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Construcción del texto.

Coherencia y procedimientos de
cohesión. Niveles y registros de lengua. Estrategias
comunicativas. Tipos de texto
¿Qué es un texto?

El texto es la unidad comunicativa básica. Es producto de la actividad


verbal humana y posee un carácter social.

Se caracteriza por su adecuación al contexto comunicativo, la


coherencia informativa y la cohesión lineal.

Refleja los procedimientos empleados por el emisor y el receptor en


los procesos de elaboración e interpretación del texto.

Se construye a partir de dos conocimientos y capacidades: nivel


textual y sistema lingüístico.
Es decir, el texto:

 es una unidad comunicativa;

 es el producto de la actividad lingüística;

 está íntimamente relacionado con el contexto o situación


de producción;

 está estructurado por reglas que le confieren coherencia;

 está determinado por las estrategias y procedimientos


empleados por el emisor y el receptor en los procesos de
emisión y recepción.
La coherencia textual

Es la unidad de sentido  sentido de los elementos.

Un texto es coherente cuando nos transmite un sentido


único, un contenido único.

Un texto coherente tiene que mostrar coherencia interna


y coherencia externa.
Coherencia interna

6 elementos fundamentales:

1. Estar cohesionado  sus partes tienen que estar


relacionadas. Esta cohesión se logra con el
encadenamiento de las partes del texto:

A. Correferencia  empleo de diferentes


piezas lingüísticas para referirse a una
misma realidad (anáforas, catáforas y
elipsis)

Una palabra que recoja el significado de


una parte del discurso:
Dijo que había estado, pero no me lo creí.

No es necesario repetir “había estado” porque con el


empleo de lo ya se entiende el contexto.

B. Contigüidad semántica  voces relacionadas


semánticamente: sinónimos o hiperónimos 
una palabra incluye el significado de otra:
pájaro = gorrión, canario…

C. Empleo de conectores  unen de forma


lógica las partes del texto  aunque, pero, es
más…
2. Tratar un tema unitario  si hay alguna digresión
hay que marcarla de forma explícita:

Juan es amigo de Fernando y ayer vino a


cenar a casa. Por cierto, ¿viste el partido del
sábado entre el Barça y el Real Madrid?

3. Sin contradicciones internas:

Los cuatro puntos cardinales son tres: norte y


sur.
4. Sin saltos lógicos:

Estábamos pensando en ir a la playa. No me


gustó nada la película.

Los cambios de tema deben marcarse: hablando de


otra cosa, en cuanto a…

5. Aportar nueva información  progresión


temática.

6. Subtemas ordenados.
Coherencia externa

Supone la intervención del receptor en el procesamiento


de la información que proporciona el texto.

Interpretar no solo es descodificar el mensaje recibido,


sino que hay que tener una serie de conocimientos que
también intervienen en la comprensión.

El conocimiento del mundo del hablante:

Los peces son los insectos más voraces que


existen. Peces ≠ insectos  incoherente.
La coherencia es la supuesta normalidad de los mundos
implicados.

Este conocimiento del mundo está organizado en marcos


 sistemas coherentes de conocimiento que reúnen toda
la información relativa a determinadas realidades:

 Marco de la universidad

 Marco de la oficina
Estos marcos recogen información referida a lo que
sucede en estas situaciones comunicativas  quién hay
/ qué hay / disposición del mobiliario / conductas de las
personas que están en tales lugares, etc.

El conocimiento de los marcos permite entender


muchas cosas que suceden en tales sitios:

Discurso sobre física cuántica (marco universidad) ≠


Discurso sobre física cuántica (marco bar)

Por lo tanto, hay que seguir un marco adecuado a la


situación.
Los marcos nos indican qué es adecuado y qué no lo
es en función de la situación comunicativa en la que
nos encontremos.

Determinan nuestra forma de actuación comunicativa y


lingüística  No hablamos igual a un compañero que a
nuestro médico de cabecera.

La importancia de los marcos es notable porque si no


somos capaces de suscitar un marco adecuado,
nuestros textos pueden resultar incoherentes, difíciles
de interpretar.
Sin embargo, la importancia de los individuos y sus
conocimientos para interpretar los textos supone que no
toda la coherencia radica en el texto mismo.

No toda la información se nos da de forma explícita, sino


que hay mucha que se nos transmite implícitamente y
hemos de inferirla a partir del texto y del contexto:

¿Qué hora es?


El lechero ya ha pasado.
En el ejemplo:

No hay mecanismos lingüísticos de cohesión 


relación de los elementos.

No parece que estén hablando del mismo tema.

La respuesta es aparentemente incoherente.

Interviene nuestro conocimiento del mundo y


suponemos que el interlocutor sabe a qué hora
pasa el lechero y puede deducir la hora que es.
Por lo tanto, es nuestro conocimiento del mundo el que
pone en funcionamiento nuestros mecanismos deductivos
y nos permite dar coherencia al texto.

El receptor piensa que el mensaje que se le va a transmitir


es coherente y tiene sentido unitario.

Esta consideración nos lleva a lo que Grice denomina


principio de cooperación.
Este principio significa que toda actividad comunicativa
está guiada por un intento de ser cooperativo (no vamos
a fastidiar a los demás).

No vamos a mentir con la información.

Vamos a ser breves y claros en nuestra exposición.

Vamos a ser pertinentes.


Estas propiedades del principio de cooperación se
sintetizan en las llamadas máximas de Grice:

a. máxima de cantidad

haz tu contribución tan informativa (pero no más)


como se te pida.

b. máxima de calidad

no digas algo que creas que es falso o de lo que


no tengas pruebas adecuadas.
c. máxima de relevancia

sé relevante. Es decir, lo que digas ha de


tener que ver con el tema tratado, con los
contenidos útiles.

d. máxima de manera

Se concreta en cuatro: evita la oscuridad en la


expresión, evita la ambigüedad, sé breve, sé
ordenado.
La violación de una máxima da lugar a las implicaturas
conversacionales. Es decir, el hablante burla de manera
deliberada una máxima  delincuente conversacional está
sugiriendo o dando a entender algo distinto de lo que dice.

Si no es un texto académico formal, entonces podemos


emplear la ironía, las ambigüedades en los juegos de
palabras humorísticos o los silencios deliberados como
respuesta.
CÓMO CONSTRUIR UN TEXTO COHERENTE

1. El primer paso es decidir cuál va a ser el tema del


texto.

2. Determinar cuáles van a ser los subtemas y establecer


una jerarquía de orden entre ellos  esquema de las
ideas que aparecerán en el texto.

3. Estrategias para conseguir que el texto “guste” al lector


 hay que pensar cuál es la finalidad perseguida al
escribir y a quién va dirigido el texto.
 El fin perseguido supone tener en cuenta las
estructuras convencionales. Por ejemplo, si escribimos
una instancia tendremos que seguir un modelo
determinado.

 Consideración del receptor:

 No hemos de abrumarle con información que no


le hace falta ni dar demasiadas cosas por
sobreentendidas.

 Ser conscientes de cuáles son los conocimientos


del receptor y emplear términos concretos para
no confundirlo.

 Ofrecerle un texto coherente.


4. Los textos deben ser lo más cohesionados posible 
emplear correctamente los conectores y falsas
correferencias.

5. Se empleará el vocabulario adecuado a cada situación


comunicativa.

6. Tener en cuenta las estrategias comunicativas


apropiadas  desfocalización o focalización.
La cohesión textual

La cohesión remite a las relaciones sintagmáticas que se


dan entre los diferentes componentes del texto.

Es decir, remite a los procedimientos empleados para


enlazar un elemento del texto con otro que figura en un
enunciado anterior o posterior.
Procedimientos de cohesión

1. Anáfora sintáctica

2. Catáfora

3. Elipsis
1. Anáfora sintáctica

La anáfora es la relación de un elemento lingüístico A


con un elemento B.

Los elementos que funcionan como anáfora son:

 Los pronombres personales y las desinencias


verbales:

Pedro considera que es una barbaridad que


sigan subiendo los precios. Él sería partidario
de no aumentar el coste de la vida.
 Los posesivos (mío/a [s]; tuyo/a [s]; suyo/a [s];
nuestro/a [s]; vuestro/a [s] // mi; tu; su [s]):

Pedro no está convencido de que pueda


recuperar su coche. Su amigo le ha
recomendado comprarse otro. El problema es
que a Pedro le gustaba mucho el suyo.

 Los pronombres relativos (que; quien/es; cuyo/a [s]):

¿Tienes una pluma verde? No, la que tengo es


roja.
 Los pronombres demostrativos (este/a/o [s]; ese/a/o
[s]):

Por fin han estrenado la última película de Tom


Hanks. Veremos si con esta repite Óscar o no.

 Los adverbios locativos y temporales (aquí; allí;


aquella/o [s]; o; ahí):

Durante mucho tiempo viví en San Francisco. De


hecho, mis mejores amigos son de allí.
 El artículo:

Determinado: el; la/s; lo/s

Indeterminado: un; una/s; unos

La tarjeta gráfica no es muy buena, pero la


de sonido es fantástica.
 Los sinónimos:

Se lo preguntaron a un muchacho que pasaba


por allí, y les dijo que debían seguir el camino de
la derecha. Después de caminar horas y horas se
dieron cuenta de que estaban perdidos. El chico
les había engañado.

Relaciones semánticas de sinonimia:

Me gustan bastante las flores, aunque rara vez


me acuerdo de regarlas. De hecho, este verano
se me han secado dos rosales y un geranio.
2. Catáfora

Nos remite a algo que se menciona más adelante:

Este fenómeno se puede mostrar en las oraciones


siguientes.

Fijaos en estos ejemplos.

Estas cuestiones serán tratadas en los próximos


capítulos.
3. Elipsis

La elipsis es la ausencia de un elemento oracional


recuperable a partir del contexto:

¿Has cogido tú mi bolígrafo azul? Sí.

El “sí” recupera toda la información.

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