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ESCUELA DE MEDICINA
La duración del tiempo de catéter venoso puede variar, siempre y cuando esté
bien cuidado, para ello requiere de lavados con suero salino antes y después de la
perfusión de los fármacos para mantener al acceso en buenas condiciones y
prevenir las complicaciones. El acceso venoso periférico en los pacientes
hospitalizados nos permite obtener una terapia más rápida, efectiva y de mejores
efectos para el paciente1.
El calibre del catéter siempre debe ser el de menor calibre al de la vena, esto
disminuye el trauma y el riesgo de flebitis. Para la elección de la vena y el calibre,
se debe tener en cuenta el tipo de solución a administrar (quimioterapia,
concentrados de hematíes, soluciones irritantes, etc.) Se recomienda usar
catéteres de pequeño calibre (en venas de grueso calibre) cuando es necesario
administrar agentes irritantes, ya que ayuda a la hemodilución. Para administrar
coloides y hemoderivados, se debe elegir una vena y catéter de grueso calibre (>
de 20 G).
Esta técnica está indicada o se utiliza para medir la presión venosa central en
pacientes en los que la administración de líquidos puede llevar a edema pulmonar,
para determinar presiones y concentraciones de oxígeno en las cavidades
cardíacas, para la administración rápida de líquidos en pacientes hipovolémicos y
en la administración de nutrición parenteral, así como en la administración de
antibióticos, quimioterapia e inotrópicos. Todas estas sustancias son muy irritantes
para las venas periféricas3.
El operador debe usar una técnica estéril, vestido con bata de procedimientos,
gorro, lentes y tapa-boca. Se realiza asepsia con yodo en tres tiempos abarcando
la región anterolateral del cuello y tórax hasta la región inframamilar. El sitio de
punción es la parte media de la subclavia o bien en la unión del tercio medio y el
tercio interno (donde la clavícula se curva hacia atrás), un centímetro por debajo
de ella4.
Se debe confirmar la colocación correcta del catéter venoso central mediante una
radiografía de tórax, en especial si el mismo ha sido colocado por un operador
poco experimentado. Sin embargo, la evidencia apoya que la radiografía de tórax
confirmatoria no es necesaria en casos en los que se ha realizado una canulación
sin complicaciones de la vena yugular interna mediante una guía ultrasonográfica 6.
Es importante destacar que, siempre se debe realizar una adecuada higiene de
manos antes y después de palpar los lugares de inserción de los catéteres. Así
como antes y después de insertar, remplazar, acceder, reparar o proteger un
catéter intravascular. Este procedimiento se realizará incluso al utilizar guantes.
Toda intervención sobre el catéter supone un riesgo de infección. Por ello, también
se recomienda reducir al mínimo imprescindible la manipulación de conexiones y
limpiar los puntos de inyección del catéter con alcohol isopropílico de 70º antes de
acceder con ellos al sistema venoso.
Conclusión
Es una técnica que requiere de destreza y buena valoración para la colocación del
mismo, por ello, se tiene que tener en cuenta la edad del paciente, edad
pediátrica, adulto o anciano ya que varía el calibre del catéter, cantidad de fluido a
perfundir, la calidad y calibre del vaso venoso, agresividad del líquido a perfundir y
tiempo estimado que puede durar el tratamiento. La cateterización venosa central
es un procedimiento importante en todos los hospitales del mundo. Se pueden
utilizar tanto los accesos por la yugular interna, externa, subclavia o femoral, es
importante tener bien estandarizado, a modo de protocolo, la realización de este
procedimiento.