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La ética de Jesús de Nazaret (2-15)

Hoy escribe Antonio Piñero

La ética de Jesús está unida indisolublemente a la moral del Reino de Dios proclamado

por Jesús y es un tanto complicada: predica valores absolutos, propios del judaísmo de su

momento y en plena consonancia con la Biblia, por ejemplo, el valor absoluto del Decálogo, el

mandamiento del amor fundado en el texto del Levítico 19,18 (“Amarás a tu prójimo como a ti

mismo”), la imitación de Dios que es bueno tanto para los justos como para los perfectos (cf.

Mt 5,48: “Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial”) y lo que eran

los preceptos del judaísmo común de su época, etc.

Pero lo que más destaca en esta moral es una serie de normas que afectan al seguimiento de Jesús

y la preparación para la venida del Reino de Dios que están pensadas para unos instantes

determinados. Como veremos simplemente por su exposición estas normas son absolutamente

interinas, exigentes y quizás imposibles de cumplir, válidas sólo quizás para las vísperas

inmediatas de la llegada del Reino, que no podía prolongarse durante mucho tiempo.

En líneas generales puede afirmarse que la proclama del Reino de Dios pide obediencia

absoluta: la exigencia del seguimiento a lo que predica Jesús es radical y total: "El que echa mano

al arado y sigue con la vista atrás no vale para el Reino de Dios" (Lc 9,62; cf. 12,46). El

reconocimiento de la validez de la predicación de Jesús y la respuesta adecuada a ella constituyen

la moral del Reino: la base es la Ley; lo específico, la moral del seguimiento a lo proclamado para

prepararse a la venida de aquél.


Son tres estas normas:

1. Desprendimiento absoluto de todos los bienes necesarios para el sustento, unido a

ataques violentos contra los ricos. Es más Jesús exige a los que quieren ir tras él la venta de estos

bienes: “Mat 19:21 Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los

pobres y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme” = Lc 18, 25 con el añadido de

“¡Cuán difícil es que entren los que tienen riquezas en el Reino de Dios”).

Las invectivas contra los ricos son variadas. Pongamos sólo un par de ejemplos: Lc 16,19-31:

parábola del pobre Lázaro, que va al cielo y el rico epulón, que va al infierno o los ayes contra

los adinerados como el de Lc 6,25: “Ay de vosotros, los que ahora estáis hartos!, porque tendréis

hambre. ¡Ay de los que reís ahora!, porque tendréis aflicción y llanto”.

2. En segundo lugar, la no exaltación del valor del trabajo como creatividad necesaria en

este mundo. En Lc 12,22 se lee que Jesús dijo a sus discípulos: “Por eso os digo: No andéis

preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis [...]

fijaos en los cuervos que ni siembran ni cose¬chan; que no tienen ni bodega ni granero, y Dios

los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves!".

El comunismo de consumo de bienes que practicó la comunidad primitiva jerusa¬lemita, tal

como nos lo transmiten los Hechos (2,42-47; 4,32-35), tuvo su fundamento en los dichos de

Jesús que basaban la perfección del discípulo en la venta de sus bienes y la entrega de éstos a los

pobres (Lc 18,22; Lc 12,33; 14,33; Mc 10,17-26), esperando -sin trabajar, sólo preocupados de la
oración- la venida del Juez.

3. El poco aprecio por los vínculos familiares. Esto se muestra en ciertos dichos auténticos

de Jesús. En Mc 3,31-35 se lee: "Éstos son mi madre y mis hermanos: quien cumpla la voluntad

de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre". En Lc 9,60 se halla la dura sentencia de

que "los muertos deben enterrar a sus muertos", lo que suponía algo insólito en el ambiente

palestino del s. I.

El desligamiento de los vínculos familiares en el seguimiento de Jesús está expresado con mayor

claridad aún en Lc 14,15: "Caminaba con él mucha gente y volviéndose les dijo: Si alguno viene

donde mí y no odia (es decir, "se desprende", "estima en menos") a su padre, a su madre, a su

mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta su propia vida no puede ser discípulo

mío".

Como se puede observar fácilmente, estos preceptos, o consejos -que prescinden de los bienes

de la tierra, que no exhortan precisamente al trabajo, que no fomentan los lazos

familiares- distan mucho de poder ser cumplidos en un mundo que dura y continúa: están

evidentemente pensados para el interim, para esos momentos anteriores a la irrupción del Reino,

con su cambio total de valores. Tal ética no puede elevarse a categoría de ley intemporal. Por

ello Albert Schweitzer la denominó “ética interina”.

La ética de Jesús puede considerarse sin ambages como profética, encardinada en la exigente

predicación de los profetas de Israel que deseaban preparar al pueblo para la "visita" divina, es

decir, la llegada del reino de Dios.


A pesar de lo extrema que es, parece evidente que esta ética especial de Jesús no representa

ninguna oposición a la ley de Moisés, sino todo lo contrario. De ningún modo podemos

obtener de la ética de Jesús ninguna idea o impresión de que estamos ante un personaje que

implícita o explícitamente esté pregonando alguna ética novedosa con la autoridad de un poder

personal divino. Más bien tenemos la impresión de que Jesús predica una ética del reino divino

al servicio del Dios de Israel de quien es un heraldo obediente y sumiso.

Saludos cordiales de Antonio Piñero .

Prueba de teológico:

 Temáticas:

1- Que se entiende por ética

2- Acceso para conocer lo que hizo y lo que dijo Jesús

3- Dimensión religiosa de la ética de Jesús:

- Herencia religiosa de su cultura

- Jesús, hombre de oración

4- Jesús predicador ambulante del Reino de Dios

- Dios cómo su padre, papito

5- Relatos de vocación

- Exigencias de dejarlo todo para seguirlo y ser su compañero.

1- Que se entiende por ética:

ETICA: lo medular es vivir una vida mas humana para conmigo y los otros,
1- LA ETICA COMO UN SABER

*tipos de saberes: TTCC*

A) como un tipo de saber (los saberes se especifican por el objeto que ocupan). la

especificacion de la etica es "reflexionar sobre la experiencia y vivencia moral de las personas"

(experiencia de lo bueno, lo que nos hace sentur bien, feliz), lo cual posee la funcion de

APORTAR SENTIDO a nuestra vida (racionalizar la direccion de los deseos, ideales,

experiecias y acciones concretas)--> el ideal es actuar coherentemente con ideales y valores.

B. como un saber teorico-práctico:

porque supone conocer la realidad y el contexto que nos rodea (finalidad buscada y motivos,

determinas que se debe hacer para conducir asi la vida de manera buena y justa).

*lo importante que deja la moral es la capacidad de entender de los valores en juego

(atendiendo los factores que interfieren en la realidad para asi tomar desiciones consientes para

la accion coherente)

2- ELEMENTOS DE LA CONDUCTA ETICA:

A) intencion: para saberlo hay que mirar al corazón y saber mis motivos (son complejos y

esconden deseos inconfesables)

B) ¿como se conecta el deseo con los ideales de la etica?. Respuesta: preguntandonos si la

decicion es deseo o plan profundo (develar las trampas del deseo) y preguntandose los fines de

las acciones: para que lo hago.

C) acciones: buenas, medianamente (b o m) y malas.


D) circunstancias: la realidad hace conflictos para decidir una accion cambiando la valoracion

etica de los actos (asesinato por defenza propia)

E) Los medios: deber de usar medios licitos y eficientes.

F) concuencias previsibles de mis actos: toda accion implica concecuencia. hay que asumir la

responsabilidad derivadas de las acciones. concecuencias que no se previnieron.

G) convertirme en sujeto de mi vida: las acciones eticas se relacionan con hacerme dueño de

mi vida lo cual implica (mirar objetiva la vida, superar obstaculos).

3- OBSTACULOS PARA EL CONOCER ETICO son creencias: (idemdogbi)

-> empirismo: sentido como acceso a la realidad (asi se conoce una parte).

->idealismo: ideas realizables tal cual en la realidad (se obvia las mediaciones externas

existentes).

-> dogmatismo: es un idealismo extremado por axiomas y verdades que considera esenciales

sin tomar en cuenta lo externo.

-> bilinguismo: dos miradas para funcionar, una social (corriente determinada de una sociedad)

y otra personal

4- DESAFIOS DEL PÓLITEISMO ETICO:

A) nacemos en una tradicion etica (x la familia y sociedad): nosotrso somos hijos de occidente

con raices cristianas, raciones y liberales utilitarias.

b) a medida que crecemos nos formamos con esos valores y para ello debemos hacernos cargo

de nuestros afectos, miedos, temores que impiden reflexionar con claridad.


c) vivimos en un mundo CULTURAL Y MORALMENTE PLURAL: -efecto de

globalizaciion- necesitamos dar cuenta de quien somos nosotros:

- aprender de la otredad y respetar.

-superar relativismo etico (da lo mismo cualquier valor etico).

-que hay valores fundamentales fundamentales (RESPETO Y CUIDADO MEDIO

AMBIENTE). RESPETO. CALIDAD RELACION SOCIAL. LIBERTAD PERSONAL.

BIEN COMUN.

5- VALORES CENTRALES DE PARADIGMAS ETICOS:

*definición etica: saber teorico-practico y normativo que nos impulsa a realidad nuestra vida

como vida buena (forma mas humana de vivir en la dociedad). los distintos paradigmas eticos

si bien convergieron en la definición, han establecido contenidos eticos centrales:

A) felicidad: Aristoteles: vivir en conformidad con virtud de la inteligencia (sabiduria y

prudencia) y voluntad (amable, justicia).

B) justicia: relaciones justas sociales.

C) utilidad: bien como lo util personal o grupal (medir costos y beneficios de acciones para

hacer algo: ideal realizar el mayor bien para la mayor parte.

D) Deber: toda persona tiene una regla obligatoria.

E)libertad social y política

E)respeto por el otro: personas y mundo.

2- Acceso para conocer lo que hizo y lo que dijo Jesús:

3- La ética de Jesús de Nazaret (2-15)


Hoy escribe Antonio Piñero

La ética de Jesús está unida indisolublemente a la moral del Reino de Dios proclamado

por Jesús y es un tanto complicada: predica valores absolutos, propios del judaísmo de su

momento y en plena consonancia con la Biblia, por ejemplo, el valor absoluto del Decálogo, el

mandamiento del amor fundado en el texto del Levítico 19,18 (“Amarás a tu prójimo como a ti

mismo”), la imitación de Dios que es bueno tanto para los justos como para los perfectos (cf.

Mt 5,48: “Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial”) y lo que

eran los preceptos del judaísmo común de su época, etc.

Pero lo que más destaca en esta moral es una serie de normas que afectan al seguimiento de

Jesús y la preparación para la venida del Reino de Dios que están pensadas para unos instantes

determinados. Como veremos simplemente por su exposición estas normas son absolutamente

interinas, exigentes y quizás imposibles de cumplir, válidas sólo quizás para las vísperas

inmediatas de la llegada del Reino, que no podía prolongarse durante mucho tiempo.

En líneas generales puede afirmarse que la proclama del Reino de Dios pide obediencia

absoluta: la exigencia del seguimiento a lo que predica Jesús es radical y total: "El que echa

mano al arado y sigue con la vista atrás no vale para el Reino de Dios" (Lc 9,62; cf. 12,46). El

reconocimiento de la validez de la predicación de Jesús y la respuesta adecuada a ella

constituyen la moral del Reino: la base es la Ley; lo específico, la moral del seguimiento a lo

proclamado para prepararse a la venida de aquél.

Son tres estas normas:


1. Desprendimiento absoluto de todos los bienes necesarios para el sustento, unido a

ataques violentos contra los ricos. Es más Jesús exige a los que quieren ir tras él la venta de

estos bienes: “Mat 19:21 Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y

dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme” = Lc 18, 25 con el

añadido de “¡Cuán difícil es que entren los que tienen riquezas en el Reino de Dios”).

Las invectivas contra los ricos son variadas. Pongamos sólo un par de ejemplos: Lc 16,19-31:

parábola del pobre Lázaro, que va al cielo y el rico epulón, que va al infierno o los ayes contra

los adinerados como el de Lc 6,25: “Ay de vosotros, los que ahora estáis hartos!, porque

tendréis hambre. ¡Ay de los que reís ahora!, porque tendréis aflicción y llanto”.

2. En segundo lugar, la no exaltación del valor del trabajo como creatividad necesaria

en este mundo. En Lc 12,22 se lee que Jesús dijo a sus discípulos: “Por eso os digo: No

andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis

[...] fijaos en los cuervos que ni siembran ni cose¬chan; que no tienen ni bodega ni granero, y

Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves!".

El comunismo de consumo de bienes que practicó la comunidad primitiva jerusa¬lemita, tal

como nos lo transmiten los Hechos (2,42-47; 4,32-35), tuvo su fundamento en los dichos de

Jesús que basaban la perfección del discípulo en la venta de sus bienes y la entrega de éstos a

los pobres (Lc 18,22; Lc 12,33; 14,33; Mc 10,17-26), esperando -sin trabajar, sólo preocupados

de la oración- la venida del Juez.


3. El poco aprecio por los vínculos familiares. Esto se muestra en ciertos dichos auténticos

de Jesús. En Mc 3,31-35 se lee: "Éstos son mi madre y mis hermanos: quien cumpla la

voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre". En Lc 9,60 se halla la dura

sentencia de que "los muertos deben enterrar a sus muertos", lo que suponía algo insólito en el

ambiente palestino del s. I.

El desligamiento de los vínculos familiares en el seguimiento de Jesús está expresado con

mayor claridad aún en Lc 14,15: "Caminaba con él mucha gente y volviéndose les dijo: Si

alguno viene donde mí y no odia (es decir, "se desprende", "estima en menos") a su padre, a su

madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y hasta su propia vida no puede

ser discípulo mío".

Como se puede observar fácilmente, estos preceptos, o consejos -que prescinden de los bienes

de la tierra, que no exhortan precisamente al trabajo, que no fomentan los lazos

familiares- distan mucho de poder ser cumplidos en un mundo que dura y continúa:

están evidentemente pensados para el interim, para esos momentos anteriores a la irrupción del

Reino, con su cambio total de valores. Tal ética no puede elevarse a categoría de ley

intemporal. Por ello Albert Schweitzer la denominó “ética interina”.

Cuando utilizamos espontáneamente el término “ética” pensamos en el buen comportamiento.

De forma un poco más precisa podríamos decir que la ética es una parte de la filosofía que

estudia qué es lo moral, o sea, las reglas o normas por las que se rige la conducta de un ser

humano; la ética también busca justificar un sistema moral y aplicarlo a los distintos ámbitos de

la vida personal y social. Desde esta perspectiva cabe decir que puede haber distintas éticas, en
función de los valores en las que pretenden sustentarse, de las conductas que quieren

promover y de las razones que tienen para justificar estas conductas. No todas las éticas sin

iguales. ¿Es posible pensar en una ética universal o civil, que vendría a ser una ética de

mínimos, aceptados por todos? En teoría sí, en la práctica es más complicado por la dificultad

que implica obtener consensos universales.

Las religiones, por su parte, promueven una ética, inspirada en sus principios y creencias. En

este sentido cabe decir que Jesús de Nazaret promovió una determinada ética. Pues sus

palabras y obras orientan hacia un determinado proyecto de vida, válido para toda persona, que

pretende estar en consonancia con la voluntad de Dios. Una voluntad que busca la salvación y

la felicidad de todos y cada uno de los seres humanos. El valor fundamental que inspira toda la

vida de Jesús y que él pretende inculcar a sus seguidores es el del amor. Un amor universal, sin

fronteras ni discriminaciones, que alcanza incluso al enemigo. Un amor que busca superar las

diferencias entre los seres humanos, pero que también es una instancia crítica para todas

aquellas barreras que atentan contra la dignidad humana y contra su bienestar. Porque este

amor es universal, tiene un cuidado especial por aquellos más abandonados y necesitados, por

los más pobres y marginados. Y cuestiona toda actuación y todo sistema que produce pobres y

sólo busca el bienestar de unos pocos a costa de la explotación de muchos.

Con todo, lo más característico de la ética de Jesús es la gratuidad. Pues va más allá de lo que

razonablemente se puede esperar. Desborda la justicia (dar a cada uno lo suyo) para entrar en

el terreno del perdón y de la misericordia. ¿El motivo? Dios es así: ama a sus enemigos, da al

que no lo merece, devuelve bien por mal. El cristiano está llamado a imitar a Dios. Así

superamos toda ética de mínimos y pasamos a una ética de máximos: “si vuestra justicia no

sobrepasa la de los letrados y fariseos…”


4-

La ética de Jesús puede considerarse sin ambages como profética, encardinada en la

exigente predicación de los profetas de Israel que deseaban preparar al pueblo para la

"visita" divina, es decir, la llegada del reino de Dios.

A pesar de lo extrema que es, parece evidente que esta ética especial de Jesús no

representa ninguna oposición a la ley de Moisés, sino todo lo contrario. De ningún

modo podemos obtener de la ética de Jesús ninguna idea o impresión de que estamos

ante un personaje que implícita o explícitamente esté pregonando alguna ética novedosa

con la autoridad de un poder personal divino. Más bien tenemos la impresión de que

Jesús predica una ética del reino divino al servicio del Dios de Israel de quien es un

heraldo obediente y sumiso.

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