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Elaborado por:

MAA CONSULTORES LTDA

Para:
AR VALLE ESCONDIDO SpA

INFORME DE ANÁLISIS MORFO-


TECNOLÓGICO DE MATERIAL LÍTICO
“PROYECTO SOLAR VALLE ESCONDIDO”

Javier Díaz Sánchez

Junio de 2021
Contenido

I. Introducción .................................................................................................................... 2
II. Objetivos ............................................................................................................................. 2

Objetivo General ................................................................................................................. 2


Objetivos específicos .......................................................................................................... 2
III. Antecedentes ...................................................................................................................... 3

IV. Marco conceptual y metodológico ..................................................................................... 5

V. Resultados ........................................................................................................................... 6

Materia Prima...................................................................................................................... 8
Fractura ............................................................................................................................. 10
Matriz ................................................................................................................................ 11
Calidad .............................................................................................................................. 11
Córtex................................................................................................................................ 12
Dimensiones...................................................................................................................... 13
Tipología ........................................................................................................................... 14
VI. Discusión ......................................................................................................................... 15

Bibliografía ........................................................................................................................... 16
I. Introducción

El presente informe da cuenta de los resultados finales del análisis morfo-tecnológico de


materiales líticos, recuperados de una serie de sitios arqueológicos excavados en el marco
del Estudio de Impacto Ambiental para la ejecución del Proyecto Solar Valle Escondido,
localizado en la comuna de Tierra Amarilla, Región de Atacama.

Este análisis morfo-tecnológico consideró una muestra de 19507 piezas líticas, que fueron
organizadas en una base de datos según criterios informativos y descriptivos. Junto con lo
anterior, se presentarán las estadísticas principales del análisis lítico en gráficos y tablas; y
finalmente, una síntesis de las características generales del conjunto de sitios de Valle
Escondido.

Figura 1. Mapa de la ubicación geográfica del Proyecto Solar Valle Escondido.


II. Objetivo General:

Realizar una caracterización morfo-tecnológica del conjunto de material lítico rescatado en


el Proyecto Solar Valle Escondido, Tierra Amarilla.

Objetivos específicos:

1. Clasificar los conjuntos líticos mediante variables que consideren sus contextos
de procedencia.
2. Definir los tipos de materias primas presentes en la muestra, junto con una
evaluación de su calidad para la talla.
3. Caracterizar las piezas líticas según sus atributos morfo-tecnológicos.
4. Describir el total de piezas analizadas mediante el uso de gráficos y tablas
descriptivas.
5. Sintetizar la información con una breve descripción de las actividades humanas
observables a través de estos conjuntos líticos.
III. Antecedentes

El área de influencia del Proyecto Solar Valle Escondido, se ubica en la quebrada Molle
Alto, a unos 36 km al sur de la localidad de Tierra Amarilla, Región de Atacama. Esta zona
se inserta en el denominado Norte Semiárido, área geográfica que comprende, en términos
generales, a la región de Atacama y de Coquimbo (Ampuero e Hidalgo, 1975).

Antecedentes ambientales y geográficos

El norte semiárido se caracteriza por tener un clima de tipo desértico-árido, con microclimas
que se desarrollan al interior del valle. Estos se manifiestan con escasas precipitaciones
anuales nieblas costeras disminuyen fuertemente a medida que se avanza por el valle, donde
la humedad desaparece y las temperaturas se elevan (Luebert y Pliscoff, 2017).
Respecto a la flora y vegetación, en esta zona predominan las formaciones vegetacionales
Estepa Semidesértica, Estepa Arbustiva abierta subandina (tolar), Matorral claro desértico
sin suculentas y Desierto alto andino con praderas halófitas esporádicas (Gajardo, 1994).
La geomorfología indica que Tierra Amarilla se inserta de este a oeste en las formaciones
correspondientes a sierras transversales del tronco maestro andino, precordillera de
Domeyko y pampa ondulada o austral (Börgel Olivares, 1983).
El pavimento desértico compuesto por grava y gravillas, que se observan en el área de
estudio, corresponde a la formación Gravas de Atacama, de edad Miocena (entre 10 y 12
millones de años), que, según Mpodozis et al. (1995: 294), son depósitos que “cubrieron
gran parte de la precordillera de Atacama, rellenaron amplios paleovalles, precursores y
coincidentes, a grandes rasgos, con la red actual (…) La acumulación de estos depósitos,
refleja, no sólo un evento climático húmedo, sino que, además, el alzamiento tectónico “en
bloque” de la zona altiplánica durante el Mioceno”.

Antecedentes Arqueológicos

Las primeras ocupaciones se registran en el Periodo Paleoindio (pre 11.500-10.000 AP),


referido a contextos anteriores a los 11.500 AP, este tipo de ocupaciones nos indican un
modo de vida cazador, altamente influenciados por los procesos de cambios climáticos
finipleistocénicos, condiciones que hicieron que los sectores de quebradas y paleolacustres
costeros fueran lugares aptos para la ocupación humana (Maldonado et al., 2010) ejemplo de
ello es el sitio Quereo, que presenta evidencia datada en 11.600 y 11.000 años AP en un
contexto de bebedero visitado por megafauna (Núñez et al., 1983). Entre el 13.000 y 10.000
a.C. paulatinamente se produjo la extinción de megafauna producto del fin de la era glacial.
El Período Arcaico es un extenso estadio temporal caracterizado por las ocupaciones de
cazadores recolectores de alta movilidad, quienes presentan innovaciones en cuanto
adaptación, abriendo paso a la aparición de prácticas agrícolas, debido a lo extenso del
periodo es conveniente su división en tres momentos vinculados a cambios culturales
importantes. Respecto a lo climático en el Arcaico Temprano, el cual coincide con el
comienzo del Holoceno, presenta un aumento en las temperaturas en conjunto con una
disminución en las precipitaciones. Posteriormente, a partir del 8.000 AP se desarrolla el
Óptimo climático, marcando un proceso de desertificación con aumento de humedad hacia
el 6.000 AP, y ya para el 4.000 AP las condiciones ambientales se tornan similares a las
actuales. Estas diferentes condiciones ambientales permitieron el desarrollo de contextos
arqueológicos diversos, como se presenta a continuación:
Arcaico Temprano (8.000 a.C. – 5.000 a.C.)
Este período se caracteriza por la presencia de contextos arqueológicos diversos en términos
de materialidad cultural, con predominancia en las zonas costeras, y puntuales hallazgos de
ocupaciones en valles interiores e interandinos (Jackson et al., 2011), los que se extienden
entre la Región de Antofagasta y la Región de Coquimbo. Este conjunto de evidencias se ha
denominado Complejo Huentelauquén, poblaciones arcaicas que en la costa de Atacama se
habrían especializado en la caza de mamíferos terrestres y en la recolección de frutos,
además de recursos marinos del área litoral (Cervellino, 1998). Los principales componentes
arqueológicos que caracterizan a este complejo cultural son los litos geométricos
(tradicionalmente interpretados como objetos rituales); puntas de proyectil pedunculadas y
lanceoladas; e instrumental lítico de molienda. Otros sitios atribuibles a este complejo son El
Teniente y Pichidangui en la costa, y Cárcamo y La Fundición en los valles interiores
(Cornejo et. Al. 2016). En terrazas marinas cercanas al litoral, destacan El Obispito 1 y Los
Médanos 2, ambos sitios que evidencian extensas ocupaciones con asociación de
instrumentos líticos a fogones, restos de fauna tanto marina como terrestre (Cervellino et al.
2000). A lo largo de la costa de Los Vilos y algo más al sur, se identifican asentamientos
residenciales y logísticos de este complejo.
Arcaico Medio (5.000 a.C.-3.000 a.C.): el Complejo Papudo define al Arcaico Medio,
caracterizado por una gran variedad de sitios que dan cuenta de un amplio sistema de
cazadores-recolectores marítimos y terrestres, que complementaban su dieta con actividades
de caza y pesca minoritaria (Jackson, 2002). La redefinición de este Complejo integró la
llamada tradición “San Pedro Viejo de Pichasca”, la “Cultura Los Morrillos”, y lo que ha
denominado propiamente tal, “Complejo Papudo” (Cornejo et. Al. 2016).
Arcaico Tardío (3.500 a.C. – 400 a.C.): es un período que se caracteriza por la existencia de
sitios en los valles interiores del Semiárido, que presentan ocupaciones con fechas
correspondientes a los momentos finales del Arcaico. Punta Colorada, es un alero que
atestigua ocupaciones hacia el 1.000 a.C. y se caracteriza por ser un campamento utilizado
de forma reiterada durante breves lapsos de tiempo (Ampuero y Jackson, 2007). Otro
contexto arqueológico que se desarrolló en el marco de la estrategia de movilidad logística
corresponde a los niveles superiores del sitio San Pedro Viejo de Pichasca, donde hay
evidencias de instrumentos de molienda, puntas de proyectil triangulares y lanceoladas,
raspadores, raederas, guijarros con colorantes, morteros, retocadores de hueso y moluscos,
improntas de cestería, fibras trenzadas (Cornejo et. Al. 2016).
El Período Alfarero Temprano (0-800 d.C.), se define a partir de la aparición de la
alfarería alrededor del 170 d.C. (Jackson y Rodríguez, 1998). Para la región de Coquimbo,
estos grupos tenían un origen vinculado directamente con la fase Quebrada Honda (Arcaico
Tardío), donde se evidenciarían algunos elementos similares a los del Complejo Cultural El
Molle (Troncoso y Pavlovic, 2013). La heterogeneidad del Complejo sugiere procesos de
regionalización. Respecto a la cultura material, esta se caracteriza por alfarería monocroma
con decoraciones incisas/grabadas/modeladas, tembetás (incluyendo los tipos discoidal con
alas, cilíndrico corto con alas, cilíndrico largo y cónico) y pipas de piedra en forma de T
invertida, elementos de metal, entre otros (Cornely, 1956).
El Período Medio (800 d.C.-1.200 d.C.), es un período marcado por la presencia
principalmente costera, y en menor medida en valles interiores, del Complejo Cultural Las
Ánimas, definido a partir de los trabajos de Ampuero (1972-73, 1978). Uno de los sitios de
este Complejo está representado por Compañía de Teléfonos de La Serena, en el que se
describen los tipos Ánimas I, II y III separados estratigráficamente de lo Diaguita, mientras
que el tipo cerámico Ánimas IV se asocia al inicio de lo Diaguita. Un aspecto importante de
este período tiene que ver con la incorporación de parafernalia inhalatoria de alucinógenos y
el culto al Sacrificador (Cervellino, 1992; Castillo, 1992).
Tras el desarrollo del Período Medio, se generan dos culturas contemporáneas e
independientes, definidas como la Cultura Copiapó y la Cultura Diaguita, que caracterizan el
Período Intermedio Tardío (1.200 – 1.300 d.C.). La Cultura Copiapó surgiría a partir del
Complejo Las Ánimas, y se distribuiría en diferentes nichos ecológicos, en especial valles y
riberas de ríos (Castillo, 1998). Esta ocupación de los espacios les permitió controlar
estratégicamente las tierras agrícolas y recursos ganaderos, mediante la construcción de
reductos fortificados (Niemeyer, 1998). En términos del patrón funerario Copiapó, destacan
el cementerio Huasco Bajo y cementerio Altos Blancos, con entierros asociados a cerámica,
restos de cultígenos y malacológicos, y parafernalia alucinógena.
Para el Período Tardío (1.450-1.536 d.C.) la Cultura Copiapó sería intervenida por la
llegada del Inca de forma poco evidenciada por la investigación arqueológica, a diferencia
de la fuerte presencia en la Cultura Diaguita, en la que el Tawantinsuyu se habría establecido
a través de alianzas con los señores locales diaguitas, potenciando su prestigio y jerarquía, al
mando de las comunidades más importantes. Es muy probable que estos hayan actuado
como mitimaes y hayan llegado a Copiapó, estableciendo influencias en la cultura local
(Castillo, 1998). No obstante, el estado actual del conocimiento propone que la cultura
Diaguita se habría extendido entre los valles del Huasco y Choapa.

IV. Marco conceptual y metodológico

El análisis de las piezas se realizó considerando un tercio del total contenido en cada
conjunto lítico excavado, agrupados por los datos de Sitio, Unidad y Nivel. La información
de las etiquetas fue conservada para los grupos que representan el tercio analizado en esta
práctica. Además, se anotó la información de la cantidad total de piezas en las etiquetas
originales de cada conjunto lítico, que en la mayoría de los grupos no venía especificada.
Este trabajo se llevó a cabo mediante el uso de una base de datos, en la que se registró
sistemáticamente la información relativa al contexto de hallazgo de los materiales líticos:
Sitio, Unidad, Nivel y Capa. Además, se incluyo una columna para registrar la fecha en que
se realizó el análisis de cada pieza.
En cuanto a los criterios morfo-tecnológicos, se consideró una descripción preliminar de ls
rocas, asignando una denominación del tipo de materia prima asociado con la tonalidad de
cada pieza. Para la clasificación morfológica, se estimó, en primer lugar, la fractura de la
pieza. Esto se determinó a partir de la observación de la porción de la pieza, considerando la
presencia o ausencia de talón, bordes y filos, para indicar si ésta corresponde a una pieza: 1.
Completa; 2. Proximal; 3. Medial; 4. Distal.
El segundo criterio de análisis lítico aplicado fue la matriz o forma base de la pieza,
desplegada en cuatro categorías: 1. Derivado de talla, que incluye desechos de talla e
instrumentos formatizados con soporte en lascas y láminas; 2. Núcleo, incluidos los
instrumentos manufacturados a partir de núcleos; 3. Guijarros, de instrumentos hechos a
partir de rocas rodadas y 4. Clasto indefinido, para piezas que no puedan ser clasificadas en
ninguna de las categorías previas. También se asignó un
valor del 1 al 4 para clasificar las materias primas según su calidad para la talla, acogiendo la
propuesta metodológica de Aragón y Franco (1997).
También se identificó la presencia o ausencia del talón en las piezas. Dentro de las piezas
que presentan talón, se establecieron 8 tipos: 1. Natural; 2. Plano; 3. Facetado; 4.
Seudofacetado; 5. Puntiforme; 6. Rebajado; 7. Abradido y 8. Indeterminable. La categoría 9
corresponde a “Ausente”, para piezas que presentan fractura sin talón. La presencia de
corteza en el anverso de las piezas fue clasificada por medio de rangos porcentuales, siendo
el valor 1. 0%; 2. 1-25%; 3. 26-50%; 4. 51-75% y 5. 76-100%. En este análisis, la presencia
de pátina se consignó bajo el mismo criterio de rangos en la variable de corteza, junto con
la descripción de cada caso en observaciones. En cuanto a la clasificación de la técnica de
extracción, se utilizaron 3 categorías: 1. Percusión dura; 2. Percusión blanda y 3. Presión.
Para la estimación de la medida de las piezas se siguió la propuesta de Andrefsky (1998),
quien plantea la separación en categorías de medida métrica máxima, por medio de círculos
graduados cada 5 mm.
La muestra fue clasificada según categorías tecnológicas, siguiendo los planteamientos de
Andrefsky (1994) donde establece criterios de formalidad según el grado de inversión de
trabajo en la elaboración de los instrumentos. En definitiva, se estimaron 18 categorías
posibles de clasificación tipológica: 1. Desecho de retoque; 2. Desecho de talla; 3. Desecho
de desbaste bifacial; 4. Derivado de núcleo; 5. punta de proyectil; 6. Preforma; 7. Bifaz; 8.
Raspador; 9. Raedera; 10. Cuchillo; 11. Cepillo; 12. Muesca; 13. Denticulado; 14.
Tajador; 15. Núcleo; 16. Desecho con modificaciones; 17. Instrumento agrícola y 18. Otro
(descrito en observaciones).
Las características especiales de algunas piezas líticas, que no pudieron ser referidos en las
variables antes descritas, fueron precisadas brevemente en la correspondiente casilla de
Observaciones.
V. Resultados

Como resultado de la clasificación de los conjuntos líticos, se obtuvieron varios datos de


interés general. En primer lugar, se identificaron 110 sitios arqueológicos, muchos de ellos
descritos como hallazgos aislados. A su vez, se obtuvo una cuantificación de piezas por
sitio, siendo el sitio VE83 el de mayor volumen con 761 piezas, seguido por VE377 con
461 piezas y el sitio VE483/181 con 458 piezas.
# Sitio Cantidad # Sitio Cantidad # Sitio Cantidad # Sitio Cantidad # Sitio Cantidad # Sitio Cantidad
1 PDO-005 1459 28 VE92 161 55 VE120 93 82 VE477 49 109 VE487 26 135 FMG-001 15
2 VE485/489 1431 29 VE371 159 56 VE161 87 83 VE353 48 110 VE449 26 136 VE89 14
3 VE83 1300 30 VE178 155 57 VE515 85 84 VE379 46 111 VE589 24 137 VE251 14
4 VE223 1039 31 VE514 152 58 VE243 81 85 VE342 45 112 VE466 24 138 VE135 14
5 VE128 501 32 VE140/439 147 59 VE330 80 86 FUT-001 45 113 VE324 24 139 FMG-002 14
6 VE483/181 497 33 VE441 144 60 VE173 80 87 VE184 44 114 VE86 23 140 FIT-002 14
7 VE471 493 34 VE440 144 61 VE136 80 88 VE598 43 115 VE406 23 141 VE350 13
8 VE377 463 35 VE374 143 62 VE298/293 78 89 VE357 43 116 JRL-007 23 142 JAV-005 13
9 VE187 428 36 FMG-007 143 63 VE314 72 90 PDO-002 43 117 VE452 22 143 VE301 12
10 VE131 381 37 VE134/137 138 64 JAV-021 71 91 VE322 41 118 VE435 22 144 VE575 11
11 VE392/394 358 38 VE481 136 65 VE78 66 92 VE160 41 119 VE310 22 145 VE462 11
12 VE249/250/373 321 39 VE468 129 66 VE447 65 93 VE343 40 120 VE145 21 146 VE365 11
13 VE351 318 40 VE100 121 67 VE211 65 94 VE294 39 121 VE114 21 147 CZS-001 11
14 VE79/82/290 307 41 VE157 120 68 VE139/442 65 95 VE472 37 122 VE458 20 148 VE320 10
15 VE397 304 42 VE432 116 69 JAV-023 63 96 VE255 37 123 JRL-011 20 149 VE248 10
16 VE363 295 43 NMB-006 115 70 VE444 60 97 VE152 36 124 VE485/181 19 150 VE133 10
17 JAV-015 253 44 VE459 114 71 VE172/174 59 98 VE105 36 125 VE430 18 151 FVT-005 10
18 FMG-006 253 45 FMG-004 108 72 VE179 57 99 DBA-005 35 126 VE395 18 152 FUT-005 10
19 VE370 251 46 VE115 105 73 VE360 56 100 JAV-016 33 127 JAV-014 18 153 VE518 9
20 JAV-020 249 47 VE138 104 74 VE121 56 101 VE453 32 128 VE464 17 154 VE401 9
21 VE132 218 48 VE77 102 75 VE90 55 102 VE300 31 129 VE162 17 155 VE380 9
22 JDU-001 186 49 VE180 102 76 VE153 53 103 VE476 30 130 VE354 16 156 VE256 9
23 VE144 183 50 VE268 101 77 JAV-001/002 52 104 VE455 30 131 VE235 16 157 JAV-011 9
24 VE490 172 51 CUA-001 101 78 VE224 51 105 VE577 29 132 VE231 16 158 VE445 8
25 VE390 172 52 VE403 100 79 VE443 50 106 VE431 29 133 VE595 15 159 VE436 8
26 VE461 166 53 VE143 98 80 VE277 50 107 VE372 29 134 VE221 15 160 VE433 8
27 VE151 162 54 VE253 95 81 VE99 49 108 FMC-003 28 135 NMB-001 15 161 VE218 8

Tabla 1. Recuento de piezas por sitio arqueológico (con mayor densidad).

# Sitio Cantidad # Sitio Cantidad # Sitio Cantidad # Sitio Cantidad # Sitio Cantidad
162 VE217 8 189 VE396 4 216 DBA-004 3 243 VE110 2 270 VE340 1
163 CUA-004 8 190 VE381 4 217 VE88 2 244 VE106 2 271 VE338 1
164 VE584 7 191 VE364 4 218 VE84 2 245 VE101 2 272 VE337 1
165 VE438 7 192 VE361 4 219 VE593 2 246 JRL-003 2 273 VE331 1
166 VE304 7 193 VE336 4 220 VE592 2 247 JRL-002 2 274 VE329 1
167 VE586 6 194 VE257 4 221 VE588 2 248 JAV-010 2 275 VE326 1
168 VE582 6 195 VE247 4 222 VE581 2 249 FVF-004 2 276 VE3239 1
169 VE491 6 196 VE236 4 223 VE521 2 250 DBA-002 2 277 VE3238 1
170 VE308 6 197 VE220 4 224 VE519 2 251 VE85 1 278 VE321 1
171 VE91 5 198 VE108 4 225 VE492 2 252 VE594 1 279 VE313 1
172 VE597 5 199 VE103 4 226 VE482 2 253 VE591 1 280 VE312 1
173 VE590 5 200 JAV-003 4 227 VE413 2 254 VE580 1 281 VE289 1
174 VE583 5 201 FMG-008 4 228 VE402 2 255 VE572 1 282 VE287 1
175 VE578 5 202 VE596 3 229 VE384 2 256 VE517 1 283 VE272 1
176 VE484 5 203 VE479 3 230 VE383 2 257 VE499 1 284 VE267 1
177 VE480 5 204 VE317 3 231 VE367 2 258 VE454 1 285 VE259 1
178 VE391 5 205 VE316 3 232 VE362 2 259 VE451 1 286 VE258 1
179 VE306 5 206 VE292 3 233 VE356 2 260 VE450 1 287 VE254 1
180 VE279 5 207 VE288 3 234 VE355 2 261 VE448 1 288 VE230 1
181 VE226 5 208 VE286 3 235 VE333 2 262 VE434 1 289 VE212 1
182 VE147 5 209 VE285 3 236 VE332 2 263 VE407 1 290 VE210 1
183 VE125 5 210 VE282 3 237 VE328 2 264 VE400 1 291 VE189 1
184 VE122 5 211 VE252 3 238 VE319 2 265 VE392/393 1 292 VE158 1
185 JAV-008 5 212 VE228 3 239 VE281 2 266 VE378 1 293 VE127 1
186 JAV-007 5 213 VE177 3 240 VE271 2 267 VE359 1 294 VE119 1
187 VE97 4 214 VE130 3 241 VE190 2 268 VE352 1 295 PDO-004 1
188 VE497 4 215 JAV-013 3 242 VE124 2 269 VE347 1 296 JRL-005 1
297 JAV-009 1

Tabla 2. Recuento de piezas por sitio arqueológico (con menor densidad).


VI. Materia Prima

La clasificación de piezas por materia prima se realizó, como se indicó en el apartado de


Metodología, bajo la lógica de asignar el nombre de la materia prima en conjunto a la
tonalidad. Por este motivo, de la muestra analizada se obtuvo una gran variedad de
subcategorías de materias primas, siendo posible identificar 85 tipos. Se presentan las
variedades de materias primas en categorías generales: andesita, arenisca, basalto,
calcedonia, cuarcita, cuarzo, dacita, granito, jaspe, riolita, sílice y otro (descritas en
observaciones).

A continuación, en la figura 3 se observa la frecuencia de representación de las materias


primas.

Materia Prima Cantida de piezas


Andesita 423
Arenisca 56
Basalto 386
calcedonia 11
Cuarcita 47
Cuarzo 28
Dacita 55
Granito 22
Jaspe 1
Mineral de cobre 4
Otro 2
Riolita 34
Sílice 18438

Tabla 3. Cantidad de piezas por materia prima.

De la tabla anterior, se observa que la materia prima con mayor representatividad en la


muestra analizada corresponde a la silícea, con una cantidad muy superior en comparación
a las siguientes materias primas; andesita y basalto. Otras materias primas menormente
representadas son la arenisca, dacita y riolita, que en su mayoría se categorizaron como
instrumentos percutores. Cabe destacar la presencia del Jaspe como una materia prima de
alta calidad para la talla, pero representada sólo una vez: una punta de proyectil con fractura
distal.

Respecto a la alta predominancia de sílice en la muestra, se observó que éste presenta una
gran variedad de subtipos, los que fueron definidos a partir de su tonalidad. En la figura 3,
la subcategoría de Sílice con mayor frecuencia corresponde al Sílice gris pardo, con 1261
piezas, seguida por el Sílice blanco, con 973 piezas, y el Sílice gris claro con 682 piezas.

# Subtipo Cantidad # Subtipo Cantidad


1 Sílice gris pardo 4273 23 Sílice blanco amarillo 83
2 Sílice gris claro 4238 24 Sílice gris naranjo 75
3 Sílice blanco 2028 25 Sílice gris celeste 66
4 Sílice gris 1461 26 Sílice blanco rosáceo 63
5 Sílice blanquecino 1157 27 Sílice gris amarillo 61
6 Sílice burdeo 708 28 Sílice rojo 61
7 Sílice gris oscuro 617 29 Sílice rojo lechoso 50
8 Sílice beige 479 30 Sílice gris violeta 44
9 Sílice rosáceo 297 31 Sílice gris blanco 42
10 Sílice grisáceo 263 32 Sílice gris azulado 39
11 Sílice blanco beige 243 33 Sílice terracota 31
12 Sílice gris lechoso 243 34 Sílice pardo verdoso 29
13 Sílice amarillo 201 35 Sílice pardo 28
14 Sílice gris morado 188 36 Sílice blanco gris 25
15 Sílice gris rosa 137 37 Sílice blanco naranjo 25
16 Sílice anaranjado 135 38 Sílice rojo anaranjado 25
17 Sílice gris rojizo 135 39 Sílice rosa beige 23
18 Sílice gris azul 127 40 Sílice blanco rosa 22
19 Sílice negro 108 41 Sílice burdeo oscuro 22
20 Sílice rojizo 97 42 Sílice pardo claro 22
21 Sílice blanco lechoso 93 43 Sílice naranjo lechoso 19
22 Sílice marrón 92 44 Sílice gris con betas negras 18
Tabla 4. Recuento de subtipos de sílice con mayor cantidad
# Subtipo Cantidad # Subtipo Cantidad
45 Sílice burdeo lechoso 16 67 Sílice gris burdeo 4
46 Sílice blanco 14 68 Sílice morado 4
47 Sílice gris beige 14 69 Sílice verde 4
48 Sílice azulado 13 70 Sílice blanco azulado 3
49 Sílice blanco azul 13 71 Sílice café claro 3
50 Sílice gris con betas rojizas 13 72 Sílice gris jaspeado 3
51 Sílice blanco rojizo 12 73 Sílice marrón claro 3
52 Sílice violeta lechoso 12 74 Sílice pardo lechoso 3
53 Sílice oscuro jaspeado 11 75 Sílice amarillo verdoso 2
54 Sílice beige rojizo 10 76 Sílice azul anaranjado 2
55 Sílice rosa pardo 10 77 Sílice blanco anaranjado 1
56 Sílice gris rosáceo 8 78 Sílice blanco morado 1
57 Sílice violeta 8 79 Sílice blanco rojo 1
58 Sílice grisáceo jaspeado 7 80 Sílice marrón lechoso 1
59 Sílice marrón amarillo 7 81 Sílice rojo blanquecino 1
60 Sílice marrón oscuro 7 82 Sílice rojo claro 1
61 Sílice rosa 7
62 Sílice blanco jaspeado naranjo 6
63 Sílice gris beige 6
64 Sílice blanco pardo 5
65 Sílice gris oscuro jaspeado 5
66 Sílice gris 4
Tabla 5. Subtipos de sílice con menor cantidad de piezas.
Fractura

A partir de la figura 6, se puede observar que el tipo de fractura más representado en la


muestra analizada corresponde al medial, con 8357 piezas. Le sigue la fractura en porción
distal con 6832 piezas, alcanzando junto a la fractura medial, la representación de más de la
mitad de la muestra. Las piezas completas se ven representadas por 3354 unidades, en
donde la mayoría corresponden a lascas primarias y secundarias completas. Por último, la
categoría menos frecuente de fractura corresponde a la proximal con 964 piezas cuyo
atributo principal es la presencia de punto de impacto con fracturas.

3354

6832
964 Completa
Proximal
Medial
Distal

8357

Figura 2. Representación de fractura en piezas analizadas.


Matriz

Del análisis de las matrices de los conjuntos líticos, se puede notar una marcada frecuencia,
en tanto que predominaron los derivados de talla, con un total de 15979 piezas, siendo
seguida por la matriz núcleo con 6318 piezas líticas. Las categorías de forma base menos
representadas corresponden a clastos indefinidos, con 752 unidades, y, por último, los
guijarros, con 543 piezas. En la figura 8 se pueden observar las comparaciones de la base
de datos del análisis lítico.

Figura 3. Distribución de matrices en piezas analizadas.

Calidad

La clasificación de materias primas según su calidad para la talla, reflejó una alta
concentración de piezas de calidad “buena” (16241) y “regular” (3069), representadas en la
tabla con los valores 2 y 3, respectivamente. En tanto, la calidad “muy buena”, asignada al
valor 1, fue representada por 8 piezas líticas, que en su mayoría corresponden a puntas de
proyectil bifaciales. Por último, la calidad “mala”, con valor 4, tuvo una baja representación
(189), principalmente asignado a núcleos, percutores y clastos indefinidos de arenisca,
riolita, granito y dacita. En el gráfico 9 se muestran las comparaciones de la calidad
asignada a cada pieza analizada.
Figura 4. Calidad de materia prima para la talla representada en cantidad de piezas.

Talón

El análisis del tipo de talón en las piezas líticas, arrojó una considerablemente mayor
distribución de unidades sin talón o, de talón “ausente”, información que se condice con la
también cuantiosa presencia de derivados de talla de fractura medial y distal, es decir,
piezas sin punto de impacto visible. En la tabla siguiente se puede apreciar el recuento de
piezas según el tipo de talón identificado.

Tipo de talón Piezas


Ausente 17178
Plano 802
Indeterminable 743
Natural 400
Puntiforme 237
Facetado 79
Rebajado 33
Pseudofacetado 29
Abradido 6

Tabla 6. Recuento de piezas líticas según tipo de talón.


Córtex

El criterio de rangos porcentuales usado para representar el grado de conservación de


corteza en el anverso de las piezas, indica la predominancia de piezas sin corteza, con un
total de 17601 unidades. La presencia de corteza en el anverso de las piezas se vio
levemente reflejada, manteniendo cantidades similares de ejemplares entre los cuatro
rangos porcentuales que representan los grados de conservación de corteza, como se
muestra en la figura 11.

Figura 5. Frecuencia de Corteza en piezas líticas.

Técnica de extracción

25000

20000 19221

15000

10000

5000

568 6
0
Percusión dura Percusión blanda Presión

Figura 6. Cantidad de piezas líticas según técnica de extracción.


Dimensiones

La medición de la muestra mediante el uso del circulímetro, reflejó una gran concentración
de piezas con tamaños oscilantes entre los 1 y 5 cm de diámetro, cada medida sobrepasando
las 1500 unidades. Entre ellas, las de 2 y 3 cm de diámetro son las de mayor representación,
con 5021 y 4847 piezas líticas. El aumento del tamaño de las rocas es inversamente
proporcional a la cantidad de piezas representadas. En la figura 13 se pueden observar estos
resultados.

Figura 7. Cantidad de piezas por diámetro (cm).

Tipología

La representatividad de la muestra en las categorías de Desechos con modificaciones (1),


Muesca (2), Bifaz (3), Punta de proyectil (7) y Desecho de desbaste bifacial (15) resultó ser
muy baja en cantidad, lo que dificultó su visualización en la gráfica (Figura 14), en
contraste a la alta frecuencia de otras categorías tipológicas, como Desecho de talla (14121)
y Derivado de núcleo (4670).

Otras categorías con frecuencia sobre las 50 piezas corresponden a Núcleo (359) y Desecho
de retoque (160). Con menor reiteración, aparecen representadas las categorías de Otro
(95), que en su totalidad se componen de Percutores; Raedera (16); Raspador (16); Cepillo
(11); Cuchillo (9) y Preforma (22).
Categoría tecnológica Piezas
Desecho de talla 14121
Derivado de núcleo 4670
Núcleo 359
Desecho de retoque 160
Otro 95
Preforma 22
Raspador 16
Raedera 16
Desecho de desbaste bifacial 15
Cepillo 11
Cuchillo 9
Punta de proyectil 7
Bifaz 3
Muesca 2
Des. Con modificaciones 1

Tabla 7. Categorías tecnológicas por cantidad de piezas líticas.

VII. Discusión y síntesis

En términos generales, del análisis descriptivo de esta muestra se puede concluir, en primer
lugar, que la materia prima para la talla más frecuente en los sitios de Valle Escondido
corresponde al Sílice, siendo las de tonalidades gris pardo, gris claro, blanco y burdeo las
de mayor presencia. Considerando la gran cantidad de piezas de Sílice, es importante
destacar que las variables de calidad con mayor frecuencia son “buena” y “regular”, lo que
demuestra que gran parte de la muestra de Sílice varía de buena a regular calidad para la
talla. Siguiendo esta línea, un valor que resulta similar en términos numéricos corresponde
a la variable de Matriz, donde predominaron por amplia mayoría los Derivados de talla con
15979 piezas, variable que podría relacionarse directamente con el alto nivel de piezas sin
presencia de corteza, reflejando tendencias significativas hacia la talla secundaria. Respecto
a las frecuencias de medida métrica máxima, la mayor presencia de piezas entre 1 cm a 5
cm podría estar relacionado con la alta representatividad de los desechos
de talla y derivados de núcleo de menor tamaño. Mientras que la baja frecuencia de
instrumentos líticos hechos a partir de núcleos se vería reflejada en la distribución de
medidas por la baja presencia de piezas de gran tamaño (sobre los 6 cm).

En síntesis, la muestra analizada se caracteriza principalmente por una gran presencia de


desechos de talla primaria y secundaria, cuya materia prima se define, en su gran mayoría, a
partir de una variedad de rocas silíceas, entre las que destacan la sílice gris pardo, gris claro,
blanco y blanquecino. Las porciones de piezas observadas corresponden mayoritariamente
a fracturas medial y distal, con una menor representación de piezas completas o de fractura
proximal. La calidad de las materias primas puede definirse a groso modo como buena a
regular, sin presencia de corteza en la mayoría de los casos y tamaños que por lo general
oscilan entre los 2 y 6 centímetros. Cabe destacar que la presencia de derivados de núcleos
y núcleos podrían sugerir que las actividades de talla lítica se estuvieron realizando en las
cercanías de las fuentes de materia prima. Sin embargo, con nuevos estudios acerca de la
distribución de materias primas y estrategias de aprovisionamiento, se podrán conocer las
lógicas de explotación y producción de materiales líticos en Valle Escondido.
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