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UNIDAD V –ENSEÑAR CON TODO EL CEREBRO

El docente y el desafío de su tiempo: La necesidad de cambios de paradigmas.


Las dos condiciones básicas que parecen importantes frente al futuro: conocimiento y
valores, se distribuyen desde el sistema educativo, desde las escuelas. Es así que “la
profundidad del proceso de cambio social que tiene lugar actualmente nos obliga a
reformular las preguntas básicas sobre los fines de la educación, sobre quiénes asumen
la responsabilidad de formar a las nuevas generaciones y sobre qué legado cultural, qué
valores, qué concepción del hombre y de la sociedad deseamos transmitir” (Tedesco,
1995).

Esto es lo que hace hoy a la escuela democrática. Una escuela que ponga al alcance de
todos los habitantes del país, sin distinción de riqueza, raza o religión, el conocimiento y
los valores necesarios para participar en una sociedad competitiva y solidaria.
La educación hace hoy la diferencia porque su doble función apoya los dos
requerimientos importantes de la futura sociedad: el conocimiento resguarda la
competitividad; la equidad resguarda la integración. Más educación significa por ello
mayor competitividad y mayor integración social.

De las reformas a la transformación Como consecuencia de las transformaciones


económicas, de los cambios en los modos de producción, de los procesos de
globalización de la economía y de la cultura, una respuesta común que aparece en todas
las latitudes son las reformas de la educación. Pero los frutos no han sido los esperados.
Su común denominador está siendo su dificultad para abrirse paso, cuando no su fracaso

¿A qué se debe esto? Las fuertes transformaciones de la sociedad global están dejando
en claro que este fin de siglo está suponiendo un cambio total de reglas de juego, un
cambio de paradigma. En el caso de la educación quizás el fracaso se deba a que las
respuestas tienden a sostener una mirada retrospectiva más que a inventar una propuesta
prospectiva. Y esto es grave ya que a pesar de que estas respuestas prospectivas existen
en otras áreas, en la educación parece que se prefiriera una respuesta que se acerca a
más de lo mismo. Nos limitamos a expandir y replicar el modelo clásico de la escuela
del siglo pasado (más bien del siglo ante-pasado, del siglo XVIII, que a esta altura, ya
casi es del siglo ante-ante-pasado!), modernizándolo con materiales didácticos y, sobre
todo, incluyendo la mayor cantidad de computadoras posible. Esta solución es por
demás ingenua y denota muy poca capacidad de mirada prospectiva. Se requiere un
nuevo paradigma educativo que pueda acompañar los nuevos paradigmas que surgen en
las demás áreas de la sociedad. Otro paradigma que, superando las restricciones del
actual, sea capaz tanto de saldar las deudas del pasado cuanto de dar respuestas más
adecuadas a las necesidades del futuro.

Necesidad de un cambio de paradigma Creo que esto es lo que está pasando en el campo
de la educación. Las imágenes se nos aparecen claras porque expresan una típica mirada
desde el pasado. Pero esta mirada no responde a las necesidades actuales -y menos a las
futuras- de la educación. Frente a un mundo en el que el problema son los cambios de
paradigma en todos los aspectos de la sociedad, las reformas educativas se esfuerzan por
respetar el modelo clásico escolar introduciéndole nuevos elementos que, al no formar
parte del modelo original, no tienen suficiente fuerza como para transformarlo. Lo que
se ha hecho habitualmente, y se está haciendo, es tratar de llevar a su máximo
rendimiento el modelo de educación conocido en occidente a partir de los comienzos de
la era moderna, sin tratar de encontrar una propuesta superadora. Por esto las estrategias
que se llevan a cabo no están siendo suficientes para dar respuestas diferentes para una
sociedad que se perfila como diferente, ya que apuestan a mejorar este sistema
educativo, nacido de las necesidades de la revolución francesa y de la revolución
industrial, hoy superadas. Es necesario situarse fuera de esta óptica, para plantearse un
nuevo sistema educativo. Es necesario un cambio de paradigma.

Las bases de un nuevo paradigma.


El nuevo paradigma implica cambiar básicamente la ecuación conocimiento a docente a
alumno pasando de los saberes a las competencias. Esto solo será posible si tomamos
conciencia, rediscutimos y redefinimos los ejes básicos que subyacen al actual modelo
de educación (Aguerrondo, 1993). Los elementos que definen la estructura básica del
sistema educativo son de diferente orden, pero pueden distinguirse a partir de diferentes
niveles de análisis un conjunto de principios vertebradores y estructurantes (formas
soportantes) que rigen la organización de sus distintas instancias. (Matus, 1976) Los
varios ejes subyacentes funcionan como organizadores de la estructura básica de la
educación, y determinan aspectos específicos de su organización. Estos principios
vertebradores se agrupan en tres grandes niveles de análisis. Un primer nivel político-
ideológico, un segundo nivel técnico-pedagógico, y un tercer nivel organizacional. Cada
uno de ellos implica al otro. Es decir, el nivel político-ideológico, que es el que da el
„sentido‟ al sistema educativo, determina el campo de posibilidades del nivel técnico-
pedagógico. A su vez, el técnico-pedagógico, que se refiere a las decisiones
estrictamente „educativas‟, determina qué forma debe tener la organización concreta de
la educación.

Énfasis en el desarrollo y optimización de procesos


Pozner describe las principales características de la gestión educativa estratégica, las
cuales son: centralidad en lo pedagógico, reconfiguración, nuevas competencias y
profesionalización, trabajo en equipo, apertura al aprendizaje y a la innovación,
asesoramiento y orientación para la profesionalización, culturas organizacionales
cohesionadas por una visión de futuro e intervención sistémica y estratégica (Figura 1):
Figura 1.
Características de la gestión educativa estratégica
Elaboración propia con información de Pozner (2000).
A continuación se transcribe la gestión educativa estratégica según Pozner, citada en
PEC (2010:66):
a. Centralidad en lo pedagógico. Parte de la idea de que las escuelas son la unidad
clave de organización de los sistemas educativos, consiste en la generación de
aprendizajes para todos los alumnos.
b. Reconfiguración, nuevas competencias y profesionalización. Supone la
necesidad de que los diversos actores educativos posean los elementos
indispensables para la comprensión de nuevos procesos, de las oportunidades y
de las soluciones a la diversidad de situaciones.
c. Trabajo en equipo. Que proporcione a la institución escolar una visión
compartida acerca de hacia dónde se quiere ir y cuáles son las concepciones y
los principios educativos que se pretenden promover. También tiene que ver con
los procesos que faciliten la comprensión, la planificación, la acción y la
reflexión conjunta acerca de qué se quiere hacer y cómo, que para ser efectivos
deben desarrollarse de manera colegiada.
d. Apertura al aprendizaje y a la innovación. Ésta se basa en la capacidad de los
docentes de encontrar e implementar nuevas ideas para el logro de sus objetivos
educacionales; así como para romper inercias y barreras, favoreciendo la
definición de metas y priorizando la transformación integral. Las organizaciones
abiertas al aprendizaje son capaces de encarar y resolver sistemáticamente
situaciones adversas, generar nuevas aproximaciones, aprender de la propia
experiencia y de la de otros, y originar conocimiento y trasladarlo a sus
prácticas.
e. Asesoramiento y orientación para la profesionalización. Consiste en que existan
espacios de reflexión para la formación permanente, para pensar el pensamiento,
repensar la acción, ampliar el poder epistémico y la voz de los docentes; se trata
de habilitar circuitos para identificar áreas de oportunidad y para generar redes
de intercambio de experiencias en un plan de desarrollo profesional.
f. Culturas organizacionales cohesionadas por una visión de futuro. Sugiere
plantear escenarios múltiples ante situaciones diversas, a partir de objetivos
claros y consensos de altura para arribar a estadios superiores como institución;
donde los actores promuevan una organización inteligente, rica en propuestas y
creatividad que estimulen la participación, la responsabilidad y el compromiso
compartido.
g. Intervención sistémica y estratégica. Supone visualizar la situación educativa,
elaborar la estrategia y articular acciones para lograr los objetivos y las metas
que se planteen; hacer de la planificación una herramienta de autorregulación y
gobierno, para potenciar las capacidades de todos para una intervención con
sentido.

Desde esta definición y caracterización realizada por Pozner, se puede argumentar que
la gestión educativa estratégica tiene la finalidad de proporcionar a los actores escolares
planteamientos o herramientas teórico-prácticas tales como la autogestión, planeación y
evaluación para llevar a cabo acciones encaminadas al mejoramiento y transformación
de la realidad y su contexto escolar, particularmente de los procesos de enseñanza-
aprendizaje.
Enfoques de gestión educativa estratégica
El Programa Escuelas de Calidad (PEC) señala que existen tres niveles de gestión en el
ámbito educativo organizados bajo el criterio de concreción: 1) gestión institucional, 2)
escolar y 3) pedagogía (Figura 2).

Figura 2.
Gestión educativa estratégica y sus niveles de concreción
Fuente: Elaboración propia con información del PEC (2010).
Gestión institucional
Respecto a la gestión institucional, es entendida como “[…] la manera en que cada
organización traduce lo establecido en las políticas; se refiere a los subsistemas y a la
forma en que agregan al contexto general sus particularidades […] establece las líneas
de acción de cada una de las instancias administrativas” (PEC, 2010: 58).
Este enfoque de gestión se puede reflejar en la generación y conducción de proyectos y
programas educativos implementados en instituciones educativas, para lo cual resulta
necesario llevar a cabo ciertas acciones estratégicas “[…] de orden administrativo,
gerencial, de política de personal, económico-presupuestales, de planificación, de
programación, de regulación y de orientación, entre otras” (PEC, 2010: 59). El nexo
entre la gestión institucional y gestión escolar se vislumbra en la adopción o aplicación
por parte de la comunidad escolar tanto de normas como de metas emanadas de
autoridades educativas.

Contenido vs Proceso.

La importancia de los contenidos para la enseñanza, en base a tres líneas de


argumentación. La primera se refiere al concepto mismo de educación; la opción que
se adopte al respecto condiciona indefectiblemente la significación que se atribuya a
los contenidos específicos. El segundo argumento apela a la interpretación que desde
los postulados de la psicología cognitiva actual se hace del aprendizaje escolar, que
cristaliza en la noción de aprendizaje significativo, y la tercera, a la forma en que se
entiende el proceso de construcción de conocimiento, considerando que dicha
construcción se lleva a cabo en un contexto de relaciones interpersonales que se
estructuran alrededor de un objeto de conocimiento.

Por otro lado, se hace referencia a la necesidad de ampliar el concepto mismo de


contenido, y de diversificar los tipos de contenidos susceptibles de ser objeto de
enseñanza, intentando justificar por qué conceder un peso específico considerable a
los contenidos no supone necesariamente regresar a concepciones tradicionales, del
proceso de enseñanza/aprendizaje.

Las cuestiones relacionadas con la presencia e importancia de los contenidos en la


enseñanza constituyen un tema crucial en el debate pedagógico, alrededor del cual
se suscita con facilidad la polémica. Desde perspectivas diversas -sociológicas,
pedagógicas, psicológicas- se ha argumentado a favor y en contra de los contenidos
específicos como objeto de enseñanza y como uno de los ejes estructuradores de la
misma. Dichas argumentaciones son responsables de los avatares que han conocido
los contenidos en la formulación de propuestas curriculares, y que oscilan entre su
consideración como fuente exclusiva del currículum y como elemento dominante de la
concreción de las intenciones educativas y objetivos de la educación, hasta puntos de
vista que niegan su valor o, como máximo, les conceden un papel secundario.

La intervención que sigue tiene como propósito defender la importancia que los
contenidos tienen para la enseñanza. Para ello nos basaremos en tres líneas de
argumentación, que expondremos brevemente. La primera se refiere al concepto
mismo de educación, y a lo que implica la educación escolar. La opción que se
adopte al respecto condiciona indefectiblemente la significación que atribuya a los
contenidos específicos, como tendremos ocasión de comprobar. Nuestro segundo
argumento apela a la interpretación que desde los postulados de la psicología
cognitiva actual se hace del aprendizaje escolar.

Dicha interpretación, que cristaliza en la noción de aprendizaje significativo, ha


contribuido a poner de relieve el papel central, no accesorio, de los contenidos en la
enseñanza. El tercer y último argumento que vamos a esgrimir se refiere a la forma en
que se entiende el proceso de construcción del conocimiento en el transcurso de las
situaciones de enseñanza/aprendizaje. Como veremos, la consideración de que dicha
construcción se lleva a cabo en un contexto de relaciones interpersonales que se
estructuran alrededor de un objeto de conocimiento tiene no pocas implicaciones en
la delimitación de la importancia que asumen los contenidos específicos.

La segunda parte de nuestra intervención se dedicará a hacer algunas reflexiones


sobre aspectos que consideramos particularmente relevantes para el tema que nos
ocupa. Así, hablaremos de la necesidad de ampliar el concepto mismo de contenido,
y de diversificar los tipos de contenidos
susceptibles de ser objeto de enseñanza, e intentaremos justificar por qué conceder un
peso específico considerable a los contenidos no supone necesariamente regresar a
concepciones tradicionales, transmisivas y caducas del proceso de
enseñanza/aprendizaje. Terminaremos con un breve repaso de algunas
implicaciones que una postura como la expuesta tiene para la elaboración del
currículum, para la investigación psicoeducativa y para la formación del profesorado.

Importancia de la mediación en el aprendizaje significativo.


En la actualidad la sociedad se apoya en la escuela como institución formal que hace
posible el proceso educativo. La escuela es un medio educativo puesto por y en la
sociedad a disposición del niño, de la familia y de la sociedad. El maestro efectúa su
mediación pedagógica en una ósmosis de vida y de trabajo con alumnos, familias y
miembros de la comunidad (García, 2001).
Feuerstein (1990) sostiene que el aprendizaje mediado es un constructo desarrollado
para descubrir la interacción especial entre el alumno y el & mismo el autor considera,
la experiencia del aprendizaje mediado como un factor decisivo en el desarrollo
cognitivo de las personas, tal como ocurre con las personas en el hogar o con los
educandos en la escuela. Por su parte, Ferreiro (2006) señala que el docente favorece el
aprendizaje, estimula el desarrollo de potencialidades y corrige funciones cognitivas
aprender en su zona potencial. También son mediadores los padres, amigos y maestros.

Igualmente, considera que la mediación pedagógica “es la exigencia clave de los


procesos educativos como el estilo metodológico que posibilitará el desarrollo de las
capacidades distintivas del ser humano: pensar sentir, crear, innovar, descubrir, y
transformar su entorno (p.69). “La mediación es expresión de humanismo y respeto por
la persona” (ídem). En este sentido, se resalta la importancia del docente como
mediador, debido a que es él quien orienta al estudiante en la conformación del para
aceptar e incorporar la nueva experiencia que se transforman en un cambio
permanentemente de conducta o del potencial de la persona como resultado de las
mismas.
FUENTES DE INFORMACION

 https://www.redalyc.org/journal/340/34056722004/html/
 https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/8927/D-TESIS_CAPITULO_2.pdf
 https://www.redalyc.org/pdf/3761/376140398009.pdf

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