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La Segunda Guerra Mundial
La Segunda Guerra Mundial
Mussolini y Hitler
En mayo de 1940, Hitler lanzó una tercera ofensiva, esta vez contra
Francia, que resultaría en una victoria tan aplastante como las de
Polonia y Escandinavia: bastó poco más de un mes para que toda
Francia quedase bajo el control efectivo de Alemania. Convencidos de
que, al igual que en la Primera Guerra Mundial, el conflicto iba a
dirimirse en las trincheras, los generales franceses habían reforzado las
fronteras (Línea Maginot), pero descuidaron la región de las Ardenas,
considerando que sus bosques y montañas eran intransitables para las
unidades blindadas del Reich.
Como aliado de Alemania e Italia, países con los que había sellado el
Pacto Tripartito de 1940, Japón había comenzado a ocupar algunas
colonias británicas, francesas y holandesas del Asia Oriental con la
ayuda, en muchos casos, de los nacionalistas nativos. El expansionismo
del militarista Imperio japonés chocaba con los intereses de los
norteamericanos, que bloquearon las exportaciones de petróleo y acero
y congelaron los activos japoneses en el país, entre otras sanciones
económicas.
Las inmensas deudas que Inglaterra había contraído con Estados Unidos
y el triste papel de Francia en la guerra habían dejado sin voz a la
devastada Europa. La desafiante actitud de Stalin y el inicio de la
«Guerra Fría» empujaron decididamente a Estados Unidos a situar bajo
su órbita la Europa occidental (incluida Grecia y los vencidos: Italia y la
nueva República Federal Alemana) y sustraerla a la influencia de los
partidos comunistas europeos y de la Unión Soviética. En 1947, el
presidente Truman aprobó el Plan Marshall, así llamado por su promotor,
el secretario de Estado George Marshall. En el fondo, el plan diseñaba una
reconstrucción favorable a los intereses de los Estados Unidos, pues
preservaría la demanda europea de productos americanos; pero aquella
sabiamente administrada lluvia de millones, invertida fundamentalmente
en infraestructuras, dio un gran impulso a la economía europea, que en
sólo doce años rebasó los índices de producción de 1939. Perdido el
liderazgo político, la Europa occidental lograría, al menos, recuperar el
protagonismo económico.
Mussolini y Hitler
Londres tras un ataque de la aviación nazi (7 de junio de 1940)