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Ley de Cupo
Ley de Cupo
La Ley 24.012 de cupo femenino fue una ley de Argentina sancionada en 1991 que buscó
aumentar la representación de las mujeres en la política, a través de cuotas de mínima
participación en las listas de candidatos que presentan los partidos en las elecciones,
estableciendo que al menos un 30% de las listas de candidatos debía estar ocupada por
mujeres. El cupo estuvo vigente hasta las elecciones legislativas de 2017. A partir de ese
momento se estableció por Ley Nº 27.412 un sistema de paridad de género en los órganos
legislativos nacional y subregional (Congreso Nacional y Parlamento del Mercosur).
La ley establece que al menos un 30% del total de candidatos en la lista del partido con
posibilidad de lograr bancas deben ser mujeres. En posteriores decretos reglamentarios se
estableció que en caso de presentarse por primera vez a elecciones o solo renovar una banca,
el frente electoral debía colocar en el segundo lugar de la lista a una persona del sexo opuesto
a la que ocupara el primer lugar. A su vez, cuando se renovaran dos bancas, una mujer debía
estar entre los dos primeros lugares, y cuando se renovaran más de dos bancas debía haber
una entre los primeros tres lugares. Tampoco es admisible tener a tres personas del mismo
sexo que ocupen lugares consecutivos en la lista hasta cubrir el 30% de mujeres. Establece
finalmente que cuando una mujer no renunciara a ocupar su lugar en la lista o se viera
imposibilitada, sería reemplazada por la siguiente mujer en la misma.678
La ley originalmente no tenía injerencia en el senado argentino, cuyos miembros eran elegidos,
en ese entonces, a través de elecciones indirectas, ya que las legislaturas provinciales los
designaban. El sistema electoral para el Senado cambió a elecciones directas en 1995, con la
reforma constitucional argentina de 1994 y la ley de cupo se extendió a aquella cámara.
El éxito de la ley está causado por las características del sistema electoral argentino. Los
partidos presentan una lista cerrada de candidatos, con puestos fijos, y los sufragantes tienen
que votar por la lista entera de un partido. La magnitud de los distritos electorales también
ayudan.
Resultados
La ley de cupo tuvo un gran impacto. La Cámara de Diputados contó con 64 diputadas en 1995,
76 en 2001, y 93 en 2005. Los porcentajes respectivos eran 24,9%, 30% y 36,2% del total de
diputados. En cuánto al Senado, este aumentó el número de senadoras, que pasó del 2,8% en
1995 al 33,3% en 2001.3 En 2007, el 33% de los diputados y el 24% de los senadores en el
Congreso de la Nación eran mujeres y en 2011 el 38% en ambas cámaras, con un 42% de las
comisiones de la Cámara de Diputados y un 32% de las del Senado presididas por una mujer. A
pesar de que el número de las mujeres en el Parlamento aumentó, Elisa Carrió nota que los
hombres que todavía dominan los partidos políticos a menudo colocan el nombre de sus
esposas u otros miembros familiares mujeres en las boletas, con la expectativa que tendrán
control sobre las acciones de estas una vez que son elegidas. Sobre el tema, Patricia Gómez
que «también abrió la puerta a mujeres que siempre militaron a la par de sus parejas y nunca
las ponían en las listas».
La mayoría de las provincias de Argentina establecieron leyes similares para sus elecciones
provinciales, adaptando la ley nacional a sus propios contextos. En las legislaturas provinciales,
en octubre de 2003, las diputadas eran el 27,9% del total de diputados y las senadoras un
20,4%.
Siguiendo la sanción de la ley en Argentina, otros once países en Latinoamérica (Bolivia, Brasil,
Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay y
Perú) adoptaron leyes de cupo femenino similares, con efectos variables en la participación de
las mujeres en el Parlamento.1213 Un duodécimo país, Venezuela, también adoptó una ley de
cupo, pero más tarde la derogó.
Paridad de género[editar]
Existe un amplio consenso en considerar que el cupo femenino cumplió un importante papel
impulsando y ampliando la presencia de mujeres en la política, con figuras de alta relevancia
como Cristina Fernández de Kirchner (que resultara elegida presidenta dos veces), Elisa Carrió
y Gabriela Michetti (que resultara elegida vicepresidenta). Sin embargo la ley también mostró
sus limitaciones al convertir en la práctica el 30% en un techo de participación femenina, antes
que en un cupo mínimo. Adicionalmente, cuando los cargos expectantes no eran múltiplos de
tres, la circunstancia era habitualmente aprovechada para reducir aún más el espacio
reservado a las mujeres, llegando al extremo de no garantizar ningún cargo cuando las bancas
en juego eran dos. En algunas provincias, como Jujuy y Entre Ríos llegaron a producirse
conflictos de género debido a los intentos por reducir aún más el cupo femenino.
En 2000, las provincias de Santiago del Estero, Río Negro y Córdoba, sancionaron casi
simultáneamente leyes de participación equivalente de géneros, garantizando la igualdad de
género en las representaciones políticas colectivas. Santiago del Estero fue la primera en
aprobar la paridad de género, en septiembre de 2000, con la Ley Nº 6.509. Al mes siguiente la
provincia de Río Negro lo hizo mediante la Ley Nº 3.717. Y un mes después fue la provincia de
Córdoba la que estableció la paridad por Ley Nº 8901 del 29 de noviembre 2000.1516
Finalmente, el 4 de octubre de 2016 la provincia de Buenos Aires sancionó la Ley provincial Nº
14.848, estableciendo la paridad de género en las elecciones para diputados y senadores
provinciales, aclarando que se debe considerar como género del candidato aquel que figura en
su documento de identidad, independientemente de su sexo biológico.