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Desarrollo y libertar es un libro escrito por Amartya Kunar Sen, quien es un filósofo y

economista, ganador del pemio Nobel de Economía de 1998.

En su libro Amartya Sen concibe el desarrollo como “un proceso integrado de expansión de
las libertades fundamentales relacionadas entre sí, que integra las consideraciones
económicas, sociales y políticas y permite reconocer el papel de los valores sociales y de
las costumbres vigentes”. Y para ello, se aferra a la idea de que “las libertades no sólo son
el fin principal del desarrollo, sino que se encuentran, además, entre sus principales
medios”. Reconociendo a su vez la importancia de las relaciones entre los distintos tipos de
libertades.

Como ejemplos, cita las siguientes relaciones:

•    La falta de libertad económica, en forma de extrema pobreza, puede hacer de una
persona víctima indefensa de la violación de otros tipos de libertad, como falta de libertad
social, de la misma forma que la falta de libertad social o política también puede fomentar
la falta de libertad económica. Ej.: el paro.

Ejemplos que también apoya con la reflexión sobre la relación entre la renta y los logros, es
decir, entre la riqueza económica y la capacidad de vivir como queramos. Para ello pone
otro ejemplo, en el que Maitreyee, a la que ofrecen tener toda la riqueza que quiere se
cuestiona: ¿Para qué me sirve una cosa con la que no voy a volverme inmortal?
En su respuesta, Amartya Sen recurre a Aristóles y a su Ética a Nicómano:“la riqueza no es
más que un instrumento para conseguir algún otro fin”. Desechando así, una vez más, la
idea de que el desarrollo depende exclusivamente del crecimiento económico. “El
desarrollo debe ir más allá del crecimiento económico, ya que éste es un instrumento para
conseguir otro fin”. Y vuelve a dejar claro su concepción de la libertad, en la que se
incluyen tanto los procesos que hacen posible la libertad de acción y de decisión como las
oportunidades reales que tienen los individuos.
Otra de sus aportaciones es que “hay que establecer la distinción entre los “resultados
finales” (que no tienen en cuenta el proceso por el que se consiguen) y los “resultados
globales” (que tienen en cuenta los procesos empleados para llegar a los resultados finales).
Y ante esta afirmación propone evaluar los resultados del desarrollo desde la perspectiva de
la eliminación de la falta de libertades que sufren los miembros de la sociedad.

Para completar el tema, me centro otra de las cuestiones que muchos se preguntan: ¿El
desarrollo humano es un lujo que sólo pueden permitirse los países más ricos?
Amartya Sen se atreve a responder: “Lo esencial es que la influencia del crecimiento
económico depende mucho de cómo se utilicen los frutos de dicho crecimiento económico.
Y cita como ejemplo el hecho de que la esperanza de vida en Kerala, en comparación a su
renta per cápita, es mucho mayor a la de Gabón, Brasil o Sudáfrica, países con una renta
per cápita mayor. Otro ejemplo es el estudio que refleja que los afroamericanos sufren una
privación desde el punto de vista de la renta per cápita frente a los americanos blancos, y
además sufren más privaciones en términos absolutos que los indios de baja renta de Kerala
(tanto hombres y mujeres) y los chinos (en el caso de los hombres) en lo que se refiere a
vivir hasta edades avanzadas. Hechos que nuevamente le sirven para afirmar que “estos
contrastes tienen una considerable relevancia para la política económica y social y ponen de
relieve la importancia del proceso impulsado por la política social”, a la hora de estudiar el
desarrollo.

Para finalizar, queremos mencionar algunas conclusiones que tuvimos de este libro

•    El aumento de la libertad del hombre es tanto el principal objetivo del desarrollo como
su medio primordial.

•    El objetivo del desarrollo está relacionado con la valoración de las libertades reales de
que gozan los individuos.
•    Esas capacidades individuales dependen de los sistemas económicos, políticos y
sociales.
•    Los individuos han de verse como seres que participan activamente en la configuración
de su propio destino, no como meros receptores pasivos.

•    El Estado y la sociedad deben salvaguardar las capacidades humanas, crear buenos
mecanismos institucionales.

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