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Resumen: Forma en la cual incidió la sentencia en la vida del encuestado.

Para todas las personas, el mayor bien que atesoramos es nuestra libertad. La

administración de justicia debe ser siempre parcial al momento de dictar sentencia, cualquier

juez designado para resolver estas causas debe de aplicar este derecho, y evitar así que se

vulneren los mismos de una persona detenida, y prevenir el posible deterioro de la salud mental

y psicológica. Después del juzgamiento y la sentencia emitida por el juez de tránsito, según

análisis determinado al afectado se describe lo siguiente:

Una vez sentenciado con privación de libertad, detrás del encierro injusto, los

sentimientos que atravesó el sentenciado fueron el de vivir en un infierno, en el que los días

pasaban en cámara lenta, y al que no le veía salida, se desesperaba al pensar que nadie de su

familia le visitaría. Imaginaba que no volvería a dormir en su casa con sus seres queridos, no

dejaba de preguntarse porque le sucedió a él. Cuando lo detuvieron, no encontraba una

explicación a tal situación, no sobredimensionó la gravedad del asunto, el miedo a aceptar la

culpabilidad en la falta cometida, el problema familiar que esto le provocaría, hasta pensar en

que su esposa le pediría el divorcio por haberse equivocado al haber conducido el vehículo en

estado de ebriedad. El miedo de dejar de ser un ejemplo para la familia, pensar que por esa

equivocación sería la peor persona, miedo a que lo despidieran del trabajo y el qué dirán sus

compañeros de trabajo. Después de haber vivido esta experiencia aún denota fobia al observar

una patrulla de tránsito o a los mismos agentes de tránsito realizando controles, a las sirenas

de las patrullas cuando pasan cerca de su casa, concluyendo que la secuela psicológica

causada es grave. La frustración aún más de haber sido juzgado y encarcelado injustamente

en la audiencia, de sobrellevar aquella carga emocional dentro del encierro, sabiendo que, si su

abogado defensor hubiera aplicado correctamente los principios de derecho para su defensa, la

sanción hubiera sido menor.


Las irregularidades cometidas en un debido proceso con pruebas insuficientes para el

juzgamiento de una persona, denotan una gran falla en nuestro sistema jurídico, el cual debería

ser causa de preocupación, ya que no se toma en cuenta el daño moral y psicológico que

causan cuando una sentencia es injusta y con carencia de pruebas suficientes. La posibilidad

de reparar el daño causado en estos casos es completamente escasa, porque no se toma en

cuenta que luego de salir de prisión, la persona que retoma su libertad necesita apoyo

psicológico. Esto debería de aplicarse y tomarse en consideración para todas las personas que

hayan sido sentenciadas y encarceladas en diferentes tipos de delitos, porque para

readaptarse a la sociedad sería importante motivación y ayuda psicológica.

Además, otro problema observado y a destacar es la escasa preparación por parte de

un abogado defensor, al no demostrar con argumentos lógicos y principios de derecho para

una adecuada defensa de su cliente. La falta de ética profesional de la mayoría de Abogados,

motiva que las personas tengan miedo de acudir y buscar ayuda con profesionales de esta

rama.

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