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La tracción es la aplicación de una fuerza para jalar una parte del cuerpo. Se
usa tracción para disminuir al mínimo los espasmos musculares; reducir,
alinear e inmovilizar fracturas; aminorar la deformidad, y aumentar el espacio
entre las superficies en oposición. La tracción debe aplicarse en la dirección y
con la magnitud correctas para obtener sus efectos terapéuticos. Conforme el
músculo y los tejidos blandos se relajan, el peso usado puede cambiarse para
obtener el efecto deseado (NAON, 2007).
La tracción se usa sobre todo como intervención a corto plazo, hasta que otras
modalidades, como la fijación externa o interna, son posibles. Estas
modalidades disminuyen el riesgo del síndrome de desuso y reducen la
duración de la hospitalización, lo que a menudo permite al paciente atenderse
en el hogar
Siempre que se aplica tracción se debe usar una contratracción para lograr la
eficacia de la primera. La contratracción es la fuerza que actúa en dirección
opuesta. Por lo general, los ajustes del cuerpo del paciente y su posición en
cama proveen la contra tracción necesaria.
TIPOS DE TRACCIÓN
Tracción cutánea
Intervenciones de enfermería
Para garantizar una tracción cutánea eficaz es importante evitar las arrugas y
los deslizamientos de la venda de tracción y mantener la contratracción. Debe
conservarse la posición apropiada para mantener la pierna en posición neutra.
A fin de prevenir que los fragmentos óseos se muevan uno sobre otro, el
paciente no debe cambiar de lado: sin embargo, puede modificar ligeramente
su posición con ayuda.
Vigilancia y manejo de complicaciones potenciales
Daño neurológico. atracción cutánea puede ejercer presión sobre los nervios
periféricos Cuando se aplica tracción a la extremidad interior debe tener
cuidado de evitar lesionar el nervio ciático poplíteo externo donde pasa
alrededor del cuello de la tibia, apenas debajo de la rodilla. La presión en ese
punto puede causar pie péndulo. La enfermera interroga con regularidad al
paciente acerca de la sensibilidad y le pide que mueva sus pies y dedos de los
pies. Debe investigar de inmediato cualquier queja de sensación de ardor bajo
el vendaje de tracción o la bota. La dorsiflexión del pie demuestra la función del
nervio ciático poplíteo externo. La debilidad de la dorsiflexión o el movimiento
del pie y su inversión pueden indicar presión sobre dicho nervio. La flexión
plantar demuestra la función del nervio tibial posterior. Además, la enfermera
debe comunicar con rapidez cualquier alteración de la sensibilidad o la función
motora.
Alteración circulatoria. Después que se aplica tracción cutánea, la enfermera
valora la circulación del pie pasados 15 a 30 min, y a continuación cada 1 a 2 h.
La valoración circulatoria consta de lo siguiente:
Tracción esquelética
Intervenciones de enfermería
Mantenimiento de la posición
Los codos del paciente a menudo se tornan doloridos y puede ocurrir una
lesión neurológica si se mueve empujándose sobre estos Además, los
pacientes con frecuencia se apoyan en el talón de la extremidad no afectada
cuando se elevan con su incrustamiento en el colchón, que puede lesionar los
tejidos. Por lo tanto, la enfermera debe proteger los codos y los talones y
revisarlos en cuanto a úlceras por presión. Para alentar el movimiento sin usar
los codos o los talones se puede suspender un trapecio sobre la cabeza, dentro
del alcance del paciente, que lo ayude a moverse alrededor de la cama y subir
y bajar del cómodo o el orinal.
Para cambiar las ropas de cama el paciente eleva el torso mientras las
enfermeras a ambos lados de la cama enrollan las sábanas que cubren el
colchón y las sustituyen. Entonces, deslizan las sábanas debajo conforme el
paciente eleva las nalgas fuera del colchón. Por último, sustituyen la sección
baja de las ropas de cama mientras el paciente se apoya en la espalda. Las
sábanas y las cobijas se colocan de tal manera que la tracción no se modifique.
Promoción del ejercicio. Los ejercicios para el paciente, dentro de los límites
terapéuticos de la tracción, ayudan a mantener la fortaleza y el tono
musculares, y a promover la circulación. Los ejercicios activos incluyen
elevarse en el trapecio, flexionar y ex tender los pies y aquéllos de soporte de
peso dentro del rango de movimiento para las articulaciones no afectadas. Los
ejercicios isométricos de la extremidad inmovilizada (acondicionamiento de
cuádriceps y glúteo) son importantes para mantener la fortaleza de los
principales músculos de la deambulación. Sin ejercicio el paciente perderá
masa y fortaleza musculares, y la rehabilitación se prolongará bastante.
Cuidados de enfermería
Evaluación de la ansiedad
Asistencia en el autocuidado
Atelectasia y neumonía
Estreñimiento y anorexia
Tromboembolia venosa