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INTRODUCCIÓN

Las neurociencias han tenido un gran desarrollo desde mediados del siglo pasado, es en
los años 90 que comenzamos a hablar de “la década del cerebro”. La neurocultura es la
convicción de que, conociendo las bases cerebrales de la cultura, podemos conocer la
base de muchas actividades humanas. Neologismos como neuromarketing y
neuropsicología forman parte de la neurocultura. La neuroética no es la excepción.

DESARROLLO
El término “neuroética” había sido usado por primera vez en el año 1989,
por un neurólogo llamado Ronald E. Crawford, que formaba parte de un comité de
ética. Entre las preguntas que le hacían dentro del comité, referente a qué tipo de
asesoramiento ético podría prestar un neurólogo, él decide escribir un artículo
donde utiliza el término neuroética. Este término fue utilizado por Crawford para
explicar mejor su punto de vista. Pero la neuroética como tal tiene sus inicios en el año
2002, en un congreso famoso que se celebró en la ciudad de San Francisco, en
el estado California, Estados Unidos de Norteamérica. Este congreso tuvo su origen
gracias a una organización muy preocupada por el avance de las neurociencias,
donde se invitaron alrededor de 150 personas interesados en el área de las
neurociencias, incluyendo comerciantes, médicos y psicólogos. La neuroética es el
estudio de las cuestiones éticas, legales y sociales que surgen cuando los
descubrimientos científicos acerca del cerebro se llevan a la práctica médica, a las
interpretaciones legales y las políticas sanitarias y sociales. En otras palabras, se trata
den planteamiento ético y legal relacionado con descubrimientos científicos en la línea
de lo que se entiende fundamentalmente como la ética aplicada. Agregar también que,
según la Prof. Adela Cortica, existen dos formas de entender la neuroética, que serían:
la ética de la neurociencia y la neurociencia de la ética. La ética de la
neurociencia intenta desarrollar un marco ético para regular la conducta en la
investigación neurocientífica y en la aplicación del conocimiento neurocientífico al ser
humano. Mientras que la neurociencia de la ética se refiere al impacto del conocimiento
neurocientífico en nuestra comprensión de la ética misma.

CONCLUSIÓN
La neuroética es parte de la neurocultura. La neurocultura busca entender
mejor el cerebro con el objetivo de utilizarlo para beneficio científico, en
diferentes ramas. La neuroética pretende regular la actividad neurocientífica, en
beneficio de las personas. Busca analizar hasta qué punto una práctica neurocientífica
es correcta o no. La neuroética va en constante avance, debido a los nuevos
descubrimientos de la neurociencia.
Yajaira reyes sierra 100655284

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