Está en la página 1de 2

Una mirada a la sociedad actual nos muestra una realidad muy distinta a la de décadas

anteriores con relación a la situación de mujeres y hombres en el contexto sociolaboral.

La participación de las mujeres en altos cargos directivos y gerenciales se ha incrementado


en las últimas décadas, sin embargo, la participación en la cima de la escala organizacional
sigue siendo muy reducida. Como ejemplo, podemos encontrar que, de las 500 empresas
más grandes del mundo, solo el 1% son presididas por mujeres. (Contreras, Mejía y Pedraza,
2011).

Lo anterior, nos permite identificar que los hombres en su mayoría ejercen altos cargos
ejecutivos, y en los niveles superiores de los empleos profesionales, mientras que las
mujeres se encuentran con cargos inferiores a los directivos. De acuerdo con, Moncayo,
Zuluaga (2014) esta situación se agudiza cuando la sociedad y en este caso las empresas,
asumen que las mujeres, a diferencia de los hombres, no son capaces de consagrar toda su
energía y su tiempo al trabajo remunerado debido a sus responsabilidades familiares.

En tal sentido, cuando las mujeres ingresan en el ámbito laboral, deben esforzarse más para
demostrar su desempeño y capacidad en su trabajo. A pesar de esto, su esfuerzo laboral es
reconocido en el ejercicio del liderazgo. El cual, de acuerdo con Gutiérrez, (2015) las mujeres
en el ámbito laboral, presentan una mayor respuesta de liderazgo y un estilo más
democrático y participativo (orientado hacia las relaciones), mientras que los hombres
presentan un estilo de liderazgo más autoritario o directivo.

En consecuencia, resulta importante, saber y definir que el término liderazgo incluye


cualquier aspecto de la vida social en el cual ciertas personas siguen a otras que asumen el
papel de dirigir o liderar un grupo. (Gutiérrez, 2015). A su vez, también implica empatía, es
decir, gestionar las emociones propias como las ajenas, a través del uso de la inteligencia
emocional. (Batista y Bermúdez, 2009).

En este sentido, las personas suelen asignar a los hombres cualidades tales como: la competencia,
el control, la racionalidad y el asertividad. En cambio, las mujeres suelen ser calificadas como:
sensibles, amigables, expresivas y preocupadas por los otros. (Gutiérrez, 2015). Teniendo en cuenta
lo anterior, para Lassaga, como se cita en Batista y Bermúdez (2009) el liderazgo femenino es un
proceso que permite la nueva contribución relacionada con ofrecer un liderazgo ejercido por
mujeres en organizaciones tanto públicas como privadas, relacionado con un conjunto de
cualidades, habilidades y retos diferentes que buscan alcanzar los mejores resultados, permitiendo
salir de la concepción social.

A su vez Blackmore, como se cita en (Barraza y Carrasco 2020) el liderazgo femenino se ha


caracterizado por transformarse en una herramienta que permite empoderar a los demás,
buscando la solución de conflictos, el fortalecimiento de la interacción social y el trabajo
colectivo. Es por esto que se puede decir que las mujeres líderes se caracterizan por la
capacidad de trabajar mejor con otros, ya que tienden a desarrollar entornos de trabajo con
mayor colaboración; de igual forma, el liderazgo femenino, también busca orientar su labor
a las necesidades de los demás, transmitiendo la importancia del trabajo en equipo y el
desarrollo individual como metas para conseguir los logros organizacionales fijados.

Referencias

Batista; J. Bermúdez: M (2009). Inteligencia emocional y liderazgo femenino en cargos de


dirección en organismos públicos. Revista electrónica de humanidades, educación y comunicación
social. Universidad Rafael Belloso Chacín

Barraza; D. Carrasco; A. (2020). Una aproximación a la caracterización del liderazgo


femenino: El caso de directoras escolares chilenas. Revista Mexicana de Investigación educativa.

Contreras. F; Mejía. X; Pedraza. E (2011). La mujer y el liderazgo empresarial. Revista


Diversitas- perspectivas en psicología. Universidad del Rosario.

Gutiérrez. O (2015). Estudios de liderazgo de hombres y mujeres. Revista política y


estratégica.

Moncayo. B; Zuluaga (2015). Liderazgo y género: barreras de mujeres directivas en la


academia. Revista Pensamiento y Gestión. Universidad del Norte.

También podría gustarte