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 EL SUMO SACERDOTE
Miguel / enero 7, 2020 / Doctrina / Leave a Comment

Si uno buscara la definición en un diccionario bíblico nos diría que un sacerdote es uno
que sirve a Dios ofreciendo sacrificios.

Hay dos aspectos importantes en un sacerdote:

Sirve a Dios: es un mediador o intercesor entre los hombres y Dios. Constituido


por Dios a favor de los hombres.
Ofrece sacrificios: los sacrificios es una parte esencial en el sacerdocio. El sumo
sacerdote estaba ofreciendo constantemente los sacrificios en el tabernáculo y el
templo.

En la Biblia vamos a encontrar que cuando Dios estableció el sacerdocio, había un sumo
sacerdote y varios sacerdotes. El sumo sacerdote se distinguía entre los demás, llevaba
las vestiduras de gloria y el efod, solamente el sumo sacerdote podía entrar en el Lugar
Santísimo, una vez al año para expiar los pecados del pueblo.

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Lo que vemos más adelante en los tiempos de David donde "Sadoc hijo de Ahitob y
Ahimelec hijo de Abiatar eran sacerdotes" (2 Samuel 8:17) era contrario a lo que Dios
había establecido. Igualmente se repite en los tiempos del Señor Jesucristo cuando
fueron "sumos sacerdotes Anás y Caifás" (Lucas 3:2).

LA ELECCIÓN DEL SUMO SACERDOTE


Dios es quien constituyó el sacerdocio. Nadie toma esta honra sino el que es llamado
por Dios. Es por eso que solamente existe dos líneas de sacerdocio: el de Aarón y el de
Melquisedec.

La palabra ‘orden’ significa ‘un arreglo’, donde Dios


establece la norma que regirá la sucesión de los
sacerdotes. En el caso del orden de Aarón Dios
dijo que se guiarán de acuerdo a la descendencia,
la genealogía. Es decir, al morir un sumo sacerdote
le seguiría su hijo, al igual que una dinastía. En el
caso del orden de Melquisedec sería diferente, es
un sacerdocio distinto y no está constituido
conforme a la ley del mandamiento acerca de la
descendencia. Por eso Cristo es sacerdote según
el orden de Melquisedec, no por ser descendiente de Melquisedec, sino por haber sido
declarado directamente por Dios, como dice Hebreos 5:6 “Tú eres sacerdote para
siempre, según el orden de Melquisedec”.

El versículo citado nos da a entender que no hay, ni habrá, más sacerdote después del
Señor Jesucristo, ya que Él es “sacerdote para siempre”.
No hay ninguna base bíblica para darle a ningún hombre, hoy día, el título de sumo
pontífice (o sumo sacerdote), especialmente a alguien que no es descendiente de la
familia de Aarón.

CARACTERÍSTICAS Y FUNCIONES DEL SUMO


SACERDOTE
Servir a Dios: El servía de mediador entre Dios y los hombres. Comunicaba la
mente de Dios al pueblo y también ofrecía el sacrificio por los pecados del pueblo,
para expiar los pecados del pueblo.
Dar bendición al pueblo: esto fue lo que hizo Melquisedec cuando se encontró con
Abraham, le bendijo en el nombre del Dios Altísimo.
Comunicar la mente de Dios al pueblo: El sacerdote tenía la responsabilidad de
consultar a Dios en cuanto a Su voluntad y hacerla saber al pueblo.
Presentar ofrendas y sacrificios por los pecados: Principalmente se refiere a la
ofrenda de la expiación, donde el sumo sacerdote ofrecía un sacrificio por el pueblo.
Era el único día que podía entrar en el Lugar Santísimo. Este día entraba tres veces:
entraba con el incensario, luego entraba con la sangre del becerro que había sido
ofrecido por sí mismo y finalmente entraba con la sangre del macho cabrío que
había sido ofrecido por el pueblo.
A esto se refiere Hebreos cuando dice que "Cristo no entró en el santuario hecho de
manos, figura del verdadero sino en el cielo mismo para presentarse ahora por
nosotros ante Dios" (Hebreos 9:24).

EL MINISTERIO PRESENTE DE CRISTO COMO


NUESTRO GRAN SUMO SACERDOTE
En cuanto a Cristo se nos dice que Él como sumo sacerdote es:
Misericordioso: la misericordia del Señor se relaciona con su humanidad. Esta es
quizás una de las razones por las cuales Dios escogió a Aarón como sumo sacerdote
en lugar de Moisés. Mientras Moisés estaba en el palacio de Faraón, Aarón estaba
entre los israelitas sufriendo con ellos la esclavitud del pueblo. Es por eso que
Hebreos 5 nos dice que "el sumo sacerdote es tomado de entre los hombres". Cristo
vivió lo que era ser rechazado por otros, por su familia y por los de su pueblo. Lo
que era ser acusado falsamente, ser ofendido, lo que era no tener posesiones
materiales. Sufrió el ser criticado duramente. Es por eso que su corazón se
conmueve cuando ve que nosotros pasamos por la misma situación. Haríamos bien
en observar la manera que Cristo reaccionaba cuando le ocurrían estas cosas. Por
ejemplo, cuando los samaritanos le rechazaron (Lucas 9:51-56).
Fiel: nunca nos va a fallar. Una garantía de esto es su vida indestructible. "Viviendo
siempre para interceder por ellos" (Hebreos 7:25). El sumo sacerdote de Israel no
fue fiel. Cuando Cristo estaba siendo juzgado era responsabilidad del sacerdote de
hacer cumplir la ley de Dios. Si hubiese hecho esto el resultado hubiese sido
diferente.
Vamos a encontrar otras referencias a la fidelidad de Dios que en relación con la
tentación: "fiel es Dios, que no nos dejará ser tentados más de lo que podéis resistir"
(1 Corintios 10:13) , "fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal" (2
Tesalonicenses 3:3) y "es poderoso para socorrer a los que son tentados" (Hebreos
2:18).
Satanás quiere destruirnos y, muchas veces, quiere poner tentaciones que van más
allá de nuestras fuerzas, pero Cristo no lo va a permitir. Esta es una de las razones
por las cuales hay tentaciones y pruebas que vienen a algunos creyentes que son
diferentes a las de otro creyente. Aun en la tentación no nos abandona, sino que
está a nuestro lado para socorrernos. La fuerza que tenemos para vencer la
tentación no es nuestra, sino que viene de Él. Es nuestra dependencia de Él lo que
nos hará vencedores en la tentación. Entonces si estamos pasando por tentación o

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