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s un núcleo comercial regional y también se considera la "capital folclórica" de Perú, por sus festivales tradicionales con animados espectáculos de música y danza. Los sitios icónicos incluyen la Catedral de Puno, una construcción andina de estilo barroco, y el barco a vapor Yavarí del siglo XIX (actualmente un
s un núcleo comercial regional y también se considera la "capital folclórica" de Perú, por sus festivales tradicionales con animados espectáculos de música y danza. Los sitios icónicos incluyen la Catedral de Puno, una construcción andina de estilo barroco, y el barco a vapor Yavarí del siglo XIX (actualmente un
s un núcleo comercial regional y también se considera la "capital folclórica" de Perú, por sus festivales tradicionales con animados espectáculos de música y danza. Los sitios icónicos incluyen la Catedral de Puno, una construcción andina de estilo barroco, y el barco a vapor Yavarí del siglo XIX (actualmente un
mbre dado por los romanos a la península ibérica durante el periodo en que la dominaron,
entre el siglo III a. C. y el siglo V d. C. Cuando España se extiende y forma el Imperio
español, a partir de 1492, somete a los pueblos nativos del Nuevo Mundo para que estos abandonen algunas de sus tradiciones y adquieran las hispanas. Luego de la colonización, la cultura y la etnia española entran en proceso de transformación y se mezclan entre los diferentes pueblos de América, formando una variedad que se engloba en la cultura hispana, incluyendo formas de hablar basadas en el original español medieval que dio origen al moderno idioma español, grupos de personas que proceden del mestizaje, tradiciones que incluyen las creencias, la música, la comida y las costumbres e que tiene un papel central la lengua española. Este término es usado en EE. UU. para etiquetar aquellos emigrantes de primera, segunda o tercera generación, pero se ha tenido preferencia en usar «latino» (en inglés: Latino American) para incluir aquellos procedentes de países cuyo idioma no es el español, como es el caso de Brasil o Haití. Aunque tienen raíces comunes y a veces se intercambia su uso, sobre todo cuando se habla de España, el término «hispano» no debe confundirse con «hispánico»: el término «hispano» es mucho más abierto en su uso más común, pues incluye a todos los países donde la influencia del idioma y la cultura española son notables además de España, mientras que la primera acepción del término «hispánico» se relaciona más con asuntos propios de España o del idioma español, en particular aquellos relacionados con la historia temprana de España. Ambos derivan de la palabra «Hispania», que era como los fenicios denominaban a la península ibérica («Ophioússa» para los griegos), y que posteriormente los romanos latinizaron para nombrar Hispania como una división político-administrativa territorial. Durante la Edad Media, por derivación de Hispania, se llama «españoles» a todos los reinos cristianos peninsulares. Por ejemplo, Jaime I de Aragón en sus crónicas del siglo XIII se refiere a sus conquistas para la «mayor gloria de España», o durante un concilio en Francia para una nueva cruzada, al no aceptarse su propuesta de hacerla inmediatamente, declara: «Barones, ya podemos marcharnos: hoy a lo menos hemos dejado bien puesto el honor de España». Esta denominación queda en desuso en Portugal tras la segunda independencia en 1640, y continúa para España, nombre bajo el que también estaban incluidas las diferentes provincias y virreinatos de ultramar. De este origen es de donde proviene la definición actual. Los términos «hispano» e «hispánico» son derivación de «España», que deriva a su vez de «Hispania». Según las definiciones del término «hispánico» que da la Real Academia Española, se refiere a son los habitantes de la antigua Hispania romana (habitantes de la península ibérica) y los ciudadanos de las naciones de Hispanoamérica, entre las que se incluyen España y los países hispanohablantes de América, África y Asia, así como los habitantes de Estados Unidos que sean originarios de alguno de estos países. El término «hispanoamericano» viene a significar lo mismo en sus distintas definiciones, ya que agrupa a españoles y americanos de países de Hispanoamérica.1 A su vez existe el término «Hispanoáfrica» e «Hispanoasia» con sus respectivos gentilicios «hispanoafricano» e «hispanoasiático». En Hispanoamérica, el término «hispano» es usado con muy poca frecuencia hoy, mientras que «hispánico» se usa solo para referirse a España, a la herencia cultural española en la región, o a asuntos propios de la historia o literatura española. En Estados Unidos, sin embargo, «hispano» («Hispanic», en inglés) se ha vuelto un término de uso común. Por razones relacionadas con la historia regional de los dos últimos siglos, aunque el término «hispanoamericano» no es desconocido en Hispanoamérica, es mucho más frecuente el uso del término «latino» o «latinoamericano», que además de países donde el español es lengua mayoritaria incluye a otros con otras lenguas herederas del latín vulgar, como Brasil (portugués) y Haití (francés), así como las distintas dependencias de Francia en América (Guadalupe, Guayana Francesa, Martinica, San Bartolomé y San Martín). Al respecto, valga aclarar que los dos primeros usos de la expresíon «América Latina» se dieron entre 1856 y 1857. El primero, en el discurso «Iniciativa de la América»,2 del chileno Francisco Bilbao, y el segundo en el poema «Las dos Américas»,3 del colombiano José María Torres Caicedo. Ambos consideraban que una unión de las democracias de la región era imprescindible para enfrentar tanto nuevas invasiones por parte de Estados Unidos (ambos autores mencionan la Intervención estadounidense en México y la expedición de William Walker a Centroamérica), así como la amenaza del ejemplo que ponía Europa luego del regreso de la monarquía y el abandono de la diplomacia. Más tarde, en «Emancipación del espíritu de América», Bilbao llevaría aún más lejos dichas ideas al hablar también de la necesidad de la «emancipación intelectual» de los países suramericanos de las teorías e ideas europeas, luego de observar que Francia usaba la idea de una «raza latina» de Michel Chevalier como pretexto para sus proyectos imperialistas en México en 1862.
Índice
• 1Usos del vocablo hispano
o 1.1En España e Iberoamérica o 1.2En Estados Unidos o 1.3En África • 2Población hispana en el mundo • 3Áreas de influencia hispana en el mundo • 4Véase también • 5Bibliografía • 6Notas
Usos del vocablo hispano[editar]
En España e Iberoamérica[editar] El término hispano hacía referencia desde la Antigua Roma a los habitantes de la península ibérica, siendo esta la denominación más habitual en la bibliografía histórica. Mientras Hispanoamérica fue parte integrante de España, bajo la denominación de América Española, el uso del término «hispano» se daba en el conjunto del reino. Una vez producida la desintegración en los diferentes nuevos Estados de Hispanoamérica, este continuó siendo el nombre utilizado para definir los territorios y su gente, hasta la introducción del término América Latina. Este término fue usado por primera vez en 1856 por el chileno Francisco Bilbao y el colombiano José María Torres Caicedo para pedir la unión de los países latinoamericanos luego de la invasión estadounidense durante la Intervención estadounidense en México (1846-1848) y la expedición de William Walker a Nicaragua, donde este pretendió reintroducir la esclavitud, ya abolida en Centroamérica, e instaurar una colonia que hablara en inglés. Aún hoy, el término "Hispanoamérica" es más usado entre los españoles, mientras que el término "Latinoamérica" o "América Latina" es de uso mucho más común entre los países hispanoamericanos, aunque ambos términos no son sinónimos:
• Se conoce como Hispanoamérica al conjunto de países americanos que, en el
momento de su independencia, formaban parte de la antigua monarquía hispánica, pues el idioma español tuvo una gran influencia incluso en países donde la mayoría de la población se identifica con los grupos indígenas de América (el caso más notable es Bolivia). • Un término relacionado es Iberoamérica, que incluye también a Brasil, por ser el portugués la lengua del otro gran imperio controlado desde la península ibérica: el imperio portugués (en ocasiones, según el Diccionario Panhispánico de Dudas, puede incluir asimismo a España y Portugal, aunque ese uso sea menos frecuente).4 • El término Latinoamérica es más amplio aún, pues incluye a todos los países americanos cuya lengua mayoritaria es alguna de las lenguas romances (o "lenguas de los romanos", por basarse en los diferentes dialectos del latí