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Catalina Urbaneja Ortiz

Presentación Cilniana 24/25, 2011-2013: 5-14 ISSN 1575-6416

Sierra Blanca.
El siglo XIX está ampliamente represen- o Guadaiza–, en lamentable estado de conser-
tado en este número de Cilniana con artículos vación pese a la importancia que tienen para
que guardan relación con la visión de viajeros comprender el pasado de una ciudad turística
como la de Simón de Rojas por Sierra Berme- que tuvo sus momentos de esplendor en otros
ja en los albores de la centuria, abordado por
Javier Martos, uno de los defensores de este
conjunto montañoso; los informes consulares
campos.
El Patrimonio realza por sí mismo a una
ciudad, le da un prestigio basado en la cultura
Catálogo de cavidades
británicos sobre Marbella, de Pepe Bernal, sor- y el respeto a las huellas de una determinada Javier Soto Portella
prenderán al lector que no conozca en profun- época. En el caso que nos ocupa, la industria Calixto Rodríguez Romero
didad el periodo industrial y la consiguiente azucarera estaba vinculada al cultivo de la
presencia de ciudadanos europeos en una épo- caña y a su transformación en los trapiches,
ca en la que el turismo estaba por inventar. centros que proporcionaron trabajo a muchos RESUMEN
Finalmente, los avatares experimentados por ciudadanos y que hoy estamos obcecados en En este artículo hemos querido hacer una síntesis de los estudios geológicos que se han desarrollado desde el siglo
Vigil de Quiñones, durante el asedio de Baler menospreciar y no reconocer que, con su re- XIX hasta la actualidad, los hábitats humanos que ha tenido y el aprovechamiento de sus recursos, y, finalmente,
en Filipinas en los años finales del XIX, traerá habilitación, se congraciaría Marbella con la dar a conocer las cavidades de Sierra Blanca.
a colación uno de los momentos más trágicos arqueología industrial, escasamente valo-
de nuestra historia, como fue el desmantela- rada. PALABRAS CLAVE
miento del imperio y la independencia de las Por otro lado, La Marina fue el centro Sierra Blanca, Geología, Homo Heildebergensis, Cavidades.
tierras de Ultramar, todo ello de la mano de neurálgico de las actividades vinculadas al mar,
ABSTRACT
Juan Antonio Martín Ruiz. desempeñadas al menos desde el periodo na-
Y cierra esta publicación unas notas zarí. Atarazanas, toldo de la sal, almacenes… In this study we wanted to make a synthesis of the geological studies that have been developed since the nineteenth
sobre José María Cano, “un poeta olvidado”, formaban un entramado económico difícil de century to the present, the human habitats which has had and the utilization of their resources, and finally, to publicize
según Óscar Carrascosa. Un poco de literatura cuantificar dada la escasez de fuentes docu- the cavities of Sierra Blanca.
para compensar la densidad de los artículos mentales. No obstante, los padrones de veci-
KEY WORDS
que le preceden. El cierre está centrado en las nos presentan a un importante número de per-
imágenes de las VI Jornadas de Patrimonio que sonas cuyas ocupaciones estaban relacionadas Sierra Blanca, Geology, Homo Heildebergensis, Cavities.
Cilniana organizó durante la primavera pasada con el mar y la explotación de sus recursos. La
y que han sido cedidas para su difusión por ambición especulativa de gobiernos anteriores
Miguel Rodríguez. acabó con unas edificaciones que habían resis-
La publicación de la revista es una tido al paso del tiempo y, aunque se derribó
de las tareas que Cilniana asumió desde su la mayor parte del conjunto, por fortuna aún
fundación, pero hay otras que pasan des- quedan vestigios. Pocos, pero valiosos y no
apercibidas porque, a veces ocurre, que no pueden desaparecer porque con su demolición
siempre las actuaciones emprendidas van se mutilaría la historia local.
acompañadas del boato y la brillantez que Tras numerosas gestiones ante los or-
el acontecimiento requiere, sin embargo, es ganismos correspondientes –municipal, pro-
preciso reconocer que, tras un logro se es- vincial y autonómico– Cilniana ha promovido
conde una labor callada, continuada y mo- y conseguido que el trapiche del Prado y las
nótona, de reiteradas gestiones burocráticas casas de la Marina, una de ellas, las antiguas
imprescindibles para conseguir finalmente la atarazanas, sean inscritos en el Catálogo del
meta deseada. Patrimonio Histórico de Andalucía. Esta pro-
Me refiero a la defensa del Patrimonio tección es básica para evitar que, en adelante,
en la que Cilniana poco podría conseguir sin ningún gobierno local piense en una posible
todas las personas que la integran. Creemos demolición ni sean incluidos en otros proyec-
que con esto respondemos a quienes se pre- tos que no sean el de rehabilitación y conser-
guntan si, en unos momentos tan convulsos vación.
como los actuales, nuestra asociación tiene Han sido dos logros que no fueron
algo que aportar a la sociedad y en general acompañados de un aparato propagandístico
a la Cultura. Para formular la respuesta debe- acorde con su importancia. No se requirieron
mos apoyarnos en unos hechos muy concre- concentraciones ni ningunas otras actuaciones
tos: Cilniana es necesaria siempre y cuando los públicas porque bastó con exponer los antece-
vestigios del pasado se encuentren en peligro dentes históricos que avalaban la férrea volun-
porque no se valoran en su justa medida. Es tad de evitar el desastre. Figura 1. Hoja 1065 del Mapa Geológico Nacional de España. IGME
una “lucha” de conceptos y apreciaciones en Con la inclusión en el Catálogo del Patri-
la que el objetivo siempre se muestra débil, monio Histórico de Andalucía de estas edifica- 1. Introducción junto a la sierra de Mijas, la Unidad de Blanca;
especialmente porque viene arrastrando las ciones, los socios de Cilniana debemos felici- ambas sierras están separadas por el Puerto de

S
secuelas de la indefensión y el olvido. Un me- tarnos porque hemos conseguido que Marbe- ierra Blanca (Figura 1) está situada al oeste los Pescadores. Administrativamente pertenece
nosprecio tangible que les ha ocasionado una lla mantenga visible, y esperemos que pronto de la provincia de Málaga; pertenece geo- a cinco municipios: Marbella, Istán, Ojén, Monda
evidente infravaloración. Así ocurría con las rehabilitados, testimonios de su pasado indus- lógicamente al complejo Alpujárride de y Coín. A pesar de ello, nuestro trabajo se limita
casas de la Marina, o los trapiches –del Prado trial. Congratulémonos por ello. n las zonas internas de la cordillera Bética y forma, a los cuatro primeros términos municipales; ello

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Javier Soto Portella y Calixto Rodríguez Romero Sierra Blanca. Catálogo de cavidades Javier Soto Portella y Calixto Rodríguez Romero Sierra Blanca. Catálogo de cavidades

se debe a que nuestros estudios hasta el momen- ce, en su art. 2, los distritos de minas que deben novedad recoger una bibliografía de los trabajos pensado –en una de las etapas más crítica de la
to se han venido realizando sólo por las zonas existir en España. Estos distritos serán Almadén anteriores6. En 1870, se publicó un estudio de geología moderna española: los treinta años que
que comprenden estos municipios, sin haber en la provincia de la Mancha; Riotinto, en la de carácter metodológico por Luis de Rute7. Pero un van desde el comienzo de la Guerra Civil hasta
atravesado más allá de la sierra de la Alpujata. Sevilla; Berja, en la de Granada; Linares, en la de suceso que conmocionó a Andalucía será el pun- 1966– por la publicación en1949 de la obra ti-
En este trabajo hemos querido no sólo dar Jaén; Falset, en Cataluña; y Marbella, en Málaga; to de partida para el más importante estudio que
a conocer las cavidades de la zona, sino hacer un teniendo cada uno de ellos asignado un inspec- se realice de carácter regional sobre la geología
poco de historia del interés que suscitó por su tor de minas que deberá residir en él2. A partir de de la zona en este siglo: el 25 de diciembre de
naturaleza geológica nuestra este momento, los inspecto- 1884 se produce un terremoto con epicentro en
sierra y su contorno desde el La presencia más antigua res irán realizando informes Arenas del Rey en la provincia de Granada, con
siglo XIX y los estudios reali- que se publican en los Ana- una duración de 20 segundos y una intensidad
zados sobre ella, además de constatada en la zona les de Minas hasta 1846 y en de 6,7º a 7º en la escala Ritcher, calificado como
hacer un sencillo análisis de se sitúa (…) en una la Revista Minera a partir de muy destructor, y que cubrirá un área de 120x70
la ocupación que desde sus 1850. Este interés científico km2 en las provincias de Granada y Málaga, oca-
albores floreció en nuestra
finca denominada Coto se ve plasmado por primera sionando de 750 a 900 muertos y el doble de
comarca, los usos que le die- Correa(…). Descubierto vez en un artículo del inge- heridos. Se hubieron de reedificar más de 1.000
ron los hombres y los frutos el yacimiento en 1953 niero de minas Amalio Maes- viviendas y se repararon 14.000; el coste fue de
que recogieron. tre, el 24 de agosto de 1846, 10 millones de pesetas de la época, sufragadas
Finalmente, presenta- por Jorge Rein Segura, en el que realiza un breve y mayormente por donaciones de todo el mundo.
mos el producto del trabajo consta de cuatro piezas del somero estudio de la geog- El interés científico suscitado por el desastre hizo Figura 2. Mapa Geológico de la región de Andalucía afectada
de búsqueda y clasificación nosia –parte de la geología que la Academia de Ciencias de París nombrara por el terremoto de 1884. Boletín de la Comisión del Mapa
de sus cavidades para la reali-
Paleolítico Inferior que estudia la composición, una comisión destinada al estudio del terremoto Geológico de España. Tomo XVII. Lamina A
zación del catálogo de Sierra la estructura y la disposición y la constitución geológica de suelo conmovido
Blanca, describiendo someramente sus caracte- de los distintos elementos constituyentes de la por las sacudidas, cuyos resultados se publicaron tulada Estudio geológico de las cadenas costeras al
rísticas exógenas y su situación espacial. Tierra– de Sierra Blanca3. en el tomo XXX de la memorias de dicha Acade- oeste de Málaga, entre el río Guadalhorce y el río Ver-
La segunda mitad del siglo XIX asiste a la mia y que en España se editarían en el Boletín de de, de Moritz M. Blumenthal, geólogo suizo que
2. Geología de Sierra Blanca, sus estudios creación de la primera cátedra de Geología y Pa- la Comisión del Mapa Geológico de España de 1890. llegó a España para el Congreso de 1926 y que
leontología en la Universidad Central, en 1852. Para la zona de la serranía de Ronda fueron comi- permanece estudiando la geología de nuestro
Estudios del siglo XIX Tres años antes se estableció la “Comisión para sionados Michel Levy y Bergeron. La estructura y país hasta 1936. Hay que hacer hincapié en que
la Carta Geológica de Madrid y General del Rei- la metodología del estudio, que realizan ambos la obra, aunque publicada en 1949, corresponde
Los conocimientos geológicos sobre Sie- no”, posteriormente denominada “Comisión del geólogos, tiene ya un carácter científico moder- a un manuscrito de 1936. Es de resaltar la impor-
rra Blanca están unidos al desarrollo de esta Mapa Geológico de España”. Y conforme avan- no que sirve de base para los estudios posterio-
ciencia en nuestro país. Durante la primera mi- za el siglo, nuevas instituciones de investiga- res8. En la figura 2 podemos observar el mapa
tad del siglo XIX el rasgo distintivo son los estu- ción van apareciendo para el desarrollo de los geológico basado en estos estudios.
dios de los recursos mineros, de manera que el estudios geológicos: Real Sociedad Española de
interés y las primeras visiones de carácter cientí- Historia Natural, Institución Libre de Enseñanza, Estudios del siglo XX
fico que se tienen de Sierra Blanca parten de los Museo Seminario de Barcelona, etcétera. Por lo
ingenieros de minas. La importancia minera de que se refiere a la zona que estamos tratando, y En los primeros años del siglo XX, la Co-
Marbella estriba en unas minas de grafito situa- encuadrada dentro de los estudios sobre la pro- misión del Mapa Geológico de España pasa a ser
das en los montes de propios de su jurisdicción, vincia de Málaga, este período empieza a distan- Instituto Geológico de España; posteriormente,
actualmente en el término municipal de Benaha- ciarse de los parámetros de estudios anteriores en 1927, adquiere su denominación actual de
vis, conocidas desde mediados del siglo XVIII, y y los trabajos van adquiriendo un carácter más Instituto Geológico Minero de España. Un año
que llegaron a interesar al Gobierno, que envió al doctrinal conforme avanza el siglo. Así, el primer antes se había celebrado en España el XIV Con-
ingeniero alemán Enrique Schnelbenbuhel para estudio de referencia en esta época, de Antonio greso Geológico Internacional. En 1917 se publi-
que informase en 18041. Posteriormente, en las Álvarez de Linera, sobre Sierra Blanca, todavía ca la obra de Domingo de Orueta, Estudio geológi-
primeras décadas del siglo XIX, fueron encontra- conserva la alusión a la minería en el título4, y co y petrográfico de la Serranía de Ronda, que en el
das minas de hierro en la zona de Sierra Blanca, aboga por un mejor conocimiento científico es- plano regional está a la altura de los más moder-
comenzando su explotación y aumentando el in- tructural5. En 1860, aparece la memoria de T. nos estudios de la época y en la que aparece una
terés de la comarca, que constatamos en el Real Ansted publicada en Quarterty Journal of the geo- descripción más detallada de Sierra Blanca en su
Decreto de 4 de julio de 1825 y su consecuente logical Society, que podemos considerar el primer conjunto9. Desde estas fechas hasta 1936, aun-
instrucción provisional aprobada el 18 de diciem- trabajo general publicado en el extranjero sobre que los trabajos de las ciencias geológicas van
bre para el gobierno de la minería, que estable- la zona de Málaga y que tiene como principal avanzando en España, existe un vacío en los es- FIGURA 3. Estudio de los cortes estratigráficos de Sierra Blanca
tudios regionales de nuestra zona, que será com- por Blumenthal. Boletín Geológico Minero. Tomo 62. Lamina I
1
ÁLVAREZ DE LINERA, Antonio.: “Memoria histórica, científica y estadística sobre las minas de grafito del partido de Marbella
pertenecientes al Estado”, Revista minera, Tomo VIII, Imprenta de la Viuda de D. Antonio Yenes, Madrid, 1857, pág. 649. 6
ANSTED, T.: “Sobre la geología de Málaga y parte meridional de Andalucía”, Revista minera, Tomo XI, Imprenta de la Viuda de
2
Real Decreto de 4 de julio de 1825 y su consecuente instrucción provisional aprobada por S. M. el 18 de diciembre de 1825 D. Antonio Yenes, Madrid, 1860, pág., 313.
para el gobierno de la minería, Anales de Minas, Tomo I, Imprenta del Colegio de Sordomudos, Madrid, 1838, pág. 167. 7
RUTE, Luis de: “Datos para el estudio geológico de la provincia de Málaga”, Revista minera, Tomo XXI, Imprenta de J. M.
3
MAESTRE, Amalio: “Geognóstica y minera sobre el litoral mediterráneo desde el cabo de Palos hasta el estrecho de Gibraltar”, Lapuente, Madrid, 1870, pág. 417.
Anales de minas, Tomo IV, Imprenta de D. A. Espinosa y compañía, Madrid, 1846, págs. 145-176. 8
LEVY, Michel y Bergeron.: “Estudio geológico de la serranía de Ronda”, Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, Tomo
4
ÁLVAREZ DE LINERA, Antonio: “Reseña geognóstica y minera de la provincia de Málaga”, Revista minera, Tomo II, Imprenta de 17, Imprenta y fundición de Manuel Tello, Madrid, 1891, pág. 325.
la Viuda de D. Antonio Yenes, Madrid, 1851, pág., 161. 9
ORUETA Y DUARTE, Domingo de: Estudio geológico y petrográfico de la Serranía de Ronda, Madrid, Imprenta de Julián Palacios,
5
Ibidem: pág., 171. 1917, pág. 94.

6 Cilniana 24/25, 2011-2013: 5-14 Cilniana 24/25, 2011-2013: 5-14 7


Javier Soto Portella y Calixto Rodríguez Romero Sierra Blanca. Catálogo de cavidades Javier Soto Portella y Calixto Rodríguez Romero Sierra Blanca. Catálogo de cavidades

se debe a que nuestros estudios hasta el momen- ce, en su art. 2, los distritos de minas que deben novedad recoger una bibliografía de los trabajos pensado –en una de las etapas más crítica de la
to se han venido realizando sólo por las zonas existir en España. Estos distritos serán Almadén anteriores6. En 1870, se publicó un estudio de geología moderna española: los treinta años que
que comprenden estos municipios, sin haber en la provincia de la Mancha; Riotinto, en la de carácter metodológico por Luis de Rute7. Pero un van desde el comienzo de la Guerra Civil hasta
atravesado más allá de la sierra de la Alpujata. Sevilla; Berja, en la de Granada; Linares, en la de suceso que conmocionó a Andalucía será el pun- 1966– por la publicación en1949 de la obra ti-
En este trabajo hemos querido no sólo dar Jaén; Falset, en Cataluña; y Marbella, en Málaga; to de partida para el más importante estudio que
a conocer las cavidades de la zona, sino hacer un teniendo cada uno de ellos asignado un inspec- se realice de carácter regional sobre la geología
poco de historia del interés que suscitó por su tor de minas que deberá residir en él2. A partir de de la zona en este siglo: el 25 de diciembre de
naturaleza geológica nuestra este momento, los inspecto- 1884 se produce un terremoto con epicentro en
sierra y su contorno desde el La presencia más antigua res irán realizando informes Arenas del Rey en la provincia de Granada, con
siglo XIX y los estudios reali- que se publican en los Ana- una duración de 20 segundos y una intensidad
zados sobre ella, además de constatada en la zona les de Minas hasta 1846 y en de 6,7º a 7º en la escala Ritcher, calificado como
hacer un sencillo análisis de se sitúa (…) en una la Revista Minera a partir de muy destructor, y que cubrirá un área de 120x70
la ocupación que desde sus 1850. Este interés científico km2 en las provincias de Granada y Málaga, oca-
albores floreció en nuestra
finca denominada Coto se ve plasmado por primera sionando de 750 a 900 muertos y el doble de
comarca, los usos que le die- Correa(…). Descubierto vez en un artículo del inge- heridos. Se hubieron de reedificar más de 1.000
ron los hombres y los frutos el yacimiento en 1953 niero de minas Amalio Maes- viviendas y se repararon 14.000; el coste fue de
que recogieron. tre, el 24 de agosto de 1846, 10 millones de pesetas de la época, sufragadas
Finalmente, presenta- por Jorge Rein Segura, en el que realiza un breve y mayormente por donaciones de todo el mundo.
mos el producto del trabajo consta de cuatro piezas del somero estudio de la geog- El interés científico suscitado por el desastre hizo Figura 2. Mapa Geológico de la región de Andalucía afectada
de búsqueda y clasificación nosia –parte de la geología que la Academia de Ciencias de París nombrara por el terremoto de 1884. Boletín de la Comisión del Mapa
de sus cavidades para la reali-
Paleolítico Inferior que estudia la composición, una comisión destinada al estudio del terremoto Geológico de España. Tomo XVII. Lamina A
zación del catálogo de Sierra la estructura y la disposición y la constitución geológica de suelo conmovido
Blanca, describiendo someramente sus caracte- de los distintos elementos constituyentes de la por las sacudidas, cuyos resultados se publicaron tulada Estudio geológico de las cadenas costeras al
rísticas exógenas y su situación espacial. Tierra– de Sierra Blanca3. en el tomo XXX de la memorias de dicha Acade- oeste de Málaga, entre el río Guadalhorce y el río Ver-
La segunda mitad del siglo XIX asiste a la mia y que en España se editarían en el Boletín de de, de Moritz M. Blumenthal, geólogo suizo que
2. Geología de Sierra Blanca, sus estudios creación de la primera cátedra de Geología y Pa- la Comisión del Mapa Geológico de España de 1890. llegó a España para el Congreso de 1926 y que
leontología en la Universidad Central, en 1852. Para la zona de la serranía de Ronda fueron comi- permanece estudiando la geología de nuestro
Estudios del siglo XIX Tres años antes se estableció la “Comisión para sionados Michel Levy y Bergeron. La estructura y país hasta 1936. Hay que hacer hincapié en que
la Carta Geológica de Madrid y General del Rei- la metodología del estudio, que realizan ambos la obra, aunque publicada en 1949, corresponde
Los conocimientos geológicos sobre Sie- no”, posteriormente denominada “Comisión del geólogos, tiene ya un carácter científico moder- a un manuscrito de 1936. Es de resaltar la impor-
rra Blanca están unidos al desarrollo de esta Mapa Geológico de España”. Y conforme avan- no que sirve de base para los estudios posterio-
ciencia en nuestro país. Durante la primera mi- za el siglo, nuevas instituciones de investiga- res8. En la figura 2 podemos observar el mapa
tad del siglo XIX el rasgo distintivo son los estu- ción van apareciendo para el desarrollo de los geológico basado en estos estudios.
dios de los recursos mineros, de manera que el estudios geológicos: Real Sociedad Española de
interés y las primeras visiones de carácter cientí- Historia Natural, Institución Libre de Enseñanza, Estudios del siglo XX
fico que se tienen de Sierra Blanca parten de los Museo Seminario de Barcelona, etcétera. Por lo
ingenieros de minas. La importancia minera de que se refiere a la zona que estamos tratando, y En los primeros años del siglo XX, la Co-
Marbella estriba en unas minas de grafito situa- encuadrada dentro de los estudios sobre la pro- misión del Mapa Geológico de España pasa a ser
das en los montes de propios de su jurisdicción, vincia de Málaga, este período empieza a distan- Instituto Geológico de España; posteriormente,
actualmente en el término municipal de Benaha- ciarse de los parámetros de estudios anteriores en 1927, adquiere su denominación actual de
vis, conocidas desde mediados del siglo XVIII, y y los trabajos van adquiriendo un carácter más Instituto Geológico Minero de España. Un año
que llegaron a interesar al Gobierno, que envió al doctrinal conforme avanza el siglo. Así, el primer antes se había celebrado en España el XIV Con-
ingeniero alemán Enrique Schnelbenbuhel para estudio de referencia en esta época, de Antonio greso Geológico Internacional. En 1917 se publi-
que informase en 18041. Posteriormente, en las Álvarez de Linera, sobre Sierra Blanca, todavía ca la obra de Domingo de Orueta, Estudio geológi-
primeras décadas del siglo XIX, fueron encontra- conserva la alusión a la minería en el título4, y co y petrográfico de la Serranía de Ronda, que en el
das minas de hierro en la zona de Sierra Blanca, aboga por un mejor conocimiento científico es- plano regional está a la altura de los más moder-
comenzando su explotación y aumentando el in- tructural5. En 1860, aparece la memoria de T. nos estudios de la época y en la que aparece una
terés de la comarca, que constatamos en el Real Ansted publicada en Quarterty Journal of the geo- descripción más detallada de Sierra Blanca en su
Decreto de 4 de julio de 1825 y su consecuente logical Society, que podemos considerar el primer conjunto9. Desde estas fechas hasta 1936, aun-
instrucción provisional aprobada el 18 de diciem- trabajo general publicado en el extranjero sobre que los trabajos de las ciencias geológicas van
bre para el gobierno de la minería, que estable- la zona de Málaga y que tiene como principal avanzando en España, existe un vacío en los es- FIGURA 3. Estudio de los cortes estratigráficos de Sierra Blanca
tudios regionales de nuestra zona, que será com- por Blumenthal. Boletín Geológico Minero. Tomo 62. Lamina I
1
ÁLVAREZ DE LINERA, Antonio.: “Memoria histórica, científica y estadística sobre las minas de grafito del partido de Marbella
pertenecientes al Estado”, Revista minera, Tomo VIII, Imprenta de la Viuda de D. Antonio Yenes, Madrid, 1857, pág. 649. 6
ANSTED, T.: “Sobre la geología de Málaga y parte meridional de Andalucía”, Revista minera, Tomo XI, Imprenta de la Viuda de
2
Real Decreto de 4 de julio de 1825 y su consecuente instrucción provisional aprobada por S. M. el 18 de diciembre de 1825 D. Antonio Yenes, Madrid, 1860, pág., 313.
para el gobierno de la minería, Anales de Minas, Tomo I, Imprenta del Colegio de Sordomudos, Madrid, 1838, pág. 167. 7
RUTE, Luis de: “Datos para el estudio geológico de la provincia de Málaga”, Revista minera, Tomo XXI, Imprenta de J. M.
3
MAESTRE, Amalio: “Geognóstica y minera sobre el litoral mediterráneo desde el cabo de Palos hasta el estrecho de Gibraltar”, Lapuente, Madrid, 1870, pág. 417.
Anales de minas, Tomo IV, Imprenta de D. A. Espinosa y compañía, Madrid, 1846, págs. 145-176. 8
LEVY, Michel y Bergeron.: “Estudio geológico de la serranía de Ronda”, Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, Tomo
4
ÁLVAREZ DE LINERA, Antonio: “Reseña geognóstica y minera de la provincia de Málaga”, Revista minera, Tomo II, Imprenta de 17, Imprenta y fundición de Manuel Tello, Madrid, 1891, pág. 325.
la Viuda de D. Antonio Yenes, Madrid, 1851, pág., 161. 9
ORUETA Y DUARTE, Domingo de: Estudio geológico y petrográfico de la Serranía de Ronda, Madrid, Imprenta de Julián Palacios,
5
Ibidem: pág., 171. 1917, pág. 94.

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Javier Soto Portella y Calixto Rodríguez Romero Sierra Blanca. Catálogo de cavidades Javier Soto Portella y Calixto Rodríguez Romero Sierra Blanca. Catálogo de cavidades

tancia de este texto que se dedica especialmente de este momento, se va desarrollando una la- el yacimiento en 1953 por Jorge Rein Segura, Es en esta cueva y en la de Palomina donde
a Sierra Blanca y que actualiza y mejora todos bor investigadora más concreta y especializada consta de cuatro piezas del Paleolítico Inferior encontramos constancia de la ocupación neolíti-
los estudios anteriores realizados10. Obsérvese que lleva a nuevos avances en el conocimiento (Modo 2)15. También en el lugar conocido como ca. En la cueva de Pecho Redondo fue encontra-
el minucioso trabajo de los cortes estratigráficos de Sierra Blanca. Podemos citar, entre muchos, Solana de Los Monteros, a escasos kilómetros de do un enterramiento típico de la época, datado
de la Figura 3. los realizados por el Grupo de Hidrología de la la ciudad, aparecen en sus terrazas (antiguas du- por su ajuar. En Palomina, sólo dos fragmentos
Universidad de Málaga; el de Rodríguez Vidal12, nas fósiles) ejemplos de extracciones poliédricas de jarras de tipo neolítico final nos dan cuenta
Estudios actuales sobre el modelado kárstico; y, finalmente, el de y multifaciales en cuarcita. Esta secuencia huma- de la ocupación. Como yacimiento al aire libre,
síntesis llevado a cabo por Bartolomé Andreo y na nos da testimonio de homínidos preneander- destaca, en la zona denominada Loma del Espar-
A partir de 1966, comienzan a desarrollar- otros13. Estos dos últimos trabajos, más la Guía thales en la costa de los alrededores de Sierra
se de nuevo los estudios geológicos, que se ve- Espeleológica de Marbella14 (Figura 4), serán los Blanca16; aunque, en 1997 se encontraron en la En 1998 se descubrió en
rán impulsados definitivamente por la creación que utilizaremos en la explicación del catalogo zona denominada Sierra Canucha unos restos
de los Departamentos universitarios de Geología de cavidades de Sierra Blanca. fósiles que correspondían a un molar, un meta- la desembocadura del río Real un
en las Facultades de Ciencias. Como consecuen- carpiano y un fragmento de cráneo (temporal), asentamiento fenicio fundado
cia de ello, habrá una mayor especialización en 3. Ocupación y usos humanos de la sierra que fue depositado en la Facultad de Medicina
los estudios de los diferentes sectores de la Geo- de la Universidad de Granada. Examinados por
en el siglo VII a.c., con lo que se
logía y unos estudios más completos a escala Hábitats Miguel Botella, director y profesor titular del confirma su presencia en la zona
regional que confluirán en la creación del plan Laboratorio de Antropología Física, los clasificó
MAGNA para la realización del Mapa Geológico Las laderas meridionales de Sierra Blan- como de la especie Homo Heidelbergensis. Este tal, un pequeño hábitat que cronológicamente
Nacional 1:50.000. Concretamente, para Sierra ca se sitúan muy cerca del mar, adquiriendo en hallazgo puede situar esta estación paleontoló- pertenece al período situado entre el IV y III mi-
Blanca, la hoja 1065 y su memoria explicativa, poco espacio una gran altitud. La estructura de gica como la más antigua de Andalucía, con el lenio a.C., situándonos en el tránsito del Neolíti-
trabajo conjunto realizado por IBERGESA bajo sus pliegues tiene dirección E-O, pero en el sec- primer heilderbergensis de su historia, además co al Calcolítico19. De este período también han
normas, dirección y supervisión de IGME11. Des- tor occidental la interfieren otros pliegues con de ser el asentamiento más al sur de Europa de sido encontrados útiles líticos en la misma zona
dirección N-S, con lo que presenta un relieve este homínido. Ello concuerda también con los de Coto Correa20.
muy agreste que condiciona el hábitat humano. restos líticos de Coto Correa.
Además, su sistema hidrológico se realiza por la Del Paleolítico medio hay muy pocos in-
infiltración del agua de lluvia en un terreno per- dicios hasta el momento, sólo son conocidas al-
meable que hace que los manantiales se sitúen en gunas piezas de tipo levallois encontradas en los
los bordes de la sierra y que los dos únicos ríos abrigos de Puerto Rico, ya dentro del contorno
con cierta importancia la bordeen por el oeste: el de Sierra Blanca, aunque por la situación (Gibral-
río Verde, que nace en la Sierra de las Nieves; y, tar por el oeste y las calas de Málaga por el este,
por el este, el río Real. Por último, al estar consti- con un gran potencial Neardenthal), no se puede
tuida la sierra por mármoles dolomíticos blancos descartar cualquier tipo de ocupación, aunque
y mármoles azules calizos en el sector occiden- fuera inconstante.
tal, que han sufrido una karstificación, la sierra A pesar que del Paleolítico superior no
está prácticamente desnuda de árboles y escasa existe constancia material de asentamiento, ni
de monte bajo. Estos datos explican fehaciente- siquiera con la precariedad del Paleolítico me-
mente que los hábitats humanos se hallan desa- dio, a mediados de los años setenta del pasado
rrollados en sus estribaciones y principalmente siglo fueron descubiertas por Muñoz Gambero
en la costa. Asimismo, dos grandes problemas una serie de pinturas (Figura 5) en la cueva de
han existido en la zona en que se incluye este Pecho Redondo17, situada en el cerro de la Torre-
trabajo para constatar el hábitat humano: el ex- cilla al sur de Puerto Rico, en la parte meridional
polio sistemático de los yacimientos y la presión de Sierra Blanca, a las cuales consideró como las
urbanística. pinturas parietales paleolíticas más occidentales
de la Península Ibérica18. Posteriormente, otros
Ocupación prehistórica autores han diferido de esta interpretación por
no ver en los trazos suficiente claridad para las
La presencia más antigua constatada en la figuras que menciona (antropomorfo, un toro y
zona se sitúa no exactamente en Sierra Blanca, animal robusto con colgaduras). Un estudio más
Figura 4. Portada de la Guía Espeleológica de sino al este de Marbella, en una finca denomi- exhaustivo quizás podría aclarar si existió ocu-
Marbella, 1985 nada Coto Correa, cercana al mar. Descubierto pación del Paleolítico superior o nos alejamos al
Neolítico. Figura 5. Pintura de Pecho Redondo. Foto: Ángel Rojano

10
BLUMENTHAL, Moritz M.: “Estudio geológico de las cadenas costeras al oeste de Málaga, entre el río Guadalhorce y el río 15
SOLANES GARCÍA, M. C. y GARCÍA LEÓN, M.: “Carta Arqueológica del Término Municipal de Marbella”, Cilniana nº 6,
Verde”, Boletín Geológico Minero, Tomo LXII, Tip. Lip. Cuullau, Madrid, 1949, págs. 7 a 191. Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Marbella, Marbella, 1983, pág. 11.
11
IGME: Mapa geológico a escala 1:50.000 y memoria explicativa de la hoja 1065, Servicio de publicaciones del Ministerio de 16
Uno de los yacimientos constatados últimamente e incluido en el Catálogo de Elementos Protegidos del PGOU de Marbella
Industria, Madrid, 1978. realizado por el empresa de arqueología LOGGIA.
12
RODRÍGUEZ VIDAL, J.: “El condicionamiento estructural del karst de Sierra Blanca (Marbella, Málaga)”. Reunión monográfica 17
SECCIÓN ESPELEOLÓGICA MARBELLÍ: op. cit., pág. 56.
sobre el karst en Larra, Diputación de Navarra, Pamplona, 1982, págs. 105-115. 18
MUÑOZ GAMBERO, J. M. y PÉREZ BERROCAL, J. A.: “Las pinturas rupestres de la cueva de Pecho Redondo”, Actas IV Congreso
13
ANDREO, Bartolomé et al.: “El Karst en los mármoles alpujárraides de las sierras Blanca y Mijas (Provincia de Málaga)” en Karst Nacional de Espeleología, Marbella, 1976, pág. 201.
en Andalucía, Durán, J. J. y Martínez, J. López (Eds.), Instituto Tecnológico Minero de España, Madrid, 1998, págs. 131-143. 19
FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, L. E. et al.: “Una nueva estación al aire libre entre el Neolítico Final y el Calcolítico antiguo. El Lomo
14
SECCIÓN ESPELEOLÓGICA MARBELLÍ: Guía Espeleológica de Marbella, Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Marbella, del Espartal. Marbella. (Málaga)”, Cilniana nº 14, Marbella, 2001, pág. 57.
Marbella, 1985. 20
SOLANES GARCÍA, M. C. y GARCÍA LEÓN, M.: op. cit., págs. 30-34.

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Javier Soto Portella y Calixto Rodríguez Romero Sierra Blanca. Catálogo de cavidades Javier Soto Portella y Calixto Rodríguez Romero Sierra Blanca. Catálogo de cavidades

tancia de este texto que se dedica especialmente de este momento, se va desarrollando una la- el yacimiento en 1953 por Jorge Rein Segura, Es en esta cueva y en la de Palomina donde
a Sierra Blanca y que actualiza y mejora todos bor investigadora más concreta y especializada consta de cuatro piezas del Paleolítico Inferior encontramos constancia de la ocupación neolíti-
los estudios anteriores realizados10. Obsérvese que lleva a nuevos avances en el conocimiento (Modo 2)15. También en el lugar conocido como ca. En la cueva de Pecho Redondo fue encontra-
el minucioso trabajo de los cortes estratigráficos de Sierra Blanca. Podemos citar, entre muchos, Solana de Los Monteros, a escasos kilómetros de do un enterramiento típico de la época, datado
de la Figura 3. los realizados por el Grupo de Hidrología de la la ciudad, aparecen en sus terrazas (antiguas du- por su ajuar. En Palomina, sólo dos fragmentos
Universidad de Málaga; el de Rodríguez Vidal12, nas fósiles) ejemplos de extracciones poliédricas de jarras de tipo neolítico final nos dan cuenta
Estudios actuales sobre el modelado kárstico; y, finalmente, el de y multifaciales en cuarcita. Esta secuencia huma- de la ocupación. Como yacimiento al aire libre,
síntesis llevado a cabo por Bartolomé Andreo y na nos da testimonio de homínidos preneander- destaca, en la zona denominada Loma del Espar-
A partir de 1966, comienzan a desarrollar- otros13. Estos dos últimos trabajos, más la Guía thales en la costa de los alrededores de Sierra
se de nuevo los estudios geológicos, que se ve- Espeleológica de Marbella14 (Figura 4), serán los Blanca16; aunque, en 1997 se encontraron en la En 1998 se descubrió en
rán impulsados definitivamente por la creación que utilizaremos en la explicación del catalogo zona denominada Sierra Canucha unos restos
de los Departamentos universitarios de Geología de cavidades de Sierra Blanca. fósiles que correspondían a un molar, un meta- la desembocadura del río Real un
en las Facultades de Ciencias. Como consecuen- carpiano y un fragmento de cráneo (temporal), asentamiento fenicio fundado
cia de ello, habrá una mayor especialización en 3. Ocupación y usos humanos de la sierra que fue depositado en la Facultad de Medicina
los estudios de los diferentes sectores de la Geo- de la Universidad de Granada. Examinados por
en el siglo VII a.c., con lo que se
logía y unos estudios más completos a escala Hábitats Miguel Botella, director y profesor titular del confirma su presencia en la zona
regional que confluirán en la creación del plan Laboratorio de Antropología Física, los clasificó
MAGNA para la realización del Mapa Geológico Las laderas meridionales de Sierra Blan- como de la especie Homo Heidelbergensis. Este tal, un pequeño hábitat que cronológicamente
Nacional 1:50.000. Concretamente, para Sierra ca se sitúan muy cerca del mar, adquiriendo en hallazgo puede situar esta estación paleontoló- pertenece al período situado entre el IV y III mi-
Blanca, la hoja 1065 y su memoria explicativa, poco espacio una gran altitud. La estructura de gica como la más antigua de Andalucía, con el lenio a.C., situándonos en el tránsito del Neolíti-
trabajo conjunto realizado por IBERGESA bajo sus pliegues tiene dirección E-O, pero en el sec- primer heilderbergensis de su historia, además co al Calcolítico19. De este período también han
normas, dirección y supervisión de IGME11. Des- tor occidental la interfieren otros pliegues con de ser el asentamiento más al sur de Europa de sido encontrados útiles líticos en la misma zona
dirección N-S, con lo que presenta un relieve este homínido. Ello concuerda también con los de Coto Correa20.
muy agreste que condiciona el hábitat humano. restos líticos de Coto Correa.
Además, su sistema hidrológico se realiza por la Del Paleolítico medio hay muy pocos in-
infiltración del agua de lluvia en un terreno per- dicios hasta el momento, sólo son conocidas al-
meable que hace que los manantiales se sitúen en gunas piezas de tipo levallois encontradas en los
los bordes de la sierra y que los dos únicos ríos abrigos de Puerto Rico, ya dentro del contorno
con cierta importancia la bordeen por el oeste: el de Sierra Blanca, aunque por la situación (Gibral-
río Verde, que nace en la Sierra de las Nieves; y, tar por el oeste y las calas de Málaga por el este,
por el este, el río Real. Por último, al estar consti- con un gran potencial Neardenthal), no se puede
tuida la sierra por mármoles dolomíticos blancos descartar cualquier tipo de ocupación, aunque
y mármoles azules calizos en el sector occiden- fuera inconstante.
tal, que han sufrido una karstificación, la sierra A pesar que del Paleolítico superior no
está prácticamente desnuda de árboles y escasa existe constancia material de asentamiento, ni
de monte bajo. Estos datos explican fehaciente- siquiera con la precariedad del Paleolítico me-
mente que los hábitats humanos se hallan desa- dio, a mediados de los años setenta del pasado
rrollados en sus estribaciones y principalmente siglo fueron descubiertas por Muñoz Gambero
en la costa. Asimismo, dos grandes problemas una serie de pinturas (Figura 5) en la cueva de
han existido en la zona en que se incluye este Pecho Redondo17, situada en el cerro de la Torre-
trabajo para constatar el hábitat humano: el ex- cilla al sur de Puerto Rico, en la parte meridional
polio sistemático de los yacimientos y la presión de Sierra Blanca, a las cuales consideró como las
urbanística. pinturas parietales paleolíticas más occidentales
de la Península Ibérica18. Posteriormente, otros
Ocupación prehistórica autores han diferido de esta interpretación por
no ver en los trazos suficiente claridad para las
La presencia más antigua constatada en la figuras que menciona (antropomorfo, un toro y
zona se sitúa no exactamente en Sierra Blanca, animal robusto con colgaduras). Un estudio más
Figura 4. Portada de la Guía Espeleológica de sino al este de Marbella, en una finca denomi- exhaustivo quizás podría aclarar si existió ocu-
Marbella, 1985 nada Coto Correa, cercana al mar. Descubierto pación del Paleolítico superior o nos alejamos al
Neolítico. Figura 5. Pintura de Pecho Redondo. Foto: Ángel Rojano

10
BLUMENTHAL, Moritz M.: “Estudio geológico de las cadenas costeras al oeste de Málaga, entre el río Guadalhorce y el río 15
SOLANES GARCÍA, M. C. y GARCÍA LEÓN, M.: “Carta Arqueológica del Término Municipal de Marbella”, Cilniana nº 6,
Verde”, Boletín Geológico Minero, Tomo LXII, Tip. Lip. Cuullau, Madrid, 1949, págs. 7 a 191. Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Marbella, Marbella, 1983, pág. 11.
11
IGME: Mapa geológico a escala 1:50.000 y memoria explicativa de la hoja 1065, Servicio de publicaciones del Ministerio de 16
Uno de los yacimientos constatados últimamente e incluido en el Catálogo de Elementos Protegidos del PGOU de Marbella
Industria, Madrid, 1978. realizado por el empresa de arqueología LOGGIA.
12
RODRÍGUEZ VIDAL, J.: “El condicionamiento estructural del karst de Sierra Blanca (Marbella, Málaga)”. Reunión monográfica 17
SECCIÓN ESPELEOLÓGICA MARBELLÍ: op. cit., pág. 56.
sobre el karst en Larra, Diputación de Navarra, Pamplona, 1982, págs. 105-115. 18
MUÑOZ GAMBERO, J. M. y PÉREZ BERROCAL, J. A.: “Las pinturas rupestres de la cueva de Pecho Redondo”, Actas IV Congreso
13
ANDREO, Bartolomé et al.: “El Karst en los mármoles alpujárraides de las sierras Blanca y Mijas (Provincia de Málaga)” en Karst Nacional de Espeleología, Marbella, 1976, pág. 201.
en Andalucía, Durán, J. J. y Martínez, J. López (Eds.), Instituto Tecnológico Minero de España, Madrid, 1998, págs. 131-143. 19
FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, L. E. et al.: “Una nueva estación al aire libre entre el Neolítico Final y el Calcolítico antiguo. El Lomo
14
SECCIÓN ESPELEOLÓGICA MARBELLÍ: Guía Espeleológica de Marbella, Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Marbella, del Espartal. Marbella. (Málaga)”, Cilniana nº 14, Marbella, 2001, pág. 57.
Marbella, 1985. 20
SOLANES GARCÍA, M. C. y GARCÍA LEÓN, M.: op. cit., págs. 30-34.

8 Cilniana 24/25, 2011-2013: 5-14 Cilniana 24/25, 2011-2013: 5-14 9


Javier Soto Portella y Calixto Rodríguez Romero Sierra Blanca. Catálogo de cavidades Javier Soto Portella y Calixto Rodríguez Romero Sierra Blanca. Catálogo de cavidades

Durante mucho tiempo se especuló sobre na hasta el 711 d.c. se desarrolla a un nivel cos-
si en la costa al sur de Sierra Blanca había habi- tero; hacia el interior de la sierra los datos son
do algún asentamiento. En la Carta Arqueológica prácticamente inexistentes. En la actualidad sólo
de 1985, sólo se menciona una vasija encontrada contamos con el asentamiento del cerro del Tra-
en la zona de Los Monteros21. Pero en 1998 se piche, entre Nagüeles y Puerto Rico, como el más
descubrió en la desembocadura del río Real un interno, pero con la importancia de poseer cierta Foto: Francisco Javier Vázquez Ríos
asentamiento fenicio fundado en el siglo VII a.c., actividad metalúrgica. Será con la llegada de los
con lo que se confirma su presencia en la zona. musulmanes a la Península cuando se produzca pasas; y, posteriormente, con la dominación cris- Cabe destacar la escasa repercusión que
Más interesante es la constatación de cerámica el desarrollo del interior de la sierra. Durante tiana, para el vino; como ejemplo tenemos las tuvo en los ciudadanos de la comarca y en el en-
autóctona del Bronce final, que induce a consi- los primeros años de esta etapa, alquerías (Na- viñas del Tajarillo en plena sierra25. También se torno: podemos decir que la actividad minera no
derar contactos con la población local22. güeles) y fortificaciones (Cerro Torrón, Los Ali- plantaron moreras para la producción de seda, elevó el nivel de vida y que la riqueza que creó no
cates, Atalaya de Nagüeles, Castillejo, Lastonar) cultivo que se perdería con la expulsión de los fue en provecho de los municipios. Finalmente,
se van extendiendo en Sierra Blanca, y también moriscos26. Más modestamente, como fibra textil esta actividad y la siderurgia, (no olvidemos que
La ocupación de la zona durante todo es el momento del nacimiento de los núcleos de destaca la recogida del esparto de nuestra sierra, los primeros altos hornos españoles se sitúan en
el período comprendido desde la población en sus estribaciones, que adquieren desde tiempos inmemoriales, para la confección Marbella28), son la causa de la deforestación de
conquista romana hasta el 711 d.c. mayor importancia y que se consolidarán en la de esteras, arneses de caballerías, útiles domés- Sierra Blanca y de los montes de alrededor, de tal
conquista cristiana para formar los municipios ticos y cuerdas, material indispensable para la manera que García Montoro la califica de dimen-
se desarrolla a un nivel costero; hacia conocidos en la actualidad. vida agrícola-ganadera. La ganadería en la sierra siones trágicas29.
el interior de la sierra los datos son es básicamente caprina, siendo acompañada de
Usos económicos forma ancestral por la apicultura.
prácticamente inexistentes Capítulo aparte merecería la minería, ac- La parte meridional de la
Las utilizaciones de los recursos económi- tividad económica relacionada profundamente sierra representa el 75% de las
Otro déficit estructural que existe para el cos de Sierra Blanca no son diferentes a las de con la sierra y sus estructuras; pero sólo refe-
conocimiento de los hábitat humano de Sierra otras sierras que al igual que ésta constan de un riremos unos apuntes sobre el significado que
cavidades conocidas, quizás por
Blanca es la falta de estudios en profundidad de sistema y una geología semiárida, donde la dure- tuvo para la población y su entorno. La indus- ser la parte más explorada y de
los yacimientos. Esta situación ya estaba cons- za del terreno no es nada amable con los grupos tria minera empieza su auge gracias a la Ley de más fácil acceso
tatada en la Carta Arqueológica de 1983, don- humanos que tratan de rentabilizarla de alguna Minas de 1825, que liberaliza su explotación.
de se hacía referencia, no sólo a la necesidad de manera. A pesar de su orografía y de la escasez Sufriendo vaivenes durante el siglo XIX, entrará
prospecciones arqueológicas en los yacimientos de pastos, el hombre que se asentó a su sombra en declive en el siguiente siglo y desaparecerá 4. Importancia espeleológica de Sierra Blanca
citados, sino también en sus inmediaciones, lo supo sacarle lo mejor que tenía según lo que le definitivamente en 1970. Incluso hubo un mo-
que se verá confirmado durante los años poste- permitía su especialización en cada época. mento, durante la mitad del XIX, que se vivió Historia de sus cavidades
riores y que se plasmará en el Catálogo de Ele- Su primer uso, por tanto, fue la recolec- una especie de fiebre del oro: Bernal27 nos ha-
mentos Protegidos del PGOU (en la actualidad, ción y la caza. La actividad cinegética es perdura- bla de los que denomina “cazadores de minas”, En 1896 se publica la obra del ingeniero
aprobado inicialmente) de Marbella, realizado en ble hasta los momentos actuales. En cuanto a las conocedores de la sierra que buscaban minas, de Minas Gabriel Puig y Larraz, Cavernas y Simas
el año 2007, que contaría, para la visita in situ a especies, tenemos constancia por el Diccionario las registraban en la Inspección de Minas de la de España; en ella aparecen someramente descri-
los yacimientos, con la colaboración de miem- Geográfico de Madoz23 de que hasta final del siglo Provincia y luego las vendían, alegando que no tas tres cuevas de Marbella: Cueva de la Campa-
bros de la Asociación Cilniana y del compañero XIX se cazaban conejos, perdices y zorros; tam- tenían recursos para explotarlas; tenemos cons- na, conocida por la visita de los ingenieros de
de la S. E. MARBELLÍ Javier Soto. El resultado es bién había abundancia de jabalíes, corzos, lobos tancia de la preocupación que llegó a suscitar Minas Ramón Pellico y Felipe Naranjo y Garza, en
la necesidad de trabajos que consoliden y de- y cabras monteses, siendo esta última especie la esta liberalización de la actividad cuando lee- 1834; Caverna de Juanás y Cuevas de Gualmaca30.
sarrollen lo anterior. Como ejemplos, podemos única caza mayor que existe en la actualidad. La mos en la Revista Minera de 1850 una noticia Los topónimos y las descripciones no nos permi-
proponer la zona comprendida entre Puerto Rico sierra daba, para el aprovechamiento humano, que dice: ten encuadrarlas en el día de hoy en el catalogo
y la Torrecilla, donde la cerámica descontextuali- árboles silvestres como el algarrobo y arbustos, “Tristes son las que recibimos de la provincia actual, pero debemos tener en cuenta que en
zada hallada en superficie nos da una secuencia entre ellos, enebros, lentisco, cornicabras y sabi- de Málaga sobre el estado de la minería en aquel esta época se hacía referencia al partido judicial
temporal, sin solución de continuidad, desde el nas; estando constituido el monte bajo por ro- país. Suprimida la Inspección facultativa en Marbe- de Marbella, con una extensión inmensamente
Paleolítico medio hasta la época prerromana. La mero, tomillo, arrayán, cantuesos, palma silves- lla, es tal la plaga de rebuscadores que ha inundado más grande que la de la actualidad. No será has-
cerámica de tipo fenicia que se encuentra en esta tre y esparto, principalmente24. las minas de la comarca y de la de Ogen, que los mi- ta 1985 cuando veamos publicado un catálogo
zona está ligada a una serie de calicatas que nos De los recursos agrícolas y ganaderos neros de buena fe tratan de abandonar las suyas (por de cuevas de Marbella, que no de Sierra Blanca,
hace suponer el comienzo del aprovechamiento sólo podemos hacer actualmente suposiciones no poder competir con el contrabando y fraude que realizado por la S. E. Marbellí. Posteriormente,
mineral de Sierra Blanca. que concuerden con los usos según las facies esté en ejercicio) sino encuentran en el Gobierno de la en 1988, se publicó una guía de las cuevas de
culturales a través de las diversas épocas hasta provincia el apoyo y auxilio que han solicitado y que Málaga, en la que aparece una somera mención a
Ocupación histórica la llegada de los musulmanes. Con estos, sí se no han encontrado en el partido”. las simas y cuevas de Sierra Blanca31.
produce una utilización más intensiva de la sie-
La ocupación de la zona durante todo el rra, de manera que se construyen bancales para 25
URBANEJA ORTIZ, C. y CASADO BELLAGARZA, J. L.: Istán, una historia por descubrir, Graficamar, Marbella, 1992, pág. 111.
período comprendido desde la conquista roma- el cultivo de viñas dedicadas a la producción de
26
Ibidem, pág. 59.
27
BERNAL GUTIÉRREZ, José: “La minería, Imágenes de Marbella IX”, Cilniana, Marbella, 2003, pág. 20.
28
TORTELLA, Gabriel: El desarrollo de la España contemporánea. Historia económica de los siglos XIX y XX, Madrid, Alianza. 1997.
21
Ibidem, pág. 35. pág. 75.
22
SÁNCHEZ BANDERA, P. J., CUMPÍAN RODRÍGUEZ, A. y SOTO IBORRA, A.: “Río Real: acerca de un yacimiento arqueológico en 29
GARCÍA MONTORO, Cristóbal: “La Siderurgia de Río Verde y la deforestación de los montes de Marbella”, Cilniana nº 5,
la Costa de Marbella”, Cilniana nº 12, 1999, Marbella, págs. 50-58. Marbella, 1983, pág. 10.
23
MADOZ, Pascual: Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de Andalucía: Málaga, Valladolid, Ed. Domingo Sanchez Zurro, 30
PUIG Y LARRAZ, Gabriel.: Cavernas y Simas de España, Madrid, Est. Tip. de la viuda e hijos de M. Tello, 1896. págs. 216 y 217.
1986, págs. 94-95 y 187. 31
PÉREZ BERROCAL, J. A. y MORENO WALLACE, Loreto: Guía de las Cuevas de Málaga, Servicios de Publicaciones de la Diputación
24
Ibidem, pág. 189. Provincial, Málaga, 1988.

10 Cilniana 24/25, 2011-2013: 5-14 Cilniana 24/25, 2011-2013: 5-14 11


Javier Soto Portella y Calixto Rodríguez Romero Sierra Blanca. Catálogo de cavidades Javier Soto Portella y Calixto Rodríguez Romero Sierra Blanca. Catálogo de cavidades

Durante mucho tiempo se especuló sobre na hasta el 711 d.c. se desarrolla a un nivel cos-
si en la costa al sur de Sierra Blanca había habi- tero; hacia el interior de la sierra los datos son
do algún asentamiento. En la Carta Arqueológica prácticamente inexistentes. En la actualidad sólo
de 1985, sólo se menciona una vasija encontrada contamos con el asentamiento del cerro del Tra-
en la zona de Los Monteros21. Pero en 1998 se piche, entre Nagüeles y Puerto Rico, como el más
descubrió en la desembocadura del río Real un interno, pero con la importancia de poseer cierta Foto: Francisco Javier Vázquez Ríos
asentamiento fenicio fundado en el siglo VII a.c., actividad metalúrgica. Será con la llegada de los
con lo que se confirma su presencia en la zona. musulmanes a la Península cuando se produzca pasas; y, posteriormente, con la dominación cris- Cabe destacar la escasa repercusión que
Más interesante es la constatación de cerámica el desarrollo del interior de la sierra. Durante tiana, para el vino; como ejemplo tenemos las tuvo en los ciudadanos de la comarca y en el en-
autóctona del Bronce final, que induce a consi- los primeros años de esta etapa, alquerías (Na- viñas del Tajarillo en plena sierra25. También se torno: podemos decir que la actividad minera no
derar contactos con la población local22. güeles) y fortificaciones (Cerro Torrón, Los Ali- plantaron moreras para la producción de seda, elevó el nivel de vida y que la riqueza que creó no
cates, Atalaya de Nagüeles, Castillejo, Lastonar) cultivo que se perdería con la expulsión de los fue en provecho de los municipios. Finalmente,
se van extendiendo en Sierra Blanca, y también moriscos26. Más modestamente, como fibra textil esta actividad y la siderurgia, (no olvidemos que
La ocupación de la zona durante todo es el momento del nacimiento de los núcleos de destaca la recogida del esparto de nuestra sierra, los primeros altos hornos españoles se sitúan en
el período comprendido desde la población en sus estribaciones, que adquieren desde tiempos inmemoriales, para la confección Marbella28), son la causa de la deforestación de
conquista romana hasta el 711 d.c. mayor importancia y que se consolidarán en la de esteras, arneses de caballerías, útiles domés- Sierra Blanca y de los montes de alrededor, de tal
conquista cristiana para formar los municipios ticos y cuerdas, material indispensable para la manera que García Montoro la califica de dimen-
se desarrolla a un nivel costero; hacia conocidos en la actualidad. vida agrícola-ganadera. La ganadería en la sierra siones trágicas29.
el interior de la sierra los datos son es básicamente caprina, siendo acompañada de
Usos económicos forma ancestral por la apicultura.
prácticamente inexistentes Capítulo aparte merecería la minería, ac- La parte meridional de la
Las utilizaciones de los recursos económi- tividad económica relacionada profundamente sierra representa el 75% de las
Otro déficit estructural que existe para el cos de Sierra Blanca no son diferentes a las de con la sierra y sus estructuras; pero sólo refe-
conocimiento de los hábitat humano de Sierra otras sierras que al igual que ésta constan de un riremos unos apuntes sobre el significado que
cavidades conocidas, quizás por
Blanca es la falta de estudios en profundidad de sistema y una geología semiárida, donde la dure- tuvo para la población y su entorno. La indus- ser la parte más explorada y de
los yacimientos. Esta situación ya estaba cons- za del terreno no es nada amable con los grupos tria minera empieza su auge gracias a la Ley de más fácil acceso
tatada en la Carta Arqueológica de 1983, don- humanos que tratan de rentabilizarla de alguna Minas de 1825, que liberaliza su explotación.
de se hacía referencia, no sólo a la necesidad de manera. A pesar de su orografía y de la escasez Sufriendo vaivenes durante el siglo XIX, entrará
prospecciones arqueológicas en los yacimientos de pastos, el hombre que se asentó a su sombra en declive en el siguiente siglo y desaparecerá 4. Importancia espeleológica de Sierra Blanca
citados, sino también en sus inmediaciones, lo supo sacarle lo mejor que tenía según lo que le definitivamente en 1970. Incluso hubo un mo-
que se verá confirmado durante los años poste- permitía su especialización en cada época. mento, durante la mitad del XIX, que se vivió Historia de sus cavidades
riores y que se plasmará en el Catálogo de Ele- Su primer uso, por tanto, fue la recolec- una especie de fiebre del oro: Bernal27 nos ha-
mentos Protegidos del PGOU (en la actualidad, ción y la caza. La actividad cinegética es perdura- bla de los que denomina “cazadores de minas”, En 1896 se publica la obra del ingeniero
aprobado inicialmente) de Marbella, realizado en ble hasta los momentos actuales. En cuanto a las conocedores de la sierra que buscaban minas, de Minas Gabriel Puig y Larraz, Cavernas y Simas
el año 2007, que contaría, para la visita in situ a especies, tenemos constancia por el Diccionario las registraban en la Inspección de Minas de la de España; en ella aparecen someramente descri-
los yacimientos, con la colaboración de miem- Geográfico de Madoz23 de que hasta final del siglo Provincia y luego las vendían, alegando que no tas tres cuevas de Marbella: Cueva de la Campa-
bros de la Asociación Cilniana y del compañero XIX se cazaban conejos, perdices y zorros; tam- tenían recursos para explotarlas; tenemos cons- na, conocida por la visita de los ingenieros de
de la S. E. MARBELLÍ Javier Soto. El resultado es bién había abundancia de jabalíes, corzos, lobos tancia de la preocupación que llegó a suscitar Minas Ramón Pellico y Felipe Naranjo y Garza, en
la necesidad de trabajos que consoliden y de- y cabras monteses, siendo esta última especie la esta liberalización de la actividad cuando lee- 1834; Caverna de Juanás y Cuevas de Gualmaca30.
sarrollen lo anterior. Como ejemplos, podemos única caza mayor que existe en la actualidad. La mos en la Revista Minera de 1850 una noticia Los topónimos y las descripciones no nos permi-
proponer la zona comprendida entre Puerto Rico sierra daba, para el aprovechamiento humano, que dice: ten encuadrarlas en el día de hoy en el catalogo
y la Torrecilla, donde la cerámica descontextuali- árboles silvestres como el algarrobo y arbustos, “Tristes son las que recibimos de la provincia actual, pero debemos tener en cuenta que en
zada hallada en superficie nos da una secuencia entre ellos, enebros, lentisco, cornicabras y sabi- de Málaga sobre el estado de la minería en aquel esta época se hacía referencia al partido judicial
temporal, sin solución de continuidad, desde el nas; estando constituido el monte bajo por ro- país. Suprimida la Inspección facultativa en Marbe- de Marbella, con una extensión inmensamente
Paleolítico medio hasta la época prerromana. La mero, tomillo, arrayán, cantuesos, palma silves- lla, es tal la plaga de rebuscadores que ha inundado más grande que la de la actualidad. No será has-
cerámica de tipo fenicia que se encuentra en esta tre y esparto, principalmente24. las minas de la comarca y de la de Ogen, que los mi- ta 1985 cuando veamos publicado un catálogo
zona está ligada a una serie de calicatas que nos De los recursos agrícolas y ganaderos neros de buena fe tratan de abandonar las suyas (por de cuevas de Marbella, que no de Sierra Blanca,
hace suponer el comienzo del aprovechamiento sólo podemos hacer actualmente suposiciones no poder competir con el contrabando y fraude que realizado por la S. E. Marbellí. Posteriormente,
mineral de Sierra Blanca. que concuerden con los usos según las facies esté en ejercicio) sino encuentran en el Gobierno de la en 1988, se publicó una guía de las cuevas de
culturales a través de las diversas épocas hasta provincia el apoyo y auxilio que han solicitado y que Málaga, en la que aparece una somera mención a
Ocupación histórica la llegada de los musulmanes. Con estos, sí se no han encontrado en el partido”. las simas y cuevas de Sierra Blanca31.
produce una utilización más intensiva de la sie-
La ocupación de la zona durante todo el rra, de manera que se construyen bancales para 25
URBANEJA ORTIZ, C. y CASADO BELLAGARZA, J. L.: Istán, una historia por descubrir, Graficamar, Marbella, 1992, pág. 111.
período comprendido desde la conquista roma- el cultivo de viñas dedicadas a la producción de
26
Ibidem, pág. 59.
27
BERNAL GUTIÉRREZ, José: “La minería, Imágenes de Marbella IX”, Cilniana, Marbella, 2003, pág. 20.
28
TORTELLA, Gabriel: El desarrollo de la España contemporánea. Historia económica de los siglos XIX y XX, Madrid, Alianza. 1997.
21
Ibidem, pág. 35. pág. 75.
22
SÁNCHEZ BANDERA, P. J., CUMPÍAN RODRÍGUEZ, A. y SOTO IBORRA, A.: “Río Real: acerca de un yacimiento arqueológico en 29
GARCÍA MONTORO, Cristóbal: “La Siderurgia de Río Verde y la deforestación de los montes de Marbella”, Cilniana nº 5,
la Costa de Marbella”, Cilniana nº 12, 1999, Marbella, págs. 50-58. Marbella, 1983, pág. 10.
23
MADOZ, Pascual: Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de Andalucía: Málaga, Valladolid, Ed. Domingo Sanchez Zurro, 30
PUIG Y LARRAZ, Gabriel.: Cavernas y Simas de España, Madrid, Est. Tip. de la viuda e hijos de M. Tello, 1896. págs. 216 y 217.
1986, págs. 94-95 y 187. 31
PÉREZ BERROCAL, J. A. y MORENO WALLACE, Loreto: Guía de las Cuevas de Málaga, Servicios de Publicaciones de la Diputación
24
Ibidem, pág. 189. Provincial, Málaga, 1988.

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Javier Soto Portella y Calixto Rodríguez Romero Sierra Blanca. Catálogo de cavidades Javier Soto Portella y Calixto Rodríguez Romero Sierra Blanca. Catálogo de cavidades

Estudios actuales. Catálogo cha el equipo con los medios técnicos necesarios sivos, donde las cavidades
para referenciar las simas y cuevas mediante las de desarrollo horizontal, y
En el año 2004 se crea la Vocalía de Catálo- coordenadas UTM., decidimos que las primeras especialmente en su perí-
go de la S. E. Marbellí. En este momento existían cavidades que teníamos que informar eran las metro al contacto con los
catalogadas 45 cuevas y simas de Sierra Blanca, más conocidas de la zona. Para ello, contamos materiales del Complejo
cuyo único inconveniente era que su localización con el catálogo publicado en 1985 y con un lista- Maláguide y Alpujarraide,
no estaba realizada con los modernos medios de do de la S. E. Marbellí. Además, nos serviría para alcanzan sus mayores di-
GPS, por lo que encontrar la mayoría de estas ca- ir conociendo el manejo del GPS y de los medios mensiones (Nagüeles, Palo-
vidades estaba sujeto a la buena memoria de los informáticos de aplicación de su desarrollo. Una mina, Cerrillares; ver Figura
espeleólogos veteranos. Una vez puesto en mar- vez realizadas las primeras observaciones en las 6 y 7). Es también donde
cavidades más fáciles de encontramos importantes
Cuadro 1 encontrar, el segundo paso travertinos (Puerto Rico,
LISTADO DE CAVIDADES DE SIERRA BLANCA fue ir encontrando aquellas Istán) y donde aparecen las
conocidas pero con dificul- surgencias de aguas, ora
tades de llegar, con lo cual permanentes (Ojén, Istán),
el trabajo de localización se ora intermitentes (Alfagüa-
fue complicando. En esta ra). A partir de los 500 has-
fase, que realizamos duran- ta los 800 m nos encontra-
te el 2005, comenzamos a mos que las cavidades son
añadir cavidades que esta- de desarrollo mixto verti-
ban fuera de las relaciones. cal-horizontal. A partir de
Bien, gracias a la ayuda de los 800 m el predominio es
los conocimientos de com- vertical y donde las simas
pañeros espeleólogos, bien alcanza mayores profundi-
por nuevos descubrimien- dades y mayor desarrollo
tos mientras buscábamos (Concha; ver Figura 8).
alguna cavidad. El resultado A medida que nos
de este trabajo se publicó alejamos de la parte meri-
en el año 2006 en la revista dional empiezan las mayo-
Andalucía Subterránea32. res elevaciones de la sierra;
su litología de mármoles
Realizaciones y análisis azules bandeados nos pre-
senta simas de bastante
De las 45 cuevas y profundidad (Simón, Tajo
simas catalogadas en el Negro; ver Figura 9). Es en
año 2004 hemos pasado esta zona donde se inclu-
a 81 (Cuadro 1) en el año ye el sector de Tajo Negro,
2008, lo que representa un que representa la mayor
aumento del 44%. De esas profusión de cavidades co-
mismas 45 se han logrado nocidas hasta ahora.
las coordenadas de 34 de La parte septentrio-
ellas, lo que significa el nal tiene los niveles más
75%. Al sectorizar la sie- acusados y el relieve más
rra para su exploración y
estudio, hemos llegado a
ciertas conclusiones al con-
trastar los datos obtenidos
hasta ahora.
La parte meridio-
nal de la sierra represen-
ta el 75% de las cavidades
conocidas, quizás por ser
la parte más explorada y
de más fácil acceso. Es en
esta zona, entre los 200 y
500 m, con una litología
de mármoles blancos ma-

32
SOTO PORTELLA, Javier y RODRÍGUEZ ROMERO, Calixto: “Contribución al catálogo de cavidades de Sierra Blanca (Marbella)”,
Andalucía Subterránea nº 16, FAE, Málaga, 2006, págs 16-18. Figura 6. Nagüeles

12 Cilniana 24/25, 2011-2013: 5-14 Cilniana 24/25, 2011-2013: 5-14 13


Javier Soto Portella y Calixto Rodríguez Romero Sierra Blanca. Catálogo de cavidades Javier Soto Portella y Calixto Rodríguez Romero Sierra Blanca. Catálogo de cavidades

Estudios actuales. Catálogo cha el equipo con los medios técnicos necesarios sivos, donde las cavidades
para referenciar las simas y cuevas mediante las de desarrollo horizontal, y
En el año 2004 se crea la Vocalía de Catálo- coordenadas UTM., decidimos que las primeras especialmente en su perí-
go de la S. E. Marbellí. En este momento existían cavidades que teníamos que informar eran las metro al contacto con los
catalogadas 45 cuevas y simas de Sierra Blanca, más conocidas de la zona. Para ello, contamos materiales del Complejo
cuyo único inconveniente era que su localización con el catálogo publicado en 1985 y con un lista- Maláguide y Alpujarraide,
no estaba realizada con los modernos medios de do de la S. E. Marbellí. Además, nos serviría para alcanzan sus mayores di-
GPS, por lo que encontrar la mayoría de estas ca- ir conociendo el manejo del GPS y de los medios mensiones (Nagüeles, Palo-
vidades estaba sujeto a la buena memoria de los informáticos de aplicación de su desarrollo. Una mina, Cerrillares; ver Figura
espeleólogos veteranos. Una vez puesto en mar- vez realizadas las primeras observaciones en las 6 y 7). Es también donde
cavidades más fáciles de encontramos importantes
Cuadro 1 encontrar, el segundo paso travertinos (Puerto Rico,
LISTADO DE CAVIDADES DE SIERRA BLANCA fue ir encontrando aquellas Istán) y donde aparecen las
conocidas pero con dificul- surgencias de aguas, ora
tades de llegar, con lo cual permanentes (Ojén, Istán),
el trabajo de localización se ora intermitentes (Alfagüa-
fue complicando. En esta ra). A partir de los 500 has-
fase, que realizamos duran- ta los 800 m nos encontra-
te el 2005, comenzamos a mos que las cavidades son
añadir cavidades que esta- de desarrollo mixto verti-
ban fuera de las relaciones. cal-horizontal. A partir de
Bien, gracias a la ayuda de los 800 m el predominio es
los conocimientos de com- vertical y donde las simas
pañeros espeleólogos, bien alcanza mayores profundi-
por nuevos descubrimien- dades y mayor desarrollo
tos mientras buscábamos (Concha; ver Figura 8).
alguna cavidad. El resultado A medida que nos
de este trabajo se publicó alejamos de la parte meri-
en el año 2006 en la revista dional empiezan las mayo-
Andalucía Subterránea32. res elevaciones de la sierra;
su litología de mármoles
Realizaciones y análisis azules bandeados nos pre-
senta simas de bastante
De las 45 cuevas y profundidad (Simón, Tajo
simas catalogadas en el Negro; ver Figura 9). Es en
año 2004 hemos pasado esta zona donde se inclu-
a 81 (Cuadro 1) en el año ye el sector de Tajo Negro,
2008, lo que representa un que representa la mayor
aumento del 44%. De esas profusión de cavidades co-
mismas 45 se han logrado nocidas hasta ahora.
las coordenadas de 34 de La parte septentrio-
ellas, lo que significa el nal tiene los niveles más
75%. Al sectorizar la sie- acusados y el relieve más
rra para su exploración y
estudio, hemos llegado a
ciertas conclusiones al con-
trastar los datos obtenidos
hasta ahora.
La parte meridio-
nal de la sierra represen-
ta el 75% de las cavidades
conocidas, quizás por ser
la parte más explorada y
de más fácil acceso. Es en
esta zona, entre los 200 y
500 m, con una litología
de mármoles blancos ma-

32
SOTO PORTELLA, Javier y RODRÍGUEZ ROMERO, Calixto: “Contribución al catálogo de cavidades de Sierra Blanca (Marbella)”,
Andalucía Subterránea nº 16, FAE, Málaga, 2006, págs 16-18. Figura 6. Nagüeles

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Javier Soto Portella y Calixto Rodríguez Romero Sierra Blanca. Catálogo de cavidades Cilniana 24/25, 2011-2013: 15-30 ISSN 1575-6416

La villa romana de Río Verde.


abrupto; es también la menos explorada. Su li- rales de las administraciones, que nos ha llevado a
tología es más completa, encontrándose en ella la pérdida de una gran parte de nuestro patrimo-
todos los tipos marmóreos de la sierra. nio cultural de forma irreversible. Lo único que po-
demos esperar es que el deterioro no se acentúe.
Aunque para nosotros la principal conclu-
sión es que todavía queda mucho trabajo por ha-
Proyecto de cubrición y seguimiento
cer para conocer el po-
tencial espeleológico de
arqueológico de las obras
Sierra Blanca, sobre todo
en el sector septentrio-
(Marbella, Málaga)
nal, que es, hasta aho-
ra, el menos conocido. Salvador García Villalobos
También sería interesan- Pedro Gurriarán Daza
te abordar la búsqueda Ramón F. Hiraldo Aguilera
de cavidades en la parte
lindante con la sierra de RESUMEN
Mijas. Posiblemente sea
difícil encontrar gran- El Proyecto de cubrición de la Villa romana de Río Verde se encuadra dentro del amplio programa de recuperación
Figura 7. Cueva Palomina I des cavidades y simas, y puesta en valor del patrimonio histórico que viene llevando a cabo el Ayuntamiento de Marbella en los últimos
Dentro del sis- aunque de estas últimas años.
tema debe de existir es más que probable su- En el presente artículo damos cuenta del desarrollo de los trabajos, de gran complejidad técnica, y de los resultados
una gran desconexión, perar los 80 m de sima
pues las surgencias Concha. Pero lo que no obtenidos por las labores de vigilancia arqueológica de las obras.
drenan por diferentes creemos improbable es PALABRAS CLAVE
manantiales y a distin- aumentar su número en Fenicio-púnico, Villa, Puesta en valor, Mosaico, Pórtico, Cubierta-pasarela, Panel.
tas cotas, separados cavidades de proporcio-
notablemente los de nes medias. Pensamos, ABSTRACT
Figura 9. Sima Tajo Negro
mayor importancia. incluso, que algunas si- The Project to roof the Rio Verde Roman Villa is included within the wide program for rehabilitation and improvement of
Esto es causa de un mas y cuevas conocidas actualmente requerirían the historical heritage which is being carried out in the last years by the Marbella Town Hall.
déficit en la karstifi- nuevas exploraciones que elevarían significativa-
cación, bien por las mente su desarrollo. Para ello, habría que empe- In this article we deal with the development of the technically complex tasks and the results attested during the archaeological
intercalaciones de zar haciendo un trabajo topográfico exhaustivo. surveillance of the works.
metapelitas entre las Esperamos que la S. E. Marbellí pueda afrontar KEY WORDS
series marmóreas, en un futuro este reto. También atisbamos que
bien por la estructura la exploración metódica de las cavidades de Sie- Phoenician-Punic, Villa, Improvement, Mosaic, Protective cover, Portico, Walkway, Information board.
geológica, lo que lle- rra Blanca nos puede dar grandes sorpresas en
va a que los sistemas cuanto al conocimiento de la historia de nues-
sean independientes. tros ancestros. 1. LA VILLA ROMANA DE RÍO VERDE Entre 1960 y 1970, bajo la dirección de
En cuanto a Carlos Posac Mon, se llevan a cabo las primeras

L
las estructuras de Agradecimientos a zona excavada del yacimiento se en- intervenciones arqueológicas en la zona. Previa-
los espeleotemas, cuentra situada en una parcela de suelo mente, y a través de labores de prospección, se
Figura 8. Sima Concha en las cavidades de Se agradece a la F.A.E. y a la S. E. Marbellí, urbano, ubicada en una zona de tipo resi- había conseguido identificar un “hábitat de tiem-
desarrollo horizon- y especialmente a sus presidentes, Juan Antonio dencial (Urbanización Río Verde), situada al este pos romanos de bastante extensión”3.
tal destacan coladas, banderas, estalactitas y Pérez Berrocal y Alejandro Téllez Gottardi, el de la desembocadura de Río Verde. A pesar de la presión urbanizadora des-
estalagmitas; mientras que en las de desarrollo apoyo prestado para realizar nuestras explora- El paraje donde se asienta la villa romana encadenada por aquellos años las excavaciones
vertical sólo encontramos coladas y algunas es- ciones. Por las fotos, a Francisco Javier Vázquez ha sido centro de atención, ya desde el siglo XVIII, consiguen sacar a la luz, y proteger, parte de una
talactitas. Ríos y Ángel Rojano. Especial mención tenemos en el debate en el que diversos eruditos y estu- villa romana constituida por un patio porticado
que hacer a Francisco de Asís López Serrano, diosos1 pretendían dilucidar el emplazamiento de (un seudoperistilo), varias habitaciones y otras
5. Conclusiones natural de Priego y archivero municipal de Mar- varios enclaves romanos citados en los textos clá- áreas de servicio o comunicación (figura 1). De
bella, sin cuyas correcciones este texto hubiera sicos (Plinio, Pomponio Mela y Claudio Ptolomeo). todo el conjunto excavado sobresalían los pavi-
Como hemos visto, Sierra Blanca ha susci- resultado más farragoso e imperfecto. En este marco de discusión, y en lo referente a la mentos musivarios localizados en los tres pasi-
tado desde hace mucho tiempo un gran interés costa marbellí, la atención se centraba en la ubica- llos del peristilo y en tres de sus estancias (las
en cuanto a sus formaciones geológicas. Los es- Fuentes hemerográficas: ción de los asentamientos de Salduba y Cilniana2. habitaciones A, B y C).
tudios, actualmente, han avanzado de una ma-
nera considerable y no cabe duda de que en un – Anales de Minas. 1
Entre las personas que fijan su atención en este enclave cabría citar al viajero británico F. Carter, G. Bonsor o J. Pérez de
futuro no muy lejano sabremos aún más de lo – Boletín Geológico Minero. Barradas.
que conocemos hoy día. – Boletín de la Comisión del Mapa 2
Con el correr de los años y el avance de la investigación arqueológica se ha ido asentando la idea de situar Cilniana en el
El conocimiento histórico ha sido el gran Geológico de España. entorno del complejo de Las Bóvedas (San Pedro de Alcántara). En el caso de Salduba las opiniones están más divididas entre los
que se inclinan por su localización en el vecino término municipal de Estepona y los que la mantienen en el ámbito marbellí. En
perjudicado del desarrollo urbanístico de nuestro – Cilniana. ambos casos las pruebas siguen siendo poco concluyentes.
entorno, unido a la poca voluntad en temas cultu- – Revista Minera. n 3
POSAC, Carlos: La villa romana de Marbella , Noticiario Arqueológico Hispánico, 6, Madrid, 1972, p. 85.

14 Cilniana 24/25, 2011-2013: 5-14

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