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TIPOS DE ESTRATEGIA DE

AFRONTAMIENTO

En el post de hoy queremos hablaros sobre las estrategias de afrontamiento,


muchos pensareis…. ¿qué es eso exactamente? Pues bien, las estrategias de
afrontamiento, son esquemas mentales o procesos conductuales que
utilizamos para analizar y enfrentarnos a acontecimientos que se presentan
ante nosotros como estresantes, y que entendemos como “problemas”, estas
estrategias hacen que de algún modo el estrés disminuya. Pero no siempre es
así, existen estrategias adecuadas que hacen que te enfrentes al problema de
cara y lo consigas resolver y otras estrategias que no son tan adecuadas, que
lo que hacen es esquivar el problema por la derecha, durante un corto espacio
de tiempo puede servir, el estrés disminuye considerablemente, pero es muy
probable que al poco tiempo reaparezca, ya que el problema no se ha
solucionado, por lo que sigue estando ahí.

Cuando hablamos de estrategias inadecuadas, hablamos de todas aquellas


que de algún modo hacen que evitemos enfrentarnos al problema en ese
momento, como pueden ser el alcohol, las conductas adictivas, no hablar del
tema, hacer como que no pasa nada o incluso el enfadarnos o fumarse un
cigarro, estas dos últimas simplemente lo que hacen es reducir nuestro estrés
desahogándonos momentáneamente.

La predisposición con la que hacemos frente a estas situaciones es lo que


llamamos “Estilos de afrontamiento” que es lo que a su vez determinará qué
estrategia usaremos para cada situación.

Existen principalmente dos estilos de afrontamiento:

 El activo, sería una persona que busca información o que actúa


directamente sobre el problema, busca estrategias para poder
enfrentarse activamente a la situación, este estilo se identificaría como el
adaptativo. Por ejemplo, en el caso de una pareja que se está
divorciando, el activo se correspondería con una persona que busca un
abogado, habla con amigos o familiares para buscar soluciones, no se
queda en casa pensando todo el tiempo en el pasado y en las cosas que
podrían haber cambiado, si no, que sale e intenta entretenerse….
 El pasivo por su parte son personas con tendencia a evitar el problema,
esconderlo, posponerlo…. Este estilo se correspondería con un estilo
más desadaptativo. Siguiendo con el mismo ejemplo de antes, en este
caso, serían personas que posponen firmar los papeles del divorcio, que
piensan que con el tiempo el problema se va a arreglar solo, que se
encierran en sí mismos y en casa, no quieren contar con la ayuda de
nadie….

El tipo de estrategia que elegimos en cada momento, se encuentran influidos


por nuestro estilo de afrontamiento, también depende mucho de nuestra forma
de ser, nuestra personalidad y por supuesto de nuestras experiencias
anteriores, cuando usamos una estrategia y nos funciona, hay una alta
probabilidad de que volvamos a usarla ya sea adecuada o no. La elección de
las mismas también depende de los medios, apoyos y recursos con los que
contamos y la naturaleza del problema.

De un modo general, podemos dividir las estrategias de afrontamiento en tres


grandes grupos, las cognitivas, las emocionales y las conductuales, esto no
quiere decir que solo usemos estrategias de un solo grupo, dependiendo del
problema y su magnitud usaremos unas u otras.

Estrategias Cognitivas: los que usan este tipo de estrategia suelen buscar
información, hacer buenas valoraciones con capacidad para percibir el
problema de manera menos aversiva o incluso llegar a enfrentarse a el
directamente.

Algunas de estas estrategias son:


 Aceptación: reconocer y aceptar el problema tal cual es y a partir de ahí
poder resolverlo.

 Anticipación del problema: anticipar reacciones emocionales y


situaciones, como nos vamos a sentir y como se van a sentir las demás
partes afectadas. La idea es anticipar la ansiedad que está por llegar,
esto puede provocar en nuestro organismo un descenso del estrés para
poder resolver el problema con mayor claridad mental.

 Autoanálisis, esta estrategia tiene su doble cara, hay personas a las que
les funciona reconocer sus errores, sus pensamientos y sus emociones,
para posteriormente aceptarlas, sin embargo, la otra cara de la moneda
es que el pensamiento y reconocimiento del error nos pueda llevar a un
estado de pensamiento rumiativo (pensarlo constantemente sin sacar
nada en claro, ni avanzar sobre el problema).

 Humor, el sentido del humor, hace que podamos afrontar situaciones


potencialmente angustiantes para nosotros con algo de humor y no de
manera dramática.

 Planificación, analizar y estudiar el problema, conocer cuáles son las


posibilidades que existen para resolverlo, cuáles son nuestros puntos
fuerte y débiles, el control de la situación.

 Preocupación, este tipo de preocupación, pensamos que está


relacionado con nuestro bien estar, pero realmente es un estado, como
hablábamos anteriormente, de pensamiento rumiativo, este tipo de
pensamiento suele ser más bien pesimista, nos prepara para lo peor. A
la preocupación la podríamos considerar un mecanismo de defensa que
hace que nuestra ansiedad suba y baje por momentos.

Estrategias afectivas: buena gestión emocional (percibir, identificar y controlar


nuestras emociones).
 Autocontrol de las emociones y de sus respuestas correspondientes.

 Agresividad pasiva, como hemos comentado antes, enfadarse o estar


agresivos con los demás, aunque no tengan nada que ver con nuestro
problema.

 Sumisión aparente, pedir perdón y justificarse “lo siento muchísimo, es


que…”

 Quejarse y rechazar la ayuda de los demás, esta estrategia es de las


más desadaptativas.

 Aislamiento social, es una forma de evitación del problema, “si no me


encuentro a nadie, nadie me dice nada….” Rechazar el apoyo social.

 Apoyo social, acudir a la familia y amigos.

Estrategias conductuales:

 Afrontamiento directo: afrontar la situación directamente sin pensarlo.


 Falta de afrontamiento: parecido a una desconexión total, como si el
problema nunca hubiera aparecido y actuar con total normalidad como si
con nosotros no fuese la cosa.

 Postergación: apartar todas las actividades relacionadas con la situación


problemática hasta haber recogido toda la información necesaria para
poder resolver el problema de un modo adecuado.

Esto es todo por hoy, espero que os haya gustado y os animo a que penséis
con que estilo os identificáis más y que tipo de estrategias son las que más
soléis utilizar y a partir de ahí os animo a cambiarlas por otras más adecuadas
en el caso de necesitarlo, ya que la evitación o el no enfrentamiento no van a
hacer que el problema desaparezca y solo van a prolongar nuestros estados de
ansiedad.

“La formulación de un problema es más importante que su solución”.

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