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EL ANALISIS ECONOMICO
CLASICO (I):
UTILIDAD, POBLACION
Y DINERO
INTRODUCCION
Adam Smith hizo más por establecer la economía como una disciplina científica que
cualquier auto r antes que él. Estableció los fundamentos de la teoría clásica del
valor y suministró un anteproyecto con sentido para el crecimiento económico.
También le dio a la economía política una filosofía subyacente basada en la doctrina
de la utilidad o egoísmo. El deseo de m ejorar la propia situación se manifiesta en los
intentos de los individuos por obtener beneficios y evitar costes. Para Jeremy
Bentham (1748-1832), un contemporáneo más joven de Smith, la doctrina se formali-
zó en términos del principio del placer y del dolor. En su Introduction to the Principies
o f Moráis and Legislation (1789), Bentham escribió con confianza:
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13 6 HISTORIA DE LA TEO RIA ECONOM ICA Y DE SU METODO
tuvo pasión por la medición. En las ciencias sociales, Bentham cabalgó la cresta de
esta nueva ola. Si el placer y el dolor podían medirse en algún sentido objetivo,
entonces cada acto legislativo podía juzgarse en base a consideraciones de bienestar.
Este logro exigía una concepción del interés general, que Bentham estaba dispuesto
a proporcionar.
Según Bentham, el interés general de la com unidad se mide por la suma de los
intereses individuales en la comunidad. El planteam iento utilitarista era democrático
e igualitario. N o im portaba que uno fuera un pobre o que fuera el rey: cada uno de
los intereses individuales tenía que tener el mismo peso en la medición del bienestar
general. Así, si algo añade más al placer de un campesino de lo que quita a la
felicidad de un aristócrata, es deseable desde el punto de vista utilitarista. Asimismo,
si una acción gubernamental de cierto tipo aum enta la felicidad de la comunidad
más de lo que disminuye la felicidad de algún sector de la misma, la intervención,
por lo mismo, queda justificada.
Todo esto presupone una especie de «aritmética moral», que Bentham consideró
análoga a las operaciones matemáticas requeridas por la física newtoniana. Sin
embargo, no todas las operaciones de aritmética m oral son de la misma clase. Los
valores de los diferentes placeres se suman para los individuos, pero el valor de un
placer dado debe multiplicarse por el número de gente que lo experimenta, y los
diversos elementos que forman el valor de cada placer también tienen que multipli-
carse mutuamente. U na faceta económica singular de esta teoría del bienestar radica
en la elección que hace Bentham del dinero como medida del dolor y del placer. Por
supuesto, el dinero está sujeto a la utilidad marginal decreciente a medida que se
adquiere en cantidades progresivamente mayores, lo que Bentham reconoció, aun-
que no exploró el principio m arginalista tan a fondo como hicieron algunos de sus
sucesores. En otras palabras, Bentham fue más un utilitarista que un marginalista.
Por lo tanto, no tomó parte en la revolución de la utilidad marginal que reorientó la
teoría general del valor, aunque influyó en William Stanley Jevons (véase el capítulo
14), que participó en la llam ada revolución.
El cálculo de la felicidad
das de otras de la clase opuesta (por ejemplo, el parto tiene un bajo índice de
pureza, porque representa una mezcla de dolor y de placer)
7. Su extensión, esto es, el núm ero de gente afectada.
Bentham reconocía que la quinta y sexta circunstancias no constituyen propie-
dades inherentes del dolor y del placer en sí mismas, sino sólo del acto que produce
placer o dolor. En consecuencia, sólo entran en los cálculos de la tendencia de
cualquier acto o acontecimiento que afecte a la comunidad.
C om iéncese con cualquier person a de aq uellas cuyos intereses parecen afectados de form a
m ás d irecta p o r él [a cto ]; y hágase u n cálculo,