Está en la página 1de 4

Ley de cupo femenino en Argentina

La Ley 24.012 de cupo femenino fue una ley de Argentina sancionada en 1991 que buscó
aumentar la representación de las mujeres en la política, a través de cuotas de mínima
participación en las listas de candidatos que presentan los partidos en las elecciones,
estableciendo que al menos un 30% de las listas de candidatos debía estar ocupada por
mujeres. El cupo estuvo vigente hasta las elecciones legislativas de 2017. A partir de ese
momento se estableció por Ley Nº 27.412 un sistema de paridad de género en los órganos
legislativos nacional y subregional (Congreso Nacional y Parlamento del Mercosur).

La ley fue sancionada el 6 de noviembre de 1991, durante la presidencia de Carlos Menem. La


autora del proyecto original fue la senadora radical y feminista de Mendoza Margarita
Malharro de Torres. Fue la primera ley de cupo sancionada en América Latina. Luego, otros
once países latinoamericanos introdujeron leyes similares. En Argentina, fue aplicada
originalmente en la Cámara de Diputados de la Nación, extendida en 1995 al Senado de la
Nación cuándo cambió su modo de elección, pasando de senadores elegidos por las
legislaturas a elegidos directamente en elecciones, y a partir de 2015 al Parlasur.

Porcentaje de mujeres diputadas (1951-2011)


Porcentaje de mujeres senadoras (1951-2011)

El número de legisladoras electas en las elecciones presidenciales de Argentina de 1983, la


primera tras el fin de la dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización
Nacional, era mínimo. En 1989 se introdujeron proyectos de ley para asegurar una mayor
representación de las mujeres. El debate por el proyecto de cupo femenino inició en
septiembre de 1990 y en noviembre 1991 la ley fue aprobada en la Cámara de Diputados. El
Presidente Carlos Menem también apoyó la propuesta. La ley funcionaba como una enmienda
al Código Electoral Nacional. Inicialmente, solo las mujeres con las que no se cumpliera la ley
de cupo podían demandar en la justicia, pero luego fue enmendado para que cualquier
ciudadano pudiese denunciar que un partido no estaba cumpliendo con la cuota.,

La ley establece que al menos un 30% del total de candidatos en la lista del partido con
posibilidad de lograr bancas deben ser mujeres. En posteriores decretos reglamentarios se
estableció que en caso de presentarse por primera vez a elecciones o solo renovar una banca,
el frente electoral debía colocar en el segundo lugar de la lista a una persona del sexo opuesto
a la que ocupara el primer lugar. A su vez, cuando se renovaran dos bancas, una mujer debía
estar entre los dos primeros lugares, y cuando se renovaran más de dos bancas debía haber
una entre los primeros tres lugares. Tampoco es admisible tener a tres personas del mismo
sexo que ocupen lugares consecutivos en la lista hasta cubrir el 30% de mujeres. Establece
finalmente que cuando una mujer no renunciara a ocupar su lugar en la lista o se viera
imposibilitada, sería reemplazada por la siguiente mujer en la misma.678

La ley originalmente no tenía injerencia en el senado argentino, cuyos miembros eran elegidos,
en ese entonces, a través de elecciones indirectas, ya que las legislaturas provinciales los
designaban. El sistema electoral para el Senado cambió a elecciones directas en 1995, con la
reforma constitucional argentina de 1994 y la ley de cupo se extendió a aquella cámara.

El éxito de la ley está causado por las características del sistema electoral argentino. Los
partidos presentan una lista cerrada de candidatos, con puestos fijos, y los sufragantes tienen
que votar por la lista entera de un partido. La magnitud de los distritos electorales también
ayudan.

Resultados
La ley de cupo tuvo un gran impacto. La Cámara de Diputados contó con 64 diputadas en 1995,
76 en 2001, y 93 en 2005. Los porcentajes respectivos eran 24,9%, 30% y 36,2% del total de
diputados. En cuánto al Senado, este aumentó el número de senadoras, que pasó del 2,8% en
1995 al 33,3% en 2001.3 En 2007, el 33% de los diputados y el 24% de los senadores en el
Congreso de la Nación eran mujeres y en 2011 el 38% en ambas cámaras, con un 42% de las
comisiones de la Cámara de Diputados y un 32% de las del Senado presididas por una mujer. A
pesar de que el número de las mujeres en el Parlamento aumentó, Elisa Carrió nota que los
hombres que todavía dominan los partidos políticos a menudo colocan el nombre de sus
esposas u otros miembros familiares mujeres en las boletas, con la expectativa que tendrán
control sobre las acciones de estas una vez que son elegidas. Sobre el tema, Patricia Gómez
que «también abrió la puerta a mujeres que siempre militaron a la par de sus parejas y nunca
las ponían en las listas».

Mariana Caminotti, investigadora del CONICET y docente de la Universidad Nacional de San


Martín, dijo que «contribuyó a instalar la idea de que la ausencia de mujeres en ámbitos de
decisión es problemática para la democracia porque muestra una brecha entre la igualdad
formal y la real» y que había permitido instalar nuevos temas en la agenda del Parlamento.
Temas como derechos de la mujer, igualdad de género o lucha contra la violencia de género
fueron instalados y según Diana Maffía «solo a partir de que hubo una masa crítica de mujeres
en el Congreso empezó a legislarse sobre el cuerpo de las mujeres, hasta entonces solo existía
un cuerpo masculino, que no paría, no menstruaba, no era violado ni acosado».911

La mayoría de las provincias de Argentina establecieron leyes similares para sus elecciones
provinciales, adaptando la ley nacional a sus propios contextos. En las legislaturas provinciales,
en octubre de 2003, las diputadas eran el 27,9% del total de diputados y las senadoras un
20,4%.

Siguiendo la sanción de la ley en Argentina, otros once países en Latinoamérica (Bolivia, Brasil,
Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay y
Perú) adoptaron leyes de cupo femenino similares, con efectos variables en la participación de
las mujeres en el Parlamento.1213 Un duodécimo país, Venezuela, también adoptó una ley de
cupo, pero más tarde la derogó.

Paridad de género[editar]

Existe un amplio consenso en considerar que el cupo femenino cumplió un importante papel
impulsando y ampliando la presencia de mujeres en la política, con figuras de alta relevancia
como Cristina Fernández de Kirchner (que resultara elegida presidenta dos veces), Elisa Carrió
y Gabriela Michetti (que resultara elegida vicepresidenta). Sin embargo la ley también mostró
sus limitaciones al convertir en la práctica el 30% en un techo de participación femenina, antes
que en un cupo mínimo. Adicionalmente, cuando los cargos expectantes no eran múltiplos de
tres, la circunstancia era habitualmente aprovechada para reducir aún más el espacio
reservado a las mujeres, llegando al extremo de no garantizar ningún cargo cuando las bancas
en juego eran dos. En algunas provincias, como Jujuy y Entre Ríos llegaron a producirse
conflictos de género debido a los intentos por reducir aún más el cupo femenino.

En 2000, las provincias de Santiago del Estero, Río Negro y Córdoba, sancionaron casi
simultáneamente leyes de participación equivalente de géneros, garantizando la igualdad de
género en las representaciones políticas colectivas. Santiago del Estero fue la primera en
aprobar la paridad de género, en septiembre de 2000, con la Ley Nº 6.509. Al mes siguiente la
provincia de Río Negro lo hizo mediante la Ley Nº 3.717. Y un mes después fue la provincia de
Córdoba la que estableció la paridad por Ley Nº 8901 del 29 de noviembre 2000.1516
Finalmente, el 4 de octubre de 2016 la provincia de Buenos Aires sancionó la Ley provincial Nº
14.848, estableciendo la paridad de género en las elecciones para diputados y senadores
provinciales, aclarando que se debe considerar como género del candidato aquel que figura en
su documento de identidad, independientemente de su sexo biológico.

El 23 de noviembre de 2017 el Congreso de la Nación aprobó la Ley Nº 27.412 de Paridad de


Género en Ámbitos de Representación Política, estableciendo que las listas de candidatos al
Congreso de la Nación (diputados y senadores) y al Parlamento del Mercosur deben ser
realizadas "ubicando de manera intercalada a mujeres y varones desde el/la primer/a
candidato/a titular hasta el/la último/a candidato/a suplente", dejando sin efecto el cupo
femenino.

También podría gustarte