos, los fármacos y los
alimentos inseguros y los materiales radiactivos.
El Estado debe asumir una actitud protectora (como la de las madres y padres) en muchos
aspectos, debe decir «no»: cuando las empresas expongan a su personal a condiciones
peligrosas, cuando se arroja humos nocivos por la chimenea de las fábricas, no venderás
medicamentos peligrosos, no conducirás sin cinturón, etc. Es difícil encontrar exactamente
la reglamentación correcta; exige un complejo análisis científico y económico y está
sometido a enormes presiones políticas, pero pocos defenderían hoy la vuelta a la jungla
económica incontrolada en la que las empresas pueden arrojar plutonio siempre que
quieran. (Zabaleta, 2009, pág. 151 y 152).
b) Bienes Públicos
El ejemplo extremo de externalidad positiva es el bien público. Los bienes públicos son
mercancías en la que el coste de extender el servicio a una persona adicional es cero y de
cuyo disfrute es imposible excluir a nadie. El mejor ejemplo es la defensa nacional. Cuando
un país protege su libertad y su estilo de vida. Lo hace para todos sus habitantes,
independientemente de que éstos quieran o no la protección y de que la paguen o no.
Dado que generalmente son insuficientes los bienes públicos que suministran las empresas
privadas, el Estado debe intervenir para suministrarlos. Al comprar bienes públicos como
defensa nacional, se comporta exactamente igual que cualquier otro gran gastador. Al
emitir suficientes votos monetarios en determinados sentidos, hacen que fluyan recursos
hacia ellos. Una vez emitidos, el mecanismo del mercado se hace cargo y encauza los
recursos hacia las empresas de tal manera que se produzcan los faros o los tanques
(Samuelson Paul, 2010, págs. 35-36).
d) Los impuestos.
El Estado debe conseguir los ingresos necesarios para pagar sus bienes públicos y financiar
sus programas de redistribución de la renta. Esos ingresos proceden de los impuestos sobre
las rentas de las personas y de las sociedades, sobre los salarios, sobre las ventas de bienes
de consumo y sobre otros artículos, en otras palabras, los impuestos o tributos representan
lo que se tiene que pagar al Estado de manera directa (cuando se aplican sobre los ingresos
o patrimonio) o indirecta (cuando se compra en el mercado bienes o servicios). Por otra
parte, todas las administraciones, los municipios, los Estados recaudan impuestos para
pagar sus gastos.
Los impuestos se parecen a cualquier otro «precio», en este caso, es el precio que pagamos
por los bienes públicos. Pero se diferencian en un aspecto fundamental: no son voluntarios.
Todo el mundo está sujeto a la legislación impositiva; está obligado a pagar una parte del
costo de los bienes públicos. Sin embargo, la estrecha conexión entre el gasto y el consumo
que se observa en el caso de los bienes privados no existe en el de los impuestos y los bienes
públicos. Sólo pagamos una hamburguesa si queremos una; no obstante, debemos pagar la
parte que nos corresponde de los impuestos utilizados para financiar la defensa y la
educación pública (por ejemplo) incluso aunque no nos interesen nada esas actividades
(Samuelson Paul, 2010, pág. 36).
Los controles de precios son hoy día una cosa del pasado, sobre todo en los países donde
imperan las llamadas economías de mercado o mejor dicho el modelo Neoliberal, dado que
el papel del Estado se limita, ya no se implementan controles de precios, aunque existan
imperfecciones en el mercado.