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NIÑOS VIVIENDO EN UN MUNDO DE MIEDO

La desconfianza inicia desde el aprendizaje del infante, el vínculo familiar son los
causantes de generar confusión y temor al hablar, ¿Cuántas veces no hemos
escuchado que no es para tanto? La sociedad opina en "pero siempre está alegre"
"pero si parece que no le importa" "ni te violó, solo te toco", por lo general lo
escuchamos de nuestra familia, amigos de confianza, a veces pensamos que
conocemos de verdad a una persona, pero ¿De verdad la conocemos o solo nos
muestra una parte que quiere que conozcamos? Por suerte hay niños o incluso adultos
que se atreven a hablar con familia o amigos para poder superar el trauma que llevan
por dentro, pero hay personas que no, estas personas viven con la angustia, con la
desconfianza y el temor, al tanto de tenerle miedo al contacto físico. El abuso sexual
infantil no es un problema nuevo, sino una de las formas de maltrato infantil que
acompañó al desarrollo del hombre durante toda su historia, aparece en la literatura, en
el cine y frecuentemente en noticias periodísticas. Es el más escondido de los maltratos
y del que menos se conoce, tanto en el ambiente médico legal como en el social. Es
así que la confianza influye mucho en el vínculo familiar, porque es donde el infante
tiene los primeros aprendizajes y admiraciones por cumplir sus metas, y es ahí donde
los padres o tutores influyen en la confianza del infante, por está razón existen dos
caminos, dónde hay confianza y dónde no lo hay, porque no solo los abusos podrían
venir de un conocido o de un profesor, sino también de su propia familia, porque a
veces la propia familia por más que el abusador sea familiar, no le dan validez a la
palabra del infante y actúan como si no habría pasado y esto genera un grave
problema. Las señales siempre son claras, el problema es que no le toman mucha
importancia o simplemente el infante no quiere hablar del asunto por la desconfianza,
no lo dicen por miedo, por temor, o simplemente porque no tienen una buena
comunicación con sus padres u tutores, ellos son la causa de esta situación, los
infantes al tener este problema, cambian parte de su personalidad y de su manera de
pensar, sus mentes son tan pequeñas que no tienen la mínima certeza de que lo que
hacen está mal, no solo es pensar "así es de amargado" "tiene el mismo carácter que
su papá o mamá" "después se le pasará el berrinche", estas palabras son las que se
repite cada noche pensando que es normal cuando no lo es. Estos actos tienen las
consecuencias de callar, no decir lo que siente por miedo, genera un trauma que puede
llegar con la persona hasta que sea adulta y ni así poder superarlo, ¿Te has
preguntado porque hay niños que por lo general están solos, o se enojan por todo?
Todas las señales vienen de algo que está mal en ellos, tanto así que influye mucho el
suicidio, tormentándose cada día de no poder estar bien, se sienten solos, y cuando se
suicida, siempre se preguntan ¿Porque nunca me lo dijo? ¿Por qué lo hizo? "Lo hizo
para llamar la atención", la sociedad influye demasiado al querer dar su opinión,
cuando ni siquiera les importa lo que sienten. Es por eso que quiero hablarte un poco
más sobre el abuso sexual infantil, no es un tema para tomárselo en broma, es un tema
totalmente delicado, que podría ayudarte a saber si la persona a la cual siempre
confías podría estar sufriendo y no te das cuenta.

“Hemos constatado, cómo las víctimas de abuso sexual han preferido callar, porque no
han sentido la confianza necesaria para contar lo que les había ocurrido, tenían miedo
a ser castigados, golpeados, avergonzados”, pero lo más desagradable es que "hasta
1000 millones de niños de entre 2 y 17 años en todo el mundo fueron víctimas de
abusos físicos, sexuales, emocionales o de abandono en el último año" gracias a esto,
los afectados padecen de muchos problemas, lo padres podrán pensar en que las
"actividades o comportamientos" son completamente normal para los niños, por qué
"son solo niños y están aprendiendo" la familia juega un rol clave en la prevención del
abuso sexual y esto se construye día a día, generando vínculos de confianza entre los
padres o tutores con los niños y niñas desde que son muy pequeños.
Muchos sufren de salud y bienestar, incluso hay víctimas que tienen demasiado coraje
hacia sus padres, que simplemente les daba igual, las víctimas pueden presentar
trastornos en la sexualidad y en las relaciones, fobias, ataques de pánico, brotes
psicóticos e intentos de suicidio, las personas fingen apariencias, y si el infante lo
aprende desde pequeño, empiezara a ocultarlo por la "desconfianza" que en realidad
se espera confíanza de esa persona especial para los infantes, pero nunca sabremos
lo que en realidad sucede.
Estos sucesos son muy frecuentes en la mayoría de las familias, pero hay dos caminos
como anteriormente lo comenté, la persona que lo comenta y las que no, todos pasan
por un trauma que generan sin poder superarlo, pero ese pensamiento, los torturaran
para toda su vida, será un momento que no podrán olvidar, los niños no tienes la culpa
de las malas intenciones de los demás.
Las acciones de los adultos generan un conflicto en los pequeños, se la pasan
diciendo "yo a tu edad no me importaba" entre otras palabras, muchas familias fueron
educadas con diferentes costumbres dónde no podían expresarse, pero en realidad
eso no justifica las acciones que un adulto toma y, crea que deberá educar a su hijo
igual "a qué guardé silencio" muchos le reclaman a sus hijos especialmente a las
mujeres, que fueron culpa de ellos, por qué se fueron solos, no debió ir, o el simple
hecho de no es para tanto lo que les sucedió, por lo tanto el hecho de que son niños y
podrían a acostumbrarlos a pensar que es norma cuando no lo esl, estamos viviendo
en que la gente no es buena, y solo lastima a las personas inocentes, personas que no
tienen idea de cómo es la realidad.

La mayoría de los agresores son personas conocidas o inclusive familiares de la


víctima. Casi el 93% de las víctimas menores de 18 años de edad conocen a su
agresor , pero éste no tiene que ser un adulto para lastimar a un niño.
Puede tener cualquier tipo de relación con el infante en cuestión, es decir puede ser:
un hermano o amiga más grande, familiar, maestro, entrenador o instructor, cuidador o
nana, o el padre o madre de otro infante. De acuerdo a la organización 1de6 , “El
abuso sexual [infantil] es el resultado del comportamiento abusivo que se aprovecha de
la vulnerabilidad de un niño y de ninguna manera está relacionado con la orientación
sexual del agresor."
Los agresores son capaces de manipular a sus víctimas para que no hayan podido
hablar sobre el abuso sexual, utilizando varias tácticas. A menudo el agresor usará su
jerarquía para coaccionar o intimidar a la víctima. Incluso podría decirle que este tipo
de actividades son normales o que de cualquier manera las ha disfrutado. Un agresor
puede amenazar al menor, si éste se rehúsa a participar o piensa decírselo a otro
adulto.
Señales frecuentes
● Señales de comportamiento: Retraimiento físico o parecer sentirse amenazados
por el contacto físico, mostrar comportamientos regresivos como chuparse el
dedo, cambio en sus rutinas higiénicas como el rehusar bañarse o hacerlo en
exceso, mostrar comportamientos sexuales inapropiados para la edad,
alteraciones en los patrones de sueño o el tener pesadillas.
● Señales físicas: Moretones o hinchazón cerca de los genitales, sangre en las
sábanas o ropa interior o incluso fractura de huesos.
● Indicaciones verbales: El uso de palabras o frases que son “demasiado adultos”
para su edad, silencios inexplicables o cuando de repente son menos
comunicativos.
Solo es cuestión de ser muy cuidadosos si sospechamos de abuso sexual en los niños,
siempre hay que saber si lo que nos cuestionamos es verdad o mentira. Se debe ser
cuidadoso en la manera de hablar por la cuestión de que están sensibles.

El abuso sexual en niños altera su nivel emocional y relacional, sentimientos de culpa y


vergüenza, dificultades en interpretar las claves interpersonales y en mantener vínculos
sanos.
● Consecuencias a corto plazo: sentimientos de tristeza y desamparo, cambios
bruscos de estado de ánimo, irritabilidad y rebeldía, vergüenza y culpa,
ansiedad, miedo generalizado, baja autoestima, rechazo del propio cuerpo, bajo
rendimiento escolar, dificultades de atención y concentración, conductas
agresivas, rechazo a figuras adultas, consumo de drogas o alcohol, huidas del
hogar, conductas autolesivas o suicidas (Gil, 2017).
● Consecuencias a mediano plazo: trastorno depresivo, trastornos de ansiedad,
trastornos del sueño como terrores nocturnos e insomnio, trastornos de la
conducta alimentaria, distorsión del desarrollo sexual, temor a la expresión
sexual, intentos de suicidio o ideas suicidas, problemas escolares, trastornos del
aprendizaje, huidas del hogar, deserción escolar e inserción en actividades
delictuales, consumo de drogas y alcohol, interés excesivo por juegos sexuales y
masturbación compulsiva, trastorno de estrés postraumático (Gil, 2017).
● Consecuencias a largo plazo: disfunciones sexuales, baja autoestima y pobre
autoconcepto, depresión mayor, trastornos de ansiedad, trastorno de estrés
postraumático, fracaso escolar, promiscuidad sexual, alcoholismo, drogadicción,
inadaptación social, relaciones familiares conflictivas (Gil, 2017).
Al enfocarnos en los comportamientos, emocionales y psicológicas de los niños que
son víctimas de estos sucesos se puede encontrar que presentan cambios repentinos y
bruscos en la conducta, problemas escolares o rechazo a la escuela, relaciones
deficientes con los compañeros, llantos frecuentes, miedo al querer estar solo, a los
hombres o a un determinado miembro de la familia, rechazo al padre o a la madre de
forma repentina, conductas y conocimientos sexuales inadecuados para la edad,,
relatos indirectos o directos de ser o haber sido víctima de abuso sexual, excesivo
interés en temas sexuales, terrores nocturnos, conductas de evitación como:
resistencia a regresar a la casa después de la escuela, huidas de casa,
comportamientos relacionados al estrés, trastornos del sueño, comportamiento
hiperactivo, inseguridad, comportamientos agresivos, depresión con o sin ideación
suicida, fantasías o conductas regresivas, autolesiones, erotización inadecuada de las
relaciones sociales, trastornos de la conducta alimentaria. Por lo tanto también
depende de la edad del menor, el tipo de vínculo que tiene con el abusador y las
concepciones sociales que tiene sobre la infancia y la sexualidad. Generalmente,
cuando se guarda silencio por parte del niño, probablemente sea porque aún no tiene
edad suficiente para comprender lo que está sucediendo, no sabe expresar con
palabras lo sucedido, ha sido persuadido o amenazado para que no hable, por
vergüenza o culpa; en caso de creer ser cómplices o que han provocado los hechos,
piensan que nadie les va a creer o que van a ser castigados por eso.
Fuentes

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