Está en la página 1de 1

Si bien es una postura válida la que se propone en la columna, creo que no es correcto

pensar en que la crisis viene desde el “siempre se ha hecho así”. Si bien la pandemia
destacó las diferentes falencias que se encuentran en la educación, estás
características se dan principalmente a que en mundo sin autoridad y tradición, la
educación justamente necesita de aquello. De hecho no se debería separar la tradición
y la autoridad de la educación con el pretexto de mejorar en cuanto al campo
educativo.
Se han dejado de lado la tradición y la autoridad para priorizar el cálculo y meritocracia,
perdiendo así el gusto de participar en el mundo público, porque para eso es la
escuela, un espacio de transición hacía el mundo público, el hecho de instaurar algo
como lo es un celular o computadora en lo habitual de las clases solo irrumpiría en la
transición al mundo adulto y en la misma escuela, aquello debe quedar para el mundo
privado, en la casa, en familia, el espacio seguro de ellos dentro de la realidad. Si bien,
son elementos que dado lo actual pueden “ayudar” en la educación, se tomaría más
para juego, que para trabajo, porque no hay que hacer vista ciega a que, así mismo
como se usa para estudiar, también, en su mayoría, se usa como algo recreativo, cosa
que introduciríamos en la educación y sería más una distracción, que un aporte. La
educación y las escuelas deben mantener seriedad y compromiso en cuanto a sus
estudiantes.
Debemos entender que las escuelas son quienes nos dan una preparación a la vida
futura, siendo quien vela por la transición de la vida infantil a la vida adulta. Donde el
maestro cumple el rol fundamental de dar a conocer el mundo. Mundo creado por los
adultos, que tiene cosas buenas y malas, pero que ya está de tal forma y que los niños
tienen el derecho de querer cambiarlo, pero no pueden cambiar si es algo que no
conocen. Los educadores deben ser capaces de acompañar y provocar una actitud
participativa en el mundo público, y es por eso que necesitan la preparación hacía la
vida futura. Necesitan esa diferenciación, donde, poco a poco, sueltan la infantilización
y caen cuenta en la realidad que están viviendo, y eso es lo que realmente les ayudará
en su vida futura.

También podría gustarte