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La presente “Guía de enseñanza” fue elaborada por el Comité Ejecutivo de NTM, con aportes de muchos líderes de la misión

en muchas partes del mundo (antes de enero de 2007), con el propósito de brindar a los capacitadores de misioneros un
recurso que permita presentar una enseñanza unificada con respecto a las posiciones doctrinales que se están adoptando
entre los creyentes del día de hoy. Debe notarse que se han citado los nombres de individuos en las notas de pie de página con
el único propósito de hacer comparaciones doctrinales. El Equipo de Ministerios Internacionales [IMT – International Ministries
Team] ha adoptado las guías de enseñanza para que se empleen en los campos de la misión como una ayuda para aclarar
dudas doctrinales.

Les rogamos el favor de no distribuir este escrito a personas que no pertenezcan a NTM o Asociados Globales (AG)
[en inglés: GP]. En el cuerpo de Cristo existen muchas diferencias de perspectiva y comprensión pero el propósito
de este escrito no es criticar los puntos de vista de otras entidades o iglesias. Aunque deseamos profundizar
nuestra propia comprensión de estos asuntos importantes, queremos tener cuidado de no ofender a nadie que
pueda percibir estas cosas de una manera diferente.

EL MOVIMIENTO PENTECOSTAL–CARISMÁTICO
ENLACES:
INTRODUCCIÓN
A. ALGUNOS RASGOS DISTINTIVOS DOCTRINALES DEL MOVIMIENTO PENTECOSTAL-
CARISMÁTICO
1. El bautismo en, por, del o con el Espíritu Santo
2. La llenura del Espíritu o con el Espíritu
3. Dones espirituales y señales milagrosas
4. Hablar en lenguas e interpretación
5. Apóstoles y profetas
6. Sanidad y “Sanidad en la Expiación”
B. ALGUNAS SUPOSICIONES DEL MOVIMIENTO PENTECOSTAL-CARISMÁTICO
1. Falta de mantener distintivos dispensacionales
2. Confianza en la revelación extrabíblica
3. La experiencia como base para la verdad
4. La superioridad espiritual basada en la experiencia de hablar en lenguas
5. “Cristianos” unidos por la experiencia común de hablar en lenguas
CONCLUSIÓN
LECTURA SUPLEMENTARIA

INTRODUCCIÓN
El pentecostalismo empezó alrededor del año 1900 y creció como movimiento hasta que en la década
de los 1950s empezó a impactar a las denominaciones no pentecostales como los protestantes
tradicionales, los evangélicos y los Católicos Romanos. Desde entonces, lo que se ha llegado a conocer
como el movimiento neopentecostal o el movimiento carismático ha continuado expandiéndose
rápidamente. Aunque existen algunas diferencias entre los dos, en éste artículo intentaremos tratar ambos
movimientos como uno.
El movimiento carismático-pentecostal “ha penetrado profundamente en todas las 150 tradiciones
principales protestantes, católicas y ortodoxas”1. Probablemente la mayoría de los que se identifican como
“evangélicos” hoy en día también serían clasificados como parte del movimiento pentecostal-carismático.2
En número pueden exceder una cifra de 523.767.000 3 en todo el mundo, o sea más o menos una tercera
parte del número total de todos los supuestos “cristianos”. Tenemos la impresión de que muchas de las
personas que forman parte del movimiento pentecostal-carismático son creyentes, hermanos sinceros que
aman al Señor. Tenemos mucho en común con aquellos que son creyentes verdaderos, sin embargo, el
Manual de la NTM pone en claro que: “No somos carismáticos…”.4 En este artículo, resaltaremos nuestras
diferencias con algunos de los distintivos doctrinales5 y las suposiciones que forman la base del
movimiento pentecostal-carismático.

A. ALGUNOS RASGOS DISTINTIVOS DOCTRINALES DEL MOVIMIENTO


PENTECOSTAL-CARISMÁTICO
1. El bautismo en, por, del o con el Espíritu Santo – Muchos seguidores del movimiento
pentecostal-carismático sostienen una posición similar a la de la declaración doctrinal de las
Asambleas de Dios referente al bautismo del Espíritu, la cual reza “Todo creyente…debe…
buscar sinceramente la promesa del Padre, el bautismo en el Espíritu Santo y fuego…. Esta
experiencia es distinta a la experiencia del nuevo nacimiento y subsecuente a la misma”.6 Lo
que a menudo es denominado “el evangelio completo” en el movimiento pentecostal-
carismático incluye esta “doctrina de subsecuencia” o la experiencia de la “segunda
bendición”.

Contrariamente, NTM cree que todo creyente desde Pentecostés (Hechos 2) es bautizado por el
Espíritu Santo “en Cristo” (Romanos 6:3-4; Colosenses 3:27) o “en un solo cuerpo” (el de
Cristo) (1 Corintios 12:13) cuando por fe pone su confianza en la obra redentora de Cristo. No
hay más condiciones. Es más, no existe otro bautismo del Espíritu. Simultáneamente con este
bautizo del Espíritu, cada creyente nace del Espíritu (San Juan 3:5-6), el Espíritu viene a morar
en él (Romanos 8:9) y el creyente es sellado por el Espíritu (Efesios 4:30). El creyente es
guiado por el Espíritu (Romanos 8:14), tiene el testimonio del Espíritu (Romanos 8:16) y es

1
Vinson Synan y Ralph Rath, Launching the Decade of Evangelization, (South Bend, IN: North American Renewal Service
Committee, 1990), 56.

2
Siendo la denominación más grande de la Asociación Nacional de Evangélicos [en EE UU] (NAE), las Asambleas de Dios con
32 millones de miembros y seguidores a nivel mundial, es solamente una entre muchas denominaciones pentecostales de tal
organización. http://ag.org/top/about/who.cfm

3
David Barrett (Regent University) y Todd Johnson (YWAM) – Global Evangelization Movement [Movimiento global de
evangelización]. Fuente: International Bulletin of Missionary Research, January 2000. [http://www.gem-werc.org] la cifra
citada por Barrett en 1990 fue 372,651,000 e incluía unos 33 millones de la “tercera ola” quienes “por alguna razón o otra, no
desean identificarse ni con los pentecostales ni con los carismáticos” aunque practican “el evangelismo de encuentros de
poder” con señales y maravillas. (C. Peter Wagner, “On the Cutting Edge,” Perspectives on the World Christian Movement, 536
y Synan y Rath, Launching the Decade of Evangelization, 56-57).

4
Véase el Manual de New Tribes Mission, abril 1996, 5.

5
Es difícil definir específicamente toda la doctrina del movimiento pentecostal-carismático ya que el elemento que más le da
cohesión tiene tanto que ver con las experiencias.

6
http://ag.org/top/about/truths.cfm#7
exhortado a vivir “lleno del Espíritu” (Efesios 5:18). Según nuestra perspectiva, el bautismo
del Espíritu no es “distinto a, ni subsiguiente a la experiencia del nuevo nacimiento”. No
hallamos ninguna exhortación bíblica ni ningún mandato dirigido a los creyentes para que
“sean bautizados” en o por el Espíritu o que “busquen con sinceridad” el bautismo del Espíritu.

2. La llenura del Espíritu o con el Espíritu – Muchas personas del movimiento pentecostal-
carismático creen que la llenura “del Espíritu” es prácticamente lo mismo que el bautismo
“con el Espíritu” porque ambas frases se usan para describir lo que hizo Dios en Pentecostés
(Hechos 1:5; 2:4). Pero es nuestro entendimiento que desde Pentecostés (Hechos 2), la “llenura
del Espíritu” es distinta al “bautismo con el Espíritu”. Creemos que el bautismo con el Espíritu
es un hecho irrepetible que Dios hace en el creyente únicamente en el momento de su
conversión, pero que “la llenura del Espíritu” es algo que hace Dios muchas veces en la vida
del creyente a lo largo de su andar con Él, mientras esté sometido al Señor por fe. La llenura
tiene que ver con el andar cotidiano del creyente, sus obras y la lucha espiritual que libra.

Antes de Pentecostés algunos creyentes fueron llenados del Espíritu (nunca bautizados en o por
Él) (Lucas 1:41,67).7 Otros fueron llenos de (no bautizados en o por) el Espíritu después de su
bautizo original con el Espíritu (Hechos 4:8,31; 13:9). En algunas dispensaciones del Antiguo
Testamento, el Espíritu vino o cayó sobre individuos especiales en momentos especiales para
una tarea especial (Jueces 14:6; 1 Samuel 10:10), o los llenó (Éxodo 31:3, 35:31) o moró en
ellos (Números 27:18).

Sin embargo, desde Pentecostés, los creyentes, aunque hemos sido bautizados y habitados por
el Espíritu como los hermanos de Corinto (1 Corintios 6:19,20), somos ordenados a ser “llenos
del Espíritu” (Efesios 5:18) quien hace posible que glorifiquemos a Dios en nuestros cuerpos.
Por tanto es posible que andemos “en el Espíritu [y no satisfagamos] los deseos de la carne”
(Gálatas 5:16). El “fruto del Espíritu” (Gálatas 5:22,23, 1 Corintios 13) sencillamente es el
resultado de Cristo viviendo Su vida en nosotros (Gálatas 2:20, Filipenses 2:13). Ser lleno del
Espíritu es “permanecer en Cristo”, la vid (Juan 15:1-14), quien es nuestra vida (Colosenses
3:3). Cristo en nosotros es “la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27). La vida llena del
Espíritu es posible únicamente por la fe (Romanos 6:11; Gálatas 2:20; Colosenses 2:6).

3. Dones espirituales y señales milagrosas – Por lo general, las personas del movimiento
pentecostal-carismático creen que todos los dones espirituales mencionados en 1 Corintios
12:8-9 y 28-29, son vigentes para la Iglesia hoy en día, como fueron en los tiempos
apostólicos. Sin embargo, algunos reconocen que los dones milagrosos carismáticos no se han
manifestado durante la mayor parte de la historia de la Iglesia.8 Pero ellos ven el presente
movimiento pentecostal-carismático como el cumplimiento de la prometida restauración
mundial de estos dones antes de la Segunda Venida de nuestro Señor.

7
Juan el Bautista, quien aparentemente “no hizo ningún milagro” (Juan 10:41) y nunca habló en lenguas, fue el profeta más
importante que jamás había vivido (Lucas 7:28), fue “lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre” (Lucas 1:15).

8
Una excepción a esta declaración serían ciertos Católicos Romanos que afirman que, aunque el presente movimiento
pentecostal-carismático es un extenso “nuevo Pentecostés” o una “renovación” de los “carismas”, estos dones milagrosos
siempre han sido evidentes en la iglesia Católica Romana. Tales milagros se han reivindicado, particularmente en los
numerosos “relicarios santos” alrededor del mundo donde se veneran los santos, reliquias, iconos, apariciones de la Virgen
María o ‘stigmata’, etc.. Ahora se dice que se manifiestan en cursillos carismáticos católicos y cultos de oración donde los
reunidos practican “profecía…, lenguas (en canciones, alabanza, o profecía); interpretación de lenguas; ministrando los Dones
de Espíritu a la gente reunida en sanidades, milagros, palabras de conocimiento, etc…”
http://www.garg.com/ccc/articles/Mullins/Mullins_003.html (basado en un tríptico impreso por el Charismatic Catholic
Renewal Office, Diocese of Oakland, CA).
NTM cree que aun hoy en día Dios sigue dando dones y haciendo milagros aunque no en la
misma medida o de la misma manera, ni mucho menos por medio de personas con el don de
ser “hacedores de milagros”, como era en el tiempo de los apóstoles. Aunque NTM no toma
una postura oficial en cuanto a la cesación de ciertos dones,9 la enseñanza en los centros de
capacitación de la misión sostiene que aquellos dones que denominamos “los dones de señal”,
cesaron su función poco después de la era apostólica, alrededor del año 100 d.C., porque su
propósito de servir como “señales” se había cumplido. Nosotros incluiríamos en esta lista el
hablar en lenguas, la interpretación de lenguas, el apostolado y la profecía (o sea, la
proclamación de nueva revelación y la predicción de eventos futuros) y hacedores de milagros,
incluyendo la sanidades milagrosas.10 Entendemos que todos estos dones de señal tenían
manifestaciones milagrosas y la mayoría estaban asociadas con la proclamación sobrenatural
de una revelación divina nueva.

Los dones de señales milagrosas fueron dados bondadosamente por Dios particularmente en
los días de Moisés y Aarón (Hechos 7:36-38) y posteriormente en los tiempos de los profetas
(en especial, Elías y Eliseo) y por último durante los días de Cristo y los Apóstoles. El
propósito de las señales milagrosas fue autenticar el mensajero y la fuente milagrosa de su
mensaje, especialmente para Israel y en momentos cuando Dios dio a conocer nueva
revelación. Aparentemente la nación incrédula de Israel requería de señales (Juan 4:48;
1Corintios 1:22).

4. Hablar en lenguas e interpretación – Desde su inicio, el movimiento pentecostal-carismático


ha sido caracterizado por el hablar en lenguas.11 En armonía con la declaración doctrinal de las
Asambleas de Dios, la Iglesia Internacional del Evangelio Cuadrangular declara que “comparte
juntamente con todo el movimiento clásico pentecostal la verdad del Bautismo con el Espíritu
Santo evidenciado por el hablar en lenguas… El Bautismo en el Espíritu Santo es recibido hoy
en día precisamente de la misma manera que en el Día de Pentecostés cuando los ciento veinte
fueron llenados del Espíritu Santo y hablaron en lenguas a medida que el Espíritu les diera que
hablasen”.12 Muchos de los adherentes del movimiento pentecostal-carismático, tal vez la
mayoría, articularían una postura similar a esta. Como creen que hablar en lenguas es la
evidencia o señal definitiva del bautismo con el Espíritu, están convencidos que todo creyente
debe dedicarse a buscar la experiencia de hablar en lenguas (glosolalia). No es raro que los que
procuran este don sean instruidos en una variedad de técnicas no bíblicas para iniciar el
proceso de hablar en lenguas. Y con la excepción de unas raras instancias alegadas, las lenguas
habladas en estos casos en el movimiento pentecostal-carismático nunca son idiomas vigentes
en el día de hoy que sean desconocidos para el hablante. La “lengua” por lo general se describe
como una forma extática o esotérica de hablar, un “lenguaje de oración” o una lengua
espiritual, angelical, o celestial, puesto que es “incomprensible”.

9
Reconocemos que Dios tiene todo el derecho y la libertad de intervenir milagrosamente en cualquier momento que Él desee
hacerlo, y que el cumplimiento completo de la profecía de Joel (Joel 2:28-32b; Hechos 2:17-21) ocurrirá durante la
Tribulación, justo antes de la venida del Señor para establecer Su reino en la tierra.

10
Si los dos dones, “la palabra de conocimiento” y “la palabra de sabiduría”, tienen que ver con revelación nueva y/o
profética, como piensan muchos en el movimiento pentecostal-carismático, los tendríamos que considerar dones de señal.
Comúnmente son presentados de esta manera por P. Robertson y R. Roberts en TBN-TV.

11
Esto es verificado en numerosas publicaciones de los participantes en el movimiento pentecostal-carismático. He aquí unos
títulos populares sobre el tema: Carl Brumback, What Meaneth This? (Springfield, MO: Gospel Publishing House, 1991), John
Sherrill, They Speak With Other Tongues, (Westwood, NJ: Fleming H. Revell, 1964), y Edward D. O’Connor, The Pentecostal
Movement in the Catholic Church, (Notre Dame, IN: Ave Maria Press, 1971).

12
http://www.foursquare.org/abouticfg/general.cfm
En contraste con lo ya expuesto, NTM no cree que el hablar en lenguas sea evidencia (ni
inicialmente, ni en ningún otro momento) del bautizo espiritual de una persona. Aun en la
iglesia de Corinto, no todos los creyentes hablaban en lenguas (1 Corintios 12:29,30).
Creemos, además, que el hablar en lenguas del movimiento pentecostal-carismático no es igual
a lo que se habló el Día de Pentecostés. Es evidente que las “lenguas” habladas en Hechos 2
fueron idiomas foráneos vigentes en el mundo en aquel entonces y eran desconocidos por los
discípulos que los hablaron en ese momento (Hechos 2:6-11).13 Y lo más probable es que las
“lenguas” en subsiguientes pasajes en Hechos (Hechos 10:46 y 19:6) también fueron lenguajes
foráneos. En la primera oportunidad que los creyentes gentiles hablaron en “lenguas”, Pedro
insistió que habían recibido el Espíritu Santo “de igual manera que nosotros” en Pentecostés
(Hechos 10:47; 11:15,17; 15:8).

La mayoría de las personas en el movimiento pentecostal-carismático afirma que aunque


Lucas, en Hechos, hablaba de lenguas humanas reales, los idiomas usados cuando se hablaba
en lenguas en Corinto (1 Corintios 12-14) no eran idiomas terrenales legítimos. Este
entendimiento en parte está fundamentado en y apoyado por su supuesta experiencia personal y
también por su posición doctrinal de que el propósito del don de lenguas es “la edificación
personal”. Mayormente, los de NTM creemos que el mejor entendimiento de las lenguas
usadas en Corinto al “hablar en lenguas”, es que en realidad eran la misma clase de lenguas
dadas en Pentecostés, es decir, verdaderos idiomas foráneos desconocidos por los hablantes.14
Y según nuestra perspectiva, el don de lenguas o cualquier otro don dado a los creyentes es
dado por Dios para el beneficio de otros y no para el bien personal del que lo ha recibido,15 con
el fin de ejercerse en público y no en privado. Uno de los temas principales de 1Corintios 14
parece girar en torno a la preocupación del autor porque el hablar en lenguas no se estaba
ejerciendo para la edificación de los santos.

Pablo también pone en claro que las lenguas “son por señal, no a los creyentes, sino a los
incrédulos” (1 Corintios 14:21-22). Es posible que el pasaje que citó de Isaías 28:11,12 indique
que su propósito principal fue como señal para Israel, debido a su incredulidad. Las lenguas
foráneas de las naciones (mensajeras de Dios) que llevaron cautivos a los israelitas fueron un
símbolo del juicio de Dios sobre el pueblo incrédulo de Israel por rechazar a los profetas que
les envió Dios en su generación. Esto fue profetizado por Moisés (Deuteronomio 28:49) y
Jeremías (Jeremías 5:15). De la misma manera, cuando los mensajeros de Dios hablaron en
lenguas foráneas después de Pentecostés, fue una señal del juicio de Dios sobre el pueblo
incrédulo de Israel por su rechazo del Profeta principal de Su generación (Deuteronomio 18:19;
Juan 1:11; Hechos 2:22-23). Y así como la nación fue llevada cautiva por personas que
hablaban un idioma extranjero, Israel había de ser dispersada en otras naciones de habla
extranjera. Esto aconteció en la guerra judía contra Roma en los años 66-73 d.C.. Como
nación, Israel ha sido marginada y permanece en la ceguera y la incredulidad “hasta que haya
entrado la plenitud de los gentiles” (Mateo 23:37-39; Romanos 11:25). Creemos que durante la
mayor parte de esta era de la Iglesia, no ha habido más necesidad de la señal de lenguas.

13
Lucas emplea dos palabras griegas de manera intercambiable para hablar de “lenguas”: glossai (vs. 3, 4, 11) y dialekto (vs. 6,
8). Ambas palabras significan lenguas humanas conocidas, no desconocidas.

14
Reconocemos la posibilidad que algunos que practicaban lenguas en Corinto estaban manifestando un “don falso” de
balbuceo extático semejante a lo que practicaban los grupos influenciados por las “religiones misteriosas”. Véase John F.
MacArthur, Charismatic Chaos [El caos carismático], 196-206.

15
Véase Efesios 4:12; 1 Corintios 12:7; 1 Pedro 4:10
5. Apóstoles y profetas – Los apóstoles y profetas son incluidos en la lista de “dones
espirituales” (1 Corintios 12:28-29) otorgados a individuos y también a la iglesia en forma de
hombres espiritualmente dotados (Efesios 4:11). Los Católicos Romanos (incluyendo unos 72
millones que participan en el movimiento pentecostal-carismático)16 creen en “la sucesión
apostólica” mediante la cual se otorga al Papa y a los obispos y sacerdotes la autoridad
apostólica por medio del “sacramento del orden sagrado”, que es “el sacramento del ministerio
apostólico”.

Esta es la base del poder conferido al Magisterio.17 Muchos otros están firmemente
convencidos que dentro del movimiento pentecostal-carismático ha existido y existe una
“restauración” de los apóstoles y profetas en estos últimos tiempos.

NTM es consciente de que el misionero, como un “enviado” para plantar iglesias, podría ser
considerado por algunos “un apóstol”.18 Sin embargo, creemos que tanto el don o cargo
apostólico como el don o cargo profético fueron fundamentales para el establecimiento de la
Iglesia (Efesios 2:20) en la época cuando todavía se estaba dando nueva revelación (Efesios
3:5-10). En aquel entonces “el Apóstol” mismo [Jesucristo] (Hebreos 3:1) otorgó a Sus
“apóstoles” autoridad especial y la habilidad milagrosa para hacer “las señales de un apóstol”
para autenticar su oficio (Mateo 10:1,8; 2 Corintios 12:11-12). Los Doce mas Pablo (“el último
de todos”) fueron testigos oculares (Hechos 1:22; 10:39-42; 1 Corintios 9:1; 15:7-9) del Cristo
resucitado.19 Hoy en día, esta clase de don apostólico ya no está en vigencia porque los
propósitos de Dios para ese don fueron cumplidos en los tiempos de los apóstoles cuando las
Escrituras aun se estaban revelando por inspiración divina. En este sentido estaríamos de
acuerdo con quienes dicen, “No puede haber apóstoles modernos”.20

Estamos conscientes de que la “profecía”, en el sentido de la predicación con autoridad o la


proclamación de la Palabra ya revelada, continúa hasta el presente para la edificación de los
santos (Efesios 4:11).21 Sin embargo, los profetas del Nuevo Testamento, en su función de
proclamadores de revelación nueva y pronosticadores de eventos futuros, ya cumplieron con el
propósito de Dios en su papel fundacional (Efesios 2:20). El don de señal de la profecía, en el
sentido de dar revelación nueva o predecir los sucesos del porvenir (1 Corintios 12:10, 28), “ha
cesado”.22 Los propósitos de Dios para la autoridad apostólica y los ministerios proféticas de
16
http://www.garg.com/ccc/articles/Foster/Foster_001.html [Este número representa un estimado hecho en 1990].

17
El Catecismo de la Iglesia Católica, 1994, 857, 1576.

18
Efesios 4:11. Véase William S. Dillon, God’s Word in God’s Way [La Obra de Dios a la Manera de Dios], (Sanford, FL: Brown
Gold Publications, 1987) 58-69. Vea también Watchman Nee, The Normal Christian Church Life, (Washington DC: International
Students, Inc.) 13-24.

19
Esto pudo haber sido una calificación para el apostolado. Si así fue, podemos suponer que otros, como Bernabé (Hechos
14:4), Silas ( 1 Tesalonicenses 2:6; cf. 1:1), Andrónicus y Junia (Romanos 16:7) posiblemente estuvieron entre los 500 (1
Corintios 15:6) y Pablo llegaría a ser el último testigo ocular de la resurrección en calificarse (1 Corintios 15:8).

20
John F. MacArthur, Charismatic Chaos, 145. Véase también Dr. John Walvoord, “Issues in the Doctrine of Holy Spirit – Part
IV: Spiritual Gifts Today,” Bibliotheca Sacra, Oct., 1973, 318.

21
Véase William Dillon, God’s Work in God’s Way [La Obra de Dios a la Manera de Dios], 69-72.

22
John Walvoord, ibid., 319. Tratando de justificar los pésimos resultados de algunos profetas del día de hoy, John White
(anterior miembro de Nuevas Tribus) aseveró que “los profetas de Kansas City son seres humanos. Son capaces de cometer
revelación ya no existen. Cualquier “palabra de sabiduría” o “palabra de conocimiento o
ciencia” dada por medio de una revelación directa fue entregada a tales hombres en
cumplimiento de lo prometido por Jesús a Sus Apóstoles poco antes de Su crucifixión
(Juan_14:26; 16:12-15)23 tocante a la revelación adicional que les sería dada por medio del
ministerio del Espíritu Santo. En nuestra época, dicha sabiduría y conocimiento se hallan en
las Sagradas Escrituras que fueron completadas justo antes de la muerte de Juan, lo cual
ocurrió aproximadamente en el año 100 d.C..

6. Las sanidades y “la sanidad en la expiación” – Las sanidades y los sanadores por fe siempre
han sido elementos de mucha importancia en el movimiento pentecostal-carismático. Su
posición doctrinal se basa principalmente en versículos como Mateo 10:8; Isaías 53:5 y 1Pedro
2:24. Su interpretación del sacrificio expiatorio de Cristo les lleva a la conclusión de que es la
voluntad de Dios que los enfermos sean completamente sanados ya – en la actual dispensación.
Muchas personas en el movimiento pentecostal-carismático creen que por cuanto “Jesús tomó
nuestras enfermedades sobre sí ya no necesitamos cargar con ellas. La enfermedad es una parte
de la maldición y Jesús vino para destruir la maldición. Él sufrió en nuestro lugar porque no
quiso que padeciéramos más enfermedades”.24 Otros sanadores expresan la opinión de muchos
en este movimiento cuando afirman que, “La Biblia no deja lugar a duda. No dice que algunos
de ustedes, o que unos cuantos de ustedes que creen; dice sencillamente que todo aquel que
cree podrá poner sus manos sobre los enfermos, y que los enfermos se recuperarán”.25

NTM cree en la sanidad divina según se nos enseña en Santiago 5:13-16. Así como muchos en
el movimiento pentecostal-carismático, nosotros creemos también en la sanidad física del
cuerpo por medio de la intervención médica. Pero reconocemos que cualquier sanidad es
temporal porque “está establecido para los hombres que mueran una sola vez” (Hebreos 9:27).
El deterioro físico y la muerte de todo ser humano es el resultado directo de la maldición de
Adán (Génesis 3:3,19; Romanos 5:12). Somos criaturas mortales. Por esto, todos estamos en el
proceso de morir físicamente, sin excluir a los que tenemos vida eterna (Juan 3:16), aún los
mismos sanadores. Normalmente, la muerte es la culminación del proceso de deterioro del
cuerpo físico que llamamos la “enfermedad”. Si fuera la voluntad de Dios sanar todo malestar
y enfermedad, entonces ninguna persona que estuviera en la voluntad de Dios moriría de tales
causas.

Aunque el hombre exterior se va desgastando, no obstante el interior se renueva de día en día.


Nuestra morada terrenal de barro [hecha del polvo de la tierra] es pasajera y se va a deshacer.
Por esto gemimos, deseando ser revestidos de nuestra habitación celestial, cuando lo mortal y
corruptible se revestirá de lo inmortal e incorruptible (2 Corintios 4:7-5:4 y 1 Corintios 15:20-
errores y a veces lo han hecho; sin embargo, son profetas verdaderos”. Según escribe, “Los profetas pueden cometer graves
errores. Se supone que hay aspectos de la experiencia profética que requieren de preparación – por lo cual hay escuelas de
capacitación profética”. Califica a los inmaduros como “profetas bebés” y agrega, “Al principio cometen muchos errores”.
Aparentemente se espera que mejoren con la práctica. John White, “Foreword,” xiv-xix, Some Said It Thundered, A Personal
Encounter With the Kansas City Prophets, por D. Pytches. NTM no acepta tales suposiciones. Creemos que las profecías falsas
emanan de profetas falsos (Deuteronomio 18:20-22).

23
Véase William Dillon, God’s Work in God’s Way [La Obra de Dios a la Manera de Dios], 69-72.

24
Oral Roberts, “How I know that God wants to heal you” [Cómo sé que Dios desea sanarte], Abundant Life, Sept. 1976.

25
Francis Hunter citado en E.S. Caldwell, “It’s the Hour of the Believer” [Es la Hora del Creyente], Charisma, Oct. 1987, 19-24.
27). En aquel entonces, la muerte, el postrer enemigo, será sorbida en victoria y “no habrá más
maldición” incluyendo la enfermedad (Apocalipsis 20:14; 22:3). Creemos que 1 Pedro 2:24
habla de la sanidad espiritual.

B. ALGUNAS SUPOSICIONES DEL MOVIMIENTO PENTECOSTAL-CARISMÁTICO

1. Falta de mantener los distintivos dispensacionales – A nuestro parecer, algunos rasgos


doctrinales del movimiento pentecostal-carismático frecuentemente son producto de una falta
de ser consistentes en la interpretación de las Escrituras a la luz de los distintivos
dispensacionales. No cabe duda que esto se deba en parte a que muchos en el movimiento
tengan una orientación doctrinal basada en la teología del pacto. Por ejemplo, la falta de hacer
una distinción entre Israel y la Iglesia ha llevado a algunos en el movimiento pentecostal-
carismático a hacer aplicaciones erradas de las promesas antiguotestamentarias a Israel de
bienestar material o maldición por su obediencia o desobediencia. Tal aplicación errada de la
hermenéutica ha llevado a muchos a participar en los movimientos de la Lluvia Tardía, el
Evangelio de la Prosperidad, la Palabra de Fe y/o la Confesión Positiva.

Es más, la falta de distinguir las diferencias entre las dos comisiones apostólicas de Mateo
10:5-15 y Mateo 28:19,20 ha llevado a muchos a unirse a los movimientos de Señales y
Prodigios y/o Guerra Espiritual. Ha existido confusión entre el evangelio sinóptico del reino y
el evangelio paulino de la gracia en las epístolas. Tal confusión ha sido motivo para que
muchos se integren a la perspectiva amilenarista y posmilenarista del Movimiento del Reino
Ahora y/o otras formas de la teología Reconstructionista y Restauracionista Cristiana. Tal
parece que en el movimiento pentecostal-carismático los evangelios sinópticos y el libro de
Hechos figuran de una manera prominente en la formulación de doctrina – a pesar de que éstos
sean principalmente de naturaleza histórica y transicional entre dos economías principales.

NTM intenta ser consistente al hacer las distinciones dispensacionales correctas en la


interpretación bíblica. Aunque no pretendemos acertar perfectamente, creemos que es urgente
hacer el esfuerzo.26 Consideramos que las epístolas del Nuevo Testamento son fundamentales
para la doctrina de la Iglesia debido a la nueva revelación que fue dada a Pablo y a otros.

2. Confianza en la revelación extrabíblica – Otra suposición prevalente en el movimiento


pentecostal-carismático es que Dios continua dando a conocer revelación nueva de Su verdad
en estos días. Por lo general, dentro del movimiento, se entiende que esta revelación viene
mediante el ejercicio de “dones” tales como las lenguas acompañadas de la interpretación, las
profecías y “palabras de conocimiento o ciencia”. La mayoría de las personas involucradas en
el movimiento cree también que la revelación nueva llega a menudo en forma directa o por
medio de sueños, visiones y visitaciones de ángeles, lo cual se hace muy evidente en las
publicaciones, sermones y programas de televisión del movimiento pentecostal-carismático. A
manera de ejemplo, mencionaremos aquí dos los libros muy vendidos que hablan de
“revelaciones” dadas a pastores de las Asambleas de Dios. El primero relata una visión de
eventos del porvenir revelados en el verano del año 1973.
26
Véase el documento de NTM que compara la teología dispensacional con la teología reformada del pacto.
El autor escribió con gran convicción que “esta visión proviene de Dios, que es verídica y que
se llevará a cabo”. Escribió, “Si acaso tengo algún conocimiento de la guía divina, [les aseguro
que] Dios me ha instruido hablar abiertamente”27. El segundo libro consta principalmente de un
registro de conversaciones [que afirma] un pastor de las Asambleas de Dios que sostuvo con
unos ángeles que le habían visitado en unas 16 ocasiones, cada visita de dos a cuatro horas de
duración.28 Se nombraron los ángeles Gabriel, Miguel y Crioni.

NTM toma la postura que Dios en estos días no está entregando nueva revelación a Su pueblo,
bien sea directamente o por medio de escritos aparte de la Biblia, ni por los papas de la iglesia
católica, apóstoles, profetas, lenguas con interpretación, palabras de conocimiento, sueños,
visiones, ángeles, apariciones de María, ni por ningún otro medio. Por tanto, no ponemos
ninguna confianza en ellos. Si fueran válidos tales mensajes, frecuentemente anunciados en
forma de profecía haciendo uso de la primera persona singular como si Dios mismo
proclamase el mensaje, entonces ¿por qué no los habría incluido en nuestra Biblia? Sin
embargo, Dios mismo habló bien claro concerniente a “las palabras de la profecía de este
libro”, que ningún hombre debería añadir a estas cosas (Apocalipsis 22:18).

Creemos que los 66 libros que conforman nuestra Biblia son traducciones de la completada y
entera Palabra de Dios para nosotros en esta época. Son completamente suficientes para
“hacernos sabios para la salvación”, pasado, presente y futuro. Son “útiles para doctrina, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:15-17). ¿Qué necesidad tenemos
de revelación adicional? Hemos de tener hambre por la revelación de la Palabra de Dios que ya
tenemos, la cual permanece para siempre, para que por ella crezcáis (1 Pedro 1:23-2:2).

3. La experiencia como base para la verdad – En el movimiento pentecostal-carismático existe


una suposición fuerte de que la experiencia personal es suficiente fundamento para la
determinación de la verdad doctrinal. Un teólogo prominente del movimiento ha expresado lo
que considera ser una tesis fundamental: “Cualquier información vital acerca de los dones del
Espíritu, los carismas espirituales, presupone una participación en ellos”.29 Hace muchos años
se observó que los evangélicos estaban “empezando a… explorar la posibilidad de una teología
basada en la experiencia… los evangélicos están sugiriendo que la teología debe fluir desde el
27
David Wilkerson, The Vision, A terrifying prophecy of Doomsday that is starting to happen now [La visión, una profecía
aterrorizante del Día del Juicio que está comenzando a cumplirse ya] (Old Tappan NJ: Spire books, Fleming H. Revell Co., 1974)
p. 12. Para el año 1980 este libro muy vendido pasaba por su décimo sexta impresión. En partes es difícil discernir si las
palabras del autor describen lo que vio en la visión o más bien cómo interpreta las Escrituras proféticas a la luz de los
acontecimientos actuales. Mucho del contenido del libro The Vision podría representar lo que otros estudiosos de profecía
pensaban en aquel entonces y piensan hoy en día.

28
Charles y Frances Hunter, Angels on Assignment [Ángeles en misión] (Houston TX: Hunter Books, 1979) p. 15. Roland Buck,
Pastor de la iglesia “Central Assembly of God Christian Life Center” en Boise, estado de Idaho, USA, desde 1950 hasta su
muerte en 1979, cuenta su historia según lo escribieron los Hunter. El único testigo ocular de estas visitaciones angelicales,
aparte del pastor, fue Queenie [Reina], la perra mascota del Pastor Buck. También cuenta del tiempo que estuvo en “el Salón
del Trono” donde Dios le habría dicho que “se guardan los secretos del universo”. Allí [dizque] escribió Dios en papel 120
profecías de eventos del porvenir prontos por cumplirse y, como declaró el pastor, “Dios también me hizo conocer que Él no
quería que yo revelara estas cosas hasta el momento en que me diera libertad para compartirlas”. El papel en que se
escribieron las profecías se convirtió en cenizas antes que cualquiera las pudiera leer. (52-70).

29
J. Rodman Williams, Renewal Theology [Teología de la renovación] (Grand Rapids: Zondervan, 1990), 326.
Espíritu hacia la Palabra, no desde la Palabra hacia el Espíritu, que es el patrón de su herencia
histórica”.30

La suposición errada que la teología basada en la experiencia es legítima a menudo va


acompañada de la otra suposición falsa de que, si una experiencia tiene características
sobrenaturales o al menos no naturales, debe ser producto del Espíritu Santo. Indudablemente,
tales suposiciones han contribuido en gran manera a algunas de las creencias y prácticas
erróneas del movimiento pentecostal-carismático. Esto incluye tales prácticas como el derribar
a la gente en el Espíritu,31 la risa santa (al estilo de la Bendición de Toronto), etc..

NTM cree que la única base legítima para la verdad doctrinal debe provenir de la Biblia, no de
las experiencias. Es nuestra convicción que la experiencia subjetiva puede ser interpretada de
muchas maneras radicalmente diferentes. Por tanto, jamás puede servir como base o ancla de la
verdad objetiva. De igual manera, creemos que no se debe atribuir al Espíritu Santo mucho de
lo que sucede en el movimiento pentecostal-carismático.

4. La superioridad espiritual basada en la experiencia de hablar en lenguas – Además de la


creencia o suposición del movimiento pentecostal-carismático que solamente quienes hablen
en lenguas hayan recibido el bautismo del Espíritu, también hay otra idea común de que
únicamente aquellos que hablen en lenguas tengan los recursos espirituales necesarios para
vivir la vida cristiana victoriosa. Se consideran más espirituales los que tienen “el bautismo”
con la experiencia de hablar en lenguas, que aquellos sin ella. Esta convicción genera una
distinción clara entre quienes la tengan y los que no. A quienes “tengan hambre de justicia” se
les anima a buscar y obtener la experiencia con la esperanza y anhelo de vivir una vida más
piadosa como consecuencia. Los otros, los mas carnales, sintiendo su inferioridad espiritual
ante quienes tengan la experiencia, y anhelando la plena aceptación, son motivados
psicológicamente a buscar arduamente “el bautizo” para salir de la categoría de quienes no lo
tengan. A nadie le gusta permanecer marginado sin la experiencia, y aun más cuando se le
considera espiritualmente inferior a quienes ya están incluidos por haber tenido la experiencia.

NTM reconoce que por muchas razones, los creyentes varían en su nivel de madurez espiritual.
Sin embargo no creemos que ninguna experiencia del movimiento pentecostal-carismático
necesariamente lleve a los creyentes a mayores niveles de madurez espiritual o de superioridad
sobre otros, sean del movimiento o no. Creemos que los dones espirituales son para servicio,
no para mejorar el nivel de espiritualidad.

5. “Cristianos” unidos por la experiencia común de hablar en lenguas – La suposición del


movimiento pentecostal-carismático de que la experiencia de hablar en lenguas sea evidencia
de ser bautizado por el Espíritu lleva también a otra creencia de este movimiento de que todos
los que hablen en lenguas sean creyentes. Por ende, se debe aceptar como hermano en Cristo a
todo aquel que haya tenido esta misma experiencia. De acuerdo a esta lógica, no nos debe
sorprender que millones de católicos romanos y protestantes liberales sean participantes

30
Robert K. Johnson, “Of Tidy Doctrine and Truncated Experience,” Christianity Today, 2/18/77, 11. Citado en John F.
MacArthur, Jr., Charismatic Chaos [El caos carismático], 51.
31
Este fenómeno es manifestado frecuentemente en el canal de televisión TBN en los ministerios de muchos sanadores de fe,
entre ellos Benny Hinn.
aceptados en el movimiento pentecostal-carismático.32 Es recalcado por muchos que, “la
doctrina divide pero el amor une”. Muchos integrantes del movimiento pentecostal-carismático
también enfatizan que “la doctrina divide pero la experiencia une”.

NTM cree que la unidad espiritual debe basarse en la sana doctrina, no en una experiencia
carismática compartida. También creemos que en nuestros tiempos, la experiencia de hablar en
lenguas de ninguna manera puede identificar a nadie como creyente. Creemos que el
movimiento pentecostal-carismático ha sido uno de los principales causantes del tremendo
crecimiento del Movimiento Ecuménico33 para unir a todos los “cristianos”. Nos parece que
ambos movimientos, trabajando conjuntamente, podrían estar guiando a los supuestos
“cristianos” hacia una iglesia global encabezada por el Sumo Pontífice de Roma.34 El Papa
Juan Pablo II buscó constantemente este objetivo (dando su bendición al movimiento
pentecostal-carismático) desde el inicio de su reinado Papal en 1978 [hasta su muerte en el
2005].

CONCLUSIÓN
Por cuanto el movimiento pentecostal-carismático es un movimiento ecuménico tan global, existen
muchas diferencias entre los integrantes dentro del movimiento sobre los distintivos doctrinales y las
suposiciones tratadas en este documento. Por tanto, solamente hemos descrito de forma general algunas
características relativamente comunes entre ellos. También hemos expuesto la posición de NTM con
respecto a cada uno de estos aspectos y algunas de las razones por nuestra postura. NTM nunca ha
formado parte del movimiento pentecostal-carismático debido a nuestras inquietudes sobre estas y algunas
otras creencias y prácticas.35 Creemos que los temas desarrollados en este escrito son importantes, que se
deben tratar con seriedad, y más aún en esta época ecuménica en que vivimos.

32
Algunos que se identifican con el movimiento pentecostal-carismático han tomado una postura oficial en contra del
Movimiento Ecuménico. Por ejemplo, aun el “Concilio General de las Asambleas de Dios” desaprueba de la participación de
sus ministros o iglesias en cualquiera de las organizaciones ecuménicas modernas, sea a nivel local, nacional o internacional
de tal manera que se promueva el movimiento ecuménico…” Tomado de los estatutos “Bylaws…” Artículo IX, Sección 11
[Citado por Opal Reddin, “What’s wrong with Ecumenicalism” [“¿Qué tiene de malo el ecumenismo?”]; www.pentecostal-
issues.org/] Las razones dadas por esta postura son excelentes y concuerdan con las de nuestra misión.

33
Véase el tratado de NTM sobre el Movimiento Ecuménico.

34
El Movimiento Ecuménico posiblemente influenció al Pastor Buck de las Asambleas de Dios a aceptar plenamente la
“revelación” del Número 113 de los 120 eventos proféticos, que declaraba que “con el propósito de coadyuvar la restauración
de Su cuerpo fragmentado, Dios ha elegido a un hombre de Polonia, por nombre, Karol Wojtyla [el Papa Juan Pablo II]. Esta
profecía se cumplió el 16 de octubre de 1978…” Hunters, Angels on Assignment, 70. [Véase nota de pie de página #28].

35
Algunas de las “otras creencias y prácticas” incluirían el desacato general a la enseñanza correctiva de Pablo acerca de las
“espiritualidades” en 1 Corintios 12-14, en particular el uso de “lenguas” y los puestos prominentes de liderazgo
frecuentemente ocupados por mujeres en el movimiento pentecostal-carismático (aun a la luz de 1 Corintios 14:34,35).
LECTURA SUPLEMENTARIA
LIBROS:

 Donald W. Burdick, Tongues, To Speak or Not to Speak (Chicago: Moody Press, 1969).
 Joseph Dillow, Speaking in Tongues, Seven Crucial Questions (Grand Rapids: Zondervan, 1975).
 Thomas R. Edgar, Miraculous Gifts: Are They for Today? (Neptune, NJ: Loizeaux Brothers,
1983).
 Robert G. Gromacki, The Modern Tongues Movement (Phillipsburg, NJ: Presbyterian and Reform
Publishing Co., 1978).
 Robert Lightner, Speaking in Tongues and Divine Healing (Schaumburg, IL: Regular Baptist
Press, 1978).
 Merrill F. Unger, New Testament Teaching on Tongues (Grand Rapids: Kregal Publications,
1971).
 Peter Masters and John Whitcomb, The Charismatic Phenomenon, (London: The Wakeman Trust,
1982).
 John F. MacArthur, Charismatic Chaos, (Grand Rapids: Zondervan Publishing House, 1992).

ARTICULOS de la Bibliotheca Sacra:

 William G. Bellshaw, “The Confusion of Tongues,” April 1963, pp. 145-153.


 “Symposium on the Tongues Movement…” July 1963, pp. 224-233; Oct 1963, pp. 309-321.
 Merrill F. Unger, “The Significance of Pentecost,” April 1965, pp. 169-177.
 J. Lanier Burns, “A Reemphasis on the Purpose of the Sign Gifts, July 1975, pp. 242-249.
 John F. Walvoord, “The Holy Spirit and Spiritual Gifts,” April 1986, pp. 109-122.
 Thomas R. Edgar, “The Cessation of the Sign Gifts,” December 1988, pp. 371-386.
 Ken L. Sarles, “An Appraisal of the Signs and Wonders Movement,” January 1988, pp. 56-82.
 Robert L. Thomas, “Prophecy Rediscovered? A Review of The Gift of Prophecy in the New
Testament and Today” [by Wayne A. Grudem], January 1992, pp. 83-95.

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