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PALABRA HEBREA “ISH” (‫)איׁש‬.

• Esta palabra significa “varón”, “hombre”.

• Se usa para diferenciarlo de la “mujer” (cfr. Génesis 1:26; 2:24). Aquí es importante
señalar que, en la creación, Dios creó un “hombre”, no un “niño”. Dios creo un ser
que tenía la capacidad intelectual y física de multiplicarse, sojuzgar y señorear
sobre la tierra y sus criaturas (v. 28), tenía la capacidad para trabajar y cuidar el lugar
donde fue puesto (Génesis 2:15), tenía la capacidad para distinguir una variedad de
alimentos y alimentarse a sí mismo (v. 16) y tenía la capacidad de formar una familiar
(Génesis 2:22, 23). La palabra “ish” no significa “niño”, ni hace referencia a un menor
de edad.

• Se usa para hablar del género de un hijo. Dice Génesis 4:1, “Conoció Adán a su mujer
Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido
varón”. La palabra “varón” aquí, hace referencia al género del hijo que tuvo Eva.
Pero, una cosa es que la palabra “ish” se utilice para hablar del “género” de una
persona, y otra cosa es que dicha palabra signifique “niño”. Eso no dice aquí el texto
bíblico.

• Se usa palabra hacer referencia al “hombre de una mujer”, es decir, al “marido” de


una mujer (cfr. Génesis 3:6, “le'iShah”, que literalmente significa “a su hombre”, es
decir, “a su marido”, “a su esposo”), ¿quién creería que el esposo de Eva era un
“niño”? (cfr. Oseas 2:16, “Ishi”, es decir, “mi hombre”. La versión NVI: “esposo mío”,
NTV, “esposo mío”). ¿Acaso debería decir, “mi niño”? ¡Jehová no era “hijo” de Israel
sino su MARIDO! (cfr. Jeremías 31:32).

• Se usa para hablar de “personas” en general (cfr. Salmo 62:9; Job 38:26). ¿Quién
creería que el texto habla de “niños”? ¿Vanidad son los hijos de los niños? ¿Quiso
decir Job que Dios hace llover sobre lugares donde “no hay niños”? Si Dios hizo llover
“Sobre el desierto”, no tiene en mente cierto lugar donde no haya “niños”, sino
donde no haya “personas”, individuos. ¡Un lugar desierto!

• Se usa para hablar de ciertas personas “nobles” o “ricas” (Salmo 49:2). En la Reina
Valera 1960, dice, “nobles”, en el hebreo dice, “benei 'Ish”, que literalmente
significa “hijos de hombre” (Véase Biblia de Jerusalén, 1976). Es verdad que todo
“niño” es “hijo”, pero no es verdad que todo “hijo” es “niño”. Aquí está hablando
del estamento de ciertos individuos, de individuos con poder.
• Denota dedicación a algo o a alguien.

A. “ish naví”, “hombre profeta” (cfr. Jueces 6:8).


B. “ish adamáh”, “hombre de la tierra”, es decir, un agricultor (cfr. Génesis 9:20)
C. “ish Elohím”, “hombre de Dios”, hombre al servicio de Dios (cfr. 1 Samuel 9:7)

• Denota pertenencia a un grupo.


A. “anshéi ha-báyit”, los hombres de la casa, es decir, los esclavos (cfr. Génesis
39:11).
B. “anshéi David”, los hombres de David (cfr. 1 Samuel 23:3).

• Denota gentilicio.
A. “anshéi Nínveh”, los hombres de Nínive, los ninivitas (Jonás 3:5).
B. “ish Yehudáh”, hombre de Judá. En plural, “hombres de Judá” (Isaías 5:3).

• Denota reciprocidad.
A. “ish et ajív”, un hombre a su hermano, cada uno a su prójimo (cfr. Éxodo 32:27).

• Uno indefinido.
A. Alguien (Génesis 13:16).
B. Ninguno (Génesis 23:6; Éxodo 16:19).

• Uso distributivo.
A. “ish jalomó”, cada uno su propio sueño (Génesis 40:5; cfr. Jeremías 23:36; Ester
1:8)
Hasta aquí, la palabra “ish”, “hombre”, no se usa para hablar de “niño”, o “niños”. Los
escritores bíblicos usaron términos adecuados para referirse a “niños”, “bebés”,
“adolescentes”, “jóvenes” o “muchachos”. Por ejemplo:
A. GÉNESIS 34:29 (RV1960), “y todos sus bienes; llevaron cautivos a todos sus niños
(TAF) y sus mujeres, y robaron todo lo que había en casa”.
B. GÉNESIS 43:8 (RV1960), “Entonces Judá dijo a Israel su padre: Envía al joven
conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin de que vivamos y no muramos nosotros,
y tú, y nuestros niños (TAF)”
C. GÉNESIS 50:8 (RV1960), “y toda la casa de José, y sus hermanos, y la casa de su
padre; solamente dejaron en la tierra de Gosén sus niños (TAF), y sus ovejas y sus
vacas”
D. NÚMEROS 32:17-18 (RV1960), “Matad, pues, ahora a todos los varones de entre los
niños (BAT·TAF); matad también a toda mujer que haya conocido varón
carnalmente. 18Pero a todas las niñas (HAT·TAF) entre las mujeres, que no hayan
conocido varón, las dejaréis con vida.”
E. DEUTERONOMIO 1:39 (RV1960), “Y vuestros niños (TAF), de los cuales dijisteis que
servirían de botín, y vuestros hijos (BEN) que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos
entrarán allá, y a ellos la daré, y ellos la heredarán”. Como vemos, es la palabra “taf”
la que hace referencia a “niños”. Por su parte, la palabra “ben” significa “hijos”, los
cuales pueden ser pequeños o grandes. No obstante, aquí el contexto explica que
se trata también de niños al indicar “que no saben hoy lo bueno ni lo malo”. Estas
palabras no aparecen en los textos relativos a la relación sexual entre personas del
mismo sexo.
F. LAMENTACIONES 2:20 (RV1960), “Mira, oh Jehová, y considera a quién has hecho
así. ¿Han de comer las mujeres el fruto de sus entrañas, los pequeñitos ('olaLei, de
“olel”, “niño de pecho”) a su tierno cuidado? ¿Han de ser muertos en el santuario
del Señor el sacerdote y el profeta?”
G. 2 REYES 8:12 (RV1960), “Entonces le dijo Hazael: ¿Por qué llora mi señor? Y él
respondió: Porque sé el mal que harás a los hijos de Israel; a sus fortalezas pegarás
fuego, a sus jóvenes matarás a espada, y estrellarás a sus niños (olel), y abrirás el
vientre a sus mujeres que estén encintas”
H. JEREMÍAS 6:11 (RV1960), “Por tanto, estoy lleno de la ira de Jehová, estoy cansado
de contenerme; la derramaré sobre los niños (olel) en la calle, y sobre la reunión de
los jóvenes igualmente; porque será preso tanto el marido como la mujer, tanto el
viejo como el muy anciano”.
I. GÉNESIS 30:26 (RV1960), “Dame mis mujeres y mis hijos (yeled), por las cuales he
servido contigo, y déjame ir; pues tú sabes los servicios que te he hecho”. El nombre
yeled difiere de ben («hijo») porque especifica con mayor claridad la relación
paternal (Diccionario Vine del Antiguo Testamento).
J. ECLESIASTÉS 11:9 (RV1960), “légrate, joven (bakjur), en tu juventud (yaldút,
“adolescencia”, cfr. Amplified Bible, Classic Edition1.), y tome placer tu corazón en
los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus
ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios” (cfr. Salmo 110:3).
K. GÉNESIS 14:24 (RV1960), “excepto solamente lo que comieron los jóvenes (náar), y
la parte de los varones que fueron conmigo, Aner, Escol y Mamre, los cuales tomarán
su parte”.

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“Rejoice, O young man, in your adolescence, and let your heart cheer you in the days of your [full-grown]
youth. And walk in the ways of your heart and in the sight of your eyes, but know that for all these things God
will bring you into judgment”
L. 1 SAMUEL 21:3 (BJ1976), “Respondió David al sacerdote Ajimélek: «El rey me ha
dado una orden y me ha dicho: «Que nadie sepa el asunto a que te mando y lo que
te ordeno.» A los muchachos (náar) los he citado en tal lugar”.
M. JOB 19:18 (BJ1976), “Hasta los chiquillos (AVÍL) me desprecian, si me levanto, me
hacen burla” (cfr. Job 21:11/RV1960)
N. ISAÍAS 49:15 (RV1960), “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz (ul, “niño de pocos
días”), para dejar de compadecerse del hijo (ben) de su vientre? Aunque olvide ella,
yo nunca me olvidaré de ti” (cfr. Isaías 65:20).
Hasta aquí, ningún término hebreo para “bebé”, “niño”, “adolescente” es usado para hacer
referencia a las relaciones entre hombres. Los textos que condenan el homosexualismo,
nada tienen que ver con “pedofilia”.
Pero, ¿qué hay de aquellas interpretaciones que pretender hacer una apología de las
prácticas homosexuales? Bueno, solamente se trata de interpretaciones erradas.
SODOMA Y GOMORRA, ¿UN PROBLEMA DE HOSPITALIDAD?
Quienes arguyen que el pecado de Sodoma fue uno de hospitalidad, usan mucho de su
imaginación para establecer ese hecho. El problema de los hombres de Sodoma, es que
quisieron cometer un acto de violación en contra de lo que ellos consideraban “varones”.
Ellos pretendían mantener relaciones sexuales a la fuerza con los “varones” que habían
entrado a la casa de Lot. Lo cual indica que, estos hombres estaban habituados a las
prácticas homosexuales.
En el texto bíblico dice, “Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron
a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos” (Génesis 19:5). Los promotores del
movimiento homosexual arguyen que la palabra “conozcamos” no tiene nada que ver con
sostener relaciones sexuales. Ahora, es verdad que la palabra hebrea aquí usada, “yadá”,
tiene diversos usos en el Antiguo Testamento:

• Saber (Génesis 15:8; 2 Samuel 24:2; Éxodo 6:7).


• Darse cuenta (Génesis 3:9).
• Reconocer (Génesis 12:11).
• Entender algo (1 Samuel 20:39).
• Conocer personas (Génesis 29:5).
• Experimentar, conocer (Isaías 47:8).
• Escoger, considerar de manera especial (Génesis 18:19).
• Informarse (Ester 2:11).
• Observar, ver (Éxodo 2:4).
• Tener experiencia, ser experimentado (Isaías 53:3).
• Ser experto en algo (Génesis 25:27; 1 Reyes 9:27; 1 Samuel 16:18).
• Preocuparse, entenderse (Génesis 39:6).
• Tener relaciones sexuales (Génesis 4:1).
Entonces, ¿qué uso tiene en Génesis 19:5? El contexto inmediato, nos indica el uso del
término usado en esta historia. Nótese el verso 8, “He aquí ahora yo tengo dos hijas que no
han conocido (YADÁ) varón; os las sacaré fuera, y haced de ellas como bien os pareciere;
solamente que a estos varones no hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado”.
¿Quién creerá que la palabra “conocer” no significa tener relaciones sexuales? Es absurdo
decir que las hijas de Lot no eran, ordinariamente hablando, conocidas en dicha ciudad,
dado que tenían viviendo allí desde su nacimiento.
Ahora, es verdad que en el verso 4, leemos la palabra “joven”, del hebreo “náar”, ¡Pero no
“niños”! La psicología que muestran estas personas, “desde el más joven hasta el más viejo”,
no es la de “niños”, sino de individuos que comprenden lo que es bueno y lo que es malo,
pues trataban de llevar a cabo un acto de “maldad” (v. 7). Los actos homosexuales son
evidentes, dado que estos no quisieron hacer nada con las hijas, mujeres jóvenes de Lot.
Por tanto, el texto no habla de actos de “pedofilia” ni tampoco trata con un problema de
hospitalidad, sino de la pretensión de tener relaciones sexuales con varones. 2
Ahora, en el texto paralelo, 2 Pedro 2:6-8, se confirma que Sodoma fue totalmente
destruida porque era una ciudad llena de homosexuales que practicaban su libertinaje
sensual e impío día tras día. La palabra de Dios es su mejor intérprete. No solamente 2 Pedro
2:6-8 aclara como debiésemos entender el pecado de los Sodomitas en Génesis 19, lo
mismo hace la referencia a Sodoma en Judas verso 7. Los Sodomitas fueron condenados,
enseña Judas, por violar el orden de la creación de Dios con respecto a la sexualidad (cf.
“contra naturaleza” en Romanos 1:26). Es precisamente la anti naturalidad del vicio
practicado por los Sodomitas que Judas enfatiza como la razón para la manifestación
extrema de la ira divina. Los Sodomitas son descritos como “cometiendo fornicación y yendo
tras carne extraña [diferente].” El verbo Griego “ekporneuein” es intensivo, denotando una
forma de inmoralidad sexual extravagante. El participio “apelthousai” añade una
intensificación adicional y conlleva el sentido de un abandono total a la impureza. Se dice
que el objeto de esta forma extrema de fornicación es la “carne diferente” (sarkos heteras)
– diferente de la norma establecida por Dios en la creación, siendo del mismo género en

2
En la historia similar de Jueces 19:16ss., los pobladores Gabaa rodearon la casa de un huésped y exigieron
“conocer” al huésped varón que se hallaba dentro. Esto fue considerado una petición malvada, y se hizo la
contrapropuesta de sacar en su lugar a la concubina del huésped, quien fue luego violada hasta la mañana y
dejada muerta. Es claro aquí que los pobladores estaban interesados en las relaciones sexuales (“conocer” en
ese sentido), originalmente con el huésped varón. Al igual que los Sodomitas eran homosexuales en
orientación.
lugar del género opuesto. Fue por este tipo “diferente” de relaciones sexuales que Sodoma
fue colocada bajo la terrible venganza de Dios.3
¿Qué hay sobre Levítico?
Cuando se aborda la controversia sobre la ideología de género, sobre todo desde una
perspectiva bíblica, los promotores de la homosexualidad, sean estos religiosos o no,
van tomando textos bíblicos que son citados frecuentemente para mostrar que Dios
no aprueba dichas conductas o relaciones, para presentar, según ellos, una nueva
interpretación que busca minimizar dichos pasajes a problemas que tratan con
asuntos meramente rituales. Tal es el caso con Levítico 18:20 y 20:13. Los textos
bíblicos referidos dicen:

• Levítico 18:20, “Además, no tendrás acto carnal con la mujer de tu prójimo,


contaminándote con ella”.
• Levítico 20:13, “Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación
hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre”
El argumento consiste en señalar cierta “falacia selectiva”, pues, quien cita dichos
pasajes para censurar la homosexualidad desde un punto de vista bíblico, no sigue
a Levítico en otros asuntos para ser respetados el día de hoy. Ellos nos acusan de ser
inconsecuentes. Señalan que, de manera selectiva, tomamos dichos versículos e
ignoramos el resto de ellos para ser guardados hoy en día. Se cree que, si
pretendemos tomar las palabras que provienen de la boca de Dios en Levítico 18:20
y 20:13, ignorando el resto de instrucciones y leyes, somos inconsecuentes. También
se afirma que, si todas y cada una de las leyes de la ley han sido cumplidas por
Cristo, entonces se debe concluir que también las leyes referidas en tales versículos
son igualmente cumplidos y caducados, así como los son los mandamientos
referentes al templo y los servicios sacrificiales (cfr. Hebreos 9-10) o las leyes
dietéticas (cfr. Hechos 10).
Apología de la ética moral de la ley.
Para todo fundamentalista, o incluso, para toda persona que busca justificar
determinado pecado, es fácil abrazar el conjunto de palabras de Dios y echarlas en
la basura, indicando que, o son caducadas, o no son aplicables en conjunto con otras
leyes que, efectivamente, todos aceptamos como no vigentes. Ante estas dos
objeciones, es importante señalar que, el texto de Levítico va más allá que solamente
mostrar aspectos de carácter ritual, sino aún de otra índole que, por su naturaleza,
sea esta ética, moral o natural, trascienden de un testamento a otro. El

3
Algunos apelan a Judas 7, admitiendo la referencia allí a relaciones sexuales anti naturales, pero tomando la
“carne diferente” que fue el objeto del deseo para referirse a relaciones sexuales con ángeles. El problema
lingüístico y teológico es que la “carne” no le es atribuida a los ángeles en la Escritura (cf. 1 Corintios 15:39).
fundamentalista que dice, «El Antiguo Testamento está abolido», siempre tendrá
que lidiar con la verdad de que, parte o algo de su contenido siempre es aplicable en
cualquier época y en cualquier parte del mundo. De otro modo, cómo explicará que
“Toda la Escritura”, en la que se incluye, desde luego, el Antiguo Testamento, “es útil”
(2 Timoteo 3:16-17). Si “es”, entonces nadie puede entender que “fue”, o que “haya
sido”; sino puntual, actual y continuamente sigue siendo “útil”. Por tanto, debemos
tener cuidado en rechazar, de manera total y absoluta lo que Levítico dice.

En primer lugar, debemos hacer notar que, aunque diversas leyes y prácticas del
Levítico han sido abolidas, también es verdad que hay muchas de ellas que, en lugar
de haber sido abrogadas, son trascendentes. Es evidente a partir del pasaje extendido
de Levítico 18-20 que el legislador estaba abordando mucho más que conexiones con
la idolatría ritual o con asuntos que distinguían a los judíos de los gentiles. De hecho,
el pasaje en realidad contiene el segundo más importante mandamiento de la ética
bíblica, cuando dice, “amarás a tu prójimo como a ti mismo” (19:18; cfr. Mateo 22:39;
Marcos 12:31, 33; Romanos 13:9; Gálatas 5:14; Santiago 2:8). ¿Puede ver usted la
trascendencia de dicha ley?

Es verdad que uno de los propósitos de la ley, era apartar a los judíos de los gentiles
(cfr. 18:3-4, 24-30) pero, dicha finalidad no era llevada a cabo solamente por leyes de
tipo ritual (cfr. 19:21-22) o de símbolos pedagógicos (cfr. 19:19); sino también con
cuestiones de carácter moral. Por ejemplo, la ley prohibió el “incesto”, el cual, por
cierto, dijo Pablo, “cual ni aun se nombra entre los gentiles” (18:6ss; cfr. 1 Corintios 5:1).
El pasaje de Levítico habla de algunos asuntos que son claramente morales, no
meramente rituales, en carácter: tales como la compasión por el pobre y el
discapacitado, la honestidad en nuestras palabras y en las finanzas, el no guardar
rencor o contar chismes (cfr. 19:9-18), la prohibición de la prostitución, inculcar el
honor por los ancianos, el ser justos con los viajeros, y usar estándares justos de
medida (cfr. 19:19-37). La misma combinación de leyes respecto a los rituales, para
distinguir a los judíos de los gentiles, y a asuntos morales (e.g., el maldecir a los
padres, el adulterio, la bestialidad) se encuentra en Levítico 20.

Ignorar, por tanto, dicha realidad que hemos antes considerado, es simplemente no
tener la menor consideración al texto en su intento por reducir toda su enseñanza a
un tipo de asunto, y de este modo su conclusión de que la homosexualidad es
condenada en Levítico como una impureza ritual (en lugar de ser condenada como
algo intrínsecamente erróneo). Por tanto, no existe ninguna falacia selectiva, sino
más bien, una “generalización precipitada” y, además, sin fundamento. No hay
falacia donde se cita la ley correctamente, sino donde se le usa torpemente.
La contención semántica.
Otra de las argucias de los promotores de la ideología homosexual, tiene que ver con
la palabra hebrea que explica la prohibición de la homosexualidad en Levítico 18:22
y 20:13, es decir, “TOEVAH”, la cual, según se dice, se relaciona con la impureza
ceremonial, la contaminación étnica y la idolatría gentil más bien que con algo
intrínsecamente malo.

La palabra simplemente significa “repugnante, aborrecible, que disgusta” y se usa


en este sentido básico incluso para casas detestadas por los seres humanos (cfr.
Génesis 43:32; 46:34; 1 Crónicas 21:6; Salmo 88:8; Proverbios 8:7; 29:27) y por Dios
(cfr. Amós 6:8). Cuando se usa en conexión con la desaprobación moral de Dios la
palabra a menudo se relaciona con la idolatría y la impureza ritual, pero no es, en
ninguna manera, una palabra técnica limitada a tales denotaciones. En el Antiguo
Testamento leemos que Jehová encuentra que una cantidad de transgresiones
morales son “toevah”. Por ejemplo, los estándares dobles en las medidas (cfr.
Deuteronomio 25:16), la sed por el derramamiento de sangre y el engaño (cfr. Salmo
5:6), la impiedad general de los ateos (cfr. Salmo 14:1), la maldad cometida por los
reyes (cfr. Proverbios 16:12), el adulterio (cfr. Ezequiel 33:26), etc. Entonces, una vez
más, el esfuerzo por reducir el reproche bíblico sobre la homosexualidad, que es
“repugnante” a la vista de Dios, a un asunto de impureza ritual comprueba ser un
caso de una lectura arbitraria que es introducida en el texto para pretender evadir lo
serio del caso. Por cierto, esto mismo se puede decir del término griego en la
Septuaginta, donde se habla de “abominación” en los pasajes de Levítico sobre la
homosexualidad (bdelugma). Erróneamente se afirma que dicho término atañe
específicamente a las violaciones de la pureza y la adoración ritual. Pero, en realidad
el griego es usado más ampliamente para cualquier cosa que encienda la ira de Dios,
incluyendo los pecados no ritualistas tales como las balanzas falsas (Proverbios 11:1,
LXX), el engaño (Salmo 5:6, LXX), los malos pensamientos (cfr. Proverbios 15:26),
etc.
Conclusión.
Cuando los cristianos citan Levítico 18:20 y 20:13 para hacer ver que la práctica
homosexual es reprobada por Dios; no cometen una falacia selectiva. Por el
contrario, muestran lo que, para Dios, moralmente hablando, es una actividad
abominable o repugnante. Por su parte, los promotores de la agenda homosexual,
son culpables de cometer una verdadera falacia, ignorando por completo la utilidad
de las Escrituras del Antiguo Testamento. Por tanto, todo lector serio de la Biblia,
aunque podrá ignorar algunos textos relativos a Levítico, al mismo tiempo tendrá
cuidado con aquellos que representan la ética de Dios para la conducta del ser
humano.

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