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Si algo hace que una ciudad sea realmente misteriosa, esas son sus leyendas.

Son muchas las


curiosidades y anécdotas que rodean a la capital andaluza, pero en este artículo vamos a
contarte las 5 leyendas de Sevilla más impresionantes que jamás habrás leído. Así que toma
asiento, ponte cómodo, y continua leyendo, te aseguramos que cuando termines no te habrán
dejarán intacto.
Las leyendas de Sevilla más fascinantes jamás contadas
1. Doña María Coronel y la sartén de aceite hirviendo
Una de las leyendas de Sevilla que más llama la atención a los visitantes y autóctonos es la que
tiene como protagonista a Doña María Coronel, hija de Alfonso Fernández Coronel, copero
del rey Don Pedro I.

Pronto contrajo matrimonio con Juan de la Cerda, descendiente de la familia Real de León y
uno de los principales participantes en el levantamiento de los Trastamara contra el rey
Pedro I. Esta conspiración contra el trono motivó al monarca a condenarlo por traidor, y
habiéndole cogido prisionero en una batalla, ordenó que lo decapitaran.

Con el paso del tiempo, Doña María Coronel fue recuperándose de su pérdida, y se dedicó a
administrar los bienes que le pertenecían por su dote, debido a que los bienes provenientes
de su esposo habían sido confiscados por el rey y su casa, ubicada junto a la iglesia de San
Pedro, derribada.

Hasta el momento, Doña María Coronel y el rey Don Pedro I nunca habían coincidido, hasta
que un buen día, se encontraron por casualidad. Desde ese mismo instante, Don Pedro quedó
prendido de su belleza y desde aquel momento, la persiguió con el fin enamorarla. Pese al
ahínco de la dama sevillana por huir de él, Don Pedro siempre la acaba encontrando.
Desesperada por poner fin a esta pesadilla, cogió aceite hirviendo para desfigurar su rostro y
acabar con las pretensiones del rey.

El monarca, movido por su enorme sentimiento de culpabilidad dado los hechos ocurridos, le
cedió el solar de su marido a María Coronel en el que, poco después, esta construyó el
Convento de Santa Inés, lugar que a día de hoy sigue siendo uno de los monumentos más
característicos de la ciudad.
2. Cómo la Virgen Macarena fue cambiada por un reloj

Aunque son varias las historias acerca de la talla de la Esperanza Macarena, la leyenda que te
contamos a continuación se remonta al siglo XVI, cuando la recién fundada Hermandad de la
penitencia de la Esperanza, instituida por Fray Hermando de la Cruz, necesitaba una imagen
para su templo de San Basilio. El Hospital de las Cinco Llagas (hoy en día sede del Parlamento
de Andalucía), que se encontraba a escasos metros de la basílica, albergaba la maleta de un
viajero italiano que pretendía partir hacia las Indias. Sin embargo, la enfermedad mortal que
padecía se lo impidió y, un año después de su fallecimiento, el hospital abrió el equipaje y
descubrió la imagen de la virgen. Cuando la hermandad supo de su existencia, propuso un
trueque, la imagen a cambio de un nuevo reloj que tanta falta le hacía al hospital. Fue así como
la imagen de la Virgen Macarena pasó a pertenecer a la hermandad.
3. La bella Susona
Los ingredientes de esta historia son el amor, la tradición y la muerte. Su protagonista es
Susana Ben Susón, hija de un judío converso que encabezó la sublevación para acabar con la
persecución de los judíos y tomar el control de la ciudad. Esto llegó a oídos del asistente de la
ciudad, quien ordenó detener y ahorcar a los implicados, incluidos el padre de Susona. Ella,
desolada por la muerte de su padre, se retiró a un convento donde vivió sus últimos días. Su
última petición antes de morir fue que, una vez falleciera, separaran su cuerpo de su cabeza y
esta fuera expuesta en la puerta de su casa en la Calle Muerte, en el barrio de Santa Cruz. A
día de hoy aún puede verse un azulejo con una calavera en esta calle, el cual lleva el nombre
de la protagonista de esta historia.

4. La cabeza del rey Don Pedro

Otra de las leyendas de Sevilla más antigua es la protagonizada por el rey Don Pedro I. Nos
remontamos al siglo XIV cuando el monarca, en uno de sus recorridos nocturnos, se cruzó con
el hijo del Conde Niebla, quien apoyaba fielmente al hermano bastardo del rey para que
ocupara el trono. Se batieron en un duelo donde el rey Don Pedro lo hirió de muerte. El batir
de las armas hizo despertó la curiosidad de una anciana que vivía justo en la calle donde
estaba ocurriendo el suceso. Cuando alumbró con el candil, rápidamente reconoció al autor
del crimen y, despavorida, se apresuró a cerrar la ventana dejando caer el candil en la calle
junto al cadáver. Ante la situación, Don Pedro, que se había percatado de que la anciana lo
había reconocido, mandó a las autoridades a traerla frente a él para que atestiguara, ya que,
como había prometido a los Guzmanes, familiares del fallecido, haría justicia cortando y
exponiendo públicamente la cabeza del malhechor que había matado a su primogénito.
Durante el interrogatorio privado, cuando Don Pedro le preguntó por el autor del crimen, ella
colocó un espejo frente a su rostro y le dijo “Aquí tenéis al asesino”.
Para solucionar el asunto, Don Pedro mandó cortar la cabeza de una de sus estatuas de
mármol, depositarla en una caja de madera y dejarla en una hornacina en la calle en la que
sucedieron los hechos con la condición de que no se abriera hasta su muerte. A día de hoy
puede verse el busto en la calle a la que le da nombre Cabeza del Rey Don Pedro. Y justo la
calle de en frente lleva el nombre de Candilejo, por el candil con el que la testigo que
reconoció al rey se alumbraba.
5. Visita del Gran Poder a un hombre en su garaje
El protagonista de la quinta y última leyenda de este artículo sobre leyendas de Sevilla es Juan
Araújo exfutbolista del Sevilla FC. Nos remontamos a 1965 cuando Juan Araújo perdió a su
hijo tras una larga enfermedad. El exfutbolista, que era muy devoto del Cristo del Gran Poder,
le pidió en repetidas ocasiones que curara a su hijo, sin embargo, sus plegarias no se
cumplieron y, tras su muerte, el padre roto de dolor y renegó de su fe y le dijo el Gran Poder
que nunca más volvería a su iglesia, tan sólo lo vería si el Señor de Sevilla iba a visitarla a su
casa.
Justo en este mismo año se protagonizaron en Sevilla lo conocido como en las Misiones
Populares, es decir, actos en los que varias imágenes de la Semana Santa salían del casco
histórico para hacer un recorrido a lo largo de toda la ciudad. Concretamente al Cristo del
Gran Poder le correspondió la zona de Nervión donde Araújo había montado un taller.
Cuando llegó el día de la procesión la lluvia sorprendió a la cofradía y tuvieron que buscar
rápidamente un sitio en el que refugiar el Cristo.

En un primer momento se dirigieron a la iglesia más cercana pero al llegar, ésta estaba
cerrada. Al ver la nave del local de Araújo abierta, llamaron a la puerta del local con el fin de
buscar cobijo. Cuando Araújo abrió, encontró al Cristo del Gran Poder en la puerta, y cayó
arrodillado el suelo y sorprendido a la vez que arrepentido por su desafío.

Esperamos que hayas disfrutado de estas magníficas leyendas de Sevilla y te invitamos a que,
si conoces alguna otra, la compartas con nosotros en los comentarios de este artículo o a
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dejamos esta guía de las mejores rutas de 2 y 3 días para conocer Sevilla y disfrutar de cada
rincón de la capital hispalense.

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