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Desde Las Primeras Sociedades Hasta El Siglo XV. Saberes Clave – 2012/ Capítulo 14:
7. Las transformaciones del año 1000; 8 Las peregrinaciones; 9 La expansión militar; 10 Un arte
religioso.

7. Las transformaciones del año 1000


 A partir del siglo XI, muchas cosas empezaron a cambiar en Europa: las invasiones llegaron a
su fin, se emplearon nuevas técnicas de cultivo para facilitar la producción agrícola,
aumentó la población, los viajes se hicieron más frecuentes...
Estos cambios están estrechamente relacionados entre sí. El aumento de la población, por
ejemplo, tiene que ver con el uso de nuevas técnicas de cultivo. ¿Por qué?

Algunos historiadores lo explican del siguiente modo: como la población en Europa crecía
cada vez más, fueron necesarias nuevas técnicas que permitieran aumentarla producción
agrícola para poder alimentar a mayor número de habitantes. Otros historiadores explican
que fue al revés: el uso de nuevas técnicas hizo posible una mayor cantidad de alimentos, lo
que, a su vez, permitió el aumento de la población. Lo cierto es que con una mejor
alimentación (y al fin de las guerras ocasionadas por las invasiones), la gente sufría menos
enfermedades, lo que ayudó a reducir la mortalidad y a aumentar la natalidad.

 Roturaciones
Los recursos con los que contaban los campesinos para alimentar a sus familias y pagarles los
impuestos a los nobles —que cada vez exigían más—, comenzaron a resultar insuficientes. Por
esta razón, empezaron a salir de los límites del señorío, con permiso del señor, en busca de
más tierras para cultivar que les permitiera cumplir con ambas obligaciones. Claro que las
tierras que encontraron no estaban trabajadas anteriormente, así que los campesinos debían
arar el terreno por primera vez. Para ello, se talaron bosques y se desecaron pantanos. Estos
procesos se denominaron roturaciones. Si bien no era algo nuevo, ya que los campesinos
habían avanzado sobre los bosques en numerosas ocasiones, sí eran novedosas las
roturaciones fuera del feudo. Gracias a ellas, los campesinos comenzaron a experimentar
una nueva vida, fuera de la rígida autoridad del señor feudal, ya que este les daba mayor
libertad a quienes se trasladaban para trabajar las tierras más lejanas. Por esta razón, se
hizo conocida la frase: "roturar hace libres".

De todas las roturaciones que se hicieron en tierras lejanas, la más espectacular fue la
llamada "expansión alemana hacia el este", en la que se incorporaron tierras ocupadas por
pueblos eslavos.

¿Y quiénes llevaron a cabo tan impactante expansión? En algunos casos, la empresa fue
iniciada por nobles, quienes, en ocasiones atrajeron a campesinos con la promesa de su
libertad y la autorización para que ellos se administraran justicia por su cuenta. Con estos
incentivos, numerosos pobladores se trasladaron hacia el este y comenzaron a roturar nuevas
tierras. En este proceso de roturaciones también se destacaron algunas órdenes religiosas.
Nuevas técnicas
Pero no solo hubo más tierras sino que las que ya existían bajo explotación se hicieron más
productivas, es decir, se obtenían mayor cantidad de alimentos. Esto sucedió, entre otras
razones, porque se cambió el modo de utilizar las tierras: en lugar de usar la mitad de las
tierras para sembrar y la otra mitad para barbecho, como se hacía tradicionalmente,
comenzó a implantarse la rotación trienal de cultivos, por la que se dejaba descansar solo
la tercera parte de las parcelas y se cultivaban los otros dos tercios al mismo tiempo: un
tercio con cultivos de invierno y otro con cultivos de verano. De este modo, no solo había
más variedad de cultivos sino que también se evitaba el agotamiento del suelo.

Por otra parte, se introdujeron nuevas técnicas que facilitaron el trabajo agrícola, tales
como el uso del arado de vertedera de hierro, que labraba la tierra más profundamente y
era ideal para las tierras duras, o el uso de la collera, que servía para enganchar el animal al
arado para permitirle mejores movimientos. Con esto se pudo incorporar el caballo, que
araba más rápido, en reemplazo del buey. También comenzó a utilizarse la rastra, que era
una herramienta para alisar el terreno y facilitar la siembra.

En otras zonas se extendió el regadío y se introdujeron nuevos cultivos, en ambos casos


debido a la influencia islámica.

Por último, se difundieron los molinos, que hacían el trabajo de 40 personas.

Como consecuencia de todos estos cambios, la producción de alimentos aumentó. ¡Y parecía


que el fantasma del hambre se había alejado!

8. Las peregrinaciones
 La población del siglo XI no solo se puso en movimiento para roturar tierras sino que también
se puso en marcha por medio de las peregrinaciones. Si antes prácticamente no existían, a
partir del siglo XI comenzaron a ser cada vez más frecuentes. Los caminos de Europa
occidental se poblaron de peregrinos, caballeros, comerciantes y algunos campesinos que
conseguían el permiso de sus señores. Muchos peregrinos, movidos por el espíritu religioso o
por la necesidad de cumplir una promesa, comenzaron a dirigirse a lugares considerados
sagrados: Roma, Jerusalén, Santiago de Compostela...

En este último sitio, por ejemplo, se decía que estaba enterrado el cuerpo del apóstol
Santiago. Allí se dirigían a rezar miles de peregrinos, por "el camino de Santiago" que unía
Santiago de Compostela, al noroeste de España, con diversas localidades francesas, desde
donde comenzaban las peregrinaciones.

A lo largo de los caminos que conducían a los diferentes lugares de peregrinación renacieron
las antiguas ciudades o surgieron nuevas aglomeraciones urbanas, donde los viajeros podían
abastecerse de todo lo necesario para su viaje. En el "camino de Santiago", por ejemplo,
además de arreglarse los antiguos caminos, se construyeron puentes, albergues y hospitales
para los visitantes; también se levantaron numerosas iglesias, con grandes interiores para
albergar a miles de personas. No tardaron en instalarse por esta transitada vía comerciantes
que vendían sus productos a los que pasaban. Por lo general, eran alimentos o tejidos,
excedentes del aumento de la producción agrícola.

"Todo el mundo debe recibir con caridad y respeto a los peregrinos, ricos o pobres, que
vuelven o se dirigen al solar de Santiago, pues todo el que los reciba y hospede con esmero,
tendrá como huésped, no solo a Santiago sino también al mismo Señor. Hubo antaño muchos
que incurrieron en la ira de Dios por haberse negado a acoger a los pobres y a los peregrinos
de Santiago. En Nantua, una villa entre Ginebra y Lyon, a un tejedor se le cayó súbitamente
al suelo el paño, rasgado al medio, por haberse rehusado a dar pan a un peregrino de
Santiago que se lo pedía".

Guía del peregrino medieval (Codex Calixtinus), siglo XII.


9. La expansión militar
Las Cruzadas
Además de la pacífica expansión por medio de las roturaciones, entre los siglos xi al xiii tuvo
lugar otra expansión, pero esta vez no se trataba de un pacífico peregrinar sino de
excursiones armadas: las Cruzadas. ¿Qué fueron? Intervenciones militares organizadas por el
Papa y los reyes europeos para reconquistar Tierra Santa, que había caído en manos de los
turcos seldyúcidas, que eran musulmanes.

Los turcos en Tierra Santa amenazaban al Imperio bizantino y a los territorios europeos
occidentales. Además, se mostraban intolerantes con los cristianos que llegaban a Jerusalén,
que fue el principal centro de peregrinación durante la Edad Media. La primera Cruzada fue
convocada por el Papa Urbano II, en 1095.

Con la excusa de ayudar al Imperio bizantino y recuperar Jerusalén, el Papa pretendía,


también, tomar el mando de la Iglesia de Oriente. Además, estas expediciones sirvieron para
canalizar hacia el exterior el espíritu guerrero de los nobles. Muchos caballeros, impulsados
por la fe, el deseo de gloria o el espíritu aventurero, partieron hacia Jerusalén. Se
identificaron con una cruz grabada en sus túnicas, y por eso se llamó "Cruzadas" a las
expediciones, en tanto que a quienes participaban de ellas se los conocía como "cruzados".

La primera expedición no fue protagonizada por los nobles sino por los sectores populares y
no fue reconocida como Cruzada. Alrededor de un monje de Amiens, llamado Pedro y
apodado el ermitaño, se congregaron unas 10.000 personas, entre hombres, mujeres y niños.
Y con el lema "Dios lo quiere", partieron hacia Oriente, a liberar Tierra Santa. Sin embargo,
sin preparación militar y sin armas, fueron presa fácil de los turcos seldyúcidas, que los
aniquilaron ni bien desembarcaron en Nicea.
Después de este intento, las siguientes expediciones estuvieron a cargo de los nobles. Las
Cruzadas fueron ocho en total, aunque no todas fueron iguales: si bien se suponía que todas
ellas buscaban recuperar Tierra Santa, a medida que el tiempo pasaba y no se lograba el
control sobre estos territorios, las Cruzadas fueron sirviendo cada vez más a intereses
económicos y no tan religiosos.

Si bien nunca se recuperó Tierra Santa de manos de los turcos, las Cruzadas tuvieron
importantes consecuencias: favorecieron los contactos y el desarrollo del comercio entre
ambas orillas del Mediterráneo, que volvió a recuperar su papel como vía de comunicación
entre Oriente y Occidente. De hecho, los más beneficiados fueron los mercaderes y
comerciantes —especialmente los italianos de las ciudades como Venecia o Génova—, que
vieron aumentar, en gran medida, sus negocios.

La Reconquista española
Como ya leíste, los musulmanes se habían establecido en la península Ibérica en el año 711,
en épocas de la expansión del Islam. Si bien los cristianos habían mantenido algunos focos de
resistencia en el norte, los principales avances cristianos sobre los territorios ocupados por
los musulmanes se llevaron a cabo entre los siglos XI y XIII. Estos avances se vieron
favorecidos por la desintegración del califato de Córdoba y su fragmentación en pequeños
reinos, por los contactos de la península con el resto de Europa a causa de las
peregrinaciones, y por el apoyo de la Iglesia y de caballeros de distintos lugares de Europa.

En 1085 se reconquistó la ciudad de Toledo; en 1212, la ciudad de Sevilla. A partir de


entonces, solo quedó Granada en poder de los árabes. El proceso de Reconquista, como se
conoció a la recuperación de la península Ibérica por los cristianos, se completó a fines del
siglo XV, con la ocupación de Granada, en el sur, por los Reyes Católicos.
En los territorios reconquistados se organizaron cuatro reinos cristianos: Navarra, Aragón,
Portugal y Castilla. En estos reinos no se estableció un sistema feudal tan fuerte como en el
resto de Europa, ya que los reyes eran los jefes de la Reconquista y mantuvieron control
sobre los nobles. Además, los territorios fueron repoblados con hombres libres, a los que se
les concedieron tierras en propiedad

Actividad

10. Un arte religioso


 Como habrás notado, en este período, la religiosidad fue una parte fundamental en la vida
de todas las personas, y el arte no fue la excepción. A partir del siglo xi se extendió por toda
Europa occidental un nuevo estilo artístico que recibe el nombre de Románico. Por primera
vez, desde la caída del Imperio romano, el territorio europeo quedó unificado por un mismo
estilo artístico, aunque con variantes regionales.

El objetivo principal de las obras de arte era provocar un acercamiento de los fieles a Dios.
Como este estilo se desarrolló durante la etapa feudal, fue sobre todo un arte rural, pues la
mayoría de la población vivía en el campo.

En arquitectura se puede ver la influencia de la religión por el tipo de edificios que se


construyeron, ya que los más representativos fueron las iglesias, las catedrales y los
monasterios. Sus características principales son la monumentalidad y la solidez, así como el
uso de bóvedas de piedra.
En la escultura y la pintura, la religiosidad estuvo presente en la búsqueda del sentido
espiritual de las cosas, y su rasgo característico era la falta de realismo: las pinturas
carecían de perspectiva y los colores eran planos, es decir, no tenían sombreados ni
variantes en los tonos.

En cuanto a los artistas, eran considerados como meros artesanos. En la mayoría de los
casos, ni siquiera se conoce el nombre de quienes realizaban las obras. Solían llevar una vida
itinerante: cuando terminaban su trabajo en un lugar, se marchaban a otro para poder
sobrevivir.

La principal función de la pintura y la escultura románicas no era la decorativa sino la


religiosa y didáctica. Como la mayoría de la población no sabía leer y, aunque supieran
hacerlo, era muy difícil acceder a una Biblia, la Iglesia se preocupó para que el pueblo
conociera las verdades del cristianismo y diversos episodios religiosos a través del lenguaje
visual. Por eso, para decorar las fachadas e interiores de las iglesias, encargó a los artistas
una gran cantidad de imágenes -sobre todo pinturas y relieves- con representaciones
relacionadas con los Evangelios, escenas de la Virgen y el Niño, y otras dedicadas a narrar la
historia de la vida de Cristo. También era habitual que se representaran atemorizantes
escenas del "Juicio Final", que incluían monstruos y demonios con el fin de alejar a los fieles
del pecado.

Actividades

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