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INSTITUO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGIA DE ADMINISTRACION

INDUSTRIAL

CARRERA: ENFERMERIA

SECCION: 211 B-1

UNIDAD CURRICULAR: MORFOLOGIA Y EMBRIOLOGIA

PROFESOR: WILLY HIDALGO

TEJIDO MUSCULAR Y OSEO

ROTSEN MORALES

C.I: 30.867.279

VENEZUELA, CARACAS 1 DE NOVIEMBRE DEL 2022


TEJIDO MUSCULAR

Los músculos del cuerpo forman el tejido blando más voluminoso


del sistema musculo esquelético. La palabra músculo se deriva del
latín "musculus" que significa 'ratón pequeño', por su semejanza
con el músculo que se ve en el brazo cuando flexionamos este. Las
células musculares, llamadas también fibras musculares por su
morfología alargada contienen filamentos formados por proteínas
llamadas actina y miosina que se deslizan una sobre otra, causando
contracciones que producen el movimiento de varias partes del
cuerpo, incluyendo algunos órganos internos.

El tejido conectivo asociado une las fibras musculares en fascículos,


los cuales también transportan fibras nerviosas y vasos sanguíneos
(capilares) hacia las células musculares.

El músculo tiene cuatro propiedades principales:

Excitabilidad- capacidad de responder a los estímulos

Contractibilidad- capacidad de contracción

Extensibilidad- capacidad de un músculo para estirarse sin


romperse

Elasticidad- capacidad para retornar a su forma normal


A través de las contracciones, el sistema muscular permite las
siguientes funciones que son de gran importancia: producir fuerza y
movimiento, dar soporte al cuerpo, cambiar su postura estabilizar
de las articulaciones, generar calor (para mantener la temperatura
corporal normal), así como, proporcionar forma al cuerpo.

A pesar de que los músculos producen energía, estos también


requieren energía para realizar sus funciones. Los músculos se
alimentan predominantemente de la oxidación de grasas y
carbohidratos, pero las reacciones químicas anaeróbicas también
son usadas. Estas reacciones químicas producen moléculas de
adenosín trifosfato (ATP) que son usadas por los filamentos de
miosina durante las contracciones musculares.

Existen tres tipos de músculos

Músculo esquelético

Las células (fibras) del músculo esquelético miden varios


centímetros de largo y poseen miles de núcleos cada una (son
multinucleadas). Por lo tanto entre más grande sea la célula de
músculo esquelético, más núcleos contiene. Estos están formados
por fibras no ramificadas (a diferencia de las cardíacas) unidas por
tejido areolar laxo que contiene células como fibroblastos y
macrófagos. Y una envoltura membranosa, denominada epimisio,
que es impermeable a la propagación de fluidos como el pus.

El músculo esquelético tiene formas y tamaños variados. Los


pequeños músculos del ojo pueden contener solo unos cientos de
células, mientras que el músculo vasto lateral del muslo puede
contener cientos de millares de células musculares. La forma del
músculo depende de su arquitectura general, que a su vez ayuda a
definir la función de este. Algunos músculos, como los del glúteo,
son bastante gruesos; otros como el sartorio en el muslo, son largos
y relativamente delgados; y otros, como los extensores de los
dedos, tienen tendones muy largos. Estas diferencias en la forma y
arquitectura le permiten al músculo esquelético funcionar
eficazmente en una gama relativamente amplia de tareas.

Los fascículos (conjuntos de fibras musculares) del músculo


esquelético se pueden organizar en cuatro patrones estructurales
básicos: circular, paralelo, convergente y peniforme. Esta diferencia
en la organización también cuenta para las diferentes formas y
capacidades funcionales de varios músculos esqueléticos.

Circular: Este patrón también se denomina esfínter, esto es cuando


los fascículos están organizados en anillos concéntricos. Los
músculos con este tipo de organización rodean las aberturas
externas del cuerpo, que se cierran con la contracción. Los términos
técnicos usados para identificar estos músculos son ‘esfínter’ y
‘orbicular’. Ejemplos incluyen los músculos orbiculares que rodean
la boca y los ojos.

Convergente: Un músculo convergente tiene un origen amplio, y


sus fascículos convergen hacia un único tendón de inserción. El
término técnico para referirse a este tipo de músculo en forma de
abanico es ‘triangular’. Un ejemplo es el músculo pectoral mayor de
la pared anterior del tórax.

Paralelo: los fascículos se ubican en una disposición paralela, a lo


largo del eje longitudinal del músculo. Existen tres tipos de
músculos paralelos:

Músculos alargados, tienen forma de un cinturón fino o una cinta,


como por ejemplo el músculo sartorio.

Músculos fusiformes, tienen forma de huso (un instrumento con


forma ovoide y extremos afilados, usado para hilar) con una
porción central más ancha, y sus extremos más finos, como el
músculo bíceps braquial.

Músculos planos, tienen forma de abanico, es decir sus fibras


emergen de manera divergente desde una base estrecha,
terminando con un extremo mucho más ancho que el otro.
Ejemplo: el músculo pectoral mayor.

Peniforme: En un patrón peniforme (que significa con forma de


pluma), los fascículos son cortos y se insertan oblicuamente a un
tendón central que corre a lo largo del músculo. Estos tienen tres
formas:

Unipeniforme, el fascículo se inserta en solo un lado del tendón,


como el músculo extensor largo de los dedos del pie.

Bipeniforme, los fascículos se insertan dentro del tendón en lados


opuestos. El tendón es central, dándole al músculo aspecto de
pluma, como el músculo recto femoral en el muslo.

Multipeniforme, que tiene semejanza con muchas plumas una al


lado de la otra, con todas sus puntas insertadas en un gran tendón.
Como ejemplo, el músculo deltoides, que forma la redondez del
hombro.

Músculo cardíaco (miocardio)


El músculo cardíaco consta de células con un núcleo cada una
(mononucleadas), mucho más gruesas, y cortas, que se ramifican.
Parte de las membranas externas de estas células realizan entre sí
interdigitaciones (ramificaciones) muy elaboradas, que se observan
al examinarlas al microscopio.

Por ser más gruesas, y presentar interdigitaciones, aumentan su


área de superficie lo que es útil para la conducción de impulso
nervioso. Las células musculares están organizadas en espirales
haciendo que cada cámara del corazón se vacíe por contracción de
la masa, y no por peristalsis. A diferencia del músculo liso, las fibras
del músculo cardíaco son estriadas (poseen un patrón con líneas
transversales) y están unidas entre sí, de extremo a extremo por
uniones formadas por estructuras llamadas discos intercalares.

El músculo cardíaco forma la pared muscular del corazón


(miocardio), y también está presente en las paredes de la aorta,
vena pulmonar y vena cava superior (VCS).

Su inervación, como la del músculo liso, se da por el sistema


nervioso autónomo (SNA). El ritmo cardíaco es regulado
intrínsecamente por un marcapasos (nodo sinoatrial) compuesto
por fibras musculares cardíacas especiales que también son
influenciadas e inervadas por el SNA.

Músculo liso
La célula (fibra) del músculo liso tiene un solo núcleo como la
mayoría de las células corporales. El músculo liso está formado por
células finas en forma de huso (fusiforme) que generalmente se
encuentran paralelas entre sí. En la pared de órganos cavitados
donde ocurre peristalsis (movimiento contráctil ondulatorio
destinado a movilizar contenido), estas fibras se encuentran
organizadas en forma circular y longitudinal, como en el tubo
digestivo y el uréter. Los impulsos contráctiles son transmitidos de
una célula muscular a otra, en sitios especializados llamados
uniones comunicantes (gap junctions), en las cuales las membranas
celulares adyacentes se encuentran inusualmente juntas.

Los músculos lisos se encuentran en la capa intermedia (túnica


media) de la pared de la mayoría de los vasos sanguíneos, y la parte
muscular de la pared del tracto digestivo. También se encuentran
en el ojo, donde controlan el grosor del lente (cristalino) y el
tamaño de la pupila.

Su inervación está dada por el SNA; por lo tanto, es un músculo


involuntario. Pero debido a la presencia de las uniones
comunicantes entre las células musculares lisas, muchas de estas
no reciben fibras nerviosas.

Tejido óseo

En el tejido óseo, la sustancia intercelular se ha modificado por la


adición de sales minerales a la matriz orgánica; por lo tanto, ésta es
sólida, dura y poco flexible, las células están encerradas en lagunas,
pero se comunican entre sí a través de canalículos; además este
tejido está ricamente irrigado, tiene una cubierta de tejido
fibrocolagenoso denso llamado periostio en las superficies externas
y una capa de tejido fibrocolagenoso laxo llamada endostio en las
superficies internas. El tejido óseo se encuentra en el organismo en
dos variedades estructurales, sin embargo, los componentes son
esencialmente los mismos.

UNIDAD FUNDAMENTAL

Sistemas de Havers u osteonas

– Es la unidad anatómica y funcional del tejido óseo.

– Es característico del hueso cortical. El hueso esponjoso no


contiene verdaderas osteonas sino más bien laminillas dispuestas
de forma irregular en las trabéculas.

– Ambos tipos de hueso presentan una transición entre ellos donde


se mezclan ambas microestructuras.

– Los sistemas de Havers forman por laminillas concéntricas de


matriz ósea alrededor de un canal, el conducto de Havers, que
contiene los vasos sanguíneos y nervios que irrigan e inervan estos
sistemas.

– Las lagunas son espacios en el hueso ocupados por osteocitos y


estos espacios están conectados entre ellos a través de unos
pequeños conductos llamados canalículos.

– Otros conductos más grandes denominados de Volkmann o


perforantes son canales por los que discurren vasos y nervios desde
las superficies perióstica y endóstica hasta los conductos de Havers,
permitiendo interconectarlos entre sí. Por lo general discurren en
un ángulo recto con el eje longitudinal de las osteonas.
– La forma en que se orientan los sistemas de Havers en cada zona
del hueso compacto guarda estricta relación con los requerimientos
mecánicos.

Estructura y clasificación

El hueso es una forma especializada de tejido conectivo que consta


de células y matriz extracelular. La matriz está mineralizada con
fosfato de calcio (cristales de hidroxiapatita), que le da una textura
dura y que sirve como reservorio.

Compacto: hueso denso que forma la capa exterior de un hueso.

Esponjoso: hueso reticulado que contiene una malla de trabéculas


delgadas o espículas de tejido óseo y se localiza en la epífisis y
metáfisis de los huesos largos.

Un hueso largo típico tiene los siguientes elementos estructurales:

Diáfisis: el cuerpo del hueso

Epífisis: los dos extremos expandidos del hueso que están cubiertos
por cartílago articular

Metáfisis: se encuentra entre la diáfisis y epífisis y es una zona


crónica adyacente al área donde se producirá el crecimiento activo
del hueso.
Cavidad medular: la porción central del cuerpo de muchos huesos;
contiene células que producen células sanguíneas

Periostio: una vaina o cápsula delgada de tejido conectivo fibroso


que rodea el cuerpo de un hueso, aunque no se encuentra sobre las
superficies articulares, que están cubiertas por cartílago articular.

La formación de hueso se produce en gran medida por el depósito


de matriz (osteoide) que posteriormente se calcifica y por la
resorción de hueso. Es, por tanto, un proceso dinámico como en
cualquier otro tejido vivo del cuerpo. Tres tipos principales de
células participan en este proceso:

Osteoblastos: células que forman hueso nuevo depositando


osteoide.

Osteocitos: células óseas maduras (antes eran osteoblastos) que


han sido rodeados por la matriz ósea y son responsables del
mantenimiento de la matriz ósea

Osteoclastos: células grandes que disuelven enzimáticamente la


matriz ósea; se encuentran normalmente en las zonas de
remodelación ósea activa.

Una osteona (sistema haversiano) es la unidad cilíndrica de hueso y


consta de un conducto central (conducto de Havers), que contiene
el paquete vasculonervioso que abastece a la osteona.
Este conducto está rodeado por laminillas concéntricas de matriz
ósea y pequeños conductillos orientados radialmente que
contienen las prolongaciones de los osteocitos, que son las células
óseas. El hueso compacto está organizado en estos sistemas de
Havers, pero el hueso esponjoso es trabecular y su disposición no
es tan concéntrica o uniformemente organizada.

Tipos de tejido óseo

Hueso esponjoso está constituido por tiras de hueso delgado que


se unen entre sí, conocidas como trabéculas, las cuales encierran a
la médula ósea y a vasos sanguíneos. Esta, conforma la porción
interna del hueso, relativamente más blanda y llena de médula
ósea

Las trabéculas son menos densas, contribuyendo a que los huesos


sean más ligeros (a diferencia del tejido óseo compacto, mucho
más pesado). La comunicación entre cavidades adyacentes se
realiza a través de canalículos. A pesar de que la red trabecular
hace que los huesos sean más ligeros y aumenta el espacio
disponible para alojar a la médula ósea, la disposición de esta red
trabecular también proporciona refuerzo al hueso, haciéndolo más
fuerte y resistente.
Tejido óseo compacto o hueso compacto es diferente al hueso
trabecular en varios aspectos. Las unidades funcionales del hueso
compacto son los sistemas de Havers u osteonas, que contienen un
canal central (o canal de Havers), que como su nombre lo indica
está ubicado en el centro y es encapsulado por laminillas
concéntricas. Se pueden observar osteocitos en las lagunas entre
las osteonas. Las osteonas, a diferencia de las trabéculas, están
densamente agrupadas, haciendo del hueso compacto una
estructura mucho más dura y pesada en comparación al hueso
trabecular. Los canales centrales de las osteonas facilitan el paso de
vasos sanguíneos que irrigan el hueso en desarrollo.

Tejido óseo primario

Además de la clasificación en hueso esponjoso y hueso compacto,


el tejido óseo puede ser clasificado en tejido óseo primario,
también conocido como tejido óseo inmaduro o no lamelar, y en
tejido óseo secundario, también conocido como tejido óseo
maduro o lamelar.

Durante el proceso de osificación o recuperación ósea, el primer


tipo de tejido a surgir es siempre el tipo primario. Se trata de un
tejido con mayor cantidad de fibras colágenas desorganizadas y
menor cantidad de minerales. Además, posee una mayor
proporción de osteocitos en relación a los demás tipos celulares, al
compararse con el tejido óseo secundario.
Tejido óseo secundario

El tejido óseo secundario es el más frecuentemente observado en


los adultos. La principal diferencia en relación al tejido óseo
primario es la organización de las fibras colágenas en lamelas
paralelas entre sí, dispuestas en torno de canales que contienen
vasos sanguíneos. De ahí su nombre: tejido óseo lamelar. Ese
sistema de lamelas concéntricas rodeando canales vasculares es
conocido como sistema de Havers. El cual puede ser llamado
osteona.

Se clasifican según su forma:

Huesos largos, con una longitud mayor que la anchura, compuestos


de gran cantidad de tejido óseo compacto y pequeña cantidad de
hueso esponjoso en las epífisis.

Huesos cortos, con longitudes y anchos prácticamente iguales y


compuestos por hueso esponjoso y una fina capa de tejido óseo
compacto,

Huesos planos o laminares, compuestos por dos láminas paralelas


de tejido óseo compacto con hueso esponjoso entre ellas.

Los huesos intermedios se dividen en cinco grupos.

Los huesos alargados, como los de la costilla, son largos y


aplanados, no presentando canal central.
Los huesos irregulares, como las vértebras, presentan formas
complejas y cantidades variables de tejido esponjoso y compacto.

Los huesos neumáticos son huecos y están llenos de aire.


Localizados dentro de los tendones, los huesos sesamoideos varían
de tamaño y número entre los individuos.

Los huesos suturales, que se encuentran dentro de suturas entre


los huesos del cráneo.

En nuestro cuerpo existen 206 huesos perfectamente unidos a


través de las articulaciones que forman el esqueleto.

En el cuerpo humano, el esqueleto femenino es diferente al


esqueleto masculino. En los hombres, los hombros son más anchos
y el tórax es mayor, la pelvis es más estrecha y la longitud de las
piernas representa el 56% de la altura, mientras que en las mujeres
representa el 50%. Además, mientras el esqueleto adulto está
formado generalmente por 206 huesos, un recién nacido puede
poseer 300, que se fusionarán hasta los 22 años.
Fuetes consultadas

https://www.kenhub.com/es/library/anatomia-es/musculos-y-
tejido-muscular

https://accessmedicina.mhmedical.com/content.aspx?
bookid=1503&sectionid=99838780

https://www.mirandafisioterapia.com/post/estructuras-y-
clasificacion-del-hueso

https://www.kenhub.com/es/library/anatomia-es/tejido-oseo

https://www.caracteristicass.de/huesos/

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