0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
11 vistas1 página
El documento argumenta que para ser verdaderamente libre, las personas no solo deben poder pensar y actuar libremente, sino también tener la capacidad de ocuparse de los asuntos que ellos eligen. Además, sugiere que los medios de comunicación masiva pueden ser peligrosos no por imponer ideas o valores, sino por imponer qué asuntos se discuten y dominan el debate público, en efecto "dictando la agenda".
El documento argumenta que para ser verdaderamente libre, las personas no solo deben poder pensar y actuar libremente, sino también tener la capacidad de ocuparse de los asuntos que ellos eligen. Además, sugiere que los medios de comunicación masiva pueden ser peligrosos no por imponer ideas o valores, sino por imponer qué asuntos se discuten y dominan el debate público, en efecto "dictando la agenda".
El documento argumenta que para ser verdaderamente libre, las personas no solo deben poder pensar y actuar libremente, sino también tener la capacidad de ocuparse de los asuntos que ellos eligen. Además, sugiere que los medios de comunicación masiva pueden ser peligrosos no por imponer ideas o valores, sino por imponer qué asuntos se discuten y dominan el debate público, en efecto "dictando la agenda".
Para ser libre no basta con pensar y actuar libremente; es necesario también poder ocuparse de los asuntos de los que uno desea ocuparse. No basta con decir lo que se piensa. Es preciso poder pensar sobre lo que se quiere. Acaso los medios de comunicación de masas sean peligrosos no porque nos impongan ideas o valores, sino porque nos imponen asuntos, porque "dictan la agenda". ABC Cultural, 29/11/2003