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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

Materia: Diseño y Aplicación de Programas de Prevención

Mto. Hector Barba Ramirez

Sexualidad

LOPEZ MORALES DANIELA

Monterrey, Nuevo León, a 15 de marzo del 2023


La sexualidad es principalmente la construcción social de un impulso biológico, que es

además, multidimensional y dinámica, es decir, la experiencia que una persona tenga de la

sexualidad está mediada por la biología, los roles de género y las relaciones de poder, como

también por factores tales como la edad y la condición social y económica. Sin embargo, la

influencia social más profunda sobre la sexualidad de una persona proviene de los roles de

género prescritos, las normas y valores sociales que determinan el poder relativo, las

responsabilidades y las conductas de hombres y mujeres por lo tanto, la experiencia

individual de la sexualidad no es más que la expresión de ese desequilibrio.

Estos roles imponen un marco de referencia que deja a las mujeres y a los hombres mal

preparados para tener relaciones íntimas mutuamente satisfactorias. Ya que el rol prescrito a

menudo para las mujeres es ser pasivas en las relaciones sexuales.

No se alienta ni apoya a las mujeres para que tomen decisiones con respecto a la elección de

sus parejas sexuales, para que negocien con sus compañeros el momento y la naturaleza de la

actividad sexual, para que se protejan del embarazo no deseado y las infecciones de

transmisión sexual, y menos aún para que reconozcan su propio deseo sexual.

Para los hombres el rol prescrito es la conquista sexual, como una forma de probar su propia

masculinidad. Se estimula a los hombres a pensar en primer lugar en su desempeño sexual,

por lo que el placer sexual de las mujeres se valora como una prueba del desempeño

masculino.

Los roles socialmente prescritos que demandan un macho sexualmente dominante hacen que

los hombres también enfrenten riesgos si no actúan como “hombres”; sino pueden ser

identificados como “homosexuales”. La homofobia es parte integral de la construcción social

de la sexualidad masculina, y conduce a patrones de conducta tales como el inicio sexual

temprano y muchas veces riesgoso, o la actividad sexual coercitiva y abusiva. Desde esta
perspectiva la homofobia es destructiva para hombres y mujeres, ya sean homosexuales o

heterosexuales.

Los roles de género de hombres y mujeres, que se refuerzan mutuamente, tienen

consecuencias especialmente negativas para las prácticas sexuales y la salud reproductiva.

Ellos ponen en riesgo la salud de una mujer cuando la conducen a tener embarazos no

deseados y abortos en condiciones de riesgo. La someten al riesgo de enfermedad por

descuidar su salud,(control prenatal tardío en adolescentes, por ejemplo), por el abuso y la

violencia de género, por prácticas dañinas como la violación y otras formas de relaciones

sexuales obligadas, (perder la pareja si no accede a tener relación sexual) y por las

infecciones trasmitidas sexualmente, ITS, incluyendo VIH y SIDA.

Los hombres también corren riesgos de contraer ITS, VIH y SIDA, aunque en menor medida

que las mujeres, por la presión social a que son sometidos a iniciar la vida sexual

tempranamente, y la aprobación social que reciben por tener múltiples parejas.

El énfasis en el rol reproductivo de las mujeres, excluyendo a los hombres, a menudo

significa que los varones no tienen acceso a servicios de salud reproductiva y no pueden

participar en la toma de decisiones reproductivas responsables.

Es muy importante enfatizar que siendo la sexualidad una construcción social, se puede

influir y modificar. El hablar, el encontrar un lenguaje para lo que no ha sido expresado, es

una vía fundamental para que las personas modifiquen sus percepciones de sí mismas y para

que lleguen a comprender la relación entre su comportamiento individual y el contexto social

y cultural en que viven.

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