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1.

Las semillas de Andrea Franco.

2.

“Esto es verdad y no miento, como me lo contó mi abuelita te lo cuento”

Mi abuelita siempre recuerda historias. La historia que mejor cuenta mi

abuelita, porque es que más recuerda, es aquella de cuando era una niña,

como yo, y todas las tardes jugaba en el bosque.

3.

El bosque de los árboles inmensos que nunca pudo cruzarlos con los brazos.

Hacía enormes esfuerzos por abarcar toda esa inmensidad con sus ojos, pero

eran pequeños, entonces cada día guardó un recuerdo en su corazón, que

también es inmenso.

4.

Los recuerdos todos tan distintos, que cada vez que ella cuenta esta historia

cambian los colores y las formas que deben estar mezclados como una sopa

en su memoria.

La oigo susurrarme historias del bosque…

Ese sonido es mi favorito

5.

Mi abuela quería que todo el mundo sintiera la misma alegría que ella sentía al

contemplar el bosque

Pero las personas cortaban los árboles. Entonces un árbol le contó como

recolectar las semillas…

Ese verano caluroso, cada árbol le entregó sus semillas y ella las guardó en

una pequeña cajita.


6.

Y pasó el tiempo y con el tiempo los niños crecen m crecen tanto que se ponen

viejitos, como mi abuelita y así también los pueblos crecen, se vuelven

ciudades y el suelo se cubre de cemento.

El bosque se aleja, se reduce y desaparece.

Pero yo tengo esperanzas y creo que el bosque (shuuuuu) duerme bajo el

cemento.

A veces cuando mi mamá mojaba el cemento ponía mi oído en él; ¡pío

pío¡ escuchaba el canto de las aves.

8.

Una tarde, sentadas en la plaza mi abuelita me mostró su cajita de semillas,

esas que recolectó cuando era una niña. Me contó que las semillas serán

árboles y plantas nueva, y por eso las guardó para sembrarlas algún día.

9.

Estábamos tan distraídas mirando la cajita que no nos percatamos que había

anochecido.

Camino a casa una luna llena apareció iluminando la ciudad. Nos habló con

una voz blanca prometiéndonos hacer realidad el deseo de nuestros

corazones.

Tomadas de las manos, agradecimos y luego pedimos.

Al llegar a la casa nos dimos cuenta que olvidamos algo ¡uy la cajita con las

semillas!
10.

Esa noche el viento andaba buscando la lluvia, luego de llamarla con rayos y

truenos, la lluvia llegó y humedeció la cajita con las semillas

Tuve un sueño…

Soñé que la luna miraba todo con su luz azul y que el viento traía la lluvia

volando, regaba todo.

Y del suelo salían brotes y de mis manos dos árboles que se transformaban en

mis alas y yo volaba como las aves y de lo alto veía mi ciudad convertida en un

bosque y yo convertida en un ave.

11.

Al otro día el sol brillaba y la lluvia dejó huellas en el pavimento. Le conté a mi

abuelita el sueño, ella me dice que tengo una misión. Vamos a la plaza a

buscar la cajita y…. sorpresa las semillas habían despertado. Mi misión fue

cuidar esos brotes con amor. Y pasó el tiempo y crecieron

12.

A mi abuelita le salieron alas y se fue volando con las aves de invierno…

Sus saberes viven hoy en mí…

Hoy cuido el bosque que planté, soy viejita como lo fue mi abuelita y resguardo

las futuras semillas…

Y cuento este cuento a los niños y niñas que por aquí me visitan.

13.

Colorín colorado este cuento se ha acabado.

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