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“EL ARREGLO”

 
(Al encenderse las luces nos encontramos en un muelle. El Escritor entra y se dirige
al público)
 
ESCRITOR : Esta narración retrocede muchos años, a cuando yo era joven….Tenía
diecinueve años para mayor exactitud…Y en materia de amor no es que hubiera
aprendido poco, ni siquiera había asistido a clases. Era tan inocente y tímido
que realmente pensaba que desde los comienzos del tiempo, ninguna mujer se
había desnudado completamente. Sobre la felicidad conyugal no me atrevía a
pensar. Y sobre el embarazo había decidido que era causado por un fuerte
apretón de manos que el marido daba a su mujer antes de ir a acostarse… Es
mejor que no les siga contando. Pero mi padre era un tipo maravilloso, de ideas
muy liberales. Con ocasión de cumplir los diecinueve años decidió iniciarme en
los misterios del amor. Como también era un hombre económico, decidió
acompañarme para regatear y para ver que no se fueran a aprovechar de mi
inexperiencia…Les encarezco que vean en mi a mi muy querido padre… (Llama
hacia un lado) ¡Antosha! ¡Antosha! ¿Dónde estás?…No te quedes ahí en la
oscuridad tiritando como un cachorro. Ven acá. Tenemos que ir a terminar con
esa adolescencia…

(Aparece el joven Anton con sus diecinueve años y mas nervioso que un cachorro,
arrugando el sombrero en sus manos).
 
ANTON : No me siento bien, padre. Estoy enfermo.
 
PADRE : ¿Enfermo? ¿Enfermo? ¿Qué es lo que sientes?
 
ANTON : No he pensado en eso aún. Dame unos minutos.
 
PADRE : Miedo. No es mas que eso. Temor pubescente. Yo era igual a tu edad.
 
ANTON : Nunca pensé que hubieras sido de mi edad. Siempre te he tenido por
mayor.
 
PADRE : ¿Qué edad crees que tenía cuando estuve con mi primera mujer?
 
ANTON : ¿Estuviste con una mujer, padre?
 
PADRE : Naturalmente que estuve con una mujer. Todos los hombre que pasan a ser
padres han estado con una mujer en algún momento de sus vidas.
 
ANTON : ¿La misma mujer?
 
PADRE : (Gritando) Ciertamente que no con la misma mujer. ¡Dios mío! ¿Nunca
hablas de esos temas con amigos de tu edad?
 
ANTON : Oh, sí. Todo el tiempo. Pero nos excitamos demasiado para poder escuchar.
 
PADRE : El hombre está obligado a llegar al matrimonio con ciertas experiencias en
materia de amor…De otro modo se pierden años muy valiosos andando a
tientas.
 
ANTON : A mi no me importa perder algunos años en andar a tientas, padre.
 
PADRE : Va todo incluido en el proceso de llegar a ser hombre, Antosha. Primero se
aprende a caminar, luego se aprende a hablar y ahora es tiempo de aprender
esto.
 
ANTON : ¿Estás seguro, papá? En realidad yo no ando ni hablo tan bien que
digamos.
 
PADRE : (Irritado) Antosha, no hay tiempo que perder. No se puede esperar a ser
viejo para transformarse en un hombre joven….¿Vas a entrar ahí y tener tu
primera experiencia con una mujer o debo castigarte para ello?
 
ANTON : Papá…No pienso que vayamos a encontrar una mujer con valores morales
por aquí.
 
PADRE : No estamos buscando una mujer con valores morales. Hay demasiadas
mujeres con valores morales en el mundo y es justamente por eso que tantos
hombres con valores morales deben acudir a sitios como este….Bien,
prosigamos con nuestro asunto.
 
ANTON : ¿Puedo cogerte de la mano, papá?
 
PADRE : Por supuesto que no. No se puede entrar en un sitio como este, para
convertirse en hombre, tomado de la mano del padre….Antosha, no disponemos
de todo el día. Tu madre nos espera de regreso en casa para eso de las
nueve….Nos queda exactamente una hora con diez minutos para que madures.
 
ANTON : ¿Quieres decir que le dijiste a mamá a donde veníamos?
 
PADRE : ¿Me crees tan insensato? Le dije que saldríamos a caminar para tomar un
poco de aire fresco.
 
ANTON : ¿No entrará en sospecha cuando me vea regresar a casa hecho todo un
hombre?
 
PADRE : No es algo que se note, Anton. No salen pintas rojas como en el
sarampión… A lo más puedes tomar una sonrisa maliciosa. Eso es todo…Bien,
vamos.
 
ANTON : Padre…¿No hay otro medios para convertirse en hombre? Quiero decir…
¿No podría dejarme crecer el bigote?
 
PADRE : Antosha, dime la verdad. Si prefieres no seguir adelante con esto te llevaré
de regreso a casa…
 
ANTON : (Asiente) Llévame a casa.
 
PADRE : Espera a que te lo pregunte. ¿Prefieres no seguir adelante con esto? Si tu
respuesta es no, te llevaré a casa.
 
ANTON : Llévame a casa.
 
PADRE : Está bien, regresemos a casa…Te podrás meter en la bañera y jugar con
tus botecitos a vela hasta que estés preparado.
 
ANTON : ¿Te vas a enojar conmigo?
 
PADRE : No.
 
ANTON : ¿Te vas a sentir desilusionado de mi?
 
PADRE : No.
 
ANTON : ¿Te vas a sentir orgulloso de mi?
 
PADRE : No.
 
ANTON : Está bien. Lo haré.
 
PADRE : Eres un gran muchacho, Antosha.
 
ANTON : ¿Y si me gusta, lo puedo hacer otra vez?
 
PADRE : No. Al traerte aquí no fue mi intención dejarte aquí. Que difícil es, Dios mío,
ser un padre liberal. (Entra la muchacha. Tiene pelo rojo encendido y un
cigarrillo en la boca)
 
NINA : ¡Buenas, caballeros!
 
ANTON : ¡Oh, Dios!
 
PADRE : Control, hijo, control.
 
ANTON : Es ella….¿Ella es una de las profesoras?
 
PADRE : Por su aspecto debe ser la directora. Estamos de suerte, hijo. Es una niña
de aspecto muy agradable. Iré a ocuparme de tu matrícula…
 
ANTON : Papá….¿No podría tomar un curso por correspondencia?
 
PADRE : No. Espérame ahí y no te muevas. Volveré enseguida…Y no refuerzas el
sombrero. Estas no son horas para retorcer sombreros. (Va hacia la Nina)
Buenas noches, señorita… Es una linda noche de abril. ¿No encuentra usted?
 
NINA : ¿Ya estamos en abril?… Como yo no salgo mucho…
 
PADRE : Es bien comprensible…Yo…este…Hace mucho tiempo que no trataba un
negocio de esta naturaleza y deseo hablar con usted de un asunto un tanto
delicado…
 
NINA : Treinta rublos.
 
PADRE : ¿Tanto?… Treinta rublos es mucho dinero. Si se tratara de mi sería
diferente, pero no es para mi. Es para mi joven e inexperto hijo. Ese muchacho
con pantalones a media pierna.
 
NINA : Siguen siendo treinta rublos, señor. Aquí no tenemos precios rebajados para
niños.
 
PADRE : No, imagino que no. Pero treinta rublos es un poco…alto, para un muchacho
de diecinueve años….¿No consideraría quince rublos?
 
NINA : Por quince rublos puedo leerle Peter Pan, señor, pero nada más. Con su
permiso. Esta noche llega un barco noruego y tengo que ir a ponerme la peluca
rubia.
 
PADRE : Espere. Hay una circunstancia que usted desconoce…Hoy es el
cumpleaños de mi hijo y yo deseo obsequiarle con algo bueno. ¿Qué me dice?
 
NINA : ¿Qué tal le parece un paraguas?
 
PADRE : En mis días mozos, hace ya treinta años, compartí los placeres con la niña
mas encantadora de esta calle. Se llamaba lika, la lechera…Recuerdo que sólo
me costó diez rublos.
 
NINA : Aún vive aquí si la quiere. Ahora cobra solamente seis rublos.
 
PADRE : Por supuesto que no.
 
ANTON : ¡Papá! ¡Papá!
 
PADRE : ¿Si?
 
ANTON : ¿Ya me matriculaste?
 
PADRE : En un minuto, hijo. Estamos discutiendo los últimos arreglos…. (A la Nina)
Es realmente un joven encantador…Es frágil y dulce. Sabe contar las historias
más deliciosas…Estoy seguro que lo encontrará de lo mas entretenido.
 
NINA : ¿No está trastocando los papeles, señor?
 
ANTON : Padre. Me está dando frío.
 
PADRE : Bueno… Corre y salta para arriba y para abajo. Ten un poco de paciencia.
Si has esperado diecinueve años unos minutos más no harán gran cosa… (A la
Nina) Veinte rublos. Ni un kopecks más. Eso es todo lo que quiero gastar en
su…educación. Por favor. Hagámoslo por él.
 
NINA : (Lo mira y luego sonríe) Convenido. Es usted un padre bueno y amante, señor,
y lo respeto por ello. Si yo hubiera tenido un padre como usted, no habría
terminado en las calles regateando con un padre como usted.
 
PADRE : (Intrigado) Lo que acaba de decir parece encerrar una lección o algo que no
capté muy bien todavía… Entonces arreglado por veinte rublos (Le da el dinero)
Ah, y hay un pequeño servicio que le voy a pedir… Quiero que al terminar… la
velada, la fiesta; sea usted tan amable en decir: “Feliz cumpleaños de parte de
papito”.
 
NINA : (Asiente) “Feliz cumpleaños de parte de papito”, ¿Quiere velitas también,
señor?
 
PADRE : No creo que sea necesario, pero le ruego que sea dulce y suave con él…
Muy suave, le encarezco… (Se seca los ojos) Santos Cielos…Una lágrima…
venir a llorar por esto.
 
NINA : Esperaré arriba. Segundo piso, primera puerta a la izquierda. Seré muy suave,
señor.
 
PADRE : Gracias. Las niñas de ahora parecen ser mucho más comprensivas.
 
NINA : Permítame decirle que son los hombres como usted quienes me hacen sentir
orgullosa de servir en mi profesión. (Le besa una mano y se va).
 
PADRE : Habría sido espléndida nodriza… Antosha, estás matriculado. (Cruza hacia
el muchacho) Listo, hijo. Veinte rublos. Hay que saber regatear con esta gente.
Bien, anda ya. Segundo piso, primera puerta a la izquierda. Yo te esperaré aquí.
No te apresures. (Anton se aleja un par de pasos y se detiene)
 
ANTON : Padre, ¿tengo que decirle algo?
 
PADRE : ¿Como qué?
 
ANTON : Como ¡hola!
 
PADRE : Sí. Hola estará bien y también le puedes decir ¡Adiós! Anda ahora. Te está
esperando.
 
ANTON : ¿No hay ninguna instrucción que desees darme?
 
PADRE : Para eso le estoy pagando a ella una bonita suma. Las preguntas que se te
ocurren. Apresúrate o tendré que entrar a pagarle sobretiempo.
ANTON : Sí, papá…. ya voy. Ya voy…. (Se detiene)
 
PADRE : ¿Qué pasa ahora?
 
ANTON : Es divertido pensar que cuando baje por esas escaleras y salga a la calle…
Ya no seré más tu pequeño Antosha… Seré Anton el Hombre. Gracias, papá…
Bien, adiós. (Llega hasta la puerta).
 
PADRE : ¡Espera! (Anton se detiene) Espera, Antosha.
 
ANTON : ¿Qué sucede, padre?
 
PADRE : Estaba pensando… ¿No preferirías un lindo paraguas?… Habrá tiempo de
sobra el año que viene para que te hagas hombre… Sí, tiempo de sobra el año
que viene…
 
ANTON : Como desees, papito. Sí, papito.
(El padre pasa un brazo por sobre el hombro de su hijo y girando se pierden en la
oscuridad….Música. Toca mientras bajan las luces).
 
Suben las luces y el escritor avanza hacia primer plano trayendo su portafolios de
escritos.
 
ESCRITOR : Espero que el retrato de mi padre haya resultado con cierto cariño. Lo
quise mucho… Y a pesar de todo, con él, a la vez que con los otros personajes
que he compartido con ustedes esta noche, me siento un poquito traicionero.
Cuando dejo mi pluma al final de un día de trabajo, no puedo dejar de sentir que
he robado a mis amigos la preciosa esencia de sus vidas… Lo que más me
atormenta en ese respecto es el de haber pasado momentos maravillosos
escribiendo durante el día de hoy… Pero antes de retirarme… ¿Sobre qué
estábamos hablando con anterioridad a la historia de Cherdyakov?… Ah, sí…
Estaba a punto de decir qué es lo que mas anhelaba hacer de mi vida cuando
niño. Pues, bien… (Piensa un momento) Curioso que ahora no lo recuerde, pero
me encuentro aquí con una sensación de paz y de satisfacción tan grandes, que
en cierto sentido debo estar realizando lo que anhelaba. Quiero agradecerles
esta visita. Y si llegan a andar por estos lados nuevamente, vuelvan a entrar.
Buenas noches… ¡Esperen! Hay una alternativa para el final… Si llegan a andar
por estos lados nuevamente, espero que hereden cinco millones de rublos.
Buenas noches.

(Gira y camina hacia el fondo mientras las luces declinan)

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