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el Bicentenario del Perú: 200 años de independencia”

SEMANA 32
AREA DE
EDA CIENCIA
09: Asumimos Y TECNOLOGIA
compromisos ante los desafíos del Bicentenario.
SEMANA 4: ¿Como las plantas ayudan a disminuir el incremento de los gases de efecto
FICHA 32
invernadero?
Docente : Lic. Flor de María Agama Abarca
APELLIDOS Y NOMBRES: Caparó Ascarruz Jenascia Camille 1º Sección: A Fecha:06 /12/2021

¿CÓMO LAS PLANTAS AYUDAN A DISMINUIR EL INCREMENTO DE LOS GASES DE EFECTO INVERNADERO?
CAPACIDADES:
COMPETENCIA: EVIDENCIA:
PROPÓSITO DE LA EDA:  Propuesta de acciones argumentadas con
 Comprende y usa  Reconocer aspectos del pasado del Perú afirmaciones científicas y saberes locales
 Explica el conocimientos sobre y vincularlos con los desafíos que afronta referidas a la reducción de los GEI en beneficio
mundo físico los seres vivos; el Perú en la actualidad. de la comunidad y el ambiente.
basándose en materia y energía;
conocimientos biodiversidad, Tierra y RETO DE LA EDA: RETO DE LA EDA:
sobre los seres universo
vivos, materia  Evalúa las  ¿Qué recomendaciones podemos proponer
y energía, implicancias del saber para el desarrollo regional, Compromisos, presentados en un acta, que
biodiversidad, y del quehacer específicamente, en lo relacionado con la nos permitan construir el país que anhelamos
Tierra y científico y infraestructura del transporte en nuestra teniendo en cuenta los ejes del bicentenario.
universo. tecnológico región?
CRITERIOS DE EVALUACIÓN

Expliqué la relación que existe entre los gases que emiten los Asumí una postura crítica y fundamenté mi posición considerando
residuos sólidos y el efecto invernadero, además de las argumentos científicos y saberes locales al proponer acciones referidas a
consecuencias que produce en el planeta la reducción de los gases de efecto invernadero.

Recurso 1: Las plantas y el cambio climático

Las plantas son seres vivos que al igual que nosotros tienen reacciones específicas a su entorno y medio ambiente. La
interdependencia entre las actividades humanas y las plantas es una realidad y por ello se estudia el comportamiento
de cualquier tipo de planta en respuesta al ambiente donde crece, así como a variaciones climáticas en dichos sitios.
A esta disciplina se le llama ecofisiología vegetal y con ella se puede identificar, por ejemplo, cómo una sequía
prolongada provoca un fuerte estrés sobre las plantas, reduciendo su fotosíntesis y el contenido de agua en sus tejidos,
entre otras cosas.
Esta ciencia se ha convertido en una poderosa herramienta para diagnosticar y monitorear el comportamiento de las
plantas a un nivel muy detallado y entender su respuesta ante el cambio climático, lo cual cobra mucha importancia en
estos tiempos para diseñar y proponer alternativas de mitigación en diversos sectores —social, productivo, ambiental,
político— a escalas local, regional, nacional y/o internacional.
El cambio climático implica el incremento atmosférico de la concentración de gases de efecto invernadero,
principalmente dióxido de carbono (CO2) y metano. Aunque estos gases se encuentran de manera natural en la
atmósfera, las actividades humanas liberan al aire una gran cantidad de estas sustancias lo cual incrementa la
temperatura media del planeta – calentamiento global – e influyen directamente en los patrones de lluvias
ocasionando periodos más largos de sequía o por el contrario ocasionando fuertes inundaciones.
Por ello, es urgente monitorear el comportamiento de las plantas bajo estos nuevos escenarios climáticos y responder
preguntas como ¿qué tanto toleran las plantas el incremento de la temperatura? ¿cuánto tiempo pueden estar sin
agua?
¿qué sucede con plantas que crecen con una concentración elevada de CO2? Y sobre todo ¿cómo amenaza el cambio
climático la supervivencia de una planta en una región geográfica determinada?
En la actualidad, muchos estudios se han enfocado en tratar de entender la respuesta de las plantas cultivadas ante los
posibles efectos del cambio climático. Por ejemplo, en el trigo, una elevada concentración de CO2 puede aumentar la
producción de semillas, a partir de las cuales se fabrican harinas y sus derivados que consumimos todos los días. En
apariencia esto no sería malo, sin embargo, la cantidad de proteínas que contienen las semillas se reduce en
comparación con las producidas en plantas creciendo a la concentración actual de CO2 en el aire.
Entonces, en escenarios donde el dióxido de carbono es elevado, se podría producir más, pero con de menor calidad,
con un producto que podría no satisfacer nuestros requerimientos nutrimentales. Además, el costo de producción se
incrementaría ya que como se ha mencionado, el cambio climático provoca también variaciones en los patrones de
precipitación, por lo que los productores tendrán que invertir en sistemas de riego para satisfacer las necesidades de la
planta, implicando mayores costos de producción, y por lo tanto un incremento en los precios de los productos.
Eso, solo por mencionar el ejemplo de uno de los cultivos más importantes a escala mundial, sin embargo no sabemos
qué sucederá con las plantas que se cultivan tradicionalmente en nuestro país —comúnmente llamados cultivos de
temporal— como el maíz, frijol y calabaza, los cuales son la base de nuestra alimentación y de las que depende la
seguridad alimentaria de mucha gente en zonas rurales.
Es ahí donde la ecofisiología vegetal puede contribuir a entender la posible respuesta de estas plantas ante los efectos
del cambio climático. Puede ayudar, por ejemplo, a delimitar nuevas zonas de aptitud para diferentes cultivos de
acuerdo a las proyecciones de cambio climático en el país: una planta crece en un sitio particular porque ahí encuentra
las condiciones óptimas para poder germinar, crecer y reproducirse, pero ante la variación ambiental, producto del
cambio climático, podría ya no ser capaz de crecer en la región geográfica en la que lo hace en la actualidad. Mediante
estudios ecofisiológicos se puede determinar cuáles son los rangos ambientales —temperatura, humedad,
precipitación, luz— en los que una planta puede crecer.
De acuerdo a esto, pueden proponerse alternativas de manejo que permitan continuar la producción de los cultivos,
por ejemplo, mediante el uso de variedades tradicionales que quizá podrían ser más tolerantes a las nuevas
condiciones ambientales. Muchos de los modelos que determinan las zonas geográficas en las que puede crecer una
planta, se basan en los rangos de tolerancia ambiental de éstas, pero desafortunadamente estos datos se generan a
partir de la presencia o ausencia de una planta en un lugar determinado, no a partir de su desempeño fisiológico en
dicho lugar.
Por lo tanto, carecen de datos puntuales de la tolerancia ambiental real de las plantas, los cuales pueden ser generados
a través de estudios ecofisiológicos, tanto en el campo como de manera experimental. Por ello, es urgente generar
modelos que incorporen esta información y que permitan determinar con mayor precisión las zonas de aptitud para el
cultivo de diferentes plantas o, simplemente, que nos permitan conocer cómo se modificará el panorama vegetal en
respuesta al cambio climático.
Si se considera que la magnitud del cambio en el clima y por tanto en la fisiología de las plantas depende de la región
geográfica, es necesario partir de estudios finos a escala local, principalmente en zonas altamente vulnerables a este
fenómeno desde el punto de vista económico, social y productivo.
En el laboratorio de Ecofisiología Vegetal y Sistemas Agroforestales (LEVSA) de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur)-
Unidad Villahermosa desarrollamos trabajos relacionados con la adaptación al cambio climático en la producción
agropecuaria y forestal, abordando la ecofisiología de plantas cultivadas para entender la respuesta de diferentes
cultivos a la variación ambiental a escala local y regional.
En el LEVSA también se busca contribuir con alternativas que permitan a las plantas afrontar los cambios en las
condiciones ambientales, como el uso de la filósfera —espacio sobre las hojas en la cual se encuentran
microorganismos que pueden ser benéficos para las plantas— como una alternativa que ayude a reducir los efectos
negativos de los cambios en el clima.
Finalmente, se trabaja con pequeños productores de zonas altamente vulnerables al cambio climático, generando
conocimiento que permita entender detalladamente el funcionamiento ecológico y productivo de sistemas
agroforestales en distintas regiones de la frontera sur, y del país en general.
Texto por: Dr. Manuel Jesús Cach Pérez
Investigador Cátedras CONACYT en ECOSUR- Unidad Villahermosa
Fuente: https://centrosconacyt.mx/objeto/ecofisiologia/

RESPONDEMOS:

 ¿Cómo el incremento de CO2 y metano afectan al clima?


El dioxido de carbono y metano se encuentran de manera natural en la atmosfera, pero las actividades
humanas liberan gran cantidad de estas sustancias lo cual incrementa la temperatura del planeta
 ¿Qué factores provocan estrés en las plantas?
Una sequía prolongada provoca estrés en las plantas, reduciendo su fotosíntesis y el contenido de agua en
sus tejidos
 ¿Por qué la temperatura es un factor que influye en el crecimiento de las plantas?
La temperatura hace que los patrones de lluvias ocasionen periodos más la de sequía o fuertes inundaciones
y esto haría que algunas plantas ya que no crezcan en las zonas que antes crecían
Recurso 2: EL CAMBIO CLIMÁTICO Y LAS PLANTAS

Existe un creciente interés por entender el cambio climático global y su influencia en la dinámica del ciclo de carbono
en las plantas. Los ecosistemas naturales son fundamentales en el balance global, como depósitos de carbono
atmosférico. Los cultivos y la vegetación natural crecen y se adaptan a sistemas con rápidas transformaciones en el
tiempo. Así, la conveniencia en predecir la productividad primaria neta ha restablecido el interés en los estudios de la
fotosíntesis, a fin de evaluar cambios en la asimilación fotosintética de CO2 en los diferentes procesos vegetales. El
papel del ciclo de carbono es fundamental, por ejemplo, en los procesos de construcción y en la movilización de
polisacáridos de la pared celular, como un mecanismo de reserva en semillas (Buckeridge & Dietrich 1996, Buckeridge
et al. 2000a, b, c, 2004). Los estudios de las respuestas de plantas que se desarrollan en lugares con altas
concentraciones de gas carbónico sugieren que estas condiciones pueden beneficiar su crecimiento. Sin embargo, las
interacciones con otros factores, como la temperatura y la disponibilidad de nutrientes, alteran el aumento de la
fotosíntesis (Turnbull et al. 2002, Kruse et al. 2003, Walter et al. 2005), constituyendo estas condiciones el nuevo foco
de estudio.

Fotosíntesis

El CO2 es utilizado por las plantas para hacer fotosíntesis, que es el proceso por el cual las plantas producen
compuestos orgánicos usados para su crecimiento y desarrollo. Aproximadamente, el 40% de la masa seca de las
plantas consiste en carbono fijado mediante la fotosíntesis. Una vez que los productos de la fotosíntesis son
convertidos en celulosa, se habla de secuestro de carbono (Buckeridge 2008). Este último y su distribución en la
biomasa de las plantas son considerados una de las herramientas más promisorias para la minimización de los efectos
perjudiciales del efecto invernadero. Se estima que los biomas terrestres retiran cerca de 2 GT –2 billones de toneladas
de carbono– por año de la atmósfera (Philips et al. 1998). De hecho, existen dos abordajes básicos en relación con el
secuestro de carbono: protección de los ecosistemas que acumulan carbono, favoreciendo el mantenimiento y el
incremento del secuestro, y manipulación de ecosistemas –selección y plantación de especies, bioingeniería y
mejoramiento genético– a fin de elevar su fijación de carbono.

La fotosíntesis, definida en forma sencilla es la transformación del CO2 de la atmósfera en compuestos orgánicos
(sacarosa, almidón, celulosa), gracias a la energía lumínica. Los procesos primarios de la fotosíntesis ocurren en el
cloroplasto, donde se distinguen tres pasos (Taiz & Zeiger 2009):

1- Absorción de fotones por pigmentos, principalmente clorofilas.


2- Transporte de electrones derivados del rompimiento de una molécula de agua, con la producción simultánea
de oxígeno, a lo largo de la cadena transportadora de electrones, lo que produce moléculas donadoras de
electrones: NADPH y ATP
3- Ciclo de Calvin: uso de las moléculas de NADPH y ATP en la reacción de reducción de CO2 , lo que lleva a la
síntesis de compuestos de tres carbonos, triosas fosfato (Lambers et ál., 2008), que se intercambian entre el
cloroplasto y el citosol por Pi (fósforo inorgánico) y dan lugar por diferentes rutas metabólicas a la producción
de polisacáridos como almidón o celulosa, así como de esqueletos de carbono para otras reacciones de
biosíntesis. La reducción del CO 2 junto con una molécula del trisacárido RuBP (ribulosa bifosfato) es catalizada
por la enzima Rubisco (Ribulosa1,5-bifosfato carboxilasa-oxigenasa), siendo esta proteína una de las moléculas
más estudiadas y un indicador del desempeño fotosintético de la planta.

Las tasas de asimilación de fotosíntesis disminuyen cuando la demanda de carbohidratos en la planta se reduce –
como en la pérdida de órganos vertedero–. En su mayoría, la distribución de los productos de la fotosíntesis se hace
por medio de la exportación de triosas fosfato desde el cloroplasto intercambiando Pi, para sintetizar sacarosa en el
citoplasma de las hojas fuente y exportarla para los órganos dreno. La concentración de Pi es la que controla la
distribución de estos productos: si la concentración de Pi es alta, se intercambia por triosa fosfato y se produce
sacarosa para exportar; si la concentración de Pi disminuye, se aumentan las triosas fosfato en el cloroplasto para
producir almidón. El crecimiento en las plantas está íntimamente ligado con el balance en las rutas metabólicas que
controlan, por ejemplo, la producción de sacarosa (transporte para crecimiento) o la producción de almidón (reserva),
sincronizadas entre sí y con su ritmo circadiano. Así, alteraciones en las condiciones ambientales suelen producir
cambios en los modelos de crecimiento de las plantas.

Fuente: https://www.redalyc.org/pdf/4239/423939616005.pdf
Cambios en la vegetación

PLANTAS COMO REGULADORAS DEL CLIMA

Aunque no se puede hablar de las plantas como reguladoras del clima global, está claro que hay una relación entre el
clima y la vegetación. Sin embargo, esta relación es un tanto complicada porque la vegetación tiene tanto efectos de
enfriamiento como de calentamiento del clima.

La vegetación disminuye el albedo; los colores oscuros absorben más la radiación solar y por lo tanto se refleja menos
luz solar hacía el exterior. Además, al ser organismos de superficie rugosa se aumenta la absorción. En consecuencia,
cuanta más vegetación, la temperatura local (calor transferido) aumenta más.

Pero, por otro lado, al aumentar la vegetación hay más evapotranspiración (conjunto de la evaporación de agua de una
superficie y la transpiración a través de las plantas). De manera que el calor se gasta en pasar el agua líquida a gaseosa,
lo que conlleva a un enfriamiento. Además, la evapotranspiración también ayuda aumentar las precipitaciones locales.

Efectos biofísicos de diferentes usos del suelo y su acción sobre el clima local. (Imagen
de Jackson et al. 2008. Environmental Research Letters.3: article 0440066).

Por lo tanto es un efecto ambiguo y en determinados ambientes pesa más el efecto de enfriamiento, mientras que en
otros tiene más relevancia el de calentamiento.

Mitigación

Hoy en día hay varias propuestas para reducir el cambio climático, pero ¿cómo pueden ayudar las plantas?

Las comunidades vegetales pueden actuar como sumideros, reservas de carbono, ya que a través de la asimilación de
CO2 ayudan a compensar las emisiones. Un manejo adecuado de los ecosistemas agrarios y los bosques puede ayudar
a la captación y almacenamiento del carbono. Por otro lado, si se lograra reducir la deforestación y aumentar la
protección de hábitats naturales y bosques, se reducirían las emisiones y se estimularía este efecto sumidero. Aun así,
existe el riesgo de que estos sumideros puedan convertirse en fuentes de emisión; por ejemplo, debido a incendios.

Finalmente, presentar los biocombustibles: estos, a diferencia de los combustibles fósiles (como el petróleo),
son recursos renovables, ya que se trata de cultivos de plantas destinados al uso como combustibles. Aunque no logran
retirar CO2 de la atmosfera ni reducen emisiones de carbono, evitan el incremento de este en la atmosfera. Por este
motivo no llegaría a ser una medida del todo mitigadora, pero mantienen el balance de emisión y captación neutro. El
problema es que pueden generar efectos colaterales a nivel social y ambiental, como el incremento de precios de otros
cultivos o la deforestación para instaurar estos cultivos, cosa que no debería suceder.

Fuente: https://allyouneedisbiology.wordpress.com/2015/06/21/cambio-climatico-plantas/
REFLEXIONAMOS
¿Cómo las plantas podrían mitigar el cambio climático?
Actuando como sumideros, reservas de carbono, ya que a través de la asimilación de CO 2 ayudan a compensar
las emisiones
Si las plantas requieren CO2 como materia prima para el proceso de la fotosíntesis y este gas que forma
parte de los GEI ¿Por qué el CO2 sigue incrementándose y produciendo calentamiento global y el cambio
climático?
Porque hay mucha deforestación y no hay protección en los hábitos naturales y bosques

PARA TERMINAR

Acciones para reducir los GEI y mitigar el cambio Argumentamos ¿Por qué estas acciones ayudan a reducir
climático los GEI y mitigar el cambio climático?
Evitemos quemar basura, plásticos y llantas Aumento el CO2 en la atmosfera altera el crecimiento
de las plantas

No a la deforestación Esto incrementaría el precio de los productos

NOS EVALUAMOS
Lo Estoy en proceso ¿Qué puedo hacer para
CRITERIOS DE EVALUACIÓN logré de lograrlo mejorar mis aprendizajes?
Explica, con base en conocimientos científicos, la relación entre
los gases del efecto invernadero y los gases emitidos por la X
quema de residuos, así como las consecuencias de esta emisión.
Fundamenta su posición, empleando argumentos científicos y
saberes locales, respecto a la reducción de los gases de efecto X
invernadero.

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