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UNIVERSIDAD DE CARABOBO

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA DE MEDICINA

Colocación y retiro de catéter


Introducción

La cateterización de vía periférica es el procedimiento invasivo más común entre


pacientes hospitalizados, que consiste en la introducción de un catéter a un vaso
sanguíneo periférico para la administración de fluidos con fines terapéuticos o
diagnósticos, para su realización requiere competencia técnica y destreza manual,
conocimientos de anatomía, fisiología del sistema vascular, así como de fármaco-
terapéutica. Se considera que alrededor de un 70%, de pacientes ingresados son
portadores de algún tipo de catéter venoso.

La canalización de una vía periférica, es una técnica invasiva que conlleva a


complicaciones infecciosas locales y sistémicas. Si bien, aproximadamente el 90%
de las infecciones del torrente sanguíneo relacionadas con el catéter se presentan
asociadas a cateterismo venoso central, la infección nosocomial ha sido
fuertemente vinculada a algunos procedimientos invasivos y uso de dispositivos
como los catéteres venosos periféricos. Según estudios observacionales han
puesto de manifiesto la importancia creciente de las vías periféricas como causa
de bacteriemia nosocomial incluidas dentro de las Infecciones Asociadas a la
Atención en Salud, un problema de salud pública que aumentan la
morbimortalidad del paciente, el tiempo de hospitalización, aumento de los costos
de mantenimiento e incomodidad del paciente. Dentro de las complicaciones de
mayor frecuencia en los centros hospitalarios es la flebitis con un 27%, y en el
50% de las infecciones asociadas a catéter el 50% están causadas por el germen
Staphilococcus epidermidis perteneciente al grupo Stafilococo coagulasa negativo,
presente en la piel de todas las personas, por eso es importante las precauciones
en las medidas de bioseguridad que el personal debe tener en cuenta al realizar el
procedimiento.
La colocación de un catéter venoso periférico se define como la inserción de un
catéter biocompatible en el espacio intravascular, con el fin de administrar diversos
fármacos, nutrientes farmacológicos, medios de contraste, entre otros. La
medicina moderna ha avanzado rápidamente por lo cual, el empleo de los
catéteres intravasculares es indispensable en la práctica, no obstante; son
considerados una importante fuente de infección para la corriente sanguínea
primaria además de la posibilidad de complicaciones a corto y mediano plazo. Es
prioritario establecer qué pacientes poseen realmente una infección asociada al
catéter para evitar el retiro innecesario del mismo, de la misma forma realizar una
prevención adecuada para evitar esta y otros efectos adversos 1.

La colocación del catéter venoso periférico está indicada en las siguientes


situaciones: administración de tratamiento farmacológico endovenoso, en
hidratación endovenosa en paciente con intolerancia oral, durante la reanimación
con soluciones endovenosas en pacientes en estado de shock, también en
transfusión de hemoderivados. Un acceso venoso periférico es eficaz en el corto
plazo, la duración de un catéter es de 3 días, existen en el mercado nuevos
dispositivos cuya duración es mayor de 3 días. La elección de la vía endovenosa y
el calibre del catéter estarán basados en los objetivos del tratamiento (pacientes
en shock requieren venas de gran calibre), disponibilidad de venas, estado del
paciente, etc.

La duración del tiempo de catéter venoso puede variar, siempre y cuando esté
bien cuidado, para ello requiere de lavados con suero salino antes y después de la
perfusión de los fármacos para mantener al acceso en buenas condiciones y
prevenir las complicaciones. El acceso venoso periférico en los pacientes
hospitalizados nos permite obtener una terapia más rápida, efectiva y de mejores
efectos para el paciente1.

El calibre del catéter siempre debe ser el de menor calibre al de la vena, esto
disminuye el trauma y el riesgo de flebitis. Para la elección de la vena y el calibre,
se debe tener en cuenta el tipo de solución a administrar (quimioterapia,
concentrados de hematíes, soluciones irritantes, etc.) Se recomienda usar
catéteres de pequeño calibre (en venas de grueso calibre) cuando es necesario
administrar agentes irritantes, ya que ayuda a la hemodilución. Para administrar
coloides y hemoderivados, se debe elegir una vena y catéter de grueso calibre (>
de 20 G).

De acuerdo a la condición y evaluación del paciente, el médico debe realizar la


indicación de la necesidad de un acceso venoso, el del final de tratamiento y/o
retiro. Verificar la indicación médica y la identificación del paciente. Brindar
información a la madre o tutor en caso de que el paciente sea niño y/o
adolescente sobre el procedimiento a realizar y solicitar su colaboración siempre
que sea necesario. Trasladar al paciente a una sala para procedimientos de ser
necesario, manteniendo en lo posible su individualidad, en caso de neonatos en
incubadoras el procedimiento se realizará allí mismo. Tener en cuenta el Manejo
del dolor usando técnicas farmacológicas y no farmacológicas para disminuir el
dolor en el paciente1.

Para la inserción del catéter periférico se debe realizar lo siguiente 2:

 Colocación de barreras de bioseguridad como el gorro, mascarilla y lentes


protectores.
 Realizar el lavado de manos con solución jabonosa de Clorhexidina al 2%
según técnica de la OMS previo retiro de joyas y relojes, no uñas pintadas.
 Preparar el material estéril a utilizar abrir empaques, probar jeringas,
apósitos, gasas, catéter, utilizar riñonera.
 Colocar al paciente en la posición cómoda según técnica a realizar.
 Seleccionar la vena más adecuada, teniendo en cuenta: la edad del
paciente, el estado y calibre de las venas y la solución a infundir. En
pacientes adolescentes y adultos colocar el catéter en las extremidades
superiores. En pediátricos se puede utilizar como sitio de inserción de
catéteres las extremidades inferiores o superiores o el cuero cabelludo (en
neonatos o niños pequeños.
 Colocar un torniquete de 5 cm a 10 cm por encima del punto de inserción,
excepto en las venas de la cabeza que deberán ser presionadas
manualmente para conseguir su ingurgitación.
 Localizar la vena a canalizar. Masajear sobre la zona a puncionar para
favorecer el llenado venoso. La colocación de la extremidad en declive
puede favorecer el llenado venoso.
 Higiene de manos con alcohol.
 Realizar antisepsia de la piel con toallas con clorhexidina gluconato 2% y
alcohol isopropílico 70% utilizando la primera toalla para limpiar y la
segunda para antisepsia. Su aplicación es de forma circular, del centro
hacia la periferia, sin retroceder, durante 30 segundos, enseguida se espera
que el antiséptico actúe por 15 segundos más o hasta que esté
completamente seco. No palpar la zona luego de la antisepsia.
 Si no se va a tocar el lugar de acceso después de haber aplicado el
antiséptico, podrán emplearse guantes limpios, en lugar de estériles para la
inserción de catéteres periféricos cortos.
 Recoger el catéter con la mano dominante.
 Fijar la piel con la mano no dominante para evitar que la vena se mueva.

En cuanto a la extracción del catéter venoso periférico, se realiza una vez


finalizada la terapia intravenosa o ante la presencia de complicaciones (infección,
extravasación, oclusión, obstrucción). El objetivo es retirar el catéter de manera
cómoda y segura para el paciente y para la persona que realiza la extracción del
mismo2.

Procedimiento para extracción de catéter venoso periférico 2:

 Informar al paciente de la retirada del catéter.


 Lavado higiénico de manos.
 Cerrar los sistemas de infusión.
 Retirar los apósitos, procurando no producir excesivas molestias, para lo
cual si se encuentran muy adheridos procederemos a humedecerlos.
 Observar la zona de punción por si hubiera signos de infección.
 Limpiar la zona de punción con una gasa estéril impregnada con
antiséptico. Dejar secar el antiséptico.
 Retirar el catéter con suavidad y sin movimientos bruscos mientras se va
progresivamente presionando con una gasa estéril impregnada en
antiséptico en el punto de punción.
 Retirar el catéter cuidadosamente, sin rozar la piel, comprimir con una gasa
estéril el punto de punción durante 3-5 minutos aproximadamente. Si el
paciente está anticoagulado o tiene problemas de coagulación, comprimir
durante 10 minutos.
 Observar que el catéter está íntegro, si no lo estuviera, comunicarlo al
médico
responsable.
 Cubrir el punto de punción con gasa estéril.
 Dejar al paciente en una posición cómoda.
 Recoger el material usado y desechar el catéter en contenedor biológico.
 Retirarse los guantes y realizar lavado de manos.
 En caso de sospecha de infección (sensibilidad en la zona de inserción,
fiebre de origen desconocido, enrojecimiento de la zona u otras
manifestaciones que sugieran infección local) se debe examinar
detenidamente la zona de inserción y enviar la punta del catéter en tubo de
muestra estéril para su estudio microbiológico.
 Tras la retirada valorar la aplicación de un tratamiento local en aquellos
casos en los que se aprecien signos inflamatorios, extravasación,
hematomas, entre otros.
 Anotar en el registro de cuidados: fecha, hora y motivo de la retirada del
catéter.

La educación y capacitación del personal encargado de la inserción, manipulación


y mantenimiento del catéter es parte importante en la prevención de las
complicaciones infecciosas relacionadas con el catéter venoso, el facilitar guías
actualizadas que contengan información relacionada con la inserción y
mantenimiento de los catéteres es parte fundamental de la estrategia de
educación. La colocación del catéter venoso debe llevarse a cabo utilizando
técnica aséptica, posterior a la desinfección de la piel (preferentemente con
clorhexidina) y haciendo uso en todo momento de equipo y barreras estériles. En
caso de haber colocado el catéter venoso con técnica no aséptica, debe
garantizarse el reemplazo de este en menos de 48 horas 2.

Las complicaciones derivadas del uso de un acceso venoso y la administración de


fármacos que nos encontramos pueden ser químicas, mecánicas o infecciosas.
Las químicas pueden estar relacionadas con los productos vesicantes e irritantes,
hiperosmolares o con un pH inferior a 4 o superior a 9 son contraindicaciones
clásicas. La extravasación es una salida de medicación fuera del acceso venoso,
se debe tratar con urgencias debido a las múltiples complicaciones que puede
generar, la más grave es la necrosis del tejido celular, infecciones y secuelas
posteriores como dolor crónico, se conoce como extravasación química, edema
y/o flebitis2.

Cateterización Venosa Central

El empleo de catéter venoso central en la práctica clínica ha surgido como una


opción de acceso vascular en pacientes con estancias hospitalarias prolongadas
por diversas patologías del nuevo espectro epidemiológico. La cateterización
venosa central constituye un procedimiento frecuente en los centros de salud, que
puede ser tanto diagnóstico como terapéutico. Su fin es introducir catéteres en los
grandes vasos venosos colocando su punta distal en la vena cava superior, en la
aurícula derecha o en la vena cava inferior, esto depende de las preferencias del
médico que inserta el catéter. En la actualidad, la técnica más utilizada en los
centros hospitalarios es el abordaje subclavio 3.

Entre las maniobras destinadas a conseguir una cateterización venosa central se


encuentra la punción percutánea de la vena subclavia, un procedimiento empleado
con frecuencia en hospitales generales pero que posee una amplia gama de
complicaciones potenciales. Los catéteres son insertados fundamentalmente en
quirófano con control radioscópico o en un servicio de radiología vascular, con
anestesia local en adultos y bajo anestesia general en niños. También, pueden ser
insertados en la cama del paciente, sin la necesidad de control radiológico.

El 90% de los pacientes hospitalizados reciben durante su ingreso algún tipo de


terapia intravenosa como quimioterapia, antibióticos, narcóticos o la combinación
de las mismas. Con frecuencia las características de las perfusiones constituyen el
factor principal del fallo de las vías periféricas, por lo que estas no duran más allá
de las 72 horas. De hecho, en muchas ocasiones las primeras complicaciones
aparecen en las primeras 6-8 horas tras su implantación. Estas perfusiones
provocan flebitis y extravasaciones, haciendo los tratamientos complicados e
inseguros, llegando a ser incluso cruentos y dolorosos. Además, durante su
ingreso, los pacientes son portadores de varias vías venosas periféricas
implantando con frecuencia dos vías en el mismo día. Para evitar estas
situaciones y reducir el número de punciones que recibe el paciente, se decidió
implantar catéteres centrales de inserción periférica 3.

Ahora bien, la vena subclavia se localiza en la parte superior y anterior de cada


hemitórax y es la continuación directa de la vena axilar. La vena subclavia se
origina en el punto en el que la vena axilar alcanza el borde externo de la primera
costilla, posteriormente pasa por debajo de la clavícula, se dirige hacia adentro
separada de la arteria subclavia por el músculo escaleno anterior, y termina detrás
de la extremidad esternal de la clavícula, donde se une a la vena yugular interna
para formar el confluente yugulo-subclavio (de Pirogoff), origen de la vena
braquiocefálica. Ambas venas subclavias -derecha e izquierda- presentan de
forma inversa, idéntica dirección, igual longitud y las mismas relaciones 3.

Esta técnica está indicada o se utiliza para medir la presión venosa central en
pacientes en los que la administración de líquidos puede llevar a edema pulmonar,
para determinar presiones y concentraciones de oxígeno en las cavidades
cardíacas, para la administración rápida de líquidos en pacientes hipovolémicos y
en la administración de nutrición parenteral, así como en la administración de
antibióticos, quimioterapia e inotrópicos. Todas estas sustancias son muy irritantes
para las venas periféricas3.

El personal sanitario tiene un papel importante en la identificación de este


problema, por lo que se debe de interrumpir inmediatamente la perfusión de
medicación intravenosa y retirada de la vía periférica. Las mecánicas se deben a
una obstrucción de la luz del catéter, por un coágulo sanguíneo o por cristalización
del fármaco. Las complicaciones infecciosas son la tercera causa de infección
nosocomial. Las complicaciones más frecuentes son; flebitis, hematoma,
infiltración, trombosis y celulitis. Conllevan un aumento del gasto sanitario y
prolongación del ingreso hospitalario.

La flebitis superficial es la inflamación de la vena en el trayecto tunelizado por el


catéter es la causa más frecuente de flebitis asociadas a los accesos venosos,
causa dolor, induración local y calor de la zona afectada, es un serio problema que
se debe tratar de inmediato. Para ello se debe de suspender de forma inmediata
los fármacos administrados y retirar el catéter venoso, con ello podemos tratar el
problema4.

Colocación de catéter venoso central

El operador debe usar una técnica estéril, vestido con bata de procedimientos,
gorro, lentes y tapa-boca. Se realiza asepsia con yodo en tres tiempos abarcando
la región anterolateral del cuello y tórax hasta la región inframamilar. El sitio de
punción es la parte media de la subclavia o bien en la unión del tercio medio y el
tercio interno (donde la clavícula se curva hacia atrás), un centímetro por debajo
de ella4.

Después de la asepsia, se infiltra lidocaína al uno por ciento en la piel, tejido


celular subcutáneo y el periostio de la cara anterior de la clavícula en dirección al
borde inferior, después se horizontaliza la aguja, se introduce unos 5 mm hasta
sentir que se vence una pequeña resistencia que nos da la sensación de haber
entrado en un espacio vacío (músculo subclavio). Se toma entonces una nueva
dirección hacia el hueco supraesternal y con movimientos suaves e intermitentes
se introduce la aguja aspirando a la hora de ingresar en dirección del sitio
mencionado. Si se ingresa a la vena, se debe retirar e infiltrar el trayecto. Si no se
ingresó a la vena y se introdujo toda la aguja se debe retirar con plena confianza al
infiltrar. Se tranquiliza al paciente haciéndole saber que va a sentir que
presionamos sobre su pecho, instruyéndole que nos avise en caso de dolor 4.

El dedo índice de la mano izquierda se coloca sobre la horquilla esternal y el


pulgar de la misma mano sobre el borde inferior de la clavícula a nivel del sitio de
punción, donde se puede hacer una incisión de 3 mm aproximadamente con una
hoja de bisturí número 11 en el lugar de inserción del catéter. El sitio de punción
debe ser en el punto medio del total de longitud de la clavícula o en la unión del
tercio medio con el tercio interno. Se introduce con la mano derecha la aguja
montada en la jeringa de 5 o 10 ml cargada con 3 ml de solución fisiológica,
haciendo succión. El bisel de la aguja debe estar en posición caudal, (algunos
autores aseguran que el bisel debe introducirse hacia arriba y se debe girar en
dirección caudal al darnos retorno venoso)4.

Se debe llevar la aguja hasta chocar con la clavícula; después se dirige


inmediatamente por debajo de ella, avanzando hacia el pulpejo del dedo índice
colocado en la horquilla esternal, algunos autores recomiendan que la aguja debe
dirigirse un centímetro arriba de la horquilla esternal. La dirección de la aguja se
debe alinear con el eje central de la vena subclavia, para minimizar el riesgo de
punción en la arteria subclavia, ápice pulmonar o pleura. Se aconseja llevar el
hombro a posición neutral y en leve retracción, situación en la que la
superposición entre el vaso y la clavícula serían mayores 4.

En el momento que se aspire sangre venosa (usualmente sangre oscura), se


introduce la aguja unos pocos milímetros para dejar todo el bisel dentro de la
vena. Se pide al paciente que no respire para evitar la embolia gaseosa, se retira
la jeringa e introduce la guía en su extremo flexible hasta un cuarto o un tercio de
su longitud total, se puede solicitar al paciente que rote la cabeza hacia el lado
donde estamos punzando (esto actúa para que la guía se dirija en dirección
caudal y no hacia la yugular)4.

Posterior a la introducción de la guía metálica, se sujeta la guía y se retira la aguja,


posteriormente se introduce un dilatador (técnica de Seldinger) desde la piel hasta
el interior de la vena, para posteriormente introducir el catéter a través de la guía,
se debe asegurar de que la guía aparece en el extremo distal del catéter antes de
introducirlo en el vaso (con esto eliminamos el riesgo de que la guía se introduzca
en su totalidad en la luz del vaso) y retirar la guía. El catéter debe ser purgado
previamente con solución fisiológica para evitar riesgo de embolia aérea. Si se
tiene problemas para introducir el catéter, se puede favorecer la introducción al
girarlo en un sentido y en otro mientras se introduce 4.

Un ayudante colocará la solución a instilar, primero a goteo libre y luego lo bajará


más allá del nivel de la aurícula derecha, que al darnos retorno comprobamos que
realmente está en vena. El catéter debe ser fijado a la piel, con una sutura no
absorbible, con el fin de evitar su salida accidental. Después de colocar el catéter,
es obligatorio tomar una radiografía de control del tórax, para cerciorarse de su
correcta posición y de que no existan complicaciones, siempre y cuando este se
haya puesto a ciegas, es decir sin guía radiográfica, de lo contrario es
innecesario4.

Procedimiento para la retirada del catéter venoso central 5:


 Lavarse las manos.
 Despegar el apósito.
 Lavado quirúrgico de manos y colocarse guantes estériles.
 Retirar los puntos de sujeción del catéter.
 Desprender suavemente la cánula de la vena insertada.
 Comprimir durante unos minutos el punto de punción con gasa estéril
impregnada de antiséptico.
 Cubrir con apósito estéril.
 Recomendar al paciente que durante un periodo de tiempo de 15-20
min y no se mueva.
 Vigilar si se produce sangrado posterior.
 Observar que el catéter está íntegro, si no lo estuviera, comunicarlo al
médico
responsable.
 Recoger el material usado y desechar el catéter en contenedor
biológico.
 Retirarse los guantes y realizar lavado de manos.
 En caso de sospecha de infección enviar la punta del catéter en tubo
de muestra estéril para su estudio microbiológico.
 Anotar en el registro de cuidados: fecha, hora y motivo de la retirada
del catéter.

Dentro de las complicaciones que más frecuentemente aumentan la morbilidad y


mortalidad se puede mencionar trombosis venosa en miembros superiores de los
cuales cerca de un 70-80% de estos está relacionado al uso de catéter venoso
central, además se estima que en las unidades de cuidados intensivos de los
Estados Unidos cada año se presenta cerca de 80.000 bacteriemias como
consecuencia del uso de catéter venoso central, siendo esta una de las que más
aumentan la morbimortalidad a nivel de la unidad de cuidados intensivos. La
bacteriemia asociada a catéter tiene una definición epidemiológica, la cual se
refiere a aquella infección del torrente sanguíneo que se desarrolla en un paciente
con un catéter venoso central insertado 48 horas previo de la bacteriemia y la
definición clínica como el hallazgo de un hemocultivo periférico positivo en un
paciente con datos de infección sin otra fuente aparente de infección del torrente
sanguíneo, con un retrocultivo positivo con el mismo germen y antibiograma 5.

La coagulopatía y/o trombocitopenia comprenden la contraindicación relativa más


usual, sin embargo, los valores del conteo de plaquetas, del International
Normalized Ratio (INR) y del tiempo parcial de tromboplastina (PTT) para los
cuales se puede realizar con seguridad el cateterismo venoso central no están
claros. La trombocitopenia parece presentar un mayor riesgo en comparación con
los tiempos de coagulación prolongados5.

Algunas recomendaciones adicionales para prevenir las complicaciones


infecciosas asociadas a catéter venoso central incluyen: limpiar el conector con
alcohol 70% cada vez que se administren soluciones, utilizar un lumen exclusivo
para la nutrición parenteral y retirar el catéter venoso central cuando éste ya no
sea necesario6. Actualmente no se recomienda el uso de anticoagulantes o
antibióticos profilácticos para reducir el riesgo de infección, sin embargo, un meta
análisis que incluyó cerca de 2600 catéteres demostró que la tasa de bacteriemias
asociadas a la inserción del catéter era menor, posterior a la colocación de
catéteres impregnados con clorhexidina-sulfadiazina de plata 6.

Dentro de las principales recomendaciones para la prevención de las


complicaciones mecánicas asociadas al catéter venoso central (neumotórax,
hemorragia, lesión de vasos sanguíneos) se incluyen:

Limitar el número de intentos, ya que el número de intentos es directamente


proporcional a la probabilidad de complicaciones mecánicas. En un estudio
prospectivo de cohorte, se demostró que, en comparación con las inserciones
llevadas a cabo al primer intento, la probabilidad de complicaciones mecánicas era
6 veces mayor luego tres intentos fallidos. También, la guía por ultrasonido, debido
a que, en manos de un operador capacitado, el uso de guía por ultrasonido ha
resultado ser superior a la colocación a ciegas del catéter venoso central,
particularmente en la inserción del catéter venoso central en la vena yugular
interna6.

Se debe confirmar la colocación correcta del catéter venoso central mediante una
radiografía de tórax, en especial si el mismo ha sido colocado por un operador
poco experimentado. Sin embargo, la evidencia apoya que la radiografía de tórax
confirmatoria no es necesaria en casos en los que se ha realizado una canulación
sin complicaciones de la vena yugular interna mediante una guía ultrasonográfica 6.
Es importante destacar que, siempre se debe realizar una adecuada higiene de
manos antes y después de palpar los lugares de inserción de los catéteres. Así
como antes y después de insertar, remplazar, acceder, reparar o proteger un
catéter intravascular. Este procedimiento se realizará incluso al utilizar guantes.
Toda intervención sobre el catéter supone un riesgo de infección. Por ello, también
se recomienda reducir al mínimo imprescindible la manipulación de conexiones y
limpiar los puntos de inyección del catéter con alcohol isopropílico de 70º antes de
acceder con ellos al sistema venoso.

Conclusión

Es una técnica que requiere de destreza y buena valoración para la colocación del
mismo, por ello, se tiene que tener en cuenta la edad del paciente, edad
pediátrica, adulto o anciano ya que varía el calibre del catéter, cantidad de fluido a
perfundir, la calidad y calibre del vaso venoso, agresividad del líquido a perfundir y
tiempo estimado que puede durar el tratamiento. La cateterización venosa central
es un procedimiento importante en todos los hospitales del mundo. Se pueden
utilizar tanto los accesos por la yugular interna, externa, subclavia o femoral, es
importante tener bien estandarizado, a modo de protocolo, la realización de este
procedimiento.

En la actualidad son utilizados los catéteres de silicona blandos para presentar


una mayor bioestabilidad y presentar una menor incidencia de complicaciones con
su uso. Los accesos venosos periféricos se utilizan en ámbito hospitalario cuando
requieren de un tratamiento intravenoso de mayor duración, el tiempo de vida del
mismo, es de aproximadamente dos semanas. Por ello, requiere de unos cuidados
especiales, como es el manejo con la mayor higiene posible, lavados con suero
salino antes y después del tratamiento, para aquellos que lleven fármacos
intravenosos más agresivos.
Referencias:

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2008. [Internet]. Disponible en:
https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?
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2. Díaz J. Procedimientos en cirugía: Colocación de catéter subclavio,
abordaje infraclavicular. 2010. [Internet]. Disponible en:
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-
00112008000400008
3. Reyes JM, Encinas CA, Da Rosa WG, Vallejos G. Consideraciones
anatómicas sobre la venopunción subclavia. Rev Post VI Cat Med. 2007.
[Internet]. Disponible en:
https://med.unne.edu.ar/revistas/revista165/1_165.pdf
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en: https://revistasanitariadeinvestigacion.com/acceso-venoso-periferico-
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5. Rn MEL, Rn AMBRNAMG. Complicaciones relacionadas con la inserción y
el mantenimiento del catéter venoso central de acceso periférico.
Enfermería intensiva. 2019. [Internet]. Disponible en:
https://enfermeriabuenosaires.com/colocacion-de-cateter-venoso-periferico/
6. Kramer, N., Doellman, D., Curley, M. & Wall, J. (2013). Directrices sobre
dispositivos de acceso vascular central para pacientes pediátricos
domiciliarios: mejores prácticas de conducción. Revista de la Asociación de
Acceso Vascular. [Internet]. Disponible en:
https://es.oncolink.org/tratamiento-del-cancer/ayudantes-de-hospital/central-
lines-and-care/cuidado-de-la-via-central

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