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Materia: Comunicación, Cultura y Sociedad (TP1 – Continuidad pedagógica)

Profesor: Sebastian Delgado

"LA NUEVA SOCIEDAD RED" por Manuel Castels

 La sociedad red es la estructura social de nuestro tiempo, la trama de nuestras vidas, como lo fue antaño
la sociedad industrial. Se fue formando en las dos últimas décadas del siglo XX, y se ha ido desplegando
en el conjunto de la actividad humana hasta transformar todo lo que hacemos, vivimos y sentimos. No es
que la tecnología nos determine. Ha sido la interacción entre cambios culturales, sociales, geopolíticos con
una de las mayores revoluciones tecnológicas de la historia, la que transforma información y
comunicación. El resultado ha sido que vivimos de forma cotidiana en una red de redes, locales y globales,
en todas las dimensiones de nuestra vida.

Recordemos que en 1996 había 40 millones de usuarios de internet, hoy hay 4.200 millones. Y que en
1991 los números de teléfono móvil eran 16 millones. Hoy son más de 7.000 millones. Las redes sociales,
que hoy ocupan el centro mediático, cultural y político de nuestras sociedades (4.000 millones de
usuarios), se iniciaron hace menos de dos décadas (Friendster 2002, Facebook 2004).

LAS REDES SOCIALES NO SON EL ÁMBITO DE LA LIBERTAD, SINO EL ESPACIO DE LUCHA POR
LA LIBERTAD

Pero lo más significativo es que las redes digitales, que van más allá de internet porque los mercados
financieros o las comunicaciones militares tienen otras redes especializadas, están entrando ahora en un
proceso de aceleración tecnológica y sofisticación de su uso. La conectividad se transforma a partir de las
redes 5G (y 6G ya en preparación), que incrementan exponencialmente la velocidad, volumen y latencia
(tiempo de respuesta) de la conexión. Y la eclosión de la inteligencia artificial en la gestión de las
máquinas parece ahora una realidad. Porque son las máquinas capaces de aprender y decidir, más que
los humanos, las que necesitan el nuevo potencial de conectividad. Cada uno de nuestros ámbitos de
actividad está siendo modificado por esta transformación tecnológica, social y organizativa.

La empresa red, cuyo nacimiento identifiqué en los noventa en Silicon Valley, se ha convertido en la
organización económica más eficiente y competitiva, que elimina gradualmente formas tradicionales,
jerárquicas e inadaptadas a mercados globales cambiantes. Las consecuencias sociales y ambientales no
están predeterminadas por la tecnología. Todo depende de cómo se haga la gestión de la inevitable
transición tecnológica. Se suprimen viejos empleos, pero surgen extraordinarios mercados laborales de
nuevas posibilidades a condición de que nuestras instituciones educativas adapten su oferta a la nueva
demanda.

En Estados Unidos, en medio de la transformación tecnológica el paro está por debajo del 4%, aunque
muchos empleos son precarios. Pero eso es fruto de políticas neoliberales, porque en Escandinavia, al
mismo nivel tecnológico, el paro es muy limitado y las condiciones laborales y derechos sindicales son
mejores que en la Europa del sur.
La tecnología de redes tampoco nos acerca a la paz. Nuestra más antigua Némesis, la guerra, multiplica
su potencial destructivo, con enjambres de drones capaces de decidir sus itinerarios y objetivos, y
descargar sus letales misiles. Como Estados Unidos lleva la delantera, otras potencias se adentran en la
guerra de las máquinas. Y quienes no son potencias exploran alternativas de confrontación asimétrica con
el terrorismo en el horizonte. La prevención de esa amenaza lleva a la vigilancia sistémica de todos los
humanos. Y mientras, la autodestrucción de nuestra habitabilidad en el planeta avanza. Habrá que
investigarlo, pero ¿es casualidad que los devastadores incendios de Australia, donde han muerto mil
millones de animales, se produzcan en la región en que la capa de ozono se ha hecho más tenue?

Nuestra ciencia nos dice por qué y cómo vamos a morir, pero a la mayoría de los gobiernos les da igual,
unos prefieren no creérselo (como Trump o Bolsonaro) y otros esperan que sean los demás quienes
asuman los costes de la transición ecológica (como es el caso de India y en menor grado China). Por eso
la gestión de la inevitable transición tecnológica y el uso de la ciencia para preservar la vida son
esenciales. Y por eso la política es más importante que nunca, a condición de superar las diatribas
ideológicas y los intereses partidistas. O sea, que se trate de una nueva política.

Sin embargo, según investigué hace algún tiempo, la capacidad de comunicación de redes digitales
autónomas también se incrementa simultáneamente. Movimientos sociales en red, autonomía de crítica,
descentralización de la comunicación superando el monopolio de los medios tradicionales se constituyeron
en embriones de una nueva democracia en red.

Así ha sido en un principio, pero los poderes fácticos de todo tipo han sabido reaccionar, con inmensos
recursos, han penetrado las redes, con desinformación, con manipulación y han conseguido grandes
victorias, como la elección de Bolsonaro o los sesgos pro-Trump en las elecciones estadounidenses. O
sea, que las redes sociales no son el ámbito de la libertad, sino el espacio de lucha por la libertad.

La nueva sociedad red es la que ya se ha desplegado por completo en todo lo que hacemos, somos y
sentimos. Nos guste o no. Y el único antídoto contra sus efectos perversos es la afirmación de valores
humanos y de solidaridad con otras especies y el planeta, a partir de una formación informada, y mediante
una movilización cotidiana contra la ignorancia y la maldad institucionalizadas.

ACTIVIDADES

A- RESPONDER:
1) ¿Qué tipo de relaciones se establecen en la estructura social de la sociedad red?
2) ¿Cómo se construye la realidad?
3) ¿Cómo nace la nueva sociedad red y cuáles son sus características fundamentales?
4) ¿Qué es una red y cuáles son sus partes?
5) ¿Qué fenómeno sucede con las distancias en las redes?
6) ¿Cómo son las estructuras de las redes?
7) ¿Por qué las redes son ideales para un sistema capitalista?
8) ¿Quiénes son los que tienen poder en las redes?

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