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CENTRALIDAD DE LAS ESCRITURAS Y JESUCRISTO

Ana Isabel Ramírez Leyva

Martes, 18 de Abril del 2023

Liturgia

Para: Josias Ramirez

Licenciatura en Teología

SEBANO-UMAD
LA CENTRALIDAD DE LAS ESCRITURAS Y JESUCRISTO

El PRCC se basa en las escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento, ya que en ambos
textos el Señor a expresado la forma en la que quiere ser adorado. Algunos principios de
adoración han sido expresados en las Escrituras de forma directa y verbal y otras no lo han
sido.

Idolatría

En Éxodo 20:23 encontramos este mandamiento: "No me ofendan; no se hagan dioses


de plata o de oro, ni los adoren.". Aparece asimismo en Éxodo 34.17: "No te hagas ídolos
de metal fundido", como así también en Levítico 19.4: "No se vuelvan a los ídolos inútiles,
ni se hagan dioses de metal fundido. Yo soy el Señor su Dios.". podemos encontrar en el
Catecismo Menor de Westminster en su pregunta 51: ¿Qué se prohíbe en el segundo
mandamiento? El segundo mandamiento prohíbe la adoración a Dios por medio de
imágenes, o por cualquier otro medio que no esté autorizado por su Palabra.”. El
Catecismo de Heidelberg (1563) presenta una explicación muy similar: “Pregunta 96: ¿Qué
Pide Dios en el segundo mandamiento? Que no representemos a Dios por medio de alguna
imagen o figura, y sólo le rindamos culto como Él ha mandado en su Palabra.”

Zacarías Ursino (1534-1583) escribe en su propio comentario del catecismo: "Las


otras formas de idolatría son más sutiles y refinadas en cuanto a la forma en que el
verdadero Dios debe ser adorado, pero ciertamente el culto que es ofrecido a él es falso
cuando Dios es adorado u honrado por la realización de actos no prescriptos en la ley
divina. Esta forma de idolatría está claramente condenada en el segundo mandamiento, y la
califica usando la palabra superstición, pues adiciona las invenciones del hombre a los
mandamientos de Dios.".

Antítesis y adoración

Según el profesor R. Scott Clark en tiempos veterotestamentarios Jehová demandó de


su pueblo dos cosas fundamentales, que se expresan en los principios bíblicos de antítesis y
adoración.
El concepto de antítesis lo podemos encontrar en Deuteronomio 12:29b-30: "Cuando
las hayas expulsado y te hayas establecido en su tierra, después de haberlas destruido
cuídate de no seguir su ejemplo y caer en la trampa de inquirir acerca de sus dioses. No
preguntes: "¿Cómo adoraban estas naciones a sus dioses, para que yo pueda hacer lo
mismo?". Y significa permanecer separado como expresión de santidad. Por otro lado, la
adoración es la manifestación del cumplimiento de la demanda de fidelidad.

Deuteronomio 12.31 propone lo siguiente: “No adorarás de esa manera al Señor tu


Dios, porque al Señor le resulta abominable todo lo que ellos hacen para honrar a sus
dioses. ¡Hasta quemaban a sus hijos e hijas en el fuego como sacrificios a sus dioses!"

Al final en el 12:32 nos dice lo siguiente: “Cuídate de poner en práctica todo lo que te
ordeno, sin añadir ni quitar nada.”

En el Nuevo testamento podemos encontrar esta misma regla en Apocalipsis 22:18-


19: “A todo el que escuche las palabras del mensaje profético de este libro le advierto esto:
Si alguno le añade algo, Dios le añadirá a él las plagas descritas en este libro. Y si alguno
quita palabras de este libro de profecía, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la
ciudad santa, descritos en este libro.”

En el Antiguo Israel se adoraba a Dios en su templo por lo tanto hoy existe un centro
al que todos debemos de dirigir nuestra adoración, el santuario celestial donde nuestro
sumo sacerdote intercede por nosotros.

Entender que cualquier forma de adoración no este en las Escrituras se puede


considerar idolatría, es algo que no lo había pensado y creo que sutilmente se han
introducido en las iglesias estas formas de adoración, y los precursores de estas ideas las
venden como Bíblicas sin tener bases fuertes de estas ideas. E introducir ideas humanas al
culto a Dios es un claro ejemplo de esta idolatría.
Bibliografía
Scharenberg, M. (2010). Conceptos Fundamentales De La Adoracion. En M. Scharenberg,
La Centralidad De Las Esctrituras Y De Jesucristo (págs. 31-38). Buenos Aires:
Rama De Almendro.

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