Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
TEMA 51.
Repercusiones de la segunda guerra
mundial. Las relaciones políticas
después de 1945. La política de
bloques. La ONU.
AUTORES
ACADEMIA CELEO
TELÉFONO: 969236869/654327956
WEB: www.centroceleo.es
Tema 51º. Repercusiones de la Segunda Guerra Mundial. Las relaciones políticas después de 1945. La política
de bloques. La ONU
BLOQUES. LA ONU
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
En este tema se analiza la evolución de las relaciones internacionales en el mundo desde
1945 teniendo como punto de partida claro la II Guerra Mundial. Este ha sido, con diferencia, el
conflicto más sangriento y duro de la historia de la humanidad, enfrentando a totalitarismos
fascistas y democracias liberales, llegando estas últimas a aliarse con el totalitarismo soviético.
Tras la derrota del fascismo, era inevitable la ruptura de democracias occidentales y comunistas
soviéticos, siendo aquellos encabezados por los EEUU. Efectivamente, la guerra supuso la
desaparición de las potencias europeas de la escena mundial y el ascenso brutal de
estadounidenses y soviéticos, que lideraron al bloque demo-liberal y comunista respectivamente.
El antagonismo entre las denominadas superpotencias fue el que rigió la evolución de las
relaciones internacionales entre 1945, fecha del final de la II Guerra Mundial y 1989-1991. Entre
estos años uno de los bloques, el comunista, se derrumbó al caer en 1989 los regímenes de
democracia popular europeos y desaparecer en 1991 la propia Unión Soviética.
Durante la denominada guerra fría la política internacional siguió unos parámetros
relativamente sencillos, dado el hecho de que los conflictos habidos en diversos puntos del globo
estuvieron en la mayoría de las ocasiones mediatizados por alguna de las superpotencias o por
ambas. Este esquema bipolar empezó a resquebrajarse con la emersión del Tercer Mundo,
aunque su verdadera ruptura se produjo con la caída de uno de los dos pilares de ese sistema, el
soviético. Desde 1991 hasta la actualidad el mundo ha tratado de adaptarse a un nuevo esquema
de relaciones internacionales, en el que ha salido a la luz una realidad multipolar en la que, pese
a todo, los EEUU son la principal potencia, con fuertes alianzas de diverso tipo en todo el
planeta. Igualmente, se ha producido un auge de las organizaciones multinacionales de carácter
regional, ante la realidad de un mundo cada vez más complejo y globalizado.
Finalmente, hay que tratar acerca de la única organización internacional que acoge en su seno
a todas las naciones del planeta, la ONU, surgida en el ambiente de la II Guerra Mundial y cuya
gestación se dio durante los comienzos de la guerra fría. Hay que hacer especial hincapié en la
organización de la ONU y en sus principales logros, aunque sin olvidar sus fracasos, dada la
mediatización de la que es objeto por los diversos intereses pasados y presentes y la necesidad
que tiene de readaptarse al nuevo marco internacional surgido en los 90.
Para el estudio y argumentación de tema se han consultado diferentes Fuentes Bibliográficas,
según las diferentes pretensiones del mismo, destacando los siguientes:
Pierre Renouvin, Historia de las Relaciones Internacionales, editorial Ariel.
Giuseppe Mammarella: Historia de Europa contemporánea 1945-1990. Ariel. Barcelona
1990.
Fernández, A.: Historia Universal Contemporánea, Vicens Vives, 1996.
Kinder y Hilgeman, Atlas Histórico volumen II, editorial Istmo, 1995.
4. Finalmente, en 1945, año de la victoria aliada, hubo dos conferencias, una antes de la
victoria sobre Alemania y otra inmediatamente después:
La Conferencia de Yalta, en febrero, entre los tres grandes. A pesar de los recelos
mutuos que empezaban a existir entre los Aliados, se alcanzaron diversos acuerdos y
se elaboraba la declaración sobre la “Europa liberada”. En ella se confirmaba la Línea
Curzón como frontera entre Polonia y la URSS, además de reconocerse al gobierno
polaco de Lublin, que se uniría al del exilio en Londres. También se acordaba que
Alemania quedaría dividida en tres zonas de ocupación y pasaría a estar regida por
un consejo aliado. Se fijaba como prioridad finalizar la guerra en Europa y después en
Extremo Oriente, comprometiéndose la URSS a declarar la guerra a Japón tres meses
después de que Alemania hubiera sido derrotada. Finalmente, se concretaba la
creación de una organización internacional tras la guerra, la ONU, algo ya discutido en
la conferencia de Dumbarton Oaks
La Conferencia de Postdam, desarrollada entre julio y agosto, en la que Truman
sustituyó al fallecido Roosevelt y Atlee al derrotado Churchill, quedando Stalin como el
más veterano. En esta conferencia se confirmaban las nuevas fronteras y las
adquisiciones de la URSS, al tiempo que esta anunciaba su declaración de guerra a
Japón en agosto. Igualmente, se concretaba la división de Alemania y Austria en
cuatro zonas de ocupación. Los objetivos de la ocupación serían acabar con el
militarismo y el nacionalismo germanos, establecer cuanto antes administraciones a
nivel local y controlar la industria del país.
Después de 1945 hubo diversas conferencias en las que se firmaron los tratados de paz con
las naciones derrotadas, confirmándose las modificaciones territoriales acordadas en las citadas
conferencias:
1. En 1947 se produjo la firma de los tratados de paz de París entre los aliados por un lado y
Bulgaria, Hungría, Rumania e Italia por el otro.
2. En 1951 Japón firmaba con 49 naciones aliadas la Paz de San Francisco, sin que
estuvieran presentes países como la URSS e India. Los soviéticos firmaron un remedo de
acuerdo de paz en 1956, conocido como la Declaración de Moscú.
3. En 1955 Austria firmaba el llamado Tratado de Estado con las cuatro potencias ocupantes,
lo que supuso la recuperación de su soberanía y la retirada de las tropas aliadas.
4. El caso alemán. Dada su división en cuatro zonas de ocupación y el posterior surgimiento
de dos estados, la RFA y la RDA, nunca se firmó tratado de paz o algo que se le pareciese.
Por tanto, y aunque eran estados independientes, su soberanía seguía estando, al menos
legalmente, restringida por las potencias ocupantes. Esto acabó con la firma del Tratado
2+4, firmado en Moscú en 1990 entre las cuatro potencias ganadoras de la guerra y las dos
EUA en la guerra, que se dejó sentir sobre todo a partir de 1943, aunque ya desde 1942
comenzaron a sucederse las victorias aliadas. Visto con perspectiva, y como ya percibió
Churchill en su día, la entrada del gigante americano, dado su enorme potencial industrial,
inclinó de su lado el conflicto de forma definitiva una vez la maquinaria estadounidense
comenzara a funcionar
Dadas las características de la guerra, puede que resulte más sencillo entender porque el
conflicto va a alcanzar unas repercusiones tan brutales a nivel demográfico y humano,
económico y geopolítico:
1. Pérdidas humanas. Son las mayores que una guerra ha producido en toda la historia de la
humanidad, cifrándola los historiadores entre 50 y 60 millones de habitantes. El elevado
porcentaje de víctimas civiles, un 50% del total frente al 20% de la Gran Guerra, constituyó
otra nota peculiar. De manera general hay que distinguir, desde el punto de vista de las
repercusiones demográficas, el Este y el Oeste europeos, siendo aquél mucho más
perjudicado, lo que explica la mayor dureza soviética para con Alemania. En la URSS
murieron más de 20 millones de personas, la mitad civiles, un 10% de su población.
Polonia, pese a apenas intervenir en el conflicto bélico, pierde un 15% de su población, 6
mill., la mitad de ellos judíos. Yugoslavia fue otra nación mártir, con 1,2 mill. de civiles
muertes más 0,3 mill. de militares. Por el contrario, en el oeste, Italia tuvo 400.000 muertos,
Francia 600.000 al igual que el Reino Unido, mientras que los Estados Unidos tuvieron
300.000 bajas cuando tuvo 12 mill. de combatientes y luchó en todos los frentes, prueba de
su adaptación máxima a la guerra de máquinas. Por lo que respecta a Japón, la experiencia
más dramática fueron los 200.000 muertos de las bombas atómicas, pero el total no se
conoce ni por aproximación, ya que millones de ciudadanos abandonaron las islas para
trasladarse al continente y luego regresaron, hablándose de entre 2 y 3 mill. No fue solo la
potencia destructiva de la tecnología militar la responsable de la catástrofe demográfica y
los sufrimientos. Los programas de exterminio nazis acabaron con la vida de más de 6 mill.
de judíos y cientos de miles de eslavos y gitanos en los campos de exterminio y trabajo de
Auschwitz, Mauthausen, Dachau y Buchenwald entre otros.
En el capítulo demográfico también debe anotarse la modificación del mapa étnico europeo
con intensos desplazamientos de población. Al aceptar Churchill la frontera de postguerra
entre la URSS y Polonia, 3,5 mill. de polacos abandonaron las zonas del este. En
compensación, Polonia recibió los territorios alemanes al este de la línea Oder-Neisse, lo
que provocó el éxodo de 6,5 mill. de alemanes, pese a las protestas de Churchill. A las
dificultades alemanas propias de la destrucción sufrida y de esta oleada humana se
sumaron los 2,5 mill. de expulsados de los Sudetes checos y los 0,2 mill. de Hungría. En los
espacios bálticos la suerte más cruel la sufrieron las tres naciones bálticas, cuyas
una política de buena vecindad con los EUA. Este giro significativo, que hizo disminuir la tensión,
fue rematado con el desmoronamiento del comunismo en 1989, tras la caída del muro de Berlín,
en toda la Europa del este y el inicio de su tránsito hacia un sistema democrático y capitalista.
Finalmente, en 1991 la propia URSS se desintegró en diversas repúblicas independientes, como
sucedió ese año con Yugoslavia y un año después con la partición de Checoslovaquia en dos
estados. Pese a ello, pervivieron algunos regímenes comunistas como Cuba y China, pero ya no
ambicionarán la expansión del sistema comunista, como quiso hacer la URSS tras la II Guerra
Mundial.
relaciones internacionales. Las fases serían cuatro: el inicio de la guerra fría 1945-1950, la
máxima tensión entre bloques 1950-1963, la coexistencia pacífica 1963-1985 y Gorbachov
y el final de la guerra fría 1985-1991. Hemos optado por esta clasificación, dentro de la cual
incluiremos, obviamente, elementos de la antes mencionada, por considerar que permite
una mejor visión de conjunto sobre la conocida como guerra fría.
enemigo a cualquier precio, surgiendo la “doctrina Truman”, que reflejaba la idea de contener el
expansionismo soviético incluso recurriendo a la fuerza si era necesario.
Antes de ver la crisis de Berlín, que va a estallar en 1948 y que supone un peligro real de
guerra, habrá una serie de puntos de ruptura entre soviéticos y angloamericanos:
1. Trieste, enclave portuario del Adriático con abrumadora mayoría de italianos. La ciudad
libre se dividió en una zona angloamericana y otra yugoslava, dándose la primera fricción.
2. El Estatuto del Danubio, que Truman quería que recogiera la libre navegación por acuerdo
internacional, mientras que la URSS, que tenía a sus tropas ocupando los países ribereños,
prefería un acuerdo de los mismos.
3. Grecia. En los últimos meses de la guerra Churchill había logrado que se reservara una
zona de influencia inglesa en Grecia, país en el que se encontraban enfrentados
comunistas y monárquicos, teniendo que intervenir tropas británicas en 1944. En las
elecciones de 1946 se produjo la victoria monárquica y se reencendió el conflicto. En 1947
Londres pidió a Washington que asuma el apoyo económico y militar al gobierno griego,
que acabó imponiéndose a las guerrillas comunistas, al ser Inglaterra incapaz de seguir
haciéndolo. Este hecho es botón de muestra de la nueva era, el ascenso de las nuevas
potencias frente al declive europeo.
4. Los sucesivos golpes de fuerza comunistas en diversos países del este provocaron el
establecimiento en dichos Estados de regímenes de democracia popular, satélites de
Moscú: en 1946 se establecía la república popular en Bulgaria; en 1947 los comunistas se
hicieron con el poder en Polonia, después de haber conseguido imponer el gobierno de
Lublin en 1944; en este mismo año será Hungría la que pase a englobarse dentro del
bloque soviético con régimen de democracia popular; en Rumania se percibía ya esta
situación de marcha hacia un régimen de partido único, el comunista, que acabará de
imponerse también en este año. El día 5 de junio de 1947 el general Marshall anunció la
entrega de donativos y créditos a las naciones europeas, excepto la España de Franco, que
lo pidieran para ayudar a su reconstrucción, que se basarían en la entrega de dinero y de
tres productos básicamente: trigo, carbón y algodón, evitando en lo posible el envío de
productos manufacturados. El programa no hacía excepción de regímenes, pero la URSS
se apresuró a rechazarla y a influir para que adoptaran la misma actitud sus satélites. En
octubre Moscú anunciaba la creación del Kominforn, sustituto del Komintern.
5. También fuera de Europa hubo confrontación. En Irán Rusia apoyó a los grupos
guerrilleros del norte, procomunistas, aunque al final acabó imponiéndose el gobierno
probritánico. En China se reinició la guerra entre los comunistas de Mao Tse Tung y los
nacionalistas de Chiang Kai Check; Corea quedó dividida en dos zonas de ocupación,
soviéticos al norte del paralelo 38 y estadounidenses al sur.
Sin embargo, en este periodo si hay un año a destacar con un hecho de máxima tensión, es
1948 con la crisis berlinesa. Dicha crisis se vio precedida, acompañada y seguida por otras crisis
que explica el surgimiento final de los bloques. En primer lugar se produjo el golpe de Praga, tras
el anuncio checoslovaco de solicitar el Plan Marshal, que supuso el final de la única democracia
que quedaba en la Europa oriental y su paso a democracia popular bajo la órbita soviética. Al
poco se produjo el cisma yugoslavo. El mariscal Tito fue condenado por el Kominform al pedir
Yugoslavia su propia vía hacia el socialismo, aunque lo grave era que potenciaba una federación
balcánica bajo su égida, produciéndose la ruptura Moscú-Belgrado.
Pero el hecho más trascendental fue la crisis berlinesa que estalló en mayo de 1948. La ciudad
se encontraba dividida en cuatro zonas de ocupación, al igual que el país, con cuatro
comandantes militares, inglés, francés, estadounidense y soviético, que gobernaban cada zona.
Ante las dificultades existentes, los occidentales decidieron fusionar sus zonas, previendo en
Londres la creación de un solo Estado. Stalin habló de violación de lo acordado en Postdam y el
24 de junio de 1948 se inició el bloqueo, ya que el acceso a las zonas occidentales por tierra
debía hacerse por la zona soviética de Alemania. La única vía posible de abastecimientos era la
de los corredores aéreos. Stalin, que no confiaba en la aviación, creía que los occidentales
entregarían Berlín por asfixia, pero el tren aéreo funcionó. En mayo de 1949 Stalin decidió en una
conferencia de ministros de Asuntos Exteriores interaliada suspender el bloqueo.
Desde el punto de vista político la crisis aceleró la configuración de dos Estados alemanes,
creándose en 1949 la RFA y la RDA. En el 50 Konrad Adenauer, canciller germanooccidental,
intentó la reunificación con elecciones libres, pero los dirigentes de la RDA dijeron que sólo lo
aceptarían si la representación era paritaria, fracasando el proyecto.
Además se aceleró la formación de dos bloques antagónicos en torno a las superpotencias. En
1947 se firmó el pacto anglofrancés de Dunkerke; en 1948 se agrupaban con los países del
BENELUX en la UEO. Pero se necesitaba el concurso diplomático y, sobre todo, el militar, de los
EEUU, por lo que en abril de 1949 se firmaba en Washington la Alianza del Atlántico Norte,
surgiendo la OTAN, con EUA, Canadá, los cinco países de la UEO, Italia, Islandia, Grecia,
Dinamarca y Noruega, siendo Eisenhower nombrado generalísimo. Pero EUA no se quedó en la
OTAN, sino que crearán toda una tupida red de organizaciones político-militares con otros
aliados, como el ANZUS, la SEATO y la OEA.
Por su parte, la URSS entretejió una tupida red de pactos con las democracias populares
desde 1948. La red se basaba en el establecimiento de alianzas a diversos niveles:
1. Militares, con la firma de 65 tratados de alianza y asistencia mutua entre los diversos
Estados y de todos con la URSS. En 1955, como reacción ante la entrada en la OTAN de la
RFA, la URSS firmó con RDA, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Albania, Rumania y
Bulgaria la alianza militar del Pacto de Varsovia.
independentistas que estaban dispuestos a expulsar a los colonizadores por la fuerza. Los EUA,
ante esta situación y el peso del marxismo-leninismo en esos movimientos propugnaba el acceso
pacífico a la independencia. Por su parte, la URSS, que también esperaba obtener beneficios del
proceso, prefería que la independencia fuera alcanzada por las diversas naciones de forma
violenta y revolucionaria, ya que esto reforzaría los movimientos comunistas insurgentes.
De esta manera, el deseo de las superpotencias de ampliar sus esferas de influencia, aun a
costa de sus enemigos, provocó diversas tensiones y enfrentamientos indirectos entre las dos
superpotencias, esparcidas por los distintos continentes. Dichas tensiones entre potencias se
mezclaron con los deseos de algunas potencias europeas de mantener su primacía colonial o
neocolonial, lo que provocó fricciones en el bloque occidental y, por otro lado, se produjeron los
primeros signos de ruptura dentro del bloque soviético.
En primer lugar cabría hablar se Asia, donde la victoria del comunismo en China en 1949
supuso un duro revés para los EUA y, al tiempo, había despertado a los movimientos comunistas
de otras zonas, como Indochina. Los EUA trataron de frenar a toda costa al comunismo y la
expansión posible de los estados comunistas, como China y Corea del Norte. Dos fueron los
conflictos más importantes de estos años en este continente:
1. La Guerra de Corea 1950-53. Dos fueron las bases de este conflicto arquetípico de la
situación de la Guerra Fría. En primer término, la resolución que decidió su partición sobre
el paralelo 38º N en dos zonas, mostrándose la prevista provisionalidad muy pronto como
base para la creación de dos Estados. Otra causa, más antigua, era la misma historia de la
península. Había sido permanente objeto de disputas entre Japón y Rusia. En agosto de
1945 el norte fue ocupado por las tropas soviéticas, al tiempo que los norteamericanos
ocupaban el sur. Esta era una solución temporal que acabó en partición definitiva, que
acabó desembocando en un conflicto interno. Como factor añadido estaba la presencia de
la China comunista, que apoyaba a Corea del Norte. En 1950 las tropas del norte atacaron
e invadieron el sur, que disponía de un ejército muy inferior, quedando tan sólo la zona de
Pushan libre de fuerzas nordcoreanas. Al tiempo, el Consejo de Seguridad de la ONU
aprobó la intervención de un ejército bajo su bandera a iniciativa de Washington, dispuesto
a aplicar su política de contención. Dicha aprobación pudo darse gracias a la ausencia del
embajador soviético. Las tropas fueron puestas bajo el mando del general Mac Arthur, que
usó a Japón como “portaaviones” de la actividad bélica norteamericana. La contraofensiva
de las tropas de la ONU se dio con los desembarcos de Inchon, tras los que consiguieron
ocupar casi toda la península. Ante esta situación, China, que veía agredidos sus intereses,
se decidió a intervenir a favor de Corea del Norte. Entonces Mac Arthur propuso el uso de
la bomba atómica contra los chinos, polémica por la que el presidente Truman decidió
destituirlo. Tras la ofensiva comunista, el frente se estabilizó en 1951 en torno al paralelo
38º, hasta que se firmó el armisticio de Panmujon que sancionaba la división de Corea por
dicho paralelo, fallando el intento de reunificación en la conferencia de Ginebra.
2. Indochina. Poco antes de acabar la guerra, los japoneses desarmaron a las tropas
colaboracionistas de la Francia de Vichy y proclamaron la independencia de Vietnam, Laos
y Camboya. Con la derrota japonesa, mientras los británicos ocupaban Laos, Camboya y
Vietnam del sur, los chinos comunistas hacían lo propio con Vietnam del norte. En Postdam
se decidió la creación de dos zonas de ocupación, una al norte con Ho Chi Minh y otra al
sur pro-occidental. En 1946 las tropas británicas entregaron la administración a las
autoridades coloniales francesas, algo que Ho Chi Minh aceptó siempre y cuando se
reconociera a la república del norte en el seno de la Unión Francesa. Sin embargo, los
ultras franceses apostaron por la fuerza de las armas y se desencadenó el conflicto. Los
EUA apoyaron a Francia con ayuda militar y China y la URSS hicieron lo propio con el
Vietminh. Finalmente, se produjo la derrota francesa en Dien Bien Phu en 1954, y ese
mismo año se produjo la reunión de la Conferencia de ministros del Exterior de Ginebra, en
la que se acordó la creación de cuatro estados independientes: Laos, Camboya y Vietnam,
este dividido por el paralelo 17º N. En el sur, la instalación del gobierno dictatorial de Ngo
Dinh Diem provocó el auge de la guerrilla comunista del Vietcong, iniciándose en 1957 la
segunda guerra de Indochina. Los sudvietnamitas pidieron ayuda a los EUA, que enviaran
asesores y ayuda de material bélico hasta la presidencia de Kennedy, cuando se elevaron a
16000 los soldados y posteriormente se inició una campaña masiva. Los EUA querían
sustituir a Francia como potencia económica dominante en la zona, según afirmaron
algunos apoyándose en documentos de 1954-55, aunque luego el conflicto adquirió un
cariz ideológico anticomunista, aunque no prodemocrático, ya que los EUA apoyaban un
régimen igualmente dictatorial.
En Oriente Medio y el Norte de África también hubo conflictos importantes, vinculados al citado
proceso descolonizador, aunque en ellos se vieron implicadas las dos superpotencias de una
manera u otra, y también las antiguas potencias coloniales europeas:
1. La crisis de Suez 1956. En este año produjo la ocupación anglo-francesa del canal y la
invasión israelí de la península del Sinaí. El arranque estaría en el momento en el que, tras
la II Guerra Mundial, se decidió crear el Estado de Israel en Palestina, habitado
mayoritariamente por población árabe. La zona fue dividida en dos Estados, uno árabe y
otro judío. En 1948 cuando se proclamó el Estado de Israel, los países árabes vecinos,
Egipto, Jordania, Siria y Líbano, atacaron a la joven nación, la cual, con apoyo occidental,
logra derrotarlos y ampliar su territorio, quedando los palestinos con Cisjordania, ocupada
por Jordania, y con Gaza, ocupada por Egipto. En 1956, los árabes vieron con buenos ojos
el apoyo soviético. En este año el líder egipcio Nasser, que simpatizaba con la URSS sobre
todo desde que anunciara su ayuda para financiar la presa de Assuán y era un ferviente
nacionalista árabe, decidió nacionalizar el Canal de Suez, arteria fundamental para el
comercio internacional. El canal se encontraba en aquel entonces en manos de un
consorcio anglo-francés. Ante esa acción, mientras que tropas anglo-francesas ocupaban el
canal el 30 de octubre, los israelíes invadían la península del Sinaí un día antes. Tanto la
URSS como los EUA condenaron la acción, hecho que obligó a británicos, franceses e
israelíes a retirarse de la zona el 7 de noviembre, cuando la ONU creaba una fuerza
internacional para la vigilancia del canal. Este hecho simbolizó el cambio de situación tras la
II Guerra Mundial: las viejas potencias europeas se encontraban subordinadas a las dos
superpotencias.
2. La guerra de Argelia. Esta era una colonia francesa desde 1830, y en ella Francia tenía
fuertes intereses económicos, a lo que se sumaba la presencia de más de un millón de
colonos franceses, los pieds noirs. Tras la guerra, en 1947, se le concedió a Argelia el
estatuto de autonomía con representación en el parlamento de París. Sin embargo, los
argelinos lo que ambicionaban era la independencia, formándose el Frente de Liberación
Nacional en 1954 e iniciándose la guerra. Los nacionalistas franceses, por el contrario,
deseaban una Argelia francesa. En 1958 un golpe de Estado ultra en Argel provocó la caída
de la IV República y el ascenso al poder del general De Gaulle, instaurándose la V
República. De Gaulle, pese a las expectativas de los militares de la OAS, anunció la
concesión de la independencia, aprobada en 1961 con los acuerdos de Evián y ratificada
en 1962, momento en el que Argelia accedía a la independencia. Los grupos
independentistas habían sido apoyados por la URSS por lo que el nuevo gobierno tuvo un
talante socialista.
Europa tampoco escapó de los conflictos de la Guerra Fría, produciéndose en las naciones
sometidas al yugo soviético. Ya en 1952 se produjo una sublevación de los obreros alemanes
orientales, cansados de las imposiciones del régimen y de la escasa representatividad de los
sindicatos oficiales. Sin embargo, el conflicto que tuvo una mayor relevancia fue la revolución
húngara de 1956. Desde que en 1948 los comunistas habían ganado las elecciones, el país era
una democracia popular sometida a los designios moscovitas. En 1956 Imre Nagy era nombrado
secretario general del partido y presidente del consejo en octubre, iniciando contactos con grupos
demócratas. Conocedores del cierto grado de autonomía dado al partido en Polonia, se produjo
el 23 de octubre un levantamiento popular en Budapest, siendo asaltadas las oficinas del partido
comunista. Nagy exigió la evacuación de las tropas soviéticas y el 1 de noviembre anunció que el
país pasaría a la neutralidad, abandonando el pacto de Varsovia. Esto era más de lo que Moscú
podía soportar, disponiéndose a la intervención, que estaría ensombrecida, a ojos de la opinión
pública occidental, por los sucesos del Canal de Suez. Así, el 2 de noviembre los comunistas
soviéticas, iniciándose la denominada crisis de los misiles de octubre. Ante esta situación, al
presidente Kennedy se le planteaban tres opciones: bloquear la isla, bombardear las rampas
soviéticas o invadirla por sorpresa.
Kennedy acabó optando por establecer un férreo bloqueo sobre Cuba, amenazando con
detener a todos los buques soviéticos que quisieran llegar a la isla. En ese momento Kruschev
anunció, después de haber negado en un principio la existencia de los misiles, que esos buques
ya habían partido y defendía el derecho de Cuba a su autodefensa con ayuda soviética. El
dirigente soviético llegó a amenazar con la guerra si alguno de sus buques era interceptado por
los estadounidenses. Tras cuatro días de fuertes tensiones, el líder soviético aceptó retirar de la
isla sus misiles y ordenó el regreso a sus buques. El mundo suspiraba aliviado ante lo cerca que
se había estado de una auténtica guerra nuclear. Las dos superpotencias habían apurado sus
posibilidades, pero se vio que ninguna estaba dispuesta a emprender una guerra que supondría
la destrucción de ambas y del planeta. El gran beneficiado fue el régimen de Castro, que se vio
asentado con el apoyo soviético y reconocido de forma implícita por los norteamericanos. Para
muchos, la supuesta debilidad mostrada por Kruschev durante esta crisis precipitó su
defenestración dos años después a manos de Breznev.
2. Una nueva realidad se planteaba para los dos grandes: a pesar de sus inmensas
posibilidades materiales y de la capacidad destructiva de sus armas, ni la URSS ni los EUA
estaban en disposición de controlar la totalidad del planeta como, hasta cierto punto, habían
hecho hasta ese momento.
3. Los elementos más destacados del viraje de la situación vienen dados por una serie de
acontecimientos, sobre todo en torno a dos países:
La China de Mao se alzó como potencial director del movimiento comunista
internacional en sustitución de una URSS que mostraba signos de cansancio y
anquilosamiento. A mediados de los 60 China, poseedora desde el 64 del arma
nuclear, se separaba definitivamente del bloque soviético tras la ruptura formal de
1959, tanto por motivos ideológicos como territoriales y políticos.
En Francia, el general De Gaulle mantenía una política pretendidamente
independiente dentro del bloque occidental, abandonando la estructura militar de la
OTAN y desarrollando un arsenal nuclear independiente.
Junto a todo esto, la evolución interna de las luchas de liberación en que estuvo en los años 60
empañada buena parte del Tercer Mundo, demostró que funcionaban según una lógica particular
nacida de sus propias circunstancias. La pertenencia o no a uno de los bloques en litigio había
pasado, de esta forma, a un plano secundario y de posterior atención.
Ambas potencias podían comprobar en estos años como la más fiel adscripción a sus
principios iba siendo sustituida por un deseo de libertad de acción. Los EUA, presentados como
benefactores de una Europa postrada en 1945, se veían cuestionados en todos los ámbitos. Su
intervención e conflictos particulares, apoyándose en la fuerza de las armas, les había privado de
muchos respaldos sociales y políticos. Por su parte, la Unión Soviética, segura de sus espacios
de dominio, había visto como repetidamente los países sometidos a ella manifestaban sus ansias
de autodeterminación. El aplastamiento de estos movimientos liberadores en la Europa oriental
no había cerrado el problema.
En palabras de Garraty y Gay, “... podría decirse que, si bien las relaciones entre la URSS y
los EUA aun podían definirse no del todo inadecuadamente como de Guerra Fría (la historia
reciente y las costumbres ya arraigadas probablemente mantendrían esta situación durante algún
tiempo), a finales de los años sesenta esta relación particular no era más que una entre las
muchas que se daban en todo el mundo. La Guerra Fría ya no parecía la descripción apropiada
para una nueva época que, siendo al mismo tiempo más difícil y menos controlable, manifestaba
en cambio una creciente repugnancia hacia la idea de la guerra, ya fuese fría o caliente. Tras un
cuarto de siglo bajo el signo de la guerra fría, el mundo empezaba a avanzar a tientas hacia
diferentes configuraciones y diferentes estilos.”
En efecto, el permanente enfrentamiento iba a tomar nuevas formas. El paso del tiempo y las
diferentes condiciones dominantes obligaban a esta modificación. Los nuevos tiempos iban a
decidir nuevas pautas de comportamiento, que incluso llegaron a dar la impresión en algunos
momentos de que la vieja “Guerra Fría” había terminado por desaparecer. Estos años son
testigos de una reiterada afirmación proveniente de ambos campos, en el sentido de que la
Guerra Fría había terminado, o de que se iniciaba una nueva etapa de cooperación internacional
que superaría los viejos conflictos y enfrentamientos. Sin embargo, la realidad fue muy distinta,
aunque ya no se dieron las características de tiempos pasados.
De esta manera, pese a que se recurre a la vía diplomática con más frecuencias para evitar
conflictos, la carrera armamentística continuó, con el consiguiente aumento de los gastos en
defensa, al igual que prosiguieron los conflictos regionales localizados. Lo que si está claro es
que se alejaba cada vez más el peligro de una guerra nuclear a escala planetaria. Se hablaba, en
resumen, de la coexistencia pacífica, en base a la cual se preveía que comunismo y capitalismo,
democracia popular y democracia liberal podrían convivir de forma pacífica a nivel mundial. A
esta constatación se sumaron los problemas financieros de ambas potencias para continuar con
la carrera armamentística y las dificultades que surgieron en ambos bandos, iniciándose un
proceso para alcanzar un equilibrio de terror entre ambas. Las negociaciones, conocidas como
SALT I, comenzaron en noviembre de 1969 en Helsinki y finalizaron en enero de 1972, con la
firma de dos documentos: el Tratado sobre Misiles Antibalísticos (Tratado ABM) y el Acuerdo
Provisional sobre Limitación de Armas Estratégicas Ofensivas. Ambos se firmaron el 26 de mayo
de 1972 en Moscú. Las negociaciones del SALT II comenzaron en septiembre de ese mismo año
en Ginebra y acabaron en enero de 1979. La segunda ronda de negociaciones, llamada SALT II,
concluyó en el Acuerdo de Vladivostok de noviembre de 1974. El Tratado SALT II se firmó el 18
de junio de 1979. El tratado anterior estableció, por vez primera, límites al número total de
lanzaderas de misiles y de bombarderos estratégicos estadounidenses. Sin embargo, estas
últimas negociaciones se vieron frenadas a comienzos de los 80. Lo importante era constatar el
deseo de ambas potencias de aliviar sus gastos totales. También sería de destacar el acta final
de la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea de Helsinki, en 1975.
Aun con todo lo visto, continuaron los conflictos localizados, en los que detrás de los
contendientes directamente enfrentados, casi siempre se apreciaba la presencia de las
superpotencias que seguían sin estar dispuestas a ceder a sus rivales. Durante este periodo
hubo dos áreas de conflicto destacadas: por un lado Oriente Medio, con el conflicto árabe-israelí
y la guerra Irán-Irak y por otro el Extremo Oriente, donde se desarrolló la guerra de Vietnam o
segunda guerra de Indochina.
El conflicto que quizás mayor relieve tomó fue la guerra de Vietnam, el conflicto de mayor
envergadura y dimensión, probablemente, de toda la Guerra Fría. La guerra de Indochina había
finalizado tras la derrota francesa en Dien Bien Fu y la Conferencia de Ginebra en la que se daba
la independencia a Camboya, Laos y Vietnam, quedando este dividido en dos Estados por el
paralelo 17º N hasta que se celebraran elecciones. Sin embargo, estas no se celebraron nunca y
se inició una nueva guerra civil entre el norte comunista, liderado por Ho Chi Min y el sur de Ngo
Dihn Diem, que había derrocado a Bao Dai, contando con apoyo norteamericano. Los
nordvietnamientas pronto organizaron en el sur la guerrilla del Vietcong cuyo brazo político era el
Frente Nacional de Liberación, que empezó a hostigar a las autoridades del sur y a los
campesinos. En ese momento el gobierno de Saigón pidió apoyo a EUA, enviando Eisenhower
unos cientos de asesores. Bajo la presidencia de Kennedy se elevó el apoyo, alcanzándose los
16.000 soldados cuando el presidente fue asesinado. Con el presidente Lyndon B. Johnson se
inició la verdadera escalada en la zona, primero más o menos oculta y desde 1966, tras la
ofensiva del Tet del general Giap, más abierta. Ante la creciente influencia comunista en Laos y
Camboya el secretario de Defensa, Mac Namara, presentó varias opciones, desde la retirada y
probable caída del sur hasta la ofensiva terrestre contra el norte. Reino Unido y URSS intentaron
mediar, pero los primeros estaban atados por su alianza con Washington y los segundos por su
imagen de líderes del comunismo mundial. En 1966 lanchas nordvietnamitas atacaron un
destructor americano y al poco Johnson ordenó a la aviación estadounidenese atacar el norte. La
guerra de Vietnam produjo un deterioro de las relaciones entre la URSS y China, ya que mientras
Moscú intentaba que la ONU mediara en el conflicto, Pekín, no reconocido por el organismo
internacional como el gobierno legítimo de China, presionaba a Hanoi para que no aceptara las
determinaciones de las Naciones Unidas. Más dramáticas fueron las consecuencias para
Washington, obligado a incrementar de forma paulatina su aparato militar para que el sur no se
desmoronara. De esta manera, los EUA llegaron a disponer en 1969 de más de 500.000
soldados, usando armas terribles como el napalm, bombardeando sistemáticamente las ciudades
del norte. Sin embargo, todo era inútil frente a una naturaleza de selvas y a un pueblo tenaz y
contando con la limitación americana de no poder atacar por tierra el norte. Efectivamente, en
varios momentos se temió la intervención china, pero esta se detuvo al prometer Johnson que no
invadiría el norte por tierra. Los excesos de guerra provocaron en EUA protestas violentas,
creando una importante crisis de conciencia. Un tribunal internacional, presidido por Bertrand
Russell, aplicando consideraciones del juicio de Nuremberg, condenó a EUA por crímenes contra
la humanidad. El desprestigio de la superpotencia llegó a grados inimaginables. En 1968 ganó
las elecciones el republicano Nixon, cuyo objetivo era el desenganche paulatino de la guerra,
iniciado en 1969 y acentuado entre 1971-1972. Después de largas negociaciones, en 1973 se
alcanzó un acuerdo del Fin de la Guerra y Restauración de la Paz, por el que las tropas
americanas abandonarían el país, creándose una zona desmilitarizada entre ambos Estados.
Tras la retirada norteamericana, los sudvietnamitas de Thieu vieron como los nordvietnamitas y el
Vietcong aumentaban sus ataques, hasta que estos llevaron a cabo una gran ofensiva en 1974,
que acabó con el desmoronamiento del sur en 1975, sin que pudiera recibir la ayuda prometida
por EUA, inmerso en el escándalo del Watergate.
En la zona de Oriente Medio el conflicto más importante era el árabe-israelí. Este conflicto
fue y es actualmente una cuestión de extremada complejidad y germen de inestabilidad en la
zona más inestable del mundo. Palestina era una pequeña región con población judía y
musulmana, predominando esta última, formando parte del Imperio Otomano hasta la I Guerra
Mundial. Ya en el siglo XIX el movimiento sionista había reclamado la formación de un Estado
judío en esas tierras, algo prometido por Inglaterra durante la guerra en la conocida como
declaración Balfour de 1917. En 1922 la zona quedó oficialmente bajo Mandato de la SdN,
siendo Inglaterra la encargada de realizarlo. Los británicos intentaron restringir la inmigración
judía para satisfacer a los árabes, según recogía su Libro Blanco. Pese a ello, la inmigración
judía continuará y aumentará desde 1933 debido a la persecución nazi. En 1939 más de 1/3 de la
población era judía y disponía de un 12% de la tierra.
Tras la II Guerra Mundial, con la muerte de millones de judíos, la idea sionista de un Estado
judío independiente fue ganando adeptos. En 1947 se dio el Plan de Reparto de la zona,
aprobado por la ONU, en el que se creaban dos Estados en Palestina, uno judío y otro
musulmán. En mayo de 1948 los británicos se retiraban del territorio y Ben Gurión proclamaba el
Estado de Israel, comenzando la primera guerra árabe-israelí, que se prolongó hasta 1949,
resultando egipcios, jordanos, sirios y libaneses derrotados. Esto supuso la ocupación israelí de
Jerusalén y el aumento de su territorio, quedando Gaza para Egipto y Cisjordania para Jordania.
De 1949 a 1952 continuaron llegando judíos a Israel. En 1956 se produjo la guerra de Suez, con
el ataque israelí a Egipto en respuesta al boicot árabe del cierre del Canal de Suez y las
incursiones de comandos árabes. En 1957 las fuerzas de la ONU se hicieron cargo de los
territorios ocupados por Israel, el Sinaí y Gaza.
Dado el sometimiento del pueblo palestino, en 1964 se creó la Organización para la Liberación
de Palestina, OLP, con un carácter político-militar, que reivindicaba la creación efectiva de un
Estado palestino y la desaparición de Israel. Los países del mundo árabe se pusieron del lado
palestino, mientras que Israel tuvo en los EUA a su mejor aliado. Después de las dos guerras ya
mencionadas, en 1967 se produjo la Guerra de los Seis Días. El canal de Suez seguía cerrado a
los israelíes, a lo que se sumó el cierre egipcio del golfo de Aqaba, lo que estrangulaba la
economía israelí. En una guerra rápida, de seis días, los israelíes destruyeron las fuerzas aéreas
egipcias, derrotaron a los ejércitos egipcio, sirio y jordano y ocuparon los Altos del Golán,
Cisjordania, Gaza y el Sinaí. La intervención de la ONU fue la que detuvo la guerra, firmándose
un alto el fuego, sin que Israel abandonara los territorios ocupados.
En 1973 se produjo una cuarta guerra, la del Yom Kippur. Egipto, Siria y Jordania decidieron
atacar por sorpresa a Israel este día, fiesta judía de descanso absoluto. Pese a las dificultades
iniciales, los israelíes lograron detener a los árabes y los derrotaron. La URSS apoyó de forma
constante a los árabes, mientras que los EUA eran el principal valedor de Israel. Las naciones
árabes productoras de petróleo decidieron empezar a usar este año este producto como arma,
decretando una drástica reducción de la producción de crudo, por lo que su precio creció un 70%,
desencadenando en 1973 una fuerte crisis económica internacional. Finalmente, la ONU logró
que Israel devolviera a Egipto el Sinai. Como culminación del proceso llegó la firma de la paz de
Camp David, bajo los auspicios de Jimmy Carter, entre el presidente egipcio Anuar el Sadat y el
primer ministro israelí Benahim Begin.
Durante los primeros años 80, la hostilidad árabe continuó hacia Israel, aumentando la
actividad terrorista de la OLP liderada por Yasser Arafat. Esta inestabilidad continua se vio
acentuada por la prolongada guerra civil libanesa. Ante esta, Israel decidió la ocupación del sur
del Líbano en 1982, como medida preventiva ante un ataque procedente de alguna de las
facciones árabes de ese país, lo que no hizo más que empeorar el conflicto.
Dentro del mundo musulmán, y en las cercanías de Oriente Medio, hubo otros dos conflictos
con implicación de las grandes potencias:
1. La Guerra Irán-Irak. El conflicto que se produjo entre ambas naciones es el de la lucha por
la hegemonía en el mundo árabe entre el integrismo islámico y la visión laica. En 1979
triunfaba en Irán la revolución islámica encabezada por el imán Jomeini, que consiguió la
expulsión del sha Reza Palhevi, aliado de EUA, acabando con el proceso de
occidentalización del país. Mientras, en Irak, aliado soviético, existía un régimen de partido
único, el Baaz, con una visión laicista del Estado, estando gobernado de forma dictatorial
por Sadam Hussein. Este, que ambicionaba algunas zonas ricas en petróleo de su vecino
iraní, consideró que la situación era la propicia y decidió atacar por sorpresa en 1980.
Hussein contaba con el respaldo de su tradicional aliado soviético, pero también con el
occidental y el de las monarquías árabes del golfo, al ver todos ellos en Irán un posible foco
de expansión del integrismo islámico, que podía desestabilizar aun más la zona. La guerra,
sin embargo, distó de ser rápida, prolongándose durante ocho años. Al final, ante la
incapacidad para derrotar un país al otro, se llegó al acuerdo de paz en 1988.
2. La guerra de Afganistán. En ciertos aspectos los acontecimientos ocurridos en Afganistán
tuvieron un cierto paralelismo con los ocurridos en Vietnam, especialmente en lo que a su
desarrollo y consecuencias se refiere. Tras el derrocamiento del presidente Daud y la
implantación de un régimen comunista, el país, de fuerte tradición musulmana, opuso una
fuerte resistencia armada, apoyada por Pakistán y por los EUA. La URSS decidió intervenir
en 1979 y llegó a contar con más de 100.000 soldados en la zona. Sin embargo, la falta de
medios adecuados y la táctica de guerrillas usada por los muyahidines. Con la llegada de
Gorbachov al poder, en 1985, la URSS comenzó a pensar en la retirada, la cual se
comenzó a hacer efectiva en 1988, finalizando en 1989. Sin apoyo soviético, el régimen
comunista cayó en 1992.
Finalmente, no habría que olvidar la situación que vivió la Europa del Este. A pesar de la
coexistencia pacífica entre superpotencias y bloques, Breznev, el líder soviético que había
relevado a Kruschev, era partidario de la doctrina de la soberanía limitada de las democracias
populares. Esta doctrina se imponía ante el aumento de la oposición en algunas de dichas
democracias. Ejemplo de la dureza de la doctrina de la soberanía limitada fueron los sucesos
conocidos como la primavera de Praga de 1968. Desde 1957 hasta 1968 Checoslovaquia fue
gobernada por el régimen estalinista del presidente y primer secretario del Partido Comunista
Checoslovaco, Antonin Novotný. Los intelectuales y funcionarios comenzaron a verter duras
críticas tanto sobre él como sobre su política durante la década de 1960. Se culpó al régimen
soviético implantado por Novotný de la crisis y estancamiento que habían afectado al sistema
desde comienzos de dicha década. Hacia 1967, tanto la sociedad como los propios miembros del
Partido Comunista consideraban ineficaz la gestión del presidente. Novotný fue obligado a
abandonar el poder en enero de 1968 y su cargo pasó a manos de Alexander Dubcek, que
prometió “un socialismo con rostro humano”. Su intento de transformar el comunismo se anticipó
a su tiempo, y tenía muchos puntos en común con las reformas liberales emprendidas casi veinte
años más tarde por Mijaíl Gorbachov en la propia URSS. Los principios del proyecto de Dubcek
consistían en la descentralización de la economía y la burocracia, la concesión de libertad de
prensa y el mantenimiento de relaciones más conciliatorias con Europa Occidental. Los cambios
introducidos fueron respaldados por un importante sector de las sociedades checa y eslovaca. En
los primeros momentos, la URSS de Leonid Brezhnev, apoyó el ascenso de Dubcek al poder,
pero hacia la primavera de 1968 comenzó a percibir el caso checoslovaco como una amenaza
para la influencia soviética y su hegemonía sobre otros miembros del bloque soviético de Europa
del Este. Brezhnev autorizó la ocupación de Checoslovaquia por las tropas del Pacto de Varsovia
el 21 de agosto de 1968. Se produjeron sublevaciones y en abril de 1969 Dubcek fue sustituido
como primer secretario del Partido Comunista por Gustav Husák, un miembro de la oposición
conservadora. De la misma manera, dado lo vivo del ejemplo checoslovaco, en 1980 los polacos
decidieron actuar contra el movimiento Solidaridad, por medio a una intervención soviética,
subiendo al poder el general Jaruzelski.
II en 1979. Pero el cambio más importante llegó con los cambios en la cúpula soviética, una
nación agotada por cuarenta años de carrera armamentística.
En marzo de 1985 Mijail Gorbachov era nombrado secretario general del PCUS, asumiendo el
liderazgo en sustitución de Chernenko. Con este cambio se produjo un giro radical en la política
soviética, retomando y profundizando en las tímidas reformas económicas propuestas tres años
antes por Yuri Andropov. Este giro se produjo en dos aspectos fundamentales:
1. De cara a la política exterior mantuvo diversas negociaciones con los EUA de cara a la
progresiva eliminación de los arsenales de las superpotencias. Desde 1980 era presidente
de EUA Ronald Reagan, que decidió estimular la carrera armamentística norteamericana,
lanzando la Iniciativa Estratégica de Defensa o Guerra de las Galaxias. La URSS,
consciente de su imposibilidad económica y material de continuar la carrera de armamentos
y al temer quedar en inferioridad, decidió iniciar negociaciones sobre armamento. Así, en
1987 se firmaba el Tratado de Washington para la reducción de armas nucleares de
alcance medio. A esta actuación le siguió la reanudación de las negociaciones para
disminuir las armas estratégicas, o SALT I y II, que culminaron en 1991 y 1993
respectivamente, este último una vez ya extinta la URSS. Además, durante el mandato de
Gorbachov, se acordó la retirada nuclear de Centroeuropa y la retirada de tropas
estadounidenses de la RFA y de 500.000 soldados soviéticos de la Europa del Este.
2. De cara a la política interior, que obviamente afectaba de manera muy directa a los
satélites de Moscú, las reformas de Gorbachov estaban basadas en dos aspectos
fundamentales:
La Glasnot, la denominación que se dio a la transparencia informativa sobre los
asuntos públicos del Estado soviético y al tiempo se permitía la autocrítica hacia los
gobiernos anteriores y presente. Se fueron denunciando muchas de las corruptelas
del sistema y los abusos del régimen. Muestra de esta apertura fue la información que
se dio sobre el desastroso accidente del reactor nuclear de Chernobyl.
La Perestroika. Se trataba, en este caso, de llevar a cabo reformas estructurales,
tanto políticas como económicas, dentro del sistema soviético, para eliminar los
lastres más negativos del propio sistema. Se proponía empezar a hacer reformas en
la economía, permitiendo la pequeña propiedad con economía de libre mercado para
que aumentase la producción. Algunas reformas en el ámbito administrativo y político
intentaban igualmente facilitar el acceso a un sistema democrático con respeto a las
libertades básicas y al pluripartidismo.
Este proceso de apertura fue visto con esperanza por el resto de los países del bloque del
Este, sobre todo en Polonia, exigiendo la oposición seguir este camino reformista y aperturista,
aunque siempre con el miedo a una nueva intervención soviética. Este miedo venía dado tanto
por los precedentes existentes como por el hecho de que las reformas en algunos países iban
mucho más rápidas que en la propia URSS. El primer paso se dio en Polonia a comienzos de
1989, cuando se legalizó Solidaridad, ante lo que Gorbachov no usó al Ejército Rojo. Ese mismo
año, la descomposición del comunismo y su desmoronamiento fue total, hecho simbolizado por la
caída del muro de Berlín en octubre de 1989 y la reunificación de Alemania un año después bajo
el signo del capitalismo y de la OTAN tras el tratado 2+4 de 1990. En este año, ya sólo quedaba
en Europa el agonizante régimen comunista. En 1991, como consecuencia de la caída de los
regímenes comunistas, desaparecieron las dos principales organizaciones de los países del este:
el COMECON y el Pacto de Varsovia, quedando la URSS sola. La puntilla la recibió con el fallido
golpe de Estado de agosto de 1991, protagonizado por los comunistas ortodoxos, que tuvo
resultados contraproducentes al darse su fracaso. El comunismo quedó proscrito tras el golpe y
la figura de Gorbachov perdía apoyos y poder frente a la ascendente del presidente ruso Boris
Yeltsin. Finalmente, en diciembre de 1991 Gorbachov tenía que presentar su dimisión como
presidente de un país que había dejado de existir unos días antes. Así se produjo el final de la
tensión este-oeste y el inicio de unas nuevas relaciones internacionales en un mundo con unas
nuevas características geopolíticas.
Dentro de este final de la guerra fría, el conflicto que, precisamente, simboliza este final fue la
Guerra del Golfo de 1991. En 1990, en agosto, el régimen iraquí de Sadam Hussein decidió la
ocupación del pequeño emirato de Kuwait, rico en petróleo, esgrimiendo derechos históricos
sobre el mismo. Sin embargo, los EUA consiguieron que la ONU condenara dicha acción y
permitiera la formación de una gran coalición internacional bajo liderazgo estadounidense y
bandera de la ONU. Finalmente, a finales del 90 se inició el ataque masivo aéreo sobre Irak y en
enero de 1991 se desencadenaba la ofensiva terrestre, que acabó con la derrota total iraquí,
consiguiéndo Sadam Hussein mantenerse en el poder sólo por la oposición francesa a llevar la
guerra a Bagdad. El conflicto demostró el escaso peso de la URSS en la escena internacional, al
no poder evitar la intervención armada contra Irak, aliado tradicional soviético en la zona.
1. Los Estados Unidos, siguen siendo hoy día la principal potencia militar mundial y, por lo
tanto, tienen una fuerza determinante a nivel internacional, de la misma manera que sigue
siendo una gran potencia económica, financiera y comercial, aunque su peso relativo a
nivel mundial es cada vez menor. Pese a su potencial militar, los Estados Unidos son
incapaces de imponer su política a nivel internacional, aunque sigue haciéndolo en una
medida importante. Muestra de ello es el agotamiento financiero que los dos últimos
conflictos en los que se ha visto inmiscuido, Irak y Afganistán, han ocasionado para el
gigante americano.
2. La Unión Europea, desde 2007 con 27 miembros, constituye la primera potencia comercial
y económica mundial, aunque carece de una política exterior y de defensa única y
coherente, por lo que debe ser considerada aún como un enano político. Esto se debe a las
divisiones internas, vistas en la segunda guerra del Golfo, en la que mientras Francia y
Alemania se oponían rotundamente a la guerra, Reino Unido, España, Italia y los países del
este apoyaban a los Estados Unidos en su intervención. Igualmente, esa debilidad se ha
podido constatar en las guerras de los Balcanes, donde la UE fue incapaz de intervenir de
forma unitaria, necesitando el concurso de la OTAN y de los EUA.
3. Japón es una gran potencia económica, aunque estancada desde 1990, que carece de
potencial militar acorde a su poderío económico. Su objetivo básico es potenciar el espacio
del Pacífico como eje económico mundial, en el que ya se desarrollan más del 55% de los
intercambios comerciales mundiales. Igualmente, trata de mantener unas buenas
relaciones con su principal vecino, el gigante Chino.
4. China es la única gran potencia mundial que mantiene el régimen comunista aunque
económicamente se ha abierto al capitalismo siguiendo la doctrina de Deng Xiao Ping de
“un país, dos sistemas”. China es un gigante demográfico, con más de 1300 millones de
habitantes y una importante fuerza militar y nuclear aunque obsoleta. Sin embargo, pese a
que su economía tiene un ritmo de crecimiento enorme, de casi el 10% hasta 2008, sigue
estando muy atrasada económicamente, con una baja renta per cápita. Con todo, ya se
atisba que la vía de expansión China no está siendo la político-militar, sino más bien la
político-económica, extendiendo las empresas estatales chinas sus tentáculos por medio
mundo. Así, el gigante asiático se ha convertido en el principal inversor en muchos países
del África negra, ha estrechado sus relaciones con países musulmanes como Irán y trata de
mejorar sus posiciones político-económicas en el siempre convulso continente americano.
5. Rusia y la CEI. En diciembre de 1991 el presidente ruso, Boris Yeltsin, acordaba junto a los
de Bielorrusia y Ucrania la creación de la Comunidad de Estados Independientes, lo que
supuso la sentencia de muerte de la URSS, que dejaba de existir, dimitiendo Gorbachov
sólo unos días después. Rusia la encabeza, pero esta Comunidad no es un Estado y en los
últimos años su operatividad es cada vez menor, formando parte de ella 11 repúblicas ex-
soviéticas. Por su parte Rusia, primero bajo las presidencias sucesivas de Yeltsin, Putin y
Medeiev, intenta influir en la política internacional como en el pasado lo hizo la URSS. Para
ello, se apoya en su aun inmenso poderío militar y nuclear. Sin embargo, este poderío está
cada vez más obsoleto y, lo que es más importante, el país tiene una economía débil,
castigada por la crisis actual. Con todo, con Putin, antes como presidente y en la actualidad
como primer ministro, Rusia está haciendo esfuerzos ímprobos por recuperar su economía
como base de su poderío militar, sin dar una imagen de sumisión ante EUA e intentando
aumentar su influencia en el área de la extinta URSS.
Además de estas potencias que tienen cierta influencia a nivel internacional, cabría hablar la
existencia de diversas potencias regionales, que influyen en sus ámbitos y, en ocasiones, a nivel
internacional. De dichas potencias podríamos destacar Brasil en Sudamérica, India en el Sudeste
Asiático, Egipto en Oriente Medio y Sudáfrica en el África negra.
Es de destacar que con la caída de casi todos los regímenes comunistas se ha producido la
denominada tercera oleada democratizadora, que ha traído la democracia a las antiguas
democracias populares del Este de Europa. Igualmente, se ha producido una unificación
económica mundial, donde se ha impuesto definitivamente el sistema capitalista y de libre
mercado, con todas las matizaciones que se quieran hacer, donde los foros de encuentro son sus
organizaciones internacionales, la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial. Igualmente, se está produciendo un notable auge de las
organizaciones de colaboración intergubernamental, com o la OEA, el Grupo del Pacífico y
MERCOSUR, al igual que las supranacionales, cuyo ejemplo más destacado es la Unión
Europea.
Pero este nuevo sistema multipolar hace que las relaciones internacionales sean más
complejas y que, cada vez más, se traten de resolver los conflictos a través de la ONU y, tras las
guerras de Bosnia y de Kósovo, algunos ven cada vez más a la OTAN como una especie de
gendarme mundial. A pesar de la multipolaridad y de la inestabilidad vista hasta ahora, lo que
sigue quedando claro es que los EUA siguen siendo la principal potencia mundial, no sólo por su
propio potencial, enorme, sino por la red de firmes alianzas político-militares y económicas sin
parangón que tienen en todo el mundo. De esta manera, a lo largo de los 90 y los comienzos del
s. XXI, los conflictos han continuado, estando presente en su resolución, pacífica o no, siempre
los EUA. Durante los 90 las relaciones internacionales han estado condicionadas por los
siguientes focos de conflicto:
1. El conflicto árabe-israelí. Desde la segunda mitad de los 80 la OLP, liderada por Yasser
Arafat, apostó cada día más por el diálogo con Israel. De esta manera, en octubre de 1991
se produjo la cumbre sobre Oriente Medio de Madrid, auspiciada por los EUA y la URSS.
Atlántico para las relaciones internacionales eran el respecto a la integridad territorial de los
Estados, capacidad de los pueblos para su libre determinación de su régimen, reducción de
armamentos, libertad de los mares, acceso a las materias primas, colaboración en los intentos de
progreso económico. Estos principios fueron aceptados por las Naciones Unidas de forma más
general en su Declaración, firmada el 1 de enero de 1942 por los representantes de las 26
naciones aliadas contra las potencias del Eje Roma-Berlín-Tokio durante la II Guerra Mundial.
Fue en este documento donde por primera vez se utilizó de modo oficial el término Naciones
Unidas, que había sido sugerido por Roosevelt. En 1943, en una conferencia celebrada en
Moscú, se iniciaron las gestiones para crear una nueva organización. El 30 de octubre
representantes de la URSS, Reino Unido, China y EUA firmaron una declaración en la que
reconocían la necesidad de establecer “en el tiempo más breve posible una organización general
internacional”. En la cumbre de Teherán de ese año entre los tres grandes, Roosevelt, Churchill y
Stalin, reafirmaron la necesidad de darle vida a las Naciones Unidas para garantizar la paz tras la
guerra. Tras la declaración de Moscú, representantes de las cuatro potencias se reunieron en
Dumbarton Oaks en 1944, para estudiar una serie de propuestas destinadas a la creación de una
organización internacional. Aprobaron un borrador de carta constitutiva pero no lograron ponerse
de acuerdo en el método de votación del Consejo de Seguridad, que sería el órgano que habría
de tener la mayor responsabilidad. El problema de las votaciones quedó resuelto en la
Conferencia de Yalta de 1945. Stalin aceptó la postura angloamericana, que limitaba las
prerrogativas de las grandes potencias en asuntos de procedimiento, pero mantenía el derecho al
veto en cuestiones esenciales. Al mismo tiempo, los líderes aliados plantearon que se celebrase
una conferencia de las Naciones Unidas para preparar la Carta constitutiva de la organización.
Delegados procedentes de 50 naciones se reunieron en San Francisco en 1945 para la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional. Durante dos meses
elaboraron una carta de 111 artículos, que fue aprobada y firmada y entró en vigor ese mismo
año 1945. Se decidió que la sede estuviera en EEUU, en Nueva York. Era un símbolo más de la
decadencia europea, donde había estado la sede de la SdN, y del ascenso norteamericano.
La ONU tenía, según su Carta Fundacional, cuatro objetivos específicos fundamentales:
1. El mantenimiento de la paz y la seguridad internacional, renunciando a la amenaza y a la
fuerza como método de solución de los problemas y conflictos.
2. La libre determinación de los pueblos.
3. La defensa de los derechos del ser humano, aprobándose en 1948 la Declaración Universal
de los Derechos del Hombre, en la que quedaban recogidos los derechos y libertades
básicos según la tradición liberal.
4. El fomento de la cooperación pacífica en materias económicas, culturales y sanitarias, a
través de organismos especializados como la UNESCO, la FAO o la OMS.
1. Han sido muy numerosas las operaciones militares de pacificación llevadas a cabo por
tropas bajo bandera de la ONU. La primera en importancia fue la guerra de Corea, donde
las tropas internacionales encabezadas por los EUA lucharon bajo bandera de la ONU
contra los nordcoreanos. Después de esta intervención, se han realizado operaciones de
paz en Oriente Próximo desde 1956 y en Chipre desde 1964. En África se mantuvieron
algunas tropas en la República Democrática del Congo, entonces Zaire, desde 1960 hasta
1964. Posteriormente se han enviado misiones de paz a Angola, Sahara Occidental,
República de Suráfrica y Mozambique. En 1992, la ONU decidió una importante operación
en Somalia, en la que intervinieron unos 30.000 soldados a principios de 1993 para dar
protección a las operaciones humanitarias, en especial para el reparto de víveres en zonas
de hambruna. Otras dos zonas donde la ONU ha participado de un modo muy activo
fueron, a principios de la década de 1990, Camboya, en la que la ONU estuvo controlando
las elecciones, y Bosnia-Herzegovina durante la guerra de la antigua Yugoslavia, que
finalizó con decenas de miles de muertos y millones de personas sin hogar. Según las
reglas formuladas en principio por Hammarskjöld, se excluía a las grandes potencias de las
fuerzas de paz para impedirles que encubrieran sus propios intereses bajo la bandera de la
ONU. En la actualidad hay tropas de la ONU en numerosos países del mundo, como son
Bosnia, Croacia, Macedonia, Albania, Guatemala, Angola, Timor Oriental o Camboya.
Dentro de su función pacificadora, la ONU también abogó en el pasado por el control de las
armas de destrucción masiva, primero nucleares y luego biológicas y químicas.
2. También ha sido muy importante el papel de la ONU como organización promotora del
desarrollo económico y de la cooperación internacional a todos los niveles, tanto
político como económico, social y cultural. Para ello se ha servido de sus organizaciones
especializadas como la OMS, UNICEF, el antiguo BIRD hoy Banco Mundial, el antiguo
GATT hoy Organización Mundial del Comercio y la FAO. Además, ha promocionado el
apoyo al desarrollo, con fondos especiales como el SUNFED o Fondo de las Naciones
Unidas para el Desarrollo Económico o el Plan de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
También la ONU ha promocionado el comercio internacional mediante la creación, en los
60, de la UNCTAD o Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo.
Los principales logros de dicha Conferencia fue la constitución del GATT o Acuerdo
General para Aranceles y Comercio, que en 2001 se convirtió en la Organización Mundial
del Comercio, cuyo objetivo era lograr la disminución de los aranceles proteccionistas en el
mundo. Este papel como promotora del desarrollo del Tercer Mundo se ha visto acentuado
tras la caída del comunismo y el surgimiento del llamado del Nuevo Orden Económico
Internacional o NOEI.
3. El papel desarrollado por la ONU en la promoción de la protección del medio ambiente.
Así, bajo los auspicios de la ONU se han desarrollado diversas conferencias internacionales
para la protección del mismo centrados por el Plan de las Naciones Unidas sobre Medio
Ambiente o PNUMA. Las conferencias más destacadas han sido la Cumbre de la Tierra de
Río de Janeiro de 1992, la de Kyoto de 1997 o la de Johannesburgo de 2002, habiendo
sido la primera la de Estocolmo de 1972 sobre el Medio Ambiente en general.
Pese a esta labor aparentemente muy activa en todos los campos, la ONU no ha dejado de ser
criticada desde diversos foros. Uno de los elementos de crítica ha sido el arcaísmo que es un
Consejo de Seguridad donde están los vencedores de la II Guerra Mundial, pero no hay otras
grandes naciones como Japón o India. Igualmente, se ha criticado el excesivo poder de dicho
consejo, abogando por un aumento de las prerrogativas de la Asamblea General. Al mismo
tiempo, se ha mostrado mucha oposición a dicha posibilidad partiendo del hecho de que la
mayoría de las naciones miembro de la ONU son regímenes dictatoriales o democracias dudosas
y que las democracias quedarían a merced de ellos. En definitiva, lo que se está planteando es la
necesidad de que la ONU, nacida de una guerra y crecida en el ambiente de la guerra fría, se
reorganice y adapte a las nuevas circunstancias de las relaciones internacionales.