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El empleo de la lengua de trata de un mecanismo total que afecta a la lengua entera.

Este empleo, la puesta en funcionamiento de la lengua, es el acto mismo de enunciación, el cual lo


lleva a cabo un individuo.
Cuando Benveniste habla de enunciación, habla de discurso, el cual es el habla en sí. Por ende, el
objetivo de este trabajo es la enunciación, el acto de producir el enunciado. Es el acto que acciona el locutor,
porque moviliza a la lengua para este fin. La relación entre el locutor y la lengua determina los caracteres
lingüísticos de la enunciación. Este hecho lo lleva a cabo el locutor cuando toma a la lengua como instrumento.
Tres formas de estudiar este proceso:

1.realización vocal de la lengua: sonidos emitidos y


percibidos (cuando se los reproduce, no es de forma
exacta, porque fue producto de un momento único,
irrepetible e histórico). Quiere decir que son los actos
individuales en el signo del habla, lo que alguien emite a
otra persona, y ésta los percibe;

2.el mecanismo de producción: es a conversión individual


de la lengua en discurso. se refiere a cómo el sentido (lo
que uno piensa o entiende) se transforma en palabra (lo
que se dice al fin);

3.la enunciación en el marco formal: se trata de trazar,


dentro de la lengua, los caracteres formales de la En este estudio se considera de forma
enunciación a partir de las posibilidades que se concretan sucesiva, como pasos, al acto de
en el acto de enunciación, que es la actualización. Tales enunciación en sí, a las situaciones
donde caracteres son necesarios y permanentes, y otros sólo se realizan, a los instrumentos que la
están ligados al idioma. consuman.
El acto individual de enunciación, en
el cual se utiliza la lengua, se introduce al
enunciador como “parámetro”, en la
medida que las coordenadas que conforman
la situación de comunicación (persona, tiempo, lugar), necesariamente se instauran en relación al hablante. Cada
vez que un hablante produce un enunciado, lo hace en términos de una primera persona (que puede aparecer o
no), desde un lugar determinado y en un momento determinado. Esas tres referencias se activan en cada acto de
enunciación y tienen como punto de referencia el usuario de la lengua.
La lengua solo es una posibilidad antes de la enunciación. Quiere decir que la lengua no se la puede
llamar como tal porque no se ha ejecutado una enunciación. Después de la enunciación, la lengua transita un
estado de discurso, el cual es emitido por un locutor; esta emisión la recibe un auditor, que produce una
enunciación como respuesta.
El locutor, al producir una enunciación, es el momento en el cual se apropia del aparato formal de la
lengua. Se enuncia como tal mediante indicios específicos y procedimientos accesorios. Todo discurso postula a
un alocutario, cuando el locutor se asume como tal. cuando el hablante hace uso de la lengua, no solo asume su
lugar como locutor e implanta al oyente como receptor, sino que, además, en la enunciación hacemos referencia
a nuestra experiencia del mundo. En otras palabras, hablamos de algún aspecto del mundo, en tanto “necesidad
de referir por el discurso”. A su vez la comunicación implica una correferencia idéntica de nuestra experiencia
del mundo por parte del receptor. Es decir, el receptor debe comprender nuestra enunciación: su referencia. Esto
se da en “el consenso pragmático” que hace de cada hablante además su propio oyente. Entonces Benveniste no
pierde de vista que en cada acto de enunciación están presentes el enunciador, el enunciatario, y el mundo de
referencia al que aluden los hablantes. Por eso “la referencia es parte integrante de la enunciación”.
Así es como, desde este punto, el centro de referencia interna se mueve, va cambiando según quien sea
el locutor.
En el proceso de enunciación, la lengua se utilizada cuando expresa algo que tenga cierta relación con
el mundo.
Los indicios de persona (la relación yo- tú) se produce desde y por la enunciación: el término yo denota
al locutor; y el término tú al alocutario.
Los indicios de ostención son de igual naturaleza y estructura que los enunciados. éstos son gestos que
indican lugar, en simultáneo designa al objeto y la instancia del término.
Un tipo de empleo de la lengua es la comunicación fática, es un tipo de discurso del cual el intercambio
de palabras es el nexo de unión. Aquí, las palabras desempeñan una función social, y no una transmisión de
pensamiento.
Este tipo de estación exterior se encuentra relacionada igualmente con el concepto aquí planteado de
contexto. La situación de comunicación social es un hecho que culmina por la intervención de la palabra. Es una
situación que consiste en acontecimientos lingüísticos; se apunta a ligar un locutor con un oyente. Por ende, el
lenguaje se presenta como un modo de acción.

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