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AN Arrom Unidad 1
AN Arrom Unidad 1
DE PALABRA Y OBRA
Este material es para uso de la Universidad Nacional de Quilmes, sus fines son exclusivamente didácticos.
Revisión técnica, de
Manuel Gutiérrez Estévez
1. IMÁGENES INTERÉTNICAS
MIGUEL LEÓN-PORTILLA
MANUEL GUTIÉRREZ ESTÉVEZ
GARY H. GOSSEN
J. JORGE KLOR DE ALVA
(eds.)
PRÓLOGO XIII
AGRADECIMIENTOS XXIII
primera edición, junio de 1992 I. Los otros son los bárbaros, 7.—II. Desde el centro del mundo, 9.—III.
© siglo xxi de españa editores, s.a. El entorno geográfico y el carácter de los pueblos, 12.—IV. La
segunda edición, septiembre de 1992 admiración y la tolerancia de Heródoto, 16.—V. La antítesis griego-
en condición con bárbara tras las Guerras Médicas, 19.—VI. La superación de la antítesis
© siglo xxi editores, s.a. de c.v. y la idea de la humanidad, 21.—VII Los otros fantásticos y lejanos,
isbn 968-23-1830-0 (obra completa) 24.—VIII. Relatos de viajes fabulosos. Los monstruos de Oriente, 28.—
IX. Hacia una ínsula lejana y dichosa, 30.—X. Epílogo, 33.
isbn 968-23-1831-9 (volumen 1)
2. IMÁGENES DE LOS OTROS EN MESOAMÉRICA ANTES
DEL ENCUENTRO, Miguel León-Portilla 35
© los autores I. Los nahuas y su entorno cultural, 36.—II. Gentes mucho más
apartadas y extrañas, 41.—III. El encuentro con un jefe chichimeca,
44.—IV. Otros, todavía más apartados, portentosos y admirados, 47.—
derechos reservados conforme a la ley V. La imagen del yo colectivo concebida en función de la alteridad
impreso y hecho en rnexico/printed and made in mexico portentosa, 50. —VI. La postrera alteridad que se percibe antes del
encuentro, 53.
ASOMBRO Y DUDA 57
de los demás moradores del archipiélago. Si nos remontamos a sus mitos otros cuatro], a macanazos [...] e flechándolos» 5. A mayor abundancia,
de creación podremos vislumbrar el carácter raigalmente etnocéntrico de conocida la noticia por los indios de La Española, «el cacique Andrés [...]
las primeras. Creyendo haber surgido del seno de la tierra, explicaban que que se tenía por pariente del otro cacique que había muerto al dicho don
en la montaña sagrada de Cauta existían dos grutas. Por la mayor, llamada Cristóbal [...] juntó en su casa a todos los más caciques de esta provincia
Cacibajagua («Cacimba o Caverna de Jagua») salieron los primeros de Higüey y mucha gente, e hicieron grandes fiestas y alegrías [...] y
tainos; por la menor, llamada Amayauna («Sin Valor o Mérito») acordaron entre sí diciendo que pues el cacique Agüeybaná en la isla de
aparecieron los otros. Los otros eran los ciboneyes (de ciba «piedra» e San Juan mataba los cristianos [...] así lo debían ellos hacer, pues ya los
igney «hombre») que constituían los escasos remanentes de migraciones indios eran manicatos, que quiere decir esforzados, y que los cristianos no
anteriores, vivían en la edad de piedra y ocupaban apartadas zonas de eran nada» 6.
Cuba y La Española; los ciguayos, que ocupaban un pequeño territorio en Imagen muy distinta es la que aparece en un documento antes no aducido a
la parte noroeste de esta última, y de quienes sólo sabemos que eran este respecto. Se trata del testimonio recogido de un cacique de La
flecheros, usaban el pelo largo y hablaban un idioma diferente, y los que a Española, hacia 1498, por fray Ramón Pané,
sí mismos se dieron el nombre de caribes (de caraí «señor» y be «fuerte,
poderoso»), que habían comenzado a asentarse en algunas de las Antillas y dicen que este cacique afirmó haber hablado con Yücahuguamá [el Ser
Menores, y desde ellas hacían expediciones predatorias contra los tainos 2. supremo], quien le había dicho que cuantos después de su muerte quedasen
Esa era la situación cuando aparecieron por el horizonte los navíos vivos, gozarían poco tiempo de su dominio, porque vendría a su país una
colombinos. No se sabe exactamente qué pensaron los indígenas de gente vestida, que los habría de dominar y matar, y que se morirían de
aquellos seres, barbados y vestidos, que llegaban en altas canoas a manera hambre. Pero ellos pensaron primero que éstos habrían de ser los caribes;
de casas flotantes, y eran poseedores del trueno y del rayo. Colón, mas luego, considerando que éstos no hacían sino robar y huir, creyeron
interpretando a su modo los ambiguos signos gestuales que le hacían, dio que otra gente habría de ser aquella que decía el cemí. De donde ahora
por sentado que los tomaron por dioses. Esa presuntuosa interpretación creen que se trata del Almirante y la gente que lleva consigo7.
corrió con fortuna, y los que llegaron tras él afirmaban que los creían
venidos del cielo, invencibles e inmortales 3. Pero lo cierto es que a los Anglería, quien sin duda manejó el manuscrito de Pané, repite esta
pocos meses del desembarco en La Española, los habitantes de esa isla profecía, aunque con algunas variantes al texto. Cito su versión porque las
comprobaron que no eran invencibles ni divinos ni inmortales. variantes arrojan alguna luz sobre la manera en que interpretaba el relato
Exasperados por los desmanes de la guarnición que el Almirante había taino. Lo refiere así:
dejado en el fuerte de la Na-
4
H. Pérez de Oliva, Historia de la invención de las Indias, estudio,
2
J. J. Arrom, Estudios de lexicología antillana, La Habana, Casa de edición y notas de J. J. Arrom, Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 1965, p.
las Américas, 1980, pp. 94-95. 64.
3 5
G. F. de Oviedo, Historia general y natural de las Indias, Madrid, G. F. de Oviedo, ob. cit., 1. XVI, cap. v.
6
Biblioteca de Autores Españoles, 1959, l. XVI, cap. VIII. L. Hanke, Interrogatorio jeronimiano 1517, en E. Rodríguez
Demorizi, Los dominicos y las encomiendas de indios de la isla
Española..., 1971, pp. 346-347. He modernizado grafías, acentuación y
puntuación.
7
R. Pané, Relación acerca de las antigüedades de los indios, nueva
versión con notas y apéndices de J. J. Arrom, México, Siglo XXI, 1974, p.
48.
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los nuestros hallaron entre los insulares la noticia tristísima de que hubo en muy hermosos cuerpos y muy buenas caras. Los cabellos gruesos cuasi como
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otro tiempo dos régulos, uno de los cuales fue progenitor de Guarionex, a sedas de cola de caballo, y cortos [...] Son de la color de los canarios, y ni
quien ya hemos mencionado muchas veces, los cuales se abstuvieron de negros ni blancos. Ellos no traen armas ni las conocen, porque les mostré
comer y beber por espacio de cinco días seguidos para que los zemes les espadas y las tomaban por el filo, y se cortaban con ignorancia. No tienen algún
revelaran algo de las cosas futuras. Habiéndose hecho agradables a los fierro. Sus azagayas son unas varas sin hierro, y algunas de ellas tienen al cabo
zemes con aquel ayuno, contaron que éstos les habían respondido que no un diente de pez, y otras de otras cosas. Ellos todos a una mano son de buena
pasarían muchos años antes de que llegaran a aquella isla gente cubierta de estatura de grandeza y buenos gestos, bien hechos. Yo vi de algunos que tenían
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vestidos que acabaría con todos los ritos y ceremonias de la isla, y a todos señales de heridas en sus cuerpos, y les hice señas qué era aquello, y ellos me
sus hijos los mataría o los privaría de libertad. Los jóvenes, conjeturando mostraron cómo allí venían gente de otras islas que estaban cerca y los querían
que fuesen los caníbales, cuando los veían acercarse, tenían resuelto tomar y se defendían. Y yo creí, y creo, que aquí vienen de tierra firme a
salvarse por la fuga, y nunca más entraron en combate con ellos; pero tomarlos por cautivos. Ellos deben ser buenos servidores y de buen ingenio, que
cuando de veras vieron a los españoles que habían invadido su isla, veo que muy presto dicen todo lo que les decía. Y creo que ligeramente se
consultando entre sí acerca de este asunto, resolvieron que ésta era aquella harían cristianos, que me pareció qué ninguna secta tenían.
gente profetizada. Y no se equivocaron; ya están todos sometidos a los
cristianos, y muertos todos los que se opusieron, ni queda memoria de los El 13 de octubre confirma muchos de esos pormenores y agrega:
zemes [...] 8.
Luego que amaneció vinieron a la playa muchos de estos hombres, todos
Este fatídico augurio requiere algunos comentarios. Es bien sabido que mancebos, como dicho tengo. Y todos de buena estatura, gente muy hermosa
aztecas e incas tuvieron presagios análogos. Se ha pensado que esas Los cabellos no crespos, salvo corredíos y gruesos, como sedas de caballo. Y
profecías fueron difundidas por los conquistadores para justificar sus actos todos de la frente y cabeza muy ancha, más que otra generación que hasta aquí
como inexorable cumplimiento de un designio divino. En años recientes he haya visto. Y los ojos muy hermosos y no pequeños. [...] Las piernas muy
sugerido que tal vez se haya debido al concepto que los pueblos amerindios derechas, dos a una mano, y no barriga, salvo muy bien hecha [...] Traían
tuvieron del tiempo. Aztecas, mayas, incas, y también los tainos, creyeron ovillos de algodón hilado y papagayos y azagayas y otras cositas que sería tedio
que la humanidad pasaba por ciclos sucesivos, cada uno de los cuales de escribir, y todo daban por cualquiera cosa que se les diese. Y yo estaba
terminaba en un cataclismo: había terremotos, tempestades e inundaciones, atento y trabajaba de saber si había oro. Y vide que algunos de ellos traían un
se oscurecían los astros, la tierra se volvía y perecía el género humano. pedazuelo colgado en un agujero que tienen en la nariz. [...] Todo lo que tienen
Luego se aplacaban los elementos, volvían a brillar los astros, renacía la lo dan por cualquier cosa que les den; que hasta los pedazos de las escudillas y
naturaleza y comenzaba un nuevo ciclo para el hombre. Bien pudiera ser de las tazas de vidrio rotas rescataban, hasta que vide dar 16 ovillos de algodón
que el sagaz cacique vislumbró que el arribo de los europeos señalaba la por tres ceotís de Portugal, que es una blanca de Castilla, y en ellos habría más
extinción de su pueblo y el ocaso de su cultura. de una arroba de algodón hilado. [...] Aquí nace en esta isla [...] y también aquí
De las imágenes que los tainos se formaron de los españoles pasemos a nace el oro que traen colgado a la nariz.
las que éstos concibieron de los indígenas. Las primeras noticias las escribe
Colón apenas llega. Y han dejado una estela tan amplia que hemos de Y al siguiente día 14 escribe la noticia que echaría a volar el mito del
observarlas detenidamente. En los apuntes que asentó —sin cambiar la origen divino de los españoles:
fecha de la entrada del día once— consigna lo siguiente:
cuando veían que no curaba de ir a tierra, se echaban a la mar nadando y venían;
me pareció que era gente muy pobre de todo. Ellos andan todos desnudos entendíamos que nos preguntaban si éramos venidos del cielo. Y vino un viejo
como su madre los parió, y también las mujeres. [...] Muy bien hechos, de en el batel dentro, y otros a voces grandes llamaban todos, hombres y mujeres:
«Venid a ver los hombres que vinieron del cielo; traedles de comer y de beber».
Vinieron muchos y muchas mujeres, cada uno con algo, dando gracias a Dios y
8
R. Pané, ob. cit., pp. 100-101. echándose en el suelo y levantaban las manos al cielo.
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Colón, desconociendo la lengua de los indios, no supo a ciencia cierta lo II. LOS INICIOS DEL GRAN DEBATE
que le decían. Pero los observó con tal cuidado que sus descripciones
siguen siendo válidas en todos sus pormenores: el color de la piel, la textura Con el siempre creciente número de los que fueron llegando después de
del cabello, el achatamiento de la frente, la disposición corporal. Colón, aparecen nuevos matices y se perfilan otras aristas en esta imagen
Apoyándose, además, en la experiencia adquirida en sus viajes por el general. La conceptualización literal del indio como bestia sólo pudiera
Mediterráneo y las costas de África, los contempló desde cambiantes puntos explicar la costumbre de «aperrearlos»; es decir, echarlos a que los mastines
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de vista: «desnudos e inocentes» (el hombre natural), «buenos servidores» de los invasores los destrozaran y comieran. Quienes lo duden pueden
(el hombre económico), «de buen ingenio, que presto aprenden» (el hombre referirse a Oviedo, quien sin el menor indicio de compasión explica: «Ha de
social), y «fáciles de convertir al cristianismo» (el hombre religioso). Pero entender el lector que aperrear es| hacer que perros le comiesen o matasen,
detrás de esas múltiples facetas aparece una percepción fundamental: sin despedazando al indio, porque los conquistadores en Indias siempre han
vestidos, sin armas, sin hierro, sin aparente religión, sin conocimiento del usado en la guerra traer lebreles e perros bravos e denodados; e por tanto se
valor de las cosas, carecen de cultura. Dan gruesos ovillos de algodón dijo de suso montería de indios» 9.
hilado y aves del país por monedas de exiguo valor, pedazos de escudillas y Bien conocidas son ésas y otras iniquidades perpetradas contra los
tazas rotas. Ingenua y mansamente cambiaban bienes naturales por bienes indígenas: de las «monterías de indios», por ejemplo, he citado otros casos
culturales. La imagen colombina del taino quedaba fijada como paradigma en un estudio sobre el inca Garcilaso (véase Arrom, Estudios de lexicología
del «buen salvaje». antillana, 1980). Ahora bien, para no detenerme a exponer la magnitud y
La de los caribes es más compleja. Al principio nos informa que venía crudeza de tales acciones, me limitare a resumir, pues incide en el tema que
«gente de otras islas que estaban cerca y los querían tomar y se defendían. exploro, que hubo otros factores que contribuyeron a diezmar la población
Y yo creí y creo que aquí vienen de tierra firme y los tomaban por taina. Numerosas muertes ocurrieron en los desiguales enfrentamientos
cautivos». Luego, combinando los signos gestuales que observa con viejos armados o fueron causadas por el agobiante laboreo de las minas, el escaso
mitos mediterráneos y recuerdos de lecturas de Marco Polo, el 4 de descanso e insuficiente alimentación que se les daba, y los suicidios en masa
noviembre declara que «lejos de allí había hombres de un ojo, y otros con para escapar de insufribles maltratos y la consternación de haber perdido su
hocicos de perro, que comían a los hombres, y que en tomando uno lo libertad, su organización social y sus más caros valores culturales. Pero más
degollaban, y le bebían la sangre, y le cortaban la natura». El 23 relaciona el letal que la espada y la lanza, el caballo y el perro, las armas de fuego y los
mito con el nombre: los indios le dijeron que «había gente que tenía un ojo demás factores a que me he referido, fue la introducción de enfermedades
en la frente y otros que se llamaban caníbales, a quien mostraban gran europeas. Una sola epidemia, la de viruelas que se extendió por las Antillas
miedo [...] porque los comían, y que son gente muy armada». Piensa en 1518 arrasó con casi la mitad de los aborígenes 10.
entonces que, pues tenían armas, serían «gente de razón». Siguen las No obstante ese trágico desplome poblacional, los indígenas antillanos
confusiones y las variantes grafías: canibas, canimas, caníbales, caribas. El no desaparecieron del todo. Muchos de los que se sometieron a las crueles
26 de diciembre oye mejor y escribe: «Los de Canima, que ellos llaman condiciones de las encomiendas de algún modo lograron sobrevivir. Otros,
caribes». Estas borrosas percepciones colombinas crearon los dobletes en su desesperación, huyeron a lo más intrincado de los montes: a éstos se
caribe y caníbal, y establecieron, en contraposición al paradigma del buen les llamó «indios alzados» o cimarrones». Estos cimarrones fueron
salvaje, el del indio feroz, sanguinario, brutal. La dicotomía era clara y perseguidos con perros, y si
precisa: hombre o bestia. 9
G.F. de Oviedo, ob. cit., l. XVII, cap. XXIII.
10
B. de las Casas, Historia de las Indias, México, FCE, 1951, 1. III, cap.
CLXXVIII.
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eran capturados, se les sometía nuevamente a perpetua esclavitud. Otros, [...] todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y
más escurridizos, lograron burlar las cuadrillas de sus perseguidores y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con
sobrevivieron en sus escondrijos hasta que, con el andar de los años, se qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios?
incorporaron y asimilaron a la cultura dominante. Y no faltaron los que, ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que
más audaces y denodados, desde sus refugios ofrecieron valerosa estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas de ellas, con
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resistencia. Tales fueron los memorables casos del cacique Enriquillo en muertes y estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan
La Española, de Guama en la extremidad oriental de Cuba y de Agüeybaná opresos y fatigados, sin dalles de comer ni curallos en sus enfermedades,
en San Juan Bautista de Puerto Rico. Y debo indicar, además, otro proceso que de los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por
al que se ha prestado escasa atención hasta ahora. Me refiero a las mejor dicho, los matáis, por sacar y adquirir oro cada día? [...] ¿Éstos, no
relaciones maritales, fuesen efímeras o permanentes, entre los españoles y son hombres? ¿No tienen ánimas racionales?
las «mujeres de la tierra». Ese proceso, aunque más humano, no fue menos
eficaz para abolir la cultura taina. De su impacto y de sus inesperadas El sermón causó agrias murmuraciones y un gran alboroto. Los
consecuencias sociales y culturales me ocuparé más adelante. empecinados feligreses acudieron al almirante don Diego Colón para que
En tanto, en aquellas circunstancias se levanta de pronto una vos que castigase «como a hombre escandaloso, sembrador de doctrina nueva [...] a
vigorosamente cuestiona tal estado de cosas. Me refiero, desde luego, a fray aquel fraile que había predicado tan grandes desvaríos». Montesinos no
Antón de Montesinos. La de Montesinos, empero, no fue voz aislada y cejó: al domingo siguiente reiteró cuanto había dicho en el sermón
única. Bien lo explica Las Casas: anterior. Y luego, con la aprobación de su Orden, partió a España para
hacer oír su protesta en la Corte. La intrépida gestión de los dominicos dio
en este tiempo ya los religiosos de Santo Domingo habían considerado la
por resultado que en diciembre de 1512 se promulgaran las Leyes de
triste vida y aspérrimo cautiverio que la gente natural de esta isla padecía,
Burgos, primer documento que estatuyó jurídicamente la naturaleza
[...] [Así que comenzaron] a tratar entre sí de la fealdad y enormidad de tan
humana del indígena americano12.
nunca oída injusticia, diciendo así: ¿Éstos no son hombres? ¿Con éstos no
Al ser jurídicamente declarados seres humanos y no bestias, se hizo
se deben guardar y cumplir los preceptos de caridad y justicia? ¿Éstos no
necesario construir un nuevo modelo retórico que justificase la
tenían sus tierras propias y sus señores y señoríos? ¿Éstos hannos ofendido
Continuación de las inicuas condiciones en las que se les explotaba. El más
en algo? 11.
copioso de los alegatos a ese efecto lo escribió, precisamente hacia 1512,
En esas meditaciones andaban cuando un conquistador, Juan Garcés, otro fraile, llamado Tomás Ortiz. Comienza así:
arrepentido de su pasado comportamiento, «descubrió a los re religiosos
estas son las propiedades de los indios por donde no merecen libertades:
muy en particular las execrables crueldades que él y todos los demás en
comen carne humana en la Tierra Firme; son sodométicos más que
estas inocentes gentes habían cometido». Impuestos de todos aquellos
generación alguna; ninguna justicia hay entre ellos; andan desnudos; no
desmanes, resolvieron «cómo se había de predicar […] Firmáronlo todos de
tienen amor ni vergüenza; son estólidos alocados. No guardan verdad sino
sus nombres para que pareciese que no sólo del que hubiese de predicar,
es en su provecho; son inconstantes; no saben qué cosa sea consejo; son
pero que de parecer y deliberación y consentimiento y aprobación de todos
ingratísimos y amigos de novedades. Se precian de embeodarse, que tienen
procedía». Fray Pedro de Córdoba, vicario de la Orden, ordenó a fray
vinos de diversas hierbas y frutos y granos [...] y con tomar humos que
Antón que así lo hiciese en el sermón del cuarto domingo de Adviento de
también de otras hierbas que emborrachan, y comerlas. Son bestiales y
1511. Éste, con inusitado coraje, pronunció la ya clásica reprobación que
précianse de ser abominables en vicios; ninguna obediencia ni cortesía
Las Casas recogió en estos términos:
tienen mozos a viejos ni hijos a padres. No son capaces de doctrina ni
castigo; son traidores, crueles y vengativos, que nunca perdonan;
inimicísimos de religión. Son
12
11 L. Hanke, The Struggle for Justice in the Conquest of America, Boston y
B. de las Casas, ob. cit., 1. II, pp. 441 ss.
Toronto, Little, Brown and Co., 1965, pp. 23-25 [La lucha por la justicia
en la conquista de América, Madrid, Istmo, 1988].
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haraganes, ladrones; son de juicios muy terrestres y bajos; no guardan fe ni nuestra santa fe y tratados en sus necesidades, y que esta traslación y mu-
orden. No se guardan lealtad maridos a mujeres, ni mujeres a maridos. Son danza se debe hacer aunque sea contra su voluntad, y si se seguirá de tal
hechiceros y agoreros y cobardes como liebres. Son sucios. [...] No tienen mutación, no siendo voluntariamente de ellos, o irse a los montes
arte ni maña de hombres. huyendo, y si se levantarán contra los cristianos o si se podrán de esto
seguir otros daños algunos 15.
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trataban. [...] En los demás no se ha visto en los dichos caciques ni indios ni ejemplos sacados de su Historia general y natural de las Indias. A manera
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en algunos de ellos capacidad ni razón para aplicarse a otra manera de vivir de información general declara:
como hacemos los españoles u otras naciones, antes huyen y se apartan de
todo género de trabajo. [...] A la cuarta digo [...] se deben mudar los dichos esta gente de su natural es ociosa e viciosa e de poco trabajo, e melancólicos
indios cerca de los pueblos y asientos de los españoles, aunque sea contra e cobardes, viles y mal inclinados, mentirosos e de poca memoria e de
su voluntad, porque en ellos no han razón para conocer el bien que de ninguna constancia. Muchos de ellos, por su pasatiempo, se mataron con
mudarlos se les puede seguir 18. ponzoña por no trabajar, y otros se ahorcaron por sus manos propias 22.
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El cuarto informante, Jerónimo de Agüero, regidor de la villa de Pasando de lo general a lo específico ofrece mayores precisiones en el
Santiago, respondió que son «inclinados a vicios de lujuria, y gula, y libro V. En el «Proemio» advierte ya que se propone exponer «algunas
pereza, y andarse por los montes donde nunca viesen cristianos ni causas por qué se acabaron y murieron los indios de esta isla Española»,
comunicasen con ellos». Y añade: «Ninguno de ellos tiene capacidad para
que enteramente pueda vivir en entera libertad porque [...] carecen de saber y porque mejor se entienda que esta culpa e castigo está principalmente
contratar ni vender cosa ninguna de las que tienen» 19. fundado en los delitos e abominables, costumbres e ritos de esta gente, se
Enfadoso sería brindar otras citas: todos están de acuerdo en que los dirán alguna parte de ellos y de sus culpas en aqueste libro quinto. Por lo
indígenas carecen de razón para vivir independientemente dentro del cual fácilmente se puede colegir la rectitud de Dios, e cuán misericordioso
sistema económico y los patrones culturales impuestos por los ha sido con esta generación, esperando tantos siglos a que se enmendasen.
conquistadores y que, por consiguiente, han de ser desalojados de sus [...] Pero, en fin, estos indios, por la mayor parte de ellos, es nación muy
yucayeques y obligados a servir bajo las órdenes de los españoles. En lo desviada de querer entender la fe católica; y es machacar en hierro frío
único que a veces varían es en la enumeración de los «vicios y necedades» pensar que han de ser cristianos. [...] [Pues no] tienen las cabezas como
que les atribuyen. Un vecino asevera que, puestos en libertad, «tornarían a otras gentes, sino de tan recios e gruesos cascos, que el principal aviso que
sus vicios y bestialidades primeras» 20. Y para mencionar sólo uno más, el los cristianos tienen cuando con ellos pelean e vienen a las manos, es no
decimotercer testigo, Marcos de Aguilar, agrega otra curiosa bestialidad: darles cuchilladas en la cabeza, porque se rompen las espadas. Y así como
«son inclinados a lavarse muchas veces, de noche y día, que es una de las tienen el casco grueso, así tienen el entendimiento bestial y mal inclinado.
cosas que les acorta la vida, porque saliendo de los areítos y de jugar al
batey, sudando se lanzan al agua» 21. De esas bestialidades y malas inclinaciones llenará los tres siguientes
Demostrada la unanimidad de pareceres de estos piadosos vecinos, capítulos. El título del capítulo primero comienza: «Que trata de las
procedamos a examinar las opiniones de uno de los más encumbrados imágenes del diablo que tenían los indios, y de sus idolatrías [...]». Entrando
cronistas de la época, Gonzalo Fernández de Oviedo. Con más tiempo y en materia expone:
sagacidad que sus vecinos de La Española no se limita a nombrar vicios,
sino que describe en detalle alguno de ellos, destaca el carácter satánico de no he hallado en esta generación cosa entre ellos más antiguamente pintada
sus ritos y ceremonias y, anticipando a Lombroso, les atribuye ni esculpida o de relieve entallada, ni tan principalmente acatada y reveren-
características craneales acaso de interés para los estudiosos de la ciada, como la figura abominable y descomulgada del demonio, en muchas
antropología física. Examinemos algunos y diversas maneras pintado o esculpido, o de bulto, con muchas cabezas y
colas, y disformes y espantables, y caninas y feroces dentaduras, con
grandes colmillos, y desmesuradas orejas, con encendidos ojos de dragón y
feroz serpiente, y de muy diferenciadas suertes, y tales, que la menos
18
L. Hanke, ob. cit., 1971, pp. 283-284. espantable pone mucho temor y admiración. Y esles tan sociable y común,
19
L. Hanke, ob. cit., 1971, p. 288. que no solamente en una parte de la casa le tienen figurado, más aún en los
20
L. Hanke, ob. cit., 1971, p. 314. bancos
21
L. Hanke, ob. cit., 1971, p. 339.
22
G. F. de Oviedo, ob. cit., 1. III, cap. vi.
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en que se asientan (que ellos llaman duho), a significar que no está solo el que
es gente viciosa, ociosa, de poco trabajo, melancólicos, cobardes, viles, mal
se sienta, sino él y su adversario. Y en madera, y de barro y de oro, y en otras
inclinados, mentirosos, ingratos, de poca memoria y de ninguna fuerza, idólatras,
cosas, cuantas ellos pueden, lo esculpen y entallan, o pintan, regañando y
dados y acostumbrados en pecados nefandos y abominables. Adoran al demonio
ferocísimo, como quien él es. Al cual ellos llaman cemí [...].
que ellos llaman cemí [...] 25.
Habiendo demostrado Fernández de Oviedo la naturaleza satánica de su
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Como la obra de Oviedo fue la primera en publicarse, y las de Las Casas, 5, pero ¿existe alguien destinado por la naturaleza a ser esclavo, para quien
Fernando Colón, Ramón Pané, Hernán Pérez de Oliva y otros aparecieron semejante condición sea justa y conveniente? O ¿toda esclavitud es contra la
mucho después, por largo tiempo sus informes sobre los indígenas antillanos naturaleza? [...] Que unos manden y otros obedezcan es algo no sólo Inevitable
fueron los más conocidos y autorizados. Esa primacía llevó a otros cronistas a sino conveniente, y ya desde el momento de nacer unos son marcados para la
seguirle al pie de la letra. Francisco López de Gómara, por ejemplo, en 1552 sujeción, otros para el mando. Hay muchas clases de gobernantes y de súbditos
escribe: «Facilísimamente se juntan con las mujeres, y aún como cuervos y (el mejor gobierno es siempre el que tiene mejores «súbditos, por ejemplo, mejor
víboras y peor; dejando aparte que son grandísimos sodométicos, holgazanes, hombres que fieras). [...] El ser vivo, primero que todo, consta de alma y cuerpo:
mentirosos, ingratos, mudables y ruines» 24. Y Francisco Támara repite: de los cuales uno por naturaleza es el que gobierna y el otro el gobernado. [...]
Es posible ver, pues [...] que el gobierno del alma sobre el cuerpo, como el de la
inteligencia y del elemento racional sobre el afectivo, es natural y conveniente;
mas la igualdad o la relación inversa es siempre a todos perjudicial. [...] Donde,
pues, existe tal diferencia como la del alma y el cuerpo, el hombre y la fiera (tal
el caso de aquellos cuyo oficio es el servicio corporal, y es el mejor que pueden
23
G. F. de Oviedo, ob. cit., I. ni, cap. ni, p. 124.
de-
24
Historia general de las Indias, Madrid, Biblioteca de Autores Españoles,1852,
p.173
25
El libro de las costumbres de todas las gentes del mundo, y de las Indias,
Anvers, En casa de Martín Nucio, 1556, ff. 253 r-254 v.
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sempeñar), ésos son por naturaleza esclavos, y nada mejor hay para ellos, modo de razón que los hombres discretos y prudentes tienen, como
según lo dicho, que vivir bajo la autoridad del amo. [...] Es claro, pues, que difiere el cuerpo del alma y la bestia del hombre. [...] [Que los indios] no
unos hombres son libres por naturaleza, y esclavos otros, y que por esta sean siervos a natura pruébase claramente mostrando todo el contrario.
razón la esclavitud es conveniente y justa para éstos 26. Manifiesto es que estas gentes, en todas estas Indias, las hallamos en
pueblos y grandes pueblos poblados, que es señal y argumento grande
Hasta aquí, en síntesis, lo escrito por Aristóteles. Para no caer en lo que de razón; hallámoslas con señores poderosos que las regían y
pudiera llamarse «presentismo» —es decir, juzgar desde el presente lo que
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profunda la vida, las costumbres, los gustos, las ideas y hasta la modalidad «Provisión que manda que las indias se puedan casar con españoles»:
de la lengua que comenzó a hablarse en la incipiente sociedad antillana. Me
refiero a los enlaces interétnicos que dieron una distinta y radical respuesta por la presente doy licencia y facultad a cualesquier personas naturales
al debate. Para puntualizar aspectos fundamentales de este otro proceso de dichos reinos para que libremente se puedan casar con mujeres
acudiré de nuevo a documentos que las destaquen y concreten. naturales de dicha isla sin caer ni incurrir por ello en pena alguna 34.
El primero que he de consignar data de 1498, y lo escojo porque
revela, desde fecha temprana, la actitud que el español común tuvo hacia A principios del siguiente año de 1515 extiende el alcance de lo
tales uniones y hacia la consiguiente prole. Sabido es que una parte de los anteriormente decretado mediante otra provisión en la que especifica:
que fueron con Colón en su segundo viaje pronto se sublevaron. Para poner «Mi voluntad es que las dichas indias e indios tengan entera libertad
fin a esa situación se suscribió el «Acuerdo que se hizo entre el Almirante, para se casar con quien quisieren, así con indios como con naturales de
Roldan y los demás rebeldes». La sesión que nos interesa dice: estas partes» 35.
lo que se acuerda y capitula con el alcalde Francisco Roldan y su compañía Legitimados aquellos enlaces —pese a la oposición de algunos de sus
para su despacho y viaje a Castilla es lo que sigue: 1 Primeramente, que el consejeros— aumentaron de tal modo que Las Casas afirma que vio en
señor Almirante le haga dar dos buenos navíos. [...] 2 Asimismo, que dará
Su Señoría orden para que les sea pagado todo el sueldo que hasta el día de una villa, en el mismo asiento que el rey Behechio tuvo su casa real, de
la fecha se les debiese. 3 Asimismo hará que se les den los esclavos de la sesenta o setenta españoles vecinos, casados todos con aquellas señoras
merced que se hizo a la gente. [...] Y porque algunos de la dicha compañía o mujeres de los señores e hijas, que eran tan hermosas cuanto podían
tienen mujeres preñadas o que han parido, que las dichas mujeres, si ser las hermosas damas que hubiese en nuestra Castilla 36.
quisieren llevarlas, vayan en lugar de los dichos esclavos, y los hijos sean
libres y los lleven consigo 32. El testimonio de Las Casas está ampliamente confirmado en un
documento, suscrito precisamente en 1514, en que se da cuenta del
Consecuencia de ese acuerdo y confirmación de la actitud asumida es la repartimiento de indios encomendados a los «vecinos y moradores de
noticia dada a conocer por Vicente Murga Sanz: dicha isla» Española 37. Las 186 páginas que ocupa la publicación
Miguel Díaz de Aux, aragonés, natural de Barbastro, es el que inicia un contienen casi un censo completo de los pobladores españoles,
nuevo rumbo, imprevisto e insospechado, cuando se junta y casa con la especificando sus cargos u oficios, lugar de residencia, estado civil y
célebre cacica conocida después con el nombre cristiano de Catarina, y de numero de indios que recibieron. Para nuestra investigación resulta
ambos nació Miguelito, a quien su padre reconoce como hijo muy querido sumamenté significativo el número de los «casados con mujeres de
en el testamento que hizo en Sevilla a 2 de julio de 1504 cuando Miguelito
tenía ya los ocho años de edad 33.
34
CODOIN, Colección de documentos inéditos relativos al
descubrimiento, conquista y organización de las antiguas posesiones
32
F. Colón, Vida del almirante don Cristóbal Colón México, españolas de Ultramar, Madrid, 2.a Serie, IX, pp. 22-23.
35
FCE, 1947, pp. 248-249. CODOIN, ibid., pp. 52-53.
33 36
Cedulario puertorriqueño, Río Piedras, Universidad de Puerto Rico, Apologética historia de las Indias, Madrid, 1909, 1. III, cap. XCVll.
37
1964, vol. III, t. II, XLVII. CODOIN, Madrid, 1.a serie, I, pp. 50-236.
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Castilla», el de los casados «con mujeres de la tierra», los que aparecen frescas hamacas, y en fin, a disfrutar plenamente de la vida en el trópico.
simplemente «casados», sin especificar la procedencia de la consorte, y el Y desde el punto de vista económico, si era cacica o mujer principal
número, no menos cuantioso, de quienes no se indica su estado civil. aportaba los bienes y los naborías que poseía. El español, por su parte,
Teniendo en cuenta la escasez de españolas en la colonia, es de pensar que ofrecía seguridad para ella y sus hijos, y la hacía partícipe del prestigio
un considerable número de las no descritas fuesen también «de la tierra». De social de pertenecer a la clase dominante. Hasta qué punto actuaron éstas
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modo que la mayoría de los enlaces legitimados o no, eran con mujeres y las anteriores causas puede inferirse de la «Carta de fray Diego
indígenas. Sarmiento, Obispo de Cuba hecha en la villa del Bayamo a 20 de abril de
La legitimación alcanzó asimismo a las islas de Cuba y de San Juan de 1556» 39, en la cual observa: «Los indios se van acabando, y no se
Puerto Rico, cuya colonización había comenzado en 1511. Para concretar la multiplican porque los españoles y mestizos, por falta de mujeres, se
frecuencia y extensión del proceso citaré el curioso documento en el que se casan con indias, y el indio que puede haber una de ochenta años, lo
acusa al gobernador de Cuba de haberla contravenido. Aparece en la tiene a buena ventura».
Relación de los cargos que resultaron contra Gonzalo de Guzmán, teniente La observación del Obispo tal vez sea exagerada. De todos modos
que fue de gobernador en esta isla Fernandina. Año de 1532, explica puntualmente que, disminuidas las posibilidades de los indios de
reproducirse, los tainos se fueron extinguiendo gradualmente como
se le hace cargo que debiendo de ser los matrimonios libres para que cada grupo étnico. El derrumbe fue aún más calamitoso al quedar sumergidos
uno que los quisiera contraer los pueda libremente contraer, e seyendo los sobrevivientes bajo la cultura del conquistador Perdieron el idioma,
servicio de Dios e bien e abundancia e consecución de la ysla e tierra que los los usos y costumbres, las creencias religiosas, la organización
españoles se casaran con mujeres de la isla e tierra. [...] el dicho Gonzalo de económica y social, en fin, el sistema de valores que constituye la
Guzmán, no mirando lo suso dicho, porque Francisco Freyle e García Arias identidad cultural de un pueblo. Por eso la fecha de la carta marca un
e Francisco Martín, vecinos de Bayamo, se casaron con mujeres de la tierra, hito importante: hacia mediados del siglo XVI la cultura y el pueblo
e por mano de clérigo [...] el dicho Gonzalo de Guzmán de hecho y contra tainos habían quedado irremisiblemente asimilados.
derecho hizo e mandó prender e los hizo traer presos a esta ciudad, diciendo En la carta del Obispo se vislumbra otro cambio de no escasa
que sin su licencia se habían casado 38. importancia demográfica y cultural. En la emergente sociedad antillana
ha ido en aumento el número de hijos de madre indígena y padre
El crecido número de enlaces entre hombres europeos y mujeres «de la europeo. Pero éstos —importa destacarlo— ya no eran indígenas como
tierra» tuvo consecuencias que afectaron profundamente la formación étnica la madre ni europeos como el padre. Para diferenciarlos se les llamó,
y los patrones culturales de aquella embrionaria sociedad. La primera, como se ha visto, «mestizos».
paradójicamente, es que contribuyó en gran medida a la eliminación del Una percepción recortada del término mestizo puede conducir a
taino como activo grupo humano. Aunque en 1515 se había autorizado el interpretaciones superficiales de la realidad humana que designa.
enlace de españolas e indios, por lo general era el español, obligado por la Etimológicamente conlleva el sentido de «mezcla». De ahí que el verbo
escasez de mujeres europeas, el que se unía con la taina. La taina, además de mestizar, tal como lo define la Real Academia Española (DRAE, 1984)
los encantos femeninos que alaban Las Casas y otros cronistas, resultaba signifique «mezclar castas por ayuntamiento o cópula de individuos que
compañera muy deseable. Con dulzura y comprensión le ayudó a adaptarse a no pertenecen a una misma». Observemos otras características que nada
la nueva tierra, tan distinta y tan distante de sus lares nativos. Le enseñó a tienen que ver con mezcolanza de castas o consumaciones de cópulas.
comer los platos que le preparaba con productos locales; a saborear las Desconocemos, por ejemplo, la posterior trayectoria vital del Miguelito
exóticas frutas cuyas cualidades ella conocía; a guarecerse del calor y de la de ocho años, hijo de Miguel Díaz de Aux, que se nos quedó en Sevilla.
lluvia en bohíos y caneyes; a descansar en Pero tenemos noticias de otro Miguelito, na-
39
38
CODOIN, Madrid, 2a serie, IV, pp. 234-235. CODOIN, Madrid, 2.a serie, v, p. 554.
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cido en Cuba y mestizo también, al que encontramos ejerciendo el tierra, su patria, está acá. A estos hombres y mujeres pronto comenzó a
sacerdocio en su isla natal, justamente por los años en que se estaban designárseles con un nuevo gentilicio: criollos Con este término se
extinguiendo los tainos de Bayamo. El Obispo informa al Emperador, en soslayaban los matices raciales para afirmar las características culturales
carta fechada en Santiago en junio de 1544, que la iglesia de aquella ciudad de su raigal americanidad 42.
estaba servida por «tres curas, uno predicador, otro bachiller y un mestizo, Procedamos a un último comentario. Si las opuestas posturas
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natural de ésta, que estudió en Sevilla y Alcalá. de Henares, sabe el canto asumidas por los contendientes en el viejo debate todavía se proyectan
llano, tañe los órganos, enseña gramática y es de vida ejemplar y lo llevo subrepticiamente en las ideologías que hoy nos polarizan, lo esencial del
siempre conmigo» 40. Otra carta, escrita por Juan de Agramonte en febrero debate quedó resuelto en la práctica desde mediados del siglo XVI. Los
de 1547, expone que «Miguel Velázquez, canónigo, mozo de edad, anciano indios no fueron exterminados del todo, sino que los sobrevivientes se
en doctrina y ejemplo, hijo de un vecino de ésta, por cuya diligencia está asimilaron y fundieron dentro de la nueva sociedad criolla. En las
bien servida la iglesia» 4I. Este sacerdote, que en 1547 tendría unos treinta y interacciones ocurridas durante esa larga y lenta convivencia
cinco años, que viajaba con el Obispo por toda la isla y estaba al corriente de trasmitieron mucho de lo que hoy constituye nuestro patrimonio
todo lo que sucedía en ella, en ese mismo año escribe al Obispo una carta en cultural: contribuyeron a la formación de la modalidad antillana de la
la que patentiza sus sentimientos patrios en esta frase: «Triste tierra, como lengua, a la adopción de sus modelos habitacionales, al cultivo y
tierra tiranizada y de señorío». Al expresar su angustia en impecable prosa consumo de frutos de la tierra, a la manufactura de bateas, cestas,
renacentista demuestra que no es indio que desconozca la escritura y la cernidores y otros objetos del ajuar doméstico, a la transferencia de
cultura españolas ni español que tuviese sus raíces afincadas en la Península técnicas culinarias y, en fin, a usos, costumbres, tradiciones y creencias
Ibérica. Es emblema del antillano cabal, profundamente vinculado ya a su religiosas. En la lenta y prolongada convivencia, en ese toma y daca de
tierra nativa. las relaciones humanas, la frontera entre la asimilación y la integración
Miguel Velázquez es uno entre muchos. En las Antillas de mediados del también fue desapareciendo. Ha sido así que «los-otros» han pasado a
siglo XVI son numerosos los hijos de madres tainas y padres españoles, y ser parte integral del «nos-otros».
también de españolas y españoles, de negras y negros, y de las demás
combinaciones posibles entre los diversos grupos étnicos. Ahora bien, no es
mirándolos por fuera, sino atendiendo a sus sentimientos más íntimos, que
nos percatamos de que constituyen un conjunto humano que tiene en común
haberse formado en una sociedad diferente de las de sus progenitores. Esa
sociedad, más que mezcla de colores de piel es síntesis de las culturas que en
ella se funden. El haberse criado en ese distinto ambiente social, el saberse
diferente de sus mayores, es lo que les confiere un fuerte sentimiento de
apego a todo lo que caracteriza y distingue sus modos de vida. Ellos hablan
la lengua española con acento y lexemas de acá; gustan de platos elaborados
y condimentados con productos de acá; viven y visten adaptándose a la
ecología y el clima de acá; son, en fin, hombres y mujeres de su tiempo y de
su tierra. Y su
40 42
J. J. Arrom, En el fiel de América, Roma, Bulzoni Editor, 1985, p.38. J.J. Arrom, Certidumbre de América, Madrid, Gredos, 1971, pp. 11-
41
J.J. Arrom, ibid. 26; Esquema generacional de las letras hispanoamericanas, Bogotá,
Instituto Caro y Cuervo, 1977, pp. 42-52.