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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PAMPA

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS


PARCIAL DOMICILIARIO N° 2

AÑO 2022

● Carrera: Licenciatura en C.S de la Educación - Modalidad:


Distancia.
● Materia : Antropología.
● Docente: Bassa Daniela.
● Integrantes:
Borzino Virginia; D.N.I: 30.350.562
Pause Estefania; D.N.I: 34.893.188
Segovia Liliana Mirta; D.N.I: 42.737.854
Tarditti Agustín; D.N.I: 42.891.140
CONSIGNAS
1. Leer reflexiva y críticamente los textos correspondientes a la unidad 5 del
programa de la materia. Seleccionar tres de ellos y realizar un análisis que
contemple:

A) el motivo de su elección,

B) las problemáticas abordadas en los mismos,

C) las vinculaciones entre los textos.

2. ¿Pueden como docentes sentirse identificados con las problemáticas que los
textos abordan? ¿Con cuáles y por qué?
Respuestas:

1. La Unidad 5 introduce la problemática de la globalización. La cual implica cambios


radicales en las sociedades contemporáneas afectando las dimensiones económica, política,
social y cultural. Hace hincapié en los cambios y problemáticas que como consecuencia de
este proceso se producen en el ámbito educativo (espacio escolar multicultural). Para
explicarlo, tomaremos los aportes de tres textos de la unidad: “Cultura y discriminación
social en la época de la globalización” de Mario Margulis.“ Interculturalismo y
educación” de J. Cabello Hidalgo y “Práctica Docente y Diversidad Sociocultural” de
Elena Achili. Los seleccionamos porque al relacionarlos pudimos comprender lo que se
plantea en esta unidad.

Margulis piensa que la palabra globalización nos propone un mundo global. El sociólogo
explica que la idea de global tiende a crear la ilusión de un mundo equilibrado y
equidistante, en el que se desarrollan en interacción creciente intercambios de todo tipo:
mensajes, dinero, influencias culturales, mercancías. Sin embargo, el poder de decisión de
lo que se intercambia está únicamente en manos de quienes poseen el poder económico,
político e informativo. Este mundo globalizado afecta a la cultura, ya que el intercambio de
productos y la mundialización de algunos bienes o servicios requieren previamente de
sistemas de percepción y apreciación compartidos, códigos comunes, una cierta
estandarización en los signos, valores y ritmos. Todo nuevo producto influye sobre las
costumbres, los hábitos, los gustos y valores, requiere un capital cultural para su uso y, con
frecuencia, inicia una cadena de nuevos lenguajes.

Por otro lado, la globalización ha generado problemáticas sociales: beneficios acumulados


por las personas más poderosas económicamente; mientras que para las mayorías implica
una inseguridad económica y laboral, deterioro en las condiciones de vida y de bienestar,
etc. Los logros de la ciencia y de la técnica se convierten en el aumento del desempleo, en
peores condiciones laborales, en mayor inseguridad social, abandono y exclusión para
millones de personas en todo el mundo.
Además, se fomenta la discriminación, el prejuicio y la exclusión ya que se ha generado un
estallido de conflictividad e intolerancia debido a las migraciones: los antiguos trabajadores
se han convertido ahora en negros, árabes, extranjeros o indeseables. Reaparecen viejos
modos de estigmatización/desacreditación, dirigidos al extranjero, al pobre, al inmigrante,
que se nutren de la crisis social.
Margulis dice que para empezar a cambiar esto, no debemos quedarnos en el plano del
respeto por lo que los otros son, sino realizar actividades para enriquecernos mutuamente.
La educación debe jugar un papel importante en esta búsqueda de cambios.
En relación a esto, Joaquina Hidalgo analiza la función de la educación ante esta nueva
realidad, proponiendo acciones y estrategias para modificar los diseños curriculares. Ella
dice que la escuela es un elemento de socialización que está preparada para la
“normalización”; pretendiendo moldear a los alumnos imponiendoles formas de
comportamientos/disciplinas escolares de acuerdo a los intereses de los grupos dominantes
a través de contenidos y métodos que cierran las puertas a la diversidad. Se obtiene como
resultado el abandono del sector que es marginado, que procede de otros países y
pertenecen a etnias, culturas con valores, actitudes y comportamientos diferentes. Para
revertir esta situación, la autora propone elaborar proyectos curriculares que sean
adecuados a la realidad. Para esto toma los aportes de Gimeno Sacristán quien afirma que
un proyecto educativo intercultural debe involucrar: la formación del profesorado; el diseño
de la currícula, el desarrollo de materiales didácticos apropiados; y un análisis de las
prácticas y de los valores vigentes. Además, la investigadora agrega que se deben
perseguir objetivos como el desarrollo en los individuos de cierta empatía para comprender
el fenómeno de la diversidad, interiorizar normas de comportamiento favorables al
multiculturalismo y adquirir las habilidades prácticas, conocimientos, destrezas y actitudes
necesarias para un adecuado desenvolvimiento en sociedades pluralistas.
El texto de Elena Achili nos brinda una visión muy real sobre el asunto al centrarse en la
relación que existe entre escuela, familia y pobreza urbana a partir de una investigación
llevada a cabo en la ciudad de Rosario, Argentina. El artículo analiza los problemas que
existen en las escuelas, dentro de determinados ámbitos sociales. Muchos de ellos son
ámbitos de extrema pobreza y miseria. El objetivo de estos talleres es  tratar de perfeccionar
la práctica docente y tener en cuenta la importancia de sus prácticas.
La autora recalca que en la práctica pedagógica el conocimiento consiste no sólo en
enseñar sino también en aprender. Los docentes construyen representaciones de las
diferentes realidades a través de su práctica, en donde se dan cuenta de las diversas
carencias que existen entre los alumnos para luego abordarlas. Las mismas, se ubican en
diferentes contextos, debido a la diversidad de realidades de los estudiantes (algunos
poseen muy pocos recursos). En este marco, se dan problemáticas como: el abandono
escolar, la falta de aprendizaje, la falta de recursos económicos, etc.
Algunas de las realidades que nos muestra esta investigación son: la falta de instrumentos
para el afrontamiento de las problemáticas - la necesidad de generar espacios de reflexión
en las escuelas - las condiciones desfavorables de las escuelas y de los barrios de los
estudiantes - situaciones en donde los padres desprotegen o no les dan un cuidado
adecuado a sus hijos, por tener problemas económicos- una desvalorización del Estado
hacia la escuela - la falta de interés de los alumnos por los contenidos dictados.
En relación a la postura del maestro/a frente a una realidad educativa multicultural, la
investigadora concluye en que el docente debe intentar comprender el modo de vida de las
familias (alumnos y padres),  intentar conservar la cultura original de los niños y además
identificar las limitaciones que poseen para tratar con las diferencias. La importancia radica
en generar afecto e incentivar la solidaridad. 
En conclusión, estos textos nos sirven para tomar conciencia de la necesidad de
prepararnos como docentes, para afrontar la realidad multicultural, multiétnica, multirracial y
multinacional que caracteriza a las sociedades contemporáneas.

2. Durante la pandemia claramente se evidenció en las escuelas de todo el país las


desigualdades para la inclusión en relación a las posibilidades de la continuidad pedagógica,
con la que contaban estudiantes de todos los niveles, los que no estaban preparados para
tener sus clases virtuales. Allí podemos analizar las situaciones que Margulis considera que
un mundo global permite que las contradicciones y desigualdades sean naturalizadas. La
idea de global tiende a crear la ilusión de un mundo equilibrado y equidistante. Sin embargo,
el poder de decisión de lo que se intercambia está en manos de quienes poseen el poder
económico, político e informativo. De allí, deberíamos cuestionarnos desde una mirada
crítica cómo es posible poder cambiar esta situación, qué se hace con la información que
está en estas plataformas, para qué se utiliza y qué hace el Estado. Es importante su
intervención en un reparto equitativo de los ingresos, buscando justicia social distributiva,
para que todos los estudiantes estén incluidos, continúen sus estudios para seguir
aprendiendo y acreditando saberes significativos.
La pandemia puso diversos escenarios para seguir educando pero, ya no era equitativo el
lugar para aprender. Para los alumnos, esa diversidad fue muy amplia por los bienes
materiales. Ejemplo: para quienes tenían computadoras, uno por estudiante en su hogar y
para quienes no tenían ni un celular, la escuela que incluía a todos con sus diferencias
sociales y culturales dejó de hacerlo al no poder abrir sus puertas, estas desigualdades
profundizaron aún más las brechas sociales, culturales y económicas.
La función del docente de seguir enseñando a los estudiantes durante la virtualidad, no fue
simple y en muchos encuentros con docentes esto fue manifestado; como por ejemplo: los
estudiantes no hacían las actividades, no tenían los materiales, no se conectaban y mucho
de lo que se enseñaba no tenía en cuenta las particularidades del grupo de estudiantes, el
entorno social, ni dónde estaba la institución inserta.
El mayor problema es que los contenidos a enseñar no eran abordados de manera
significativa para la realidad del estudiante, la autora Elena Achilli en Práctica Docente y
Diversidad Sociocultural, nos dice que analiza la función de la educación, ante esta nueva
realidad, proponiendo acciones y estrategias para modificar los diseños curriculares y lograr
así, que estos capaciten a los alumnos para ejercer una vida tolerante, solidaria,
democrática y multicultural, en vez de negar como en palabras de Gimeno Sacristán “exige
un marco democrático de decisiones sobre los contenidos de la enseñanza en el que los
intereses de todos queden representados”. Durante la pandemia esto fue evidente y es
necesario que se evalúe para la mejora en el hacer, para mejorar las prácticas de
enseñanza, desde la formación inicial, capacitación permanente y en servicio, que busque
como finalidad que los estudiantes tengan docentes mejor preparados.
Hoy en día, con el retorno a la presencialidad el desafío del docente es aún mayor, porque
se evidenció que la escuela que tiene a todos los niños de manera obligatoria, debe ser
inclusiva atendiendo la diversidad, no se puede enseñar de una sola forma a todos porque
no todos aprenden al mismo tiempo y es fundamental que nuestras enseñanzas contemplen
sus realidades para que la enseñanza se democratice, respetando las diferencias y no
aumentando las desigualdades. Aumentar los esfuerzos donde hay menos acceso, como
escuelas rurales, ya que las familias hacen mucho para que sus hijos accedan a una
educación de calidad; es ahí donde el Estado debe estar presente para que las diferencias
con otros estudiantes con mayores posibilidades, no se profundicen.
La inversión educativa del Estado debe ser más equitativa, brindando herramientas que
puedan ser implementadas para la realidad en la que viven los sujetos respetando su cultura
y sociedad. Por otro lado, para que los docentes puedan adquirir durante su formación inicial
y de manera permanente habilidades, prácticas, conocimientos, destrezas y actitudes
necesarias para un adecuado desenvolvimiento en la sociedad. A su vez, deben valorar de
manera positiva los logros de esos grupos, construyendo un compromiso individual o entre
colegas que incentiven a los estudiantes para el desarrollo de actitudes solidarias, hacia el
cumplimiento de los derechos humanos y para el reconocimiento de la necesidad social de
la interdependencia entre distintos ambientes, economías y culturas, respetando así las
diferencias de las sociedades y culturas que traen los estudiantes, generando vínculos de
empatía y solidaridad.
La autora Elena Achili, sostiene que la escuela pública es un espacio que debe respetar la
diversidad sociocultural y a su vez, se convierte en distribuidora de saberes y destrezas
relevantes para los sujetos que los integre. Como docentes debemos promover estos
momentos donde se los valore en su singularidad a cada estudiante, para que puedan hacer
ejercicio de la participación ciudadana, de la vida democrática, ejercer sus derechos, poder
manifestarse, hacer escuchar su voz y escuchar la de otros, poder manejarse con autonomía
y tomar decisiones e insertarse en la vida pública, formarse para el trabajo y con
posibilidades de llevar una vida digna.
Bibliografía

● ACHILI, E. 1996. Práctica Docente y Diversidad Sociocultural. Santa Fe. Homo


Sapiens.
● CABELLO HIDALGO, J. 1993. “Interculturalismo y Educación”. Gazeta de
Antropología N°10. España.
● MARGULIS, M. 1997. “Cultura y discriminación social en la época de la globalización”.
Bayardo y Lacarrieu (comps.) Globalización e Identidad Cultural. Bs. As. Ciccus.

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