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Las Tres Teorías del Desarrollo (Neoliberalismo y Conclusiones).

Neoliberalismo.

7 UTOPÍA:

En la década de los 80 el liberalismo toma importancia a raíz de las fallas de la intervención


estatal en el mercado (Estado de Bienestar).

El Estado como respuesta a las necesidades de la sociedad comenzó a estancarse, lo que por
los años 60 era visto como solución a los problemas del desarrollo en los 90 era visto como el
problema a corregir para volver a la senda del crecimiento.

La Utopía Neoliberal, retoma la idea de que los capitales extranjeros son generadores de
riqueza y cambios económicos.

“El estado fracasó, debe darle paso al mercado”

Se buscará maximizar el beneficio propio, ya que de allí resultará un bien para todos.

Las injusticias sociales serían resueltas gracias a la Teoría del derrame (primero el crecimiento
y luego el mercado hará que ese crecimiento se derrame hacia abajo, hacia las clases sociales
más bajas).

Para ello, la política debía dejar de intentar dominar la economía y limitarse a la regulación
libre de la oferta y la demanda, logrando de esta manera que el mercado asigne los bienes y
servicios en la sociedad que abandona el Estado.

Esto se lograría con la reducción de las funciones del estado (privatizaciones, desregulaciones,
tercerizaciones, flexibilizaciones) todo lo que permite que el mercado pueda desenvolverse en
su mayor expresión.
Política de la tres “Des”, la Mano invisible y el Estado mínimo consiste en: Desprotección de la Economía
vía apertura comercial y financiera, Desestatización vía privatizaciones, Desregulación vía Liberalización
de los mercados internos.

El estado se limitará a proteger los derechos individuales.

Con lo anterior, el Estado da paso a los privados quienes competirán para colocar sus bienes y
servicios, fomentando de esa manera la productividad, fomentando a su vez un mejor campo
de trabajo y prosperidad, Las grandes empresas se convertirían en el motor del progreso y las
transformaciones.

Para que el cambio se realice es necesario un cambio en la sociedad, un proceso de


aculturación, cuyo valor más importante será el de la LIBERTAD entendida como “la ausencia
de la coerción intencionada e ilegítima del estado y de terceros”.

Este proceso de aculturación se logrará mediante un cambio de mentalidad provocado por


medio de la educación. El estado, leyes y gobierno no deben ocuparse de esto, sino que debe
ser legada a los padres y a las instituciones privadas.

Las reformas realizadas cambiarán los límites nacionales, la cultura será cosmopolita y
mundial, fundirá a la nación con el mundo y la abrirá a cambios profundos en su estructura.
“Primero hay que hacer crecer la riqueza y después distribuirla”
Los neoliberales anhelan un estado minimalista, que ponga en primer plano al mercado, el cual
tiene la fuerza transformadora más efectiva.

8 ECONOMÍA

El Estado de Bienestar estuvo comprendido entre la finalización de la 2da GM hasta la mitad de


la década del 70, tuvo como prioridad a la sociedad y sus necesidades, dejaba de lado la
actividad económica, para apuntar a los problemas de índole social.

El sistema económico característico durante este periodo fue el Fordista (producción en masa)
para el desarrollo del mercado interno a fin de satisfacer la gran capacidad de consumo
interno gracias al pleno empleo. Sin embargo, este sistema a mediados de los 70 estaba
sobrecargado, el Neoliberalismo entiende que el Estado de Bienestar no permite el correcto
funcionamiento del mercado, ya que la carga fiscal desalienta la inversión.

Una de las principales influencias del Neoliberalismo es el aporte de la Escuela Austriaca de la


mano de Carl Menger con la obra Principio de Economía (1871), cuyas contribuciones fueron
trascendentes después de la implementación del Plan Marshall (1974)

Friedrich Hayek con su obra El camino de la Servidumbre (1944) logró sentar las bases del
liberalismo en una época hostil, en ella revitaliza el principio fundamental del liberalismo, “las
fuerzas espontáneas de la sociedad”. En dicha Obra se manifiesta a favor de la libre
competencia y en contra de la coerción (esto último tomado como el sistema de planificación
centralizada llevada a cabo por el Comunismo y el Fascismo), la cual subordina las necesidades
de cada persona a un objetivo social definido (Nota del autor: léase quita de las libertades
individuales).

Con todo esto, Hayek entiende que toda planificación realizada por el estado inevitablemente
resta la capacidad de planificación de los individuos, restando, por tanto, incentivos a la
productividad y al crecimiento.

Hayek, al igual que la Escuela Austriaca consideran que todos los seres humanos son
diferentes, y es esa misma diferencia la que posibilita la división del trabajo en el mercado,
logrando una labor cooperativa entre los miembros de la sociedad. La distribución de los
ingresos se encuentra relacionada con la capacidad que tenga cada uno para satisfacer las
demandas que surjan del mercado, dándose así una lógica desigualdad que es clave, ya que
asigna los factores de producción a aquellos lugares más redituables en términos de inversión.

Para Hayek la tasa de capitalización es clave ya que por un lado determina el nivel de ingresos
y del salario, cualquier tipo de impuesto (más los progresivos) desincentiva la formación de
capital y perjudica a los más pobres, ya que estos no se ven beneficiados por las inversiones
que los primeros hacen (dejan de hacer).

Por otro lado, con el distribucionismo que persigue equiparar los ingresos con las rentas, se
obtendrán dos resultados, quienes serán expropiados dejarán de producir antes de que se
produzca el umbral de expropiación nivelador, mientras que los que no lleguen a ese umbral
esperarán la distribución para alcanzar la suma restante que nunca llegará por los atentados
que sufre la tasa de capitalización

Hayek también ataca al concepto de “justicia social” sosteniendo que es un contrasentido, es


una redundancia ya que la justicia solo puede ser aplicada a la sociedad, por último, critica su
utilización como principio regulador de orden, ya que se utiliza este concepto como
instrumento de intimidación social.

Teoría de la elección Pública (Supuestos brindados por la Teoría de la Elección Racional),


postula que el hombre es un ser egoísta, que busca maximizar sus beneficios en una sociedad
atomizada (homo economicus)

La transformación del comportamiento del Estado se refleja en la aparición de un nuevo Ethos


burocrático, representado por la Teoría del Nuevo Management Público (NMP) el cual se
caracteriza por buscar el mejoramiento del servicio prestado por las instituciones públicas
mediante la participación de los ciudadanos inspirada en las prácticas del sector privado. (el
ciudadano pasa a convertirse en cliente).

Es necesario aclarar que en el Neoliberalismo convergen tres corrientes que se diferencian de


acuerdo al grado de intervención que pretenden por parte del Estado:

El Anarco - capitalismo, que considera que el estado debe ser reemplazado en su totalidad por
el sector privado, para David Friedman (hijo de Milton) no existiría servicio que el mercado no
pueda proveer de mejor manera que el Estado (incluyendo las legislativas o la seguridad).

El Estado mínimo, el Estado sólo debe subsistir para cumplir tres funciones principales;
Defensa nacional, Seguridad Pública, solución de conflictos mediante tribunales.

La última corriente defiende un Estado limitado, quien satisface aquellas necesidades de la


sociedad civil que el mercado no puede satisfacer (se incluye dentro de estos postulados la
emisión monetaria y a la educación).

9. POLÍTICA.

Durante la década de los 80, el modelo de desarrollo comienza a transitar una nueva crisis
cuya causa es la incapacidad financiera y administrativa del Estado. Se produce una “Crisis de
Gobernanza”

Desde allí se entiende que se debe buscar nuevas respuestas al freno del crecimiento
sustentable de la región. Los orígenes de esta reorientación los podemos encontrar en un
documento llamado “La crisis de la Democracia” (“The Crises of Democracy”), en el mismo se
sostiene que el exceso de demandas crecientes y un Estado incapacitado para responderlas
amenaza la estabilidad democrática.

Con todo se produce una redefinición del rol del Estado devenido en la implementación de
políticas neoliberales, apoyadas en el libre mercado, y la interdependencia que promovería
relaciones de cooperación y concertación.

A su vez, se debe considerar el contexto de la “Tercera OLA de Democratización” en América


Latina, la caída del comunismo (1991) y la caída de la ideología socialista.

A su vez la prosperidad en Asia Oriental, el progreso del Mercado Común Europeo, acelerados
por el avance tecnológico devinieron en la posibilidad de construir una configuración
financiera global.

En 1985, en Argentina bajo el gobierno del presidente Radical Raúl Alfonsín, se implementa el
Plan Austral con el objetivo de mejorar el financiamiento primario público a través del
incremento de la renta fiscal, disminuyendo los gastos y controlando los índices inflacionarios.
El plan fracasa, se implementan otros dos ajustes (1987 y 1988) con idéntico resultado, déficit,
más el endeudamiento de las empresas públicas, el sistema de la seguridad social y de los
Gobiernos provinciales, más los problemas de la Balanza de pagos.

La situación anterior decantó en un brote hiperinflacionario (4923%), sumados a los problemas


anteriores, la escasa apertura comercial / financiera y la baja credibilidad institucional dieron
paso al candidato opositor Carlos Menem, quien contrapuso un discurso netamente de
liberalización económica.

En el mes de Julio 1989 se promulga la ley de Reforma del Estado Nacional 23696 y la ley de
Emergencia Económica 23697 en septiembre del mismo año. Con ella, la nueva administración
hace explícita su estrategia de liquidación de activos (principal herramienta de financiamiento
de la deuda).

En este sentido la importancia estaba puesta en recuperar la credibilidad del país para los
inversores locales, extranjeros e instituciones financieras internacionales, entiendo a estas
como la base del crecimiento económico y productivo.

Para alcanzar este objetivo se restó protagonismo al sindicalismo (Actor relevante del Partido
Justicialista), perdiendo poder.

Al ministerio de economía fueron cabezas con ideologías construidas en el sector privado,


Miguel Roig y tras su fallecimiento, Néstor Rapanelli, ambos pertenecientes al directorio del
holding Bunge y Born.

Con esto, más la acuciante situación le dieron un “cheque en blanco” al presidente C. Menem
(que ahora no encontraba oposición con el paso del poder anticipado por parte de la UCR)
durante el primer periodo de gestión.

Respecto a los sindicatos, los mantuvo intactos logrando contener los tradicionales bastiones
financieros del sector, tales como las obras sociales y el modelo de representación única; esto
le permitió lograr una coalición con los sindicatos a través de nuevas reglas de juego.

El FMI y el Banco Mundial apoyaron al Gobierno expresando que “Si las reformas están
respaldadas por el firme compromiso de las autoridades […] pueden lograr resultados
notables”

La estabilidad en el contexto internacional favoreció este cambio de la mano de las bajas tasas
de interés, el aumento de los ingresos de capital y la mayor predisposición por parte de los
acreedores.

Es así como la Convertibilidad, Núcleo de la coalición de Gobierno, en el corto y mediano plazo


alcanzó la estabilización de los precios y un incremento del consumo.

Sin embargo, sucesivas crisis en el escenario internacional más la imposibilidad de superar los
niveles de pobreza que pretendían los postulados del Consenso de Washington hicieron
emerger vulnerabilidades en la reforma argentina.

Se pasó a una Reforma de Segunda Generación que produjo una nueva redefinición del estado
(ahora más activa) frente a los mercados, con el foco en las cuestiones sociales.

CONCLUSIONES
Las tres teorías planteadas son coincidentes en la búsqueda del desarrollo primero por los
económico y luego político y social, sin embargo, los medios (las ideas) para llevarlo a cabo son
diferentes entre sí.

El desarrollismo y el Neoliberalismo creen que el desarrollo llegará desde la aculturación de la


sociedad, alcanzando los valores de las sociedades desarrolladas, la mirada de ambos es
Endógena, en cambio, el Dependentismo tiene una mirada exógena, sosteniendo que el lazo
con los países centrales debe ser cortado para que se produzca el desarrollo cercenado por los
países desarrollados.

Siguiendo está línea los puntos claves del desarrollismo y el Neoliberalismo son, la atención
puesta a las inversiones extranjeras y el proceso de aculturación, pero ambos desarrollaron
primeramente aspectos económicos, y muy vagamente los aspectos políticos, no existe una
teoría integral que proponga soluciones en las tres dimensiones (económica, política y social)
con la misma importancia.

El dependentismo fue quien más se acercó a una teoría “holística”, ya que logró un profundo
movimiento intelectual referidos a la liberalización política, económica y social, pero no se
transformó en una escuela de pensamiento dominante por el predominio pragmático de las
ideas desarrollistas y neoliberales llevadas adelante por grupos de gran influencia social en la
política latinoamericana. En este mismo sentido es donde el Desarrollismo y el Neoliberalismo
encuentran su carácter de “visibilidad” y posición dominante.

Mientras el Dependentismo tuvo su auge entre los 50 y 60 aplicados en diversos países,


culturas y capacidades institucionales, el Desarrollismo y el Neoliberalismo tuvieron y tienen
preponderancia desde el 80 hasta la actualidad, estos últimos, muestran una elaboración
teórica restringida al ámbito económico y político, mientras que el Dependentismo tiene
explicaciones de mayor alcance (pedagogía, filosofía, religión, etc.) pero desde su aplicación
estuvo más restringido, acotado a pocos países (Brasil de Janio Castro, Cuba de Fidel Castro,
Chile de Allende, Nicaragua del Sandinismo).

Surge la pregunta, ¿fallan las teorías o fallan los actores?, creemos que las teorías que mejor
comprenden y explican la realidad sobre las que se apliquen son las que tienen mayor
probabilidad de éxito, siempre que existan buenos “gestores” (liderazgos políticos,
movimientos, partidos políticos), si no, el resultado no será el esperado.

Además, para lograr aplicar cualquier teoría, es necesario un sólido apoyo desde lo político,
tanto del interior del país como del exterior (factores internacionales de poder).

Por último, con cierto espíritu normativo, podemos ejemplificar una serie de factores para que
una teoría del desarrollo sea viable, estos son:

1. Tener una buena teoría, cuyas explicaciones sean verosímiles para los sectores
dominantes y para buena parte de la opinión pública.
2. Tener un contexto nacional apropiado para aplicarla (Político, social y económico)
3. Contar con una capacidad política fuerte, apoyándose (preferentemente) en partidos
tradicionales o populistas y con liderazgos activos.
4. Contar con buena conexión con los factores internacionales de poder.
5. Ganar las elecciones y traducir en logros para la mayor cantidad posible los postulados
de la teoría aplicada.

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